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Fe y Confianza
Fecha: 18 de noviembre de 2012
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TEMA: “LA FE QUE VENCE OBSTACULOS”.
TEXTO: Marcos 5:25-34
Lectura Bíblica:
“Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, 26 y había sufrido mucho de
muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, 27 cuando oyó
hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. 28 Porque decía: Si tocare tan
solamente su manto, seré salva. 29 Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que
estaba sana de aquel azote. 30 Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él,
volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos? 31 Sus discípulos le dijeron: Ves que la
multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado? 32 Pero él miraba alrededor para ver quién había
hecho esto. 33 Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y
se postró delante de él, y le dijo toda la verdad. 34 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y
queda sana de tu azote”. (VRV 1960)
25
25 “Había entre la gente una mujer que hacía doce años padecía de hemorragias. 26 Había sufrido mucho a
manos de varios médicos, y se había gastado todo lo que tenía sin que le hubiera servido de nada, pues en vez de
mejorar, iba de mal en peor. 27 Cuando oyó hablar de Jesús, se le acercó por detrás entre la gente y le tocó el
manto. 28 Pensaba: «Si logro tocar siquiera su ropa, quedaré sana.» 29 Al instante cesó su hemorragia, y se dio
cuenta de que su cuerpo había quedado libre de esa aflicción. 30 Al momento también Jesús se dio cuenta de que
de él había salido poder, así que se volvió hacia la gente y preguntó: —¿Quién me ha tocado la ropa? 31 —Ves que
te apretuja la gente —le contestaron sus discípulos—, y aun así preguntas: “¿Quién me ha tocado?” 32 Pero Jesús
seguía mirando a su alrededor para ver quién lo había hecho. 33 La mujer, sabiendo lo que le había sucedido, se
acercó temblando de miedo y, arrojándose a sus pies, le confesó toda la verdad. 34 —¡Hija, tu fe te ha sanado! —le
dijo Jesús—. Vete en paz y queda sana de tu aflicción”. (NVI)
Introducción:
1.
Definiendo la palabra fe. Se dice que no hay mejor definición que la que nos brinda
Hebreos 11:1, y es la siguiente: “Confiar en Dios es estar totalmente seguro de que uno va a
recibir lo que espera. Es estar convencido de que algo existe, aun cuando no se pueda ver”. (TLA)
“Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve”. (NVI)
“Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la
realidad de cosas que no vemos”. (DHH)
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. (VRV 1960)
2. El relato bíblico del que hoy nos ocupamos nos habla de una mujer que llevaba ya doce años
sufriendo de hemorragias.
a- Se había sometido a muchos tratamientos a manos de muchos médicos.
b- Había gastado todo el dinero que tenía, y no le había servido de nada. De hecho, había ido de
mal en peor.
1
c- Cuando oyó lo que decían de Jesús, se acercó a El por detrás entre la gente, y le tocó la ropa,
diciéndose: “Si logro tocar siquiera su ropa, quedaré sana”. E inmediatamente se le secó la
fuente de la sangre, y sintió en su cuerpo que estaba curada de su tormento.
3. La mujer de este pasaje sufría un mal que era muy corriente y muy difícil de tratar.
a- Lo grave era que aquello no solamente afectaba la salud de una mujer, sino que la mantenía
en una condición de impureza ritual y le impedía participar en el culto a Dios y en el trato
con las demás personas.

4.
En el libro de Levítico 15:25-28 leemos lo siguiente:
25 ”La mujer que tenga una
hemorragia durante varios días, fuera del tiempo de su menstruación, será considerada
impura. 26 También se considerarán impuras la cama donde se acueste y la silla donde se
siente. 27 Todo el que toque esos muebles quedará también impuro hasta el anochecer, y
deberá lavar sus ropas y bañarse. 28 »Para volver a ser considerada pura, la mujer deberá
contar siete días a partir del momento en que se detenga la hemorragia”. (DHH)
El escritor Marcos nos narra que ella buscó una y otra vez los tratamientos médicos. “Y
había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado,
antes le iba peor” (v. 26).
a- La mujer había acudido a todos los que había podido, y había sufrido mucho con los
tratamientos, y se había gastado todo lo que tenía; y el resultado había sido, no ponerse
mejor, sino peor.

Los médicos no habían tenido éxito en el caso de esta mujer, y ella había oído hablar de
Jesús. Pero ella tenía este problema: su dolencia era doblemente embarazosa; el meterse
entre la gente y confesarlo abiertamente era imposible, porque contaminaba a todos los
que tocara, aunque fuera un roce mínimo; pero a pesar de todo decidió tratar de
tocar, aunque sólo fuera la ropa de Jesús, en secreto.

Cualquier judío devoto llevaba una ropa exterior con cuatro flecos, uno en cada extremo.
Estos flecos se llevaban obedeciendo el mandamiento de Números 15:38-40, para
indicarles a los demás, y al mismo que las usaba, que era un miembro del pueblo
escogido de Dios. Eran el emblema de todo judío piadoso. Fue uno de esos flecos lo que
tocó la mujer escurriéndose entre la multitud; y en cuanto lo tocó sintió la emoción de
saberse curada.
DESARROLLO DEL MENSAJE:
I-
UN PADECIMIENTO PROLONGADO. “Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de
sangre”. ( v. 25)
A-
Padecía de continuas hemorragias desde hacía doce años.
1.
Su vida estaba lentamente desvaneciéndose.
ab-
En esta condición estaba DEBIL.
En esta condición estaba IMPURA.
2
c-
En esta condición estaba MISERABLE.


II-
Ahora se encuentra sin esperanza.
Por lo que hemos leído, sigue aferrada a la vida y a la salud.
UNA ACCIÓN TARDÍA, PERO DECISIVA. “Cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre
la multitud, y tocó su manto. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva”. (v.
27-28)
A-
Es evidente que había oído hablar de Jesús, y que había creído lo que había oído.
1.
La fe viene por el oír.
a-
2.
Su fe era sencilla, pero a la vez tan grande.
Nada le obstaculizaría en su búsqueda.
a- Vencería el poco o nada acceso que le imponía la multitud.
b- Vencería la urgencia que tenía Jairo de que el Señor llegara rápido a su casa para tratar
el caso de su apreciada hija.
c- Estaba dispuesta a llevar a Jesús a posponer la resurrección de la hija de Jairo.
d- Cree que con sólo tocar el borde de Su manto sería suficiente para terminar con esa
crisis de doce años.
e- Su fe la llevó a un contacto personal con el Señor.


La fe que no hace esto no es fe.
Se debe llevar la fe al campo de la esperanza.
Aplicación:
1.
Muchos esperaron llegar hasta al filo de la desesperación para buscar la ayuda de Jesús.
abc-
Mientras tuvieron fuerzas físicas lucharon por su bienestar.
Mientras tuvieron recursos económicos lucharon por su bienestar.
Mientras tuvieron familiares y amistades lucharon por su bienestar.

III-
Ninguna persona tendría por qué acudir a Cristo obligada por las circunstancias; y sin
embargo, muchos vienen así. Pero aunque haya sido de esa manera, El no los rechazó;
sino que dispuso todo Su bien a su favor.
UNA FE RECOMPENSADA. “Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido
de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?” (v. 30).
A-
Jesús se dio cuenta del poder que había salido de Él.
1.
El milagro se consumó inmediatamente al tocarle Su manto.
3
a-
El Señor para hacer más hermoso el momento preguntó sobre quién le había tocado, ya
que virtud había salido de Él.


2.
Esto nos muestra que a Él le es placentero identificar a los que bendice.
Esto nos muestra que Él espera nuestro testimonio de un antes y de un después.
Ella se identificó. “Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido
hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad.
a-
Con temor y temblor.

b-
Esto pudo haber sido por lo prescrito en Levítico, lo cual indicaba su estado de
impureza. Y aunque ya había cesado la hemorragia, todavía le esperaban otros siete días
para declarar su pureza.
Se postró delante de él y le dijo toda la verdad.
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
Todo el que haya recibido algún beneficio del Señor debería postrarse en confesión y
gratitud delante de Él.
No debería costarnos confesarle las cosas a Uno que nos entiende como Jesús.
Quienes por fe son sanados de sus enfermedades espirituales tienen razón para ir en
paz.
B-
Jesús obró de manera completa su acto de misericordia. “Y él le dijo: Hija, tu fe te ha
hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote (AFLICCION)” (v. 34).
1.
Ella no hubiera oído esta consoladora palabra si no hubiera hecho una abierta confesión.
a-
2.
Fue salvada por la fe, y recibió la certeza de lo recibido, por Su Palabra.
Jesús tuvo y tiene autoridad para liberar y para sanar en nuestros días.
¡ESTE DIA PUEDE SUCEDER SU MILAGRO!
¡VENZA CUALQUIER OBSTACULO Y VENGA A JESUS!
¡SUS BRAZOS SIGUEN ABIERTOS PARA EL PENITENTE Y PARA EL AFLIGIDO!
Dios les bendiga.
Hno. Orlando
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