No. 105 José David Lamk V. Julio 20 de 2013 1 1 En todo el mundo los políticos son muy partidarios de la revolución, de la razón y de deponer las armas - pero ¡sólo tratándose del enemigo, no de uno mismo! [Hermann Hesse (1877-1962) Escritor y pintor suizo de origen alemán.] HACIA DONDE VA COLOMBIA ( IV) En lo político Intentar analizar hacia donde va Colombia en lo político es adentrarse en un terreno sinuoso y lleno de trampas, las mismas que han empezado a poner los negociadores de las FARC en La Habana y, que puede interpretarse de dos maneras: 1.- Como palos en la rueda de la negociación, con el fin de restarle credibilidad al gobierno y de esa manera obtener ventajas al momento de cerrar el tema que se está debatiendo y que no es otro que el de la participación en política de los dirigentes farianos. 2.- Como una hábil estrategia para ganar protagonismo ya que si bien es cierto que se establecieron previamente unas reglas del juego, pues parece ser que el principio de que nada está acordado hasta tanto todo no esté acordado, se está aplicando también en la interpretación que le dan las FARC al acuerdo previo. La insistencia en la realización de una Asamblea Constituyente, es la de emular el éxito que obtuvo el M-19, recién reinsertado, en la Constituyente y posterior reforma de la Constitución en el año de 1991 y que para la elección de los delegatarios a la asamblea, logró el 27,1% de las setenta curules y una de las copresidencias, en cabeza de Antonio Navarro Wolf, que hizo triduo con Álvaro Gómez del Movimiento de Salvación Nacional y con Horacio Serpa, del Partido Liberal. Hoy y, tal vez, pensando en que no lograrán que se haga la Constituyente que quieren, lanzan la idea de “pasar de agache” y llegar al Congreso de manera directa; es tal la arrogancia de los delegados de las FARC que no han entendido que para llegar a la política, como lo hizo el M-19 que quieren emular, primero tienen que “decir la verdad” y reparar 2 No. 105 a quienes tanto daño hicieron y que en su inmensa mayoría fueron personas que pertenecen a la clase social que tanto dicen defender. Lo cierto es que “penetrando la mente” de un hombre como Juan Manuel Santos, está dispuesto a “pagar un alto precio” para lograr lo que hará de él una figura histórica de talla mundial (Premio Nobel) y es la paz con las FARC y en la misma tónica con el ELN. Y, de verdad que el precio no es ni más ni menos que una democracia diferente a la que conocemos; con un papel protagónico por parte de los “brazos políticos” que poco a poco han ido gestando las FARC en las barriadas, en las universidades y en los puntos geográficos en donde es más profundo el efecto de la desidia histórica del Estado, que no ha tenido la capacidad para hacer las reformas y los cambios que se debieron de hacer hace más de tres décadas, pero que no se hicieron porque el Estado ha sido cautivo de lo que Álvaro Gómez H. Llamaba el “régimen”, es decir esa “mano invisible” que ha impedido la evolución social del país, que cobró la vida del gran pensador conservador y que tarde que temprano deberá enfrentar la posibilidad que desde las curules de los cuerpos colegiados, ocupados por los farianos y elenos, se hagan los cambios que torpemente se negaron a hacer. Harto dijo Álvaro Gómez, pero no solo no fue oído sino que acallaron su voz, que “la revolución social tenemos que hacerla”. Y, yo añadiría o nos la hacen. Y, estoy seguro que llegó el momento de que “nos hagan” la revolución social que no fuimos capaces de hacer. Gústele o no a la mayoría de los colombianos, Juan Manuel Santos firmará la paz o más bien el cese al fuego con las dos guerrillas más grandes y más antiguas del País y digo que el cese al fuego porque la paz en Colombia solo se logrará cuando la pobreza esté reducida, por lo menos, a los indicadores de países similares, cuando la inclusión social elimine barreras que hacen que existan los “estratos sociales” un curioso invento colombiano para profundizar las diferencias entre ricos y pobres, cuando el ancestral problema de la tenencia de la tierra se resuelva, devolviendo a sus dueños originales lo que les fue arrebatado de manera violenta y, cuando los desarraigados sean No. 105 José David Lamk V. Julio 20 de 2013 3 3 reincorporados plenamente a la sociedad. Y, aclaro no estoy hablando de la posibilidad de que exista una política agraria fundamentada en la industrialización de la agricultura y la ganadería, la expansión de la frontera agrícola reduciendo la tierra usada para la explotación pecuaria. La sociedad colombiana que ha sido proclive a la tolerancia y a la desidia política, que ha permitido que la corrupción y la impunidad permee sus estructuras, debe comprender que el precio que debe pagar por sus errores es ni más ni menos que, por lo menos en los próximos cuatro años, se inicie un proceso de participación en los cuerpos colegiados de nivel nacional y regional de quienes hablaban con las armas y ahora pretenden hablar con la dialéctica propia de su formación ideológica, al modo hegelianoi. Circunscripciones electorales especiales, Zonas de reserva campesinas, son parte del costo político que tendrá que asumir la sociedad colombiana, por el cese al fuego en una negociación “entre iguales”. La pregunta que queda es: ¿Habrá, verdad, justicia y reparación? Bogotá, Agosto de 2013 i Proceso de transformación en el que dos opuestos, tesis y antítesis, se resuelven en una forma superior o síntesis.