COMUNIDAD ISLÁMICA DE ÑUÑOA Por: Consuelo Cáceres Jacob y Bárbara Zuñiga Naranjo. Trabajo Social Nuestro observatorio está orientado a la comunidad musulmana de la mezquita As salam, la cual está ubicada en la comuna de Ñuñoa (entre las calles Holanda, Irarrazabal, Suecia y Simón Bolívar). En torno a esta mezquita se ha ido constituyendo dicha comunidad, la cual incorpora alrededor de 14 familias, siendo estas inmigrantes, conversas o mixtas; comunidad que forma parte del denominado “barrio musulmán”. El interés por observar esta comunidad surge a partir de la concientización del grupo acerca del poco conocimiento que existe sobre el trasfondo que tienen las prácticas culturales musulmanas, lo cual deriva en ciertas conductas de rechazo hacia ellos de parte de la sociedad chilena. Se buscó comprender el porqué de ciertos ritos, poniendo especial énfasis en el hecho de que esta comunidad se formó espontáneamente alrededor de la mezquita y principalmente por la necesidad de mantener las raíces culturales islámicas en Chile. La comunidad Musulmana estaba compuesta por actores que nosotros identificamos como directos e indirectos. Dentro de los actores directos, encontramos al Centro Islámico de Chile, institución religiosa islámica sin fines de lucro y con personalidad jurídica, esta entidad se relaciona directamente con la comunidad, dado que es la encargada de administrar la mezquita As Salam, así como organizar a las comunidades musulmanas en Chile. Otros actores directos son las personas pertenecientes a la comuna de Ñuñoa, aquellas personas no musulmanas que viven en el barrio musulmán, el cual está compuesto por una peluquería, una panadería y un colegio de esta índole. Dentro de los actores indirectos, encontramos a las diversas comunidades musulmanas que hay en Chile, algunas instituciones gubernamentales y a la Comunidad Islámica Mundial, la cual organiza a todas las comunidades musulmanas del mundo. Como grupo hemos encontrado 2 problemáticas en la comunidad; en primer lugar el tema educación, ya que tienen una escuela, la cual es llamada Fundación Educacional del Islam en Chile y que tiene 40 alumnos, pero sin embargo no está totalmente reconocido por el Mineduc. Otro problema que nos parece relevante es la falta de diálogo cotidiano con otras comunidades islámicas que también se encuentran en Chile. En primer lugar, creemos que se debe preguntar a quienes se verán afectados por las políticas propuestas en este informe, ya que no es prudente que llegue un actor externo a la comunidad a imponerles cierto tipo de comportamiento. Presentamos como objetivo la consolidación de una escuela especializada para niños que practiquen el islam y que además esté abierta a personas que no lo practiquen, pero que sus líneas de acción sean acorde a esta cultura. Como ya fue expuesto, la escuela existe, sin embargo la propuesta conlleva un impulso desde el ministerio de educación, el cual certifique y acredite el establecimiento como una institución de educación básica (y/o media) a la cual cualquier menor del país pueda asistir. Esto, con el fin de que no sólo los niños musulmanes asisten a ella; sino que se genere una instancia intercultural en la misma escuela. En cuanto a las líneas de acción planteadas para la mayor interacción entre las comunidades islámicas presentes en el país, se plantea una propuesta que apunta a la reunión en oración una vez al mes en la mezquita As salam, con participación voluntaria pero con la base de que “la mezquita es un lugar de reunión en la oración, mientras más somos orando juntos, más beneficios nos traerá”. Esta propuesta está dirigida a todos quienes practican el islam en el país. Como proyección y de cierto modo tomando los aprendizajes que nos ha dejado este observatorio rescatamos el nuevo foco desde el cual miramos la realidad, en este caso, de la comunidad en atención. Esto, ya que como se mencionó anteriormente se tenían muchos prejuicios en cuanto a la relación comunidad - sociedad, los cuales a través de las distintas etapas de este observatorio fueron eliminados mediante el conocimiento y la información entregada por integrantes de la misma comunidad y del exterior de ella. Por último, y como conclusión final, quisiéramos tomar como propuesta este observatorio para la sociedad en su conjunto, con el fin de que no se sigan llevando a cabo discriminaciones por etnias, culturas o razas, sino que se den el tiempo de conocer y tratar de comprender el porqué de muchos aspectos de ellas, los cuales pueden tener un trasfondo que, comprendiéndolo, nos deje mucho para las propias vidas.