Duelo entre Marsias y Apolo - harmonias

DEPARTAMENTO DE MÚSICA
J.S. Llorca Silvestre
curso 2011/2012
harmonias.wikispaces.com
EL
DUELO ENTRE MARSIAS
Y APOLO
Drama en un acto. Mª Camila González Azcárate, 3ºESO V1, autora.
Trabajo del tema La música en la antigua Grecia. Dpto de música.
Escena I
ATENEA toca concentrada el aulos.
Está en el centro del escenario. HERA y AFRODITA están a su lado.
La miran y se ríen mientras Atenea toca su instrumento.
ATENEA:
(a HERA, quien se tapa la boca mientras se ríe)
es tan gracioso?
AFRODITA:
(Con una carcajada se dirige a ATENEA)
cara?
¿Qué ocurre, HERA? ¿Qué
¿No has visto, acaso, tu propia
(ATENEA se lleva las manos al rostro y lo palpa.
Busca algún defecto en él. No lo encuentra y resopla)
ATENEA:
¿Te burlas de mí, hermana? Mi rostro es bello, primoroso; perfecto. No
encuentro en él ningún elemento que sea capaz de causar vuestra risa.
(AFRODITA se acerca a ATENEA.
Sostiene el rostro de ATENEA y lo observa atentamente)
AFRODITA:
Tus facciones celestiales son ahora igual de hermosas que siempre. Es
cuando tocas eso (señala el aulos) que tu apariencia se afea.
ATENEA:
¡No lo creo! ¡Es imposible que mi creación me haga fea1 ¡Es un
instrumento! ¡Sirve para crear música, belleza!
AFRODITA:
Míralo por ti misma (le muestra un espejo y lo mantiene frente a ella)
(ATENEA toca de nuevo el aulos, atenta a su reflejo)
ATENEA:
(enfadada) ¡Por Zeus! ¡Esto es horrible! ¡Mi hermoso rostro se ve
deformado cuando...! Nunca más tocaré ese espantoso instrumento que
desfigura mi cara ¡Maldito sea aquél que ose hacerlo sonar! (lanza el
instrumento lejos de ella).
(ATENEA sale de escena)
HERA:
(ríe)
¿Quién será el desafortunado que lo encuentre?
(AFRODITA y HERA se van)
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Escena II
En una plaza pública. MARSIAS es rodeado por un grupo de gente que le
escucha tocar.
MARSIAS:
(hace una reverencia)
Soy MARSIAS, el sátiro. Flautista desde que
encontré mi instrumento a la orilla de un río. Nacido en Celea, he viajado
por el mundo tocando mi aulos. Mi música es hermosa, única, maravillosa.
Hasta el día de hoy no ha nacido aquél que pueda derrotarme. Me he
batido en duelos con un sinfín de novatos que creían ser mejores que yo.
¿Y mi flauta? (la alza) Mi flauta es el instrumento de mejor sonido en este
mundo. No hay ningún otro que deleite con sonidos/los sentidos como mi
dulce aulos. (alza su aulos, orgulloso).
MERCADER:
¿Dirías, incluso, que tu flauta suena mejor que la lira de APOLO?
MARSIAS:
¡Mi aulos supera a la lira de APOLO y con creces! (enfadado) ¡Reto al mismo
APOLO a un duelo (la gente que rodea a MARSIAS murmulla). En él se
demostrará quién es el mejor músico. ¡Las nueve musas, hijas de Zeus,
formarán el jurado! ¡El propio Rey MIDAS las acompañará! ¡Mi talento y mi
flauta aplastarán al dios APOLO y a su lira!
(Aparece APOLO, vestido con una túnica blanca.
El murmullo alrededor de MARSIAS se eleva)
APOLO:
¿Osas retarme a un duelo del cual te crees ya victorioso? Si tan seguro
estás de ti mismo, no te negarás a lo siguiente: aquél que gane esta batalla
podrá hacer del perdedor lo que desee.
MARSIAS:
No me niego, ni me negaré. Todo este gentío (abre los brazos y señala al
grupo de personas que los miran) es testigo de que acepto esta apuesta. No
seas tú, en todo caso, el que se retire una vez yo haya vencido.
APOLO:
En tres días nos encontraremos frente a las musas y frente a MIDAS. Que
ese selecto jurado decida, pues, quien es el mejor músico de los dos, qué
instrumento suena mejor. (se gira). Y, MARSIAS, sátiro de Celea, acepto tu
reto y lo ganaré.
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ESCENA III
El escenario es presidido por una gran mesa ocupada por diez personas.
MIDAS, con un sombrero, está de pie entre las nueve musas y mira
concentrado a dos personas que están frente a él. MARSIAS sujeta orgulloso
su aulos mientras APOLO se mantiene tranquilo con su lira apoyada en la
cadera.
MIDAS:
Requeristeis mi presencia para ejercer de juez en este duelo. No tengo
nada que ver con vuestras disputas y deseo acabar esto cuanto antes. He
aquí mi veredicto: ambos sois igual de buenos. Las musas han coincidido
con mi opinión. (se sienta, mira a sus compañeras y les ordena:) Queda en
vuestras manos elegir como desempatar.
APOLO:
(a MIDAS)
Tú de burro tienes algo más que orejas. No estoy de acuerdo
con tu decisión; pero si las nueve hijas de mi padre están aceptando tus
palabras, acataré tu orden. Elijo yo si a mi oponente no le importa.
MARSIAS:
Juega tú con esa ventaja.
APOLO:
Entonces, que cada uno toque su mejor melodía... (sonríe y, dirigiéndose a
MARSIAS) ...tocando su instrumento al revés.
(APOLO toca su lira perfectamente mientras MARSIAS cae al suelo)
MARSIAS:
No sale ningún sonido de mi instrumento. Me declaro perdedor en este
duelo.
APOLO:
(ríe) Ahora, MARSIAS, sátiro de Celea, me has aceptado como mejor
músico que tú. Quiero cobrar mi recompensa dado que he ganado
también mi apuesta. Como vencedor deseo tu muerte y como dios
ofendido deseo tu dolor. Morirás colgado de un árbol y sin un trozo de
piel en tu ser.
MARSIAS:
(se levanta) Y todo esto por mi soberbio orgullo.
(MARSIAS se va)
FIN