72 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) mismo Antisana, se extendieron como una faja estrecha y larga por la planicie que rodea inmediatamente la cumbre nevada, en tiempos muy anteriores á la aparición del cráter de Bolicheuco, que debió acaecer poco antes de visitar la cordillera el célebre viajero alemán por los años de 1802, pues según le afirmaron, y yo dudo, el volcan de Ansango (entiéndase la erupción), aun resbalaba sobre su asiento llevándose por delante haciendas y plantíos (1). Pero todavía más antigua que aquellas se encuentra otra procedente del volcan de Papallacta (Tierra de las papas), cuyo cráter se formó de un modo parecido al de Muerte-pungo á poco menor altura, en rumbo opuesto y á igual distancia del eje del nevado. Esta erupción, junto á la cual tantos viajeros han pasado sin que se le haya ocurrido á ninguno el describirla, parece haber sido la más formidable de todas; el cráter está arruinado, las ruinas desmoronadas, deshechas en tierra, sostén de corpulentos árboles; llena su fondo una laguna semilunar ceñida de ancha playa que atraviesa una de las fuentes del Maspa, su tributaria; los restos de la erupción se muestran al descubierto como una alta escollera en la vaciante, descarnados y carcomidos; dirígese en línea recta hacia el pueblo que dá nombre al volcan y á la laguna; embóscase á poco trecho en las inmensas selvas de Quijos, que tienen por allí la entrada; pero frente á Papallacta, donde termina, vuelve á mostrarse mal cubierta por la maleza, derramada frente á las casas de la aldea, y con el mismo aspecto que ofrece el extremo de la de Yana-volcan, en toda aquella extensión que recibe de los indios del Antisana el calificativo de Inga-pirca ó pared del Inga, por la semejanza que le hallan con las bárbaras construcciones de sus antiguos señores. Por más que yo considere la forma hemisférica de los volcanes andinos y la estructura que en ellos supone, como favorables en alto grado á la clase de erupciones arriba descritas, y tenga por indudable, que en esas montañas se encuentran de preferencia, no por eso creo que la forma y estructura de las cónicas se oponga absolutamente á una metamorfosis de pro- (1) El motivo ele mis dudas consiste en q u e , no habiendo pasado la erupción más abajo del camino de Pimantura, aunque Humboldt diga que llegó al rio Molinos, á quien el Guapal tributa, y no habiendo existido nunca entre Pimantura y Lisco hacienda ninguna, no pudo destruirla.