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La justicia niega la patente a animales clonados como Dolly.
El Roslin Institute, organismo que logró clonar con éxito a la oveja ‘Dolly’,
pretendía conseguir la patente del animal para beneficiarse de los derechos
económicos
asociados,
es
decir,
cobrar
por
cada
animal
duplicado.
La Justicia ha sido rotunda y ha dictaminado que un animal clonado, como la famosa oveja Dolly,
no puede estar cubierto por la protección de la propiedad industrial y, por lo tanto, no puede ser
patentado. El argumento principal utilizado por la Corte de Apelación Federal de Estados Unidos ha
sido que, en esencia, un clon es una copia de la naturaleza. «No hay nada que sugiera que los
clones son distintos de manera relevante a los animales de los que son copia, lo que les convierte
en algo imposible de patentar», explicaba en la sentencia el juez ponente Timothy Dyk.
Evidentemente, el tribunal estadounidense no pone en duda la legitimidad de patentar la técnica
utilizada por los científicos para clonar animales –algo con lo que ya cuenta el Roslin Institute,
creador de Dolly, tanto en EEUU como en la UE–, pero sin embargo entiende que eso no tiene
nada que ver con el hecho de proteger legalmente las réplicas de animales realizadas en un
laboratorio. En definitiva, el juez indica que si el animal clonado replica a otro que ya existe en la
naturaleza, éste no supone una contribución nueva.
Este argumento no convenció al abogado del Roslin Institute, Salvatore Arrigo, quien explicó que
«Dolly fue creada por el hombre y no por la naturaleza, y no es equiparable a nada que exista». El
organismo escocés sostuvo que sus clones se diferencian de sus donantes, en parte, debido a que
factores medioambientales pueden modificar su forma, tamaño, color y comportamiento, un
razonamiento que no aceptó la corte estadounidense.
Derechos económicos
La clave es entender por qué el Roslin Institute intenta conseguir esta patente. Y la respuesta es
simple: los derechos económicos asociados. Para entender este asunto, se podría hacer un símil
musical y compararlo con los derechos de autor que recibe un creador cada vez que se utiliza una
de sus canciones. En este caso, si hubiesen logrado patentar a Dolly, el Roslin Institute podría
haber cobrado dinero por cada animal clonado en EEUU. Aunque este litigio no se ha llevado a
cabo en la UE, los argumentos que habrían esgrimido los magistrados europeos serían los mismos.
«En Europa, para ser patentables, las invenciones biotecnológicas deben cumplir los mismos
criterios que las invenciones de cualquier ámbito tecnológico. Las patentes sólo se concederán
para invenciones a condición de que sean nuevas, supongan una actividad inventiva y sean
susceptibles de aplicación industrial».
Además, hay que resaltar que el instituto de investigación escocés ya intentó conseguir la patente
de su animal clonado a través de la Oficina Europea de Patentes (OEP), y esta solicitud corrió la
misma suerte que lo ocurrido en Estados Unidos. De hecho, el Roslin Institute presentó, en 1997,
una solicitud conjunta en la que pedía protección industrial tanto sobre el procedimiento como
acerca del propio animal. Un año después de ser presentada, la OEP concedió la protección legal al
sistema empleado para la clonación, pero negó taxativamente que ésta se pudiera extender al
animal.
Evidentemente,
ésta
fue
una
decisión
administrativa
y
no
judicial,
como
la
estadounidense, pero es poco probable que el instituto escocés siga insistiendo en este asunto por
la vía judicial.
Copia humana
De la misma forma que los tribunales de EEUU han mostrado que es imposible conceder la patente
para proteger legalmente a un animal clonado, la normativa europea especifica textualmente que
tampoco será concedida en lo que se refiere a la clonación humana. La directiva 98/44/CE del
Parlamento Europeo, relativa a la protección jurídica de las invenciones biotecnológicas, establece
que «en el seno de la UE existe consenso respecto a que la intervención génica germinal en seres
humanos y la clonación de seres humanos son contrarios al orden público y a la moralidad. Es
necesario, por lo tanto, excluir explícitamente de la patentabilidad los procedimientos de
modificación de la identidad genética germinal humana y los procedimientos de clonación de seres
humanos».
15/08/14 expansion.com
http://www.expansion.com/2014/08/14/juridico/1408032643.html
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