www.uclm.es/centro/cesco PRACTICA DE CONSUMO Responsabilidad de la empresa suministradora de electricidad en relación con las condiciones de la instalación. La SAP de Alicante (Sección 9ª) de 28 de diciembre de 2009 ha declarado la responsabilidad solidaria de la empresa suministradora de energía por la muerte de una persona como consecuencia de una descarga eléctrica provocada por la instalación. En la resolución se considera que la responsabilidad debe alcanzar a la empresa por la infracción del deber de cuidado y diligencia (vide. en el mismo sentido la SSAAPP de La Rioja de 31 de julio de 2000 [JUR 2000\288678] y de Madrid de 17 de abril de 2007 [2007/1131]). La AP de Alicante destaca que la normativa reglamentaria y el contrato de suministro de energía deben ser interpretados a la luz de lo dispuesto en la normativa de consumidores y usuarios. El fallo se fundamenta en que la empresa “tiene atribuido un deber de vigilancia”. La letra g) del art. 5.2 de la Ley 26/1984, General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, señalaba que debía observarse como garantía de la salud y seguridad de las personas: “la obligación de retirar o suspender, mediante procedimientos eficaces, cualquier producto o servicio que no se ajuste a las condiciones y requisitos exigidos o que, por cualquier otra causa, suponga un riesgo previsible para la salud o seguridad de las personas”. En la argumentación se plantea que, aunque la normativa del momento que data la instalación no exigía la instalación de un interruptor diferencial, la empresa suministradora debería haber informado y exigido a través de los medios pertinentes a los propietarios que llevaran acabo las actuaciones necesarias de conservación, mantenimiento y actualización de las medidas de seguridad. Por lo que la inactividad de la empresa constituye una infracción de sus deberes. Si la anticuada instalación hubiera contado con el referido interruptor diferencial la corriente eléctrica se habría cortado y la muerte se habría evitado tal según indican los informes de los peritos que constan en autos. José F. Canalejas Merín