DISEÑO DE MATERIALES DIDÁCTICOS “Formulando un objetivo” Ing. Fernando Gutiérrez Ascencio 1 PRESENTACIÓN En esta guía se podrá analizar porqué es importante un objetivo, cómo diseñarlo y que características debe contener. Se recomienda realizar la lectura de cada tema para ir recopilando elementos que permita el buen desarrollo de objetivos de aprendizaje. 2 TEMAS Qué es un objetivo Porqué merece la pena redactar un objetivo Formulación de objetivos La taxonomía de Bloom Qué otras características deben reunir los objetivos 3 DESARROLLO QUÉ ES UN OBJETIVO En primer lugar conviene distinguir entre metas o fines y objetivos. Aunque hay autores que llegan a separar metas y fines en función de su mayor o menor grado de abstracción, en nuestra exposición trataremos ambos conceptos como sinónimos, en el sentido de propósitos genéricos que guían la práctica educativa. De hecho, tal es su amplitud y abstracción que su consecución a veces resulta difícil de distinguir y a menudo requieren una perspectiva a largo plazo. No obstante se trata de elementos de la mayor importancia, ya que iluminan y orientan todo el proceso educativo. Respecto a los objetivos propiamente dichos son enunciados precisos sobre qué se pretende que alcancen los alumnos como resultado de los procesos de enseñanza y aprendizaje. En general, podríamos decir que los objetivos son afirmaciones que permiten a los estudiantes conocer lo que pueden conseguir tras la realización de alguna actividad. Estas afirmaciones, no sólo focalizan la atención del estudiante y activan sus conocimientos previos y su preparación, sino que también contribuyen a la consecución de una mayor comprensión de la actividad. (Cooper, 1986:82). En cualquier caso, conviene tener en cuenta que el concepto de objetivo no deja de ser polémico y adquiere valores distintos dependiendo del modelo didáctico desde el que se contemple. 4 Los tipos de objetivos a considerar según el nivel de profundidad deseado del aprendizaje son: Conceptuales: Para señalar la adquisición de conocimientos. Procedimentales: Desarrollo de habilidades. Actitudinales: Para practicar y promover valores y actitudes PORQUÉ MERECE LA PENA REDACTAR UN OBJETIVO En primer lugar, los estudiantes se benefician de unos objetivos bien diseñados en cuanto: • Les indican qué es lo que se supone deberían hacer, reduciendo en cierta medida las ambigüedades propias de todo aprendizaje. Para empezar, conviene que el estudiante cualquier estudiante, pero especialmente el adulto y más aún el estudiante a distancia, separado de una fuente de información vital: el profesor conozca hacia dónde se encamina y por qué. Resulta imprescindible que el alumno sepa qué nivel de actuación se espera de él: no es lo mismo identificar un poema de Borges que conocer las características de este autor hasta el punto de imitar su estilo. • Los objetivos pueden ayudar al alumno a decidir si realmente le interesa el curso, si está dentro de sus posibilidades o simplemente si ya domina las capacidades que pretenden lograrse con el curso, módulo o lección. Precisamente una de las propuestas más actuales en educación consiste en la acreditación de conocimientos previos adquiridos formal o informalmente, de cara a la certificación de cursos o parte de cursos. Éste sería el caso de alguien que, por ejemplo, en un curso de auxiliar de 5 clínica pudiera prescindir, dados unos ciertos controles institucionales, de los módulos relativos a dietética por tener experiencia laboral previa. Los responsables de los cursos deberían considerar que no todos los objetivos son relevantes para todos los estudiantes y que parte de la alta tasa de abandonos especialmente llamativa en la Educación a Distancia pudiera estar relacionada con ese desfase entre objetivos y necesidades de los alumnos. • Nos encontramos ante un elemento clave de motivación: ¿qué hay más frustrante que no saber dónde se encuentra uno y hacia dónde va, o peor aún, adónde le llevan? Un buen listado de objetivos facilita que los alumnos aumenten la confianza en sí mismos al permitirles contemplar su progresión en el aprendizaje, y cuando el proceso de aprendizaje es largo y complejo, el hecho de verlo segmentado en tareas más asequibles puede resultar de gran ayuda. Incluso si no se ofrece una temporalización, el hecho de disponer de unos objetivos facilita la labor de programar el estudio, sobre todo si los objetivos están comentados (p.ej.: “este objetivo suele presentar dificultades a los alumnos porque….”; “éste, en cambio, es secundario respecto a los anteriores…”) • Les proporcionan un marco de referencia respecto al que comprobar sus progresos sin tener que esperar a la evaluación final, ya que en caso de saldarse ésta con un fracaso el alumno difícilmente puede volver a encauzar su aprendizaje. Si el objetivo es lo suficientemente claro debe permitir que el estudiante se autoevalúe de forma continua y remedie las deficiencias, si es necesario. • Les permiten contemplar el camino recorrido, obteniendo una visión de conjunto de todo el proceso de aprendizaje, así como de las habilidades 6 adquiridas, que podrán nombrar en sus justos términos (“Ya sé cómo redactar un objetivo”, “he aprendido a formular en química orgánica,….”) • Desde una perspectiva educativa más abierta, menos convencional, el alumno podría intervenir en el diseño del curso mediante la selección de sus propios objetivos. Incluso dentro de un programa con objetivos predefinidos, éste se puede hacer más abierto y flexible en la medida en que los estudiantes puedan elegir al menos parte de los objetivos. Imaginemos que ante un objetivo actitudinal como disfrutar con la lectura de las producciones literarias españolas del siglo XIX, es relativamente fácil establecer que el alumno escogiera la obra que más se ajustara a sus intereses. De la misma manera, los profesores o diseñadores del material didáctico se sirven de los objetivos para: • Centrarse, como principio organizativo, en los contenidos y habilidades que se desea que adquieran los estudiantes, sin perderse en digresiones que en lugar de aclarar, confunden. Hasta cierto punto, el diseñador deber ir preguntándose a cada momento si los contenidos que va incluyendo en su material responden o no a los distintos objetivos que se ha marcado. Si la contestación es negativa merece la pena sopesar si debe eliminarse el contenido o añadir nuevos objetivos. Obviamente también cabe la posibilidad de que algún objetivo no corresponda a ningún contenido, lo que debe llevar a plantear la necesidad de introducir nuevas actividades o materiales. • Tomarlos como criterios para seleccionar los métodos, medios y estrategias de acción. Un objetivo como observar y describir la 7 germinación de las semillas requiere un método experimental, de forma que el alumno construya un semillero, posiblemente con una pared de cristal que permita contemplar todo el fenómeno. • Establecerlos como referente a la hora de la evaluación y cumplir con un principio de coherencia y transparencia, de forma que el estudiante quede evaluado de acuerdo con los objetivos que hemos propuesto. Si, por ejemplo, hubiéramos establecido como objetivo que el alumno distinguiera entre superficies cóncavas y convexas, no sería de recibo que se le evaluara mediante una prueba en que se le exigiera una definición de convexidad y concavidad, ya que si hemos sido coherentes con el objetivo habremos programado actividades que sirvieran fundamentalmente para distinguir entre casos concretos de superficies y en principio nada nos invita a suponer que el alumno haya adquirido automáticamente la capacidad para definir aquellos conceptos. Hasta cierto punto podemos sospechar que parte de las evaluaciones negativas de los alumnos se deben precisamente a este tipo de incoherencia entre objetivos, actividades y evaluación. FORMULACIÓN DE OBJETIVO Algunas pautas en la formulación de los objetivos favorece que éstos se refieran a resultados de aprendizaje: - Distinguir objetivos de aprendizaje, enunciados con una frase cuyo sujeto es el alumno, de los objetivos del profesor o de la asignatura. - Incluir un verbo (acción). Un enunciado de contenido o un verbo sustantivo no proporciona información sobre qué se pretende conseguir o la dirección precisa hacia la que se enfoca un tema. 8 - Referir una acción en cada objetivo, lo más concreta y verificable (observable) posible. - Ser preciso, incluyendo condiciones o criterios, si los hay, y evitando toda ambigüedad. A continuación, se presentan algunas orientaciones concretas, ilustradas con ejemplos, para formular objetivos específicos. Formularlos en términos de lo que el estudiante debe saber y ser capaz de hacer al finalizar el aprendizaje. El objetivo <<Definir los conceptos fundamentales>> cumple esta condición. Por el contrario, no sería correcto <<Favorecer la definición de los conceptos fundamentales>> Describir comportamientos terminales específicos en la conducta y en el contenido, por ejemplo <<Identificar en cada situación las consecuencias de no cumplir los estándares de calidad>>. Sin embargo, no implica un comportamiento específico <<Comprender las consecuencias de no cumplir las normas de viabilidad>> Usar verbos de acción directa, como en el objetivo <<Utilizar el equipo siguiendo el protocolo de….>> y no en la formulación <<Comprender cómo debe utilizarse el equipo…..>> En cada objetivo describir una única acción. Así sería en el objetivo <<Identificar el tipo de procedimiento diagnóstico a utilizar según cada contexto>>. La siguiente frase incluye dos acciones:<<Identificar el tipo de procedimiento diagnóstico a utilizar según cada contexto y aplicarlo correctamente>> 9 Formularlos de manera que permitan una valoración clara de los resultados de formación, sin ambigüedad. Esta condición se cumplen en <<Exponer argumentos que muestren la importancia de la filosofía>> y no en <<Tener conciencia de la importancia de la filosofía>>. En algunos objetivos conviene precisar el nivel de logro que se desea, por ejemplo: <<Utilizar siempre….>>, <<Escribir sin ningún error….>>, <<Realizar una exposición de diez minutos, ….>>, <<Participar al menos una vez….>>, etc. Esta concreción, como queda explicitado en los ejemplos, puede referirse a la cantidad(al menos una vez), a la cualidad (ningún error) o al tiempo(diez minutos) En definitiva, los objetivos didácticos son las intenciones o resultados deseados con la formación, enunciados de manera que guíen la conducta en la solución de problemas o en la formación y constituyen la base para valorar los resultados. Indican qué deben ser capaces de hacer los estudiantes una vez acabado el aprendizaje, en qué condiciones deberán hacerlo y qué criterios se usarán para valorar lo aprendido. Nos ayudan a responder qué deben aprender los estudiantes, qué deben enseñar los profesores y cómo sabremos que lo hemos logrado. En la actualidad los objetivos se entienden como enunciados que especifican: • La descripción de las competencias que se espera que adquieran los estudiantes al término del proceso de aprendizaje-enseñanza. • Las condiciones bajo las que se va a demostrar dicha competencia. 10 • El rango de competencia esperado; particularmente el mínimo exigible, aunque también pueden especificarse grados de competencia que luego se traduzcan en distintas calificaciones. Ejemplos: Competencias Desarrollar Condiciones Rango habilidades principalmente en a través de la redacción de comunicativas, y de análisis el medio escrito, documentos morfosintáctico y lexical, Realizar una varios de uso práctico. planificación siguiendo el utilizando únicamente los pedagógica de la modalidad no esquema sugerido elementos adecuados según presencial en la unidad de situación y circunstancias. aprendizaje Participar en una conversación en una simulación de forma que el intercambio en inglés de situaciones sea típicas diarias Justificar las razones por las que a través de provenientes para un de 3 hablante nativo. un con el hombre depende tanto de los debates grupales productos compresible un mínimo argumentos del petróleo Desarrollar habilidades para con claridad, adoptando expresarse oralmente, coherencia, respetuosas actitudes ante las 11 pronunciación aportaciones de otros. correcta y entonación adecuada, al manifestar ideas, experiencias, sentimientos, Los objetivos bien formulados sugieren qué hay que hacer para lograrlos. Cuanto más específico y mejor formulado esté un objetivo, más claro resultará entender lo que se pretende lograr y más fácil saber qué estrategias y recursos se pueden utilizar para conseguirlos. Para formular correctamente los objetivos valiosos podemos ayudarnos de algunas taxonomías o clasificación de objetivos. LA TAXONOMÍA DE BLOOM Las taxonomías o clasificaciones de objetivos facilitan el análisis y la reflexión sobre los distintos objetivos de aprendizaje que se pueden proponer a los alumnos. Ayudan a dar forma y enunciar de manera operativa las intenciones de aprendizaje, permiten organizar la reflexión sobre lo que se hace en la asignatura, y facilitan la identificación de posibles omisiones en los planteamientos didácticos. La taxonomía de Bloom se elaboró a partir del estudio de las tareas que realizan los estudiantes universitarios para responder a las demandas de sus profesores y para lograr aprobar las asignaturas. 12 Bloom y sus colaboradores analizaron las operaciones cognitivas que los estudiantes ponen en funcionamiento para hacer estas tareas, obteniendo seis categorías jerarquizadas. Los propios autores ofrecen una amplia relación de conductas y contenidos adecuados y frecuentemente relacionados con cada categoría. Proporcionan ejemplos aplicables a diferentes programas (Morales, 1995 y Bloom y otros, 1973). Las seis categorías son las siguientes; - CONOCIMIENTO Esta categoría se refiere a recoger información y recordarla. Se manifiesta repitiendo o reconociendo. Los objetivos de este nivel son los más fáciles de evaluar y se debe evitar confundirlos con comprensión o análisis. Es importante determinar qué se debe saber a este nivel para lo que nos podemos ayudar de una clasificación de <<contenidos tipo>>. Definir, listar, rotular, nombrar, identificar, repetir quién/qué/cuándo/dónde, describir o citar, son algunas de las actuaciones que indican resultados de aprendizaje de este nivel. - COMPRENSIÓN En esta taxonomía tiene un sentido simple, casi intuitivo; a veces sin conciencia del proceso lógico subyacente. Se refiere a entender la información, captar el significado, interpretar hechos o predecir consecuencias, utilizando para ello conocimientos previos. - APLICACIÓN Supone una generalización de la comprensión a otras circunstancias o situaciones. Consiste en utilizar lo aprendido y comprendido en situaciones nuevas, con datos nuevos o en un contexto diferente; resolviendo, planteando 13 problemas o utilizando métodos. Lo específico de la aplicación está en la novedad de la situación. Se trata de completar una tarea o solucionar un problema. Si no hay cambio, se puede estar comprobando simple conocimiento de memoria comprensión. Aplicar, demostrar, completar, examinar, modificar, cambiar, experimentar, descubrir, usar, resolver, construir o calcular, son algunas de las actuaciones que indican resultados de aprendizaje de este nivel. - ANÁLISIS Añade a la comprensión una mayor conciencia y manifestación del proceso lógico. Consiste en identificar patrones y componentes, detectar relaciones y organizar las partes. Separar, comparar, clasificar, ordenar, explicar, conectar, dividir, seleccionar, inferir, categorizar o contrastar, son algunas de las actuaciones que indican resultados de aprendizaje de este nivel. - SÍNTESIS Se refiere a elaborar o crear algo nuevo a partir de elementos anteriores. Consiste en combinar e integrar ideas en un nuevo producto o plan. Combinar, integrar, reordenar, sustituir, planear, crear, diseñar, preparar, formular o escribir, son algunas de las actuaciones que indican resultados de aprendizaje de este nivel. - EVALUACIÓN Juzgar según unos criterios internos (coherencia, existencia de errores o externos (utilidad, calidad, viabilidad). Decidir, establecer, probar, medir, juzgar, explicar, comparar, justificar, discriminar, concluir, seleccionar, predecir, argumentar o criticar, indican resultados de aprendizaje de este nivel. 14 Para la formulación de objetivos referidos al desarrollo de actitudes se puede utilizar la taxonomía del ámbito afectivo (Metfessel, Michael y Kirsner, 1969; Bloom y otros, 1973). Las categorías son las siguientes: - RECEPCIÓN Se refiere a la voluntaria disposición para atender a determinados fenómenos o estímulos. En el nivel más bajo está la conciencia, percibir una realidad, y en el más alto la atención controlada hacia esa realidad, pasando por la disposición para percibir. Desde el punto de vista docente, se relaciona con el hecho de captar, retener y dirigir la atención del estudiante. Percibir, prestar atención, diferencias, compartir, escuchar con atención, elegir, responder corporalmente o controlar, son algunas de las actuaciones que indican resultados de desarrollo de este nivel. - RESPUESTA Se refiere a la participación activa. La persona reacciona de algún modo a un fenómeno: acepta responder, manifiesta una disposición positiva ante el mismo o, en el nivel más alto, muestra satisfacción ante la misma. Abarca conductas en la que se pasa de una postura receptiva a otra activa mediante una serie de pasos que pueden suponer la satisfacción en responder: lee por satisfacción y placer, por ejemplo. Conformarse, seguir, aprobar, ofrecer espontáneamente, discutir, practicar o aplaudir, son algunas de las actuaciones que indican resultados de desarrollo de este nivel. - VALORACIÓN Como objetivo, valorar algo se refiere a la estima o al valor que un estudiante concede a un objeto particular, un fenómeno, una conducta. Acepta, muestra preferencia o se compromete con un valor. 15 Conductas tales como aumentar, renunciar, especificar, asistir, ayudar, alentar, negar, protestar, debatir o argumentar, son algunas de las actuaciones que indican resultados de desarrollo de este nivel. - ORGANIZACIÓN La organización se refiere aquí a la integración de diferentes valores, resolución de conflictos o superación de dilemas entre ellos y construcción de un sistema de valores que tenga coherencia interna. El énfasis, por tanto, se pone en la actividad que compara, relaciona e integra valores. Discutir, teorizar, abstraer, comparar, armonizar, organizar, definir o formular, son algunas de las actuaciones que indican resultados de desarrollo de este nivel. - CARACTERIZACIÓN POR UN VALOR En este nivel de dominio afectivo, el individuo posee un sistema de valores que ha gobernado su conducta por un tiempo lo suficientemente largo como para haber configurado un característico <<estilo de vida>>. Por consiguiente, la conducta significativa, consistente, predecible. El énfasis principal se pone en el hecho de que la conducta es característica de la persona. Revisar, cambiar, completar, reclamar, dirigir, resolver, resistir o ser bien evaluado por otros para algo, son algunas de las actuaciones que indican resultados de desarrollo de este nivel. QUÉ OTRAS CARACTERÍSTICAS DEBEN REUNIR LOS OBJETIVOS A la hora de presentar los objetivos conviene que: 16 • Sean comprensibles para el estudiante, evitando la terminología que aún le sea desconocida, así como palabras vagas (¿qué es exactamente comprender el genoma humano?, ¿en qué consiste saber las causas de la Guerra Civil española?). • Se formulen en términos positivos puesto que resultan mucho más fáciles de comprender. Por ejemplo, un objetivo que el alumno evitará no contextualizar los comentarios de texto resulta evidentemente confuso; sería mucho más comprensible redactarlo como el alumno contextualizará los comentarios de texto. • Sean lo suficientemente específicos, señalando quién, qué, dónde, cómo, cuándo y durante cuánto tiempo van a participar en el proceso de aprendizaje. Por ejemplo, en lugar de decir liste los componentes de la atmósfera, sería más útil proponer que liste los cinco componentes más abundantes de la atmósfera. • No abrumen al estudiante, ya sea con una lista interminable de objetivos, ya sea que dentro de los objetivos se enumeren demasiadas condiciones y rangos de competencia. Lejos de ayudarle, terminarán por confundirle más. • No se limiten a un mero listado. Por el contrario, los objetivos deberían ponerse en relación con distintos aspectos como el conocimiento previo del estudiante, los contenidos que se especifican en el material o las actividades que se van a realizar. • Se advierta de sus distintos grados de dificultad, de forma que los estudiantes estén preparados para los que suelen resultar especialmente intrincados y puedan dedicarle el suficiente tiempo y esfuerzo. • Resulten atractivos y motivadores, de forma que capten la atención de los estudiantes. De nuevo el uso de un lenguaje accesible puede ser de gran utilidad, sin olvidar comentarios ad hoc para algunos objetivos. 17 • Correspondan con los requisitos de evaluación. En caso contrario, los estudiantes se sentirán, con razón, gravemente defraudados. • Faciliten el papel activo tanto de profesores como de alumnos. Sería bueno que cada objetivo fuera acompañado de alguna actividad a lo largo o al final de cada bloque temático. Las preguntas autoevaluativas, por ejemplo, pueden dar pistas acerca de lo que el alumno necesita hacer para poder demostrar que ha alcanzado los objetivos fijados. • Estén presentes durante toda la exposición de los bloques temáticos, de forma que guíen el proceso de aprendizaje y no se queden como meros enunciados que cubren un simple formalismo. Para evitar esto, se puede finalizar cada sección con una reproducción de objetivos, por ejemplo, en forma de listas de comprobación: “Ahora que has finalizado este bloque temático, revisa lo que puedes hacer (repitiendo de nuevo los objetivos propuestos al inicio)”. • Encuentren sustento en los diferentes recursos didácticos existentes (libros, grabaciones, vídeos, videoconferencias, etc.). Según Birkenbihl (1996) los criterios fundamentales para la fijación de los objetivos de aprendizaje, responderían a las siguientes cuestiones: 1. ¿Cuál es el grado de “madurez humana” de los alumnos? ¿Cuáles son sus necesidades? ¿Cuáles son sus intereses? ¿Qué tipo de motivaciones tienen los alumnos a la hora del aprendizaje? 2. ¿Cuáles son los problemas de su entorno educativo que les preocupan? ¿Cómo son las actividades que les podrían ayudar a canalizar su conocimiento teórico? ¿Con qué problemas se enfrentarán en el futuro próximo? ¿En qué medida se puede contribuir a que los alumnos solucionen sus problemas futuros de la mejor manera posible? 3. ¿Qué estructura presentan los conocimientos científicos que quiero transmitir a los alumnos? ¿Qué métodos didácticos debería utilizar para 18 transmitir estos conocimientos nuevos del modo más fácil y más rápido posible? ¿Qué métodos de evaluación debería aplicar para indagar en qué medida he tenido éxito con esta transferencia de conocimientos? ¿Qué ejercicios deberá elegir para facilitar la aplicación de los conocimientos teóricos? REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICA Álvarez, Y., Villardón, L., 2006. Planificar desde competencias para promover el aprendizaje. España. Birkenbihl, M., 1996, Formación de formadores. Train the trainer. Paraninfo, Madrid. Bloom, B., 1971, Taxonomía de los objetivos de la educación, Buenos Aires: El Ateneo. 19 Elaboración de guías didácticas para la enseñanza a distancia. UNED. Instituto Universitario de Educación a Distancia. Unidad Técnica de Investigación y Formación en Materiales Didácticos. Evans T. Y Nation, D. (Eds), 1989, Critical Reflections on Distance Education, Londres: The Falmer Press. Gagné, R.M., Briggs, L.J., Wager, W.W., 1988, Principles of Instructional Design (3ª ed.) Orlando: Holt, Rinehart and Winston. Gimeno Sacristán, J. Y Pérez Gómez, A., 1992, Comprender y transformar la enseñanza, Madrid: Morata. MAGER, R.F., 1975, Preparing Objectives for Instruction. Belmont, CA: Fearon. 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