Vayan y Hagan Discípulos

Currículo de la Vida de Cristo
HARMONIA DE LOS EVANGELIOS: MATEO • MARCOS • LUCAS • JUAN
2011
Vayan y
Hagan
Discípulos
La cruz y más allá
Lección 43:
Parábola de Jesús:
El Gran Banquete
Currículo de Mission Arlington • Mission Metroplex
Creado para uso con niños principiantes y principiantes que no asisten a una iglesia. Adaptable para todas edades.
Currículo de Mission Arlington/Mission Metroplex
Lección 43/Página 1 of 12
43
Escritura
Lucas 14:1-24
Verso de Memoria
“Yo estoy a tu
puerta, y llamo;
si oyes mi voz y me
abres,
entraré en tu casa
y cenaré contigo.”
Apocalipsis 3:20
(TLA)
Metas
Entender que algún
día habrá una gran
cena en el cielo.
Entender que es
necesario aceptar la
invitación de Dios
para poder asistir.
Parábola de Jesús: El Gran Banquete
Esta porción escrita se le ha dado como ayuda en la preparación de la lección. Use este resumen como guía y haga notas para recordar sus planes para la lección. Favor de NO leer esto
a los niños.
“Un sábado, Jesús estaba cenando en la casa de un jefe de los fariseos.
Todos los que estaban presentes lo vigilaban muy atentos.” (Lucas 14:1
TLA) Pero esto no era inusual. Si recuerdas de algunas de las otras lecciones, los líderes religiosos observaban a Jesús frecuentemente para tratar
de atraparlo en alguna de sus preguntas. En esta ocasión, Jesús tenía
una pregunta para ellos. Como verás, Él había notado al hombre en frente
de Él “que tenía las piernas y los brazos hinchados.” (Lucas 14:2 TLA) Jesús miró a los fariseos y demás líderes religiosos y les preguntó “¿Se debe, o no se debe sanar a un enfermo el día de descanso?” (Lucas 14:3
TLA)
Al no poder contestarle, Jesús sanó al hombre. Entonces Jesús lo despidió.
Jesús preguntó a los líderes otra pregunta. “Si uno de sus hijos, o uno de
sus bueyes, se cayera en un pozo, ¿no es cierto que lo sacarían de inmediato, aunque fuera sábado?” (Lucas 14:5 TLA) Ninguno de ellos dijo algo. El problema es que los líderes religiosos habían añadido leyes extras
a las leyes de Dios. Ellos decían que estaba bien sacar a un animal de
una zanja en sábado o día de descanso, pero no estaba bien sanar a alguien. Jesús estaba tratando de mostrarles cuán ridículas e inconsistentes eran sus leyes.
Jesús notó algo más mientras estaba comiendo; notó cómo los otros invitados decidieron sentarse en los lugares importantes en la mesa. Así que,
como lo solía hacer, Jesús les contó una historia. Con la historia, Jesús
sugirió que es mejor sentarse en un asiento de no importancia para que
después se nos pida sentarnos en un mejor lugar, que sentarse en el lugar importante y luego ser movidos a otro lugar debido a que alguien más
importante ha llegado. Jesús también los animó a no invitar a aquellos
que pudieran invitarlos en una fecha posterior sino invitar a aquellos que
no pudieran caminar, a los deshabilitados y los ciegos. “Ellos no podrán
darte nada a cambio, pero Dios te bendecirá.” (Lucas 14:14 TLA) La recompensa será cuando Jesús regrese.
Entonces, hablando de Su regreso, Jesús dijo, “¡La bendición más grande
será participar en la gran fiesta del reino de Dios!” (Lucas 14:15 TLA) Luego, Jesús les contó otra historia para explicarlo. “En cierta ocasión, un
hombre organizó una gran cena e invitó a mucha gente.” (Lucas 14:16
TLA) Muchos fueron invitados. En el día de la gran cena, un siervo fue enviado a los que habían sido invitados. Se les fue dicho que vinieran a la
fiesta; todo estaba listo.
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Aplicación
Nuestro versículo
bíblico dice, “Yo
estoy a tu puerta, y
llamo; si oyes mi
voz y me abres,
entraré en tu casa
y cenaré
contigo.” (Apocalips
is 3:20 TLA)
Jesús toca a la
puerta pidiendo
permiso para
entrar en tu vida.
No se trata
literalmente de
tocar la puerta,
pero en ocasiones
se siente así en tu
corazón.
¿Has escuchado
Su voz a través de
las lecciones o
cuando lees tu
Biblia en casa?
¿Abrirías tu vida
como si abrieras
una puerta y
dejarías a Jesús
entrar? No pienses
en escusas
ridículas. No hay
nada más
importante que
esto.
El problema es que nadie de ellos vino. Todos dieron excusas. Sus excusas
fueron ridículas. Uno necesitó ir a ver un terreno que había comprado, el
otro iba a recoger un buey que había comprado, y otro acababa de casarse.
¿Podría cualquiera de estas cosas hacerte faltar a esta gran cena? No tendría que haber sido así si ellos realmente hubieran querido ir. El hecho es
que esta cena no era realmente importante para ellos.
El siervo regresó y dio el reporte a su maestro quien se había enojado mucho. Entonces, envió al siervo a las calles del pueblo a invitar y traer a aquellos que fueran pobres, a los que no pudieran caminar, a los deshabilitados, y
los ciegos. Estos llegaron a la cena, pero aun había lugar para más invitados.
Entonces el maestro le dijo a su siervo, “Ve por las calles y callejones, y obliga a la gente a entrar. Quiero que mi casa se llene.” (Lucas 14:23 TLA)
¿Sabías que habrá algún día en el cielo habrá una gran cena? ¿Sabías quiénes fueron primero invitados a la cena? Los judíos y los líderes religiosos que
vigilaban a Jesús de cerca. Y así como los primeros que fueron invitados en
nuestra lección, no le dieron suficiente importancia a la invitación de Jesús
para aceptarla.
Tú y yo somos como los pobres, deshabilitados, y ciegos de nuestra historia.
Dios quiere que “Su casa” esté llena. ¿Sabías que esta es la razón por la que
Jesús no ha regresado aún? En la segunda carta de Pedro, capítulo tres, versículo nueve leemos que Dios es paciente con nosotros. Él no quiere que nadie muera sin una relación con Él. Esa relación empieza cuando aceptamos
Su invitación. ¿Has aceptado la invitación de Dios a empezar una relación
con Él? Si lo has hecho, tú y yo compartiremos en esa gran cena juntos algún
día en el cielo. Y si no lo has hecho aún, ¿qué estás esperando? “¡Hoy es el
día de salvación!” (2 Corintios 6:2b NVI)
Cuando dejas a
Jesús entrar, Él
promete entrar y
cenar contigo. Esta
es una imagen
hermosa de la
relación que Él
quiere tener
contigo; la
cercanía, el
compartir cotidiano
del diario vivir. Si lo
has sentido
tocando tu puerta,
hablemos.
Preparación para la siguiente lección
Calculando el Costo
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Lección para preescolares
Maestros:
Trae un mantel y utensilios de mesa. Pon la mesa en tu salón. Siéntense alrededor de la mesa como si estuvieran en un banquete.
Jesús contó una historia acerca de un hombre que estaba organizando una
gran cena. Este hombre invitó a mucha gente.
En el día de la gran cena, un siervo fue enviado a aquellos que habían sido
invitados. El siervo dijo, “Vengan a la cena, es hora. Todo esta listo.”
Pero hubo un problema. Nadie vino. Todos dieron excusas. Sus excusas
fueron ridículas. Uno necesitó ir a ver un terreno que había comprado, el
otro iba a recoger un buey que había comprado, y otro acababa de casarse.
¿Podría cualquiera de estas cosas hacerte faltar a esta gran cena? No tendría que haber sido así si ellos realmente hubieran querido ir. El hecho es
que esta cena no era realmente importante para ellos.
El siervo regresó y dio el reporte a su maestro quien se había enojado mucho. Entonces, envió al siervo a las calles del pueblo a invitar y traer a
aquellos que fueran pobres, a los que no pudieran caminar, a los deshabilitados, y los ciegos. Estos llegaron a la cena, pero aun había lugar para más
invitados. Entonces el maestro le dijo a su siervo, “Ve por las calles y callejones, y obliga a la gente a entrar. Quiero que mi casa se llene.” (Lucas
14:23 TLA)
¿Sabías que habrá algún día en el cielo habrá una gran cena? ¿Sabías quiénes fueron primero invitados a la cena? Los judíos y los líderes religiosos
que vigilaban a Jesús de cerca. Y así como los primeros que fueron invitados en nuestra lección, no le dieron suficiente importancia a la invitación
de Jesús para aceptarla.
Tú y yo somos como los pobres, deshabilitados, y ciegos de nuestra historia. Dios quiere que “Su casa” esté llena. ¿Has aceptado Su invitación?
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Actividades

Actividad del versículo de memoria – Cada estudiante necesitará dos
piezas de igual tamaño de papel construcción. Dibuja un rectángulo en
medio de la hoja. Corta el rectángulo dejando el lado largo izquierdo sin
cortar. Dobla el pedazo de papel como si fuera una puerta. Pega el papel con la puerta sobre el otro pedazo de papel restante. Escribe el versículo de memoria dentro de la puerta. Asegúrate de incluir la referencia
bíblica.

Anima a tus estudiantes a llenar el diario/hoja de notas que se encuentra en la página 8. Esto puede ser usado durante la historia para ayudar
a tus estudiantes a que se enfoquen o después de la historia como repaso.

Trae jugo de uva y galletas para el refrigerio de hoy. Siéntense y coman
juntos si es posible.

Actúen la lección.

Creen invitaciones para ir a la iglesia. Al entregar las invitaciones, ore
por cada persona que acepte la invitación a su iglesia, pero lo más importante es que la invitación sea a tener una relación con Dios.

Canta “Cuando Hayá se Pase Lista,” “Yo volaré,” o cualquier otra canción relacionada con la lección.
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“Yo estoy a tu
puerta, y llamo;
si oyes mi voz y
me abres,
entraré en tu
casa y cenaré
contigo.”
Apocalipsis 3:20
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Traza las letras.
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Concéntrese en la historia
Título de la historia:
Escrituras:
Personajes principales:
Resumen de la historia:
¿Cuándo?
¿Dónde ?
¿Qué?
¿Cómo?
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Encuentra las frases subrayadas del versículo bíblico en la sopa de letras.
“Yo estoy a tu puerta, y llamo; si oyes mi voz y me abres,
entraré en tu casa y cenaré contigo.”
Apocalipsis 3:20
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Encuentra las frases subrayadas del versículo bíblico en la sopa de letras.
“Yo estoy a tu puerta, y llamo; si oyes mi voz y me abres,
entraré en tu casa y cenaré contigo.”
Apocalipsis 3:20
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