El Motor Inmóvil February 3, 2014 1 Introducción Al nal de la Física, Aristóteles arma taxativamente la eternidad del movimiento y del tiempo. La cadena de las generaciones no tiene comienzo, remonta al innito. Y tampoco tendrá n: el movimiento y el tiempo no cesarán jamás. Pero, al mismo tiempo, Aristóteles arma la necesidad de que exista un primer motor, una primera causa o causa última del movimiento eterno del Cosmos. En efecto, puesto que el movimiento es el paso de la potencia al acto, debe haber un motor (kinetikón ) que haga pasar al móvil de la potencia al acto. En general, todo lo que se mueve es movido por otro . Pero si el motor mueve en tanto que es, a su vez, movido, multiplicaremos el número de motores que mueven y son movidos y acabaremos con una cadena causal innita. Por reducción al absurdo, debe existir un primer motor que mueve sin ser movido, un MI que sea 1ª causa y causa eciente del movimiento entero del mundo. Un MI que mueve sin ser movido y que toca sin ser tocado, pues no puede haber simetría con respecto al cambio en este caso. No tenemos ningún indicio para suponer que Aristóteles pensase nunca en el primer motor como en un objeto de culto y menos aún como en un ser al que fuera útil elevar preces. Aparte de que, si el Dios de Aristóteles está totalmente centrado en sí mismo, como parece concebirlo, entonces a nada viene que los hombres intenten ponerse en comunicación personal con él. Arma expresamente Aristóteles en la Magna Moral que se equivocan quienes piensan que se puede trabar amistad con Dios, porque a) Dios no podría amarnos a su vez, pues sería amar lo imperfecto, y b) en ningún caso podría decirse que nosotros amáramos a Dios, pues no sabemos en qué consiste eso; sólo podemos movernos eróticamente para parecernos a él, para actualizar en nosotros su bondad, el bien. El Dios aristotélico es causa eciente tan sólo por ser causa nal. No ha creado este mundo, no conoce este mundo, y ningún plan divino se cumple en el universo: la teleología de la naturaleza sólo puede ser una teleología inconsciente e inmanente. 1 2 Características En la metafísica aristotélica, `Dios' es entendido como el Ser Supremo y, en consecuencia, como el más alto objeto de estudio de esta ciencia. Tiene tres aspectos fundamentales: 1. Dios es acto puro. Dios no está sometido al cambio, porque el MI no tiene potencia, no tiene la posibilidad de transformarse, de llegar a ser algo diferente a lo que ya es. Dios está plenamente actualizado, es acto puro, energeia. Eso hace que Dios sea simultáneamente, la causa nal (como objeto de amor y de deseo que está alejado del mundo y es feliz de forma absoluta y autosuciente) del movimiento eterno del cosmos, pues mueve directamente el primer cielo y causa la rotación diaria de las estrellas alrededor de la Tierra. El resto de esferas de éter son otros motores pero no inmóviles y supeditados al primer motor. Todas las esferas son de éter y son lo más perfectas posible, intentando acercarse a Dios, si bien con movimientos circulares y velocidades uniformes. 2. Dios es forma pura. La teoría hilemórca no se le puede aplicar al MI, es la única sustancia que no admite la división estructural de las ousías en materia y forma. Que no tiene potencialidades lo sabemos porque no tiene materia, es inmaterial. Carece de la indeterminación de la materia primera, del apeiron. Dado que tampoco tiene accidentes o atributos, pues estos lo son de un sustrato, de un individuo material, tiene cierta semejanza con la Idea del Bien de Platón. 3. Dios es pensamiento que se piensa a sí mismo. La actividad propia del Ser Supremo es pensar y su resultado, el pensamiento más puro. Puesto que el objeto de su pensamiento no puede ser algo sometido al cambio, ni a la generación ni a la corrupción, el objeto del pensamiento del MI debe ser lo más excelso, esto es, él mismo. Dios se autoconoce en un acto eterno de autoconciencia. El MI es `nóesis noéseos ', se piensa a sí mismo por toda la eternidad. El Primer Motor, siendo como es inmaterial, no puede realizar ninguna acción corpórea: su actividad tiene que ser puramente espiritual y, por ende, intelectual. Dicho de otro modo: la actividad de Dios consiste en pensar. Pero ¾cuál es el objeto de su pensamiento? Conocer es participar intelectualmente en el objeto; ahora bien, el objeto de Dios ha de ser el mejor de todos los objetos posibles, y el conocimiento del que Dios disfruta no puede ser de ningún modo un conocimiento que implique cambio, ni sensación, ni novedad. Por consiguiente, Dios se conoce a sí mismo en un acto de eterna intuición o consciencia de sí. Por eso Aristóteles dene a Dios como Pensamiento del Pensamiento. Dios es un Pensamiento subsistente que se piensa a sí mismo por toda la eternidad. Es más, Dios no puede tener ningún objeto de pensamiento que no sea él mismo, pues en tal caso tendría un n fuera de sí. Dios, por lo tanto, sólo se conoce a sí mismo. 2