Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. EDITORIAL Retinitis pigmentaria María José Blanco y C. Capeans Servicio de Oftalmología. Complejo Hospitalario Universitario de Santiago. La retinitis pigmentaria (RP) constituye un grupo de degeneraciones retinianas hereditarias clínica y genéticamente heterogéneas, que están caracterizadas por la disfunción progresiva de los fotorreceptores y, posteriormente, por la de otras capas celulares retinianas. El déficit visual consecuente se manifiesta como ceguera nocturna, pérdida de campo visual periférico y, en la mayoría de los casos, compromiso de la visión central en estadios avanzados de la enfermedad. El diagnóstico de RP se basa en la documentación de la pérdida progresiva de la función de los fotorreceptores mediante estudios electrofisiológico y campimétrico. La RP es la causa más frecuente de ceguera hereditaria. Su prevalencia se cifra en 1/4.000-5.000 individuos y se estima que existen un millón y medio de afectados en el mundo. Las investigaciones llevadas a cabo por oftalmólogos desde finales del siglo pasado han permitido el conocimiento de variaciones en el curso clínico, manifestaciones oftalmoscópicas, modo de herencia y nuevas formas de medida de la función visual que posibilitaron la clasificación de las enfermedades retinianas hereditarias. Sin embargo, la mayoría de las clasificaciones se realizaron con escaso conocimiento de las bases bioquímicas de dichas enfermedades. En la actualidad, las modernas técnicas de genética y biología molecular han permitido la identificación de la mutación genética precisa que causa alguna de estas enfermedades y han puesto de manifiesto que muchas de ellas, aun siendo clínicamente diferentes, se solapan etiológicamente1, y viceversa; es decir, algunas de estas degeneraciones retinianas, clínicamente consideradas como entidad nosológica simple, tienen una patogenia diferente (RP ligada al cromosoma X)2. Es un hecho ampliamente conocido que los pedigríes con RP pueden presentar cualquiera de las formas de herencia mendeliana: autosómica dominante, autosómica recesiva o ligada al sexo. Además, existen formas de herencia digénica y mitocondrial. Se desconoce el número exacto de loci genéticos en los que una mutación causa RP o una degeneración retiniana asociada, pero se ha estimado que probablemente se acerque al centenar. Uno de los resultados más relevantes de los recientes estudios de genética molecular es el conocimiento del gran número de loci genéticos que pueden estar implicados en cada forma de herencia (heterogeneidad no alélica). Al mismo tiempo, sabemos que diferentes mutaciones en un mismo locus pueden resultar patogénicas; esto es, hay considerable heterogeneidad alélica. La heterogeneidad de la RP se complica, además, por la existencia de formas monogénicas y poligénicas de ésta. Las formas monogénicas están causadas por mutaciones en un locus único o por mutaciones recesivas en un par de alelos homólogos. Aunque la mayoría de los casos de RP son monogénicos, en algunas familias son necesarias mutaciones Correspondencia: Dr. M.J. Blanco Servicio de Oftalmología. Instituto Gallego de Oftalmología. Universidad de Santiago de Compostela. Travesía Choupana, s/n. 15706 Santiago de Compostela. Recibido el 9-5-2001; aceptado para su publicación el 11-6-2001 Med Clin (Barc) 2001; 117: 135-136 en un par de genes no ligados para que se desarrolle la enfermedad (la RP digénica ocurre en individuos que son heterocigotos para mutaciones en periferina/RDS y ROM1)3. Los avances en la metodología de investigación del genoma humano y, concretamente, la estrategia de genes candidatos, la clonación posicional y los estudios de ligamiento han hecho posible la identificación de genes causantes de enfermedades retinianas, permitiendo el conocimiento no sólo de la patogenia de la enfermedad sino el del normal funcionamiento de la retina. La identificación de genes causantes de RP ha revelado una amplia variedad de proteínas que son esenciales para la supervivencia de los fotorreceptores, bien porque participan en funciones específicas de la retina, como la fototransducción, o porque participan en funciones celulares tales como el mantenimiento de la estructura del citosqueleto (RP2, myosin VIIa), señales intracelulares (RPGR), o metabolismo celular (RPE65, CRABP). Por otro lado, algunos de estos genes se han convertido en buenos genes candidatos de enfermedades retinianas más frecuentes como es el caso de la degeneración macular asociada a la edad y el gen ABCR. Mediante el uso de estudios de ligamiento se han identificado tres loci asociados con RPLX, 11 con RPAD, 20 con RPAR y 2 con herencia digénica. Para algunos de los loci de RPAD todavía no asociados a genes específicos se han publicado fenotipos clínicamente distinguibles. Así, se ha comprobado un fenotipo regional de RP (tipo II) con expresividad variable en una familia con RPAD ligada a 7p4 y el mismo fenotipo con expresividad bimodal en familias con RPAD ligada a 19q13.4 (RP11)5. La expresividad bimodal se refiere al hecho de que individuos heterocigotos para el gen de la enfermedad pueden estar gravemente afectados o no mostrar síntomas ni signos clínicos de la enfermedad. Lo que determina que un portador sea sintomático o no puede ser un modificador genético que es alélico con la mutación causante de enfermedad. Los fenotipos asociados a todos los loci de RPAR tienden a ser de inicio temprano y pronóstico severo sin mostrar importantes variaciones intrafamiliares. Los fenotipos asociados con los loci RP2 y RP3 de la RP ligada al cromosoma X son clínicamente indistinguibles6. Se han clonado 5 de los 11 genes causantes de RPAD. Usando las técnicas de SSCP y DGGE, se han publicado aproximadamente 100 mutaciones en rodopsina7, la mayoría de ellas asociadas a RPAD, pero tambien a RPAR8 y ceguera nocturna estacionaria congénita9. Las mutaciones en el gen de la rodopsina explican la enfermedad aproximadamente en un 30% de las familias con RPAD. Periferina/RDS codifica una proteína que es esencial en el mantenimiento de la integridad y morfogénesis de los fotorreceptores. En los bastones dos moléculas de periferina/RDS forman homodímeros que se unen no covalentemente a homodímeros de la glucoproteína ROM1. Las mutaciones descritas en el gen RDS se han asociado a una importante variedad de fenotipos dominantes entre los que se incluyen: RPAD (explica un 5% de todos los casos de RPAD), distrofia macular, distrofia de conos y bastones, distrofia coroidea areolar central, fundus flavimaculatus y distrofia en patrón. Bessant et al10 en 1999 publicaban una familia con RPAD con estudio de ligamiento previo a 14q11 que presentaba una mutación Ser50Thr en el gen NRL. Este gen codifica un factor de transcripción que interactúa con CRX para promover y regular la transcripción de rodopsina y otros genes retinianos. Por último, mutaciones en el gen RP111 explican un 10% de los casos de RPAD. Se han clonado 11 de los 20 genes asociados a RPAR. La mayoría son raros, y explican el 1% o incluso menos de los 135 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. MEDICINA CLÍNICA. VOL. 117. NÚM. 4. 2001 casos, pero RPE6512 (con expresión en EPR), PDE6A y PDE6B (que codifican las subunidades α y β de la fosfodiesterasa, respectivamente) causan el 2-5% de los casos de RPAR. Algunos de ellos son más frecuentes en poblaciones específicas, como por ejemplo RP25 en España. Los genes ABCR constituyen una superfamilia que codifican proteínas transmembrana implicadas en el transporte dependiente de energía de gran variedad de sustancias. Se han descrito mutaciones en ABCR asociadas a enfermedad de Stargardt, distrofia de conos y bastones, degeneración macular asociada a edad y RPAR. La familia de genes TULp (TUB, TULP1, TULP2 y TULP3) se expresa en retina pero se desconocen sus funciones. Mutaciones en TULP1 se han asociado a RPAR. Solamente se han identificado dos de los tres genes asociados a RP ligada al cromosoma X. Mutaciones en RPGR, también denominado RP3 y RP2, proteína nueva con similaridad al cofactor C, son las causas más frecuentes de RP ligada al cromosoma X, explicando el 25-30% y 10-15% de los casos, respectivamente. La función de las proteínas codificadas por estos genes es poco conocida, pero se sabe que se expresan en múltiples tejidos, aunque los síntomas de enfermedad se limitan a la retina. Por último, y quizá más importante, la identificación de genes causantes de enfermedades retinianas ha permitido el desarrollo de nuevos tratamientos. En determinados tipos de degeneraciones en las que se conoce el defecto bioquímico es posible modificar el curso de la enfermedad mediante tratamiento específico dirigido a corregir la anormalidad producida por el defecto. Éste es el caso del tratamiento dietético para corregir los valores séricos de ácido fitánico en la enfermedad de Refsum o suplementos de vitaminas liposolubles en la abetalipoproteinemia. Sin embargo, el número de pacientes que se benefician de este tipo de tratamiento es muy bajo. En otras formas de RP se ha investigado la posibilidad de contrarrestar el progreso de la degeneración mediante el uso de factores de crecimiento y control de la apoptosis. En este sentido, se están intentando modificaciones experimentales en modelos animales de enfermedad retiniana13. Estas estrategias incluyen el reemplazamiento directo del gen en la enfermedad recesiva (ratones rd con ausencia de ambas copias del gen específico de bastones beta-fosfodiesterasa14), la adición de genes exógenos codificadores de factores de crecimiento para evitar la muerte de fotorreceptores15 y el uso de genes codificadores de enzimas diseñadas específicamente para partir el alelo mutante en la enfermedad dominante, como por ejemplo ratones portadores de la mutación Pro23His en rodopsi- 136 na16. Por último, cabe mencionar la posible aplicación terapéutica del trasplante de epitelio pigmentario retiniano y de células neuronales17. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Weleber RG, Carr RE, Murphey WH, Sheffield VC, Stone EM. Phenotypic variation including retinitis pigmentosa, pattern dystrophy and fundus flavimaculatus in a single family with a deletion of codon 153 or 154 of the peripherin/RDS gene. Arch Ophthalmol 1993; 111: 1531-1542. 2. 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