Anestro postparto y alternativas de manejo del

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Anestro postparto y alternativas de manejo del amamantamiento
en vacas de doble propósito en trópico
P. Pérez Hernández 1, C. Sánchez del Real 2, J. Gallegos Sánchez 1 *
1
Colegio de Postgraduados, Especialidad de Ganadería, Km 35,5 Carretera México-Texcoco,
Montecillo, Edo. de México, (México)
2 Departamento de Zootecnia, Universidad Autónoma Chapingo, Chapingo. (México)
[email protected]
RESUMEN
La duración del anestro postparto es una de las principales causas que afecta la eficiencia reproductiva y productiva de las explotaciones bovinas de doble propósito en las regiones tropicales. Su duración se incrementa por efecto del
amamantamiento y la presencia continua del becerro, al inhibir la secreción de GnRH y LH. Existen evidencias que indican que la FSH y el desarrollo folicular, no limitan el restablecimiento de la actividad reproductiva postparto. Se sabe
que el amamantamiento inhibe la secreción de GnRH en hipotálamo porque incrementa los efectos negativos de los
opioides endógenos y del estradiol en hipotálamo e hipófisis. En ganado bovino de doble propósito, el amamantamiento
restringido y la separación del estímulo del amamantamiento 8 h después de la ordeña (amamantamiento retrasado), son
algunas opciones de manejo que pueden utilizar los productores para disminuir la duración del anestro postparto. Sin
embargo, con el amamantamiento restringido se disminuye el desarrollo del becerro a menos de que se proporcione una
adecuada complementación con forraje de buena calidad y concentrado. Por el contrario, el amamantamiento retrasado,
mejora la ganancia de peso de los becerros sin necesidad de alimentación adicional.
PALABRAS CLAVE:
Rejeguería
Bos taurus ´ Bos indicus
Bovinos
Rumiantes
Crianza de becerros
Producción de leche
INTRODUCCIÓN
En las regiones tropicales de México se encuentra el 46 % del ganado bovino, y la
mayoría de los productores (64 %) manejan sus animales en el sistema de «Doble Propó-
* Autor para correspondencia
Recibido: 23-1-01
Aceptado para su publicación: 17-08-01
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sito» o «Rejeguería». La ganadería tropical aporta 20 y 40 % respectivamente, de la leche
y carne consumida en el país (Román, 1995). De esta cantidad, la mayor parte de la leche
y cerca del 50 % de la carne, se produce por animales manejados en el sistema de doble
propósito. Para que este tipo de ganadería sea rentable, la vaca debe tener un intervalo entre partos de 12 a 13 meses, destetar un becerro por vaca cada año y producir una cantidad
adecuada de leche para su venta. Para lograr el primer objetivo, las vacas deben restablecer su actividad ovárica cíclica entre 65 y 85 días después del parto, con la finalidad de tener al menos dos oportunidades de servirlas y que conciban entre 85 y 115 días postparto.
Obtener un parto por vaca cada año en los hatos de doble propósito, es difícil de lograr
con las condiciones actuales de manejo extensivo de los animales, ya que son causa de
prolongados períodos de anestro postparto, una inadecuada detección de estros y la necesidad de varios servicios por concepción. Esto se refleja en tasas anuales de parición de
45 a 55 % (Román, 1995) e intervalos entre partos promedio mayores a 540 días (Villa y
Arreguín, 1993). La duración del anestro postparto en tales condiciones se prolonga hasta
150-250 días (Santos et al., 1995; Ruiz-Cortés y Olivera-Ángel, 1999; Villagómez et al.,
1999) y es el principal factor que afecta el intervalo entre partos (Williams et al., 1996;
Ruiz-Cortes y Olivera-Ángel, 1999).
Para que las vacas restablezcan sus ciclos estrales después del parto, deben superar
los efectos negativos que ejercen la gestación y el parto en el eje hipotálamo –hipófisis–
gónadas; pero sobre todo, el efecto inhibitorio de la presencia constante del becerro y su
amamantamiento, al inhibir la secreción pulsátil de la Hormona Liberadora de Gonadotropinas (GnRH) y la Hormona Luteinizante (LH), lo cual impide el desarrollo folicular y la
ovulación de los folículos dominantes. En este trabajo, se describen los factores que afectan la fertilidad postparto de las vacas y los principales cambios endocrinos del anestro
postparto. Se hace especial énfasis en el amamantamiento, sus efectos en el período postparto; en el desarrollo folicular; el mecanismo por el cual inhibe la actividad reproductiva
y las alternativas de su manejo para mejorar la eficiencia reproductiva y productiva de las
explotaciones bovinas de doble propósito en el trópico.
ANESTRO POSTPARTO
Después del parto, las vacas tienen limitada su capacidad de concebir por un tiempo
variable. Su duración depende de la involución uterina, el anestro postparto y los cuerpos
lúteos de vida media corta. La primera que tiene una duración promedio de 25-32 días
(Toribio et al., 1995), no representa problema para las vacas de doble propósito, pues raramente ovulan y presentan estro antes de 40 días postparto (Ruiz-Cortés y Olivera-Ángel, 1999).
La primera ovulación postparto de la mayoría de las vacas productoras de carne que
amamantan a su becerro no se acompaña de conducta de estro (Werth et al., 1996), y frecuentemente es seguido por un cuerpo lúteo de vida media corta (Werth et al., 1996; Yavas et al., 1999). Se ha reportado que los cuerpos lúteos de vida media corta se presentan
en la mayoría de las vacas productoras de carne (66-100 %; Stagg et al., 1995), de manera
independiente de la duración del anestro (Mukasa-Mugerwa et al., 1991); y se caracterizan porque el cuerpo lúteo que se forma es pequeño, secreta menor cantidad de progesterona (Yavas et al., 1999), responde en menor grado a las gonadotropinas y sólo presentan
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una oleada folicular (Stagg et al., 1995; Yavas et al., 1999). Estos ciclos estrales cortos,
son una de las principales causas de la baja tasa de concepción a primer servicio en vacas
con baja condición corporal (Stagg et al., 1995), cuando se induce la ovulación con el
destete del becerro (Yavas y Walton, 2000) o con la administración de hCG (Yavas et al.,
1999).
En la mayoría de los mamíferos, después del parto, el estímulo del amamantamiento
de la cría induce un período sin ciclos estrales, conocido como anestro postparto, cuya finalidad es permitir que la madre se recupere de los efectos de la preñez y que asegure la
supervivencia de su cría (McNeilly, 1997). Durante este período, el eje hipotálamo-hipófisis-gónadas-útero debe recuperase en su total funcionamiento, para que se instale la nueva gestación. La extensión de este período con frecuencia resulta en pérdidas económicas
para los productores y es responsable, en parte, de la baja eficiencia reproductiva de las
vacas de doble propósito en el trópico (Villa y Arreguín, 1993; Williams et al., 1996).
AMAMANTAMIENTO Y PERÍODO POSTPARTO
De los factores que afectan al período de anestro postparto en vacas cebú y Bos taurus ´ Bos indicus de doble propósito en trópico, el amamantamiento y la nutrición son los
que ejercen los mayores efectos negativos (Toribio et al., 1995; Villagómez et al., 1999;
Das et al.,1999). En vacas a las que el becerro se separa de su madre a los pocos días de
edad, los ciclos estrales se reinician entre la segunda y tercera semana postparto (Toribio
et al., 1995; Henao et al., 2000), sin embargo, en vacas que amamantan a su becerro, esto
sucede hasta los 35-60 d postparto en vacas productoras de carne (Gazal et al., 1999) o
hasta después de los 150 días postparto en vacas de doble propósito (Villagómez et al.,
1999; Ruiz-Cortés y Olivera-Ángel, 1999).
Por lo anterior, la interacción de la vaca con su becerro es importante para determinar
la duración del anestro postparto. Al respecto, se ha observado que: 1) Vacas cuyos becerros se destetan o que amamantan a un becerro ajeno, ovulan más pronto que vacas con
becerro propio (Silveira et al., 1993); 2) La presencia del becerro sin mamar retrasa la primera ovulación postparto (Hoffman et al., 1996); 3) La presencia del becerro sin mamar,
mientras otro becerro ajeno mama a la madre, prolonga el anestro postparto de manera similar a vacas que son amamantadas por su propio becerro (Lamb et al., 1997); 4) La denervación de la glándula mamaria no disminuye el anestro postparto; 5) Un período de 24
horas de contacto entre vaca y cría después del parto es suficiente para que se establezca
la unión vaca-becerro (Viker et al., 1993); 6) La estimulación del área inguinal durante el
intento de amamantamiento de un becerro propio (Viker et al., 1993; Stevenson et al.,
1994) o un becerro ajeno (Lamb et al., 1997) prolonga el anestro postparto. Estas observaciones indican que la falta de ovulación después del parto no depende únicamente de
señales somatosensoriales causadas a la glándula mamaria por el becerro (Williams et al.,
1993 y 1996), sino que existen otros factores, como la visión, el olfato o la sola presencia
física del becerro, que son capaces de inhibir la actividad reproductiva postparto (Griffith
y Williams, 1996; Stagg et al., 1998).
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AMAMANTAMIENTO Y CRECIMIENTO FOLICULAR
El crecimiento de folículos hasta el tamaño de ovulatorio se inicia poco después del
parto con la formación del primer folículo dominante. Éste es detectado por ultrasonografía entre 7 y 10 días postparto en vacas productoras de leche (Savio et al., 1990), entre 10
y 15 días en vacas productoras de carne (Kamimura et al., 1994; Stagg et al., 1995), entre
6 y 10 días en vacas cebú con becerro destetado al parto (Toribio et al., 1995) y entre 26 y
78 días en vacas cebú manejadas de manera extensiva en la zona tropical (Ruiz-Cortés y
Olivera-Ángel, 1999). Un bajo porcentaje (11 a 50 %) de estos primeros folículos dominantes ovulan en vacas productoras de carne contra cerca de 70 % en vacas productoras
de leche (Savio et al., 1990); estimándose que, antes de la primera ovulación postparto, se
presentan en promedio de 2,7 a 3,4 folículos dominantes (Kamimura et al., 1994) y 6,8 a
10,6 ondas de crecimiento folicular (Stagg et al., 1995). Estos resultados indican que el
extenso período parto a primera ovulación se debe a un fallo en la ovulación de los primeros folículos dominantes (Ruiz-Cortés y Olivera-Ángel, 1999; Henao et al., 2000). No se
conocen claramente los factores involucrados en el desarrollo final de los folículos preovulatorios; pero la ovulación del primer folículo dominante puede inducirse mediante la
administración de un análogo de GnRH (Crowe et al., 1993) o el destete del becerro al
parto en vacas cebú (Toribio et al., 1995; Henao et al., 2000).
MECANISMO POR LOS CUALES EL AMAMANTAMIENTO
PARTICIPA EN LA INHIBICIÓN DE LA ACTIVIDAD
REPRODUCTIVA POSTPARTO
La principal limitación para el restablecimiento de los ciclos estrales postparto en la
vaca es la baja secreción de GnRH y LH. Se ha observado que el amamantamiento y la
presencia constante del becerro disminuyen la liberación de GnRH y LH, y de esta manera prolongan el anestro postparto; por el contrario, el destete del becerro incrementa la liberación de GnRH (Gazal et al., 1998), y por lo tanto la frecuencia y amplitud de los pulsos de LH (Griffith y Williams, 1996; Yavas y Walton, 2000).
Por lo anterior, se sugiere que el estímulo del amamantamiento actúa sobre hipotálamo disminuyendo la liberación de GnRH, lo que a su vez provoca menor secreción de LH
(Zalesky et al., 1990; Yavas y Walton, 2000). La administración de naloxone (antagonista
de opioides), al principio del período postparto, incrementa la frecuencia de pulsos de LH
(Ahmadzadeh et al., 1998) y disminuye la duración del anestro postparto (Stevenson et
al., 1997). La respuesta a la administración de naloxone, varía en vacas con o sin becerro;
observándose mayor respuesta en vacas con becerro con respecto a vacas sin becerro. A
su vez, la remoción del becerro, por 48 h al día 30 postparto, disminuye la concentración
de b -endorfinas en hipotálamo (Connor et al., 1990). Las anteriores observaciones aunadas a que se ha reportado una correlación negativa entre la concentración de b -endorfinas
con la concentración de LH del parto a la primera ovulación, y una correlación positiva
con el intervalo postparto (Osawa et al., 1998), sugieren que los opioides actúan de manera directa en las neuronas productoras de GnRH, afectando la liberación de GnRH y de
esta manera en forma indirecta regulan la secreción de LH. Algunas observaciones adicio-
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nales que apoyan la sugerencia anterior son: 1) Existe asociación neural entre las neuronas productoras de GnRH y las neuronas productoras de opioides, 2) La administración
de morfina, agonista de estos opioides, disminuye la concentración de LH después de la
separación del becerro, y 3) La administración de antagonistas de opioides, incrementa en
seis veces la expresión de la proteína c-fos en neuronas GnRH (Boukhliq et al., 1999).
Sin embargo, no se conoce si la liberación de los opioides endogenos dentro del hipotálamo actúa a nivel presináptico por liberar catecolaminas o directamente en la neurona productora de GnRH.
Recientemente se reportó que naloxone no tiene efecto al principio del período postparto, y esto no se debe a falta de receptores para opioides (De Rensis et al., 1999), lo cual sugiere que vías independientes a los opioides participan en la inhibición de la secreción de
GnRH y LH. Algunas de estas vías potenciales pueden ser los sistemas de neurotransmisores, como GABA, catecolaminas, oxitocina y vasopresina (Chieng y Williams, 1998).
También se ha propuesto que el amamantamiento y la presencia continua del becerro
con la vaca, ejercen su acción vía la secreción de estradiol (García-Winder et al., 1984;
Zalesky et al., 1990). Estos autores sugieren que el amamantamiento del becerro incrementa la sensibilidad del hipotálamo a la retroalimentación negativa del estradiol producido por el ovario, resultando en baja secreción de LH. A medida que el período postparto
transcurre, el pulso generador de GnRH se vuelve menos sensible al estímulo del amamantamiento (García-Winder et al., 1984), pues se escapa de los efectos de retroalimentación negativa de estradiol. Esto resulta en incremento en secreción pulsátil de LH, surgimiento del pico preovulatorio de LH y ovulación.
La mayoría de la evidencia indica que la FSH (Crowe et al., 1998; Stagg et al., 1998)
y el desarrollo folicular en el ovario no limitan el restablecimiento de la actividad reproductiva postparto (Toribio et al., 1995; Villagómez et al., 1999; Yavas y Walton, 2000).
A pesar de que la concentración de prolactina es mayor en vacas con becerro que en
vacas sin becerro; y su liberación se induce por el amamantamiento de un becerro propio
o ajeno (Silveira et al., 1993), no se ha podido demostrar que esta hormona participe en la
inhibición de la actividad reproductiva postparto de la vaca (Williams et al., 1996; Yavas
y Walton, 2000).
La concentración de cortisol disminuye a medida que el período postparto transcurre
y su secreción no depende del amamantamiento (Stevenson et al., 1994), ni requiere estimulación de la ubre, pues la sola presencia del becerro sin mamar la incrementa en vacas
con ubre intacta (Hoffman et al., 1996) o mastectomizadas (Stevenson et al., 1994). Debido a que el cortisol disminuye la secreción de LH, se ha sugerido que esta hormona participa en la inhibición de la secreción de LH durante el período postparto en vacas con becerro. Sin embargo, algunos autores han concluido que la modulación negativa de LH por
el amamantamiento no es regulada por cortisol (Yavas y Walton, 2000).
La oxitocina, que se libera durante el proceso del amamantamiento, se aumenta con el
sólo contacto inguinal (Stevenson et al., 1994), y se libera en mayor cantidad cuando el
becerro que mama es propio becerro con respecto a si el becerro es ajeno (Silveira et al.,
1993). Sin embargo, no se conoce el efecto de esta diferente secreción de oxitocina en vacas con becerro propio o ajeno. La concentración de IGF-1 es mayor en vacas productoras
de carne a las que se les separa su becerro a los 18 d de edad (Ryan et al., 1994; Lamb et
al., 1999), pero no se ha encontrado relación entre la concentración de IGF-1 con la duración del anestro postparto, a pesar de que las concentraciones de IGF-1 están correlacionados con la frecuencia de pulsos de LH (Zurek et al., 1995).
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En resumen, para que la vaca presente su primera ovulación postparto, es necesario
que ésta recupere la funcionalidad total de su eje reproductivo (hipotálamo-hipófisis-gónadas-útero). Esto implica: 1) Que se llenen los depósitos de LH en hipófisis; 2) Se realice la involución uterina y el reinicio del crecimiento folicular. Estos requisitos se cumplen
en las primeras 3-4 semanas postparto; sin embargo, posteriormente el estímulo del amamantamiento del becerro incrementa la sensibilidad del hipotálamo a la retroalimentación
negativa del estradiol, lo que causa una baja frecuencia en la secreción de GnRH y LH.
La mayoría de la evidencia indica que esto se realiza vía los opioides endógenos; sin embargo, puede involucrar la participación de neuronas dopaminérgicas en hipotálamo y la
secreción de oxitocina.
ALTERNATIVAS DE MANEJO DEL AMAMANTAMIENTO
PARA REDUCIR EL ANESTRO POSTPARTO
EN VACAS DE DOBLE PROPÓSITO
Debido a los marcados efectos negativos del amamantamiento en el restablecimiento
de la actividad reproductiva postparto su regulación representa una opción viable para reducir el anestro postparto.
Son varias las opciones de manipulación del amamantamiento que se han investigado.
Sin embargo, debido a las características de manejo extensivo de los animales, el tipo de
ganado predominante (cebú y sus cruzas con Holstein, Suizo Pardo y Simental) y los objetivos de producción (carne y leche) de las vacas de doble propósito en trópico, han hecho que el destete definitivo o precoz del becerro, el destete temporal por 48-72 h, la restricción del amamantamiento y el amamantamiento retrasado sean las alternativas que el
productor puede adoptar para reducir el anestro postparto.
Destete Precoz (DP)
La edad habitual de destete en este sistema oscila entre los seis y ocho meses. El destete precoz consiste en retirar al becerro antes de esa edad pudiendo ser al parto (Escobar
et al., 1984; Toribio et al., 1995), entre 30 a 40 días después del parto o más tarde (Rodríguez et al., 1995; Bell et al., 1998). El destete de los becerros a los 4 d de edad, disminuyó (p < 0,05) el período parto concepción e intervalo entre partos de 200,4 y 490,1 ± 83,3
d, respectivamente, en vacas con amamantamiento tradicional a 118,7 y 380,0 ± 47,7 d en
vacas con destete precoz. En vacas cebú, cuyos becerros se destetaron inmediatamente
después del parto presentaron su primer estro con duración normal (18 a 22 d) entre 16 y
48 d postparto (Toribio et al., 1995). A su vez, cuando el becerro se destetó a los 30 d de
edad, el intervalo parto primer estro se disminuyó (p < 0,001) a 43 ± 10 d, comparado con
72 ± 9 d en vacas cuyos becerros tuvieron un dispositivo en la nariz que les impedía mamar y 133 ± 11 d en vacas con amamantamiento constante (Mukasa-Mugerwa et al.,
1991). Recientemente, se ha indicado que el destete de los becerros de vacas Brahman, a
los 28 ± 10 d de edad, redujo (p < 0,01) el intervalo parto primera ovulación y primer estro (34,8 ± 5,81 y 41,2 ± 9,03 d) comparado con vacas con amamantamiento continuo
(65,0 ± 4,82 y 81,0 ± 6,21 d; Henao et al., 2000). Los resultados anteriores, muestran que
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eliminar completamente los efectos negativos del amamantamiento y la presencia del becerro, mediante el destete precoz, disminuye el período parto primer estro, parto concepción e intervalo entre partos; debido a que el destete realizado inmediatamente después
del parto permite el crecimiento folicular, la secreción de estradiol, ovulación y estro (Toribio et al., 1995; Henao et al., 2000).
La adopción del destete precoz, por los productores de bovinos de doble propósito, ha
sido limitada por factores como, mayor necesidad de manejo de los animales, menor peso
de los becerros al destete, mayor mortalidad de los becerros, formación de ciclos estrales
cortos, disminución en la duración de la lactancia y producción de leche de las vacas. Si
embargo, el destete precoz, puede realizarse en explotaciones con mayor nivel tecnológico y con vacas con menores características cebuínas que no requieran del apoyo del becerro para la eyección de la leche durante la ordeña.
Destete temporal
En esta modalidad de amamantamiento, el becerro a los 30, 60 ó 90 días de edad, se
separa de la madre por períodos variables (48, 72 ó 96 h). Esta separación del becerro de
su madre, incrementa la secreción de LH e induce la ovulación y el estro (Williams et al.,
1993). Así, en vacas cebú con 90 d postparto en trópico, el destete temporal por 96 h permitió (p < 0,01) que el 67,6 % de las vacas presentaran estro comparado con 26,6 % en
vacas con becerro, sin embargo, no hubo efecto (p> 0,001) en fertilidad (73,9 vs 75,0 %;
Soto-Belloso et al., 1997).
La respuesta al destete temporal es muy variable, pues depende del tiempo postparto
en que se realiza, de la condición corporal de la vaca y la duración del destete. Para eliminar de manera total, los efectos negativos del amamantamiento del becerro, es necesario
separar completamente al becerro de la vaca por más de 96 h, pues cuando el becerro se
separa por 48 ó 72 h, al retornar el becerro con su madre los efectos negativos del amamantamiento se vuelven a presentar (Shively y Williams, 1989).
En condiciones de campo es difícil que los productores realicen destetes por más de
96 h sin tener problemas de manejo con los becerros. Por ello, se recomienda: 1) Destetar
a los becerros por 48 ó 72 h, aunado con tratamientos de progesterona, estradiol y GnRH
o PMSG para inducir la ovulación (Rivera et al., 1998; Mackey et al., 2000); 2) Realizar
el destete del becerro en vacas con más de 60 d postparto, cuando los becerros ya consumen forraje; 3) Usar dispositivos en nariz para impedir el amamantamiento por 24 ó 48 h.
Estas recomendaciones pueden facilitar el manejo y disminuir el estrés de los becerros.
Amamantamiento restringido
En vacas productoras de carne consiste en limitar el amamantamiento a períodos cortos (30, 60, 90 ó 120 min) al día, iniciándolo cuando el becerro tiene entre 30 y 60 días de
edad. Se ha observado que restringir el amamantamiento a una vez al día, comenzando a
los 30 d postparto, tendió a disminuir (p < 0,08) el intervalo parto primer estro en 12 d
comparado con vacas con becerro constante (Bell et al., 1998), sin embargo, limitarlo a
dos veces al día no lo reduce (Lamb et al., 1999). En trópico, Rodríguez y Segura (1995)
en vacas Cebú reportaron que restringir el amamantamiento a 60 min al día, entre los
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30-60 d postparto, mejoró (p < 0,05) la tasa de concepción en 90 días de empadre (90 %)
con respecto a vacas con amamantamiento constante (72 %), pero no tuvo efecto en el intervalo parto concepción.
En vacas de doble propósito en trópico, los becerros de vacas Cebú y sus cruzas maman antes y después del ordeño para inducir la eyección de la leche y consumir la leche
residual (Orihuela et al., 1990). Este manejo se realiza durante los primeros 90 días; posteriormente y hasta su destete, el becerro consume sólo la leche residual. Con esta práctica de manejo, a pesar de que las vacas no se encuentran de manera continua con su becerro, pues se restringe el amamantamiento a períodos cortos (uno o dos veces por 30 ó 60
min) del día, la primera ovulación se presenta en promedio a los 70-85 d postparto (Gallegos et al., 1990; Pérez et al., 1993), pero puede presentarse hasta 150-250 d postparto
(Villagómez et al., 1999). Además, a los becerros con amamantamiento restringido se les
debe proporcionar alimento concentrado y forraje de buena calidad para evitar efectos negativos en su desarrollo (Orihuela, 1990).
La respuesta al amamantamiento restringido depende de la condición corporal de la
vaca al parto y postparto. En vacas cebú con baja condición corporal (3,7 ± 0,2) al parto,
el intervalo parto primer estro fue mayor (p < 0,01; 143 ± 12 d), con respecto a vacas con
alta condición corporal (7,8 ± 0,2; 67 ± 10 d). En este mismo estudio, al aumentar la frecuencia de amamantamiento, de uno a dos veces al día, incrementó (p < 0,05) el intervalo
parto primer estro de 88 ± 11 d a 122 ± 11 d (Santos et al., 1995). Recientemente, Das et
al (1999) reportaron que proporcionar 4 kg/d de concentrado como suplemento alimenticio a vacas con amamantamiento restringido, disminuyó (p < 0,05) el intervalo parto primera ovulación y parto concepción con respecto a vacas que recibieron 2 kg del mismo
concentrado (48,9 vs 57,3 d, respectivamente). A su vez, en vacas de doble propósito los
efectos negativos del amamantamiento son más fuertes cuando las vacas se alimentan exclusivamente de pasto sin ningún complemento alimenticio (Villagómez et al., 1999). Las
anteriores observaciones, muestran que la nutrición de la vaca de doble propósito durante
el período postparto, interactúa con el amamantamiento del becerro para prolongar el período de anestro postparto.
Amamantamiento retrasado
El amamantamiento retrasado consiste en realizar el amamantamiento del becerro 8 h
después de la ordeña, y surge de la necesidad de reducir los prolongados períodos de
anestro postparto en vacas Bos taurus ´ Bos indicus manejadas en el sistema de doble
propósito, sin afectar la producción de leche ni el desarrollo del becerro. Para lograrlo, las
vacas se ordeñan de manera total en la mañana, previo apoyo del becerro. Después de la
ordeña, las vacas se van a pastorear a la pradera y los becerros permanecen en un corral
con acceso a una pradera pequeña, donde consumen forraje y agua a libre acceso. A las 8
h después de la ordeña, las vacas y becerros se reúnen por 30-60 min, para que el becerro
consuma toda la leche sintetizada en las 8 h existentes entre la ordeña y el amamantamiento. Con este manejo de vacas y becerros, se simula realizar dos ordeños, pero la leche de la mañana es para el productor y la de la tarde para el becerro. Se recomienda iniciar el retraso del amamantamiento a partir de los 7 d de edad de los becerros, para que
éstos consuman calostro y leche a libre acceso en la primera semana de edad, y disminuir
la incidencia de enfermedades.
ANESTRO POSTPARTO Y ALTERNATIVAS DE MANEJO DEL AMAMANTAMIENTO EN VACAS
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Con esta modalidad de amamantamiento realizado con vacas Bos taurus ´ Bos indicus manejadas en el sistema de doble propósito, se ha disminuido (p < 0,05) el intervalo
parto primera ovulación de 77,1 ± 20 d en vacas con amamantamiento restringido por 2 h
al día, a 57,3 ± 20 d (Pérez et al., 1991). Además, en este mismo estudio se encontró que
el amamantamiento retrasado permitió que el 100 % de las vacas presentaran su primera
ovulación en los primeros 100 d postparto, comparado con 84 % en las vacas con amamantamiento restringido (p < 0,05). Resultados similares han sido obtenido por Gallegos
et al. (1990). Estos resultados apoyan la hipótesis de que las vacas de doble propósito que
amamantan a su becerro después de la ordeña, están sujetas a dos fuertes estímulos inhibitorios que se presentan uno después del otro. El primero, es causado por el proceso de la
ordeña (sujeción de la vaca, apoyo del becerro para el descenso de la leche y ordeña manual con el becerro al lado), y el segundo, es provocado por el amamantamiento del becerro (por 30, 60 ó 120 min, después de la ordeña). Al separar la presentación de estos dos
estímulos, mediante el amamantamiento retrasado, se disminuye el intervalo parto primera ovulación y se incrementa la proporción de vacas que ovulan en los primeros 100 d
postparto. El intervalo parto primera ovulación en vacas con amamantamiento retrasado
se ha reducdo aún más (p < 0,05; 46,0 ± 12,1 d), si además de retrasar el amamantamiento
del becerro, las vacas se exponen al toro con pene desviado desde 7 d postparto (Pérez et
al, 1993).
La cantidad de leche ordeñada obtenida en vacas con amamantamiento retrasado, es
cerca de 2 kg mayor (p <0,05) que la de vacas con amamantamiento restringido
(7,04 ± 0,5 kg/d vs 5,19 ± 0,7 kg/d), cuando se proporcionan 2 a 3 kg/vaca/día de complemento alimenticio con 17 % de proteína cruda (Gallegos et al., 1993). Por el contrario, la
producción es similar (p> 0,05), si las vacas reciben sólo 1 kg/vaca/día de complemento
alimenticio (6,5 ± 0,9 kg/d vs 5,8 ± 0,9 kg/d; Pérez et al., 1993). La producción de leche
total, obtenida al sumar la leche ordeñada y la consumida por el becerro, se incrementa
(p < 0,05) en alrededor de 2 kg/día en vacas con amamantamiento retrasado con respecto
a vacas con amamantamiento tradicional, cuando las vacas se suplementan con 1 kg/animal/día de concentrado comercial con 16 % de proteína cruda al momento de la ordeña y
2 kg/animal/día de complemento alimenticio, elaborado con melaza, gallinaza, sal común
y sal mineral, al momento del amamantamiento (11,3 ± 1,6 kg/d vs 9,2 ± 1,9 kg/d; Martínez et al., 1995).
La mayor producción de leche obtenida en vacas con amamantamiento retrasado con
respecto a amamantamiento restringido, puede deberse a que el amamantamiento retrasado simula la realización de dos ordeños con presencia del becerro, lo cual debe incrementar la secreción de oxitocina. Esta sugerencia se apoya en que: 1) Cuando las vacas se
exponen a un becerro ajeno, éstas secretan menos cantidad de oxitocina, con respecto a
vacas expuestas con su propio becerro (Silveira et al., 1993); 2) Al combinar el amamantamiento del becerro con la ordeña, a principios de la lactancia, se incrementa la producción de leche total (Bar-Peled et al., 1995); y 3) Ordeñar las vacas por la mañana, con máquina, y amamantar al becerro por la tarde, durante las primeras 8 semanas de la lactancia, aumenta la producción de leche total en 18 %, en lactancias de 300 d y dos ordeños
diarios (Fulkerson et al., 1978).
El amamantamiento retrasado no disminuye la ganancia de peso de los becerros, sino
que por el contrario, la incrementa (Gallegos et al., 1993). Cuando a los becerros se les
proporciona alimento complementario a libre acceso, como se sugiere realizarse en becerros de vacas con amamantamiento restringido, los becerros con amamantamiento retrasaInvest. Agr.: Prod. Sanid. Anim. Vol. 16 (2), 2001
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do ganan (p < 0,01) más peso (827 ± 34,8 g/d), con respecto a becerros de vacas con amamantamiento restringido (702 ± 26,2 g/d; Gallegos et al., 1991 y 1993). Sin embargo, los
resultados, de la mejora en la ganancia de peso de los becerros con amamantamiento retrasado son más evidentes cuando la alimentación de los becerros se basa en leche que
consumen de la madre y forraje en la pradera, sin ningún complemento alimenticio (como
la mayoría de los productores realiza en las explotaciones de doble propósito; Orihuela et
al., 1990). Al respecto, Pérez et al. (1991 y 1993) encontraron que los becerros con amamantamiento retrasado tuvieron mayor (p < 0,05) ganancia diaria de peso (779-862 g/d),
comparado con becerros con amamantamiento restringido (576-608 g/d). A su vez, la ganancia de peso de becerros con amamantamiento retrasado (724 ± 100 g/d) son similares
(p> 0,05) a la de becerros que permanecen con sus madres durante 8 h al día en la pradera
(637 ± 200 g/d), y por lo tanto, tienen la oportunidad de mamar a libre acceso (amamantamiento tradicional; Martínez et al., 1995). Los resultados anteriores, en conjunto, indican
que, a diferencia del amamantamiento restringido, en donde se disminuye el desarrollo
del becerro, a menos de que se proporcione adecuada complementación con alimento de
buena calidad, el amamantamiento retrasado 8 h después de la ordeña no disminuye el
crecimiento del becerro, sino que por el contrario la mejora (Gallegos et al., 1990 y 1993;
Pérez et al., 1991 y 1993), y permite obtener pesos de 114-124 kg a los 100 d de edad.
Los becerros con amamantamiento retrasado maman menos (p < 0,05) tiempo
(19,5-32 min) y en menor frecuencia (1,1-3,2 veces), con respecto a becerros con amamantamiento restringido (22,9-39 min y 3,3-3,8 veces; Gallegos et al., 1991). Esta menor
frecuencia e intensidad de amamantamiento de los becerros a las vacas con amamantamiento retrasado explican, en parte, su más pronto restablecimiento de la actividad ovárica postparto, y cuestionan la necesidad de dejar al becerro junto con su madre por períodos mayores de 30 min después de la ordeña.
CONCLUSIONES Y PERSPECTIVAS
Los efectos negativos del amamantamiento sobre la función reproductiva postparto,
se producen principalmente en hipotálamo, donde disminuyen la secreción de GnRH y
LH en hipófisis. Existen claras evidencias indicando que la FSH y el desarrollo folicular
en el ovario, no limitan el restablecimiento de la actividad reproductiva postparto. La presencia constante del becerro sin mamar incrementa la secreción de cortisol y oxitocina;
pero no se conoce la participación de estos cambios endocrinos en el restablecimiento de
la actividad reproductiva de las vacas postparto.
El amamantamiento continuo o la interacción constante de la vaca con su becerro
prolonga el período de anestro postparto. La sola presencia del becerro sin mamar inhibe
el restablecimiento de la actividad reproductiva y prolonga el anestro postparto; por lo
que, las estrategias de manejo para disminuir el anestro postparto, deben enfocarse a manipular el amamantamiento del becerro, y separar, lo más posible, al becerro de la vaca y
romper el efecto de la asociación vaca-becerro.
El destete precoz elimina de manera total el estímulo del amamantamiento y reduce el
período de anestro postparto; sin embargo, es difícil de ser implementado por los productores de doble propósito, a menos que dispongan de mayor nivel tecnológico y de vacas
que no requieran del estímulo del becerro para la eyección de la leche. Adicionalmente,
ANESTRO POSTPARTO Y ALTERNATIVAS DE MANEJO DEL AMAMANTAMIENTO EN VACAS
267
destetar el becerro a los pocos días de edad, disminuye la producción de leche, reduce la
duración de la lactancia y el desarrollo corporal del becerro.
El amamantamiento restringido es otra opción para disminuir el anestro postparto y
aumentar la producción de leche de las vacas; sin embargo, reduce el crecimiento del becerro, salvo que se le proporcione alimentación complementaria.
El amamantamiento retrasado es una opción viable que el productor de ganado bovino de doble propósito puede implementar para disminuir el anestro postparto, sin afectar
negativamente la producción de leche y los cambios de peso corporal de las vacas. Además, el amamantamiento retrasado permite un desarrollo adecuado de los becerros, sin
necesidad de alimentación extra.
Para implementar alguna de las estrategias de manejo del amamantamiento y mejorar
la eficacia productiva y reproductiva de las explotaciones bovinas de doble propósito en
trópico, se debe considerar la no disminución del desarrollo del becerro, y el mantenimiento o incremento de la duración de la lactación y la producción de leche por parte de
la vaca.
Es necesario realizar evaluaciones de tipo económico, directamente con los productores, para determinar las opciones de manejo del amamantamiento que permitan aumentar
los ingresos económicos, mediante una mejor eficacia productiva y reproductiva de las
explotaciones. También se requiere determinar si mediante una adecuada suplementación
de vacas y becerros se puede disminuir aún más la duración del anestro postparto y mejorar la producción de leche y el desarrollo del becerro de las vacas con amamantamiento
retrasado.
SUMMARY
Postpartum anoestrus and management alternatives for nursing calves in dual
propose cows in the tropics
The duration of the postpartum anoestrus interval is one of the main factors that affects the productivity
and reproductive efficiency of dual-purpose system cattle in tropical regions. Duration of postpartum anoestrus
is greatest among cows exposed to continuous nursing and presence of the calf. The mechanisms mediating this
process have not been elucidated, but it is known that the secretion of GnRH and LH are inhibited. More specifically, it is known that nursing inhibits the secretion of GnRH from the hypothalamus by increasing the negative
feedback effects of the endogenous opioids and estradiol within the hypothalamus and hypophysis. Alternatively, there is evidence that FSH levels and follicle development are not limiting the reestablishment of
postpartum reproductive activity. In dual-purpose cattle, controlled nursing and the separation of the nursing
stimulus 8 la after milking (delayed nursing) can be used as a management option to reduce the duration of the
postpartum anoestrus interval. However, with controlled nursing, the development of the calf is slowed, unless it
is given and adequate supply of good quality forages and concentrate feed. In contrast, delayed nursing improves weight gain of calves without the need for supplemental feeding, but delays the return to reproductive activity.
KEY WORDS:
Nursing calves
Milk production
Bos taurus ´ Bos indicus
Cattle
Ruminants
Dual purpose system
Invest. Agr.: Prod. Sanid. Anim. Vol. 16 (2), 2001
268
P. PÉREZ HERNÁNDEZ et al.
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