220-69467 Ref. Poderes - Generalidades Acusa recibo esta Entidad de su escrito a través del cual pregunta, previas algunas consideraciones, si el poder general, el cual adjunta, conferido por la sociedad (AAA) a la sociedad (BBB), faculta a ésta para representar y comprometer a la primera en toda clase de contratos y el alcance de ese acto (sic). Inicialmente se le indica que entre las funciones que desarrolla esta Superintendencia, no se encuentra la de servir de órgano asesor frente a interrogantes como el planteado, e igualmente que carece de competencia para interpretar con autoridad los alcances de los negocios jurídicos de esa índole. No obstante , para proporcionar alguna ilustración de carácter general, se transcribirán a continuación algunas apartes del concepto 220-77726 de agosto 13 de 1999, proferido con ocasión de una consulta por ella resuelta, que versa, entre otros temas, sobre los poderes. 1. LA VOLUNTAD, COMO ELEMENTO GENERADOR DE OBLIGACIONES El Código Civil colombiano, individualista por naturaleza, reconoce la autonomía de la voluntad como fuente natural de las obligaciones, de donde se colige que su manifestación produce efectos jurídicos por ser ley que obliga a las partes conforme lo estipula el artículo 1602 del C.C. Ese principio es el que le reconoce a la voluntad humana eficacia jurídica propia para fijarse ley por medio de actos jurídicos que ejecute, y en consecuencia, la de obligarse jurídicamente mediante los actos que realiza con tal finalidad, es decir el contrato y el compromiso unilateral. Dicho en otros términos, la voluntad de las partes crea ley entre ellas o lo que es lo mismo, la voluntad tiene fuerza de ley, y por ello la del Estado no se le puede sobreponer sino que su función es respetarla y hacerla respetar de los demás y entre las partes, excepto claro está las leyes estatales imperativas. Como ya se manifestó, lo expuesto encuentra su resorte legal, entre otros, en el artículo 1602 del Código Civil, cuando señala que todo contrato legalmente celebrado es ley para las partes contratantes, el de mandato lo es, y no puede ser invalidado sino por consentimiento mutuo o por causas legales. 2) EL MANDATO El artículo 2142 del Código Civil lo define como un contrato a través del cual una persona confía la gestión de uno o más negocios a otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera. Mientras tanto, el Código de Comercio (art. 1262), lo considera como aquel contrato mediante el cual una parte se obliga a celebrar o ejecutar uno o más actos de comercio por cuenta de otra, haciendo la salvedad que el mandato puede conllevar o no la representación del mandante. El artículo 1263 ibidem, es claro en señalar que el mandato comprende los actos para los cuales haya sido conferido y aquellos que sean necesarios para su cumplimiento. Con base en lo dicho, podemos señalar como elementos del mandato los siguientes: a. Poder: como dice el profesor Tamayo Lombana "Es el elemento en virtud del cual el representante actúa en nombre del representado, haciendo producir en su cabeza y en su patrimonio los efectos del acto jurídico celebrado. Se debe aclarar en este aparte que el poder puede ser general o especial según el artículo 2156 del código civil. Si lo primero, se otorga para todos los negocios del mandante, si lo segundo, cuando comprende uno o varios negocios especialmente determinados. b. Intención de representar: o "contemplatio domini" en consideración a que por ella se producen los efectos propios de la representación. c. Manifestación de voluntad del representante: o el señalamiento de que se actúa en nombre de otra persona que recibe el nombre de comitente, representado y en general mandatario. Se agrega que cuando de constituir apoderados se trata, la ley ha dispuesto que esta clase de mandato se puede constituir de algunas de las siguientes dos formas (art. 2149 C.C.), por medio de escritura pública, lo cual es permitido para todos los casos, y en algunos se torna obligatoria (Art. 65 C.P.C. en concordancia con el art. 836 del Código de Comercio), y por documento privado. Otra circunstancia a tener en consideración es lo que la doctrina y la jurisprudencia han denominado el "mandato aparente" con base a lo dispuesto por el artículo 2199 idem, cuando expresa que en determinadas condiciones se mantiene la apariencia sobre la realidad, se mantiene el mandato y por consiguiente los actos realizados por el representante obligan al representado aunque estos hubieren sido ejecutados más allá de las atribuciones que le fueron conferidas, todo con fundamentos el la buena fe de terceros y la culpa del mandante. Por último, los poderes pueden ser generales o especiales, siendo los primeros aquellos que se otorgan para toda clase de negocios, comportando de consuno agotar todos los pasos para la realización del encargo, y con él la consecución de la finalidad del mandato; mientras que los segundos son para un encargo especial, que se agota finalizado aquel. En estos términos se da respuesta a los interrogantes planteados, y se le hace saber que los alcances del concepto son los señalados por el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.