ISSN 1699-0889 http://www.cuadernosdearterupestre.es/ Análisis de una figura de arquero de tradición levantina del Abric I del Barranc de Fontscaldes (Cornudella de Montsant, Tarragona). Datos para una aproximación cronocultural Analysis of a Levantine archer of Abric I del Barranc de Fontscaldes (Cornudella de Montsant, Tarragona). Data for an approach to their chrono-cultural attribution Ramon Viñas¹, 2, 3, Josep Mª Vergès1,², Marta Fontanals1,² y Albert Rubio4 1 · Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES), C/ Marcel·lí Domingo s/n, Campus Sescelades (Edifici W3) URV, 43007 Tarragona. 2 · Àrea de Prehistòria. Universitat Rovira i Virgili (URV), Avinguda de Catalunya, 35, 43002 Tarragona. 3 · Director del Centre d’Interpretació de l’Art Rupestre de les Muntanyes de Prades, Montblanc (Tarragona). 4 · SERP (Seminari d’Estudis i Recerques Prehistòriques). Universitat de Barcelona. C/Montalegre 6-8, 08001 Barcelona. RESUMEN I N F O R M A C I Ó N • I N F O R M AT I O N En el presente trabajo se analiza una pintura rupestre de arquero, perteneciente a la tradición o estilo Levantino, situada en el Abric I del Barranc de Fontscaldes (término de Cornudella de Montsant, Tarragona). Entre los utensilios y adornos que porta este personaje se identifica un arco y diversas flechas o astiles, uno de ellos armado con una punta de aletas, así como una serie de brazaletes, cuyo análisis propicia el debate sobre su posible adscripción cronocultural entre el Epipaleolítico y el Neolítico. Palabras clave Abric I del Barranc de Fontscaldes, punta de aletas, brazaletes, Arte Levantino, Epipaleolítico, Neolítico, Cataluña, Península Ibérica. Recibido · mayo 2008 Aceptado · noviembre 2008 Revisado · mayo 2013 ABSTRACT In this paper we analyze the figure of a painted archer, part of the tradition or Levantine rock art style, located in the abric I of Fontscaldes Gorge (municipality of Cornudella de Montsant, Tarragona). Among the tools and ornaments that this character exhibits can be identified a bow and several arrows or shafts, one of them with a barbed projectile point, and a series of bracelets. The analysis of these arrow and bracelets fosters the debate about its hypothetical chronocultural atribution among Epipaleolihtic or Neolithic. Keywords Abric I del Barranc de Fonstcaldes, barbed arrow point, bracelets,Levantine Art, Mesolithic, Neolithic, Catalonia, Iberian Peninsula. Received · May 2008 Accepted · November 2008 Revised · May 2013 Cuadernos de Arte Rupestre, 5, (2008-2010): 53-61 · Cuadernos de Arte Rupestre · 5 · 2008-2010 · 53-61 Viñas et al. 1. INTRODUCCIÓN Fontscaldes como un elemento más a considerar en el debate cronocultural del fenómeno levantino. En la actualidad la polémica sobre el horizonte cronocultural del denominado Arte Levantino, iniciada a principios del siglo 2. EL ABRIC I DEL BARRANC DE FONTSCALDES pasado, continúa sin una solución satisfactoria y no hay un consenso entre los investigadores. Las propuestas, con múlti- El conjunto rupestre al que pertenece el arquero se en- ples matices, siguen fraccionadas entre los que defienden un cuentra en el Abric I del Barranc de Fontscaldes, una ca- origen Neolítico, y los que se inclinan por un inicio en el Epipa- vidad de unos 20 m de longitud, 4 m de profundidad y 4 m leolítico y un desarrollo que alcanza la neolitización. de altura, ubicada al sur de la Serra de la Gritella, en el ex- Es evidente, que las divergencias precisan de evidencias tremo occidental de las Muntanyes de Prades, provincia de más concluyentes y de investigaciones que permitan escla- Tarragona (Fig. 1). El abrigo fue descubierto en el año 2006 recer el inicio del fenómeno levantino, así como su expansión por los escaladores Juan Antonio Serrano y Laura Martínez. y desarrollos regionales. Hasta el momento la investigación Tras el hallazgo, se pusieron en contacto con Ramon Viñas cronocultural se ha centrado en las propias figuras, su te- quien visitó el lugar acompañado de Albert Rubio (Viñas mática, las superposiciones, las tendencias formales, los et al. 2006 y 2007). Posteriormente Josep Castells, técnico atuendos, el utillaje, las técnicas de ejecución y los contextos del Servei de Arqueologia i Paleontologia de la Generali- arqueológicos, que han permitido un acercamiento al proble- tat de Catalunya inspeccionó el conjunto y a mediados del ma temporal y cultural de estas manifestaciones. año 2008, se encargó la documentación del citado abrigo Sin embargo, entre los problemas cruciales siguen en pie al Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social la ausencia de un arte mueble equiparable con el Arte Le- (IPHES), junto con otros 18 conjuntos rupestres descubier- vantino; solamente algunas plaquetas paleolíticas con repre- tos por los mismos escaladores en las Muntanyes de Pra- sentaciones de animales, muestran ciertas analogías forma- des (Viñas y Sarriá 2009-2010). les y técnicas con figuras levantinas (lo que parece apoyar El mural contiene unas 50 unidades, en su mayoría res- una etapa inicial “levantina” con representaciones de anima- tos no clasificables, cuyo estado de conservación es suma- les y sin figuras humanas o muy escasas), y por otro lado, mente crítico a causa de los avanzados fenómenos erosivos escasean todavía las dataciones C14, directas o indirectas, que provocan la exfoliación continua del soporte rocoso; de las pinturas o de los soportes y recubrimientos parietales lamentablemente estos han destruido prácticamente la tota- que aparecen sobre las mismas. lidad del conjunto. En consecuencia, los exiguos elementos En este panorama incluimos el análisis de la representa- identificados se hallan sumamente dañados y en vías de de- ción pictográfica de un arquero del abrigo I del Barranc de saparición. Sin embargo, y a pesar del grave deterioro que 1 54 Figura 1 · Mapa de situación de Abric I del Barranc de Fontscaldes, Cornudella de Montsant, Tarragona · Cuadernos de Arte Rupestre · 5 · 2008-2010 · 53-61 Viñas et al. 2 Figura 2 · Figura de arquero del Abric I del Barranc de Fontscaldes. A pesar de su deterioro se pueden observar los restos del arco y varias flechas, así como diversos atavíos sobre su cuerpo (foto Albert Rubio). 55 · Cuadernos de Arte Rupestre · 5 · 2008-2010 · 53-61 Viñas et al. presenta el mural, algunos restos permiten corroborar la presencia de figuras de carácter levantino en el extremo norte del recinto. El tamaño de los fragmentos ayuda a calcular la medida de las figuras entre 1 y 20 cm, las cuales fueron pintadas en colores rojizos y castaños oscuros, siguiendo la técnica del perfilado, el trazo simple y la tinta plana. En el panel se han contabilizado un total de 9 fragmentos de figuras humanas, 2 arqueros, 5 cuadrúpedos (partes de una cierva, una cabra, un posible jabalí, restos de un supuesto bóvido y un animal indeterminado), 1 trazo y 33 restos no clasificables. Entre los fragmentos sobresale la figura de un arquero que porta diversos atavíos y sostiene un arco y varias flechas que pasamos a describir. 2. LA FIGURA DE ARQUERO1 Este personaje se encuentra situado en el extremo izquierdo del abrigo y su parte conservada mide unos 15 cm de altura, sin contar los utensilios que sostiene. Fue pintado en color castaño-rojizo (Pantone 180 U; Munsel 10R 5/6- 4/6) y ejecutado con la técnica del perfilado y el relleno a tinta plana (Fig. 2 y 3). A pesar de que ha perdido varias partes de su cuerpo, se observa todavía un tronco estilizado con brazos delgados y piernas más gruesas y moldeadas. Presenta una cabeza redon- 3 deada con una ligera insinuación de Figura 3 · Reconstrucción de la figura del arquero del Abric I del Barranc de Fontscaldes. En él se perciben los brazaletes, el ornamento o posible brazal de arquero y la punta de flecha (dibujo Ramon. Viñas y Albert Rubio) los rasgos faciales y un tipo de peinado al estilo de media melena. Se halla orientado hacia la izquierda, en sentido contrario a la mayoría de los restos que apa- sibles por encima de los codos y, por otra, un posible recen a su derecha. Su actitud, con una pierna doblada adorno en el antebrazo, así como cintas o cordajes ama- y la otra aparentemente extendida, indica una posición rrados al talle y que cuelgan de la cintura. En general su estática particular; una postura que, de forma más o me- aspecto y postura parecen representar la de un perso- nos similar, es adoptada por otros arqueros destacados naje concreto que preside o tutela alguna composición del Arte Levantino (Fig. 4). o escena. Respecto a la posición de los brazos, cabe señalar que el más avanzado (izquierda del espectador) se halla doblado y ligeramente alzado sosteniendo un arco y un par 3. LOS ELEMENTOS DE ANÁLISIS: UTENSILIOS Y ORNAMENTOS de flechas, mientras que el otro brazo, doblado y cruzando sobre la cintura, sostiene un astil ligeramente levantado y rematado en el extremo con lo que interpretamos como una punta de aletas. 3.1. La punta de flecha La flecha que sostiene con la mano va armada, supuestamente, con una punta de aletas destacadas, cuyo diseño Sobre su cuerpo se perciben diversos atavíos: por una apenas alcanza los 7 mm de longitud. Este morfotipo de pro- parte brazaletes, que se intuyen de morfología anular, vi- yectil, en su versión lítica, puede encontrarse tanto en contextos pleistocenos, dentro de los tecnocomplejos del Solu- 56 1. En la documentación realizada para el Servei d’Arqueologia i Paleontologia de la Generalitat de Catalunya, la figura aparece con el número 6 del inventario (Viñas y Sarriá 2009-2010). trense Superior, como holocenos, desde el Neolítico hasta la Edad del Bronce (Fig. 5). · Cuadernos de Arte Rupestre · 5 · 2008-2010 · 53-61 2 3 4 Viñas et al. 1 4 Figura 4 · Ejemplos de arqueros destacados, en posición estática y con una pierna doblada y la otra recta: 1. Abric I del Barranc de Fontscaldes (Cornudella de Montsant), dibujo Ramon Viñas y Albert Rubio, 2011. 2. Abrigo de Ribassals o Civil (Valltorta, Castellón), dibujo Obermaier y Wernert, 1919. 3. Abric I de Benirrama (La Vall de Gallinera, Alacant) dibujo Centre d’Estudis Contestans, 1998. 4. Abrigo del Arquero (Ladruñan, Teruel), según E. Ripoll, dibujo A. Bergante, 1967 3.2. Los brazaletes 4. DISCUSIÓN El arquero muestra en ambos brazos y cerca de los codos entre 2 y 3 brazaletes de tipo anular sobre los co- Este tipo de figura, perteneciente al denominado Arte dos. Estos brazaletes son también elementos a destacar, Levantino, encuentra sus análogos más cercanos entre ya que pueden aportar información relevante de carácter los conjuntos del sur de Tarragona y el norte de Caste- cronológico, siempre y cuando no estuvieran fabricados llón (cuerpo alargado y estilizado con rasgos realistas y con materiales perecederos que no hayan dejado eviden- piernas moldeadas). No obstante, la ausencia de data- cia fósil (Fig. 2). ciones directas de las pinturas y la falta de un arte mueble equiparable y fechado, con el que poder establecer 3.3. Ornamento o brazal de arquero En el mismo brazo que sostiene la flecha tratada anteriormente se puede observar un ligero engrosamiento analogías cronoculturales, invitan a la prudencia a la hora de cuestionar la periodización de las manifestaciones levantinas. del trazo en el extremo distal del antebrazo (de morfología Por otro lado, hay que tener en cuenta la existencia de rectangular), que interpretamos como la intencionalidad diversos focos de esta tradición rupestre en área del preli- de querer representar algún elemento, ya sea funcional u toral mediterráneo, con características propias, lo que hace ornamental. Dado que se trata de un arquero, es lógico suponer un sustrato común pero con un desarrollo desigual que una de las hipótesis que se plantee sea la de un bra- que precisa de estudios regionales específicos con los que zal de arquero (Fig. 2). establecer las secuencias regionales. 57 · Cuadernos de Arte Rupestre · 5 · 2008-2010 · 53-61 Viñas et al. 5 Figura 5 · Detalle de la punta de flecha con aletas. Este tipo de proyectil se puede hallar en contextos pleistocenos y holocenos (Foto Albert Rubio) 58 Algunos autores como Javier Fernández han señalado Si ahora nos atenemos a las puntas de flecha, comproba- que «… el análisis del armamento en el Arte Levantino, si remos que en los escasos yacimientos solutrenses conoci- parte de una contextualización arqueológica adecuada, dos en Cataluña se han documentado puntas de muesca, nos brinda un amplio campo de estudio para explorar la pero no puntas de aletas y pedúnculo, cuya presencia más evolución de las sociedades neolíticas que lo generaron, septentrional en la vertiente mediterránea, exceptuando un de la imagen con la que quisieron ser recordados.» (Fer- par de hallazgos puntuales en la provincia de Castellón, se nández 2006: 153-154). situaría en el área de Gandia (Tiffagom 2003). No obstante, En los relieves de las Muntanyes de Prades (Tarragona) hay que tener en cuenta la propuesta de enmangue de las el registro arqueológico sobre el antiguo poblamiento nos puntas de muesca, consistente en situar una o varias en permite vislumbrar un hábitat continuado desde finales el extremo del astil (Muñoz 1999), que, de ser cierta, haría del Paleolítico Superior y el Epipaleolítico, con yacimientos que, en una pintura a tinta plana, las representaciones de como la Balma de la Vall en Montblanc cerca de abrigos esta y de una punta de aletas y pedúnculo pudieran ser con pinturas levantinas (Adsaries y Solé 1994), la Font Vol- muy similares. tada en Monbrió de la Marca (Mir y Freixas 1993) el Molí del Durante el Holoceno las puntas de aletas y pedúnculo Salt en Vimbodí, con un importante conjunto de arte mueble se documentan a partir de la segunda mitad del V mile- con animales grabados con trazo fino y atribuido al Magda- nio cal BC (Neolítico Postcardial), asociadas a puntas de leniense Superior (Vaquero 2004), hasta la edad del Bronce proyectil geométricas, siendo comunes durante el Neolíti- y etapas posteriores. Entre los yacimientos situados entre el co Final–Calcolítico y el Bronce Antiguo (Palomo y Gibaja Neolítico y la Edad del Bronce caben destacar la Cova de 2003). A partir de este último periodo se inicia la fabricación Porta Lloret, en Siurana, el conjunto de cuevas del Cingle en metal de este morfotipo, que se mantendrá vigente a lo Blanc de l’Arbolí (Vilaseca 1973) y, aunque ya fuera de las largo de la Edad del Bronce y de la Edad del Hierro (Kaiser Muntanyes de Prades, la Cova de l’Heura de Ulldemolins 2003). (Vilaseca 1952), una cueva sepulcral colectiva del IIIer mi- Prácticamente en paralelo a la fabricación de puntas me- lenio BC. Este contexto es el que, en definitiva, enmarca tálicas de aletas y pedúnculo, y muy probablemente como el arte rupestre parietal, expresado a través de dos gran- sucedáneo humilde de éstas, se documenta la fabricación des tradiciones: por un lado, las formas figurativas del Arte de proyectiles en hueso, que se registra mayoritariamente Levantino y por el otro, las expresiones esquematizadas y en las primeras etapas de la Edad del Bronce (Alday et al, abstractas del Arte Esquemático. Dos tradiciones que, for- 2011), pero cuyos materiales serían difíciles de detectar en malmente y conceptualmente, se encuentran opuestas y el grafismo pintado. con intereses bien diferenciados que, en nuestra opinión, En cuanto a la punta de flecha del arquero de Fonstcal- provienen de distintos orígenes y llegaron a coexistir en el des, un detalle plantea ciertas dudas sobre su pertenencia mismo espacio geográfico. a una punta de aletas. Nos referimos a una discontinuidad test experimentales (Gibaja y Palomo 2004; Domingo 2005), posibilidad de que se trate de una punta de proyectil com- no parecen apoyar esta hipótesis, aunque armaduras con puesta por dos o más elementos microlíticos insertados en microlitos geométricos están documentadas en el registro el extremo del astil. En este sentido, las hipótesis de en- arqueológico tanto en fases avanzadas del Neolitico como mangue existentes, derivadas de los análisis traceológicos en el Mesolítico (Fernández 2006). Si al análisis de los proyectiles le sumamos el de los ornamentos que portan las figuras, no hay duda que se amplia el potencial de la analogía entre los objetos arqueológicos y sus representaciones rupestres como instrumento para una atribución cronocultural mas ajustada (aunque estamos limitados por la imprecisión y reducido tamaño de las representacions, apenas unos milímetros). En este sentido señalemos los brazaletes que, · Cuadernos de Arte Rupestre · 5 · 2008-2010 · 53-61 de microlitos geométricos que han superado con éxito los atribuida a una pérdida de colorante. Este detalle abre la Viñas et al. presente en el segmento superior del trazo de la punta no en el registro arqueológico del nordeste peninsular los únicos de morfología anular que se presentan en grupos son los fabricados a partir de conchas marinas del género Glycimeris, básicamente de la especie Glycimeris glycimeris. Lamentablemente, en la zona de influencia del Arte Levantino, la mayor parte de estos elementos proceden de excavaciones arqueológicas antiguas, hallazgos fortuitos o expolios, y por tanto no disponen de un contexto arqueológico bien documentado, o bien se hallan en el interior de las tumbas pero depositados junto al cadáver, lo que hace que la información de que disponemos sobre su ubicación a nivel anatómico sea prácticamente nula. Sería el caso, por ejemplo, de los hallazgos del Raval de Jesús y del Camí d’Aiguesverds, ambos en Reus, los de la partida del Marmellar en Capçanes, de Masdenvergenc en Amposta (Vilaseca 1973), de Rasquera (Vilaseca 1968), de El Cerc en Olius, de L’Astinyà en Noves, de Les Borges Blanques, de Cornudella de Montsant, de Torroja del Priorat (Muñóz 1965), o de la Balç de Robuster, en Valls (Vergès 2008). Entre las pocas referencias arqueológicas disponibles sobre la posición anatómica de los brazaletes contamos con las procedentes de los yacimientos de Segudet (Ordino, Andorra) y de Ca l’Oliaire (Berga, Barcelona) (Fig. 6). En Segudet se halló la tumba de un individuo de sexo femenino de entre 30-35 años de edad que portaba tres brazaletes de Glycimeris en el antebrazo derecho (Yáñez et 6 al. 2002). En Ca l’Oliaire se inhumó un Figura 6 · Enterramiento neolitico de Ca l’Oliaire (arriba) y detalle de la mujer que porta brazaletes de Glycimeris en el antebrazo (abajo) (fotos Pepa Villalba) individuo, también de sexo femenino, depositado en una fosa, que presentaba 59 · Cuadernos de Arte Rupestre · 5 · 2008-2010 · 53-61 Viñas et al. 8 y 10 brazaletes colocados en los húmeros derecho e iz- Cabré (1915), Pericot (1950), Almagro (1952), Ripoll (1960) quierdo respectivamente (Martín et al. 2003; Martín et al. y Beltrán (1968), entre otros. 2005). En ambos casos se trata de atavíos correspondien- Por otro lado, si consideramos que la analogía entre mate- tes a inhumaciones de sexo femenino y ubicados fuera del riales arqueológicos y pinturas levantinas no son suficiente- área del Arte Levantino. Además, tanto en Segudet como mente precisas y concluyentes para los elementos del arque- en Ca l’Oliaire se hallaron numerosas cuentas perforadas ro presentado, entonces podríamos plantear que la punta de situadas alrededor de las muñecas y de la parte distal del flecha esta formada por dos microlitos geométricos y quizás antebrazo (541 cuentas de esteatita y 19 de calaíta en el los brazaletes y el brazal fueron elaborados con materiales caso de Segudet, y 176 cuentas de esteatita y 56 de calaíta perecederos, en tal caso, la cronología de esta figura podría en el de Ca l’Oliaire, que formarían parte de un elemento variar y retroceder hacia una etapa preneolítica. ornamental compuesto. La presencia de brazaletes de esta En principio los datos sugieren que la figura del abrigo tipología, en materiales diversos como la variscita, calaíta, I del barranc de Fontscaldes podría ser un representante esquisto, hueso, concha, etc., no es excepcional y se han de grupos de cazadores-recolectores, cuyas creencias y identificado como tal en contextos funerarios de finales del tradiciones rupestres sobrevivieron, dentro del proceso de Neolítico antiguo, como en las necrópolis de Sant Pau del neolitización. Camp (Barcelona) (Gibaja et al, 2010; Chambón, 2008), y De tales conclusiones se desprende que, por el mo- de manera más generalizada en el Neolítico Medio, como mento la investigación carece todavía de evidencias con- en los yacimientos de Can Gambús (Sabadell, Barcelona) cluyentes, y por consiguiente la ubicación cronocultural (Roig et al. 2010), el complejo minero de Gavà- Serra de les depende, en gran parte, del punto de vista del propio Ferreres (Gavà, Barcelona) (Borrell y Estrada, 2009; Borrell investigador. Sin embargo y para avanzar en el conoci- et al. 2009), y en Masdenvergenc (Amposta) (Bosch, 1993; miento y esclarecimiento de estas cuestiones son precisos Esteve, F. 2000), entre otros. más estudios y proyectos destinados a profundizar en las Las arandelas de pectúnculo se documentan en Catalu- estratigrafías cromáticas y sostenerlas con dataciones di- ña desde el Neolítico Antiguo hasta el Bronce inicial, siendo rectas o indirectas, de las pinturas, con el fin de llegar a su periodo de auge el Neolítico Medio (Martín et al. 2005). establecer secuencias fiables y consistentes, tanto a nivel Los dos casos de referencia, Segudet y Ca l’Oliaire, dispo- regional como del conjunto del área levantina. nen de una datación de 5350±40 BP (4320 a 4050 cal BC), y 5080±80 BP (4040 a 3680 cal BC) respectivamente. 7. BIBLIOGRAFÍA En cuanto al supuesto brazal de arquero, las indicaciones cronológicas serían las mismas que podrían aportar la presencia del arco, ya que es lógico pensar que la nece- Adserias, M. y Solé, M., (1994). L’ocupació paleolítica de la Balma de la Vall (Montblanc, Conca de Barberà). Aplec de Treballs 12: 59-68. en el momento del disparo surgiera en paralelo al empleo Alday, A., Juez, L., Pérez-Romero, A., Adán, G., Santos, E., Galindo-Pellicena, M.A., Carretero, J.M. y Arsuaga, J.L., (2011). La industria ósea del arco. En este sentido, es cierto que la mayor parte de de El Portalón de Cueva Mayor (Sierra de Atapuerca, Burgos). Biapuntados, sidad de proteger el antebrazo del impacto de la cuerda los brazales de arquero elaborados sobre materiales per- puntas de flecha y agujas, morfología y funcionalidad. Munibe 62: 227-249. durables se documentan en el Calcolítico y en el Bronce Almagro, M., (1952). La covacha de pinturas rupestres de Cogul (Lérida). 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