Desarrollo y formación de la voluntad

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Desarrollo y formación de la voluntad
Llamamos voluntad a la fuerza del alma que quiere hacer y buscar el bien.
La voluntad tendente es aquella que tiene como finalidad la consecución
del bien
La voluntad supone, ante todo, que la persona, teniendo que hacerse cargo de la
realidad y de su propia realidad, opta por una posibilidad en la que puede realizar su
sentido existencial, estimándola previamente cómo buena o mala.
¿Pero por qué la persona no tiene más remedio que elegir? Porque su vida
no es algo ya concluido y, porque tampoco está “escrito” como tiene que actuar en
cada ocasión.
Ejemplo: Así, en un momento de cansancio, al final del día, puede ser
imperioso o dominante el deseo de descansar, pero también puedo desear leer y
tener un encuentro con quien me quiere. Las tres tendencias me mueven a actuar
pero ninguna me determina o me fija límites: soy yo quien tiene que decidir, si
dormir, leer o dar y recibir cariño. A lo que le llevan, en fin, sus deseos y tendencias
es a tener que realizarse, a buscar su plenitud.
Que son las tendencias
Por tendencias entendemos tanto los impulsos o deseos internos, biológicos,
psíquicos, como los motivos, sean estos personales o comunitarios.
Los motivos personales: son los móviles, causas, razones, motivos,
fundamentos, pretextos, propósitos, metas u objetivos que cada persona tiene de
modo voluntario para su acción.
Que hace la voluntad con las tendencias
Frente a la tendencia compulsiva, tendencia a realizar actos contrarios a la
voluntad del sujeto y a una ludopatía, adicción patológica al juego; puede ser un
punto de apoyo para su recuperación el amor a sí, el amor a otra persona, a su
familia o el deseo de un cambio de vida.
No se trata de anular o invalidar la tendencia, pues, como enseñaba Freud,
reprimir o contener un deseo, porque el impulso vuelve a emerger con más fuerza.
Por ejemplo, en el caso de las neurosis, enfermedad o trastorno del sistema
nervioso sin que aparentemente existan lesiones en él, obsesivas: combatir de frente
la obsesión, del latín obsessio= bloqueo, idea fija o deseo que no se alejan de la
mente; es decir, preocupación, inquietud, manía, del gr. Manía= locura o trastorno
mental caracterizado por una obsesión o idea fija enfermiza que sólo produce más
deseo de satisfacer su demanda.
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En unos casos la persona preferirá unas tendencias, en otros no las suprimirá o
desaparecerá sino que las reconducirá. Estas preferencias dependen de cada
persona pero no se llevan a cabo en vacío sino a partir de sus impulsos o
tendencias.
Lo que acabamos de decir, muestra la importancia de la educación de la voluntad
para lograr el dominio que no es represión de las propias tendencias. Es necesario
caminar hacia la plenitud de la persona. Por tanto, entre la represión, freno,
contención, cohibición; y la permisividad se encuentra el autodominio como forma de
autoconstrucción positiva.
La voluntad como acto de decisión
Las grandes decisiones suelen suponer reorganizaciones biográficas, historia de
la vida de una persona, radicales, inventando o descubriendo posibilidades que
hasta el momento no se habían contemplado.
Deliberación
Una cosa es deliberar y otra decidir. La primera es una función racional teórica y
la segunda es un salto meramente volitivo, un impulso dado por la propia persona;
por la voluntad.
Primero trato de conocer que es lo mejor que puedo hacer y, después, me
decido a hacerlo. No son un mismo acto. Por eso no siempre decido de acuerdo con
lo deliberado.
Decisión
La gran tarea de la persona es ser dueña de sí, lo que no significa represión ni
anulación, sino capacidad de realizar un acto voluntaria y responsablemente dando
cuenta de él.
¿Desde donde se determina el dominio?
El dominio ocurre desde la propia identidad o personalidad y desde la vocación,
esto es, desde lo que se es y desde lo que se esta l lamado a ser, por tanto, desde el
propio proyecto de vida. De ahí la importancia de clarificar y hacer consciente el
por qué y el hacia dónde de la propia vida. Desde este proyecto se delibera y
luego se opta. Se opta siempre desde un proyecto vital que abarca una constelación
o un conjunto de valores.
Por eso la voluntad debe ser educada: educada en la opción libre, educada en
el autodominio, justo medio entre permisividad y represión o refrenamiento. En
efecto, la preferencia supone “dominación”, es decir, control sobre los impulsos,
sobre opciones anteriores, sobre todas las posibilidades que se ofrece.
Mediante el autodominio la persona determina un modo de ser que en la realidad,
va construyendo su carácter. De modo que la persona es lo que ha ido haciendo
de sí misma, prefiriendo o rechazando bienes y males a lo largo de su decurso,
recorrido y proceso vital. Cada uno recibe naturalmente un temperamento, una
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corporeidad sexuada, una educación. Todo ello es la materia que se utilizará para
esculpir la estatua. Pero, en última instancia, la calidad de la figura final depende del
artista, de quien trabaja la materia: de la persona. Cada persona es quien quiere
ser.
La voluntad como ejecución de lo decidido
Se trata de mantener la decisión en la práctica, es decir, de ser fieles a lo
decidido. Al realizar las posibilidades u oportunidades por las que se decidió la
persona, lo que ocurre es una naturalización, es decir, una inclusión de esas
posibilidades como parte de la segunda naturaleza. Justo en este sentido decía
Aristóteles que los vicios, las virtudes y el carácter moral, constituyen una
“segunda naturaleza”. Por consiguiente, no basta con estimar, querer y preferir:
¡hay que comprometerse con la realidad!
Esta actividad que desarrolla la persona y que consiste en el compromiso de la
misma, abarca tres ámbitos, espacios o lugares: el ámbito de lo laboral, el ámbito
de lo interpersonal y el ámbito contemplativo= observar detenidamente.
La voluntad sólo quiere lo que la inteligencia le presenta: “nadie quiere lo que
no conoce y nadie conoce lo que no quiere”. En este conocer y querer es donde se
da el juego de la inteligencia, la libertad y la voluntad. La situación pues se torna o
vuelve viable y alcanzable y, adecuada para que, con la mayor libertad se elija la
mejor opción.
“El precio del hombre es su voluntad” San Agustín
La voluntad es una facultad del hombre; una inclinación de tipo racional dirigida
hacia el bien; sin embargo, por el mismo hecho de ser una facultad racional, los
actos decididos por la voluntad serán siempre libres.
También es el deseo de lograr los fines elegidos libre y conscientemente.
Además, el estado de ánimo con que se decide, de manera más o menos
espontánea o libremente a hacer una cosa. Frente a un acto libre del hombre, no se
puede hablar aisladamente de la voluntad; se debe, también, hablar de la
inteligencia.
“El valor del hombre no depende de la fuerza de su entendimiento, sino de
su voluntad”. Baron de Eotvos
Voluntad y libertad
Es mediante el ejercicio de la voluntad como el hombre se siente libre y
responsable de sus actos, con la condición de que los fines sean nobles, para, así,
realizarse como persona y vivir de acuerdo al bien.
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¿Cómo se forma la voluntad?
La voluntad es la facultad del hombre que mueve su espíritu y su cuerpo, que lo
anima, que lo lanza a hacer cosas con la intención de querer el bien.
Por eso debe ser estimulada, educada con afecto, cariño y mucho amor, para
transformarla en la disposición, en el motor que lo lleve a realizar, efectivamente, un
noble deseo. Este motor debe acrecentar, permanentemente, su ritmo de trabajo a
través de la práctica cotidiana, porque es en este ejercicio donde el hombre cumple
su camino de perfección. Es a base de voluntad como el ser humano se hace
virtuoso.
Esto es, que:
· ¿Cuántas obras han quedado a medio construir por falta de voluntad?
· ¿Cuántas hermosas y nobles acciones han quedado en simples sueños?
· ¿Cuántas batallas personales se han perdido por falta de voluntad?
Cinco pasos para fortalecer la voluntad
1. Ser consciente de querer ser mejor. Con esto ya se tiene la mitad del camino
andado.
2. Tratar de hacer las cosas lo mejor posible. Por pequeñas que éstas sean.
3. No desfallecer, no darse por vencido antes de tiempo, ante dificultas y
adversidades, si no enfrentarlas con buen ánimo.
4. No tener miedo al esfuerzo, sudar hasta la última gota.
5. Ejercitarla, ponerla a prueba continuamente
“Los hombres suelen pasar la mayor parte de su vida haciendo el mal, una
gran parte no haciendo nada, y toda la vida en no hacer lo que deberían”
Séneca
Es indispensable considerar que, no por el hecho de desear o querer algo, esto
será bueno, es decir, la voluntad se puede equivocar al elegir por muchos motivos,
tales como:
· Porque la razón le presenta las cosas de manera distorsionada o deformada.
· Porque escogemos y decidimos movidos por impulsos o deseos biológicos
sin reflexión o; cuando nos ciegan las pasiones, una decisión que se toma por
sed de venganza, y por orgullo al calor de la pasión, distorsionará o
deformará la capacidad de juicio de la conciencia y de la voluntad.
Por eso es tan importante reflexionar y formar la voluntad para elegir
acertadamente ya que somos responsables de las elecciones que hacemos porque
tenemos libertad. Y por ello, tenemos que aceptar las consecuencias de las
decisiones que se han tomado así como de nuestros actos.
“Por tener inteligencia, libertad y voluntad, la persona es responsable de
sus decisiones y tendrá que aceptar las consecuencias de sus actos libres”
Medios para formar la voluntad
· Repetirnos constantemente las siguientes palabras: ¡Es necesario!, ¡Quiero!,
¡Puedo!...
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· La voluntad no es un don, es el esfuerzo constante de todos los días, meses y
años.
· La voluntad es como una semilla sembrada en tu alma; si la cuidas con
esmero, aplicación, cuidado y atención te llevará a hacer las cosas bien y, si
haces que se desarrolle, crecerá y será un roble que resista a los huracanes,
pero si la descuidas...
· Saber observar bien, es decir, emplear bien tus sentidos, distinguir lo principal
de lo secundario, ver con claridad la situación del momento y obrar en
consecuencia.
· Aprender a pensar y discernir para una mejor toma de decisiones.
· Aplicarnos en pequeñas tareas y con tenacidad conseguir el propósito.
· Ejercitarnos cada día en vencernos, aunque sólo sea en algo insignificante y
así tras un ejercicio de años alcanzaremos una voluntad fuerte.
· Para formar la voluntad es necesario el sacrificio, y la renunciación.
“Tanto adelantarás en el bien, cuanto sepas dominar tu voluntad”
Tomas de Kempis
Ejercitar la voluntad
· He de negarme a menudo cosas deleitosas
· No he de perder jamás la ocasión de hacer una buena obra
· ¿Me he librado del defecto mayor que haya descubierto en mí?
· ¿Retrocedo en mis planes y deberes con facilidad?
· ¿Lucho constantemente contra todo aquello que impide mi desarrollo
personal, social? El desaliento, el capricho, la pereza, etc.
· ¿Digo siempre la verdad?
· ¿Soy desprendido con los demás y pongo interés en sus problemas?
· ¿Combato la pereza, la comodidad, el desamor, el capricho, la glotonería, la
curiosidad, el chismorreo, la crítica, etc.?
· ¿Sé decir ¡no! cuando me incitan a cosas prohibidas?
· ¿Tengo dominio de mí mismo o me dejo arrastrar fácilmente por los deseos
sensuales, las malas compañías, los instintos, la ira, la injusticia, el orgullo, el
odio, el rencor, etc.?
· ¿Vivo con entereza, firmeza, rectitud y disciplina mis convicciones
despreciando la ironía y el ruido de los demás?
· ¿Reconozco mis faltas?
· ¿Lo que he empezado no lo dejo a mitad del camino?
· ¿No se me pasa el día sin haber hecho algún sacrificio o una obra buena?
· ¿Cumplo siempre con mis promesas?
· ¿Permanezco inquebrantablemente fiel a todo cuanto manda la conciencia?
· ¿Me preocupa lo que dirá el otro?... Como reza el dicho alemán “La mejor
almohada para dormir, es una conciencia tranquila”.
· ¿Me inclino más en hacer el mal que el bien, o el bien lo hago más que el
mal?
· ¿Soy el dueño de mis sentimientos, mi imaginación y el temperamento?
Franz Listz dijo: “Si no hago ejercicio un día; lo noto yo, si lo omito durante
tres días, entonces lo percibe el público”
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El dominio de sí mismo no es el silencio de una voluntad endeble, débil o
enfermiza no es una resignación o conformidad pasiva, sino clara muestra de una
voluntad disciplinada, que es dueña en todas las circunstancias y sabe pesar de
antemano el significado de la palabra que se va a pronunciar.
La educación de la voluntad no es sino una labor sistemática, metódica,
cuidadosa y organizada para la conquista de todas aquellas potencias espirituales:
Como el entendimiento, los sentidos, la memoria, la imaginación, que influyen en la
función de la voluntad.
Educar la voluntad
El joven le preguntó a la vida: ¿Qué me darás?, ¿Qué puedo esperar de ti?
Pero la vida le devuelve la pregunta como el surco al campesino: “Depende de lo
que tú me des, recibirás tanto cuanto trabajes y te esfuerces, y recogerás las mieses
de lo que hayas sembrado”
Y para ello hay que decir: ¡Quiero, yo quiero!
¿Qué quiero?
· Quiero hacerme dueño de mis sentidos y sentimientos...
· Quiero poner orden en mis pensamientos.
· Quiero pensar antes y sólo hablar después.
· Quiero tomar consejo y sólo después obrar.
· Quiero aprender del pasado, pensar en el porvenir y para eso hacer fructificar
el presente.
· Quiero vivir sin estarme quejando...
· Quiero adaptar mi voluntad a una dirección justa y noble y permanecer en
ella.
· Quiero ejercitarme continuamente a obrar según los ideales nobles ante
cualquier circunstancia de la vida.
· Quiero esforzarme por adquirir principios rectos y firmes en mi interior.
Ejemplo: ¿Cuál es el principio sano respecto a mis compañeros?
· Quiero ejercitar mi voluntad de modo que en cualquier circunstancia me
decida a seguir sin titubeos o indecisión y, con alegría el bien.
· ¿Por qué sabiendo necesariamente se actúa en forma correcta y en el sentido
debido?
· Por ello, no sólo instruir, adiestrar o adoctrinar porque los libros no forman la
voluntad que pasa del querer del deseo, el anhelo, del yo quisiera, etc. Al
querer del ejercicio constante, el esfuerzo arduo y pleno del que pone los
medios necesarios para conducirse hacia los bienes que pretende alcanzar.
Estamos llenos de quereres y pocas acciones voluntarias y de autodeterminación
responsable que requiere el “atleta”, del latín atlas= gigante, persona fuerte y
decidida para lograr a pesar de los obstáculos la meta trazada.
“No seas veleta, no empieces a cada momento algo nuevo, fíjate el objetivo y
persíguelo hasta el fin” Reinick.
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MODULO 2.
Actividad 2.1. Trabajo en equipo.
Después de analizar el tema “Desarrollo y formación intelectual” realicen la
siguiente actividad.
1) Analicen la función primordial que tiene la inteligencia con el propósito de
describir con sus propias palabras que semejanza encuentran entre esta capacidad
de la persona con un gran filtro.
2) En que sentido debemos entender a la inteligencia como conjunto de
capacidades.
3) Cada equipo desarrollará brevemente un plan o bosquejo de una de las
capacidades de la inteligencia que le permitan al alumno el desarrollo de cada una
de ellas con el propósito de poder dar una mejor aplicación de éstas en su vida.
4) Realicen puesta en común y conclusiones.
5) Pasen a una hoja de rotafolio sus respuestas.
Actividad 2.2.
1) Anoten el concepto de deliberar e ilustren con un ejemplo su respuesta.
2) De Manera individual desarrollar la siguiente actividad denominada fases de
la inteligencia humana:
a.
En una hoja en blanco dibuja el contorno de una figura humana
indicando con flechas los sentidos que le distinguen y la localización de la memoria.
3) Define los conceptos inteligencia y voluntad.
4) Formula el juicio de cada uno de ellos.
5) Elabora el raciocinio o argumentación.
6) Explica para que le sirve al alumno realizar habitualmente esta operación
mental.
7) Conocidos algunos de los enemigos de la formación de la inteligencia que
criterios podrías establecer para que el alumno se sobreponga a ellos.
8) Analicen la función primordial que tiene la inteligencia con el propósito de
describir con sus propias palabras que semejanza encuentran entre esta capacidad
de la persona con un gran filtro.
9) En que sentido debemos entender a la inteligencia como conjunto de
capacidades.
10) Cada equipo desarrollará brevemente un plan o bosquejo de una de las
capacidades de la inteligencia que le permitan al alumno el desarrollo de cada una
de ellas con el propósito de poder dar una mejor aplicación de éstas en su vida.
11) Realicen puesta en común y conclusiones.
12) Pasen a una hoja de rotafolio sus respuestas.
Actividad 2.3.
1.
2.
3.
4.
5.
Define el concepto de voluntad.
Expliquen porque la voluntad es tendente.
¿Qué hace la voluntad con las tendencias?
Expliquen en que consiste la voluntad como acto de decidir.
Señalen que relación se da entre inteligencia y voluntad.
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6. Analicen y expliquen ¿Por qué la voluntad sólo se puede ejercer en relación
con los fines?. Ilustren su respuesta aportando un ejemplo.
7. Demuestren si es verdadera o falsa la siguiente sentencia o afirmación: “Es
mediante el ejercicio de la voluntad como el hombre se siente libre y responsable de
sus actos”.
8. Elaboren una propuesta de cómo formarían la voluntad en sus alumnos,
señalando para su mejor comprensión ejemplos gráficos.
9. ¿Qué recomendaciones harías a tus alumnos para que ejercitando su
voluntad puedan ser mejores personas y que acciones les recomendarías
emprender para fortalecerla?
10. Después de ofrecer estas orientaciones a tus alumnos ¿creen que su
aplicación ayude a mejorar su conducta? ¿Por qué?
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