Prestando atención a la voz celestial Hebreos 12:18-29 Introducción Para alentar a los hebreos a correr con paciencia la carrera cristiana, el autor presentó varias exhortaciones (Heb. 12:1-17) Además, el autor a los hebreos especificó el “monte” al cual habían llegado al pie del cual hemos de oír al que habla desde los cielos (12:18-29). Con tan sublimes bendiciones en Cristo, ¿cómo habían de volver atrás? I. el “monte” al que hemos llegado No es el “monte” Sinaí (Ex. 19:1-20; Heb. 12:18-21). - Ubicado en Arabia (Gal. 4:25). - Sinónimo de la morada y bendiciones de Dios (Sal. 2:6; 48:2; 84:7; 122:1; 133:1-3; 1 Ped. 2:6; Apoc. 14:1). Es el “monte” de Sión (Heb. 12:22-24) - El “monte” y la “casa” de Dios (Is. 2:1-4; 11:1-9). También hemos llegado: - “a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial” (12:22; cf. 13:14; Fil. 3:20). - “a la compañía de muchos millares de ángeles” (12:22; cf. 1:14; Apoc. 5:11). - “a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos” (12:23; cf. Mat. 16:18; Hech. 2:47; Fil. 4:3). - “a Dios el Juez de todos” (12:23; cf. Gen. 18:25; Hech. 17:30-31). - “a los espíritus de los justos hechos perfectos” (12:23; cf. 11:39-40; 9:15). - “a Jesús el Mediador del nuevo pacto” (12:24; cf. 7:12; 8:6). - “y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel” (12:24; cf. 11:4; 10:1114). II. ¿Qué debemos hacer entonces? Recordar que hemos llegado a algo “superior”, “mejor”, “mayor” (Gr. kreitton, palabra clave en ésta epístola). Prestar atención a la voz de Dios (12:25-27). Recibir con gratitud y servir con reverencia (12:28). Impresionarnos en temor frente a Dios (12:29; 10:27,31; cf. Luc. 12:5; Ex. 20:1820). Conclusión Dios ha hablado (Heb. 1:1-2). Podemos acercarnos en obediencia, por la obediencia de Jesús (Heb. 5:9). No menospreciemos la voz de Dios (12:25). *** Por Josué Hernández www.JosueEvangelista.com