EL ARBITRAJE I.- Qué es el Arbitraje El arbitraje es un procedimiento que permite a las partes dirimir los conflictos surgidos entre ellas sin necesidad de acudir a los órganos jurisdiccionales del Estado. El arbitraje parte del deseo de las partes de encontrar un posible acuerdo (incluso cuando han surgido diferencias entre ellas). Deciden someter sus posibles controversias a un tercero imparcial. Para someter un conflicto a arbitraje es necesario que dentro del contrato suscrito por las partes se incluya una cláusula, en la cual se exprese la voluntad de someter las eventuales diferencias que se presenten a la decisión del tribunal arbitral. Se pueden someter todo tipo de controversias en las que no tenga que intervenir el Ministerio Fiscal y que sean susceptibles de disposición por las partes. Aun en el caso de que el contrato no contemple dicha cláusula, si surge un conflicto, las partes pueden pactar un convenio arbitral para someter sus diferencias presentes, pasadas o futuras a la decisión de los árbitros. El arbitraje, como el procedimiento judicial, es un medio de solución de conflictos, si bien es menos formal y solemne, la solución del conflicto es decidida por el árbitro o árbitros neutrales, y surge de la voluntad de las partes. La persona que ejerce de juzgador es el árbitro o árbitros neutrales, específicamente nombrados por sus condiciones y cualidades. El procedimiento arbitral es una forma rápida de resolución de conflictos, existiendo un plazo legal máximo de 6 meses, contados desde el día siguiente al que se produzca la notificación de su aceptación como árbitros a las partes. Sin perjuicio de que las distintas Cortes Arbitrales puedan establecer en sus reglamentos plazos más reducidos (i.e. ACAM en tres meses). II.- TIPOS DE ARBITRAJE Existen dos tipos de arbitraje: • Arbitraje de Derecho: el árbitro dicta su laudo, que se ajusta a unas determinadas normas de Derecho, de acuerdo a la Ley positiva y procedimiento fijado. La exigencia general es que el laudo esté motivado conforme a criterios jurídicos. • Arbitraje de Equidad: el árbitro resuelve “ex aequo et bono”, es decir, según su leal saber y entender, dándole la Ley un mayor margen de discrecionalidad, debiendo mantener firmemente las reglas del proceso legal. El laudo puede o no estar motivado. III. EL LAUDO ARBITRAL El laudo arbitral es la decisión final del árbitro para resolver la controversia que se ha sometido a su consideración por las partes. Los árbitros se pronunciarán en el laudo sobre las costas, que recaen en la parte incumplidora, existiendo la posibilidad de ser distribuidas entre las dos partes. Una vez protocolizado, el laudo tiene el mismo valor que una sentencia judicial. El laudo será ejecutado con arreglo a las normas legales vigentes para la ejecución forzosa de la sentencia. Contra el laudo arbitral firme sólo se admite Recurso de Nulidad, que deberá interponerse mediante escrito ante la Audiencia Provincial, y siempre por motivos tasados. IV.- CARACTERÍSTICAS DEL ARBITRAJE Las características esenciales del arbitraje son: • Es un medio alternativo de resolución de controversias. • La resolución es decidida por uno o varios árbitros neutrales . • Surge de la voluntad de las partes. • Se trata de un proceso rápido y sencillo. • Sus costes, según la corte arbitral que lo administre, suelen ser muy económica e incluso en muchos supuestos gratis (ACAM). • Los árbitros son expertos en la materia sobre la que se dirime. • Es confidencial: se evita así el conocimiento del asunto por terceros ajenos al procedimiento. V.- EL ARBITRAJE, EL GRAN DESCONOCIDO. El arbitraje goza de un tremendo prestigio tanto a nivel empresarial como de las propias instituciones jurídicas que lo potencian como sistema de resolución de conflictos. Supone un ahorro tanto en el aspecto económico, como en el aspecto de tiempos. Partimos de que el arbitraje no ha gozado de una gran difusión, en gran medida por el desconocimiento de la institución a nivel general. Actualmente y para paliar tal carencia, se ha apostado, incluso a nivel comunitario por esta vía, alternativa a la judicial, en la resolución de conflictos. El arbitraje aparece como medio alternativo a los tribunales ordinarios para la resolución de conflictos, aportando una mayor agilidad en el procedimiento, lo que supone un menor costo económico, si bien se basa en la autonomía de las partes. Al surgir como una alternativa a los tribunales, le afecta un mayor desconocimiento por parte de los ciudadanos, que optan por lo común, por resolver sus litigios en los tribunales. Ante esta situación, desde las instituciones, sobre todo las comunitarias, se está fomentando el arbitraje como proceso alternativo de resolución de conflictos, debido a la actual saturación que atraviesan muchos juzgados tanto a nivel nacional como a nivel comunitario. Se presenta así un futuro prometedor, pues numerosos reglamentos y normas nacionales lo recogen como medio primordial para resolver posibles conflictos entre las partes. VI. EL ARBITRAJE DE ACAM En el ámbito de las relaciones entre empresas o con los clientes, es bien conocida la importancia del arbitraje y la conciliación como forma rápida y eficaz para resolver todo tipo de reclamaciones. A iniciativa de un grupo de empresarios se ha constituido ACAM, (Asociación Comunitaria de Arbitraje y Mediación). Organización pionera al servicio y disposición de sus asociados, para defender el cumplimiento de las obligaciones contractuales, a la vez que pone a disposición medios efectivos para la resolución de todo tipo de conflictos a través del arbitraje y la mediación. Para ello cuenta con personas independientes y de reconocido prestigio del mundo de la justicia, la cátedra, la economía y la empresa. Nuestro objetivo es contribuir con el arbitraje y la mediación a agilizar en caso de conflicto las relaciones entre las empresas. Para ello ACAM promueve el respeto a los acuerdos y compromisos adquiridos, impulsa el desarrollo de espacios para la confianza empresarial y aportar soluciones en caso de conflictos surgidos entre las empresas. ACAM, por último, es una asociación sin ánimo de lucro, que incorpora a los asociados y los implica en la gestión con el fin de alcanzar la mayor eficacia en los asuntos que se le encomienden. D. Miguel Ángel Gimeno Sánchez Presidente de ACAM