GANSOS SALVAJES (MAry OLiVEr) No tienes que ser

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GANSOS SALVAJES (Mary Oliver)
No tienes que ser bueno.
No tienes que caminar de rodillas
cientos de kilómetros por el desierto, arrepintiéndote.
Solamente tienes que permitir que el animal suave de tu cuerpo
ame lo que ama.
Cuéntame sobre la desesperanza, la tuya, y te contaré sobre la mía.
Mientras tanto el mundo sigue girando.
Mientras tanto el sol y las piedras claras de la lluvia
corren a través de los paisajes,
por las llanuras y los árboles profundos,
las montañas y los ríos.
Mientras tanto los gansos salvajes, altos en el aire limpio y azul,
vuelven nuevamente a casa.
Quienquiera que seas, no importa la soledad que te abrume,
el mundo se ofrece para tu imaginación,
te llama como los gansos salvajes, ásperos y emocionantes
una y otra vez anunciándote tu lugar
en la familia de las cosas.
CASA DE HUESPEDES (RUMI)
El ser humano es una casa de huéspedes.
Cada día una nueva visita, una alegría, una tristeza,
una decepción, una maldad,
alguna felicidad momentánea
que llega como un visitante insesperado.
Dales la bienvenida y acógelos a todos ellos,
incluso si son un grupo penoso
que desvalija completamente tu casa.
Trata a cada huésped honorablemente pues
podría estar haciendo espacio para una nueva delicia.
El pensamiento oscuro, lo vergonzante, lo malvado,
recíbelos en tu puerta sonriendo e invítalos a entrar.
Agradece a todos los que vengan
pues se puede decir de ellos que han sido enviados
como guías del más allá.
El amor después del amor (Derek Walcott)
Vendrá un tiempo
en que, con gran júbilo,
nos saludaremos a nosotros mismos
ante nuestra propia puerta, frente a nuestro propio espejo,
y con una sonrisa ambos agradeceremos la bienvenida del otro,
y diremos, siéntate. Come.
Volverás a amar al extraño que fue tu yo.
Ofrécele vino. Obséquiale con pan. Devuélvele tu corazón,
a es otro yo, al extraño que te ha amado
toda la vida, al cual ignoraste
por otro, que te conoce desde el fondo del alma.
Coge las cartas de amor que guardas en la estantería,
las fotografías, las notas desesperadas,
arranca tu propia imagen del espejo.
Siéntate. Festeja tu vida.
El amor después del amor (Derek Walcott)
Vendrá un tiempo
en que, con gran júbilo,
nos saludaremos a nosotros mismos
ante nuestra propia puerta, frente a nuestro propio espejo,
y con una sonrisa ambos agradeceremos la bienvenida del otro,
y diremos, siéntate. Come.
Volverás a amar al extraño que fue tu yo.
Ofrécele vino. Obséquiale con pan. Devuélvele tu corazón,
a es otro yo, al extraño que te ha amado
toda la vida, al cual ignoraste
por otro, que te conoce desde el fondo del alma.
Coge las cartas de amor que guardas en la estantería,
las fotografías, las notas desesperadas,
arranca tu propia imagen del espejo.
Siéntate. Festeja tu vida.
EL VIAJE (MARY Oliver)
Un día supiste por fin
lo que tenías que hacer, y empezaste,
aunque a tu alrededor las voces
seguían gritando
sus malos consejos --aunque toda la casa
empezó a temblar
y sentiste el antiguo tirón
en los tobillos.
“¡Arreglame la vida!”
gritaba cada voz.
Pero no paraste.
Sabías lo que tenías que hacer,
aunque el viento hurgaba
con sus dedos rígidos
en las bases mismas --aunque su melancolía
fuese terrible. Ya era bastante
tarde, y una noche salvaje,
y la calle llena de ramas
caídas y de piedras.
Pero de a poco,
mientras dejabas las voces atrás,
las estrellas empezaron a arder
entre las sábanas de nubes,
y había una voz nueva,
que lentamente
reconociste como tu propia voz,
que te acompañaba
mientras te adentrabas más y más
en el mundo,
decidida a hacer
lo único que podías hacer --- decidida a salvar
la única vida que podías salvar.
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