EXPOSICIÓN SISTEMÁTICA KARL MARX Karl Marx fue un filósofo alemán del siglo XIX cuyas ideas tuvieron, y aún mantienen una gran influencia en la historia. El marxismo se plasmó en obras como Manuscritos económico-filosóficos (1844), Tesis sobre Feuerbach (1845-1846), La ideología alemana (1845-1846) y El Capital (1876), y su campo de influencia es muy amplio. Marx, por ejemplo, presenta una nueva teoría económico-política que incluye una sociología, así como una nueva interpretación de lo que debía ser la filosofía, siempre congruente con su materialismo histórico. Marx parte de la crítica del idealismo de Hegel aunque toma de su filosofía la idea de la estructura dinámica que tiene todo. Pero la gran influencia sobre Marx la constituye Feuerbach y su concepto de alienación religiosa, basada en un materialismo mecanicista. Al analizar más reflexivamente su obra, Marx critica ese mecanicismo, es decir, el considerar que a las mismas causas las siguen los mismos resultados, al igual que en una máquina. También reprocha a Feuerbach que no profundice en el resto de tipos de alienación, además de la religiosa, y el conformarse con una explicación sobre el nacimiento de la alienación que no satisface a Marx. Por último, le achaca cierta ambigüedad a Feuerbach. Marx, por tanto, es materialista, pero no cree que el desarrollo de la historia sea como el de una máquina, sino que, dependiendo de la época, a unas causas no le siguen los mismos resultados. A esto se le denomina materialismo histórico. Pues bien, acorde con el materialismo histórico, Marx aborda el concepto de ser humano y desarrolla toda su teoría político-económica, y sobre todo, sociológica. Del hombre cree Marx que está alienado, es decir, transformado y reflejado en algo distinto de lo que es, y que esta enajenación se produce por medio del trabajo. El trabajo, en nuestra sociedad, en nuestro sistema económico, deshumaniza al hombre, lo cosifica. Para Marx el trabajo no debe alienar al hombre, sino hacerle humano, precisamente. Marx critica el hecho de que se tome al ser humano como un ser únicamente racional y se obvie su dimensión práctica. Para cambiar esta concepción del trabajo que enajena al ser humano, el filósofo propone eliminar la propiedad privada, el capital, con el fin de evitar que de alguna manera el hombre se proyecte en un producto o en su clase social. Es así como toma forma su teoría política, basada en la eliminación del capitalismo burgués y con el objetivo de llegar a un estadio sin propiedad privada ni Estado como tal. Este sistema económico debe ser eliminado mediante un proceso conocido como la “lucha de clases” y el proletariado se debe imponer para dar paso a su dictadura, que servirá para implantar el comunismo. Esto no es tarea fácil, debido a dos cosas principalmente: la ideología y la religión. La función de la ideología es deformar y suplantar la realidad social de los hombres y debe ser estudiada con el fin de hallar las causas que permiten la propia ideología. La religión, asimismo, con ese efecto placebo que provoca el pensar que en una vida futura el ser humano será feliz consigue que la revolución necesaria para eliminar el capitalismo se vea obstaculizada. Además, a la teología Marx la considera como sostenimiento del sistema productivo correspondiente.