CONSULTORIO LABORAL Salarios de tramitación y reducción de jornada MIGUEL ÁNGEL MORCILLO PINEDA, abogado y consejero de Lex, Centro de Asesores Técnico Jurídico L a empresa, en la que se han producido varios despidos por causas objetivas, pregunta si es cierto que cuando se alcanza un acuerdo posterior al despido, o se declara éste improcedente por sentencia, no se puede descontar el importe del salario correspondiente al plazo de preaviso no cumplido de los salarios de tramitación. El despido por causas objetivas tiene un régimen jurídico peculiar y distinto del despido disciplinario. Tiene requisitos previos complicados y se somete a unas normas cuyo incumplimiento puede determinar su nulidad. Las causas no son únicas y, aunque se engloben en la denominación genérica de “objetivas”, tienen por fundamento varias razones. El despido puede ser por causas económicas (pérdidas continuadas), organizativas, productivas o técnicas, y todas ellas tienen que tener una influencia clara en la marcha de la empresa, de forma que los despidos aparezcan como una de las más importantes medidas que se deben adoptar cuando la situación de la empresa es delicada. El requisito inicial para llevar a cabo un despido por causas objetivas (de cualquier clase) es que, al realizarlo, no se supere el mínimo que la Ley establece para que sea obligatorio el expediente de regulación de empleo. El Estatuto de los Trabajadores, en efecto, manda que, cuando en la empresa se lleven a cabo estos despidos en número superior a 10 y dentro un plazo de 90 días, se formalicen mediante un expediente de regulación de empleo. Superada esa primera exigencia, el despido requiere también el cumplimiento de varios requisitos: Capital Humano 126 126_s_Consultorio Laboral_234.indd 126 1.- Ha de ser formalmente comunicado al trabajador por escrito, especificando en la carta las razones por las cuales se ha decidido adoptar esa decisión. Para calibrar hasta qué nivel de exigencia debe respetarse este requisito, basta con no perder de vista que la medida de mayor gravedad que una empresa puede adoptar, en relación con sus trabajadores, es, precisamente, extinguir sus contratos de trabajo. Es por tanto aconsejable que, mediante la sola lectura de la carta, el trabajador tenga un conocimiento claro y detallado de las razones por las cuales su contrato se extingue. Para ello, hay que proporcionar al trabajador todos los datos que ratifiquen la necesidad de despedirle e, incluso, si es necesario, los documentos que acreditan la realidad de esos datos. Además es preciso explicarle qué criterios se han seguido para determinar su elección. Éstos deben ser objetivos y, en todo caso, no discriminatorios. 2.- Simultáneamente con la entrega de la carta, la empresa debe poner a disposición del trabajador la indemnización que le corresponde, que es, en este caso, de 20 días de su salario por cada año de servicios prestados en la empresa. El salario diario se obtiene dividiendo el salario anual por 365 días y es necesario tener en cuenta que las fracciones de año se computan por meses completos, interpretándose, según la más reciente doctrina del Tribunal Supremo, que la fracción del mes (aunque solo sea de 1 día) equivale al mes entero a efectos de la determinación de la indemnización. Entrega simultánea, por otra parte, significa exactamente eso. Por tanto, hay que asegurar que el trabajador recibe la indemnización o que la rechaza de manera incontestable. Y “puesta a disposición” no equivale al mero ofrecimiento sino a la real entrada de la indemnización en el patrimonio del trabajador. 3.- Conceder al trabajador un periodo de preaviso de un mes antes de que el despido se haga efectivo. Es decir, en principio, la extinción del contrato se producirá un mes después de que se comunique al trabajador por la carta, pero el empresario puede sustituir el preaviso real por el pago del salario correspondiente a los días de incumplimiento total o parcial. El despido objetivo puede ser reconocido como improcedente por la empresa en cualquier momento anterior al juicio mediante cualquiera de los procedimientos legales y con las consecuencias derivadas de dicho reconocimiento. Pero también puede ser declarado improcedente por sentencia del Juzgado de lo Social, cuando, en el juicio promovido por el trabajador, la empresa no logre probar la justificación del despido. En el primer caso, serán las partes las que decidan cuales son las consecuencias del acuerdo derivado del reconocimiento por parte de la empresa de la improcedencia del despido. Normalmente, dichas consecuencias consistirán en el abono al trabajador de una indemnización superior a 20 días por año y toda o una parte de los salarios de tramitación. Estos salarios son los que devenga el trabajador Nº 234 • Julio-Agosto • 2009 25/06/2009 17:16:07 que ha sido despedido hasta la finalización del proceso. varios días de trabajo y suprimiendo, además, todos los turnos de mañana. Si es el Juzgado el que declara la improcedencia del despido, la sentencia condena a la empresa al pago de la indemnización de 45 días por año (la que corresponde al despido improcedente) más el importe de los salarios dejados de percibir desde la fecha del despido. En este caso, y con sentencia de por medio, la empresa deberá abonar la totalidad de los salarios de tramitación, teniendo en cuenta que el salario del mes de preaviso incumplido (si se hubiera producido esta circunstancia) no puede ser en ningún caso descontado. El T.C. examina las distintas actuaciones de los tribunales ordinarios en el recurso de amparo presentado por la trabajadora contra las sentencias previas que daban la razón a la empresa y llega a la conclusión de que, en efecto, tenía derecho a concretar el horario de trabajo en la forma que lo hizo, argumentando dicha conclusión como más adelante se resume. La razón para ello es que la doctrina entiende que ese salario no es propio de la tramitación sino que se trata de auténtico salario aunque correspondiente a una situación diferente, dado que el preaviso se abona (o debería abonarse) cuando el contrato está todavía vigente; mientras que los salarios de tramitación corresponden única y exclusivamente a un periodo en el cual el contrato ya está extinguido. Es así como lo interpreta el Tribunal Supremo en su sentencia de 28 de febrero de 2005. U na trabajadora ha solicitado reducción de jornada para poder cuidar de su hijo menor, concretando el horario de trabajo de forma tal que se concentra la jornada residual en varios días a la semana durante los cuales solo trabajará parte de su jornada anterior. La empresa entiende que, lejos de plantearse simplemente una reducción de jornada, lo que su empleada pretende es modificar tanto la jornada como el horario, por lo que la organización considera que no debe conceder la modificación. La situación descrita es muy parecida a otra que ya resolvió el Tribunal Constitucional en una sentencia de enero de 2007. En aquella ocasión, una trabajadora que prestaba servicios en régimen de turnos solicitó la reducción de jornada excluyendo completamente Nº 234 • Julio-Agosto • 2009 126_s_Consultorio Laboral_234.indd 127 Vaya por delante que tanto la empresa como el Ministerio Fiscal entendieron que la trabajadora no tenía razón porque la empresa no le había denegado el derecho a la reducción sino la forma concreta en que pretendía materializarla. El Ministerio Fiscal entendía, además, que lo que se planteaba en el recurso de amparo era irrelevante a los efectos de la vulneración de la Constitución. Y, dicho sea de paso, esta última consideración sirve al T.C. para rechazar recursos de amparo que denuncian verdaderas aberraciones jurídicas, sin otra base que la decisión en el sentido de que los recurrentes no justifican suficientemente la “trascendencia constitucional” de la vulneración. El T.C. centra su atención en la denuncia que hace la trabajadora en el sentido de que ratificar la denegación de la empresa vulnera su derecho fundamental a la tutela judicial efectiva al no amparar una situación especialmente protegida. Dice la sentencia que comentamos que “para ponderar las exigencias que el Art. 14 de la Constitución despliega en orden a hacer efectiva la igualdad de las mujeres en el mercado de trabajo, es preciso atender a circunstancias tales como “la peculiar incidencia que respecto de la situación laboral de aquéllas tiene el hecho de la maternidad y la lactancia, en cuanto se trata de compensar las desventajas reales que para la conservación de su em- pleo soporta la mujer a diferencia del hombre, y que incluso se comprueba por datos revelados por la estadística (tal como el número de mujeres que se ven obligadas a dejar el trabajo por esta circunstancia, a diferencia de los varones)” y que “existe una innegable y mayor dificultad para la mujer con hijos de corta edad para incorporarse al trabajo o permanecer en él”. Añade el T.C. que la discriminación puede producirse de manera directa o indirecta. “Por discriminación directa se entiende la situación en que una persona sea, haya sido o pudiera ser tratada por razón de sexo de manera menos favorable que otra en situación comparable, en tanto que es discriminación indirecta, la situación en que una disposición, criterio o práctica aparentemente neutros sitúan a personas de un sexo determinado en desventaja particular con respecto a personas del otro sexo, salvo que dicha disposición, criterio o práctica pueda justificarse objetivamente con una finalidad legítima y que los medios para alcanzar dicha finalidad sean adecuados y necesarios”. La directiva del 97/80/CE, del Consejo, de 15 de diciembre de 1997, define la discriminación indirecta en los siguientes términos: “cuando una disposición, criterio o práctica aparentemente neutro afecte a una proporción sustancialmente mayor de miembros de un mismo sexo salvo que dicha disposición, criterio o práctica resulte adecuado y necesario y pueda justificarse con criterios objetivos que no estén relacionados con el sexo”. Y “[...] aduce la demandante de amparo que en la sentencia recurrida se restringe sin fundamento el ejercicio del derecho a la reducción de jornada por guarda legal de un hijo menor de seis años, lo que implica una discriminación a la mujer trabajadora, que es notoriamente el colectivo que ejercita El salario de tramitación es la cantidad que el trabajador deja de percibir durante el procedimiento judicial, hasta que se declare la nulidad, procedencia o improcedencia del despido 127 Capital Humano 25/06/2009 17:16:07 en mayor medida tal derecho. A juicio de la demandante, la reducción de jornada por ella solicitada se sitúa dentro de los parámetros que delimitan su jornada ordinaria, tal y como prevé la Ley”. “En relación con ello, debemos partir de la consideración de que no corresponde a este Tribunal la determinación de qué interpretación haya de darse a la expresión dentro de su jornada ordinaria [...]” “Por ello mismo, no nos corresponde siquiera determinar si la concreta reducción de jornada solicitada por la demandante de amparo se enmarca o no dentro de dichos límites y debe entenderse o no, en consecuencia, amparada por su derecho a la reducción de jornada.” Pero, continúa la sentencia, “en la práctica, la denegación de las solicitudes como la aquí enjuiciada constituye un grave obstáculo para la conservación de un bien tan preciado como es la permanencia en el mercado laboral que afecta de hecho mayoritariamente a las mujeres perpetuándose así la clara situación de discriminación que tradicionalmente ha sufrido la mujer en el ámbito social y laboral.” “De ahí que la STC 240/1999 declarase que las resoluciones denegatorias de la excedencia para el cuidado de hijo vulneraban el derecho de la recurrente a no ser discriminada por razón de sexo.” “Es claro que estas consideraciones, efectuadas respecto de una solicitud de excedencia para el cuidado de hijos, son íntegramente trasladables al supuesto ahora analizado, referido a una reducción de jornada con idéntica finalidad.” “Siendo ello así, y reconocida la incidencia que la denegación del ejercicio de uno de los permisos parentales establecidos en la ley puede tener en la vulneración del derecho a la no discriminación por razón de sexo de las trabajadoras, es lo cierto que el análisis que a tal efecto corresponde Capital Humano 128 126_s_Consultorio Laboral_234.indd 128 efectuar a los órganos judiciales no puede situarse exclusivamente en el ámbito de la legalidad, sino que tiene que ponderar y valorar el derecho fundamental en juego.” “En el asunto ahora sometido a nuestra consideración el órgano judicial ha denegado la reducción de jornada solicitada por la trabajadora, convalidando la previa decisión denegatoria de la empresa, con base a consideraciones de estricta legalidad, derivadas de la interpretación que efectúa de la expresión “dentro de su jornada ordinaria” utilizada por el apartado 6 del Art. 37 del ET al referirse a la decisión de la trabajadora respecto de la concreción horaria de la reducción de jornada.” “La fundamentación de la resolución judicial prescinde de toda ponderación de las circunstancias concurrentes y de cualquier valoración de la importancia que para la efectividad del derecho a la no discriminación por razón de sexo de la trabajadora, implícito en su ejercicio del derecho a la reducción de jornada por motivos familiares, pudiera tener la concreta opción planteada y, en su caso, las dificultades que ésta pudiera ocasionar en el funcionamiento regular de la empresa para oponerse a la misma. El hecho de que el órgano judicial no se haya planteado la cuestión de si denegar a la trabajadora la reducción de jornada que ha solicitado constituía o no un obstáculo para la compatibilidad de su vida familiar y profesional, supone que no se ha valorado adecuadamente la dimensión constitucional ex Art. 14 CE de la cuestión que se le planteaba, de suerte que, como hemos afirmado ya en diversas ocasiones en relación con otros derechos fundamentales, el reproche que desde la perspectiva constitucional merece formularse contra la sentencia recurrida en amparo “no es tanto ni solo que haya renunciado a interpretar la normativa aplicable de la manera más favorable a la efectividad del derecho fundamental, sino que ni siquiera haya tenido en cuenta que este derecho estaba en juego y podía quedar afectado”. “La dimensión constitucional de todas aquellas medidas tendentes a facilitar la compatibilidad de la vida laboral y familiar, tanto desde la perspectiva del derecho a la no discriminación por razón de sexo (Art. 14 CE) de las mujeres trabajadoras como desde la del mandato de protección a la familia y a la infancia (Art. 39 CE), ha de prevalecer y servir de orientación para la solución de toda duda interpretativa”. “A ello contribuye el propio precepto legal, que no contiene ninguna precisión sobre la forma de concreción horaria de la reducción de jornada, ni establece si en su determinación deben prevalecer los criterios y las necesidades del trabajador o las exigencias organizativas de la empresa, lo que posibilita una ponderación de las circunstancias concurrentes dirigida a hacer compatibles los diferentes intereses en juego”. “Dado que esta valoración de las circunstancias concretas no se ha realizado, debemos concluir que no ha sido debidamente tutelado por el órgano judicial el derecho fundamental de la trabajadora”. “La negativa del órgano judicial a reconocer a la trabajadora la concreta reducción de jornada solicitada, sin analizar en qué medida dicha reducción resultaba necesaria para la atención a los fines de relevancia constitucional a los que la institución sirve ni cuáles fueran las dificultades organizativas que su reconocimiento pudiera causar a la empresa, se convierte, así, en un obstáculo injustificado para la permanencia en el empleo de la trabajadora y para la compatibilidad de su vida profesional con su vida familiar, y en tal sentido, constituye una discriminación indirecta por razón de sexo, de acuerdo con nuestra doctrina”. La decisión del Tribunal Constitucional recoge que la empresa no puede denegar la concesión horaria recogida en la petición efectuada por la trabajadora, pues de hacerlo equivaldría a vulnerar su derecho a obtener de la jurisdicción, la tutela necesaria para hacer efectivos sus derechos. Nº 234 • Julio-Agosto • 2009 25/06/2009 17:16:07 126_s_Consultorio Laboral_234.indd 129 25/06/2009 17:16:07