En el ámbito educativo el uso reiterado de este término ha causado

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INTERCULTURALIDAD Y EDUCACIÓN
PROFRA. MA. GUADALUPE MILLÁN DENA
UPN UNIDAD AJUSCO
Multiculturalismo, interculturalidad, pluralismo, diferencia y diversidad entre otros,
son términos que se encuentran en el centro del debate ideológico, político y
social, términos que han abierto vertientes de encuentro pero también de
confrontación porque a ellos subyacen aspectos de carácter ideológico social y
ético. El concepto “interculturalidad”se ha puesto de moda y con ello corre el
peligro de perder significado a medida que se escucha con mayor frecuencia,
además de que se encuentra en un nivel suficientemente abstracto para no poder
llegar a concretarlo por lo que se queda en un discurso con buenas intenciones.
En el ámbito educativo el uso reiterado de este término ha causado
confusión por su desconocimiento conceptual y su intempestivo arribo, lo
mismo se utiliza como sinónimo del contexto indígena o para hacer
referencia a conceptos de carácter axiológico.
Los maestros y diseñadores de curricula, no tienen claridad en cuanto a las
estrategias didácticas que les posibiliten llevar a cabo una efectiva educación
intercultural. Es por ello, que se hace necesario, en estos momentos que la
educación se plantee como uno de sus tareas centrales, reconceptualizar sus
objetivos y las prácticas escolares en concordancia con el contexto en el que se
producen. De aquí, que para estructurar este trabajo trataré de dar respuesta a las
preguntas que me surgen:
¿Qué es la interculturalidad y qué significa educar para la interculturalidad?¿Qué
implicaciones tiene afirmar que una sociedad es multicultural y/o pluricultural?
¿Cuál es el papel de la escuela y del profesor ante la educación intercultural?
Para el inicio del análisis, abordaré en primera instancia al concepto de
multiculturalidad la que de la misma manera se ha entendido de manera superficial
para hacer alusión a una Nación donde se da el encuentro de múltiples culturas.
Sobre la multiculturalidad encontramos diversas posiciones y perspectivas de
análisis, y el hablar de ésta, nos obliga a reflexionar sobre la forma en que se
percibe la diferencia cultural y sobre los tipos de interacciones e intercambios
culturales que se dan porque nos podemos encontrar con una propuesta
engañosa de la multiculturalidad.
Para ello, en principio abordaré el análisis que desde el pluralismo hace Sartori
(2001) sobre la multiculturalidad o multiculturalismo; este autor diferencia entre
una sociedad abierta y una sociedad cerrada en donde a la primera se le concibe
como la sociedad libre y cita a Popper (p.13) quien plantea que la sociedad abierta
presenta tres características: 1) un racionalismo crítico, 2) la libertad individual 3)
la tolerancia. Sartori se pregunta si una sociedad abierta puede incluir una
sociedad multicultural y multiétnica, pero basada en una sociedad diferenciada.
Para conocer el grado de “apertura” de una sociedad se debe de identificar un
código genético que para este autor (op.cit) es el “pluralismo” a través del cual se
descifran mejor los valores y los mecanismos que han producido las sociedades
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libres. La idea de pluralismo tuvo implícita en el desarrollo del concepto a la
tolerancia. Ambos conceptos están intrínsecamente conectados, el pluralismo
presupone tolerancia, la tolerancia respeta valores externos, el pluralismo afirma
un valor propio. El pluralismo afirma que el disenso y la diversidad son valores que
enriquecen al individuo y a su comunidad.
Antiguamente hasta el S.XVII se creía que la diversidad era la causa de la
discordia y un mal para la salud del Estado por lo que se exigía la unanimidad. En
la actualidad, el sistema político de la democracia liberal se basa en el disenso
sobre la diversidad, es decir, en el consenso enriquecido y alimentado por el
disenso, la discrepancia y la negociación que generan un ambiente de
democracia. Sartori afirma:
“para el pluralismo la homogeneización es un mal y la asimilación es un bien.
Además, el pluralismo como es tolerante, no es agresivo, no es belicoso”.
Si se habla de un multiculturalismo o multiculturalidad sometida a los criterios del
pluralismo, no implica problemas, pero el multiculturalismo actual es antipluralista,
porque de sus orígenes marxistas adquiere otra significación cuando llega de
Inglaterra a los colleges, (universidades americanas) se le imprime un fuerte
enfoque centrado en la hegemonía y en la dominación de una cultura sobre otras.
De esta forma el multiculturalismo americano es antipluralista porque rechaza el
reconocimiento recíproco y privilegia la separación sobre la integración. Es decir,
el multiculturalismo es un creador de diversidades porque hace visibles las
diferencias y las intensifica y de esa manera las multiplica. A decir de este autor:
“El pluralismo se manifiesta como una sociedad abierta muy enriquecida por
pertenencias múltiples, mientras que el multiculturalismo significa el
desmembramiento de la comunidad pluralista en subgrupos de comunidades
cerradas y homogéneas”
La pregunta es, ¿se puede hablar de una sociedad abierta si es una sociedad
diferenciada? Para él la buena sociedad es la sociedad pluralista, la sociedad
abierta y una sociedad diferenciada como se mencionó anteriormente, separa,
aísla.
En este sentido, de la misma manera que algunas formas de multiculturalidad
pueden resultar engañosas, se trata de clarificar el término interculturalidad y
develar si a éste subyace una nueva forma de racismo, como afirman García
Castaño y Granados Martínez (1999).
“La construcción de la diferencia señala unas nuevas distancias culturales que
tratan de ser ocultadas por algunos discursos de la interculturalidad”(p. 7).
En relación al multiculturalismo visto como una sociedad diferenciada, para el
análisis de la interculturalidad se deben de tener en cuenta los procesos por lo
cuales es construida la diferencia y se debe de reconocer la diversidad como pilar
de la interculturalidad.
Es importante hacer mención los estudios sobre interculturalidad surgen por la
existencia de la desigualdad disfrazada de diferencia en donde la condición de
todo grupo humano es la diversidad tanto biológica como cultural. La
interculturalidad, concebida desde el multiculturalismo, es una nueva forma de
tratar discriminadamente a una población que ha sido discriminada y que se
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considera a sí misma como tal, ya que frecuentemente se les refuerza este
sentimiento al ser objeto de estudio, como minorías marginadas.
El concepto de “diferencia” suple ahora lo que antes se conocía como
desigualdad, y se concibe como una nueva forma de presentar distancias de
carácter social, cultural y político. A través de este concepto, se oculta un refinado
mecanismo de exclusión. El rechazo a los inmigrantes se ha intensificado en el
continente europeo en los últimos años y por ejemplo, la categoría de extranjero al
que por la carga lingüística se mira como extraño; por la carga cultural se mira
como diferente y tiene además la carga jurídica de no ser ciudadano, lo que
significa, que no tiene derechos porque no es natural del país en cuestión. Esta
desigualdad lleva a una distinción jerárquica entre inmigrante y extranjero, es
obvio que el inmigrante es el pobre(económicamente hablando) que llega de un
país pobre en busca de un trabajo que no siempre están dispuestos a realizar los
europeos, y esto según García Castaño y Granados Martínez, es una muestra de
que:
“la construcción de la diferencia no es más que una justificación del
proceso de desigualdad” (op. cit.p. 18)
Sartori ( 2001.p.107) afirma que al ciudadano de otro país se le ve como un
“alien”, es otro que es también un “ajeno”, en italiano extranjero se entiende como
extrañeza, el inmigrado es entonces ”distinto”,” es un extraño distinto, lo que lo
hace ver con un extra o un exceso de alteridad a la población que lo recibe. Cuatro
categorías son las que distinguen al extranjero: a) lingüística, b) de costumbres c)
religiosa y d) étnica, las dos primeras diversidades pueden ser “extrañezas
superables” mientras que las dos últimas son “extrañezas radicales”. En este
sentido, este autor, señala que en la actualidad en Europa la xenofobia se da más
hacia los grupos islámicos y africanos lo que nos habla de un rechazo culturalreligioso. En el caso de la cultura islámica, su visión del mundo es teocrática, es
decir, no se acepta la separación Iglesia-Estado es decir, no acepta la separación
entre la política y la religión, y nos ilustra:
“Del mismo modo la ley coránica no reconoce los derechos del hombre,
(de la persona) como derechos individuales, universales e inviolables;
otro fundamento añado a la civilización liberal. Y éstas son las
verdaderas dificultades del problema. El occidental no ve al islámico
como un “infiel” pero para el islámico el occidental sí lo es” (Rev. Proceso
mayo 2001 p. 55)
El fenómeno migratorio en Europa como ha sido mencionado, ha generado
reacciones en el aspecto político, económico, social e incluso en el cultural. En el
terreno político ha generado leyes de control o expulsión de los extranjeros, en lo
económico se explota la mano de obra barata, en lo social se produce un rechazo
a aquellos grupos con “culturas diferentes”. Antón y cols. (1995) afirman:
Así, la multiculturalidad de que hablan se inserta en un modelo de desarrollo
socioeconómico que, lejos de llevarnos a un clima de igualdad y de justicia, ha
profundizado las desigualdades existentes con todas sus secuelas; la violencia, el
racismo, el sexismo, el consumismo, la ideología del éxito personal, el
individualismo, la insolidaridad”.
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Es evidente que no es un clima favorable para la interacción entre las culturas,
sobre todo para las culturas minoritarias que son receptoras de una cultura
dominante, mayoritaria y económicamente más poderosa, que se impone a través
de un modelo cultural que no es representativo de todas las realidades culturales
existentes y que introyecta en los individuos un conjunto de valores y de
representaciones de la realidad a través de los diversos medios de comunicación y
del sistema educativo, lo que tiende a una progresiva uniformidad de las
expresiones culturales y un rechazo de las culturas minoritarias.
Ante esto, Taylor (1992) hace mención de la política del reconocimiento, la cual
surge por la necesidad de los grupos minoritarios o “subalternos” como son
algunas formas de feminismo en lo que hoy se denomina como la política del
multiculturalismo. La exigencia del reconocimiento tiene una relación estrecha con
la identidad, la que se entiende como la forma en que una persona se concibe. La
identidad se moldea en parte por el reconocimiento o por la falta de éste o por el
falso reconocimiento de otros. Así una persona o un grupo puede ser dañado si
las personas que le rodean o un grupo social le ofrecen una apreciación
degradante de sí mismo.
“El falso reconocimiento o la falta de reconocimiento puede causar daño, puede
ser una forma de opresión que aprisiones a alguien en un modo de ser falso,
deformado y reducido” Taylor ( 1992 p. 45)
Nos ejemplifica como en las sociedades patriarcales las mujeres, inducidas a
adoptar una imagen inferior de sí mismas han internalizado esa imagen de
inferioridad lo que les ha impedido aprovechar oportunidades, por la pobre
autoestima que tienen.
Se afirma que el falso reconocimiento además de ser una falta de respeto causa a
las personas heridas que dejan huellas y un odio mutilador a sí mismas. El
reconocimiento es por lo tanto, una necesidad humana vital.
De aquí que una reconceptualización de la multiculturalidad que tiene como
premisa el pluralismo cultural, considera que las sociedades heterogéneas y
diversificadas tienen un gran potencial para la innovación, creatividad y apertura a
los cambios sociales. En una sociedad pluralista es posible combatir actitudes
xenofóbicas y racistas.
Se trata de entender el concepto de interculturalidad en cuanto a que es el camino
para la convivencia de diferentes culturas, para ello, se hace preciso conocer el
enfoque de cultura que subyace a este concepto para entender el tipo de
interacciones e intercambios culturales que se establecen y poder así significar su
vinculación con la educación.
De aquí que, es importante observar la concepción que se tiene de cultura y que
determina la forma de entender la multiculturalidad. Se parte de la creencia de que
no hay culturas puras y de que no son estáticas, que están en interacción y en un
proceso continuado de intercambio social, cultural etc. preciso el concepto de
cultura con el que concuerdo es con Geertz (1986 ), quien afirma que la cultura
“no es mas que la trama de significaciones en la que el hombre
conforma y desarrolla su conducta”.
Desde esta perspectiva, se concibe al hombre como un animal que necesita una
estructura reguladora de su naturaleza y la cultura no solo se concibe como un
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complejo de esquemas o pautas de conducta (costumbres, hábitos, tradiciones,
sino también como mecanismos de control (planes, recetas, reglas, instrucciones,
es decir programas), que gobiernan, modelan y dirigen su comportamiento,
mecanismos de control no innatos externos a el, pero que él mismo ha creado, y
que depende de ellos para normar su comportamiento. En este sentido la cultura,
se concibe como un sistema organizado de símbolos que son intrínsecos y
extrínsecos a los individuos, son intrínsecos en cuanto a que son compartidos en
un mismo grupo social y son extrínsecos en tanto que también son compartidos
con otros grupos sociales, de tal manera que se da un intercambio dinámico entre
diferentes culturas.
Justamente una sociedad dinámica, heterogénea y cambiante tiene como base un
pluralismo cultural y éste es la base de una interculturalidad., y desde esta
perspectiva, una cultura que no tiene contacto con otras no evoluciona
En el centro de este debate de la interculturalidad cabe preguntarse qué
pasa en México en donde, no es hasta la década de los 90´s con el
levantamiento del EZLN que se reconoce la importancia de mantener
nuestras raíces culturales y lingüisticas y de que en 1991 se aprueba el
Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo. A pesar de
que se ha reconocido como un país multi y pluricultural, los pueblos
indígenas continúan ante el no reconocimiento por parte de las
autoridades de sus derechos sociales y políticos lo que de acuerdo a la
discusión que he venido desarrollando en este trabajo, México sobresale
por mantener una política multicultural donde se acepta la diversidad
pero no se le tolera en un ámbito de respeto y de intercambio equitativo.
En este contexto los educadores tienen una fuerte tarea para educar en la
interculturalidad, deben tener una visión amplia de la educación identificando en
ella los rasgos culturales políticos y sociales para dejar de ser junto con la escuela
el agente reproductor de la ideología social del Estado y de la clase dominante.
En una sociedad pluralista la escuela debe de generar el respeto, la
valoración y la participación de todos los alumnos en términos de
igualdad. Para ello, los programas de formación de los maestros deben
de cambiar y contemplar la adquisición de competencias y habilidades
tanto a nivel cognitivo como actitudinal, se debe de fomentar en los
maestros la creatividad para que él mismo diseñe estrategias y conjugue
sus experiencias para responder de manera pertinente a la diversidad
cultural. Por lo tanto, el enfoque cientificista debe de ser sustituido por un
enfoque más flexible que cambie actitudes del maestro y lo sensibilice
hacia la diversidad que observe en su aula.
Considero que todo profesional de la educación que se considere efectivamente
un profesional debe trascender la actividad docente instrumental y reflexionar
sobre qué es lo que quiere hacer, ¿qué es lo que quiere que sus alumnos
aprendan porqué y para qué? Y hoy día tener claridad conceptual de lo que el
concepto de interculturalidad significa y descubrir que antes de llegar a la acción
debe anteceder la reflexión y comenzar a cuestionarse qué es lo que hacemos y
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qué es lo que queremos hacer o para qué lo vamos a hacer, debe ser una actitud
reflexiva cotidiana del docente para saber a ciencia cierta qué estrategias debe
desarrollar para lograr su objetivo de enseñanza que esté en relación a las
demandas de una sociedad diversa, plural. De tal forma que si no conoce sobre lo
que va actuar o lo que va a enseñar, su papel como formador quedará en duda o
como lo afirma Pérez Gómez su labor destacará en el campo de lo técnico.
El papel del profesor como técnico se destaca por solucionar los problemas por la
aplicación rigurosa de teorías y técnicas científicas generales con las cuales trata
de atender problemas particulares. En este sentido Pérez Gómez A. (1989), afirma
que el maestro debe de representar un nuevo papel como profesional que se
enfrenta a situaciones complejas, cambiantes, inciertas y conflictivas en donde
subyace el deseo de superar la relación lineal y mecánica entre el conocimiento
científico-técnico y la práctica en el aula. Es decir, parten de reconocer la
necesidad de analizar lo que realmente hacen los profesores cuando se enfrentan
a problemas complejos de la vida en el aula, en este sentido afirma:
“para comprender como utilizan el conocimiento científico y su capacidad
intelectual, cómo se enfrentan a situaciones inciertas y desconocidas, cómo
elaboran y modifican rutinas, experimentan hipótesis de trabajo, utilizan técnicas,
instrumentos y materiales conocidos y como recrean estrategias e inventan
procedimientos, tareas y recursos”
Para tener claridad en la reflexión de qué va a enseñar y para qué lo va a enseñar,
el maestro debe de estar consciente y conocer bajo que enfoque de cultura y de
multiculturalidad se desempeña o se ha desempeñado ya que éstos tienen
consecuencias directas en los enfoques educativos que se establecen de acuerdo
a las características de una sociedad sea esta abierta o cerrada, Granados
Martínez y García Castaño (1999), ilustran ampliamente los diferentes modelos de
educación multicultural que expresan la forma de entender y abordar la
multiculturalidad, a continuación los relaciono de manera sintética sólo para tener
un panorama de cómo la visión cultural se expresa en la educación.
1. Educar para igualar: la asimilación cultural:
Debido al bajo rendimiento académico de alumnos pertenecientes a grupos
culturalmente minoritarios o a grupos marginados, este modelo surge con la
intención de igualar las oportunidades educativas y se basa en la teoría del capital
humano donde se ve a la educación como una forma de inversión por lo que se
privilegia una ganancia económica.
Se cambia el término de “deficiencia” por el de “diferencia” y se plantea como
objetivo tratar de que los sujetos”diferentes” sean competitivos en la cultura
dominante. Este enfoque intenta establecer la asimilación cultural, donde el
alumno de la cultura minoritaria y/o marginada transite hacia la cultura dominante.
2. El entendimiento cultural: el conocimiento de la diferencia:
Se trata de preparar al estudiante para vivir en armonía en una sociedad
multiétnica, por lo tanto el papel de la escuela es orientar hacia el enriquecimiento
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cultural de todos los alumnos. La multiculturalidad debe de estar contenida en el
currículo y todos los alumnos sean de una cultura minoritaria o de una cultura
mayoritaria deben de aprender sobre las diferentes culturas. En el aula se deben
abordar las diferencias y semejanzas de los grupos para que los alumnos
comprendan la pluralidad. En este enfoque la educación multicultural significa
aprender sobre lo diversos grupos culturales y ese aprendizaje pasa por la
apreciación y la aceptación de las diferencias.
3. El pluralismo cultural: preservar y extender el pluralismo.
En este modelo se ven las diferencias como algo valioso y bueno para el bienestar
de la sociedad lo que expresa un pluralismo cultural y que requiere de 4
condiciones:
¾ ¾ Existencia de diversidad cultural dentro de la sociedad.
¾ ¾ Interacción Inter. E intra-grupos
¾ Los grupos que coexisten deben compartir las
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mismas
oportunidades políticas, económicas y educativas
¾ ¾ La sociedad debe de valorar la diversidad cultural.
El pluralismo cultural se considera como el punto medio en donde no se juzgue el
modo de vida de los otros usando los criterios de la propia cultura. La escuela aquí
tiene la responsabilidad de abordar la diversidad multicultural para luchar contra
actitudes xenofóbicas. El pluralismo debe sustituir al etnocentrismo y afrontar la
diversidad cultural en y desde la educación.
4. La Educación bicultural: la competencia en dos culturas
Este enfoque debe preparar a los individuos a ser competentes en las dos
culturas. Es decir la educación bicultural debe posibilitar la participación de los
alumnos ya sean del grupo mayoritario o del minoritario a participar en las
oportunidades socioeconómicas sin que el grupo minoritario pierda su identidad
cultural o su lengua.
5. La educación como transformación: educación multicultural y
reconstrucción social.
Este enfoque concibe a la educación multicultural como la concientización de los
estudiantes de los grupos minoritarios sobre sus orígenes, el conocimiento de su
comunidad, de sus padres, de su nivel socioeconómico para que sean capaces de
ejecutar acciones sociales que se basen en la comprensión crítica de la realidad.
Este enfoque se basa en la teoría del conflicto y la teoría de la resistencia, lo que
significa que los grupos minoritarios no se integran de manera pasiva a la
sociedad dominante sino que luchan y se oponen a ella. Por otra parte, se
defiende el carácter constructivista del aprendizaje, donde se afirma que el
conocimiento del otro no se da con sólo hablarles a los alumnos de él sino que es
necesario que se dé un proceso de interacción en donde la experiencia directa sea
la que contribuya a generar un conocimiento hacia el otro.
6. Sobre los significados de cultura en la expresión de lo multicultural:
Con ese afán de reconocimiento de las culturas de grupos minoritarios, en las
escuelas, lo que se ha hecho es de manera quizá inconsciente afirmar además de
su diferencia su desigualdad y su incapacidad para desenvolverse en la sociedad.
Este reconocimiento de déficit de algunas culturas frente a otras lleva a reconocer
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la desigualdad de las culturas y de tal forma también se resalta soslayadamente
como se enfrentan unas y otras en términos francos de dominación. Las
diferencias se construyen sobre una idea estática de cultura y enseñar las
diferencias de esta manera es cosificar las culturas y favorecer la desigualdad.
De estos diversos enfoques podemos observar los diferentes tratamientos que en
la educación se le han dado a la multiculturalidad sin embargo, en la época actual
el papel de la escuela debe cambiar hacia un acercamiento intercultural, dejar sus
prácticas homogeneizadoras tradicionales, hacer a un lado los programas
compensatorios y cambiar a alternativas que permitan valorar y potenciar la
diversidad como fuente de riqueza al interior del aula y como premisa social para
vivir efectivamente en armonía.
En este sentido, la escuela debe ser una escuela para todos en donde se valoren
las diferentes experiencias y conocimientos que cada niño tiene de su contexto y
estas diferencias que no deben ser vistas como deficiencias serán el anclaje para
enseñar a cada niño recuperando sus saberes y enseñándoles a reconocer sus
diferencias y semejanzas. Considero que la escuela además de transmitir
conocimientos puede reafirmar la identidad cultural de los niños a través de su
contacto con niños de otras culturas en un ambiente de respeto e igualdad lo que
es precisamente, construir la interculturalidad.
Por lo tanto estoy de acuerdo con Antón y cols. (1995) de que la estructura de una
escuela que eduque para la interculturalidad debe de:
“. . . se trataría de desarrollar una competencia en todos/as los/as alumnos/as que
posibilite el entendimiento del mundo desde diversas lecturas culturales,
reflexionar críticamente sobre la propia lectura y la de los otros y generar una
actitud y vivencia positiva, comprometida, enriquecedora de las relaciones entre
las culturas, esto es, aquello que se ha venido denominando competencia
multicultural.”l
La visión del centro educativo deberá modificarse en aquellos elementos que
modulan la educación y que están en el curriculum oculto como son: el uso del
lenguaje en el aula, las relaciones y clasificaciones que se hacen, las prácticas, las
metodologías, los estilos de enseñanza y la imagen que el centro ha creado y que
tiene en la comunidad educativa.
La estructura que debe contener una escuela que eduque para la interculturalidad
es: partir del análisis del contexto, conocer las culturas presentes, el nivel
económico, condiciones de vida, movilidad de la población etc. Del conocimiento
de la realidad social, de tal forma que se puedan problematizar los contenidos y
analizar desde diferentes perspectivas culturales los conceptos sociales, sin que
prevalezca un punto de vista sobre de otro. Es decir, llevar a los alumnos a
entender el mundo desde diversas “lecturas culturales”y llevarlos a la reflexión de
su propia
cultura y las de los otros.
Como siguiente paso, se hace referencia a las notas de identidad, estas tienen
que ver con el análisis del contexto y los objetivos que en función de este se
plantea la institución que tendrán que atender cuestiones particulares que se
presenten en su realidad educativa y evitar visualizaciones genéricas de atención.
Aquí se resalta importante definir los valores con los cuales el centro escolar se
vincula que serían en principio como la solidaridad, cooperación, respeto y
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apreciación de las identidades culturales. En este rubro, se deben de revisar los
valores que subyacen a los procesos de construcción de la identidad como la
valoración de las expresiones culturales, la potenciación de la autoestima, el
cuidado en las prácticas y finalmente los valores que refuercen el proceso
democrático en el desarrollo del pluralismo cultural.
Después de tener el diagnóstico de la realidad sociocultural y definidos los valores
que conforman la identidad cultural, se determinan los objetivos que estarán
orientados a modificar la práctica y mentalidad del profesor.
La organización de la escuela debe de estar en coordinación con su
entorno y con los objetivos establecidos por la institución lo que lleva a la
institución a no alejarse de su realidad social concreta.
En último término se establece la normatividad a través de la cual se regula el
funcionamiento de la estructura y su evaluación.
Por último, quiero apuntar que integro en este trabajo propuestas que aunque se
han puesto en práctica principalmente en España por el problema actual que
enfrentan sobre los inmigrantes y la población gitana que tienen, me parece que
los aspectos sociales que se manifiestan en todos los grupos sociales de
convivencia y también de confrontación, son compartidos por todas las sociedades
claro con sus particularidades pero que en términos de la interculturalidad nos
aportan información que puede ser de mucha ayuda para el inicio de acciones
educativas parea la interculturalidad.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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GARCÍA CASTAÑO, J.y GRANADOS MARTÍNEZ A. Lecturas Para educación
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GEERTZ , Clifford. Los usos de la Diversidad. Piados . Barcelona 1986.
GIOVANNI Sartori. La sociedad multiétnica. Pluriculturalismo, multiculturalismo y
extranjeros. Ed. Taurus. Madrid 2001.
PÉREZ Gómez. El pensamiento práctico del Profesor: implicaciones en la
formación del profesorado, Problemáticas y perspectivas de la formación docente,
en Villa Aurelio Coordinador. Ed. Narcea. 1989.
Taylor Charles. El multiculturalismo y la política del reconocimiento. F.C.E. 1993.
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