CONSIDERACIONES EN TORNO AL PAPEL DE LA MANO DE OBRA FAMILIAR EN LA EXPANSIÓN DE LA AGRICULTURA BONAERENSE, 1895-1914 Pablo Volkind (CIEA-UBA-CONICET) Entre fines del siglo XIX e inicios del XX se desarrolló una extraordinaria expansión agrícola en la región pampeana que posicionó a nuestro país como uno de los principales exportadores de granos en el mercado mundial. La frontera agropecuaria se fue extendiendo al ritmo de la demanda externa, el requerimiento de pasturas para el refinamiento del ganado, el arribo a estas costas de inmigrantes europeos, la importación de maquinaria agrícola, las inversiones de capitales monopolistas extranjeros que pasaron a controlar los transportes y la comercialización de granos y carnes y el desarrollo de una masa de trabajares rurales transitorios que se desplazaban a los campos en los tiempos de cosecha. Si bien estas son formulaciones que no despiertan grandes controversias, no sucede lo mismo cuando se busca analizar y caracterizar a los sujetos sociales agrarios que llevaron adelante las tareas dentro de las explotaciones. Estos debates giran en torno a las relaciones de producción que predominaron en las actividades agrícolas pampeanas: tuvo más peso el trabajo familiar o fueron los peones asalariados explotados por la burguesía agraria los encargados de sembrar, cuidar y cosechar la mayor parte de la producción granaria. Si bien la imagen clásica señalaba la existencia de un mar de pequeños y medianos arrendatarios que junto a su familia trabajaban la tierra bajo “leoninos” contratos de arrendamiento y eran los encargados de generar la mayor parte de los cereales y las oleaginosas, en las últimas décadas un conjunto heterogéneo de trabajos basados en nuevas investigaciones fueron enfatizando la centralidad de una burguesía agraria pampeana que habría sido la responsable de producir en sus campos (propios o alquilados) la mayor parte de los granos de exportación. Puede encontrarse en el ya clásico libro de Alfredo Pucciarelli, “El capitalismo agrario pampeano 1880-1930”, los cimientos de esta visión que predomina actualmente en el campo historiográfico. En dicha investigación, luego de realizar una tipología de los diversos estratos y clases existentes en el agro pampeano, Pucciarelli se propone demostrar como la mayor parte de la producción agrícola se realizaba en explotaciones 1 mayores a las 200 hectáreas donde predominaba la mano de obra asalariada. Trabajos posteriores, con similares argumentaciones y abrevando en las mismas fuentes (el Censo Agropecuario Nacional de 1908 y el Tercer Censo Nacional de 1914), retomaron estas afirmaciones. Sustentados en los datos estadísticos reiteraron la tesis de que si bien las explotaciones de hasta 200 hectáreas –dimensión que podría trabajarse mayoritariamente con mano de obra familiarrepresentaban más del 80% (lo que rebelaba la importancia social del fenómeno en términos de la población involucrada), “desde el punto de vista de la producción, este sector explotaba solamente el 45,6% de la superficie y producía el 45,5% del total agrícola en 1908, cifras que en 1914 serían relativamente similares”. En cambio, las explotaciones por arriba de las 200 hectáreas –que representaban entre un 15 y un 18% del total de las unidades- cubrían más del 50% en ambos años censales. “Estos datos permiten entonces apreciar tanto la relevancia social de las unidades chacareras, lo que explica la alta atención prestada a las mismas en las leyes y en los estudios sobre estos actores, como su coexistencia con distintos estratos de burguesía agraria, que con un uso muy significativo de obreros asalariados y maquinarias daba cuenta de la mayor parte de la producción 2 agrícola pampeana”. En función de esta polémica y con el objeto de seguir avanzando en nuestro conocimiento acerca de los procesos productivos agrícolas en la etapa de consolidación de la Argentina moderna, este trabajo se propone aportar algunos elementos para enriquecer el debate. Para ello, hemos escogido dos partidos de la provincia de Buenos Aires (Pergamino y Rojas) que tuvieron un papel destacado en la producción maicera durante el período 1895-1914, con el objeto de que el estudio de estos casos permita alumbrar –en algún grado y medida- el aporte relativo de mano de obra familiar y asalariada en la producción agrícola pampeana. Si bien tenemos presente las limitaciones que surgen de la utilización del material censal, la imprescindible complementariedad con información cualitativa y lo reducido de la muestra como para realizar generalizaciones sobre el período, contar con las cédulas originales del Censo de 1895 nos brinda una nueva y rica fuente a la que podemos interrogar y habilita la formulación de nuevas hipótesis o por lo menos la complejización de las ya existentes. Los casos de Pergamino y Rojas a través del censo de 1895 1 Pucciarelli, A. (1986). El capitalismo agrario pampeano 1880-1930. Buenos Aires: Hyspamérica. Barsky, O. y Gelman, J. (2005). Historia del agro argentino. Desde la conquista hasta fines del siglo XX. Buenos Aires: Mondadori, 174. 2 1 Para analizar el período que se extiende desde 1895 a 1914 -que corresponde aproximadamente a la expansión agrícola de la región pampeana- en este trabajo hemos privilegiado el uso de las Cédulas Censales originales del Segundo Censo Nacional de 1895 y la publicación oficial del de 1914. En este sentido, entendemos que esta fuente brinda una información más rica y detallada y permite superar las limitaciones que presenta el Censo Nacional Agropecuario de 1908 donde no figuran de manera desagregada el número de explotaciones según su escala de extensión. En este último registro, sólo se encuentran consignadas para cada partido la cantidad total de chacras, huertos, huertas y lotes de 3 estancia cultivados. Por lo tanto es dable suponer que cuando los trabajos de Pucciarelli o Barsky mencionan la cantidad de unidades productivas existentes en 1908 según el tamaño de la explotación, están basándose en un promedio realizado por ellos que no figura explícitamente en los datos publicados. Si bien el trabajo con los documentos originales del Segundo Censo de Población permite organizar la información de diversas maneras superando, en cierta forma, las limitaciones que presenta la publicación oficial del mismo, la tarea no está exenta de problemas. Por un lado, siguiendo el mismo criterio que otros censos de antaño, el de 1895 trata en forma independiente la agricultura y la 4 ganadería, como si sólo hubiera explotaciones dedicadas exclusivamente a una u otra actividad. Por otro, la unidad de medida que presentan cada una de las planillas varía según quién halla levantado los datos (algunos la expresan en hectáreas, otros en cuadras cuadradas e inclusive en metros cuadrados). Además, suelen aparecer anotaciones como las de hacendado, casero, agricultor, etc., que dificultan la homogenización de la información. Para confeccionar los cuadros de Pergamino y Rojas se relevaron la totalidad de las cédulas censales agrícolas originales de 1895 pero se sistematizó sólo la información de aquellas explotaciones en donde figuraba el régimen de tenencia de la tierra y la extensión de la misma. Si bien en Pergamino registramos 495 casos (frente a los 448 que figura en la publicación oficial) y en Rojas 326 (frente a los 314 del oficial) sólo se tomaron en consideración 445 del primer partido y 315 del segundo en función de los criterios anteriormente mencionados. Luego se elaboraron los siguientes cuadros tomando como referencia las escalas utilizadas en el censo de 1914, con el objeto de facilitar las comparaciones. Cuadro nº 1: Explotaciones del partido de Pergamino según escala de extensión y forma de tenencia de la tierra, 1895 Escala Explotaciones Superficie Superficie en % Hasta 10 58 242,38 0,56 De 11 a 100 245 13695,26 31,66 De 101 a 200 102 14216 32,87 De 201 a 300 18 4476,16 10,35 De 301 a 500 18 7131 16,49 De 501 a 1000 3 2485 5,75 De 1001 a 2500 1 1008 2,33 De 2501 y más -Totales 445 43253,8 100,00 Fuente: elaboración propia en base a cédulas censales originales del Segundo Censo Nacional, 1895. De la observación del cuadro nº 1 puede advertirse que del total de las explotaciones de Pergamino, el 91% tenía hasta 200 hectáreas y concentraban el 65% de la tierra censada. Dentro de este rango (hasta 200 ha.), el 74% de las unidades estrictamente familiares trabajaba casi la mitad de la tierra mientras que el 26% restante (que podría retomarse la caracterización de “en transición” dado que requerían una mayor proporción de fuerza de trabajo asalariado pero todavía con importante aporte de mano de obra por parte del grupo familiar) manejaban la otra mitad de la superficie. Tomadas en su conjunto no sólo constituyen la mayoría social del partido de Pergamino sino que a su vez concentran en sus manos la mayor parte de al tierra (65,9%) con lo que es dable suponer que una parte sustancial de la producción agrícola de este distrito se cosechaba en explotaciones con estas características. Esta presunción parece verse verificada al establecer la superficie implantada con cada cultivo en cada una de las unidades productivas de Pergamino donde surge que en las explotaciones de hasta 200 ha. se sembraban el 64% del trigo y el 66% de maíz. 3 Por lo tanto es de suponer que cuando los autores mencionados se refieren a cantidad de explotaciones según superficie de la parcela, están realizando una estimación promediada. 4 Giberti, H., Cesto, C. y Affonso, N. (1999). Agricultura y ganadería en Pergamino 1895. En Actas de las Primeras Jornadas Interdisciplinarias de Estudios Agrarios, Facultad de Ciencias Económicas - UBA. 2 Una situación similar parece presentarse en el partido de Rojas hacia fines del siglo XIX. Cuadro nº 2: Explotaciones del partido de Rojas según escala de extensión y forma de tenencia de la tierra, 1895 Escala Explotaciones Superficie Superficie en % Hasta 10 108 471,27 1,09 De 11 a 100 75 3166,45 7,31 De 101 a 200 85 12461,16 28,76 De 201 a 300 26 6136,72 14,16 De 301 a 500 5 1769 4,08 De 501 a 1000 7 4475,5 10,33 De 1001 a 2500 8 12160 28,06 De 2501 y más 1 2688 6,20 Totales 315 43328,1 100 Fuente: elaboración propia en base a las cédulas censales originales del Segundo Censo Nacional, 1895. En líneas generales podemos observar en el cuadro nº 2, que en este distrito se presentaba una realidad similar a la de Pergamino respecto del peso numérico y social de las unidades productivas de hasta 200 hectáreas que constituían el 85% de las explotaciones. No sucede lo mismo cuando nos concentramos en la superficie comprendida por las pequeñas y medianas parcelas. Se desprende de la información presentada que en este partido existían una mayor cantidad de grandes explotaciones que tenían más de 1000 ha. y que representaban el 34% de la tierra relevada por los censistas como agrícola. Sin embargo, al analizar la distribución de los principales cultivos entre las diversas parcelas se advierte que aunque las unidades productivas de hasta 200 hectáreas sólo agrupaban el 37% de la superficie, eran las responsables del 37% del trigo, el 52% del maíz, el 56% del lino y el 47% de la cebada. Esto estaría indicando que en las parcelas más pequeñas se destinaba la mayor parte del suelo para la siembra de cereales y oleaginosas, situación que no parece desarrollarse en las explotaciones de mayor tamaño. La evolución de las pequeñas y medianas explotaciones hacia 1914 Los datos presentados anteriormente nos acercan a una realidad caracterizada por los inicios de la expansión agrícola, que tendría en la provincia de Buenos Aires uno de sus principales escenarios, donde todavía la ganadería tenía un fuerte peso en los partidos analizados. El objetivo de esta parte del trabajo es analizar la evolución hacia 1914 de estas unidades productivas tomando como fuente fundamental el Tercer Censo Nacional. En el caso del partido de Pergamino, entre la fotografía registrada en 1895 y su evolución hacia 1914 puede advertirse que las explotaciones de hasta 200 hectáreas continúan predominando en lo que respecta a su número y por lo tanto es dable pensar que el peso de la mano de obra familiar en la producción agrícola seguía teniendo un peso considerable. Al mismo tiempo se observa un 5 significativo crecimiento en lo que podría considerarse la escala de transición (101 a 200 hectáreas) 6 y las claramente capitalistas (201 a 300). Estos datos podrían estar indicando, a priori, un proceso de acumulación y capitalización por parte de un segmento de los productores agropecuarios que les habría permitido acceder a una parcela de mayor tamaño. Cuadro nº 3: Evolución de la cantidad de explotaciones agrícolas extensión, 1895-1914 1895 1914 Escala Explotaciones % EAPs Hasta 10 58 13,03 54 De 11 a 100 245 55,06 963 De 101 a 200 102 22,92 480 De 201 a 300 18 4,04 87 De 301 a 500 18 4,04 30 de Pergamino según escala de % 3,33 59,33 29,57 5,36 1,85 5 Estas serían las unidades productivas “menos familiares” dentro del amplio espectro de las explotaciones familiares. Sobre todo las que agrupan una superficie de 150 a 200 hectáreas. 6 Definimos a las explotaciones de 200 hectáreas o más como plenamente capitalistas dado que en estos partidos donde predominaba el cultivo de maíz, el requerimiento de fuerza de trabajo asalariado para la siembra pero fundamentalmente para la cosecha representaba una abrumadora mayoría en relación al aporte de la mano de obra familiar. 3 De 501 a 1000 3 0,67 7 0,43 De 1001 a 2500 1 0,22 De 2501 y mas 2 0,12 Totales 445 100 1623 100 Fuente: elaboración propia en base a cédulas censales originales del Segundo Censo Nacional de 1895 y al Tercer Censo Nacional de 1914, volumen V. Como queda evidenciado en el cuadro nº 4, el predominio numérico de las explotaciones menores a 200 hectáreas para 1914 también tiene su correlato en el porcentaje de la superficie destinada a agricultura que concentran. Para esta fecha, este partido ya habían consolidado claramente su perfil agrícola y la cantidad de tierra destinada al cultivo de cereales y oleaginosas ascendía a 166.000 hectáreas (un 283% más que en 1895). Aunque no podemos consultar las fichas originales del Tercer Censo Nacional se desprende del cuadro nº 4 que en las pequeñas y medianas explotaciones se llevaba adelante lo principal de la producción granaria, tal como sucedía en 1895. Cuadro nº 4: Evolución de la superficie de las explotaciones de Pergamino según escala de extensión, 1895-1914 1895 1914 Escala Superficie % Superficie % Hasta 10 242,38 0,56 308 0,19 De 11 a 100 13695,26 31,66 56568 34,07 De 101 a 200 14216 32,87 65885 39,69 De 201 a 300 4476,16 10,35 20486 12,34 De 301 a 500 7131 16,49 10700 6,45 De 501 a 1000 2485 5,75 4465 2,69 De 1001 a 2500 1008 2,33 De 2501 y más 7600 4,58 Totales 43.253,8 100 166.012 100 Fuente: elaboración propia en base a cédulas censales originales del Segundo Censo Nacional de 1895 y al Tercer Censo Nacional de 1914, volumen V. En el caso del partido de Rojas podemos advertir que también se fue consolidando -en la primera década del XX- la producción agrícola como la principal actividad y eso quedó expresado en el crecimiento del área destinada a los cultivos que ascendió a 107.974 hectáreas (cuadro nº 6). Puede observarse, a su vez, una tendencia similar a la de Pergamino en cuanto a que son los estratos más bajos los que presentan el mayor peso numérico también en 1914 (cuadro nº 5). Aunque en este distrito es significativo el descenso de las explotaciones más pequeñas mientras que aumentan las que van de 11 a 200 hectáreas. Al mismo tiempo parece registrarse una disminución cuantitativa de las unidades productivas de mayor tamaño lo que podría llevar a pensar en la existencia de un proceso de desconcentración de la tenencia de la tierra. Cuadro nº 5: Evolución de la cantidad de explotaciones agrícolas extensión, 1895-1914 1895 1914 Escala Explotaciones % Explotaciones hasta 10 ha. 108 34,29 44 de 11 a 100 75 23,81 318 de 101 a 200 85 26,98 326 de 201 a 300 26 8,25 73 de 301 a 500 5 1,59 32 de 501 a 1000 7 2,22 13 de 1001 a 1250 8 2,54 1 de 2501 y más 1 0,32 1 Totales 315 100,00 808 Fuente: elaboración propia en base a cédulas censales originales del 1895 y al Tercer Censo Nacional de 1914, volumen V. de Rojas según escala de % 5,45 39,36 40,35 9,03 3,96 1,61 0,12 0,12 100,00 Segundo Censo Nacional de En línea con los arrojado por el cuadro nº 5, los datos de la superficie correspondiente a cada estrato (cuadro nº 6) habilitan una serie de reflexiones sobre la evolución de la producción granaria en el distrito. En primer lugar se observa que las explotaciones con más de 1000 hectáreas disminuyen 4 significativamente tanto numéricamente como en cuanto a la cantidad de tierra que agrupan (de 9 unidades productivas que concentraban más de 14.000 hectáreas pasan a 2 con 4.100). En segundo lugar, se advierte que para 1914 las explotaciones de 101 a 200 cultivaban casi la mitad de la tierra del distrito destinada a esa actividad. Estos dos fenómenos requieren un análisis más profundo y preciso que permita aprehender el proceso con mayor complejidad. Deducir mecánicamente a partir de esta información que la disminución del tamaño y número de las unidades mayores podría expresar una tendencia a la desconcentración de la tierra sería un error dado que el censo registra explotaciones y no propietarios. Es más, si se cruzan estos datos con el régimen de tenencia se puede advertir que para 1914 el 82% de los titulares era arrendatario con lo que la superficie se habría dividido sólo durante el lapso que abarcara el contrato de arriendo. En cuanto al segundo de los cambios que se registran, sin duda ameritan un mayor detenimiento para su análisis. Sobre la base de que la cosecha del maíz se realizaba a mano y de que una persona en promedio no “levantaba” más de 10 o 12 hectáreas por temporada, podemos suponer que una explotación superior a las 100 hectáreas requería un volumen de mano de obra asalariada muy superior a la provista por la familia del chacarero. Si bien es cierto que esta situación estaría dando cuenta de unidades productivas típicamente capitalistas (sobre todo las que tenían de 150 a 200 ha.), debemos tener en cuenta que tal como se evidencia en las fichas censales originales de 1895 no toda la tierra se destinaba al mismo cultivo y por lo tanto en una unidad productiva podían dedicarse un porcentaje mayoritario del suelo al maíz y en menor medida trigo y lino, lo que generaba temporalidades 7 dispares y permitía atender con menos gente todas las labores. Cuadro nº 6: Evolución de la superficie de las explotaciones de Rojas según escala de extensión, 1895-1914 1895 1914 Escala Superficie % Superficie % hasta 10 ha. 471,27 1,09 262 0,24 de 11 a 100 3.166,45 7,31 19.676 18,22 de 101 a 200 12.461,16 28,76 45.961 42,57 de 201 a 300 6.136,72 14,16 16.941 15,69 de 301 a 500 1769 4,08 11.796 10,92 de 501 a 1000 4.475,5 10,33 8.182 7,58 de 1001 a 1250 12.160 28,06 1.156 1,07 de 2501 y más 2.688 6,20 4.000 3,70 Totales 43.328,1 100,00 107.974 100,00 Fuente: elaboración propia en base a cédulas censales originales del Segundo Censo Nacional de 1895 y al Tercer Censo Nacional de 1914, volumen V. Reflexiones finales La dilucidación de la compleja trama de relaciones contradictorias entre los diversos estratos y clases sociales del agro pampeano constituye un tema de primer orden para poder avanzar en la caracterización de las formas que asumió el desarrollo del capitalismo en las áreas rurales más dinámicas. Si bien este trabajo no arroja resultados concluyentes debido a que se sostiene en una muestra acotada a dos partidos de la provincia de Buenos Aires y sólo se propone revisar algunas interpretaciones en boga actualmente, entendemos que la operación es válida para ponderar en concreto el peso relativo de la mano de obra familiar en la producción agrícola de granos para exportación. Se desprende de los datos anteriormente expuestos que en los distritos analizados las explotaciones menores a 200 ha. no sólo constituían una mayoría numérica sino que también generaban una parte sustancial de los cereales y oleaginosas durante el período de auge de la etapa agroexportadora. A su vez, esto no implicó mecánicamente que para 1914 predominara el trabajo familiar en esas unidades productivas –esencialmente en las que poseían una superficie que iba de 100 a 200 hs.- dado que el requerimiento de trabajadores asalariados, fundamentalmente para la cosecha, era muy alto. Por lo tanto, las interpretaciones sobre estas problemáticas deben revisarse a la luz de estudios de caso como éste que permitan verificar lo sustentado por las nuevas investigaciones o matizar dichas afirmaciones enfatizando las diversidades productivas y contemplando las múltiples determinaciones que condicionaron este proceso fundacional de la Argentina moderna. 7 Los granos finos, como trigo y lino, se sembraban en invierno y se cosechaban en verano en cambio los gruesos, como el maíz, se sembraban en primavera y se recogían en otoño. 5