Atrina oldroydii

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DIRECCIÓN GENERAL DE INVESTIGACIÓN PESQUERA EN EL PACÍFICO NORTE
DICTAMEN TÉCNICO “EVALUACIÓN DE CALLO DE HACHA LISO, BAHÍA DE KINO, SONORA”
INSTITUTO NACIONAL
DE PESCA
INSTITUTO NACIONAL DE PESCA
DICTAMEN TÉCNICO
EVALUACIÓN DE UN BANCO DE CALLO DE HACHA LISO
(Atrina oldroydii) EN BAHÍA DE KINO, SONORA EN MARZO
DE 2011
Guaymas, Sonora, abril de 2011.
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DIRECCIÓN GENERAL DE INVESTIGACIÓN PESQUERA EN EL PACÍFICO NORTE
DICTAMEN TÉCNICO “EVALUACIÓN DE CALLO DE HACHA LISO, BAHÍA DE KINO, SONORA”
Resumen
Se evaluó la posibilidad de incrementar el esfuerzo de pesca en un banco de callo de hacha liso (Atrina
oldroydii) localizado a 25 km al sureste del poblado de Bahía de Kino, Sonora, México. Se construyó un
modelo batimétrico con puntos georreferenciados equidistantes a lo largo de la costa central de Sonora.
La línea de costa se obtuvo a partir de cartas topográficas 1:50,000. En la estimación de densidad y
abundancia se utilizó el método de área barrida con transectos realizados utilizando una cámara de
filmación submarina. El área barrida se calculó multiplicando el ancho del barrido de la cámara y la
distancia recorrida; el ancho de barrido se midió utilizando sensores de rayos láser con distancia fija
entre ellos adaptados a la cámara de video. La densidad se obtuvo dividiendo el número promedio de
organismos observados por tres personas en cada tramo video de cinco minutos, entre el área barrida
por la cámara. Se estimó la abundancia por cuadrantes de 100 x 100 m (una hectárea) y su abundancia
numérica en un sistema de información geográfica con la técnica de interpolación IDW; para la biomasa
total se multiplicó la abundancia numérica por el peso promedio de cada organismo. Aunque se
desconoce el origen del banco, las tallas uniformes indican que fue a partir de un solo pulso de
reclutamiento. El banco se ubica en una zona donde no arrastran los barcos camaroneros lo que puede
explicar su existencia, más no el origen y dinámica del reclutamiento y crecimiento. La densidad media
-2
-2
del banco fue de 0.84 organismos m (mínimo 0 y máximo 3.74 m ), similar a lo observado en otros
bancos de callo de hacha, y su biomasa de 85.99 toneladas de callos de 25 g de peso promedio.
Preliminarmente se estimó que este banco se ha reducido el 58.4% de su biomasa prístina. Se hacen
recomendaciones para la captura comercial, con consideraciones bioeconómicas y de seguridad para los
buzos que se dedican a la extracción comercial de este recurso.
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Evaluación de un banco de callo de hacha liso (Atrina oldroydii) en Bahía de Kino, Sonora en
marzo de 2011.
Dictamen Técnico
Miguel A. Cisneros Mata1, Raúl Ulloa H.1, Víctor Laurencez Reyes1, Mario Rojo2, Alejandra
Meza2, Jorge Torre2 y Kelly Andrews3
1. Instituto Nacional de Pesca. SAGARPA. CRIP Guaymas
2. Comunidad y Biodiversidad, A.C. (COBI), Guaymas, Sonora.
3. Northwest Fisheries Science Center, NOAA, Seattle, EEUU
Introducción
Las especies de moluscos bivalvos conocidos como callos (géneros Atrina y Pinna)
generalmente son grandes (entre 30 y 50 cm), de conchas delgadas triangulares, y ocurren en
parches o grupos de individuos en fondos arenosos blandos enterrados de la parte más
angosta de la concha. Las especies más importantes en las costas del Pacífico mexicano son
Pinna rugosa “hacha larga”, Atrina maura “hacha china” y Atrina spp. “hacha negra” (PalleiroNayar et al. 2007).
La reproducción que al parecer es anual se realiza mediante fertilización externa de los
gametos y el éxito depende de la densidad de adultos, corrientes y temperatura.
Generalmente alcanzan su madurez sexual cuando tienen tallas mayores a 15 cm de largo de
concha. En aguas costeras de Baja California Sur la reproducción se lleva a cabo de junio a
octubre en aguas de 28 a 30 °C (Singh et al. 1995, fide Palleiro-Nayar et al. 2007). En la zona de
Bahía de Kino (Sonora) no se ha estudiado esto, pero la actividad reproductiva de Atrina
tuberculosa ocurre en los meses de julio y agosto (Moreno et al. 2005).
Estas especies pueden generar pesquerías muy importantes por su alto valor comercial (Idris
et al. 2008). Sin embargo, los bancos de estas especies se caracterizan por brotes esporádicos
y masivos (Beltrán-Pimienta et al. 2008), tal vez reflejo de la irrupción en el asentamiento
larval y reclutamiento a los sitios de pesca. Esta dinámica poco conocida ocasiona que el
manejo pesquero de estas especies sea complicado. Un ejemplo fue la “aparición” súbita de un
gran banco (Morán-Angulo et al. 2008) de callo liso (Atrina oldroydii) en la zona costera del sur
de Sinaloa y norte de Nayarit hacia finales de 2006, que generó una enorme presión para su
evaluación y manejo y que terminó en su agotamiento en menos de un año después. No
menos importante fueron en ese caso los trágicos accidentes de pescadores y el desplome de
1
El trabajo de campo se realizó en conjunto con Ángeles Sánchez, de CEDO, A.C., Mario Rojo y Alejandra Meza de
COBI, A.C. Se agradece a Jorge Torre (COBI) el apoyo logístico y el facilitar la cámara submarina.
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los precios ocasionados, lo primero por la “carrera” por sacar el producto, lo segundo por la
oferta desbordada.
La cartografía es un insumo muy útil en los programas manejo pesquero relacionado con el uso
sustentable y la conservación del capital natural (p.ej. Ruiz-Luna et al. 2010). El cartografiado
de recursos pesqueros y su hábitat facilita alcanzar los objetivos del manejo moderno,
evidencia deficiencias en la información y permite priorizar los problemas para su solución
(Caddy y García 1985, Ruiz-Luna et al. 2010). El producir estos inventarios se hace complejo en
el caso de ambientes inestables, particularmente cuando las especies tienen fuerte
dependencia de las variables ambientales, y sobre todo ante la presión de pesca. En este
estudio se analizan datos de estructura espacial de abundancia del callo liso, Atrina ordoydii,
frente la costa de Bahía de Kino, Sonora, usando sistemas de información geográfica.
Objetivo
El objetivo del trabajo fue evaluar la posibilidad de incrementar el esfuerzo de pesca en un
banco de callo de hacha liso (Atrina oldroydii) localizado aproximadamente a 25 km al sureste
del poblado de Bahía de Kino, Sonora.
Material y método
Especie
La especie del presente estudio fue el callo de hacha liso Atrina oldroydii, usando la guía de
identificación de moluscos de Baja California a Perú por Keen (1971). Cabe mencionar que esta
especie está incluida en la actualización de la Carta Nacional Pesquera (DOF 2010).
Zona de estudio
El poblado Bahía de Kino se ubica en la región central de la costa de Sonora, a 100 km al SSW
de Hermosillo. La bahía propiamente está conformada por el borde sureste de Isla Tiburón
hasta la isla Dátil (Turner) y la costa de Sonora, en dirección sureste desde el Estero Santa Rosa
hasta el punto conocido como Hueso de Ballena. El centro de la bahía se ubica
aproximadamente en las coordenadas 28°55 N, 112°W (figura 1). El poblado Bahía de Kino
tiene aproximadamente 5,000 habitantes, de los cuales 800 son pescadores artesanales que
explotan unas 66 especies; unos 80 pescadores se dedican a la pesca por buceo de callo de
hacha, pulpo, pepino de mar, pargo y mero (Cinti 2010).
En el caso del callo de hacha, el Canal de Infiernillo (entre Isla Tiburón y la costa de Sonora),
territorio marino de la comunidad indígena Seri (Comcáac), es común la pesca de A.
tuberculosa (Basurto 2005, 2008, Basurto y Coleman 2010). Para A. tuberculosa en Bahía de
Kino existen tres zonas (norte, centro y sur) con densidades de 0.001, 0.01 y 0.02
organismos/m2, respectivamente. Solo se encontró P. rugosa en la zona centro, con una
densidad de 0.49 m2 (Moreno et al. 2005).
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Figura 1. Ubicación de la Bahía de Kino, mostrando las áreas tradicionales de pesca de callo de hacha, y la
ubicación del banco de callo liso que fue evaluado en este trabajo
El área geográfica donde opera la flota de pesca de callo se encuentra entre las isobatas de 35
y 50 m, definiéndose esta última como la máxima profundidad de operación de pesca debido a
las limitaciones técnicas de las embarcaciones y a la distribución conocida hasta ahora de este
recurso.
Modelo batimétrico. Para el área de estudio se construyó un modelo batimétrico a partir de
puntos georreferenciados equidistantes de 100 m a lo largo de la costa central de Sonora. Los
datos corresponden a registros compilados de campañas oceanográficas y estudios realizados
por universidades mexicanas, la Armada de México y embarcaciones de oportunidad. La línea
de costa se obtuvo a partir de cartas topográficas 1:50,000 elaboradas por el Instituto Nacional
de Estadística, Geografía e Informática (Ulloa et al. 2006). A continuación se integró al modelo
batimétrico, para todo ser transformado a un formato de celda (*.grid), con píxeles de 100 ×
100 m y coordenadas geográficas (Conical Conformal de Lambert) creándose de esta manera el
mapa base que fue usado en los análisis.
Video filmaciones submarinas. Para estimar la densidad y abundancia de callo de hacha liso se
utilizó el método de área barrida (Sparre y Venema 1998). Los días 9 y 10 de marzo del 2011 a
bordo de una panga (embarcación de siete m de eslora) se realizaron transectos de cinco
minutos cada uno, utilizando una cámara de filmación submarina (UWS-3210-300 Complete
Video System w/LE, camara UWC-325/p con pantalla de LCD 12” Outland Technology)
propiedad del Northwest Fisheries Science Center de Seattle (EEUU) de la National Oceanic
and Atmospheric Administration (NOAA). En cada transecto se anotaron la hora y posición de
inicio y final, la temperatura del agua y la profundidad.
Delimitación del banco. Con base en información de buzos experimentados y entrenados para
realizar monitoreo científico, los primeros transectos se hicieron en los sitios de mayor
densidad esperada de callo de hacha. Los siguientes transectos se realizaron de manera
aleatoria alrededor de estos sitios, y de manera adaptativa se fueron realizando más
transectos para comprobar tanto el límite del banco como densidades intermedias entre sitios
con densidad observada cero y otros sitios con densidades positivas. Este tipo de muestreo
adaptativo fue posible debido a que con la cámara se pudieron observar en tiempo real las
densidades.
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Cálculo de área barrida. Para cada transecto, el área barrida se calculó multiplicando el ancho
del barrido de la cámara y la distancia recorrida; el ancho de barrido se midió utilizando
sensores de rayos láser adaptados a la cámara de video con distancia fija entre ellos.
Estimación de densidad. La densidad de callo de hacha se estimó dividiendo el número
promedio de organismos observados por tres personas en cada tramo video de cinco minutos,
entre el área barrida por la cámara.
Cálculo de la abundancia numérica. A partir de la información anterior se estimó la abundancia
por cuadrantes de 100 x 100 m (una hectárea). Esto permitió simular la distribución espacial de
este indicador. La abundancia numérica se estimó en un sistema de información geográfica por
interpolando con la técnica de interpolación IDW, para determinar si los productos generaban
diferencias en los patrones de distribución espacial.
En la técnica de IDW los valores de las variables asignados a cuadrantes no muestreados se
obtienen como promedio de los valores observados en sitios de muestreo contiguos,
ponderándose por la distancia entre el centroide de dos cuadrantes contiguos. Esta técnica
supone que las densidades son inversamente proporcionales a la distancia entre estaciones
(Isaaks y Srivastava 1989). El modelo de interpolación se encuentra integrado a la plataforma
de ArcView y se describe como (cf. Ruiz-Luna et al. 2010):
Z =
∑
∑
z
d
1
d
en donde zj es el valor estimado (Ind./m2) para el sitio no muestreado, zi es el valor observado
en el sitio i y dij es la distancia (m) entre sitios de referencia. El término B es al factor de
ponderación (2.0) y n es el número de estaciones de referencia utilizado para el cálculo. La
interpolación IDW se aplicó por separado con los valores de abundancia y biomasa,
generándose mapas de valores continuos que posteriormente fueron re-categorizados, usando
distancias idénticas de intervalo como criterio para definir los límites.
Estimación de biomasa total. La biomasa total se estimó multiplicando la abundancia numérica
por el peso promedio de cada callo de hacha.
Resultados
En dos días de trabajo se realizaron 28 transectos de cinco minutos cada uno, con velocidad
variable (entre 0.06 y 0.24 m/s; promedio 0.134 m/s). El ancho de barrido de la cámara varió
entre 0.35 y 0.80 m (promedio 0.52 m); el área barrida promedio por estación fue de 18.2 m2 y
varió, dependiendo de la velocidad de la panga, entre 7.6 y 54 m2. Por la tarde de cada día se
analizaron los videos y -previo ensayos para homogenizar el conteo- por tres personas, se
anotaron las tres lecturas para estimar un promedio. En los videos se advierte una correlación
positiva entre la abundancia callos muertos enterrados y conchas de callo. Esta información
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será procesada con mayor detenimiento, pero los pescadores tradicionales de estos recursos
aseguran que el tirar las conchas y las vísceras de los callos encima del banco afecta
negativamente a los organismos. En el tercer día de trabajo, debido a la turbidez del agua fue
prácticamente imposible observar callos vivos, aun en sitios visitados previamente; es posible
que en estas condiciones los organismos se entierren o dejen de filtrar y esto imposibilite su
avistamiento.
La temperatura media del agua superficial fue de 14.9°C. La figura 2 muestra la densidad de
callos de hacha por transecto de cinco minutos. El orden de los transectos es secuencial
(cronológico) y por ello se puede apreciar el efecto del muestro adaptativo: se inició en sitios
con la mayor densidad esperada/observada y se continuó hacia la periferia hasta donde la
densidad se hacía nula y entonces se buscaban otros sitios al azar o cercanos a la mayor
densidad observada.
4 .0
3 .5
3 .0
N úm /m 2
2 .5
2 .0
1 .5
1 .0
0 .5
0 .0
0
5
10
15
20
25
30
Figura 2. Densidad media de callo de hacha por sitio de muestreo
La densidad media fue de 0.84/m2 (mínimo 0 y máximo 3.74/m2), similar a lo observado en
otros bancos de callo de hacha. En Malasia se encontró una abundancia de uno a tres callos de
los géneros Pinna y Atrina por metro cuadrado (Idris et al. 2008). En el banco de callo de hacha
frente a las costas del sur de Sinaloa y norte de Nayarit la máxima densidad promedio en
noviembre de 2007 fue de 0.76/m2 (Morán-Angulo et al. 2010); en mayo del mismo año la
densidad media varió entre 1.53 /m2 y 0.33/m2 a una profundidad media de 21.1 m (PalleiroNayar et al. 2007).
En el presente trabajo la profundidad media en la que se encontraron callos fue de 33.3 m; la
mayor presencia de organismos y las mayores densidades ocurrieron entre 32 y 33 m de
profundidad y se pudo observar que la densidad disminuyó paulatinamente hasta cero
después de los 34 m (figura 3). En el banco de Sinaloa-Nayarit la profundidad media del banco
fue de 21.2 m con máximo de 24 m (Morán-Angulo y Valdez-Pineda 2010, Palleiro-Nayar et al.
2007).
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4 .0
3 .5
N ú m /m 2
3 .0
2 .5
2 .0
1 .5
1 .0
0 .5
0 .0
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
Figura 3. Distribución batimétrica de presencia/ausencia y densidad de callo de hacha. Las líneas punteadas
fueron trazadas a ojo para identificar tendencias
En la figura 4 se muestran los contornos de densidad de organismos. Se puede apreciar que se
trata de un banco relativamente pequeño, con una extensión de 780 ha.
2
Figura 4. Contornos de densidad (Ind./m ) de callo de hacha liso
La biomasa se obtuvo multiplicando la matriz de datos de abundancia numérica estimada a
partir de los datos observados por el peso promedio de los callos (figura 5). En el banco de
callo de la misma especie evaluado en Sinaloa-Nayarit en 2007, los organismos fueron de talla
similar a los del banco de Bahía de Kino. La longitud osciló entre 20 y 29 cm de longitud de la
concha (media de 24.75 cm) y el peso promedio del callo fue de 25 g, independientemente del
tamaño de la concha (Morán-Angulo et al. 2008). La abundancia total estimada fue de
3’439,654 callos; con un peso medio de 25 g esto representa una biomasa total estimada de
85.99 toneladas.
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Figura 5. Contornos de biomasa (kg/m ) estimada de callo de hacha liso en Bahía de Kino en marzo de 2011
Este es un cálculo de biomasa para el banco en condiciones actuales. Para estimar el tamaño
original (B0) de la biomasa del banco se asumió que el banco no está experimentando
reclutamiento. En esas condiciones:
B0 = CAt + Bt
en donde CAt y Bt son, respectivamente, la captura acumulada hasta hoy y la biomasa actual.
La captura acumulada hasta principios de enero de 2011 asciende a 100 toneladas; si cada
panga extrae en promedio 30 kg de callo diario y están trabajando 24 pangas y asumiendo solo
30 días de captura, esto representa hasta hoy por lo menos 22 toneladas adicionales. Por lo
tanto se concluye que la biomasa original (B0) del banco antes del inicio de su explotación era
de por lo menos 208 toneladas. En consecuencia, el “standing stock” o biomasa remanente
hasta el 11 de marzo era de 41.4% del tamaño original.
Para explotar de manera sustentable una población de esa especie en equilibrio dinámico (con
reclutamiento y crecimiento individual además de mortalidad natural) se ha recomendado la
extracción de 20% de la biomasa original (Palleiro-Nayar et al. 2007), lo que en este caso
representa 41.6 toneladas capturadas por año. En el caso del banco evaluado en Bahía de Kino
no hay información sobre reclutamiento, crecimiento individual ni mortalidad natural.
Durante el procesamiento de los datos se comparó el polígono que abarca el banco de callo
liso y se observó que se ubica justamente donde usualmente no arrastran los barcos
camaroneros. Esto pudiera ofrecer una explicación acerca de la permanencia de los reclutas
una vez que se asientan en el fondo, más no del origen y dinámica de los pulsos de
reclutamiento.
Discusión
Respecto a la evaluación de biomasa, la técnica de IDW es un buen interpolador; cuando los
patrones de distribución resultantes son similares, permiten una mejor comprensión de los
patrones de distribución de los recursos.
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Los datos de captura de callo de hacha (Atrina spp y Pinna spp) en Bahía de Kino registran un
descenso importante con una tasa promedio anual (media geométrica del cociente de la media
móvil de orden dos) de 72% entre 1992 y 1999. En un segundo período de 1999 a 2009 se
observa un incremento de 6% anual y entre 2009 y 2010 la captura creció en casi 240% (figura
6).
180
160
Tone l adas mé t ricas
140
120
100
80
60
40
20
0
1990
1995
2000
2005
2010
Figura 6. Registro de descarga anual de callo de hacha (todas las especies) en Bahía de Kino. Información de la
Oficina Local de Pesca. Datos obtenidos y proporcionados por COBI. La línea color negro son datos
originales y la roja es un promedio móvil de orden 2.
En la zona de Bahía de Kino existe una pesquería de callo de hacha bien establecida desde hace
más de 20 años. La irrupción de las descargas de callo de hacha en 2010 parece deberse al
hallazgo, en 2009, del banco que se evaluó en este trabajo. Si esto es así y el tamaño de los
callos capturados es uniforme y no ha variado desde 2009, se puede inferir que se trata de un
banco que representa un pulso de reclutamiento de una sola cohorte. Esto sugiere que el
banco evaluado no soportará una elevada tasa de explotación; si el reclutamiento que pudiera
reabastecer el banco es esporádico o nulo, la tasa de explotación sustentable debiera ser
mucho menor.
Para la misma especie en el banco de Sinaloa-Nayarit en mayo de 2007 se estimó una biomasa
de 2,230 toneladas (Palleiro-Nayar et al. 2007), y de 1,982 toneladas en noviembre del mismo
año (Morán-Angulo y Valdez-Pineda 2010). Durante 2008 en ese mismo banco disminuyeron
drásticamente las capturas y finalmente se suspendió la pesca por la gran abundancia de
organismos muertos en estado de descomposición. En la prospección de junio 2008 no se
encontraron organismos vivos (Beltrán-Pimienta et al. 2008). La dinámica de la pesca en el
banco evaluado en Bahía de Kino es similar aunque el banco es de mucho menor tamaño.
Este banco representa un recurso de oportunidad para los buzos “calleros” tradicionales de
Bahía de Kino, pero además un fuerte incentivo al ingreso de más personas. Un estudio
reciente en el área señala que el esquema de control de entrada representado por los
permisos de pesca no genera incentivos para la sustentabilidad y concluye que el acceso a esa
actividad es abierto de facto. La razón de este fenómeno es que ingresan personas que no
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necesariamente tienen apego a la actividad pesquera sino al negocio que ello implica (Cinti
2010).
Habría que agregar que la irrupción súbita de estos recursos que tienen un alto valor en el
mercado genera no solo desplome de precios del producto y menor eficiencia económica, sino
que pone en riesgo la vida de las personas que lo capturan. En consecuencia, en estos casos es
urgente establecer controles de entrada (p. ej. permisos, capacitación) y de salida (cuotas de
captura) buscando el óptimo bioeconómico del sistema pesquero.
Lo anterior nos lleva a reflexionar cuáles pueden ser las consecuencias de ceder a la presión
actual para otorgar más permisos. El ingreso de nuevos pescadores acelerará el abatimiento
del banco de callo liso que en este trabajo se evalúa, con consecuencias negativas para todos
los pescadores. Adicionalmente, el ingreso de más personas a la pesca va a exacerbar la
competencia por los bancos tradicionales de la zona de Bahía de Kino, la reducción de los
precios, y el agotamiento de esos bancos. Es por ello importante evaluar cuanto antes los
bancos de callo “tradicionales” para fijar una política de manejo basada en consideraciones de
carácter bioeconómico.
Con la biomasa remanente en el banco evaluado se puede estimar el ingreso per cápita de los
pescadores bajo distintos escenarios. En las condiciones actuales, con 24 pangas tradicionales
con permiso, 85.99 toneladas representan 3.6 toneladas de callo por panga; si cada día
efectivo de pesca una panga captura en promedio 30 kg de callo esto equivale a 119 días de
trabajo hasta agotar el banco. Las tablas siguientes muestran un análisis de sensibilidad
variando la captura promedio o el número de pangas:
Tabla I-a. Captura por panga (kg), días de pesca por panga e ingresos/panga/día ($140/kg) suponiendo una
captura media de 30 kg/panga/día
Tabla I-b. Captura por panga (kg), días de pesca por panga e ingresos/panga/día ($140/kg) suponiendo una
captura media de 40 kg/panga/día
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Con fines de manejo se considera pertinente en este caso buscar el máximo beneficio
económico para los participantes tradicionales de la pesca de callo de hacha en Bahía de Kino.
En todo caso, el enfoque precautorio implica un manejo que permita condiciones mínimas de
reclutamiento en el banco de callo, lo cual se puede lograr dejando un remanente sin
explotación o bien mediante una rotación de los sitios de captura. Esto es equivalente a fijar
un escape proporcional a la pesca como punto de referencia para el manejo. La tabla II
muestra un análisis de sensibilidad de los días de trabajo esperados para un número variable
de pangas que capturan 30 kg/día en promedio.
Tabla II. Días de pesca por panga en función del porcentaje de biomasa que se deje en el mar y suponiendo una
captura media de 30 kg/panga/día
Pangas
24
34
44
54
67
74
84
94
104
0%
119
84
65
53
43
39
34
30
28
20%
96
67
52
42
34
31
27
24
22
30%
84
59
46
37
30
27
24
21
19
El análisis anterior muestra que el fijar un punto de referencia límite de escape a la pesca de
30% de la biomasa actual y permitir la pesca de 67 pangas es equivalente en términos de días
totales de pesca (30) a permitir la pesca a 94 pangas y acabar con la biomasa existente. En la
pesquería de callo de hacha de Bahía de Kino es factible operar la táctica de escape
proporcional mediante rotación de bancos y con el apoyo de los buzos calleros, y que han
mostrado gran interés en la pesca sustentable de estos recursos.
Además de lo anterior, es importante incluir elementos orientados al ordenamiento integral de
esta actividad extractiva. En el caso del banco de Sinaloa-Nayarit con fines de maximizar los
beneficios económicos por pescador se recomendó una talla mínima de captura de 22 cm de
ancho y una cuota de 50 kg/pescador/marea (Morán-Angulo et al. 2008); se recomendaron
asimismo, límites en el número de embarcaciones y una talla mínima de 17 cm de ancho de
concha, que equivale a 26 cm de largo (Palleiro-Nayar et al. 2007). Para Bahía de Kino se
considera factible una veda temporal en verano para proteger la reproducción de las especies
de callo de hacha); esto podría ser apoyado por los pescadores tradicionales, quienes afirman
que en esa época del año el tamaño del callo disminuye significativamente, lo cual coincide
con lo reportado Moreno y colaboradores (2005).
En términos de económicos es importante saber qué tanto esfuerzo de pesca se debe aplicar si
se quiere ser eficiente. El nivel de esfuerzo económicamente eficiente se deriva de un principio
económico básico: maximizar el valor neto de las ganancias, que tiene que ver con cuánto se
invierte y cuáles son los ingresos a medida que aumentamos el esfuerzo de pesca. El máximo
rendimiento económico se da al nivel esfuerzo donde se maximizan los ingresos netos.
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La autoridad tiene la responsabilidad de orientar las decisiones de los pescadores, que
generalmente no toman en cuenta la diferencia entre ingreso marginal y costo marginal de
incrementar el esfuerzo. En otras palabras, cada panga que ingrese a la pesquería ocasiona al
dueño un costo marginal y un ingreso marginal y si el costo es mayor al ingreso se afectará a sí
mismo y al resto. Aunque cada dueño de panga o pescador opera racionalmente mientras
tenga ingresos netos, todos juntos actúan para llevar los ingresos totales a cero.
El reconocimiento de privilegios de acceso favorece que los pescadores asuman costos y
beneficios que resultan de sus decisiones. Una manera de alejarse de la ineficiencia
bioeconómica es que los participantes en la pesquería tomen decisiones informadas. Por ello
es importante explicarles que no les conviene incrementar el esfuerzo más allá del
correspondiente al máximo rendimiento económico; esto ayudará a fijar límites de captura
(Anderson y Seijo 2010).
Si a un pescador o un grupo de pescadores organizados se les reconocen privilegios de acceso
a la pesca, la decisión de incrementar el esfuerzo será coordinada y no individual como en el
caso de acceso abierto. Para estos recursos que son muy variables la administración debe
incluir la participación de los pescadores (Beltrán-Pimienta et al. 2008). En el caso de Bahía de
Kino, un grupo de pescadores y permisionarios de callo de hacha se han organizado para
promover la pesca sustentable; dos elementos que pueden ser impulsados son las reglas de
operación y el esquema de vigilancia participativa que se pudieron en marcha. La participación
de los pescadores en labores de vigilancia genera sentido de pertenencia y puede traer
consecuencias positivas en el corto plazo, por ejemplo para evitar el desconchado y eviscerado
de callos encima de los bancos.
Conclusiones
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No se tiene conocimiento del origen del banco, pero las tallas uniformes parecen indicar
que se originó de un solo pulso de reclutamiento.
El banco de callo liso vino a recuperar las capturas y a dar un descanso a los bancos
tradicionales de la misma Bahía de Kino.
Al día 11 de marzo de 2011 la biomasa estimada es de 85.99 toneladas de callos de 25 g de
peso promedio.
Se estimó que hasta mediados de marzo se habían extraído 58.4% de la biomasa original
del banco.
Se trata de un banco relativamente pequeño y no se prevé que bajo el régimen de pesca
actual perdure mucho tiempo; tal vez se agote en el actual período de cuaresma por la
fuerte demanda de mariscos.
El banco está en una zona donde no arrastran los barcos camaroneros y esto puede
explicar su existencia, más no el origen y dinámica del reclutamiento y crecimiento del
banco.
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Hay una elevada correlación aparente (visual) entre la densidad de conchas de callo y
callos enterrados y muertos.
Al parecer el exceso de materia orgánica producto del eviscerado y limpiado del callo
contribuye a la turbulencia, ocasionando que los organismos dejen de filtrar y se entierren.
En la zona de Bahía de Kino se facilitaría el manejo de los bancos de callo de hacha pues
existe una historia de capacitación, interés creciente y participación de un grupo de
pescadores “calleros”.
Recomendaciones
1. De la protección a los pescadores y el acceso la pesca:
• Instrumentar un curso de buceo específico para la pesca de callo de hacha. Esto tiene el
objetivo de: a) Proteger la vida y la integridad de las personas que realizan esta actividad, y
b) establecer un control sine qua non para el acceso a la pesquería.
2. Del esfuerzo de pesca para callo liso:
• Opción 1. De preferencia, no permitir el acceso a más embarcaciones ribereñas para
pescar callo de hacha liso porque esto va a generar presión en los bancos tradicionales.
• Opción 2. Permitir un ingreso controlado y consensuado con pescadores calleros
“tradicionales” (históricos en Bahía de Kino). En este caso no se recomienda que el total
sea mayor a 67 pangas. Este criterio tiene el objeto de: a) maximizar el ingreso neto de los
pescadores que capturan el callo de hacha liso, b) evitar un número excesivo de pangas y
competencia por los bancos tradicionales de callo de hacha de la zona de Bahía de Kino, y
c) generar un incentivo entre los pescadores tradicionales para el ordenamiento pesquero
mediante reconocimiento de privilegios de acceso.
3. De la protección al banco de callo liso y a los demás bancos tradicionales:
• Prohibir de inmediato el desconchado y eviscerado encima de los bancos vivos o activos de
callo. Esto es con el fin de: a) evitar incrementar la mortalidad de los organismos, b) ayudar
a controlar la captura por panga, y c) evitar que se desplome el precio del producto en
playa.
• Establecer a la brevedad un escape proporcional como punto de referencia límite para el
manejo del banco de callo liso. En este caso, se recomienda dejar 30% de la biomasa
remanente al 11 de marzo de 2011, que equivale a un escape de 25.8 toneladas. Esto tiene
el propósito de: a) favorecer la posibilidad de que ese banco se restablezca en el sitio, y b)
evitar la extinción local de ese banco. Para poner en marcha esto se recomienda acordar
entre los pescadores una opción que puede ser el cierre temporal de bancos a la pesca, o
bien la rotación de bancos.
• Evaluar y monitorear cuanto antes los bancos de callo de hacha tradicionales, que
soportan la pesquería realizada por un número reducido de pescadores. Para estos bancos
de pesca tradicional, promover la instrumentación de medidas como las recomendadas en
el apartado anterior. Esto tiene el objetivo de conocer la abundancia y la dinámica de esos
bancos para instrumentar estrategias y tácticas de manejo ad hoc a ese sistema pesquero.
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Iniciar los estudios orientados a instrumentar una veda temporal para proteger la
reproducción de las especies de callo de hacha explotadas en Bahía de Kino.
Continuar con el proceso de generación de un plan de manejo pesquero para los bancos
de callo de hacha en la zona de Bahía de Kino en donde se retomen las recomendaciones
anteriores de manejo pesquero.
Literatura citada
Anderson, L. & J.C. Seijo. 2010. Bioeconomics of fisheries management. Wiley-Blackwell. 305
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