Dolor de espalda Introducción El dolor en la parte inferior de la

Dolor de espalda
Introducción
El dolor en la parte inferior de la espalda, también denominado lumbago, afecta a
7 de cada 10 personas en algún momento de su vida.
El dolor en la parte inferior de espalda es un dolor en cualquier zona de la espalda
entre la parte inferior de las costillas y la superior de las piernas.
El dolor puede aparecer repentinamente, lentamente o ser consecuencia directa
de una caída o lesión.
El dolor de espalda es algo común y normalmente no es grave. En la mayoría de
los casos la duración del dolor es de unos días a unas semanas y generalmente
desaparece después de unas seis semanas.
Si el dolor de espalda dura menos de tres meses se denomina agudo. Si dura más
de 12 semanas y causa problemas prolongados, se dice que es un dolor de
espalda crónico.
El dolor de espalda es más frecuente entre los 35 y 55 años.
En la mayoría de casos, la causa del dolor puede relacionarse con la forma en que
funcionan conjuntamente los huesos, músculos y ligamentos de la espalda.
Los síntomas
El dolor en la parte inferior de la espalda es un dolor en cualquier zona de la
espalda entre la parte inferior de las costillas y la superior de las piernas.
Si le duele la espalda y tiene alguno de los siguientes síntomas, acuda a su
médico de familia lo antes posible: fiebre, pérdida de peso, inflamación o
hinchazón en la espalda, o dolor de espalda constante que no remite después de
descansar. Asimismo, debe acudir al médico si tiene un dolor que se irradia al
pecho o dolor en la parte inferior de la espalda que se irradia a las piernas y por
debajo de las rodillas.
Acuda a su médico de familia si ha tenido un lesión de espalda reciente, si no
controla la orina o no consigue orinar. Asimismo, acuda al médico si no controla la
defecación o siente un adormecimiento de los genitales, las nalgas o el ano.
Debe consultar con un médico si es la primera vez que le duele la espalda y tiene
menos de 20 años o más de 55. Además, debe acudir al médico si ha tomado
esteroides en los últimos meses, si es drogadicto, si tiene o ha tenido cáncer o si
tiene problemas con el sistema inmunitario debido a la quimioterapia o una
enfermedad como el VIH/SIDA.
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© Queen’s Printer and Controller of HMSO 2008
Las causas
Se dice que la mayoría de los dolores en la parte inferior de la espalda "no son
específicos" porque la causa no es una enfermedad o daños graves, sino
esguinces, distensiones musculares, pequeñas lesiones, pinzamiento o irritación
de un nervio.
El dolor de espalda también puede desencadenarlo una actividad cotidiana en
casa o en el trabajo, o una mala postura, incluyendo agacharse torpemente,
levantar, cargar, empujar o tirar incorrectamente, o repantigarse en una silla. Y
también estar de pie o agachado mucho tiempo, girarse, toser o estornudar.
Además de producirlo la tensión muscular, los sobreestiramientos, conducir en
una postura torcida o mucho tiempo sin tomarse descansos.
A veces, se puede despertar con dolor de espalda y no tener ni idea de la causa.
Otras causas del dolor de espalda son: embarazo, problemas ginecológicos, p. ej.,
enfermedad inflamatoria de la pelvis; diferentes tipos de artritis, p. ej., osteoartritis.
Y más causas como: tensión relacionada con el estrés, infecciones víricas,
afecciones de los huesos, infecciones de vejiga y riñón, y osteoporosis. Además
de otras causas como caídas, traumatismos o lesiones, p. ej., fractura, falta de
ejercicio, obesidad o problemas de sueño.
El diagnóstico
El diagnóstico se establece hablando de los síntomas con su médico y mediante
un reconocimiento físico. En la mayoría de los casos, las pruebas no son
necesarias ya que las radiografías y resonancias de la espalda no son siempre
útiles porque no mostrarán nada anormal si lo único que tiene es un simple dolor
de espalda.
Solo le mandarán a hacerse pruebas si el dolor dura más de seis semanas, ha
tenido una lesión o golpe en la espalda o si el médico sospecha que pueda haber
una causa subyacente del dolor.
Si se sospecha que pueda ser un problema con un disco intervertebral, puede ser
necesario hacer radiografías o una tomografía axial computerizada (TAC). Se
puede recomendar una resonancia magnética nuclear (RMN) para obtener
información más precisa sobre las partes blandas de la espalda, en vez de los
huesos.
En algunos casos, pueden ser necesarios los análisis sanguíneos y una
miolografía (una radiografía especial usando una inyección de contraste).
El tratamiento
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La mayoría de los casos de dolor de espalda mejoran a los pocos días o semanas.
Mantenerse lo más activo que sea posible contribuirá a aliviar los síntomas incluso
si le duele mucho.
Para calmar el dolor es mejor continuar con las actividades normales siempre que
sea posible. Para aliviar el dolor tome calmantes o anti-inflamatorios de venta sin
receta o calmantes para el dolor más potentes (consulte antes con el farmacéutico
o su médico de familia). En algunos casos, se puede recetar un relajante muscular,
pero solo para unos días. Se puede tomar medicación antiartrítica para los dolores
causados por la artritis.
Aplique durante unos días compresas frías (bolsa de guisantes congelados
envuelta en un trapo) para reducir la inflamación inicial o aplique calor (compresa
caliente) para calmar el dolor.
Quédese en la cama lo menos posible, ya que el reposo completo no contribuye a
la recuperación. Haga ejercicios de fortalecimiento muscular y mejore su postura.
También puede considerar ir a un fisioterapeuta, osteopata o quiropráctico
cualificado.
En casos poco frecuentes y graves, puede ser necesaria una operación quirúrgica
para reparar la protusión o rotura del disco intervertebral.
La prevención
Para evitar el dolor de espalda debe reducir los estreses o tensiones excesivos en
la espalda y procurar tener una espalda fuerte y flexible.
Los siguientes consejos también se aplican a quienes tienen dolor de espalda
persistente o recurrente.
Pierda los kilos de peso que le sobran y haga ejercicios de fortalecimiento para
mejorar la musculatura de la espalda y del estómago. Intente mejorar su postura
corporal y procure dormir en una cama firme, con un colchón cómodo, y siéntese
en sillas que sujetan la columna vertebral, con los pies planos sobre el suelo o
sobre un reposapiés.
Evite los movimientos repentinos o la tensión muscular y procure mantener la
postura correcta al levantar o cargar cosas pesadas. Al conducir, use un asiento
que le sujete la espalda y el cuello.
Intente reducir el estrés, la ansiedad y la tensión, y haga ejercicio regularmente.
Ejercicios físicos como caminar, nadar, hacer yoga o movimientos de estiramiento
son particularmente buenos para quienes tienen dolor de espalda.
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Servicio de traducción confidencial
NHS Direct puede proporcionar intérpretes confidenciales, en muchos idiomas,
a los pocos minutos de recibir una llamada.
Siga estos tres sencillos pasos:
Paso 1: Llame a NHS Direct al número 0845 4647.
Paso 2: Cuando contesten a su llamada, diga en inglés en qué idioma
quiere hablar. No cuelgue y espere al teléfono hasta que le conecten con un
intérprete por medio de quien NHS Direct podrá darle la información y los
consejos sanitarios que requiera.
Paso 3: Otra opción es que le pida a un familiar o amigo que realice la
llamada en su nombre. Y después deberá esperarse a que haya un
intérprete al teléfono para explicar el motivo de su llamada.
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