ESQUELETO HIDROSTÁTICO: El hidroesqueleto

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ESQUELETO HIDROSTÁTICO: El hidroesqueleto consiste en una cavidad llena de fluido, celomática o pseudocelomática,
rodeada de músculos. La presión del fluido y la acción de los músculos que la bordean, sirven para cambiar forma del
cuerpo y producir un movimiento como cavar o nadar. La sucesiva contracción de diversos metámeros, que están provistos
de haces de fibras musculares circulares y longitudinales, estirando y engrosando partes del cuerpo, le permiten
desplazarse en horizontal. Los esqueletos hidrostáticos tienen un rol en la locomoción de los equinodermos (estrellas de
mar, erizos de mar), anélidos, nemátodos y otros invertebrados. El hidroesqueleto tiene similitudes con los músculos
hidrostáticos.
EXOESQUELETO: es el esqueleto externo continuo que recubre, protege y soporta el cuerpo de
un animal,hongo o protoctista. Un exoesqueleto o dermoesqueleto recubre toda la superficie, de todos los animales
del filo artrópodos (arácnidos, insectos, crustáceos, miriápodos y otros grupos relacionados), donde cumple una
función protectora, de respiración y otra mecánica,
proporcionando el sostén necesario para la
eficacia del aparato muscular.
EL ENDOESQUELETO:
es una estructura interna de soporte de un animal. En tres phyla y una subclase de animales, se pueden encontrar
endoesqueletos de complejidades muy distintas: Chordata, Echinodermata, Porifera y Coleoidea.
El endoesqueleto permite al cuerpo moverse, además de tener la función de dar forma al animal, permite la fijación
de músculos, tendones y protege el sistema nervioso. En los vertebrados superiores, también protege la mayoría de
los órganos vitales.
El verdadero endoesqueleto deriva del tejido del mesodermo, y es característico de los equinodermos y cordados.
Los de filo porífera consisten en espículas microscópicas de calcita o silicio o también consistir en una red
de espongina. Por su parte los Coleoidea no tienen lo que se puede considerar un verdadero endoesqueleto; consiste
más bien en un exoesqueleto de un molusco que evolucionó en estructuras internas, siendo la concha de la sepia un
claro ejemplo. Tienen tejido cartilaginoso en su cuerpo, no mineralizado, especialmente en la cabeza, formando lo
que parece ser un primitivo cráneo.
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