LA CONJUNCION COPULATIVA Julia Sánchez-Cerezo de la Fuente 2º – Y: Conjunción copulativa. Bueno, lo de “copulativa” no es necesario ponerlo en el análisis, con que escribáis “conjunción” nada más, es suficiente. Eso nos había dicho la monja. Una, que era de esas niñas que había salido muy estudiosa y que si podía sacar un nueve en lugar de un ocho, iba a por el nueve, pensó que poniendo todo lo que venía en el libro de gramática, la nota sería mejor, así que en el siguiente análisis gramatical, lo puse. La monja corrigió nuestros ejercicios y al día siguiente me llamó para decirme que no pusiera “copulativa”, que no era necesario. Yo añadí que había visto también verbos copulativos pero ella insistió en que no hacía falta ponerlo. Mientras jugaba con mis compañeras en el recreo, empecé a pensar que en aquel interés de Sor Sacramento por que no pusiéramos lo de “copulativa” había algún misterio. Además, yo no sabía lo que significaba esa palabra, así que, al llegar a casa fui al diccionario y busqué por la “C”: Copulativa: Referente a copular, que copula. Copular: Unirse o juntarse sexualmente. Empezaba a ver algo: la palabra sexo, pecado. Por eso la monja no quería que añadiéramos aquello a la conjunción, porque se refería a algo malo como todo lo que tenía que ver con el sexo pero, ¿qué tenía que ver la pobre “y” con lo de la copulación? Si la usábamos mucho en nuestra conversación: mesas y sillas, Carmen y Lola, buenos y malos… no veía que la “y” pudiera ser mala, por muy copulativa que fuera. Pero me había picado la curiosidad, así que volví al diccionario y encontré: Copulación: ayuntamiento carnal entre hombre y mujer. ¡Ayuntamiento! Si eso era el lugar donde estaban el alcalde y las autoridades. Yo conocía mucho al señor alcalde, que era amigo de mi padre y tenía la farmacia del pueblo… Fui a “ayuntamiento” en el diccionario y leí la definición: Ayuntamiento: Dícese de las Casas Consistoriales. Cada vez me liaba más. Ahora me tendría que confesar por haber estado buscando lo que no debía en el diccionario y seguro que un rosario de penitencia no me lo quitaba nadie. Menudo era el Padre Lorenzo con las niñas que lo quieren saber todo y que tienen la manía de mirar en el diccionario…