TEN CUIDADO CON LO QUE OYES

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TEN CUIDADO CON LO QUE OYES
Números 12:1-10
"Oír" es uno de los verbos más comunes de la Biblia. Este hecho se demuestra en las
repetidas ocasiones en las que a través de los profetas, el Señor insiste a la nación de
Israel que escuche Su mensaje. Esto supone entonces, que el bienestar del pueblo de Dios
es directamente proporcional a su disposición para "oír" la voz de Su Señor. Lo cierto es
que la vida con su ruido incesante, hace que cada día sea más difícil atender el mensaje de
Dios. En contraste, pareciera mucho más fácil atender las voces confusas que el mundo
intenta depositar en nuestro corazón.
El mundo ha perdido la capacidad de atender la voz apacible de nuestro Salvador. Dicha
capacidad se incrementa cuando hay ruido dentro de nosotros. Ese ruido es producido por
la ansiedad y el afán. El ruido de adentro proviene entonces de la inquietud de nuestra
alma; y el ruido de afuera se debe al inmisericorde bombardeo de información proveniente
de los medios de comunicación. En definitiva, oír es una decisión crucial que, incluso, nos
librará del fracaso. Debemos elegir entonces entre lo que debemos oír atentamente y lo
que no. A la luz de la Palabra, no debemos oír:
1
CRÍTICAS DESTRUCTIVAS
Uno de los temas más sensibles de la vida del cristiano tiene que ver con la crítica
destructiva. En la Biblia, el equivalente podría ser la "murmuración". Murmurar es
hablar irresponsablemente de otro; esto es juzgar sin fundamento a sus espaldas. Ante los
ojos de Dios, ésta acción es considerada como un pecado. Menospreciaron esa bella
tierra; no creyeron en la promesa de Dios. Refunfuñaron en sus tiendas de campaña
y no obedecieron al Señor. Salmos 106:24-25.
La crítica destructiva proviene de un corazón que alberga amargura y envidia. Las
personas que critican destructivamente están incapacitadas para el progreso y el cambio,
debido a que siempre están tratando de encontrar aspectos negativos en cualquier asunto.
Hermanos, no hablen mal unos de otros. Si alguien habla mal de su hermano, o lo
juzga, habla mal de la ley y la juzga. Y si juzgas la ley, ya no eres cumplidor de la ley,
sino su juez. No hay más que un solo legislador y juez, aquel que puede salvar y
destruir. Tú, en cambio, ¿quién eres para juzgar a tu prójimo? Santiago 4:11-12.
Meditemos:
Cuando no estás de acuerdo con la conducta de alguien ¿lo expresas a la persona
indicada o lo comentas con personas ajenas?
2
CONSEJOS ERRADOS
Cometemos un error si escuchamos un consejo de la persona incorrecta. Así como
hay personas muy interesadas en guiarnos por el camino justo y en ayudarnos a
interiorizar los mandamientos de Dios; de la misma manera podremos encontrarnos con
personas que lo único que harán será potencializar nuestros sentimientos de frustración o
decepción.
Un mal consejo puede ser identificado porque éste despierta en vez de mansedumbre ira,
negativismo en vez de esperanza, debilidad en vez de fortaleza, y lejos de acercarte a Dios
para conocer Su voluntad, te convertirá en un “enemigo” de Su amor. Si no contamos con
las personas correctas, debemos pedir sabiduría a Dios. Si a alguno de ustedes le falta
sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin
menospreciar a nadie. Santiago 1:5.
OPINIONES MAL INTENCIONADAS
Las opiniones mal intencionadas son aquellas cuyo propósito es sembrar “cizaña”.
La cizaña representa la duda y la malicia, actitudes desagradables ante los ojos de
Dios. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda
malicia. Efesios 4:31.
3
Como hijos de Dios, debemos defender aquello que Dios ya ha dicho sobre nosotros.
Tenemos la responsabilidad de ser mayordomos de sus promesas y no cambiarlas por
opiniones ajenas que no gozan de la sabiduría de Dios y que finalmente, desvirtúan Su
obra perfecta. El que no tiene el Espíritu no acepta lo que procede del Espíritu de
Dios, pues para él es locura. No puede entenderlo, porque hay que discernirlo
espiritualmente. 1 Corintios 2:14.
Aplicación
1. Establece un compromiso con Dios y contigo, de no escuchar consejos
necios y malintencionados.
2. Procura rodearte de las personas correctas. Las amistades que edifican
te ayudarán a mantener la perspectiva correcta de la vida.
Para concluir la reunión
Educa tus oídos para escuchar lo que es agradable al Señor, a veces puede ser una
exhortación o reprensión, sin embargo, en cualquier caso si proviene de Dios te ayudará a
ser una mejor persona.
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