LA ANTIGUEDAD ORIENTAL. PARRAFO I.

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CAP I T U L 0
I.
LA ANTIGUEDAD ORI ENTAL.
PARRAFO I.
El renacimiento orientalista.
Tanto se han agrandado en el siglo XIX las aspiraciones humanaa,
y con elementos tan poderosos cuenta la actual civilizacion, que
la tierra va pareciendonos pequena para satisfacer 1a sed y los
afanes de los pueblos nuevos llenos de robustezyde energias, avidos siempre de novedades y aguijoneados por los alicientes del progreso, por el deseo de descubrir, por las necesidades del comercio
y por las exigenciasde un pensamiento adulto y universalizador.
Apenas falta a la ciencia geografica para completarse mas que escrutar algunos grados al extremo Sur y al extremo Norte del planeta, y en la tarea de llagar al conocimiento de 10 que se ha creido inaccesible, pone tanto empeno la idea de la utilidad cientifica como ponerlo pudiera la perspectiva de la ganancia
fortuna material.
0
de la
Las ciencias tienen heroes mas dignos de vene-
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racion en cuanto menos se mezclan en sus empresas y sacrificios
personal . interes ni motivos parciales; marinos sublimes, afrontando las tempestades de las altas latitudes, los peligros de la soledad y de 10 desconocido, buscan hace cincuenta anos el polo Norte mientras generosos e ilustres peregrinos del saber penetran
en el corazon de Africa, trepan a las altas montanas y recorren
desiertos y paises salvajes y suspicaces, dejando frecuentemente
unos y otros su vida en cambio de una pagina anadida a la historia
de los esfuerzos humanos en favor del progreso.
De otra parte e-
levadas inteligencias invocan las leyes de la naturaleza y las
licitan o fr e ciendo en holocaust
50-
l a existencia cargada de priva-
ciones, de amarguras y tal vez del olvido y de la ingratitud de
los contemporaneosj y pensadores insignes investigan las ruinas
y someten al analisis 10 que fuera un dia centro de civilizacion
y de poder para arrancar del polvo y de la abandonada piedra la
solucion del enigma de las sociedades que pasaron.
As! como los natura listas estudian no solo el presente estado
•
de las cosas sino la ley de las evoluciones y del desarrollo de
los reinos d e la naturaleza, los historiadores procuran abarcar
el conjunto de la vida de la humanidad
para inquirir con auxilio
de la filosofia el destino del hombre partiendo de la comun labor
y generales t ea dencias, y para formular un codigo de una justicia
mas perfecta.
Un dia las sociedades podian vivir de un genio particular religioso
0
politico separadas de contacto con el resto del mundo
0
tomando de el girones llegados al acaso por la imposicion y el influjo natural del todo: cada secta
0
partido se alimentaba de sus
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exclusivas creaciones e ideas rechazando extranos ingredientes ~~mo si fuera accidental que hubieran
0
no existido otros pueblos,
En ese par-
otros estados de cultura y otros anteriores trabajos.
ticularismo se perdia la nocion del enlace en la marcha universal
creandose nocivas intransigencias que aislaban los miembros de una misma familia y desvirtuaban el exito ofrecido por las grandes
epocas sinteticas.
En las ciencias exactas como en las ciencias morales entro la
filosofia para ensancharlas y engrandecerlas por la generalizaci6n
y darles el tono y caracter que reclamaba el porvenir.
La histo-
ria ha sacado de alentadores estimulos y libres doctrinas tanto
partido como la astronomia, la medicina, la fisica
0
la quimica.
A la narracion simple e incompleta, concertada a un pueblo
0
un
suceso, se agrego la critica, dan do enlace a los acoatecimientos
y buscando todas las relaciones dentro del movimiento universal
sin quitar nada a la variedad y al detalle .
La historia general de la humanidad no se habia emprendido has-
•
ta los tiempos modernos: ninguna otra ~poca proporcionaba los recursos necesarios por falta de un concepto superior a nuestra especie racional, y por el divorcio material
versas partes y sociedades de la tierra.
0
moral entre las di-
Las naciones del Orien-
te constituyen un mundo especial con sus dioses y razas peculiares, sustrayendose .1 exterior en cuanto pueden: los monopolios
de la ciencia y del poder, no caen sino al arruinarse el organismo politico y sucumbir a la invasion y a la conquista: los simbolos se pierden,
0
se ocultan a profanas miradas, y aun siendo el
Asia con tanta frecuencia presa de gran des caudillos y de extra-
44
nos ej~rcitos, no descubre ni a los griegos ni a los romanos la
historia de sus vicisitudes y de su existencia.
Por otra parte,
el estado de los pueblos que se sucedian en la civilizacion no imponla deberes intelectuales que hoy se han hecho ineludibles: los
persas, los ~rabes, la edad media, no podlan mostrar la curiosidad
Y los empenos que solo promueven vigorosos impulsos cientlficos
y universalizadores.
El renacimiento griego fUe un poderoso alerta para la inteligencia~
hombres y nacionalidades se irguieron , despertaron olvida-
dos y dormidos estimulos y pusieron en juego noble actividad para
inquirir.
Los sabios registraban el mundo helenico y roman& ,::ins-
pirandose en sus tradiciones, la naturaleza en solicitud de sus
1~yes4
los sistemas en busca de reglas que engendraran una
vid~
mejor; y memorables audacias traspasaban los mares a fin de hallar
perdidos eslabones del planeta, 0 preguntaban al espacio por el
enigma del mecanismo de los mundos.
Porque no obstante 10 que se
habla vivido, despues de los gigantescos esfuerzos de Grecia y Ro-
•
ma , la civilizacion ignoraba que el Occidente entranara un mundo
nuevo y que el Oriente hubiese poseldo el alma madre de la cultura europea.
Cristobal Colon descubrio Am~rica y los portugueses un camino
nuevo para las Indias orientales: America y Europa se ignoraban:
Europa y Asia se aborrecian.Para los occidentales era el Orien-
te un mundo muerto por corrupcion cuando no por aniquilamiento
preaestinado: apenas europeos y asiaticos se hablan juntado sino
para chocarse en los campos de batalla.
Asia y Europa estuvie-
ron en flujo y reflujo de invasiones, combate secular del esplri-
tu antiguo con los instintos y tendencias innovadoras y movibles.
El Oriente, armado por los sucesores de Ciro, se lanza sobre Europa cuando todas sus civilizaciones estaban heladas y moribundas:
Grecia Ie contiene en Marhaton y Salamina, y arroja a los persas
y al enjambre de pueblos asiaticos auxiliares, a aquellas tierras
de donde hablan salido, y en que ya solo se dogmatizaba el despotismo.
Grecia va a tomar la revancha guiada por Alejandro; re-
vancha no tanto impuesta por la ira, como demandada por las necesidades politicas y por el sentiminto de propaganda e irradiacion:
el mundo oriental se descompone, caen los imperios, se pulverizan
los templos; mas el enigma permanece velado.
Alejandro apenas to-
ca la superficie de la India: el brahman acude unicamente como espectador a la cita del h;roe macedonio: en vane Ie exigen con amenazas que revele el misterio de su patria; presenta el pecho a la
muerte, pero no sus ideas a la historia.
Sin embargo, ya el Asia
hubiera pasado su ;poca creadora y sus civilizaciones fu~ran ya
civilizaciones cadaverica., los griegos lograron provocar el gus-
•
to por las artes y la filosofia y las ciencias helenicas, y establecer las bases de una gran sintesis humana.
trinas del Occidente
Cruzanse las doc-
asiAtico, entran las teorias de Platon en
las aulas orientales, y se descompone el viejo mundo aunque sin
poder adquirir el vuelo y el ardor del genio griego.
Pero Asia retrocede tras el ensayo de Alejandro: Roma vence sin
dominar, y a medida que el imperio se debilita, vuelve Asia a su
tradicional concentracion y a su vida inmovil.
cudirla, y
Mahoma logra sa-
sus huestes subyugan hasta el corazon de la India.
El l~gislador arabe personalizaba el espiritu del Oriente: vieio-
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nario, reformista, caudillo e inspirador de una revolucion, toma
del alma asiatica
tal origen
los elementos para un cambio, que hallado en
llevarla en el nacimiento todas las sefiales de la es-
terilidad y de la muerte.
La humanidad ha seguido periodos nece-
sarios en su crecimiento; las formas de su educacion primitiva,
son inacomodables a epocas de relativo desarrollo.
Los viejos sis-
temas de Asia, reproducidos en espirit~, podran dar a las sociedades dias de agitacion, pero no imprimir caracteres universales que
constituyan
ideal de las ciencias morales: la fatalidad y el des-
potismo, como quiera que se revistan, no depararan jamas ensefianzas de perfeccionamiento ni se elevaran a dogma universal.
M~ho-
ma realiza en el Asia un progreso aparente, mas en verdad s 610
hace int~rprete de los vicios del organismo oriental.
se ~
La conquis-
ta del mundo para su dios, fue una ilusion. Facil conquistador el
Koran de los pueblos de animo envejecido, se estrellarla en el Oc cidente ante razas todavia obscuras e incultas.
Carlos Martell
da al Asia nuevo Marhat6n y los valles y cordilleras de Espana se
•
asemejan a ine~pugnables Termopilas donde sucumbiria el poder agareno.
Otro derrame de gentes asiaticas cae sobre Europa, se de-
tiene en Lepanto y ofrece hasta hoy el espect~culo de la impotencia y de la nada.
A traves de tantos cembates y oposiciones " el Oriente no era conocido: los cruzados 10 hablan
visto solo en 10 exterior; pala-
cios, ciudades, piramides, obeliscos.
Los descubrimientos y colonizaciones de las indias orientales
per los portugueses, traen otra vea al debate al mundo oriental,
a las regiones asiaticas de mas tradiciones y mas nombre: los via-
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jes y el comercio proporcionan mejor conocimiento de las cosas.
Compan'as poderosas de la Gran Bretafia, apoyadas por su gobierno,
colonizan y explotan la tierra de los antiguos brahmanes fijando
la atencion asl de las empresas lucrativas como de los hombres de
ciencia.
La revelacion de la vida oriental, de su pasado, de la
parte que le tocara en la historia humana, interesa en tono creciente
a Europa: algunos pensadores guiados por el afan de saber, se
consagran a investigar los restos de un Mundo ahora inactivo pero
Mundo que precedio, ensefiando la senda de ulteriores civilizaciones.
El renaciaiento griego habia organizado bastante cantidad de fuerzas para que sucesivamente se determinasen cambios afectables a la
vida mas inmediata de las sociedades.
critica desgasta las instituciones
Durante el siglo XVIII la
decr~pitas,
y la filosofia cons-
truye en el pensamiento antes de que la masa social se prepare a
construir en los hechos; todo 10 exclusivo, 10 vicioso, 10 perturbad~r,
es reemplazado por una raz6n mas general y discreta.
•
La re-
volucion moral, si bien por una parte atiende a obstaculos locales
para destruirlos, y a males sufridos por los pueblos, por otro cita al hombre a un juicio de derecho, proclama su libertad, y empuja al porvenir todas las cosas; leyes y doctrinas, criterio y dignidad, artes y ciencias.
c~s,
El espiritu universalista del genio fran-
rompe el molde en que se contuvieran
anteriores transforma-
ciones y forja en el yunque del pensamiento libre el cambio mas
trascendental de la historia.
Remueve dogmas, legislaciones, fa-
natismos, privilegios; desmiente errores petrificados en la conciencia europea, condena en absoluto las esclavitudes y desigualdades
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civiles y forma un codigo de ideas poderoso ejercito que combat ira
por el progreso en todas las latitudes y zonas Ie la tierra.
Su
cr!tica peaetra 10 mismo en los monument os de la tradicion y preocupaciones del pasado, que en las artificialidades establecidas para sorprender y alucinar a los pueblos modernos;e inaugura un ciclo
de razon, de independencia y de derecho moral, que trastornar!a
el viejo orden de cosas en las varias direcciones de la vida dentro de la ley de perfeccionamiento
ble, anormal, injusto
0
y de equidad.
Nada modi fica-
extemporaneo dejo de ser censurado por la
revolucion; al requerimiento para mejorar en la patria y en la escena social, se unia sed inestinguible de conocer, de engrandeoer,
de indagar, de explicar, de aclarar cuanto tenga relaciones con la
humanidad y con la naturaleza.
Dioses, teogonias, religiones, co-
digos, sacerdocios, genesis, tuvieron que someterse al examen de
aquella revolucion colosal dispuesta a no admitir 10 que rechazaran la razon y la ciencia verdadera, ya estuviera sancionado todo por los siglos y por el respeto
ciones.
0
el silencio de muchas genera-
•
Nada quer!a para la sombra, ni en la historia ni en el
pensamiento: era una tempestad; tempestad de luz que doquiera sembraba esperanzas.
Todos los furores que un dia los hombres habian
empleado para alejar el porvenir, los empleo la revolucion para aniquilar un Mundo perturbado, pulverizando hasta las 6ltimas columnas y piedras de la arquitectura tradicional.
El pueblo, bajo
el peso de siglos de autoridad y de servidumbre, no pudo aun perseverar en las ideas: para
~l,
los sucesos extraordinarios impri-
mieron fuerte impresion que si debilitada por el atractivo de encarnizados choques, to~nariase con el tiempo en una filosofia, ma-
nantial de bienes y creaciones permanentes.
Los pensadores y la
animada y generosa pleyade de sus discipulos, encendido el faro
que habia de alumbrar a la humanidad, supieron morir con valor, sin
una queja, sin amargas desconfianzas en 10 venidero; martirio y aacrificio activo que obligando al pueblo extraviado a persistir en
el bien, daban por aceptada la muerte en cambio de la gloria de haber servido al derecho y a la justicia.
Ninca se vi6 el espectacu-
10 de una calda con tanta seguridad en la victoria.
Los pueblos
europeos, sometidos por 10 general , a reyes de derecho divino, y arrastrandose bajo los prilegios de unos pocos, juzgaban en un principio la revoluci6n sin conocerla y se inspirabaa en opiniones interesadas y bastardas, dirigidas a desnaturalizar el suceso mas fecundo y grandioso de la moderna historia.
Nada tan extrano a nues-
tro juicio actual como los libros publicados en Austria, Rusia, Alemania y Espana en la epoca revolucionaria: escritores ignorantes
o fanaticos apasionados y vulgares, pintaban los hechos acaecidos
en Francia y los hombres que los presidian con las tintas y colores
•
mas desesperados y sombrlos.
Pero la revoluci6n se desenvolvi6 en
todo el Mundo porque significaba una promesa de crecimiento en cada una de las condiciones de la vida a pesar de los esfuersoa de
la ignorancia y de las habilidades de los despotismoa y de las imposturas.
Casi todas las cenauras opuestas a la revoluci6n han per-
dido au eficacia
objeciones.
su~ atstiendo
algunas con apariencia de formales
Criticos no del todo refractarios al espiritu de 1789,
todavia han acusado a la revoluci6n de exclusiva y destructora, pretendiendo que los propagandistas, el alas de la filoaofia sentimental de Rousseau, y del escepticismo de
Voltai~e,
forjaban
un mun-
50
do estrecho orillando los precedentes y ascendencia de la vida humana, cual si debiera considerarse nocivo,
0
al menos prescindible,
10 que existiera antes de la reunion de los Estados generales.
gun cargo mas injusto y gratuito.
Nin-
La revolucion francesa fue emi-
nentemente pensadora: los que la prepararon y los que dirigieron
$US
movimientos y accidentes, abundaban en sano criterio historico sin
nada com6n con la pequenez de miras de aquellos que han querido iniciar la historia partiendo del triunfo de
BUS
doctrinas.
Hubo
errores de situacion, abusos sensibles, pero el espiritu, el alma
de 1789 es la justicia misma.
El hombre tomaba en sus ensefianzas
mayores proporciones, mas expansion, capacidad y poder.
se transformar la sociedad general humana a
impulso ~
Intentaba-
de principios
superiores devolviendo al hombre su integridad arrebatada por teorias erroneas
0
por formulas agobiadoras.
No solo se aspiraba •
dilatar la existencia por ampliacion de facultades y mayor libertad
de accion, si es que se brindaba a mas naturaleza, mas reflexion,
mas comunidad con cuanto ha existido.
quirieron
Los estudios historic os ad-
•
notable incremento: queria" alimentarse el espir"tu de
la vida universal en todas las edades.
No bastaba conocer a los
griegos y romanos: antes que ellos habia pueblos, civilizacion, literatura, artesj pueblos ascendientes que importaba hacer comparecer para que revelaran
taran a la historia.
parado
la suma de sus bienes, el caudal que aporAnquetel Duperron y William Jones habian pre-
los animos hacia las cosas orientales: por los cantos y poe-
mas, ya fuesen incompletamente traducidos y poco divulgados, se venia en cuenta de la necesidad de rectificar conceptos arbitrarios.
Desde los primeros pasos rue
vivament ~
exitada la curiosidad de los
sabios tornandos,/lo que se refiriera al Oriente.
1moda
51
Casi destruida la Republica francesa en los hechos, ejercian su :
influjo las tendencias diseminadas, y permanecian vivos los bellos
ideales en una parte de la sociedaa.
Las gaerras de Francia con la
Gran Bretafia provocaron en los revolucionarios la idea de combatir
al imperio britanico por el Oriente para mermar
tial de sus riquezas.
0
agotar el manan-
Napoleon prohijo ese pensamiento siendo ge-
neral de la Republica; e imitando al conquistador macedonio, llevo
a Egipto cortejo ilustre de sabios que descubrieran un mundo moral
envuelto en ruinas mientras '1 10 invadia con las armas.
Hasta en-
tonces, los trabajos sobre el Oriente habian sido aislados sin que
se les atribuyera la debida importancia; aquella expedicion fue el
principio de una serie de estudios sistemados y constantes.
Asia
y Africa no podian vivir mas tiempo ignoradas: cuanto habian sido
menospreciadas, provo caban ahora la aficion y el entusiasmo, creciendo en n6mero de
~miradores
y recibiendo impulso los estudios,
asi que se descubrian legitimos motivos para admirar: Burnouf, Champolion, Salles, Sacy, Muller y centenares de hombres ilustres han
•
~-
do progresivamente enriqueciendo los anales del mundo con honrosos
descubrimentos y notabilisimas tradiciones: el Oriente ha roto el
silencio de miles de afios y nos da noticia de algo de 10 que fue,
mostrando que un tiempo supo colaborar en el progreso del linaje humano y cQmplir los deberes de iniciacion en la vida civil, moral y
filosofica.
El renacimiento orientalista es un suceso trascendental en la historia.
Aunque no se nos transmita la suma total de 10 que constitu-
ia la existencia de los pueblos mas
c~~tos,
10 conocido es suficien-
te para apreciarlos, a la vez que para facilitar soluciones largos
52
siglos buscadas respecto a los problemas de la antigua civilizacion,
y para explicar analogias y enlaces antes obscuros, filiacion y pa-
rentesco de naciones, de idiomas, de genio artistico y de sentimientos.
La historia meditada, reflexiva y educadora, es una ciencia relativamente moderna: el Oriente no la escribio sino en poemas aislados, en la piedra, en la leyenda, en los codigos religiosos: transcrita de este modo a nosotros, parece eomo un libro del que se han
arrancado muchos cap!tulos.
Nunca podremos seguir paso a paso la
marcha de las primitivas instituciones, de los adelantos, de la mezcIa de dioses y subordinacion de unos a otrosj pero mucho se ha conseguido con un profundo analisis del patrimonio que pudo encontrrse,
y teniendo cuidado de aplicar severa criticaa los monumentos lega-
les y literarios con el objeto de separar de adopcion historica destellos imaginarios
0
leyendas fantasticas.
De cuanto han recogido los investigadores orientalistas, de las
I
obras antiguas traducidas, de las inscripciones, grabados y gerogli-
•
ficos, no se desprende que todos los pueblos orientales, incluyendo
en ellos Egipto, cultivaran con deliberacion y sistema los estudios
filosoficos: por el contrario, solo en la India se transmiten datos exactos de las escuelas y de la doctrina que cada una sosten!a.
De los dem!s paises poco cabe determinar.
Los resultados del pen-
samiento, de la actividad moral, se resumen en leyes
0
en progreeos
cientificos, asi en Babilonia y Fenicia, como en Egipto, Persia y
el pueblo hebreo.
Cada reforma es indudablemente derivada de un
largo trabajo filosofico, promovedor de luchas entre
y el ideal que nace del amor a
10
verdadero
0
10
establecido,
del deseo de perfec-
53
cionarse; hay en el fondo filosofia, en las
Institut~s
de Zoroastro,
en las leyes sociales de Moises, en el libro de Job, en los c6digos
caldeos; pero la historia no puede fijar, como tratandose de sistemas claros y precisos, la forma y modo con que la inteligencia concurre gradual y activamente por especulaciones alejadas de influjo
que no fuera racional.
Para que la filosofia tenga existen£ia cier-
ta y merezca tal titulo, es necesario que nada se interponga del hombre al destino de la inteligencia que es el conocimiento de la verdad: sometida la razon a prejuicios, los caminos que elija han de
ser bastardos y tortuosos.
Circunstancias particulares que no con-
currian en ninguna otra nacionalidad oriental, facilitaroB el desarrollo de la filosofia, y consintieron al pensamiento de los sacerdotes de la India una libertad moral desconocida en el resto de Asia.
Los brahmanes crearon pues escuelas y se lanzaron a indagar
libremente sin otros vetos que aquellos aconsejados por sus propios
intereses para con el exterior de su casta.
•
PAR R A F 0
I I.
LA FAM ILIA ARYA.
Entre todos los grupos que se han distinguido en la especie hum ana, ninguno ha representado en la historia un papel tan importante
como el de la familia arya.
No cabe fijar su procedencia u origen,
ni aun existen datos suficientes para delinear la marc_a de las tribus antes que ocuparan las altas llanuras de la Bactriana (moderno
Turkestan.)
Los Aryas bajaron de las montanas del Norte y empuja-
dos por otros de la misma raza, fueron lentamente penetrando en las
54
regiones que se extienden al Oriente del mar Caspio hasta las grandes cordilleras del Noroeste de la India.
Consagrados principalmen-
te a la vida pastorial, se dedicaban tambien a la agricultura cuando podian alcanzar condiciones sedentarias.
Los cantos de la pere-
grinacion y las antiguas leyendas revelan en la marcha y estaciones de los aryas peripecias y vicisitudes analogas a las de los puebIos germanicos del tiempo que precedio a la caida del imperio romano.
No constituian un pueblo politicamea te organizado n m guarda-
ban de unos para otros sentimientos de r e ciprocidad que acusaran
comun interes y deseo de mantener estrechos lazos.
A los combates
por la posesion de la tierra invadida, agregabanse , luchas con nuevos invasores que por el pronto facilitaban algun acuerdo para la
defensaj acuerdo roto desde que se hacia inutil
0
innecesario.
To-
do induce a creer que una gran masa de aryas tomaron durante largo
espacio vida sedentaria en la Bactriana, la Sogdiana y la Margiana,
inspirandose en la misma religion de la lu., de Yndra, y dando comienzo a formas civilizadas.
Sabemos que alIi se dividieron, aun-
•
que son desconocidas con exactitud las causas, asi como la epoca
del movimiento que determino nuevas invasiones y conquistas de puebIos.
Citase como uno de los motivos de discordia y ruptura la re-
forma religiosa de Zoroastro a la cual no se avinieron
las tribus
aryas orientales, e indudablemente influyo en el desbande e inmigraci6n, de unos hacia el Sureste, y de otros al Sur y Suroeste,
la lIe gada de masas de invasores de la misma raza.
Los aryas que se dirigieron al Oriente tomarian mas tarde el nombre de indios, reservandose el de iranios los que ocuparon la Parthia, Arachosia y Persia.
No se reduja a esto el alcance de la fa-
55
milia arya.
Tomando la direccion del Occidente, una masa penetro
en Europa y se llamo luego la raza celta
glos
despu~s,
0
celtica; otra, acaso si-
arribo a la moderna Turqula y subdividiendose, se di-
rigio una parte al Sur ocupando la Grecia, y otra cruzo el mar jo~
nio posesionandose de algunas regiones de Italia.
P~r
diversos ca-
minos emprendian la direccion de Europa, como rio caudaloso desbordado, las tribus germ!nicas hijas tambien de los aryas, seguidas
de cerca por sus hermanos lOB pueblos slavos.
De la familia arya
derivan pues los brahmanes y los persas, los celtas y pelasgos y
helenos, los latinos, germanos y slavos, emigrados en distintas
e-
pocas por razon de revoluciones, de necesidades, de la fuerza
de
la subsistencia.
0
Raza animosa, intelectual, artlstica, aprendio
pronto y mejoro las
civilizaciones que encontrara en su peregri-
nacion y en los pe eblos a quienes sometiera.
La primera nacionalidad bien constitulda, bajo el punto de vista
de una organizacion comple j a, que la historia nos revela como eminentemente literaria y pensadora, es la India arya.
•
La invasion
del territorio comprendido entre las grandes cordilleras del Himalaya y el Oceano y los caudalosos rios Indus y Ganges duro muchos
siglos y estuvo sometida a numerosas alternativas.
res del Occidente de la India resistieron
Los habitado-
con energla a los in-
vasores, y segun las leyendas, los kuxies dominaron a los aryas del
Sapta Shindu por espacio de quinientos afios, hecho que traducirlan
en estilo figurado atribuyendo a la morena diosa KXadru la victoria sobre Vinata, cinco siglos esclavizada.
Antes ie llegar a la India, los
ar~as
tuvieron que combatir a
pueblos tibetanos d. raza bhota y despu~s a los kuxies y dr!vidas,
ambos de raza turiana.
La India habia ya side invadida en tiempo inmemorial, primero por
los dravidas y mucho
despu~s
por los kuxies.
Los primeros que
0-
cuparon el suelo indiano, pertenecian a la raza que llamamos malaya
0
australiana: se divid!an en varios pueblos; los Ghondos, sub-
divididos en Kolas. Ghondos y Sauros ; o Sauras; los Kolas, (independientes de la tribu ghonda); los Bhilas, Meras, Minas, Paharias y
otros menos numerosos e importantes.
Cada invasion desde la de los
dravidas empujo a los indigenas hasta reducirles a vivir en las montanas.
Los dravidas formaban seis nacion.s: Tuluvas, Zamules, Telingas,
Karnatas, Malabares y Singaleses.
El estado de
su ~ civilizacion
no
ofrecia ensenanzas ni modelos que imitar excepto entre los malabares influenciados por la raza
0
pueblokkaii que formaba una aristo-
cracia intelectual.
Despu&s que los dravidas habian sometido a las tribus indigenas
primitivas, obligandoles a refugiar s e en las montanas y lugares i-
•
naccesibles, se vieron a su vez combatidos y empujados por la invasion kuxi que poco a poco les obligo a concentrarse en la peninsula del Dekan donde viven sus descendientes.
Los kuxies conquistaron la India ocupando las regiones mas fertiles: pertenecian a la misma raza de los kaldeos y de los habitantes del Norte de la Arabia.
Cuando los aryas invadieron la India
por el Noroeste, hubo largas luchas y vicisitudes, induciendo todo
a creer que por 10 pronto fue imposib le a los invasores apoderarse
del territorio ambicionado, hasta que nuevas circunstancias y acaso transacciones entre aryas y kuxies facilitaron el avance y la
57
conquista.
Ya sea por no considerarse bastante fuertes,
0
bien porque to-
da invasion contra nacionalidades hechas imponga al invasor ciertas
prescripciones y deberes impe riosos, puede tenerse por indu-
dable que los aryas admitieron en su pueblo al menos a una? patt e
de los kuxies del Norte.
Como la raza kuxi, a semejanza de la dra-
vida, estaba constituida en diversas nacionalidades, separadas cuando no enemigas, una vez realizada la fusion, ya fuese parcial, en
el Sapta Shindu, por invasores e invadidos, estos, los Kuxies, ayudaron a los aryas en ulteriores conquistas, pero en 10 sucesivo los
vencidos no entraron a participar en el mismo grado de los beneficios de la sociedad arya.
KUKies y dravidas, con el nombre de Zu-
dras y Kanzikas, pertenecerian a la casta inferior, mientras los puebIos indigenas, dos veces sometidos, serian relegados a una condicion mas baja, fuera de las castas, del estado civil y del organismo social de la nueva India.
Los aryas denominaron Dasyus y Mlechhas
a todos los pobladores del Oriente despues de pasar el rio Indus
•
0
Indo, esto es, barbaros, incultos, sin embargo de que los kuxies les
llevaban ventajas en la agricultura, en la industria y en la vida
civil.
Con la conquista arya, los pueblos indigenas bajaron hasta
la proscripcion: los dravidas y kuxies constituyeron una casta aparte pero dentro del orden social que iria afirmando el brahmanismo,
excepto aquella porcion kuxi que confundi6ndose con los aryas entraria a disfrutar de iguales ventajas, derechos y privilegios que los
invasores, y a figurar en las diversas clases sociales establecidas
despu~s de
la conquista definitiva.
La guerra entre aryas y kuxies fue religiosa al mismo tiempo que
58
po1!tica: 1a division en castas y e1 estado de inferioridad
~
que
se redujo a los vencidos 1es hizo ampararse en sus tradiciones, y
e1 cu1to de Ziva, dios primero de los kuxies, se conservo y propago para
despu~s
ser inc1uido en e1 olimpo brahmanico por e1 espiri-
tu sincretista y flexible de 1a casta superior.
Los aryas inmigrantes no tenian a1 bajar de las montana. , ni en 1a
Bactriana, ni a1 invadir 1a India, diversidad de condiciones civiles:
las castas derivaron de 1a organizacion social estab1ecida por los
vencedores y apoyada en primer 1ugar en 1a condicion de las razas
sometidas y en segundo en las d mstintas funciones y oficios del pueb10 conquistador.
Tampoco e1 sacerdocio constituia una c1ase pr ' -
vi1egiada; los poetas, cantores, adivinos, inspiraban respeto a 1a
masa inmigrante; l os Katyras 0 Chatrias debian tener inf1ujo decisivo en un periodo de 1uchas y de permanente actividad: e1 pueblo (viz)
desempenaba las tareas comunes, distinguiendose a1 conjunto con e1
ca1ificativo de vayzia, que no argul16 en un principio humi11acion
ni estado suba1terno civil.
Asi que 1a familia arya se sobrepuso,
•
adquirio inf1uencia todo e1 e1emento sucesor de los antiguos rixis
o patriarcas; coleccionaronse los himnos, cantos y 1eyendas de 1a
inmigracion y se comenzo a organizar 1a sociedad en provecho de los
vencedores, y dentro de 1a raza invasora, en beneficia de los pensadores
0
sacerdotes.
E1 orgu110 de 1a victoria tuvo como siempre
su parte en e1 organismo
brah~'nico.
Una raza
p~e scrita,
los parias,
1a raza indigena, habitante primera del suelo; otras razas sometidas, dravidas y kuxies (no comprendidos en 1a fusion del per!6do inicia1 de 1a conquista) con e1 nombre de Zudras, alejada de 1a vida
inte1ectua1 y del comercio moral y politico de las sociedades aryas;
59
y 1a raza conquistadora dentro de 1a que se guardaban recuerdos y
teor!as comunes siendo las tres castas en que se dividir!a, mas bien
que divorcio social, diferencia de ocupaciones y tareas.
Con e1
tiempo se pronunci6 mas 1a separaci6n entre los ardenes aryas, adquiriendo los brahmanes una superioridad 1egai como no se ha conocido en otro pueblo de 1a tierra.
No es ap1icab1e un juicio
com~n
a todas las situaciones pDrque a-
traviesa 1a familia arya: antes de 1a invasi6n preside un
c~iterio
igua1 para toda 1a masa emigrante; durante 1a invasi6n, e1 conquistador se impone y subyuga material y mora1mente a los pueblos indios,
y
despu~s
se organiza, estrecha yr refina un sistema de predominio
y omnipotencia de los aryas
manes respecto a todos.
respec~o
a las otras razas y de los bra. .
Ni en 1a emigraci6h ni en e1 tiempo de 1a
conquista habta existido una teocracia propiamente dicha.
ciones y los
sac~ificios
Las ora-
se hactan privadamente como 1a adoraci6n a1
fuego, diosa Agni, fie1 traductora de 1a 1uz de los espacios que vivifica 1a vida universal.
En las tareas primitivas re1igiosas se
•
empleaba e1 jefe de 1a casa 0 de la tribu; el temp10 era 1a misma
natura1eza.
Con las guerras, la descendencia de los rixis, de los
hombres piadosos, de los compos itores de himnos, de los pensadores
y augures, se concentr6 guardando 1a tradici6n y acumu1ando prestigios que 1es dar!an 1a supremacta en 1a 'poca de organizaci6n.
Las re1igiones vencidas no desaparecieron: continu6 viva 1a re1igian zivaista, patrimonio de los kuxies y de parte de los pueblos
dr!vidas, sin que los adoradores de Indra 10grasen extirpar1a.
Asi
como las exigencias sociales ob1igaron a los aryas a admitir en su
seno familias y tribus kuxtes, tambi&n aconsejaron a los sacerdotes
la aceptacion de los dioses de los vencidos que concurrieron a formar la Trimurti
0
Trinidad brahm!nica.
La sencillez de las tribus
pastoras, de sus simbolos y oraciones, se iba perdiendo en el afan
sacerdotal de sistematizar e interpretar, y en el refinamiento de
los teologos para hallar pro f undo y complejo sentido en las cosas
m's expontaneas, claras y naturales.
Mientras se levantaban tem-
plos y se conclu!a una organizacion opresora dando origen divino a
las castas, privilegios y esclavitudes, descompon!ase el olimpo primitivo y ocupaba Brahma, simbolo de la oracion, el lugar de Indra
y de los dem!s antiguos dioses.
Las abstracciones metafisicas no
cuadraban a la masa del pueblo que queria formas explicables y de acuerdo con algo tangible a los sentidos; as! en las llanuras del Ganges se invocaba a Vixnu, ultimo de los Adityas de los himnos vedicos
que personificaba el firmanento, las estaciones, el pasado, el presente y el porvenir; dios que conservaba renovando, y tra!a la abundancia y el biemestar, que ejerc!a influencia directa en el Mundo
sin contenerse en la pasividad inmutable de Brahma.
•
El sacerdocio
admitio a Vixnu y el concepto religioso de la encarnacion que Ie daria aspecto sensible para luchar de cerca contra el mal, contenerlo
y dirigir a los hombres por sendas de bien y de orden.
ria se
han ~ «.a. ~ado
De esta teo-
sistemas ulteriores en religiones distintas a
la de los aryas de la India.
Vixnu y Siva formaron con Brahma la Trinidad brahmanica; el vixnu1smo entranaba un principio de cisma que engendraria la revolucion
bhudista.
61
P",~ A
I I I.
R R A F 0
FILOSOFIA BRAHMANICA.
Los cantos, leyendas , y tradiciones de la peregrinaci6n y de las
montanas constituyeron para los aryas brahmanicos algo de divino:
el Mahabarata, larga y ya desnaturalizada compilacion de hechoB,
sucesos y pensamientos, es un poema semisagrado para los indios,
y de orlgen sobrenatural.
Los vedas forman la base de las
cias religiosas y de las tradiciones Morales.
creen ~
El Ramayana, verda-
dera epopeya, revela mejor que ninguna creaci6n del Mundo oriental
el genio vivo y penetrante de la familia arya, pero sobrecargado
de imaginativa y de fantasia y sobrenaturalismo.
Los eneargados de dar al pais sometido una organizacion definitiva , establecen un sistema general en las Institutas
Manu
haci~ndolo
giosas.
CSdigo de
0
todo de pender de principios y constituciones reli-
La primera parte trata de las
presc~ipciones
religioso mo-
•
rales; la segunda de las reglas de gobierno y dogmas politicos, la
tercera es un resumen de las leyes civiles.
El
g~nesis
y el meca-
nismo social, las castas y las leyes, los deberes y derechoB, se
contienen en ese libro reflejando el pensamiento sacerdotal y el espiritu que guiaba al brahmanismo.
A partir, no aun de la promulga-
cion del c6digo de Manu que parece ser una recopilacion de creencias,
doctrinas y sistemas desde antes adoptados, sino desde que todo se
someti6 al criterio teocr'tico y a la omnipotencia de los brahmanes,
los aryas indios comenzaron a decaer .yudados en la degeneracion
por el clima debilitante de la India.
62
.
Pero aun cuando las tendencias a la pasividad y al estacionamiento se determinaran con poder incontrastable, as! a causa de los preceptos religiosos, de los dogmas de la trasmigracion en ultimo resuIt ado solo prometedores del Rirvana, y de las ensenanzas de inactividad deduc i das de la trama religiosa, siempre conservaron los pensadores aficion a interpretar, discurrir, juzgar, cambiando de tactica segUn las circunstanci as, y aprovechando la coyuntura que les
ofrecian doctrinas abstractas susceptibles de ser ventiladas en el
choque de las opiniones.
Desde muy reciente la conquista, se abrie-
ron escuelas para explicar y comentar los libros sagrados: los interpretes y comentaristas usaban de amplia libertad moral, que aunque
contenida en un principio por escrupulos ortodoxos, pronto buscaria
m~s
dilatado espacio.
Nunca eran las explicaciones y debates tan
expansivos que pudiesen resonar en la conciencia de las masas, cada
d!a s m~s
alejadas, desde: la constitucion
brahm~nica,
la inteligencia y de las especulaciones Morales.
encadenamiento, sirviendo de
n~v leo
de la vida de
Como todo guardaba
y centro la reliii6n, era 16-
gico, dados los intereses de la raza arya y de la casta privilegiada, que los sacerdotes procuraran no remover los obst!culos que les
manten!an en sus prerrogativas y al pueblo en la obediencia.
La li-
bertad, en el grado admitido, no era general, sino reducida a giros
puramente especulativos y dentro de la casta
f!a se inicia como un
si ~ple
brahm~nica.
La ' iloso-
ejercicio del esp!ritu al servicio del
dogma; el pensamiento tiende a la confirmacion absoluta de las revelaciones interpretadas
por los santos.
Poco
m~s
tarde, sin protes-
tar, sin rechazar la doctrina aceptada, se trata de darla
cional y en este trabajo va
convirti~ndose
s~ci6n
ra-
en abstraccion a fuerza de
sutilizar
much~
de 10 que la religion individualizaba, virgenes ma-
dres de redantores, encarnaciones, trinidad positiva, y las categorias y modos reemplazan a las formas tangibles que reconocia la letra de la ley.
En el tercer periodo, el pensamiento penetra con mas
audacia en el dogma, se apoya en la duda, critica, descompone teorias
sustanciales del brahaanismo y llega a formular una negacion completa.
Despues prosigue 1a fi1osofia inquiriendo fuera ~l trazo mar-
cado por los mandamientos religiosos.
Los sacerdotes toleraron siempre las mas atrevidas ideas como no
entranaran otro caracter que el de pura filosofia, hasta que una escuela proclamo la igualdad de todos los hombres significando proposite firme de llevar aquel principio al terreno de los hechos:
el
interes de raza y de casta se oponia a la divulgacion de teorias que
modificasen el orden social.
La filosofia usa en sus principios el mismo metodo que la religion;
a la ensenanza oral seguia el comentario.
El objeto de todas las
escuelas era resolver los problemas del origen del mundo, de la exis-
•
tencia, de la transformacion de las cosas, de los primeros motivos
y causas y de los medics de 11egar a la dicha suprema librando al
hombre de las penalidades de la tierra.
Los que fundaban escuelas
ponianlas bajo la proteccion de rixis divinizados
0
de sabios de
general concepto de otro tiempo, ya para dar autoridad a 10 creado,
o para eludir asechanzas de los mas suspicaces.
Creible es que Con-
teniendose la vida intelectual en la casta brahmanica, y gozando
esta de inmensas ventajas en la organizacion social, los primeros
filosofos no intentaran llevar a la politica y a las leyes un espiritu innovador y progresivo.
Con el transcurso del tiempo el
64
pensamiento tomo mayor irradiacion abarcando objetivos m!s c pmplejos.
Aunque la idea inivial fuese dar al dogma el apoyo y testi-
monio de la razon, es imposible que un detenido examen de las cosas, codigos e Instituciones, dogmas y creencias, no indujera a los
pensadores a sustraerse de una tutela que no consentia todo el desahogo necesario a la filosofia.
La religion brahm!nica no es expli-
cable por el pensamiento completamente libre; 0 habia de ser trastornada por una revolucion hija de la filoSDfia (como 10 fue por la
gran revolucion social de los budistas), 0 habia de ahogar toda tentativa independiente.
Como simple especulacion para distraer el
a-
nimo, la filosofia careceria de positiva trascendencia en la humanidad, si fuese hacedero que pudieramos contenernos en el limite de mna conquista moral apart!ndonos de llevarla a legitimas aplicaciones.
Seis escuelas principales se distinguieron en la India:
Escuela Nyaya 0 logica de Gotama:
Escuela Vaizexika 0 atomistica, de Kanada:
Escuela Sankhya 0 atea de Kapil!:
•
Escuela Sankhya deista 0 yoga de Patanjali:
Escuela Vedanta que se atribuye a Veda Vyasa y
Escuela Mimausa, a Jaimini.
El bhudismo, aunque nacido del movimiento filosofico tomb caracter
y modo religioso.
Los cuatro primeros sistemas son independientes de toda relacion
religiosa, mientras los otros dos 0 sea el Mimansa, y el Vedanta (que
realmente s610 es una forma del anterior) se apoyan en las revelaciones.
Nyaya es igual a raciocinio; es un sistema logico compuesto de un
conjunto de reglas para precisar y simplificar la discusion: medio
para todas las escuelas, no inspiro smspecha a la ortodoxia, ni repugnancia a los teoricos mas avanzados.
El Nyaya aconseja al pensa-
miento la manera de dirigirse hacia un objeto deliberado, le encamina y le facilita t'rminos de expresion para que los medioe concurran
al fin con toda exactitud; obliga a sostener 'Qa actividad moral, previene y en ocasiones utiliza el sofism., y se hace la clave y organo de las diversas formas especulativas del ingenio.
Aunque por su
indole no disintiera del dogma brahmanico, por no incumbirle determinado empleo, desarrollandose independientemente de toda tradicion,
venia en auxilio de la filosofia y robustecia el juicio para que se
preparase al combate por la autonomia racional y por el derecho de
pensar.
No existiria una logica perfecta
0
no seria reconocida si
no hubiera de cooperar a enaltecer el derecho dando las armas para
hacerlo valedero y para proporcionarle defensa.
Se ha pretendido
que el Nyaya sirvio de modelo al organum de Aristoteles, pero la
0-
bra del fi1osofp de Stagira se separa considerablemente de las reglas de Gotama y es Mucha mas perfect., conteniendo adem's de otras
•
ventajas la teoria del silogismo.
se ~ encontraran
Coincidencias que frecuentemente
entre la marcha de 1a filosofia india y de la filo-
sofia griega, hasta cierto limite, pueden ser resultado de analogas
exigencias del pensamiento de los pueblos respectivos al ser apremiados por la sed de inquirir.
El sistema Sankhya es el mAs atrevido y libre de cuantos cu1tivaron las escue1as indias: au proposito es conducir al hombre a una
dicha permanente por la ciencia y con la seguridad mas absoluta.
Estab1ece como fuentes de conocimiento la perfeccion, la induccion
y el testimonio.
E1 conocimiento puede aplicarse a veinticinco prin-
66
cipios que constituyen toda la ciencia: el primero de esos principi os es la naturaleza,
0
sea la materia eterna; el ultimo el alma
inmaterial, individual, sensible
0
inalterable.
La escuela Sankhya
trata del orden de las cosas y de las maneras de conocerlas mediante el uso de las facultades humanas: del alma y de su comercio con
el cuerpo por los sentidos que transmiten
res para que el
esp~ritu
las impresiones exterio-
las combine y la inteligeacia deduzca.
En esa filosof1a, el alma es una cosa distinta de la inteligencia
y permanece pas iva ante todas las operaciones racionales
0
Morales:
la sensacion, la conciencia, el raciocinio, corresponden a la materia y sus actos se realizan fuera de intervencion del alma y como
si ella no existiera.
Las dos ramas en que se divide la escuela Sankhya convienen en las
anteriores teor1as difiriendo en otros principios.
El sistema de
Kapil' reconoce la existencia separada de las almas que compara a
un espejo donde se reflejan los fenomenos sin experimentar cambio,
pero niega la existencia de un ser material ni inmaterial por cuya
•
voluntad viva el universo, mientras que el sistema de Patanjali proclama un alma infinita
0
un Dios en el cual se han de confundir las
dem!s almas al librarse de la materia.
A la contemplacion agrega na
devocion que llevo a los discipumos del deismo Sankhya a un misticismo exagerado y a mortificaciones desusadas por las cuales se presuMia llegar al conocimiento de los sucesos ocultos y a la adquisicion
de colosal poder matermal y moral.
La filosofla Sankhya en sus dos manifestaciones procede independientemente del dogma religioso: sean cuales fueren las creencias que
expone, es sin obediencia a mandatos de la tradicion y sin sujetar-
67
se ~inguna autoridad extrana al pensamiento.
En la escuela de Pa-
tanjali se advierte sin embargo la influencia del principio pante{sta comun a todos los religionarios del brahmanismo.
pil~
En la de Ka-
no hay una conclusion, un termino racionalrnente logico, porque
si reconoce almas inrnateriales separadas, inactivas, que nada in fluyen en las operaciones de la sensibilidad, del raciocinio ni del
juicio, al apartarse del cuerpo para subsistir eterma mente, no se
halla un destino ni un objeto , como
confesados en la doctrina con
~~
car~cter
no 10 tienen otros dioses
distinto
a los seres que la
naturaleza produce. "El comercio del alma y la naturaleza, dicen los
pensadores sankhyas, acaba cuando el alma ha visto y cornprendido;
entonces consigue la bienaventuranza'; '; estado imi efinible pues que
ni entra en las combinaciones de la naturaleza ni para los partidarios de Kapil! existe otro objetivo ideal en causas suprernas.
Hay de todos modos esfuerzo para resolver los problemas que asaltan a la inteligencia reflexiva, y valor en prescindir de toda irnposicion, buscando con auxilio de las facultades individuales exclu-
•
sivarnente la definicion de las dudas no
rn~s
aclaradas que en aque-
llos remotos siglos en las modernas edades.
La escuela vaizexika es un sistema fisico acerca
cion del mundo.
de la constitu-
Todo el conjunto de las cosas 10 reduce a seis ca-
tegorias que son, subatanei_, cauali a a d, accion, generalidad, propiedad y relacion: las substancias son nueve; los cinco elementos,
0
sea, agua, tierra, aire, fuego y ether; el tiempo y el lugar, el alrna inrnaterial y los atornos eternos; las cualidades se elevan a veinticuatro, unas inteligibles; otras pertenecientes a la sensacion.
El mundo se transforrna constantemente por la sucesiva cornbinacion
68
de los atomos: podra desaparecer la forma general, destruirse la armonia de las cosas, perderse la relaci6n y la unidad, pero continuaran existiendo los atomos susceptibles de nuevas agregaciones.
Esa
escuela se dedicaba a estudiar el lado fisico sin solicitar el consejo de las tradiciones genesiacas de los brahmanes; deja, como los
demas sistemas algunos vacios e incoherencias l que no sabemos si realmente eran 4el sistema 0 es que no han llegado a nosotros sino noticias parciaies de las indagaciones, estudios y pensamientos de los
fi16sofps aryas).
Los cuatro sistemas resefiados no guardan relaci6n con ninguna autoridad ni cOdigo religioso ni estan sujetos a los textos brahmanicos.
Propon!anse averiguar independientemente y aclarar por medios
racionales, bien las reglas mas provechosas para dirigir el juicio,
o el conocimiento de 10 verdadero respecto a los problemas de mayor
trascendencia.
Por el contrario, las escuelas Mimansa y Vedanta tu-
vieron por objeto determinar el sentido de las revelaciones religiosas.
El Karma Mimansa se refiere a los deberes morales como los im-
•
ponen los 1ibros sagrados del brahmanismo tomando por gu!a los vedas
y sus comentarios y adiciones dogmaticas y filos6ficas.
El Brahma
Mimansa trata de la divinidad, y es conocido por Vedanta 0 fin de
los vedas.
La escuela Vedanta no obstante tomar sus inspiraciones en la tradici6n
v~dica
y en 1a ortodoxia de los brahmanes, desempefia un pues-
to en el cuadro de la filosofia india.
E1 sacerdocio veia amenaza-
das sus doctrinas por las teorias Sankhyas y vaizexikas y por la reforma bhudista.
No consideraba sin duda bastante prestigiado e1
dog~
ma por sola 1a palabra de la autoridad y tuvo necesidad de sostener
en formas filosoficas, razonadoras, la ortodoxia religiosa y las
creencias combatidas La teodicia vedanta confirma las ideas panteistas y la metempsicosis: Dios es todo; las almas fracciones de su,
substancia que a
~l
volveran.
Dividense los sectarios de la es-
cuela vedanta en dos grupos: uno afirma la creaci6n del Mundo y su
existencia real que el segundo grupo niega atribuyendo aDios la accion continua de producir en el alma impresiones que refiere a un
mundo material imaginario.
Las escuelas aryas por 10 general se ocuparon de todas las
des cuestiones que afectan
gran ~
al origen de las cosas y de los seres,
de la naturaleza sus principios y su esencia, de las facultades humanas, del deismo y del panteismo, del alma, de su nacimiento y su
destino; pero otros pueblos con mas libertad y menos preocupaciones,
entraron en el debate y dieron
en sanche a la filosofia convirtien-
dola en una promesa de perfeccionamiento moral y de progreso para 1.
las ciencias y las sociedades.
Emitese en la India conceptos supe-
riores, testimonio del ingenio y de la penetracion de los aryas; pe-
•
ro por grande que fuera la toeler.ancia para con los pensadores, las
instituciones, el
inter~s
de la casta privilegiada, el ostracismo
moral del pueblo, el temor a las reformas bajo c6digos que todo 10
encadenaban
y hacian solida rio, impedirian una marcha constante y
un avance decidido que permitiesen beneficios positivos.
La inteli-
gencia cuando no lleva sus calculos y ultima expresi6n a la vida real,
se fatiga y
cans~
la metafisica mas
sutiliza, se empena en circulos viciosos, torna
a~rea
o en la contemplacion.
que es en sl, y al cabo cae en el misticismo
La India brahmanica tenia todas las desven-
tajas y ofrecla todos los obstaculos para el desarrollo del pensamien-
70
to y para la constitucion de escuelas duraderas y eficaces que se
dirigieran a fines verdaderamente humanos.
Cuatro razas colocadas
en condicion desigual; los indigenas primitivos desposeidos del
orden civil, descastados, parias, rechazados de todo contacto con
la sociedad vencedora y los pueblos invasores; los dravidas incluidos en la casta zudra pero en circunstancias peores que los kuxies en cuanto estos debian hallar cierto apoyo en las tribus congeneres que se fusionaron con los primeros aryas que penetraron en
la India;yla raza arya dominadora sobre la cual fue elevandose la
omnipotencia sacerdotal.
La casta guerrera hizo esfuerzos por im-
pedir la constitucion teocratica pero sucumbio en la lucha: de modo
que en aquel organismo social todos los intereses
estaban encontra-
dos: el sacerdocio tenia sometidos a los guerreros y les reconocia
privilegios haciendoles superiores a los vaizyas: las tres castas
de origen arya formaban realmente la sociedad, pues el Zudra, adherido en el orden politico, estaba fuera de la vida intelectual y de
toda preeminencia por el sello de una servidumbre irredimible.
•
Sin
embargo, 1a situacion de los zudras era preferible a la de los parias, pueblo maldecido que no inspiraba al brahmanismo sino e1 odio
mas absoluto y el afan de aniquilar10.
La religion brahmanica parecia un mecanismo dirigido a destruir 1
las energias y el caracter emprendedor y fuerte de los aryas: las
castas de origen divino, vinculaban la inteligencia en el brahman
sin que jamas hubiera de salir de su linaje, constituyendo asi la
familia sacerdotal una teocracia de la peor especie y un arbitraje
omnimodp y eterno.
Convencida la casta superior por fanatismo 0
interes, de su poder y de su mision, 10 encierra todo en prescrip-
71
ciones, ata al espiritu, circunscribe las esperanzas y se deifica,
particularmente cuando por el triunfo sobre los guerreros queda sin
competidores ni emulos.
.e~tes
La imaginacion social se mueve por teaore-
religiosos y va entumeciendose a medida que los dogmas pene-
tran en la conciencia general.
panteismo religioso.
era
todo ~
La sociedad politica reflejaria el
En el dogma brahmanico, todo era Dios y Dios
el objeto y fin ultimo de la vida consistia en disiparse
confundiendose en la gran unidad,
t~rmino
que se debia buscar por
la contemplacion absoluta abstrayendose de la materia.
Siendo asi
el resultado religioso (el nirvana), la teoria de la transmigracion,
ofrecia, dentro de las posibles transformaciones, el ideal de encarnar en el sacerdocio, complemento de 10 asequible en la tierra,
como la confusion en Dios era todo 10 asequible en el tiempo y en
el espiritu.
Panteismo y socialismo guardan estrecha correlacion
entre los pueblos: a la negacion de la individualidad que se perder! en el infinito, responde con logica natural la negacion del ciudadano que se perdera en la sociedad.
•
No obstante el predominio sacerdotal y las ventajas de su situacion, el brahmanprocuraba por 10 comun merecer el prestigio que inspirara, ya fuese por el sentimiento de que el poder no se sostiene
gratumtamente
0
porque estuviera convencido de las doctrinas que pro-
pagaba: el ascetismo, la maceracion, las privaciones, la ansiedad
de libar el animo de los entorpecimientos atribuidos a la materia,
no Ie hacian mas dichoso que al resto de las castas.
iba multipli-
cando los deberes para abstraerse, para ensimismarse;
m~todo
poco
favorable para crear entusiasmo por el progreso y por el porvenir.
Las darsanani
0
escuelas le servian de entretenimiento intelectual;
72
a veces se desentendia del
~ sp iritu
del dogma y cruzaban por su men-
te rafagas revolucionarias, pero de tal modo habiase
~ncadenado
la
doctrina, que una sola brecha abierta en la tradicion y revelacion
brahmanica, era la ruina de todo el edificio social construido por
el sacerdocio.
En la esencia el brahman se consideraba y era consi-
derado como el organa de la divinidadj por el pasaban las revelaciones, y au palabra
refe ~ ente
al orden moral, religioso
debta ser tan infalible como la palabra de Dios.
0
politico,
De la religion e-
manaba todo, prescindiendo de la observacion natural y del examen
profundo del hombre, sus facultades y derechos.
Encerrado en un co-
digo de afirmaciones y preceptos, un conjunto de ideas del pasado,
del presente, del dogma, del deber, de las desigua1dades, de los monopo1ios y vinculaciones, de las castas y de la estructura social,
no quedaba a1 cr ~ yente sino la obediencia: el argumento u oposicion
a una tesis
0
principii, significaba una protests contra el todo,
contra el espiritu de las revelaciones y contra la buena fe del sacerdocio: el error de un detalle podia comprometer ls existencia de
•
toda 1a doctrina.
Estrechadoo de este modo el pen j amiento, no pudo
desenredarse a pesar de las aficiones aryas a la suti1eza, a1 debate y al requerimiento de nuevos hallazgos en el campo moral filosofico.
La teoria de 1a degene racion segun que el mundo se aleja de su principio hizo nacer el vixnuismo; Dios se encarnaria a fin de reparar
los males y ensefiar el camino de que los hombres se extraviabanj pero esto no sa1vaba el formalismo de las revelaciones, antes al
trario tenia por objeto sansionarlas.
co~
En el momento en que signifi-
co un adelanto y una reforma con Sakia Muni Cel bhudismo) pugno de
73
lleno con las instituciones y fue rechazado por el sacerdocio.
Sin negar que la condicion del clima de la India influyera en el
descuido y debilidad de la poderosa familia arya, es indudable que
no fue la causa principal de su decaimmento y menos de la esterilidad
~
har~n
que ha llegado.
El calor y la humedad junto con la abundancia
expont~neos,
a los hombres menos diligentes y
cen infecundos.
La India 10 prueba.
pero no los ha-
All! encontraron los aryas a
la raza kuxi que les superaba en civilizacion y muy pronto la dejaron atras con ciudades m~s gigantescas, imperios mejor organizados,
artes y ciencias, alcanzando especialmente en la literatura un puesto distinguido en la historia e iniciando los estudios filosoficos
que Grecia continuaria.
A cada nueva impresion, la vista del mar,
de los r!os caudalosos, brotaba del cerebro arya un raudal de inspiraciones.
Los codigos, los poemas, las epopeyast pertenecen a la
edad brahmanica, esto eSt a la epoca en que ya los conquistadores
hac ian vida sedentaria.
Ni Vyasa ni Valmiki ni los colaboradores
del Mahabarata han perdido en la zona ardiente el brillo del genio
•
arya, sus tendencias fant~sticas y su poder creador.
a la India
brahm~ica,
Lo que abatio
y destruyo el vigor de sus asociados
kuxies,
fue el mecanismo politico y religioso que llego a helar la viveza
y el espiritu de vencedores y vencidos.
Los brahmanes establecieron
una civilizacion, levantaron suntuosos palacios y gigantescos monumentos, organizaron un sistema administrativo sin olvidar nada que
se refiriera a la justicia civil y al gobierno, alentar mn la agricultura, el comercio y la industria, pero en la esfera moral grabaron
indeleblemente dogmas irreformables por virtud del supuesto origen,
y petrificaron asi una cultura que no admitiria en 10 venidero irra-
74
diacion, ensanche nm progreso.
La 61tima palabra de la ley fue el
primer escalon por el cual comenzaron a bajar los aryas brahmanicos
al abismo, a la muerte intelectual, a la ausencia de la marcha activa de la humanidad.
Tenia esa raza todas las aptitudes y disposi-
ciones para ser en el Oriente, en el eorazon del Asia, 10 que Greeia
e Italia han side en Europa; los educadores, guias y maestros en el
trabajo por la libertad y la perfeceion: el brahmanismo la hirio mortalmente al organizarla, porque a la vez la inmovilizo recluyendola
en una prision moral y haciendo que adorara sus cerraduras.
La fi-
losofia no tendria que argliir sino vicio de circunstancias en las
instituciones brahmanicas, como
despu~s
de divulgadas no hubieran
que dado sin salida todas las send as y medios de progreso.
El prin-
eipio de los pueblos es una serie de tropiezos; el punto de partida
no es un estado perfecto, sino una direccion al bien; si dados los
primeros pasos y escritas las primeras leyes, en honra y proveeho
de la invencion
0
del mecanismo establecido se pide al esp!ritu que
se contenga, que no avance, como debiendo admitir por toda la vida
•
las mismas prescripciones y no mirar otros horizontes, y si el alma
de la raza
0
del pais obedecen, entonces por error de
m~todo
se im-
pone una ley de estaeionamiento que apaga la virilidad y disipa toda tendencia a nobles objetivos de adelanto y desarrollo,
En el ..
hombre y en la naturaleza todo ha de ser movimiento y aecion; 10 que
no se mueve se corrompe.
Un sistema religioso, cientifico
0
econo-
mico que toma el concepto de un dia cual codigo definitivof absoluto y eterno, al desconocer el principio de peraeccionamiento, determina la inmovilidad.
Cuanto es hecho para el hombre debe reproducir
las formas en la hora de las situaciones posibles; al crecimiento
del espiritu corresponde la elevacion de los sistemas, teniendo siem-
75
pre en cuenta 10 indefinido de nuestra carrera y la imposibilidad
de alcanzar en un instante todo 10 que ha de estar sometido a las
capacidades intelectuales.
mina modos generales
0
Una teogonia
absolutos,
0
sucumbe por los esfuerzos del
pensamiento al romper el molde legal,
0
la profeso como la inteligencia no sepa
jido de la historia del progreso:
0
una religion que deter-
0
hace sucumbir al pais que
0
muere
no pueda continuar al te0
mata.
He ahi el peli-
gro del dogmatismo absoluto.
Las castas inferiores de los aryas, amonestadas y obligadas por
el brahmanismo, abandonaron los derechos de libre investigacion y
las funciones del pensamiento y de la ley a la casta sacerdotal.
Los sacerdotes constituyeron la sociedad, dictaron reglas y deberes, formularon una teoria de la vida y de la muerte, y fue todo
sometido al espiritu religioso, eludie ndo toda otra fuente, 10 mismo
~G
para la politica que para la sociologia, las ciencias y las
costumbres.
Los impulsos Morales y las tentaciones independientes
se estrellaban ante el sentido religioso que embargaba el animo y
•
10 absorbia: el pueblo se inmovilizo, y la casta superior hubo de
contenerse en el camino de la indagacion: los aryas se adormecieron
terminando su papel activo en el trabajo y plan hist6rico de la hum~idad:
la inflexibilidad religiosa dio de si una existencia pasi-
va, perezosa: los vedas, los puranas, el codigo de Manu, habian presupuesto el orden mas perfecto; luego la mision se reducia simplemente a conservar; estaba terminado y resuelto el problema de la verdad, y el ingenio se consagro al descanso, a la contemplacion, al
BUenO moral; sue no de que todavia no han despertado los conquistadorea aryas.
No es la India en el Oriente, la Unica nacionalidad que
76
nos ofrece el espect!culo de la carda abundando
en relevantes cua-
lidades y claro talento; el pueblo hebreo y casi todos los de origen
semitico, brillan un instante, se estacionan y se inmovilizan y petrifican, llevados del error de la doctrina de la degeneracion, mucho m!s nociva de 10 que se advierte por los historiadores.
Cuantos
lleguen a la creencia de que la perfeccion est! al principio y no
en la corriente y en los fines del destino humano, arriesgan
su por-
venir por paralisis, y secan el arbol arrancandole la savia que prometiera frutos de verdad y de progreso.
El sistema de la transmigracion y el de las castas, la doctrim
del nirvana que ahuyenta todas las aspiraciones trascendentales, y
el sentido de los principios religiosos, penetraron en 10 intimo de
la sociedad hasta tal punto, que toda iniciativa y motivos extralos
nac!an debilitados, y aun la revolucion bhudista que trastorno la Xndia, llevaba ingredientes que la detendrian, senal!ndole un cause
entorpecido por las tradiciones en los paises que adoptaron la innovacion.
•
Las escuelas filosoficas por su condicion de limitadas,
0
bien por-
que no conviniera a la casta privilegiada deducir legitimos resultados, influyeron solo de una manera muy indirecta en la marcha general, sin adquirir aquella fuerza capaz de lograr racionales evoluciones y adelantos positivos.
Apoderada de algunas ideas una
pa~te
de la sociedad, suscito un combate invocando dogmas en varios aspectos superiores al brahmanismo: la casta sacerdotal lucho y vencio:
los bhudistas fueron proscritos y muchos sacrificados, y la reforma
apenas se arraigo en algunos lugares retirados de la India aunque
llevo fuera la propaganda y el nuevo esp!ritu.
77
Mientras la organizaci6n brahmanica iba enmoheciendo el vigor de
los conquistadores aryas, surgian
ban
constantemente destellos que prue-
de un modo evidente las capacidades y el genio de aquella raza,
sus instintos levant ados y su poder creador: la lieteratura india
no s610 reve16 fantasia, amor a 10 bello, admiraci6n por la naturaleza, po r la verdad y por el heroismo, si es que contradijo con frecuencia el estrecho sistema de los brahmanes y los funestos vetos
que se oponian a la libertad y al mejoramiento social.
Y sin embar-
go sobre todos los amagos y sobre todas las protestas expresas
0
ta-
citas, triunf6 la tradici6n condenando a perpetua infecundidad al
pueblo arya de la India.
La sociedad brahmanica suspendi6 su histo-
ria: viviria contemplando desde el silencio, dispuesta a resistir
el influjo de los griegos en la antiguedad; el de los sajones en la
edad moderna, sin que la saquen de su abstracci6n, ni la cultura trasplantada a las riberas del Indus y del Ganges, ni el movimiento que
por todas partes se , le hace advertir.
Es una mas a pasiva, indiferen-
te, atrofiada por la inmovilidad, pero sigue los antiguos dogmas,
•
~ri­
buta culto a sus sacerdotes y se aparta de cuanto pueda distraerle
de la contemplacion devota: la fuerza y el proselitismo violento de
los arabes transform6 una porcion de aquella sociedad obligandole
a cambiar Brahma, los vedas y el codigo de Manu, por Allah y el Koran; mas la mayoria persevero en las viejas creencias.
Hay principios y teoremas concretos que implican una verdad absoluta para todas las epocas, pero ni existe ni puede existir un c6digo perfecto de ciencias, instituciones, costumbres, habitos, deberes
y doctrinas, aplicable a todos los
esta~os
del espiritu, a todas las
condiciones de la sociedad, a todos los tiempos de la historia.
Lo
78
que un dla es 10 unico posible, dado un modo de ser, se torna insuficiente al reclamar las circunstancias un paso mas al11 que determine desenvolvimiento y bien.
Al hombre incumbe buscar 10 justa y
10 verdadero, y 10 encuentra, no todo de un golpe sino por una escala de relaciones.
Suponer para todas las cosas y direcciones de
la vida y para todas las formas de la naturaleza, un molde, una estructura, una medida, equivale a aplicar la figuar geometrica de un
cuerpo en cierto estado transitorio, a todos sus estados posibles
y a todos los cambioB y situaciones.
Seria caer en vicio de gratui-
tidad e injusticia negar a la casta sacerdotal un poder extraordinario de organizaci6n.
Si en el mecanisme que imprimi6 a la India
habia errores, eS indidable que necesit6 energicas capacidades para
establecer sistema tan complejo como requerlan el interes
ee la con-
quista y los naturales afanes por consoi idarla: hast a ese punta seria explicable el celo de los pensadores aryas: dada la conquista
que es un abuso, siguen ineludiblemente extravlos y arbitrariedades.
Pero el brahmanismo cubri6 de un vela negro la inteligencia arya:
•
por dar una forma salida a las instituciones, las reglament6 para
toda la eternidad sin permitir nuevas miradas a otros espacios ni
otras tendencias al progreso y al porvenir.
ber impuesto un orden
Cuando se presumio ha-
permanente era por el contrario el desorden
y la ruina de la raza 10 que se imponla: la teologia brahmanica levanta un muro infranqueable que limitaba la mirada de la inteligencia, y donde se irian agotando el brio, la iniciativa, la genialidad y el caracter de los aryas orientales.
Una teocracia y sobre
todo una teocracia panteista, se abstiene de procedimientos de relacian para dirigirse a modos absolutos: comprendido todo en las mismas revelaciones, los diversos resortes de la maquina social y de
79
la intelectualidad, sujetos al principio religioso inmovil, se paralizan: se ha escrito la
~lti~a
p!gina de la historia activa hasta
que el organismo fundamental se quebrante en el caso de que un dia
predominen el deseo
0
la necesidad de moverse: ese d!a no ha llega-
do para el brahmanismo.
La India prueba como una ley funesta pue-
de aniquilar a razas energicas adornadas de brillantes aptitudes,
por mas que se las reserve cierta libertad para algunos detalles, y
que se condescienda en cosas secundarias.
Se dejo en la doctrina
campo en que se alimentara la fantasia ofreciendo a veces en verdad
cuadreB recreativos que distrajeran la reflexion: divagar, sutilizar, emitir
hipotesis, constituyen placer extraordinario para el
indio arya: a cada manifestacion de la naturaleza responde una divinidad, y otra a cada aspecto del sol: e1 espacio se puebla de esp!ritus, los seres animados de vida trascendental; en cada animal hay
un alma trasmigrada, en cada flor un misterio: detrls de la teor!a
del nirvana, bulle la imaginacion, pero sus radiaciones no trascienden a la vida real.
Los mitos se engrandecen y multip1ican.
•
El in-
dio, encerrado en su ser, abstraido, recorre los espacios y los mundos, se eleva imaginando, sin importarle haber hecho 1a primera y
m~s
triste de todas las abdicaciones: la abdicacion del derecho a
creer y perfeccionarse.
Sumergido en la naturaleza, dominado por
ella, renuncia a todas las espontaneidades fecundas y de practicos
resultados para 1a sociedad y para el individuo.
Algo significaban
aquellos dramas de iniciativa y de virtud debidos a1 genio literario
de los aryas, para explicar la lucha interna del pensamiento con los
mandatos de la ley; a1go los instintos suaves y 1a dulzura del indio;
mas sobre las impresiones, los accidentes y las It;rtlldJ.&Cpl!()faaaa "
80
estaba el dogma de antemano vencedor en la resolucion y juicio del
creyente.
Pocas cosas hay en la historia menos f!ciles de ser comprendidas
que la vida, situaciones, organismo y decadencia del pueblo brahm!nico.
El dogma inmodificable, revelado, absoluto,
haciendo de pen-
dientes todas las cosas as! vicios de constitucion social como errores sobre las ciencias, la propiedad, la administracion y la familia, la libertad y los derechos morales, llevaba en las entrafias
una promesa de muerte que se cumpliria no obtante la oposicion de
los guerreros y los esfuerzos de los literatos y de los filosofos.
Pero a6n con esa amenaza y bajo la inspeccion formal reglamentaria
del brahmanismo, el brahm'n, con protesta de sumision a la doctrina
religiosa, es el primero que se cree obligado a pensar acerca de las
cuestiones m!s graves y m!s obscuras, de la existencia, de la muerte, de las causas y origenes de las cosas, del universo, de la libertad moral, del mal y del bien: analiza el Mundo fisico, averigua la
ley de gravitacion y la de trasmision de los sonidos, estudia el rei-
•
no mineral, tolera debates de las escuelas atomistica y sankhya, aconseja una manera de estoicismo que prevenga el animo contra las
vicisitudes de la vida, declara que todo en el Mundo est' llamado
a realizar un destino desde el ultimo tallo de hierba hasta el hombre, deja que los poemas celebren y ensalcen
personajes de otra cas-
ta, que expongan i deas contra la vanidad, la soberbia y la avaricia,
y que himnos y leyendas moderen la implacabilidad de las leyes; aplaude la preferencia de la honradez sobre el talento y del talento
sobre las riquezas, y consagra, casi diviniza, el Ramayana, epopeya
que tendia a oxidar los privilegios sacerdotales y la cadena de las
81
servidumbres.
Conciliar este conjunto de cosas y de medios saluda-
bles con una corriente de decadencia, parece cuando menos temerario
ya que no imposible.
Y sin embargo, a trav~s de una superficie al-
hagUena se nota como la caries va apoderandose de la conciencia india.
El movimiento se verificaba en dos sentidos desacordes; por
uno la palabra revelada, los codigoa que el sacerdocio dictaba atibuyendose inspiracion divina, irian penetrando en el alma y en las
costumbres del pueblo y convirti'ndoee en ley interna de las castas,
y de las razas subyugadas; por otro, el genio de los aryas que no
podia ser rapidamente apagado, irradiaba con naturalidad, sin pensar acaso que el absolutismo del dogma acabaria avanzando hasta extinguir el vigor, la lozania y la actividad de una gran naci6n.
Du-
rante la ~poca de constitucionalidad, en muchos de los conceptos morales de los codigos preside claro raciocinio filosofico, especialmente al combatir las pasiones, los vicios, las envidias, las predilecciones de los intereses sobre la virtud y de los egoismos sobre
el amor; pero junto con sanas doctrinas y consejos de salud, mezcla-
•
base estrecha reglamentaci6n para amoldar al pueblo en un yugo del
que no podria desprenderse sin rebelarse, y se cortaba el vuelo al
pensamiento oblig'ndole a gravitar siempre dentro de la esfera de 10
establecido y legislado.
Mientras llegaba a dar fruto ese sistema
petrificador, los aryas obedecieron sus naturales instintos y tendencias: adem's el dogma alentaba la fantasia a condicion de que cediese el espiritu reflexivo sin contradecir en los hechos la esencia de
los principios religiosos.
La tolerancia para con los fi16sofos era
una necesidad impuesta por la idiosincracia arya.
La organizaci6n
brahmanica se hubiera estrellado ante las energias del pueblo y aun
82
de las castas superiores, si revelase desde luego su incompatibilidad con el pensamiento.
El trabajo fue de largo tiempo.
El inte-
r~s por una parte y por otra el afan de sistematizar, propio de las
teocracias, impusieron lentamente la supremacia sacerdotal y el predominio de los codigos religio s os, como el sancta sanctorum, al abrigo de todo deseo escrutador.
cue las preestablecieron
Las discusiones brahmanicas y sus es-
el limite de no traspasar las formas espe-
culativas para que en ningun modo pudieran alterar el organismo y
las instituciones promulgadas.
As! la superficie de la India intelectual era movible, mientras en
el fondo se iba condensando una conciencia de inmovilidad.
Con el
tiempo, 10 que habia sido helado por el dogma y 10 que resistio al
influjo mortal del sistema, se chocaron: el bhudismo, derrotado en
la [ ndia, se esparcio por toda el Asia y el brahmanismo retrocedio
en una reaccion intolerante, exclusiva, agobiadora, que determinaria
la filtima caida y la ultima sentencia de muerte moral.
Ninguna fuer-
za ha logrado imponerse en el mundo de una manera tan decisiva como
•
el brahmanismo.
No solo reduce a la pasividad a sus proselitos, si-
no que aun pesa en el espiritu de los reformistas.
El bhudismo afia-
de a una, otra revelacion, emancipa las castas, diviniza la inteligencia del vaizya y hasta del zudra, pero concreta al sistema reformado todas las aspiraciones posibles: nada mas alIa del nuevo dogma.
Es decir; los partidarios de Sakia Muni, sus apostoles y discipulos,
se detuvieron en estacion m!s lejana, imitando los procedimientos
brahmanicos y desconociendo, como el dogma sacerdotal, l a teoria del
progreso constante y los derechos Morales de ulteriores indagaciones.
Al encontrar un pueblo entorpecido y degradado, debemos imponernos
83
ciertas reservas antes de atribuirle nativa incapacidad de sangre y
de raza: una mala educaci6n, una ensefianza nociva puede
la luz a las
tinieblas~
del pOGer a la debilidad.
oriental sirve de lecci6n que deb en
ap~ovechar
por la sed del progrese3y del porvenir.
conduci~
de
La familia arya
los pueblos animados
Cuando los aryas invadieron
la India formaban una masa atrevid a , capaz, investigadora, facil en
adoptar y mejorar
10
bueno que observaran.
En el periodo de consti-
tucion muestran inteligencia, cualidades organizadoras, talento administrativo y polItico; mas
108
principios teogonicos y religiosos
se apoderan de toda la vida y siembran los germenes de la decadencia:
el genio arya resiste a sus propios obstaculos por la literatura y
la filosofla, , a pesar de todo, el pueblo se enerva y languidece,
sometiendose a las consecuencias natural y logicamente emanadas de
las creencias fundamentales.
Al ocupar Brahma el puesto que hab1a
pertenecido a Indra en el olimpo vedico, la teodicia no rechaza los
antiguos dioses: les sefiala un asiento inferior.
F6rjase una teoria
de la divinidad y de la naturaleza, de la sociedad y de las castas,
•
y se impone como dogma revelado.
La doctrina panteista es desarro-
llada vigorosamente: cosas y hombres, seres y mundos son emanaci6n,
sustancia de Dios: los destinos transitorios, por que todo ha de volver aDios, quitan a la existencia su individualidad, y aconsejan al
hombre la indiferencia, la calma, el dejar hacer: los suceS08 se enlazan siendo unos premisas
0
resultados de otros, de suerte que cuan-
to pasa en el Mundo es ineludible, fatal, necesario, no pudiendo el
hombre torcer el giro de las cosas por la voluntad ni por la virtud:
vivir es una expiacion; aniquilarse una esperanza.
Dadas esas teo-
rias debia el alma de la India gravitar hacia la contemplacion y el
84
extasis, perdiendo todos los deseos y todos los estimulos.
El ana-
coreta y el ermitano se hicieron pues el ejemplar vivo del bien, el
modelo de salud: todas las aspiraciones se encerraban en esta sola
idea: abstraer el espiritu, separarlo de todo contacto real y practico, sumergirlo en el sene del infinito para concluir la existencia
y evitar las transmigraciones.
Inundada por la doctrina la concien-
cia arya, no tuvo que hacer sino ensimismarse, abrir un sepulcro a
la actividad, y esperar al borde el dia de la nada que constituia
el d!a de la esperanza.
Las leyendas, los dramas, las poes!as narra-
tivas, parece que revelaran una
protesta a la vez que una manifes-
tacion de dulce y melancolica conformidad.
Ninguna literatura ha
expresado con mas belleza el amor a las cosas naturales; ninguna ha
cantado con mas suavidad y candor los atractivos de la caridad, la
hermosura del bien, los lazos de la familia, el sosiego y la paz del
hogar honrado, los derechos del debil y los deberes del fuerte.
La
filosofia y las letras representaban la expontaneidad y la naturaleza contra organismos artificiales y funestos,
sistemas destructores.
le,e8 c ~oercitivas
•
y
Debido a esta labor particular, independien-
te de la logica dogmatica, se contrapesaba el fatalismo y disminuian
los frutos de la indiferencia: cuando resona solo la palabra religiosa y enmudecieron literatos y pensadores, el genio arya habia firmado su renuncia al porvenir.
Toda religion que no se abra al progre-
so, que no promete seguir a la inteligencia en su carrera ascendente, esta condenada a sucumbir por la revoluciones justas y legitimas
hacia el perfeccionamiento,
0
a esterilizar y anonadar a los pueblos
que la profesan.
Aunque unicamente la India nos da testimonio de haberse dedicado
a estudios filosoficos con sistemas, escuelas y deliberacion, no por
eso debemos considerar ajenos de pensamientos profundos y de lucidez intelectual a otros pueblos orientales.
Los persas prestan cul-
to a la luz; luz y verdad son para ellos acepciones de un mismo
t~r-
mino: el combate del bien y del mal ha de resolverse en bat alIa suprema y la justicia triunfara en definitiva desapareaiendo abismos
y tinieblas.
El persa iranio confta siempre en la victoria, abriga
la esperanza del porvenir, cree en una solucion de luz y de derecho,
lucha contra todas las inclemencias y contra todos los obstaculos,
trabaja con celo, piensa con serenidad e independencia y aspira a creer
por el valor y la honradez sin abatirse por el mal
zo ni de una hora historica.
~xito
de un esfuer-
Babilonia convierte sus filosofos en
jurisconsultos y en sabios: ama como la India la naturaleza y el espacio, pero prefiere el lado analizador y cientifico a las investigaciones metaftsicas y a los alardes de imaginacion.
Egipto estaba organizado de un modo analogo a la sociedad brahmanica: el sacerdocio constituye una casta privilegiada encargada de
•
recibir las inspiraciones de los dioses y de velar por el dogma.
Sin embargo la ley egipcia deja mas espacio a la inteligencia y al
ideal; las desigualdades sociales no parten del derecho divino
0
de
la revelacion, sino del sistema politico; hay menos exclusivismos y
coacciones.
El sacerdote no es un cuasi Dios como en la India, sino
un legislador, un sabio, un personaje colocado a cierta altara por
las circunstancias
0
los conocimientos.
En las riberas del Ganges
la casta superior era inaccesible; en las del Nilo penetraban con
frecuencia talentos de otras castas, no negando tampoco a los extran
jeros el derecho de entrar en el templo y de estudiar los codigoa e
86
instituciones.
Las leyes civiles, menos subordinadas que en la In-
dia a la religion, podian en 10 general modificarse segun conviniera al pais: las divisiones politicas y sociales no entranaban divorcio ni alejamiento: el sacerdote se mezclaba con el pueblo, dab a consejos familiares y oraba por todos, al contrario que los btahmanes
que solo invocaban en su favor.
Las creencias egipcias de la metem-
psicosis no se definian en conceptos tan absolutos como en los codigos brahmanicos, ni por su indole acarreaban
tendencias pasivas y
entorpecedoras: el hombre de Egipto procedia en todo con mas actividad: estaba resignado, conforme, sin entregarse a indolente conpempiacion, y esperando un desenlace de bien y de felicidad.
En vez
de concentrarse, se comunicaba con la naturaleza, can los astros,
los bosques, con las fuentes y los rios.
~on
El hombre y la mujer duran-
te el matrimonio se confian dolores, alegrias y esperanzas; a falta
del conyugue, el hermano; a falta de otro ser, el arbol, el manantial,
la estrella, recibirian las confidencias del solitario y de la viuda, porque el corazon necesita trasmitirse sobre todo en las grandes
amarguras de la vida.
•
Egipto no tiene poemas ae tanta magnitud y
brill0 como la India, pero tiene sublimes leyendas filosoficas, parlbelas, dramas, libros de consejos.
La leyenda de Isis buscando
el cuerpo de Osiris es un mito de caracter sublime. Osiris habia sido asesinado por Tiphon, el dios del mal: la diosa corre en busca
del cadaver de su esposo y her.ano, y en el camino, en la soledad,
distingue un bulto negro; observa y ve un nino de piel obscura y formas monstruosas: es Anubis, hijo de Tiphon: podia vengarse, pero acoje al nino, Ie alimenta a sus pechos, Ie sonrie , llora con el y
Ie convierte en dios: la inocencia no responde de las faltas de los
87
padres.
su alma.
Isis da caridad, misericordia y amor en pago del luto de
Ni el per don ni la caridad tuvieron en el Oriente expre-
sion m£s hermosa y educadora.
Revelaba la intrasmisibilidad del
pedadQ, el placer del bien, la dulzura del perdon, el acto de la redencion de razas desgraciadas y de castas maldecidas por la soberbia
y el orgullo.
La casta entera sacerdotal del Egipto era un cuerpo pensador y deliberante que investigaba el destino de los Beres y de las cosas,
la naturaleza y las causas primeras, la vida y las facultades que
~a
constituyen, y que se entregaba asi a las ciencias morales como a
las ciencias de observacion, al estudio del derecho y de los fenomenos naturales.
Vicios de constitucion y defectos sistemlticos en
10 economico y territorial, precipitaron la ruina del pueblo egipcio
cuando hab!a servido de lazo entre el Oriente y el Occidente recibiendo y transmitiendo los conocimientos y ensenanzas del pasado
con la dote de 10 que supo crear y engrandecer.
La personalidad humana abismada en la naturaleza en el Asia, su-
•
mergida, vencida, comienza a proyectar un principio de emancipacion
moral, civil y filosofica a las orillas del Nilo.
Era Egipto como
el pueblo presestinado para que all! se confundieran las razas, las
ideas y las aspiraciones de la antigUedad, y
m~s
tarde para provo-
car la admiracion con sus monumentos y su historia escrita en templos,
obeliscos, piramides, lagos y necrop_l's, hacia un Mundo ya inacti=
vo pero que debe tener debido luga r en los anales de la humanidad.
Creible es, a inducir de 10 que revela 10 conocido, que el sacerdocio egipcio tuviera titulos para hacer figurar a su patria entre
los pueblos que han cultivado la filosofia propiamente dicha; pero
hasta ahora los descubrimientos e investigaciones no suministran
88
dat.sisufiCient•• para af::i..rmarl••
I
•
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