Rehabilitación Basada en y con la Comunidad: Una estrategia para la promoción de los derechos de la infancia y la juventud con discapacidad en comunidades rurales e indígenas de Oaxaca, México. Presenta Centro de Atención Infantil Piña Palmera A.C. Agosto de 2009 www.pinapalmera.org Rehabilitación Basada en y con la Comunidad: Una estrategia para la promoción de los derechos de la infancia y la juventud con discapacidad en comunidades rurales e indígenas de Oaxaca, México es un trabajo realizado por Centro de Atención Infantil Piña Palmera A.C., organización ganadora del 2do. lugar de la categoría de Mejores Prácticas del 2°Premio UNICEF 2009. El contenido de la presente práctica es propiedad de la organización autora, cualquier reproducción total o parcial deberá otorgar el crédito correspondiente. Las opiniones y los análisis que integran esta práctica son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente representan la postura oficial de UNICEF México. Los trabajos de investigación y las prácticas desarrolladas por organizaciones de la sociedad civil son evaluadas por un Jurado Calificador especialista en materia de derechos de la infancia, cuya decisión para determinar a los ganadores de cada categoría es independiente a UNICEF México. I. ANTECEDENTES DE LA ORGANIZACIÓN a).- Datos sobre su fundación, misión y visión E n 1984, se funda el CAI Piña Palmera luego de haber detectado la falta de opciones de rehabilitación para los niños/as con discapacidad y las pocas posibilidades de sus familias para responder a estas necesidades. La primera acción fue construir una casa-albergue para niños/as con discapacidad y/o abandonados. En febrero de 1989 se constituyó legalmente nuestra Asociación Civil. Nuestra misión es contribuir a que las Personas con Discapacidad (PCD) y sus familias eleven su calidad de vida, en la región. Y la visión es construir en lo local y nacional una propuesta social inclusiva e integral desde el tema de la discapacidad y ruralidad. Desde nuestra fundación han participado en nuestros programas 4, 000 PCD de las cuales 1500 están totalmente rehabilitadas e incluidas en sus comunidades. b). Problemática que atiende la organización El Estado de Oaxaca se encuentra al sur del país, tiene 3, 432,180 habitantes, el 70% de la población vive en extrema pobreza, el 56.5% en las áreas rurales. El 79% es población indígena y es el primer estado en mortalidad infantil y maternidad, el 80% de las mujeres tienen desnutrición crónica, el 52% de las casas tienen pisos de tierra; de la población total, un millón de habitantes ha emigrado para buscar mejores oportunidades de vida en los Estados Unidos y Canadá. La población local vive prioritariamente de la pesca para lo que cuentan con pequeñas lanchas muy rudimentarias. Algunos cuentan con pequeñas parcelas en donde siembran productos básicos para consumo propio y para la venta (maíz, cacahuate, jamaica, café, plátano, papaya, sandía, melón, calabazas entre otros). Otros más son jornaleros agrícolas y perciben entradas económicas de 40 pesos por jornada. En la mayoría de los casos las mujeres de la zona, a los 13 años, ya son madres de familia, muchas veces sin contar con el apoyo del padre de su hijo o hija, así se convierten en madres solteras y en el único sostén de sus familias. La participación en la vida sociocultural esta definida por el rol de madres y esposas, carecen de identidad como persona. Viven al día sin sentir que tienen poder sobre sus vidas u otras opciones. Desde que nacen están descalificadas (Frecuentemente, al nacer una mujer, se escuchan comentarios como:“Fue una niña, ni modo, mejor suerte la próxima vez”) Muchas de ellas son robadas a temprana edad por el hombre o “apartadas” por un viudo del pueblo o amigo de su padre. En algunos casos vienen a conocer a sus esposos el día de su boda. Es mal visto que una mujer deje a su marido por cualquier razón, sea por maltrato físico o cualquier otro abuso. Los jóvenes que tienen más estudios no se quedan en sus comunidades por la falta de oportunidades de trabajo y desarrollo personal, por lo mismo muchas comunidades cuentan con gran número de niños, niñas y gente de la tercera edad. Las etnias que participan en nuestros programas son Zapotecos de la costa y del istmo .Los Zapotecos producen principalmente Jamaica y maíz y es común que participen en cooperativas en sus propias comunidades. La población Zapoteca vive en la costa sur y sierra de Oaxaca y mantienen su idioma aunque han perdido algunas tradiciones. Muchos han sido expulsados de sus comunidades de origen por situaciones de violencia entre familias o por pleitos por la tierra. Los pueblos zapotecos, están permeados por las estructuras de “Partido” y constantemente se encuentran en terribles pugnas que impiden la cohesión comunitaria y el desarrollo de programas que puedan elevar la calidad de vida de su gente. En la zona los conflictos derivados de las opciones religiosas (católicos, protestantes, evangélicos, testigos de Jehová o mormones) y de filiación partidista definen algunas actividades de las comunidades con quienes trabajamos. Por ejemplo si en una comunidad un representante comunitario profesa una religión o pertenece a un partido o otra agrupación en la comunidad es difícil llegar a la parte de la población que difiere de este representante. Otro aspecto importante que rodea a la población que vive en la costa es el consumo y tráfico de drogas. Hay jóvenes, campesinos y pescadores en la zona que viven de la venta de ello. Los niños y las niñas crecen conociendo y experimentando drogas. Suele suceder que autoridades y funcionarios locales las distribuyen, lo cual es visto como una fuente de ingresos de manera abierta. La construcción de carreteras ha abierto mayores posibilidades de comunicación pero también para el tráfico de drogas. Hay siembra de marihuana y amapola en la zona y la cocaína viene, en muchas ocasiones, por el mar. En este contexto las PCD están totalmente aisladas, rechazadas, excluidas o maltratadas. Encontramos que se les ubica como "enfermitos" o con otros apodos, frecuentemente la palabra discapacidad es desconocida, lo mismo que o la diferencia entre enfermedad y discapacidad y el concepto de rehabilitación o de inclusión social. Con la alta tasa de alcoholismo y violencia intrafamiliar las PCD se encuentran aún más vulnerables; se enfrentan a eventos como violaciones por parte de sus propios familiares o gente cercana a la familia. A menudo encontramos personas escondidas o abandonadas en un rincón de sus casas, los familiares estaban buscando soluciones milagrosas para atenderlos o han perdido la esperanza. También existen muchos mitos acerca del por qué un familiar se encuentra en esta situación (le hicieron “un mal”, es “una venganza” o un “castigo divino”). Todo esto impide una atención adecuada a las PCD y obstaculiza el trabajo de rehabilitación, el cual exige reconocer y concientizarse a través del compromiso y la constancia de las familias y de la comunidad para generar cambios duraderos en la calidad de vida. Por lo mismo no incluyen a las PCD a la comunidad y menos aún, consideran la posibilidad de buscar apoyo de especialistas o de terapeutas. Además los profesionales en rehabilitación se encuentran frecuentemente concentrados sólo en las grandes ciudades. Así pues, el aislamiento en que se encuentran las comunidades y en particular las PCD, la falta de atención médica y especializada, la poca o nula información acerca de la discapacidad y rehabilitación, los mitos locales acerca las causas de la discapacidad y la falta de oportunidades, excluyen a las PCD de la participación local y nacional. II. REHABILITACIÓN BASADA EN Y CON LA COMUNIDAD (RBC), DESCRIPCION DE LA METODOLOGIA. E l programa RBC es un proyecto que tiene 15 de años de haber comenzado a operar en comunidades de la Costa de Oaxaca y es el eje principal sobre el cual se organizan y ejecutan las acciones de Piña Palmera. Fue en 1989 cuando se establecieron las primeras relaciones con organizaciones que trabajan de manera similar en el tema de discapacidad en Sinaloa, con ello se dio pie al primer contacto con un modelo de Rehabilitación Basada en la Comunidad (RBC). Ya en 1994, se inició nuestro trabajo de RBC, tomando como referencia el Manual de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los conceptos básicos de RBC se encuentran en la siguiente matriz. MATRIZ RBC SALUD EDUCACION SUSTENTO SOCIAL CAPACITACION En esencia la Matriz de RBC plantea que el modelo médico asistencial es una propuesta insuficiente para enfrentar los retos de las PCD, pues ese enfoque centra el tema de la discapacidad como un problema que hay que resolver en sí mismo, aislando los casos en individuos a “los que hay que curar”. En sentido opuesto RBC aboga por una mirada amplia que ubica a la discriminación como el mayor obstáculo que deben derribar las PCD, obstáculo que a su vez tiene muchas aristas que llevan a pensar y realizar una transformación total de muchos aspectos de la vida social para alcanzar la inclusión. A lo largo de todo este tiempo se ha ido perfeccionando y logrado involucrar a todos los actores de las comunidades en las que se lleva a cabo. Actualmente RBC se instrumenta en 6 municipios de alta marginación de la Costa de de Oaxaca, México y en el participan alrededor de 500 PCD (de todas las edades) y sus familias, en su mayoría indígenas, rehabilitándose y empoderándose personal y colectivamente. El 80%de los participantes son niños, niñas, adolescentes y jóvenes. A través de RBC realizamos un trabajo de intervención, bajo los siguientes preceptos: Que el trabajo se desarrolle en y con la comunidad. Que promueva el conocimiento colectivo para transformar la realidad social. Que parta de las necesidades del as PCD y sus familias. Que sea una propuesta requerida por alguna persona de la comunidad, con o sin discapacidad. La utilización de material local para los programas de rehabilitación. La participación de traductores locales en comunidades en donde se hable idioma indígena. Que existan promotores locales sean familiares o no de las PCD. Que participen todos los sectores de la comunidad a través de una red. comunitaria de apoyo conformada por las PCD y sus familias, medico, promotores de salud, maestros, sacerdotes, pastores, brujos, parteras, estudiantes de preparatoria o bachilleres y demás organizaciones locales. Desde la perspectiva de los Derechos Humanos buscamos participar en la creación de una cultura inclusiva, en donde el respeto hacia las diferencias sea el eje central. En este sentido el marco jurídico en el que se inserta nuestra acción está definido por: La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. La Convención sobre los Derechos de la Infancia. El Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes. La Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer. Por su naturaleza holística RBC permite resultados como: La inclusión de los niños/as y la juventud con discapacidad y sus familias en su ámbito familiar, comunitario y regional en el marco de los Principios Generales de la CDPCD. Empoderar a los/as jóvenes y niños/as con discapacidad a través de un proceso que rebasa las prácticas médicas y ubica a la persona con discapacidad como sujeta de derechos y obligaciones. Cerrar la brecha de la inequidad, planteando soluciones de fondo a los problemas derivados de la discriminación vinculando, informando, capacitando y formando a los diferentes actores comunitarios en materia de derechos de las PCD. Generar sinergias con personas con diferentes discapacidades, de distintas edades y comunidades, sus familias y actores sociales locales, nacionales e internacionales para ir concretando en la práctica los derechos de las PCD. Promover el trabajo en redes orientado a conseguir relaciones justas e incluyentes (sobre temas como infancia, género, discapacidad, indígenas, diversidad sexual, entre otros). Reflexionar sobre las condiciones de pobreza que son causa y efecto de la discapacidad y se buscarán soluciones ancladas en prácticas económicas justas y solidarias. El conocimiento y apropiación de los principales postulados de la Convención sobre los Derechos de las PCD entre las PCD y sus familias en las comunidades en las que opera RBC. El conocimiento de la Convención sobre los Derechos de las PCD a través de los medios de comunicación locales, en especial de la radio. Sensibilizar a los actores locales en materia de derechos de las PCD a través de RBC. Desde el tema de la interculturalidad RBC retoma y valora la identidad étnica de las comunidades en las que opera, en el contexto de las reivindicaciones sociales, políticas y económicas de las PCD de los pueblos originarios, mismas que se ubican en el extremo de la exclusión generada por un sistema que no sólo no corresponde a los intereses de las comunidades indígenas, sino que tiende a desaparecerlas. Este proyecto desde la experiencia rural e indígena ofrece experiencias probadas de procesos de ciudadanía activa enfocados a alcanzar mejorías en lo social, político y económico revalorando las prácticas comunitarias. RBC: La práctica. El equipo de Piña Palmera viene trabajando con el tema de la discapacidad desde 1984, implementando diversas formas en el trabajo de rehabilitación e inclusión. En principio nuestro trabajo se vinculó únicamente con las PCD. Posteriormente fuimos integrando a las familias hasta que en 1993, evaluando y reflexionando sobre nuestras actividades, vimos la importancia de incorporar a la comunidad en el proceso de rehabilitación. Para ello nos basamos en el programa de Rehabilitación Basada en la Comunidad (RBC). El programa de RBC está inspirado en el programa, con el mismo nombre, de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Lo hemos adaptado a las condiciones y necesidades de México particularmente de la zona sur del estado de Oaxaca. Según la OMS, el término RBC “Abarca toda situación en la que los recursos de rehabilitación están disponibles dentro de la comunidad. Este proceso implica la transferencia de los conocimientos a la persona con discapacidad, familias y miembros de la comunidad a cerca de las discapacidades y las actividades de rehabilitación”. El programa parte de nuestra experiencia en el trabajo local y lo hemos enriquecido con las propuestas del trabajo comunitario de Paulo Freire, con las experiencias exitosas de RBC en algunas comunidades de La Guyana y con el intercambio de información y conocimientos con diversas Organizaciones No Gubernamentales de Nicaragua y el proyecto Prójimo en Sinaloa, México. También fisioterapeutas de Suecia, han participado desde el inicio del programa y han contribuido a nuestra propuesta con su experiencia en el tema, así como los libros de David Werner en donde se recoge la práctica con las PCD y sus familias en comunidades rurales del norte del país. Este proceso de rehabilitación reconoce y fortalece las habilidades y destrezas de las PCD, sus familias y sus comunidades y en el fondo busca concretar la aspiración de la autonomía personal y colectiva. A diferencia de actitudes y sistemas paternalistas que descontextualizan al ser humano, el programa de RBC vincula y responsabiliza a todos los sectores de la comunidad. De modo particular los usuarios y sus familias se convierten en actores del proceso de rehabilitación, dejando el esquema tradicional de receptores pasivos de caridad. Aprendizajes y adecuaciones La construcción de la metodología se da en dos niveles: el interno, correspondiente al equipo de Piña Palmera, y el externo que engloba a los usuarios, sus familias, la comunidad y la sociedad en general. Esta labor se basa en la participación activa de los y las usuarias, quienes delimitan los temas así como la dinámica a seguir de acuerdo a los intereses del grupo. De esta forma el equipo de Piña Palmera parte de los intereses y necesidades que manifiesta la población local y los tiempos que marca la comunidad. A nivel interno, constantemente nos hemos visto en la necesidad de romper con nuestros mitos acerca de la discapacidad, nuestros prejuicios sobre las formas de relacionarnos y comunicarnos, sobre el género, los valores culturales, las estructuras familiares, miedos personales de éxito o fracaso, conceptos teóricos y técnicos de lenguaje, estereotipos, roles, etc. A nivel externo los primeros pasos en la construcción de nuestro modelo de intervención comunitaria con el programa de RBC nos llevó a la revisión del Manual de la OMS en el año de 1994. Para esto conformamos un equipo multidisciplinario integrado por: trabajadores sociales, auxiliares de terapia (personal local capacitado por terapeutas), terapeutas físicos profesionales, una enfermera; todos ellos trabajadores de Piña Palmera y con mucha experiencia en terapia física, de lenguaje y aprendizaje, y el manejo de lenguaje de señas. Después iniciamos el trabajo en la comunidad conformando un comité de rehabilitación que, siguiendo las indicaciones del Manual de RBC de la OMS, tenía que decidir las siguientes acciones a realizar. Iniciamos también una capacitación para promotores/as locales. Estos primeros pasos nos llevaron a reflexionar todavía más sobre la propuesta del Manual de la OMS, la cual, concluimos, contiene una estructura vertical basada en la conformación de un Comité de Rehabilitación, en donde prácticamente se excluía la participación de las PCD, sus familias y el resto de la comunidad. Nuestra lectura se hizo de manera critica, adaptando la propuesta de OMS a la forma de trabajo colectivo y participativo que desarrollamos en Piña Palmera, así mismo adaptamos el nombre como “Rehabilitación Basada en y con la Comunidad”, reconociendo y enfatizando el papel protagónico que juega la comunidad en todo el programa. Decidimos enriquecer la metodología con otras experiencias y adecuamos la propuesta de acuerdo a nuestra visión de discapacidad y trabajo comunitario. La ruta de RBC Para iniciar el programa de RBC, la comunidad debe plantear la necesidad, sea a través de un padre o madre de familia, un o una estudiante, un maestro o maestra, etc. Posteriormente se valoran las condiciones de la comunidad en cuanto a transporte, accesibilidad, ubicación geográfica, entre otras, así como el interés que demuestran los diferentes actores de la comunidad en el programa. El equipo de Piña Palmera hace la visita comunitaria en donde informamos sobre RBC. A través de algunas preguntas sencillas y estratégicas acerca de las condiciones en que se encuentran las PCD y los servicios con que cuenta la comunidad, iniciamos el diagnóstico conjuntamente con las autoridades y la comunidad. Cada persona con discapacidad que participa en las actividades está vinculada con una familia, la cual se desarrolla y está inmersa en su medio socio cultural. Los factores que intervienen en su desarrollo como persona, la red social existente, los aspectos sociales, culturales, la percepción hacia el tema de la discapacidad, son los aspectos iniciales del diagnóstico comunitario. Los primeros pasos El contexto inicial del diagnóstico se hace a través de una o varias visitas a la comunidad en donde Piña Palmera hace una reunión inicial con las personas interesadas en el programa, autoridades locales y demás sectores comunitarios. Nuestra experiencia nos enseña que es mejor dejar la responsabilidad de convocar a las reuniones e invitar a las personas interesadas en la comunidad; las familias de PCD y otros, a las autoridades locales. A veces nos invitan a participar en sus asambleas ordinarias. En esta primera reunión comenzamos a detectar las condiciones y situaciones en que se encuentran las PCD en la comunidad, así como los servicios existentes, vías de comunicación, transporte, cultura local, economía local, fuentes de trabajo y reafirmando siempre la participación y la responsabilidad de la comunidad. Los temas que se tratan en las siguientes reuniones comunitarias parten de las observaciones que se plantean acerca de las condiciones en las cuales se encuentran las PCD. También introducimos el manejo de los conceptos de discapacidad versus enfermedad y rehabilitación versus curación. Utilizamos la observación como una técnica para enriquecer el diagnostico, el cual siempre se va nutriendo de nuevos elementos que van integrando acciones puntuales para el trabajo en y con la comunidad. Toda la información obtenida a través del diagnóstico es reflexionada y evaluada entre los integrantes del equipo de rehabilitación de Piña Palmera, y a partir de ello decidimos si implementar o no el programa de RBC en la comunidad tomando en cuenta el contexto. Otra parte primordial de este primer contacto con la comunidad, a la par con el diagnostico, son los Talleres de Sensibilización y Concientización, en donde simulamos diferentes discapacidades y se hace una reflexión colectiva con maestros, autoridades locales, personal médico, promotores de salud, estudiantes y comunidad en general con el fin de acercar al tema de la discapacidad y promover la aceptación e inclusión de las PCD. Para llegar a más personas y comunidades difundimos regularmente información a través de las estaciones de la radio local con temas referentes a la salud, discapacidad y derechos humanos, en español e idioma local. En esta actividad participan también familiares, PCD, entre otros, y lo coordina una persona de Piña Palmera. Tejiendo alianzas: La importancia de ser comunidad Conformamos una red comunitaria de apoyo en donde participan las autoridades locales, personal médico, maestros y maestras, las PCD y sus familias, autoridades religiosas (la composición del a red varia en cada comunidad). Cada sector o persona que compone la red tiene una responsabilidad específica de acuerdo a su nivel de influencia en la comunidad, sus actividades y su cargo, que van desde llevar acabo un “censo” de las PCD de sus comunidades incluyendo las rancherías, citar a los usuarios y sus familias a las reuniones con el equipo de Piña Palmera, capacitarse en técnicas básicas de rehabilitación, prevención y detección de la discapacidad, actividades de inclusión social, entre otras. Para trabajar la rehabilitación física y le terapia de lenguaje se utilizan espacios proporcionados por la comunidad y material local. La red es una manera de promover la participación de los diferentes sectores que componen la comunidad y desde ahí fortalecer los espacios en donde participan las PCD y sus familias; es la responsable de enlazar a las diferentes rancherías con el municipio para hacer accesible el programa RBC a todos. El diagnóstico comunitario, los talleres de sensibilización y concientización y la conformación de la red comunitaria de apoyo forman parte de lo que llamamos proceso de rehabilitación social, creando un espacio de discusión, reflexión y acción en el tema de la discapacidad, vinculándolo con la realidad social en que viven, promoviendo cambios desde la persona con discapacidad, su familia y el medio en donde se desenvuelve. El trabajo de rehabilitación con las PCD y sus familias parte de una valoración de las PCD; en donde el equipo de Piña Palmera revisa el aspecto nutricional, retos en cuanto a movimiento, lenguaje, aprendizaje, audición y, conjuntamente con el familiar, se definen las metas del proceso de rehabilitación de acuerdo a la discapacidad y posibilidades. Las metas son muy concretas, realistas y con tiempos específicos. Partiendo de estas metas el terapeuta capacita en técnicas básicas de rehabilitación a los promotores (familiares o no), utilizando material local. Los promotores locales son personas de la comunidad, sea un familiar o cualquiera que tenga interés en participar en las capacitaciones. Además de llevar a cabo los programas de terapia con las PCD, son responsables de promover la participación de otras familias así como de los diferentes actores de la comunidad; vigilan y hacen valer los derechos humanos de los usuarios y sus familias a través de la coordinación con los diferentes actores comunitarios. Debido a la gran demanda existente en la zona y la poca o nula prestación de servicios que respondan a las necesidades de las PCD nos vinculamos con el sector gubernamental y privado. Contamos con la relación directa con diferentes instituciones y organismos gubernamentales, privados, nacionales e internacionales que trabajan con salud, educación, deporte y cultura, entre otros y hemos tenido la oportunidad de debatir sus enfoques en relación a las PCD desde el enfoque de Piña Palmera. Esta sinergia se ha dado de manera paulatina y perseverante con el sector gubernamental, que en Oaxaca ha estado completamente aislado del trabajo con las ONGs y con las PCD y en particular en el sector rural. Ver, capacitar, evaluar…y celebrar El equipo de Piña Palmera capacita a los promotores y promotoras en técnicas básicas de rehabilitación y conjuntamente con los familiares y/o promotores y las PCD realizan las evaluaciones ya que nuestra experiencia previa nos había enseñado que es muy difícil mantener los logros de la rehabilitación si la familia no está comprometida e involucrada, por lo que fuimos transformando nuestra manera de trabajar, creando espacios colectivos con familiares y rescatando las vivencias de las PCD ya rehabilitadas que participan en nuestras actividades. En las capacitaciones a padres y madres de familia y/o promotores/as buscamos transmitir una información clara, concisa y de una manera que sea entendida en el nivel cultural con el que se trabaja. Hay que ser conscientes de nuestros límites para no sentirnos tentados a dar respuestas cuando en realidad no sabemos, y en su caso investigar sobre el tema. Para que haya continuidad, el equipo de Piña Palmera supervisa el proceso de rehabilitación con las PCD y sus familias. Esto se lleva a cabo directamente en las comunidades de manera colectiva, evaluando los avances, de acuerdo a las metas planteadas inicialmente, las necesidades de adaptación de aditamentos, los obstáculos que han tenido y se readecua el programa de rehabilitación, replanteando metas o ampliándolas. Si la PCD ha llevado a cabo el proceso de rehabilitación de manera constante, orientamos y capacitamos a ellos y sus familias en inclusión y desarrollo de habilidades. De acuerdo a la discapacidad y a la etapa en que se encuentra la PCD en cuanto a su rehabilitación se evalúa conjuntamente con los familiares las posibles alternativas para la inclusión escolar y/o laboral. En muchas situaciones se promueve la inclusión desde el inicio del proceso de rehabilitación si no son discapacidades muy complejas o severas. Por ejemplo un niño tiene dificultad para caminar, hablar o una situación psicológica / social y está desnutrido. Acompañamos a este niños/a con un especialista, un neurólogo, una genetista o una ortopedista, siempre de acuerdo con la familia, siempre esperando que ella esté lista y dispuesta para tomar su propia decisión. Se da la información requerida para que ellos mismos puedan entender la situación y tomar la decisión que les parezca más adecuada. La responsabilidad y las decisiones siempre se quedan con ellos mismos. Pero sí es cierto, que para lograr cualquier meta en el proceso de rehabilitación es necesario que la familia se responsabilice, que desde la vida diaria de un seguimiento para las actividades con su familiar. Utilizamos un lenguaje muy sencillo y buscamos actividades que se puedan realizar dentro de la dinámica cotidiana familiar y en su higiene personal, la colaboración en la limpieza de la casa, siembra, comida, etc. Si la familia habla idioma indígena buscamos personas que nos ayuden con la traducción. Como parte de nuestra metodología evaluamos cada seis meses el desarrollo del programa al interior del equipo de Piña Palmera y hacemos los cambios necesarios en cuanto al proceso de rehabilitación, inclusión social, sensibilización, concientización, nuevos elementos de diagnóstico, capacitación a los promotores y familiares, y los temas para la radio local. Con las comunidades llevamos a cabo evaluaciones participativas, a través de cuestionarios y reflexión en grupo con los padres de familia, las PCD y los que participan en la red comunitaria de apoyo. Parte importante de nuestra metodología es el trabajo entre grupos de padres y madres de familias, PCD y la red comunitaria de apoyo, con el fin de que intercambien experiencias, logros, obstáculo y alternativas de solución en el proceso de rehabilitación. Las estrategias para llevar a cabo RBC se fueron construyendo con base en nuestra propia experiencia, creciendo en el intercambio con otras organizaciones nacionales e internacionales, reformulando nuestra manera de trabajar de acuerdo a los obstáculos que teníamos que enfrentar, los éxitos que obteníamos, las aportaciones de personas ya rehabilitadas con nosotros y que en sus comunidades fueron transformando la manera de pensar y actuar hacia la discapacidad. Además vinculamos el programa de RBC con talleres de la sexualidad, de género, de deporte en sillas de ruedas, campamentos en donde se llevan a cabo actividades para desarrollar independencia, socialización y desarrollo de habilidades. El grupo de jóvenes con habilidades de liderazgo En la formación y capacitación de las PCD en el programa de RBC, Piña Palmera realiza talleres de liderazgo para jóvenes con diferentes tipos de discapacidad, los cuales participan apoyando y enlazando la red comunitaria en el proceso de rehabilitación proporcionando pláticas y testimonio personal de su rehabilitación en otras comunidades y también fortaleciendo los derechos de las personas con discapacidad en sus propios pueblos. Muchos de esos y esas jóvenes se rehabilitaron en Piña desde muy temprana edad, como Mariano Enríquez, joven zapoteco ciego que capacita a niñas y niños que tampoco pueden ver. Su imagen está en la portada de este trabajo. Entre las responsabilidades del grupo de liderazgo se encuentran las siguientes: 1.- Trabajar para que la población con y sin discapacidad conozca y se apropie de los derechos enmarcados en la Convención sobre los Derechos de las PCD, especialmente en las zonas rurales e indígenas y se realicen acciones concretas. 2.- Incidir para que los Principios Generales de la Convención sobre los Derechos de las PCD se conviertan en políticas públicas en los municipios en donde viven, con acciones puntuales en cada localidad. 3.- Promover procesos informativos y de capacitación para que las PCD, especialmente en el campo, pasen de ser beneficiarias pasivas de planes y programas asistencialistas a asumir su ciudadanía activa, esto es: insertarse tanto individual como colectivamente en procesos por hacer valer sus derechos y asumir y cumplir con sus obligaciones civiles. 4.- Fortalecer el tejido social y comunitario de las comunidades en donde se trabaja a través de Rehabilitación Basada en la Comunidad (RBC) 5. Promover y participar en acciones y estrategias para enfrentar retos en lo referente a cuestiones de juventud, discapacidad y género, desde su contexto rural e indígena. 6. Promover espacios colectivos de empoderamiento de jóvenes con diferentes discapacidades a través de reflexión, formación e información. 7. Promover la inclusión educativa y laboral, según sea el caso, de niños, niñas y jóvenes con diferentes discapacidades en las comunidades en las que opera RBC. 9. Promover entre los y las jóvenes con discapacidad el conocimiento de instrumentos legales y estrategias puntuales para apropiarse y disfrutar del territorio municipal y de los bienes y servicios que en el existen, en igualdad de condiciones que las personas sin discapacidad. 10.- Promover procesos de sensibilización hacia la discapacidad de actores locales. 11.- Promover y realizar prácticas de economía solidaria y comercio justo en las comunidades en las que opera RBC. Logros Se han rehabilitado 1500 usuarios y usuarias (el 80% menores de 15 años) mismas que ahora trabajan o estudian y algunos están casados y tienen hijos, y así sirven como ejemplos y animadores en sus comunidades, mostrando que “querer es poder”, que sí son capaces de cambiar sus propias vidas. Motivan a otras personas con una discapacidad y a sus familiares a superarse. Se ha fortalecido en la zona una cultura hacia la discapacidad, se ha logrado la inclusión social de las PCD, así como se han hecho adaptaciones arquitectónicas en las comunidades en donde participamos. Los maestros y maestras de las la localidades en las que tenemos presencia han hecho esfuerzos en la inclusión de PCD en primarias, secundarias, preparatorias e incluso en las universidades. El personal médico local vincula los programas de salud en cuanto a la prevención y detección de discapacidades. Los talleres de sensibilización también han servido de motivación para que haya promotores de rehabilitación puesto que incrementan la conciencia. El equipo de RBC ha logrado con los talleres de sensibilización una parte muy importante del trabajo preparatorio, en el aspecto de cambiar actitudes en el pueblo y facilitar la inclusión de las PCD. Estos talleres se han hecho con los niños, jóvenes, adultos y también con las autoridades del pueblo. Se ha generado una mayor conciencia y responsabilidad en los familiares de PCD, así como una mayor detección y captación de PCD, particularmente niños y la mayoría de la gente en nuestra zona de impacto (alrededor de 100 Km. a la redonda de Zipolite) conoce y usa los términos discapacidad y rehabilitación. Las familias intercambian sus experiencias personales con otras comunidades, apoyan muy activamente a sus hijos e hijas y han participado en eventos compartiendo sus testimonios personales, tanto en sus comunidades como en otros Estados, sensibilizando y concientizando a la población. La mayoría de los promotores son familiares y esto facilita el trabajo de rehabilitación ya que ellos conocen a su gente, aunque es importante que el equipo de rehabilitación de Piña Palmera de seguimiento para poder orientar en cuanto a actitudes sobre protectoras. Las mujeres con discapacidad se colocan en espacios de formación, y participan en la radio local, apoyan en las comunidades para involucrar a más PCD en el programa. Los varones han estado al lado de sus esposas o hijas fortaleciendo su proceso de inclusión, participan en los talleres de sensibilización y concientización. Jóvenes con discapacidad rehabilitados desde niños en el marco de RBC han ganado espacios en competencias deportivas locales y nacionales obteniendo los primeros lugares, así mismo han ingresado a Universidades en otros Estados vinculando la labor de Piña Palmera, y con ello se ha logrado la participación de estudiantes en la realización de servicio social y proyectos de tesis. Participación activa de niños/as y jóvenes con diferentes tipos de discapacidad en las actividades sociales y comunitarias en comunidades de RBC. Capacitación a maestros para la inclusión de niños, niñas y jóvenes con diferentes discapacidades: ceguera, sordera, discapacidad física, intelectual y mental. Implementación de programas en la radio local en español e idioma indígena, protagonizados por personas con discapacidad y sus familias, en temas de rehabilitación e inclusión. Organización de talleres productivos bajo la responsabilidad de personas que tienen diferentes discapacidades. Piña Palmera se ha convertido en un espacio de aprendizaje colectivo sobre temas de diversidad, comunicación asertiva, derechos humanos, género y discapacidad, relaciones cooperativas, entre otros temas. Implementación de cine adaptado para personas con y sin discapacidad. Retos El trabajo que desarrollamos en las comunidades enfrenta a diferentes retos, uno de ellos es la estructura cambiante de los Cabildos o Agencias Municipales, así como las Clínicas de Salud y Planteles Escolares, ya que en diferentes periodos hay cambios de personal institucional o por intereses individuales implicando que tengamos que reiniciar constantemente el proceso de rehabilitación, vinculando a los nuevos integrantes comunitarios a la red. Todo esto nos retrasa el trabajo de sensibilización y rehabilitación, incluso en muchas ocasiones hemos perdido la continuidad del trabajo. Cuando esto sucede respetamos la no participación y damos tiempo a que se vuelvan a reorganizar y esperamos que ellos soliciten nuevamente nuestra participación en su comunidad. Por otra parte también en los pocos espacios en los cuales pueden participar los jóvenes con discapacidad en el estado, a través de una posible representación para difundir y promover los derechos humanos de las PCD, hemos tenido que enfrentar criterios urbanos y académicos lo que colocó en franca desventaja a los jóvenes lideres de las comunidades rurales en donde trabajamos, siendo totalmente descalificados. Desde entonces hemos intentado adaptar algunos criterios de selección de las instituciones como el Instituto Mexicano de la Juventud y con ello lograr la participación de las PCD de zonas rurales. En nuestro programa participan personas que tienen daños cerebrales muy graves, o niños con distrofia muscular progresiva los cuales requieren de mucho más tiempo para el proceso de rehabilitación, la participación de los padres es mínima ya que los avances son lentos y poco perceptibles; hay otros casos que aun con el proceso de rehabilitación el tipo de discapacidad que presentan los conduce a la muerte, generando severas consecuencias en la participación de otras PCD y sus familias. Otro aspecto que dificulta nuestro trabajo es la falta de atención médica básica y especializada en las comunidades en donde trabajamos el programa de RBC, y la grave situación nutricional en que se encuentran las PCD. Palabras finales El trabajar con una metodología comunitaria y procesos colectivos a través del programa de RBC ha sido, y continúa siendo, un gran reto para todo el equipo de Piña Palmera, por ser un proceso complejo multifactorial en el cual es preciso aprender a compartir los conocimientos, buscar formas de capacitación para los promotores o padres de familia, involucrar a las autoridades locales, personal médico, maestros, crear conciencia en las comunidades con su cultura, organización local, idioma, idiosincrasia entre otras, a cerca de la discapacidad. Desde las visiones y formas de actuar de las propias PCD y enfrentando las nuestras, vamos construyendo un espacio de trabajo respetando y valorando cada persona, trascendiendo la característica de su discapacidad; en el trabajo que realizamos en y con la comunidad cada quien se transforma a través del encuentro de formas distintas de interactuar en la vida cotidiana. Partiendo de esta mirada el tema de la discapacidad contribuye a la reflexión acerca de las condiciones en que se encuentra la comunidad, los servicios que están ausentes, las posibles alternativas de mejoramiento en la calidad de vida a través de la participación de todos los sectores. Piña Palmera, a través del programa de RBC y su respectiva red de apoyo comunitaria, ha pretendido y conseguido cambios que responden de forma eficiente en la calidad de vida de las PCD y sus familias, así como en la comunidad en donde se desarrollan, articulando los diferentes sectores, como los maestros, personal médico, autoridades locales, entre otros. Nuestra incidencia en los cambios comunitarios y en la calidad de vida de la infancia con discapacidad sólo ha sido posible por el reconocimiento del trabajo colectivo de todos y todas las involucradas en el proceso de rehabilitación. Hoy el Programa de RBC está reconocida en México, así como en varios países de Europa y en los Estados Unidos como un Centro de Rehabilitación y Aprendizaje, donde se trabaja de una manera más amplia, con el usuario y su familia en su propia comunidad y medio ambiente, fijándose en lo que la persona puede hacer y no solamente en el tratamiento a la discapacidad. Han pasado ya 15 años desde que comenzamos a implementar RBC. Aún recordamos con claridad como al iniciar nuestro trabajo en 1994 presentamos en las comunidades un modelo sin haber discutido con los habitantes si era necesario adaptarlo a sus necesidades. Aprendimos que es necesario hacer un análisis de la comunidad en su totalidad para ver si la rehabilitación de sus miembros con discapacidad es una prioridad para ellos. De ese tiempo a la fecha han cambiado muchas cosas y hoy percibimos el trabajo de RBC como un proceso en la cual participa un equipo multidisciplinario y multicultural en donde convergen: integrantes de la zona, estudiantes, profesionistas y voluntarios nacionales e internacionales. Esta interrelación e intercambio ha permitido que hoy contemos con una alternativa que promueva la defensa de los derechos humanos de las PCD y sus familias en el ámbito rural e indígena. Los cambios que hemos tenido y seguimos teniendo en nuestro trabajo, se dan en un ambiente de respeto a las diferencias, de rescate de la sabiduría local, de discusiones acaloradas sobre la necesidad de definir la especificidad de lo que queremos hacer y cómo lo queremos hacer, negociando, cabildeando, aprendiendo de los errores y aportando alternativas creativas para fortalecer procesos que sirvan para elevar la calidad de la infancia y la juventud con discapacidad. Así pues, luego de 15 años de aproximaciones sucesivas a la construcción de una metodología de intervención comunitaria que rehabilita y empoderara a las personas con discapacidad, a sus familias y pueblos, hoy podemos decir con satisfacción que avanzamos cosechando muchos resultados tangibles, como en el caso de Odilia Luis Vásquez, ayer una niña pequeña y vulnerable con secuelas de polio en su natal San Gabriel Mixtepec, hoy una joven que capacita a otras chicas que como ella enfrentan cotidianamente los retos que pone ante si un entorno discriminador, que sin embargo aspiramos a desmantelar animados y animadas por el espíritu de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad aterrizada en nuestra metodología RBC.