Herman Schwarz Predicar con el ejemplo: 8 Ernesto Jiménez grandes hitos apristas 9 PODER Y SOCIEDAD E l libro de Nelson Manrique se titula ¡Usted fue aprista! [en realidad hace referencia a una respuesta de Juan Gonzalo Rose a Haya de la Torre, quien al divisarlo le dijo “usted fue aprista”, y Rose le respondió “usted también”], dándonos a entender que su líder máximo, Víctor Raúl Haya de la Torre, dejó de serlo por traición a ciertos principios aurorales; o, más bien, quizá, por cansancio o acomodo político. La verdad es que el Apra ha estado presente en el escenario nacional con alguna intermitencia, pero constantemente. Ese es el dato fundamental: no importan tanto sus ideas iniciales, los primeros escritos de su líder, sino su comportamiento real en la arena política. En ese sentido, su rol ha sido el de la oposición. Si dejamos de lado los primeros años, aquellos que van de 1931, año de su fundación, a 1945, la mayoría de veces ha estado en la oposición, del lado de las fuerzas políticas más conservadoras y hasta antidemocráticas cuando hubo gobiernos de centro, tímidamente reformadores e, incluso, cuando llevaron a la práctica sus enunciados primigenios cuarenta años más tarde. La clandestinidad, a la que fue forzada por los gobiernos de Sánchez Cerro, Benavides y el primer gobierno de Prado, constituye una identidad diluida en el tiempo. El Apra solo ha estado en el gobierno a través del Frente Nacional (19461948) con el presidente José Luis Bustamante y Rivero y con Alan García Pérez en dos momentos: 1985-1990 y 2006-2011. El resto del tiempo se ha ubicado en la oposición. Estar en la oposición significa que ha tenido presencia en el escenario político. Hasta podemos decir que ha gobernado pues habido que negociar con el Apra. Incluso ha impuesto condiciones, trabas, tejido alianzas parlamentarias y ha tenido —y mantiene— control sobre estamentos importantes del Estado. 10 Amigos de Manuel Prado: 1956-1962 En el segundo gobierno de Manuel Prado (el último personaje de la oligarquía peruana, una especie de Luis XVI por sus modales de salón y su notoria papada), el Apra estableció una alianza denominada “La Convivencia”. Podemos suponer que la dirigencia aprista buscaba la estabilización interna, y lograr un entendimiento con Prado significaba imponerse al sector rebelde liderado por Luis de la Puente Uceda y otros, quienes luego fundarían el MIR y partirían a emprender la lucha guerrillera. En 1962, a finales del gobierno, los militares dan un golpe de Estado por temor a que Haya de la Torre accediera a la presidencia y con él entrara la “izquierda aprista”, o el Apra Rebelde, anidada en el partido, aunque la historia oficial partidaria diga que fue un veto militar contra el jefe máximo. Sería interesante saber qué rumbo hubiese tomado el país bajo la presidencia de Haya, con qué ideas hubiese gobernado… Claro, eso queda en el campo de la especulación; pero, sin duda, Haya estaba mucho más cómodo con Prado que con los rebeldes apristas a los que dejó partir o expulsó. 11 Durmiendo con el enemigo: 1963-1968 Durante el primer gobierno de Fernando Belaunde Terry, el joven arquitecto de sonrisa fácil, el reformador de la clase media que hablaba tímidamente de una reforma agraria, el Apra no tuvo mejor idea que hacer una alianza con quien fuera su propio perseguidor durante el período que va de 1948 a 1956, al punto que Haya se vio obligado a asilarse en 1949 en la Embajada de Colombia en Lima. Manuel Apolinario Odría gobernó el Perú con mano férrea e implacable, persiguiendo a comunistas y a apristas. Con él, sin embargo, el Apra configuró la oposición al joven presidente a través de la Coalición Apra-UNO (Unión Nacional Odriista). 12 Chino Domínguez Los militares reformistas: 1968-1980 El Apra fue antivelasquista visceral. A pesar de ser un gobierno que planteó numerosas reformas sociales y económicas, entre ellas la Reforma Agraria, la Reforma de la Educación, la intervención de los medios y la creación de la comunidad laboral al interior de las empresas, el Apra se mantuvo en una oposición militante. Se puede entender que haya estado en la oposición del gobierno de Belaunde por razones estrictamente personales, pues a Haya probablemente le robaron las elecciones de 1962 y al año siguiente los militares optaron por respaldar al joven candidato, pero ¿no era verdad que los militares llevaban a la práctica, cuarenta años después, muchas de las ideas originarias del Apra? Más aún, el principal asesor civil de Velasco fue Carlos Delgado, quien fuera cuidadosamente preparado para ser, llegado el momento, el sustituto de Haya de la Torre en el partido; y un líder de la talla de Luis Felipe de las Casas fue nada menos que el embajador velasquista en Caracas. Los únicos partidos que apoyaron al gobierno militar presidido por el general Juan Velasco Alvarado fueron el Partido Comunista Peruano y la Democracia Cristiana. El Apra estuvo al margen, en la oposición activa, en los desmanes del 5 de febrero de 1975, meses antes del fin de la denominada “Primera Fase”. Durante la Segunda Fase hubo un acercamiento significativo, pues el general Morales Bermúdez tuvo un gobierno “apristón” y, a raíz de las movilizaciones sociales de 1977, decide una transición a la democracia con la finalidad de que el Partido Aprista Peruano gane las elecciones de 1980. 13 Chino Domínguez Un arquitecto mayor: 1980-1985 En estos años surgen dos fenómenos: Sendero Luminoso y su guerra demencial, y Alan García encabezando una oposición a gritos, envalentonada, habida cuenta de que Fernando Belaunde Terry no era ya el joven arquitecto de años atrás y que su gobierno era mojigato, dubitativo, con un entorno bastante corrupto y cuya figura principal era Manuel Ulloa Elías, apodado “Cara de hacha” por un conocido cómico peruano. García y Ulloa se enfrentaron cara a cara en el Congreso durante una presentación de este último. Eran dos gallitos de más de un metro ochenta: un elegante y descuajeringado Ulloa y un delgado y vociferante Alan García. En ese momento, dicen, da inicio a su carrera política. Supuestamente estaba a la izquierda de Ulloa. Daba a entender que representaba la renovación, tenía solo 35 años, hablaba bien, era carismático y encabeza la oposición. La otra oposición era la de Sendero Luminoso, que el 17 de mayo inicia su guerra contra el Estado peruano. 14 Ernesto Jiménez Alan García en el poder: 1985-1990 A buen entendedor pocas palabras: debacle económica, hiperinflación, conflictos sociales, enardecida guerra interna. El Apra fue gobierno y la oposición ella misma, sus mandos, sus militantes, sus ministros que, sin embargo, tomaban el control del Estado. “El Estado soy yo” dijo Luis XIV y Alan García repite esa convicción. Quien tiene el control del Estado, aunque no sea gobierno, tiene poder, un pedazo de poder, un arma de negociación con el poder. “Salvo el poder, todo es ilusión”, sostenía un abstracto Abimael Guzmán. Alan García toca tierra, pisa el suelo, sabe que su partido tiene poder solo si controla el aparato del Estado. 15 Susana Pastor Un japonés toca la puerta: 1990-2000 Inusitado presidente cuya relación con el Apra y con Alan García en particular queda siempre empañada por la neblina típica de Lima. El Apra rompe con el fujimorismo a raíz del golpe del 5 de abril de 1992, pero curiosamente ese golpe lo salva de las acusaciones de corrupción. García huye por los techos, huye, pero se afinca en Francia. Los vínculos con el fujimorismo se establecen en los sótanos de la bruma: Alberto Fujimori gana en segunda vuelta las elecciones presidenciales con el apoyo del Apra, que prefiere al desconocido Fujimori que al conocido Vargas Llosa. En el segundo gobierno de Alberto Fujimori los vínculos se vuelven más intensos y enrevesados. Dos operadores políticos apristas —Absalón Vásquez y Alberto Kitasono— le construyen el aparato político a los fujimoristas. Un pie acá, un pie allá… ¿Son apristas infiltrados en el fujimorismo? ¿Son, quizá, el rostro aprista del fujimorismo? ¿Son los vínculos subterráneos que se inician, fortalecen y aún continúan? De 1998 data el video del aprista Agustín Mantilla recibiendo dinero de Vladimiro Montesinos. Mantilla cubre y protege al Apra y se sacrifica, digamos, por el partido pasando varios años en prisión. 16 El año de Valentín: 2000-2001 Alberto Fujimori es destituido por incapacidad moral luego de su huida al Japón y su renuncia por fax a raíz del desvelamiento de los actos de corrupción iniciado con el video Kouri-Montesinos. Alan García retorna al país luego de diez años de exilio y con la prescripción de los delitos cometidos durante su gestión presidencial bajo el brazo. No ha sido juzgado por ellos, solo han prescrito. Pasa, entonces, de la condición de reo contumaz a ciudadano con plenos derechos. Puede postular a la presidencia. Y lo hace. Es derrotado por Alejandro Toledo. 17 Caretas El cholo sagrado: 2001-2006 Alejandro Toledo compite en segunda vuelta contra el Apra, encarnada en la ya voluminosa figura de Alan García. En lugar del señorón Manuel Ulloa Elías, Alan García rivaliza con un cholito de baja estatura, piernas torcidas y habla engolada. García está sin distancia, fuera de forma, y se topa con un político al que Montesinos no tuvo tiempo de bajarse y se le puso al frente en la marcha de los Cuatro Suyos. Alan García estuvo en la oposición feroz durante todo el gobierno de Toledo, cerca, quizá, siempre solapa, del fujimorismo, considerándose a sí mismo una víctima del toledismo. 18 Caretas Otra vez Alan: 2006-2011 Lourdes Flores, lideresa del PPC, pudo tranquilamente decirle que el presidente de los ricos era él, García, quien precisamente la había llamado la candidata de los ricos. El fantasma de la estatización de la banca yacía en la noche. Amigo de banqueros y grandes empresarios, su gobierno fue sacudido —hasta hoy— por el escándalo de los Petroaudios. 19 Caretas La Hoja de Ruta: 2011… Si en 2006 Alan García derrotó a Ollanta Humala fue porque Hugo Otero, su publicista personal, acuñó el eslogan del “cambio responsable” frente a la inseguridad que representaba el candidato de los nacionalistas. El universo criollo estaba aterrado con su sola presencia, pues tenía aristas encontradas. Sin embargo, en el año 2011 los fujimoristas, con el apoyo general e incondicional de los grandes medios y del Apra, no pudieron vencerlo. El respaldo de Mario Vargas Llosa significó su victoria ajustada en segunda vuelta, el cambio de la Gran Transformación por la Hoja de Ruta y la demostración de que el Apra y el fujimorismo juegan en pared, sobre la base de estrategias compartidas y objetivos comunes. El Apra se ubica nuevamente en la oposición, al lado de los fujimoristas. Mauricio Mulder es capaz de votar por Martha Chávez como coordinadora del grupo de Derechos Humanos de la Comisión de Justicia del Congreso, y Alan García está a favor de la liberación del reo Alberto Fujimori. 20 ¿Otra vez Avilés? 2016-2021 A pesar de sentirse muy cómoda en la oposición, el Apra, a través del insaciable Alan García, pretende gobernar el país una tercera vez. Alan García ha envejecido y engordado, pero no ceja en su esfuerzo. Cuenta con el apoyo fujimorista, incluso si Keiko participara en la contienda. El camino está limpio: han pretendido eliminar la probable candidatura de Nadine Heredia, han destrozado a Alejandro Toledo, están dispuestos a negociar con PPK y no vislumbran outsiders. Alan respira tranquilo a pesar del sobrepeso. Es el mal menor. La Megacomisión, encargada de investigar actos de corrupción de su segundo gobierno en el Congreso, es la única piedra en el zapato. Pero García tiene poder: controla instancias claves del Estado como el Poder Judicial, tiene un partido político en actividad desde hace más de setenta años, él mismo cuenta ya con una trayectoria de veinticinco años, es afín a los grandes medios y los ricos lo aceptan con agrado. n 21