Donaciones efectuadas por las sociedades comerciales

Donaciones efectuadas por las sociedades comerciales
¿Deben tener relación con el objeto social? Cuál es el órgano social competente para
autorizarlas?
La ley permite las donaciones habiendo o no relación de medio a fin con el objeto social.
Donaciones
Relación con el objeto social
Como en virtud del artículo 99 del Código de Comercio, las sociedades únicamente pueden desarrollar
los actos que tengan relación con la capacidad de las mismas, nos preguntamos si las donaciones deben
tener necesariamente relación con el objeto social para que la sociedad las pueda hacer.
Como casos en donde podría haber una relación con el objeto social principal, son a manera de
ejemplo, cuando se efectúan donaciones a los damnificados por una tragedia que afecta a los
trabajadores de la sociedad, o a la zona donde ésta desarrolla su actividad (donde compra sus insumos
por ejemplo, o de donde son sus trabajadores), o cuando la donación se hace a una escuela donde
estudian los hijos de los trabajadores de la compañía. En otros eventos es la misma ley la que otorga
beneficios tributarios a las sociedades que inviertan en determinado sector o colaboran en la
reconstrucción de una zona afectada por un terremoto, casos en los que, se entiende que la ley extiende
el objeto social de la sociedad, y por ende es claro que la sociedad puede hacer donaciones.
Pero aunque no exista ley expresa que permita a las sociedades hacer donaciones, pueden hacerse sin
que estas necesariamente tengan relación directa con el objeto social. Entre otras razones, todo
contribuyente, y las sociedades lo son, pueden obtener ventajas tributarias licitas. Así lo señaló la
Superintendencia de Sociedades en el concepto 23468 del 23 de marzo de 1.999: “Incluida dentro de la
capacidad de las sociedades comerciales hay que entender la posibilidad de obtener ventajas
tributarias lícitas al alcance de todos los contribuyentes…”. De esta manera la Superintendencia de
Sociedades precisó el concepto 220-58274 del 23 de septiembre de 1.998, en donde se sostenía que si
las donaciones no estaban contempladas en el objeto social principal o no tenían relación con este o con
la existencia de la sociedad, no podían realizarse.
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Si el Estatuto Básico de los Partidos y Movimientos Políticos (art. 16 Ley 130 de 1.994) permite que
una sociedad pueda realizar donaciones a favor de una campaña electoral, sería inconsistente pensar
que las sociedades no las pueden hacer a favor de instituciones sin ánimo de lucro o fines apolíticos.
De hecho la mayoría de las donaciones efectuadas por las sociedades comerciales colombianas son por
fuera del objeto social. También se presentan casos en que los socios constituyen una reserva para fines
de beneficencia sin que esta tenga relación con el objeto social.
En consecuencia, las donaciones no necesariamente deben tener relación de medio a fin con el objeto
social principal de las compañias. Por encima de ello, lo que debe analizarse en cada caso, son los
beneficios que podría obtener la sociedad al realizar la donación.
Organo social al cual le compete su autorización
En los casos en que la donación tenga relación con el objeto social o que exista una ley que permita
efectuarlas en determinado sector de la economía o zona del país otorgando beneficios tributarios, es
claro que no se requiere autorización del máximo órgano social para efectuarlas, sino que la decisión
puede ser tomada por los administradores, salvo que estatutariamente se exija autorización de la junta
de socios o asamblea de accionistas.
La prueba de que los administradores las pueden hacer directamente es que la misma ley lo permite. El
art. 446 numeral 3 literal c establece que la Junta Directiva haga las donaciones y luego las informe al
máximo órgano social en el informe de gestión que éste último órgano debe aprobar o improbar, salvo
reglamentación estatutaria contraria. El artículo citado a la letra establece: “ART. 446.- La junta
directiva y el representante legal presentarán a la asamblea, para su aprobación o improbación, el
balance de cada ejercicio, acompañado de los siguientes documentos: …3. El informe de la junta
directiva sobre la situación económica y financiera de la sociedad que contendrá además de los datos
contables y estadísticos pertinentes, los que a continuación se enumeran:….c) Las transferencias de
dinero y demás bienes, a título gratuito o a cualquier otro que pueda asimilarse a éste, efectuadas en
favor de personas naturales o jurídicas” Valga resaltar que el informe se refiere a situaciones ya
cumplidas que requieren ser informadas a los asociados.
Pero si la donación no tiene relación directa con el objeto social, quien debe tomar la decisión es el
máximo órgano social. Así lo expresó la Superintendencia de Sociedades en el concepto anteriormente
indicado.
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Cuando la decisión corresponda a la Junta Directiva, no se trata de que ésta haga donaciones a diestra y
siniestra sin consultar criterios de buena fe, lealtad y diligencia, pues recordemos que los
administradores deben obrar como un buen hombre de negocios y deben indemnizar los perjuicios que
causen a los socios o a la sociedad, con su propio patrimonio, cuando obren con dolo o culpa. En
consecuencia, cuando la Junta Directiva va a aprobar una donación debe tener en cuenta la
conveniencia, la importancia del bien donado para la sociedad, quién es el beneficiario y cuál es el
beneficio que va a obtener la sociedad. En conclusión frente a una donación, la discusión debe versar,
más que en la capacidad de la sociedad, en la conveniencia de la donación, pues a la larga la relación
entre la donación y el objeto social es un análisis que debe surtirse frente a cada hecho en particular
para ver la justificación de esos actos gratuitos.
Independientemente del órgano que las apruebe, con estas no debe causarse un perjuicio a la sociedad.
No tendría sentido, a manera de ejemplo, hacer una donación que traiga como consecuencia la iliquidez
de la empresa.
Con cargo a utilidades o como gasto de la compañia
La asamblea general de accionistas tiene dos fuentes para ordenar una donación: pueden ser con cargo
a utilidades repartibles, caso en el cual afecta el monto de utilidades que podrían recibir los asociados,
o como un gasto, evento en el que se afecta a la compañía. La Junta Directiva únicamente puede
hacerlo como un gasto, pero no podría disponer de las utilidades de los asociados.
Cabe la posibilidad de que con cargo a utilidades líquidas, los socios, opten por destinarlas, total o
parcialmente, a la constitución de una reserva ocasional para donaciones, cuya destinación puede ser
cambiada o distribuida conforme al artículo 453 del Código de Comercio, para lo cual se requieren las
mayorías comunes. Pero si directamente el máximo órgano social decide aprobar la donación se aplican
las mayorías de los artículos 155 y 474 del estatuto mercantil, según el caso.
“La donación entre vivos es un acto por el cual una persona transfiere gratuita e irrevocablemente,
una parte de sus bienes a otra persona que la acepta”, según la definición que da el Código Civil en su
artículo 1.443; lo cual significa que dicho acto no origina retribución o utilidad para la sociedad, a no
ser, la sola deducción fiscal que se obtiene para efectos del pago del impuesto de renta.
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En cuanto a la insinuación judicial, no se requiere si la donación va dirigida a una entidad que la ley
señale como destinataria de las mismas para obtener beneficios tributarios, tales como asociaciones,
corporaciones y fundaciones sin ánimo de lucro cuyo objeto social correspondan al desarrollo de la
salud, la educación, la cultura, la religión, el deporte, la investigación científica y tecnológica, la
ecología y protección ambiental, entre otros, según lo corrobora la DIAN en concepto número 20799
de marzo 10 de 1.997.
Si la donación fuese por mera liberalidad sí se requiere insinuación judicial. Solo la asamblea puede
ordenar donaciones por mera liberalidad.
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