Violencia de género en las parejas no convivientes

Anuncio
FilDirecte
Violencia de género en las
parejas no convivientes
Uno de los problemas que mayor interés
presenta la interpretación de las normas penales
en materia de violencia de género es el de la
delimitación de su ámbito subjetivo de aplicación,
en aquellos supuestos en los que la relación
que liga a víctima y agresor sea la de una
relación de afectividad sin convivencia entre
ellos. A fin de dotar de una protección reforzada
a un amplio espectro de mujeres víctimas de
violencia ejercidas por sus parejas, el legislador
ha pretendido que este tipo de relaciones
queden equiparadas a las derivadas de una
relación matrimonial o de convivencia
estable. El artículo 87 ter LOPJ, al fijar el ámbito
competencial de los Juzgados de Violencia Sobre
la Mujer, establece en su apartado 1: Los
Juzgados de Violencia sobre la Mujer conocerán,
en el orden penal, de conformidad en todo caso
con los procedimientos y recursos previsto sen la
Ley de Enjuiciamiento Criminal, de los siguientes
supuestos: a) De la instrucción de los procesos
para exigir responsabilidad penal por los delitos
recogidos en los títulos del Código Penal relativos
a homicidio, aborto, lesiones, lesiones al feto,
delitos contra la libertad, delitos contra la
integridad moral, contra la libertad e indemnidad
sexuales o cualquier otro delito cometido con
violencia o intimidación, siempre que se hubiesen
cometido contra quien sea o haya sido su esposa,
o mujer que esté o haya estado ligada al autor
por análoga relación de afectividad, aun sin
convivencia.
Sin duda es loable la finalidad perseguida por
la norma, ya que, en ocasiones, en las
relaciones de noviazgo se producen
episodios de violencia en los que, de manera
acentuada, puede apreciarse la situación de
dominio que trata de erradicar la L.O. 1/2004,
según dispone en su artículo 1. Sin embargo, la
fórmula utilizada por el legislador, quizás no
sea la más adecuada, pues precisamente el
16
criterio seguido tradicionalmente por el
Tribunal Supremo para determinar cuando
nos encontramos ante una relación análoga
a la de afectividad es de la convivencia more
uxorio.
Ello supone una necesaria interpretación
teleológica de la norma, que deberá en todo caso
hacerse sin perder de vista la restrictiva
aplicación del derecho penal, en el cual queda en
todo caso vedada la analogia in malam parte.
Teniendo en cuenta la interpretación de la norma
conforme a la realidad social del tiempo en que
se aplica, ex artículo 3 del Código Civil, y la
existencia de una posible vinculación afectiva al
margen de la convivencia, no puede perderse de
vista la necesaria y estricta aplicación literal de la
norma penal, debiendo prescindirse de su
actuación, en aquellos supuestos en los que no
existan datos objetivos que apunten a la
estabilidad o vocación de permanencia. Este
parece ser el criterio mayoritario de las
audiencias, y así se establece por la Fiscalía
General del Estado 5/2004 con cita de la
sentencia de 15 de marzo de 2005 de la Sección
2ª de la AP de Barcelona, el Fiscal General del
Estado excluye del ámbito subjetivo de
conocimiento de Juzgados como el
presente, aquellas parejas en la que no
exista una cierta estabilidad o vocación de
permanencia en la relación sentimental
(criterio mantenido en otras sentencias como la
sentencia de la AP Albacete 30 junio 2006, AP
Barcelona, sec. 9ª, 11 enero 2006, o AP
Santander 22 diciembre 2006). Tal criterio de
corrección sin duda permite la compatibilidad de
la norma analizada con los principios que inspiran
nuestro ordenamiento, pero excluye de
protección reforzada a las víctimas de relaciones
sentimentales con falta de estabilidad, pero en
las que puede darse de forma acentuada una
situación de abuso de género como elemento
determinante de la agresión.
IGNACIO DE TORRES GUAJARDO
Magistrado Juez Titular del Juzgado de Violencia
Contra la Mujer de Cerdanyola del Vallès.
Descargar