OPINION KPMG D.indd

Anuncio
OPINIÓN
Carlos Barroso
[email protected]
Director
KPMG Valencia
El Nuevo Plan General de Contabilidad (PGC)
y las implicaciones en la gestión empresarial
E
n esta ocasión, continuamos con la serie de artículos en los que vamos a centrarnos en los aspectos novedosos del nuevo PGC con respecto al PGC
anterior (en adelante PGC90) y las implicaciones
que dichas modificaciones pueden tener ya sea en
el análisis financiero, de gestión, de sistemas contables o fiscal.
En este caso, vamos a desarrollar el tratamiento contable de la moneda extranjera.
El primer cambio fundamental del PGC es que
los elementos patrimoniales se deben valorar en
la moneda funcional de la sociedad, que es aquella del entorno económico principal en el que
opera. Aunque el PGC no desarrolla el concepto
de moneda funcional, la NIC 21 Efectos de las Variaciones en los tipos de cambio de la moneda extranjera establece que, para determinar la moneda funcional, la sociedad debe considerar los siguientes factores:
En este artículo, el autor desarrolla el tratamiento
contable de la moneda extranjera que establece la NIC 21
Mayo
a) La moneda que influye fundamentalmente en
los precios de venta de los bienes y servicios
(con frecuencia será aquella en la cual se denominen y liquiden los precios de venta de
sus bienes y servicios); y del país cuyas fuerzas competitivas y regulaciones determinen
fundamentalmente los precios de venta de
sus bienes y servicios.
b) La moneda que influye fundamentalmente
en los costes de mano de obra, de los materiales y de otros costes de producir los bienes o suministrar los servicios (con frecuencia, será aquella en la cual se denominen y liquiden tales costes).
c) La moneda en la cual se generan los fondos
de las actividades de financiación (esto es, la
que corresponda a los instrumentos de deuda y de patrimonio neto emitidos).
d) a moneda en que se mantengan los importes
cobrados por las actividades de explotación.
Salvo prueba en contrario, se presume que la
moneda funcional de las sociedades domiciliadas
en España es el euro.
046
CONVERSIÓN Y VALORACIÓN
Como consecuencia de ello, cuando exista una
clara evidencia de que la moneda funcional de una
sociedad no es el euro, esta deberá llevar su contabilidad en la moneda funcional, sin perjuicio de
presentar las cuentas anuales en euros.
Por lo tanto, cualquier transacción denominada en una moneda distinta a la funcional se convertirá, en el momento de su reconocimiento inicial, al tipo de cambio de contado en la fecha de la
transacción. Con posterioridad al reconocimiento
inicial, las partidas no monetarias valoradas a coste histórico siguen valorándose aplicando el tipo
de cambio histórico y a las partidas no monetarias
valoradas a valor razonable, se les aplica el tipo de
cambio de la fecha de valoración.
Las partidas monetarias se valoran aplicando el
tipo de cambio de cierre del balance, reconociendo las diferencias de cambio en la cuenta de pérdidas y ganancias.
La conversión de los estados financieros en moneda funcional a la moneda de presentación en
euros se realiza mediante la aplicación del método
de tipo de cambio de cierre. Este método requiere lo siguiente:
• Los activos y pasivos deben convertirse al tipo
de cambio de cierre del balance.
• Los ingresos y gastos han de convertirse a los
tipos de cambio vigentes en la fecha de cada
transacción o al tipo de cambio medio del período, si no se han producido variaciones significativas en el tipo de cambio durante el mismo.
• Las diferencias de cambio resultantes de la
aplicación de los criterios anteriores deben
reconocerse como diferencias de conversión
en el patrimonio neto.
Las diferencias de conversión relacionadas con
negocios en el extranjero y registradas en patrimonio neto se reconocen en la cuenta de pérdidas y ganancias, en el momento en que tiene lugar la enajenación o disposición, por otra vía de
los mismos. La disposición se puede producir por
liquidación, reembolso de la inversión o abandono. El pago de un dividendo constituye una disposición en la medida en que suponga un reembolso de la inversión.
FLUJOS A EUROS
En la presentación del estado de flujos de efectivo, los flujos se convierten a euros aplicando, al
importe en moneda extranjera, el tipo de cambio
de contado en las fechas en que se producen.
Con el PGC90, las sociedades debían llevar su
contabilidad en euros, independientemente de la
OPINIÓN
moneda funcional. Como consecuencia de ello,
aquellas sociedades que tenían una gran exposición a lo que equivaldría a la moneda funcional
habían de reconocer, como diferencias de cambio en la cuenta de pérdidas y ganancias, el efecto de la conversión de los saldos en dicha moneda al euro.
Por lo tanto, estas sociedades estaban sujetas
a una mayor volatilidad de sus resultados, ya que,
con el PGC, las variaciones se van a reconocer en
diferencias de conversión en patrimonio neto y,
por tanto, no afectan a los resultados.
Por otra parte, con el PGC90, las diferencias de
cambio que surgían por la conversión a la moneda
nacional de los valores de renta fija, débitos y créditos en moneda extranjera se debían clasificar en
función de su vencimiento y moneda.
Las diferencias positivas netas no realizadas que
se producían en cada grupo se reconocían como
ingresos a distribuir en varios ejercicios y se imputaban a resultados en la fecha de vencimiento,
cancelación o cuando se fueran reconociendo diferencias negativas de cambio en cada grupo homogéneo. Las diferencias negativas netas no realizadas se reconocían en resultados.
El hecho de que, con el PGC, las diferencias positivas y negativas de cambio no realizadas se reconozcan en resultados va a implicar una anticipación del coste fiscal para las empresas.
“El hecho de que, con el PGC, las diferencias positivas
y negativas de cambio no realizadas se reconozcan en
resultados va a implicar una anticipación del coste fiscal
para las empresas”
Descargar