VAMOS A VER

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Vamos a Ver
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Fotografías
Luc-Antoine Couturier
Concepción y dirección
Sylvain Harvey
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Vamos a ver Québec, 2012 © Éditions Sylvain Harvey
ISBN 978-2-923794-45-7 (encuadernación flexible)
ISBN 978-2-923794-46-4 (encuadernación rígida)
ISBN 978-2-923794-47-1 (pdf)
Éditions Sylvain Harvey agradece a la Sociedad de Desarrollo de las
Empresas Culturales de Quebec (SODEC) su apoyo a la edición, la
promoción y la traducción de esta obra.
Gobierno de Quebec – Programa de Bonificación Fiscal para
la Edición de Libros – Gestion SODEC
Impreso en Canadá
Depósito legal – Biblioteca Nacional de Quebec, 2012
Depósito legal – Biblioteca Nacional de Canadá, 2012
Agradecemos la ayuda económica del Gobierno de Canadá, a través
del Programa de Apoyo al Desarrollo de la Industria de la Edición
(PADIÉ), para nuestras actividades editoriales.
Éditions Sylvain Harvey
Teléfono: (418) 692-1336 (región de la Ciudad de Quebec)
Llamada gratuita: 1 800 476-2068 (Canadá y Estados Unidos)
Correo electrónico: [email protected]
Internet: www.editionssylvainharvey.com
Disponible en versión francesa con el título Histoire de voir Québec,
y en versión inglesa con el título Focus on Québec City.
Distribución en librerías en Canadá y Estados Unidos
Distribution Ulysse
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VAmoS
mo A Ver
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Vamos a ver Québec refleja el encanto
irresistible de un sitio único entre las joyas
del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Bellamente ilustrado con las fotos de LucAntoine Couturier y complementado con
textos explicativos, este libro ofrece una
ojeada cautivante de la realidad histórica
y contemporánea de Quebec, cuna de la
civilización francesa en América del Norte.
Esperamos que esta obra reavive recuerdos
maravillosos en nuestros visitantes e incite
al lector a vivir la experiencia excepcional
de una estancia a lo largo de cuatrocientos
años de historia.
Recorra la Ciudad de Quebec, ¡como si en
ella estuviera!
Sylvain Harvey
editor
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Histoire de voir Quebec
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Cuna de la
américa francesa
La única ciudad
amurallada al norte
del Río Grande
El majestuoso
río san lorenzo
Belleza de hoy
y encanto de antaño
Una ciudad
romántica
Al ritmo
de la naturaleza
y de las estaciones
En el corazón
de una naturaleza
variada
Una zona económica
extremadamente
dinámica
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Índice
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Cuna de
la América francesa
Desde el antiguo nombre de “Cuna de Nueva Francia” hasta la denominación de “Vieja Capital”, se
ha mantenido una constante en la designación de la Ciudad de Quebec: que está en el origen y en
el corazón de lo que es francés en América del Norte.
El Viejo Quebec visto desde el Ayuntamiento
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ferai valoir
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de
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o
D
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Desde todos los rincones de Quebec,
Acadia, Canadá y Estados Unidos, los
francohablantes de origen acuden aquí para
adentrarse en la historia del continente y
en la cultura francesa. Incluso los visitantes
europeos encuentran aquí un sabor de su
tierra. Para aquellos que la desconocen,
la Ciudad de Quebec es el lugar ideal para
familiarizarse con dicha cultura.
Esta evidencia de lo francés se debe tanto
a los inicios de la historia, a su evolución
y a la religión como al temperamento de
sus habitantes y a sus acciones políticas.
Cuando Champlain, conforme a las
indicaciones de Jacques Cartier, fundó la
Ciudad de Quebec en 1608, era ante todo
con la intención de crear un puesto de
comercio de pieles. En esto acertó, pues
muy pronto, habida cuenta de la geografía
del lugar, la ciudad llegó a ser la principal
plataforma de los intercambios de la
colonia naciente y la puerta de entrada del
continente americano.
La Iglesia Católica, en su afán de apostolado,
no tardó en enviar sacerdotes para
sostener la fe de los colonos y evangelizar
a los habitantes del Nuevo Mundo. Gracias
a las expediciones de los tramperos a la
búsqueda de pieles, al peregrinar de los
misioneros que acompañaban a las tribus
amerindias y a los viajes de los exploradores
en busca de un paso hacia la China o la India,
se implantó la presencia francesa hasta los
confines de los Grandes Lagos y el corazón
del continente norteamericano, llegando
hasta el golfo de México. Las ciudades
de Detroit, San Luis, Nueva Orleáns y
otras muchas dan, con su nombre mismo,
testimonio de ello.
Monumento a Champlain
Calle Des Remparts y Seminario
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Cuna de la América francesa
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Así pues, a mediados del siglo XVIII, la
Ciudad de Quebec llegó a ser la capital
de un amplio territorio que correspondía
a los dos tercios de América del Norte,
extendiéndose desde Acadia hasta las
Rocosas y desde la bahía de Hudson hasta
Luisiana, pasando por los Grandes Lagos. La
diócesis, cuya sede se fijó en la Ciudad de
Quebec, se extendía por todo el continente,
con lo cual era la mayor del mundo.
Cuando, a raíz de la conquista por los
ingleses, en 1759, la inmigración inglesa,
escocesa e irlandesa superó con mucho
aquélla que había venido de Francia, el
pueblo llano abandonado por una parte
de su elite se aferró desesperadamente
a su tierra, su religión y su idioma. Cabe
mencionar que, durante todo el período de
la colonización francesa, no vinieron más
de 10.000 personas y, hoy en día, América
del Norte cuenta con más de 12 millones
de individuos de este origen.
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La educación desempeñó también un papel
importante en la continuación de la cultura
francesa en América a partir de Quebec.
Ya en 1635, los Jesuitas habían abierto un
colegio clásico fundado en el modelo de
sus colegios en Francia. Luego, en 1663,
el primer obispo de la Ciudad de Quebec,
François de Laval, fundó el Seminario de
Quebec que se transformaría, con el correr
de los años, en la Universidad Laval (1852).
Esta última institución constituye hoy día
un importante polo de difusión de la cultura
francesa en América.
A partir del Régimen Inglés, la Ciudad
de Quebec, que había sido la capital de
un inmenso imperio colonial francés,
siguió siendo por un tiempo el centro de
la colonia británica. Pero el estallido de
la América inglesa, la independencia de
Estados Unidos y la llegada a Canadá de
los estadounidenses leales a la Corona
británica modificarían para siempre el
paisaje político. Transformada en capital
del Bajo Canadá al dividirse el país
mediante el Acta Constitucional de 1791,
la Ciudad de Quebec fue reconocida luego
como capital provincial cuando, en 1867,
se creó la Confederación Canadiense.
Desde aquella fecha, la Capital no ha dejado
de defender su cultura y los derechos de esta
civilización tan bien arraigada en América.
Edificio del Parlamento
Patio del Seminario
Cuna de la América francesa
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La única ciudad
amurallada al norte del Río Grande
Si el Viejo Quebec da a los visitantes la impresión de retroceder hasta la Edad Media, mucho
antes de su fundación por Champlain, esto se debe, en primer lugar, a su edificación sobre un
promontorio, pero también en gran parte a un refinado aristócrata irlandés que vino a ocupar el
cargo de gobernador general en 1872.
Fortificaciones y calle D’Auteuil
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Québec
Vamos a Ver
Espectacular vuelo por encima
de la Ciudad de Quebec
100 fotos a todo color de
Luc-Antoine Couturier
Mapa de la ciudad y de la región
Toda la magia de la Ciudad de
Quebec en imágenes
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