008 se habla de...(1) 26/5/05 09:19 Página 8 Se habla de... Los directivos de las empresas cotizadas obligados a informar de sus relaciones extramatrimoniales Las relaciones sentimentales importan a la CNMV La CNMV ha publicado dos circulares en las que solicita los datos de las personas que mantengan relaciones afectivas con directivos de sociedades cotizadas, sin que tenga que mediar necesariamente el matrimonio. El objetivo de la medida es descubrir si ha habido “conflictos de interés” o trato de favor a personas próximas y esclarecer si los administradores hacen valer su influencia en una entidad para que sus “partes vinculadas” se beneficien de contratos, préstamos, licencias o dividendos. A estos efectos, tienen la consideración “el cónyuge o persona con análoga relación de afectividad, ascendientes, descendientes y hermanos y los respectivos cónyuges o personas con análoga relación de afectividad y ascendientes, descendientes y hermanos del cónyuge o de la persona con análoga relación de afectividad”. La CNMV ha admitido que en la ambigua redacción se incluirían también las parejas homosexuales de los dirigentes empresariales. El presidente de La Caixa, Ricard Fornesa, ya pidió a la CNMV la no aplicación de la orden ministerial por considerarla “risible” e ironizó sobre la obligación de los dirigentes de empresas de informar sobre sus amantes o parejas. La revocación del contrato de auditoría Determinadas situaciones pueden llevar a un cliente a rescindir el contrato con su auditor. No es nada habitual que esto ocurra, y son pocos los casos en los que el cliente revoca al auditor antes del tiempo previsto en el contrato. Para esta situación la Ley de Auditoría establece que una empresa sólo puede rescindir el contrato con su auditor por justa causa, aunque esta no aparece definida. En la práctica hay varios supuestos que pueden incluirse bajo este concepto, uno de ellos el que ha llevado a Hidrocantábrico a sustituir a PwC por KPMG, es decir porque la matriz quiere que sus empresas participadas tengan su mismo auditor, otro motivo podría ser que la empresa se ha fusionado o ha crecido sustancialmente lo que puede llevar a que el actual auditor no tenga capacidad suficiente para seguir realizando la revisión de cuentas, también un cambio en el accionariado de una compañía puede calificarse como tal. Cuando alguno de estos casos se presenta lo normal es que el auditor acepte deportivamente el cambio ya que es preferible una buena relación con el cliente y dejar las puertas abiertas a futuros servicios que una demanda por la vía civil por incumplimiento de contrato. A la inversa, el auditor también puede decidir romper con un cliente para lo que tiene que mediar algún motivo justificado. Diversificación de servicios financieros Las grandes multinacionales de la auditoría aumentan sus servicios en las operaciones de capital riesgo El asesoramiento financiero ha sido la gran revelación de los balances de las grandes firmas de auditoría en 2004, ya que mientras que el tradicional negocio de la revisión contable lograba alcanzar un crecimiento del 8%, los servicios relacionados con transacciones financieras se incrementaban en un 36%. Detrás de este crecimiento se esconden toda una serie de profesionales en el asesoramiento de fusiones y adquisiciones, reestructuraciones empresariales, salidas a bolsa y operaciones de capital riesgo. Pero muy por delante los servicios estrella son los due dilligence para el comprador o vendedor en una operación, que consisten en completos análisis de las compañías a comprar o vender, due dilligence que puede ser financiero, comercial, fiscal o legal. Los principales clientes de estos servicios son las entidades y fondos de capital riesgo, que buscan comprar, vender o gestionar participaciones en sociedades. Y, en algunas ocasiones, empresarios y directivos a los que las firmas de auditoría ponen en contacto con sociedades de capital riesgo. pág 8 El secreto profesional a debate Auditores, notarios, abogados y otros profesionales obligados a informar sobre sus clientes El nuevo Reglamento de la Ley de Prevención del Blanqueo de Capitales, incluye a colectivos profesionales como los auditores, notarios, abogados o contables externos para obligarles legal y formalmente al control de operaciones ilegales, o sospechosas de serlo, de sus clientes. A estos colectivos además se les vienen a sumar las entidades financieras, aseguradoras, sociedades y agencias de valores, casinos, inmobiliarias, joyeros, anticuarios, empresas de transporte de fondos y loteros. Además el reglamento les implica en las responsabilidades penales sobre delitos de blanqueo que puedan cometer sus clientes si no han avisado previamente a las autoridades, cuando la naturaleza o el volumen de las operaciones activas o pasivas de los clientes no se corresponda con su actividad o antecedentes operativos o cuando una misma cuenta, sin causa que lo justifique, venga siendo abonada mediante ingresos en efectivo por un número elevado de personas. La normativa establece que el procedimiento interno de cada sujeto obligado determinará expresamente qué operaciones deben reputarse complejas, inusuales o sin propósito económico lícito. Parece ser que lo peor es que se haya transferido la responsabilidad del control de los clientes poco transparentes y de las operaciones sospechosas a los despachos. pd