LA BATALLA DE TALAVERA, por José María Gómez,JOSEFINA

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LA BATALLA DE TALAVERA, por
José María Gómez
LA BATALLA DE TALAVERA
José María Gómez Gómez
Los días 27 y 28 de julio de 1809 tuvo
lugar uno de los enfrentamientos más
espectaculares
de
los
muchos
que
jalonaron la larga y feroz Guerra de
Independencia. Se conoce como BATALLA DE
TALAVERA. El mariscal Víctor mandaba el
ejército francés. Las trapas aliadas,
españoles e ingleses, eran comandadas
respectivamente por el General Cuesta y
por el General Wellesley , más tarde
nombrado Duque de Wellington. La batalla
que se libró en Talavera se inscribe
dentro de la llamada Campaña del Tajo.
Batalla de Talavera
Conocemos la razón y el origen de aquella
cruenta guerra. Napoleón, que se había
erigido en Francia con todos los poderes,
soñaba con una Europa, cuyas monarquías
estuviesen bajo su dominio, para lo que
se autoproclamó emperador. Aprovechó la
debilidad de la monarquía española y, con
la excusa de ocupar Portugal, ocupó
España en marzo y abril con una
Napoléon
Bonaparte. obra
de
JacquesLouis_David__The_Emperor_Napo
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ct
impresionante invasión militar de 130.000
soldados. Los españoles
Carlos IV padre
del absolutista
Fernando VII y
burlado
por
Napoleón en la
llamada “Burla
de Bayona”
empezaron a inquietarse. A comienzos del
mes de mayo tuvo lugar la burla de
Bayona. Napoleón consiguió atraer allí al
Príncipe Fernando, que ya se titulaba rey
(Fernando VII) y a su padre Carlos IV,
obteniendo de ambos la abdicación. Acto
seguido Napoleón nombró rey de España a
su hermano José Bonaparte. El estallido
popular no tardó en producirse. Todo
empezó en Madrid. El día 2 de mayo.
Primero fue el Parque de Artillería,
luego se combatía en la Puerta del Sol y
calles adyacentes… Al anochecer los
Alcalde de Móstoles lanzaban un bando
dirigido a todos los pueblos de España
incitando al levantamiento general y
guerra sin cuartel contra los franceses
invasores.
Fernando
II
burlado junso a
su padre Carlos
IV
por
el
Napoleón en la
llamada “Burla de
Bayona”
Tras el Alzamiento del 2 de Mayo de 1808
y la situación general de guerra generada
en España, y tras el éxito de las tropas
españolas en Bailén (julio de ese año
1808), se produjo la ocupación y
represión general de España por las
tropas napoleónicas. Los primeros meses
de 1809 no se veía ninguna salida para la
situación.
Sin embargo, la Junta Suprema Central
Gubernativa del Reino entiende que, a
pesar de la evidente superioridad militar
francesa, no hay que dar tregua a la
defensa y dispone que por doquier se
combata al enemigo: los ejércitos
napoleónicos. En 1809 va a tener lugar la
llamada Campaña del Tajo, que tendría sus
momentos culminantes con las batallas de
Talavera,
Puente
del
Arzobispo,
Almonacid… y el epílogo de Ocaña. Fue
dirigida por el general Cuesta, bajo cuyo
mando se pusieron el Ejército de
Extremadura y el de La Mancha.
Los comienzos fueron desalentadores. El
mariscal napoleónico Víctor diseñó una
espectacular maniobra a mediados de marzo
de 1809 para contrarrestar y detener el
posible
avance
del
Ejército
de
Extremadura. Una parte de su ejército se
dirigió a Almaraz por la orilla norte del
Tajo, mientras las tropas de Lasalle y
Leval cruzaban el río por Talavera el día
15, uniéndose al día siguiente en Puente
del Arzobispo con el resto de las tropas
de Víctor. Desde Puente este gran
ejército francés fue ocupando todo el
territorio a su paso, por la comarca
extremeña de los Ibores, hasta Mérida. El
general Cuesta no pudo evitar el
enfrentamiento. En Medellín (28 de marzo)
fue
derrotado
estrepitosamente
el
Ejército de Extremadura. En Ciudad Real
(27 de marzo) sufrió bastantes bajas el
Ejército de La Mancha. No obstante, el
general Gregorio Cuesta fue confirmado en
el mando de ambos ejércitos.
Lord Wellington
Inesperadamente
las
circunstancias
cambiaron en el mes de abril. Un ejército
británico llegaba a la Península a las
órdenes de sir Arthur Wellesley, más
conocido por Lord ,Wellington. Cuando
éste llegaba a Lisboa, ya le esperaban
cartas del
una acción
contra el
región del
Saqueo
Prado
de
la
general Cuesta proponiéndole
conjunta de fuerzas aliadas
común enemigo francés en la
Tajo.
Ermita
del
Las instrucciones entregadas a Wellington
por el Gobierno Inglés el 2 de abril no
desechaban la posibilidad de una acción
conjunta, aunque el objetivo principal de
los ingleses debía ser la defensa de
Portugal: “Considerará la defensa de
Portugal como su primer e inmediato
objeto de atención; pero dado que la
seguridad
de
Portugal
sólo
puede
conseguirse efectivamente en relación a
la defensa de la península en su más
amplio sentido, Su Majestad (…) deja a su
juicio decidir cuándo su ejército
avanzará, y cómo sus esfuerzos pueden ser
combinados de la mejor manera con las
tropas españolas y también con las
portuguesas en apoyo de la causa común”.
He aquí cómo, en el trascurso de menos de
un año, se trastocaron las alianzas.
Ahora España actuará conjuntamente con
Inglaterra y Portugal: el enemigo común
es Francia o, mejor dicho, Napoleón y su
ambición sin límites.
Wellington llegó a Lisboa el 22 de abril,
cuando
aún
el
norte
de
Portugal
permanecía ocupado por el ejército del
mariscal francés Soult con cuartel
general en Oporto. La respuesta de
Wellington a las cartas de Cuesta
aprueban la idea de una acción conjunta,
pero antes el inglés debe combatir a
Soult, que tiene atenzado el norte de
Portugal. Conseguida la liberación de
Portugal, será el momento de una acción
conjunta contra las tropas de Víctor en
la región del Tajo.
Efectivamente,
a
mediados
de
mayo,
Wellington inicia una ofensiva de tanteo
por el Duero obligando al mariscal
francés Soult a huir hacia Galicia.
Entonces el general inglés empezó a
diseñar una acción conjunta con el
ejército español. Y ello obligó al
mariscal Víctor a replegar su ejército
hacia Talavera después de reagrupar todas
las tropas de nuevo en Puente del
Arzobispo, sembrando el terror en toda la
comarca. Sucedía que guerrilleros y
milicianos asaltaban los destacamentos y
convoyes franceses, llegando incluso a
matar si podían. Ante esta proliferación
de la guerrilla, el mariscal Víctor dictó
un bando (13 de abril de ese año 1809) en
que se decía que ante la muerte de un
francés
serían
apresados
indiscriminadamente cuatro habitantes del
pueblo, los cuales serían ejecutados si
no aparecía el culpable en cuarenta y
ocho horas; y en caso de reincidencia, la
villa, ciudad o aldea sería entregada al
saqueo y los habitantes pasados a
cuchillo: además, nadie podía circular
por los caminos sin un pasaporte expedido
por las autoridades francesas y todo
aquel que fuese encontrado con armas
sería
ahorcado
en
el
término
de
veinticuatro horas.
Medalla
conmemoratiova
la
Batalla
Talavera
de
de
Como es lógico, nuestra comarca vivía
aterrorizada y más aún cuando tuvieron
lugar los trágicos sucesos de Calera y
Chozas el 27 de junio de 1809. He aquí
cómo se recoge el episodio en el reciente
libro “Calera 1809”: “Con motivo del
avance
conjunto
que
a
través
de
Extremadura hicieron los ejércitos
español
y
británico,
comandados
respectivamente por los generales Cuesta
y Wellesley, el mariscal francés Víctor,
duque
de
Bellune,
había
ordenado
preventivamente la retirada de sus tropas
desde el Guadiana hasta la línea del
Alberche. Cuando el grueso del ejército
francés había sobrepasado los límites de
Calera y Chozas, cuentan distintas
crónicas que una unidad de su retaguardia
fue acosada por las guerrillas que
actuaban en la zona y por algunos
enardecidos vecinos del lugar, que
previamente habían sido convocados en la
plaza pública a toque de campana,
muriendo en la acción algunos soldados
franceses que habían quedado rezagados.
Como resultado la tropa descargó sobre la
población una cruenta represión mientras
una gran parte del caserío y muchos
campos cercanos fueron pasto de las
llamas, el saqueo y la destrucción. Las
fuentes hablan de al menos veinte
víctimas mortales de todo tipo y
condición entre los pocos habitantes que
no habían podido huir, que fueron
cruelmente
pasados
a
cuchillo
o
arcabuceados”. La iglesia, cuyo toque de
campanas había convocado a la gente, fue
especialmente quemada y destruida.
A primeros de julio de 1809 Wellington
está en Plasencia, desde donde se
desplaza a Casas del Puerto (Miravete)
para entrevistarse con el general Cuesta.
Ambos establecieron un plan conjunto para
hacer frente a las tropas francesas que
el mariscal Victor (padre del célebre
Víctor Hugo) había desplazado y dispuesto
entre Talavera y el río Alberche, en
espera de los refuerzos que habían de
llegar desde Madrid y Toledo.
Batalla de Talavera
El
ejército
francés
se
componía
del
ejército del mariscal Víctor (unos 22.000
soldados), más los 5.000 que se unieron
desde Madrid al mando del propio José
Bonaparte, a los que se añadieron desde
La Mancha y Despeñaperros otros 18.000
soldados al mando de Sebastiani. Un total
de 44.643 soldados: 35.909 de infantería,
8.014 de caballería y 720 de artillería.
Era un ejército bien adiestrado, bien
equipado y perfectamente entrenado para
los terrenos españoles.Mientras tanto,
avanzando desde Plasencia los ingleses y
portugueses
de
Wellington,
y
los
españoles de Cuesta desde Almaraz, ambas
fuerzas aliadas se encontraron el 21 de
julio en Oropesa. Y en esa noche
acamparon en Velada, Casar y Gamonal.
Avisado y prudente, Víctor retiró su
ejército francés al otro lado del
Alberche, entre Cazalegas y Casar de
Escalona, abandonando la ciudad quemando
las casas y los campos. En la mañana del
día
22
hubo
refriegas
entre
las
vanguardias de los dos ejércitos.
El ejército aliado estaba formado por el
ejército español del general Cuesta
(25.258 soldados) y el ejército británico
con contingentes portugueses al mando del
general Wellington (20.580 soldados). Un
total
de
45.838:
unos
38.000
de
infantería, unos 6.000 de caballería y
cerca de 2.000 artilleros. Todos ellos
acamparon durante la noche del día 22 de
julio en los olivares entre Talavera y el
río Alberche. Al amanecer del día 23,
Cuesta y Wellington inspeccionaron el
despliegue de los franceses
En los días 23 y 24 el ejército francés
del mariscal Víctor se replegó hacia
Toledo en espera de los refuerzos del rey
José y de Sebastiani. Cuesta con los
españoles salió en su persecución, pero
fue víctima de una emboscada. En la
mañana del día 26 la caballería española
del regimiento Villaviciosa, al proteger
la retirada, sufrió una sangrienta
derrota en Alcabón. No obstante el
ejército español de Cuesta consiguió
reunirse de nuevo con Wellington en
Talavera.
La carga del Regimiento de Línea del Rey la carga de
caballería más brillante de la historia militar española
Tuvo lugar durante la batalla de Talavera
Y las inmediaciones de Talavera van a ser
escenario de la gran batalla: la BATALLA
DE TALAVERA. Tuvo lugar los días 27 y 28
de julio en el terreno comprendido entre
Talavera y los montes de Segurilla.
Concretamente se combatió en los cerros
de Medellín y Cascajal, el arroyo de la
Portiña y el Pajar de Vergara. Los
aliados combatieron desde el oeste y los
franceses desde el este con el arroyo en
medio. Los combates fueron muy violentos.
Por la noche los cañonazos se confundían
con los relámpagos y truenos de una
tormenta formidable. La batalla fue un
infierno.
El panorama resultante, tras retirarse
los ejércitos, fue espantoso. Hubo cerca
de 14.000 muertos: 7.283 franceses, 5.367
ingleses y 1.250 españoles. Los franceses
se replegaron en señal de derrota.
Españoles y británicos enterraron a los
muertos de ambos bandos y recogieron a
los varios millares de heridos, que
fueron atendidos en hospitales dispuestos
en Talavera y en casas particulares. Pero
el ejército aliado no aprovechó la
victoria sobre los franceses: éstos
poseían muchas fuerzas en la retaguardia.
Wellington, que más tarde recibiría el
título de Vizconde de Talavera, decidió
retirarse con sus tropas a Portugal. La
Guerra de Independencia no hacía más que
empezar. Aún quedaban cuatro años de
batallas y guerrillas que dejaron a
España prácticamente arrasada.
JOSEFINA
BEAUHARNAIS,
EMPERATRIZ DE FRANCIA, por
María Lara
JOSEFINA BEAUHARNAIS,
EMPERATRIZ DE FRANCIA
María Lara
Josefina ,Emperatriz
Cuando el 23 de junio 1763 nacía en la
perla del Caribe Marie Josèphe Rose
Tascher de la Pagerie ninguno del
centenar de esclavos que trabajaba en la
vasta hacienda familiar de la Martinica
pudo imaginar que esa niña llegaría a
emperatriz de los franceses. Tampoco que,
al final de sus días, el repudio la
alejaría del trono.
Alexandre
François
Marie,
vizconde
de
Beauharnai
s.
Aristócrat
a, militar
y político
francés,
primer
esposo de
Josefina
de
Beauharnai
s.
Educada en el colegio de monjas de la
Providencia de Fort-Royal, a los 16 años,
Rosa- nombre con el que era conocida en
la infancia- llegó con su padre a París
y, siguiendo la costumbre de la época de
enlazar el poder adquisitivo de la alta
burguesía
con
la
rancia
estirpe
nobiliaria, el 13 de diciembre de 1779 la
casaron
con
su
paisano
Alejandro
(1760-1794), hijo del vizconde de
Beauharnais. Con este señor estaba
desposada Désirée, tía paterna de la
muchacha.
El arraigo de la criolla en la isla era
profundo,
ya
que
Pierre
Belait
d’Esnambuc, el artífice de la primera
colonia permanente en la isla en1635, fue
su ancestro materno. Por su parte, los
Beauharnais
vivían
en
un
antiguo
vecindario de lujo, luego empobrecido, no
muy lejos de los mercados cubiertos de
París y de la entrada a la Corte de los
Milagros, el enclave favorito de los
limosneros y ladrones que, en unas
décadas, popularizó el «Jorobado de Notre
Dame» de
Eugène Rose de
Beauharnais (
1781—1824) fue
el primogénito
del matrimonio
entre Josefina
y
de
Alejandro,
vizconde
de
Beauharnais.
Pintura
al
óleo
François
de
Gérad.
Víctor Hugo. El de Rosa y Alejandro fue
un matrimonio carente de amor, lo cual no
se impuso como óbice para que vinieran al
mundo dos hijos: Eugenio y Hortensia.
Los numerosos viajes de Alejandro y sus
romances provocaron la separación en
1783, iniciándose el litigio por la
custodia de los vástagos. En cuatro años
sólo habían estado juntos diez meses.
Rosa regresó a las Antillas a fin de
poner en orden la plantación. Allí
recibiría las noticias de la Revolución
Francesa (a la que llegó a comparar con
los huracanes de su tierra) y asistiría a
la sublevación de los esclavos de 1791.
Mientras, su ex-marido, con el que
recuperó la amistad, fue elegido diputado
a los Estados Generales de 1789 y miembro
de la Asamblea Constituyente, en la que
apoyó la supresión de los privilegios
feudales y de la que fue presidente en
1791, rango que también desempeñaría en
la
Sociedad
de
la
Libertad
de
Estrasburgo, afiliada al
club de los jacobinos. Pero, como
tantos otros personajes, los ideales
la rebelión se volvieron en su contra
que resultó guillotinado durante
período del Terror.
en
de
ya
el
Encuentro de Napoleón y de Josefina
Cuadro de Jules-Georges Bondoux
Recién instaurada la Primera República,
los amplios contactos sociales le
permitieron a Rosa conocer a Napoleón.
Con treinta y un años, la joven viuda
tenía un cuerpo menudo y esbelto,
cabellos rizados de color castaño,
pestañas largas y voz agradable, era
pulcra, alegre y elegante, tan sólo
evitaba reírse abiertamente para que se
le vieran los dientes, dañados por
Estampa de la
época
que
representa el
matrimonio
entre Napoleón
y Josefina
tomar tanta caña de azúcar. En una de las
maravillosas fiestas que se organizaban
al margen de las barricadas, el corso
conoció a la dama americana y le cambió
su nombre usual por el de Josefina.
Barras, miembro
del
Directorio,
se
preocupó
de
aproximarlos y, a pesar de que a la
Beauharnais no parecía agradarle, así
animaba aNapoleón a cortejarla: «Ella
pertenece tanto al antiguo régimen (la
monarquía) como al nuevo (la república).
Le dará estabilidad y tiene el mejor
salón de París».+
La consagración de Napoleón , es una pintura de JacquesLouis
David,
pintor
oficial
de
Napoleón
Bonaparte realizada entre 1805 y 1808. El cuadro tiene
unas impresionantes dimensiones de 629 x 979 cm y se
conserva en el Museo del Louvre de París, Francia, si
bien existe una réplica posterior en el Palacio de
Versalles. La coronación y la consagración tuvieron lugar
en Notre Dame de París, una manera para Napoleón de poner
de manifiesto que era un hijo de la Revolución: designaba
la capital como el centro político, administrativo
y cultural de Francia.
Ante las ausencias del nuevo esposo,
Josefina aprovechó para mantener amantes,
incluyendo a un teniente húsar llamado
Hippolyte Charles. Los rumores de la
infidelidad llegaron a oídos de Napoleón
a través de sus hermanos y amigos. José
Bonaparte ya había tratado de disuadirlo
de la boda. Al regresar de la expedición
a Egipto, expulsó a Josefina de su casa
si bien él continuó con sus amoríos con
la criada Elisabeth de Vaudey o con
Pauline Bellisle Foures, conocida como la
«Cleopatra de Napoleón».
Tiara de Josefina
Tras una reconciliación forzosa, a
instancia del papa Pío VII que se negó a
consagrarlos emperador y emperatriz si no
se celebraba la ceremonia religiosa de
matrimonio, Napoleón aceptó que, en la
víspera del tal acontecimiento, el 1 de
diciembre de 1804, fueran desposados ante
Dios. La coronación no fue del agrado de
la familia de Napoleón: su madre Letizia
ni siquiera acudió y las hermanas, que no
soportaban a su cuñada, tuvieron que
llevar a disgusto la cola del vestido. En
el
cuadro
de
Jacques-Louis
David
apreciamos que Josefina se arrodilla ante
Napoleón. No es el pontífice sino el
estadista quien eleva la corona de
Carlomagno para colocársela sobre las
sienes.
Pero al no alumbrar más hijos, el segundo
matrimonio de Josefina tuvo los días
contados, además el conquistador de
Francia rabiaba al ver que, en un año,
era capaz de comprarse más de 500 pares
de zapatos y de 900 guantes, derroche
usual en las cortes de la época.
Despedida de Napoleón a Josefina. Óleo de
Laslet John Pott—Napoleón después de su
divorcio y en su exilio de la isla de Santa
Helena dijo: “Quise de verdad a Josefina,
aunque no la estimaba. Era demasiado
mentirosa. Pero tenía algo que me gustaba
mucho; era una verdadera mujer; tenía el culo
más bonito del mundo, con su isla de Les
Trois-Îllets de La Martinica”.
El divorcio, firmado el 10 de enero de
1810, fue el primero bajo el estrenado
código y, al año siguiente, el emperador
contrajo matrimonio con la archiduquesa
María Luisa de Austria, hija de su rival
Francisco I. El 20 de marzo de 1811 dio a
luz a Napoleón II. No obstante, andando
el tiempo, el hijo de Hortensia llegó a
ser Napoleón III y, Josefina, la hija de
Eugenio contrajo matrimonio con el rey
Óscar I de Suecia.
Carta de divorcio entre
Napoleón y Josefina
En el castillo de Malmaison Josefina se
dedicó a coleccionar flores exóticas,
pinturas y momias. A su defunción, el 29
de mayo de 1814, cerca de 20.000 personas
mostraron al féretro sus respetos.
Napoleón recibió la noticia del óbito en
su destierro en la isla de Elba y, para
ella, fueron en Santa Helena sus últimas
palabras:
«Francia,
el
ejército,
Josefina».
Tumba de Josefina y
Hortensia
de
Beauharnais, obra
de
Pierre
Cartellier, en la
Iglesia
de
San
Pedro y San Pablo
de Rueil-Malmaison.
Revista 63
BATALLA DE OCAÑA, Toledo, Por
Arturo Vinuesa Parral
plano de batalla
El éxito de las armas hispano-británicas en la Batalla de
Talavera, a finales de julio de 1809, tuvo una serie de
consecuencias positivas, pero también otros aspectos
negativos. Independientemente del indudable aumento de la
moral que representó la victoria sobre los franceses entre los
mandos y tropas españolas -siempre interesante, pero en cuyos
detalles no vamos a entrar-, tal logro tuvo una absurda
incidencia entre los componentes de la Junta Central: Creyeron
que las fuerzas españolas, agrupadas en unidades regulares,
podrían enfrentarse con esperanzas de triunfo al poderoso
ejército imperial francés. En una precipitada decisión
emprendieron una acción tendente a liberar la capital del
reino, bajo la autoridad del impuesto rey José.
Erróneamente convencidos de que el emperador no se empeñaría
en una decidida acción en tierras de la Península, hasta
conseguir la victoria en Austria, optaron por tomar la
iniciativa. De igual forma, creyeron que podían prescindir del
apoyo de las fuerzas
británicas de Lord Wellington, e ignoraron la ayuda que podía
proporcionarles éste, que tras aquella batalla se había
retirado a Badajoz, con la única misión de proteger la
frontera de Portugal. Por otro lado, el más tarde duque, no
había conectado bien con el general Castaños, cuya soberbia no
le habría permitido aceptar su inferioridad manifiesta ante el
inglés.
Durante el mes de octubre de este mismo año, concretamente el
día 18, las fuerzas del general Diego Cañas y Portocarrero,
derrotaron al general Marchand y tomando las ciudades
intermedias hasta llegar a Salamanca, que liberaron el día 25.
A finales del mes, confundidas por este espejismo, la Junta
Central diseñó un plan de aproximación hacia Madrid que, si
bien en el aspecto táctico no estaba mal concebido, en el
logístico requería una extrema coordinación para su correcta
ejecución, para la que no estaban preparados.
En una arriesgada maniobra, se ordenó al Ejército del Centro,
que cubría el frente a lo largo de las escarpadas
estribaciones septentrionales de Sierra Morena, que avanzara
hacia el río Tajo. Una vez allí, mantenerse en la orilla
izquierda de este río entre Aranjuez y Toledo, para más tarde
invadir las tierras de Castilla. Tras esta osada operación, al
prescindir del apoyo de las fuerzas británicas, debía ser
precisamente este ejército, cuyo mando fue concedido al
general Juan Carlos de Areizaga, el 22 de octubre, el que
debía entrar por el sur en Madrid, liberando la capital del
reino.
Nicolas Jean de Dieu
SoultDuque
de
Dalmacia- Mariscal de
Francia con Napoleón y
Ministro con Luis XVIII
y
Luis
Orleans
Felipe
de
La escasamente meditada decisión, en el plano ofensivo,
tendría unos efectos nefastos, tanto estratégicos como
políticos, para el futuro inmediato de España. Tanto la
composición como la potencia en hombres del contingente
-60.000 infantes, 5.700 jinetes y 60 piezas de artillería,
además de un número indeterminado de zapadores-, puestos bajo
el mando del poco experimentado Areizaga eran equilibradas.
Sin embargo, la indecisión de éste en el posterior desarrollo
de la maniobra, condenaría el intento español de una más
rápida liberación del territorio nacional al fracaso.
Inicialmente, el día 3 de noviembre, el general establece su
cuartel general en Sante Cruz de Mudela. El día 7 del mismo
mes lo traslada a Herencia, precedido siempre por la 1ª
División del brigadier Lacy, la Vanguardia del brigadier
Zayas, que pernoctaron en Madridejos, y la Caballería de
Freire que marchaba más adelantada, en misión de exploración.
El día 10, nuestra caballería estacionada en La Guardia,
decide hostigar a la francesa de Sabatini. El combate de
encuentro que se desarrolla en la Cuesta del Madero, termina
resolviéndose a las puertas de Ocaña, con la llegada de Zayas
y Freire. Mientras al amparo de la noche se hace recuento de
las bajas de nuestra caballería, que ascienden a doscientas,
el enemigo levanta el campo y se repliega hacia Aranjuez.
El general Mortier recibe la orden del rey francés de
trasladarse desde Talavera, y unirse a la caballería del
general Paris, para que junto a las divisiones alemana y
polaca acudir en auxilio de sus fuerzas en Aranjuez. Al mismo
tiempo, el mariscal Victor abandona Toledo y se une a
Sabatini, que ha pasado todo su ejército a la orilla derecha
del río Tajo.
El general Areizaga, que ha llegado a Ocaña el día 18, ordena
el traslado de su ejército a Villamanrique de Tajo y, al mismo
tiempo, a los zapadores construir dos puentes aguas arriba de
Aranjuez, para que la división del brigadier Lacy pase a la
otra orilla, frente a Colmenar de la Oreja, y empiece su
aproximación hacia Madrid. Un fuerte temporal de lluvias,
impide la realización del paso. Las dudas de Areizaga para
tomar una decisión, pues conoce que el mariscal francés se
encuentra frente a él, le impiden atacar, entregando la
iniciativa al enemigo.
El general Areizaga, que ha llegado a Ocaña el día 18, ordena
el traslado de su ejército a Villamanrique de Tajo y, al mismo
tiempo, a los zapadores construir dos puentes aguas arriba de
Aranjuez, para que la división del brigadier Lacy pase a la
otra orilla, frente a Colmenar de la Oreja, y empiece su
aproximación hacia Madrid. Un fuerte temporal de lluvias,
impide la realización del paso. Las dudas de Areizaga para
tomar una decisión, pues conoce que el mariscal francés se
encuentra frente a él, le impiden atacar, entregando la
iniciativa al enemigo.
Mientras tanto, el general Sabatini se ha trasladado desde
Aranjuez a Ocaña y, al no encontrar a las fuerzas españolas,
marcha a reforzar a Victor. Areizaga, en una permanente duda,
el mismo día 18 ordena a sus tropas volver de nuevo a Ocaña y
Dos Barrios, olvidando la norma esencial en la milicia de
“orden y contraorden igual a desorden”. En tal confusión, sus
tropas no tienen tiempo de reunirse para presentar frente de
batalla, cosa que no logran hasta el ´mismo día 19, día de la
batalla. Pero, el día anterior, la caballería francesa ha
atravesado el Tajo por Aranjuez y sorprende a la nuestra en
Ontígola que, perseguida por el enemigo, se retirara a Ocaña
BATALLA DE OCAÑA
Las divisiones españolas se encuentran alejadas de su
comandante en jefe, sin tomar decisiones. El general más
antiguo entre las unidades españolas se ve obligado a asumir
el mando y da instrucciones, que se cruzan y son distintas a
las que esa tarde-noche adopta Areizaga. De nuevo, entre
“orden y contraorden”, los franceses atacan.
La tremenda derrota sufrida, representó una pérdida de medios
humanos, 4.000 muertos y heridos, casi 15.000 prisioneros y 35
piezas de artillería. Como consecuencia, dejó abiertas las
puertas de Andalucía a los franceses. A partir de entonces,
sólo Cádiz resistiría al empuje de las tropas del emperador
Bonaparte. A raíz de la Batalla de Ocaña el principal
protagonismo opositor a la invasión francesa y el exponente de
un nuevo modelo de combate en la Guerra de la Independencia,
lo llevaron a cabo las guerrillas.
EL DOS DE MAYO DE 1808 EN
MADRID, por Alfredo Pastor
Ugena
(…)
Brilla el puñal en la irritada mano,
huye el cobarde y el traidor se esconde;
truena el cañón y el grito castellano
de independencia y libertad responde.
¡Héroes de mayo, levantad las frentes!
Sonó la hora y la venganza espera:
Id y hartad vuestra sed en los torrentes
de sangre de Bailén y Talavera.
Id, saludad los héroes de Gerona,
alzad con ellos el radiante vuelo,
y a los de Zaragoza alta corona
ceñid que aumente el esplendor del cielo.
Mas ¡ay! ¿por qué cuando los ojos brotan
lágrimas de entusiasmo y de alegría,
y el alma atropellados alborotan
tantos recuerdos de honra y valentía,
negra nube en el alma se levanta,
que turba y oscurece los sentidos,
fiero dolor el corazón quebrante,
y se ahoga la voz entre gemidos? (…)
(Al Dos de Mayo. José de Espronceda)
GODOY, PINTADO POR GOYA,
MUSEO DEL PRADO, MADRID
Godoy, valido de Carlos IV, permitió, tras firmar el Tratado
de Fontainebleau (27 de octubre de 1807), el paso de las
tropas francesas por España, y unir a ellas sus propias armas,
con la intención de invadir Portugal, aliado de Inglaterra y
principal enemigo de Napoleón. Simultáneamente, estas tropas
fueron ocupando las principales plazas españolas, lo cual
desembocó inevitablemente en el comienzo de la Guerra de la
Independencia (1808-1814), iniciándose con el levantamiento
del pueblo en Madrid el dos de mayo de 1808. Ras, el rey
Carlos IV y su hijo, el futuro Fernando VII- por presión de
Napoleón- cedieron, en Bayona, el trono de España a su hermano
José Bonaparte, permaneciendo prisioneros en Francia hasta la
derrota de aquél, en 1814.
El 23 de marzo de 1808 las tropas francesas entran en Madrid
al mando de Joaquín Murat, el Gran Duque de Berg. Este
general- cuñado de Napoleón y su lugarteniente en España- se
encarga de engañarle y engañarse a si mismo. El 12 de abril le
escribe asegurándole que en Madrid ” no ocurrirá nada”.
Murat cumple las órdenes de arrestar a toda la familia real,
garantizando el 1 de mayo a Napoleón: ” estoy dispuesto a dar
una lección al primero que se mueva”. El día Dos de Mayo los
madrileños se mueven en un estallido colectivo de cólera y
desesperación contra los franceses, comenzando aquella jornada
en la Plaza de Oriente, frente al Palacio Real. El
levantamiento vino condicionado por el malestar creciente
existente ante la presencia de un ejército extranjero, por la
experiencia revolucionaria adquirida dos meses antes (17 de
marzo), en el Motín de Aranjuez y por la inquietud popular
subsiguiente a las noticias que llegaban de Bayona (Francia)
así como a los preparativos de la salida del resto de la
familia real que se hacían en Madrid. Así ocurrieron los
hechos:
“(…) Esa mañana, del lunes 2 de mayo de 1808, un grupo de
curiosos se reunió frente al Palacio Real, mientras María
Luisa de Borbón sube con sus hijos a un coche de camino, ante
la indiferencia general. Sin embargo el cerrajero José Blas
Molina y Soriano entra en palacio y, al poco tiempo, sale
gritando: ¡Traición! Nos han llevado al rey y se nos quieren
llevar a todas las personas reales. ¡Mueran los franceses!
¡Que se llevan al infante! – refiriéndose al hijo menor de los
reyes: Francisco de Paula. Entonces un grupo de personas
entran en palacio a demostrara su cariño y adhesión al pequeño
infante y otros se precipitan hacia los carruajes preparados
para el viaje, cortan los tiros de los caballos y manifiestan
su indignación contra los franceses que custodian el lugar.
La ya irritada multitud arremete incluso contra el general
Murat que se salva de milagro. Antes estas circunstancias, y
para castigar lo que se considera un motín, el duque de Berg
ordena al batallón de granaderos de la Guardia que abran fuego
sin previo aviso contra las personas que allí se encuentran.
Corre abundante sangre y, ante este brutal ataque, surge un
rápido movimiento de reacción: el pueblo de Madrid se lanza a
la calle contra los franceses. La noticia se ha difundido por
la ciudad y todos: hombres, mujeres y niños, combaten al
invasor. en los distintos puntos de Madrid.
Mariscal
MuratCuñado de Napoleón
La represión que organiza y dirige. Murat es cruel. No se
conforma con haber aplastado el levantamiento sino que tiene
tres objetivos: controlar la administración y el ejército
español; aplicar un riguroso castigo a los rebeldes para
escarmiento de todos los españoles; y afirmar que era él quien
gobernaba España. Para ello, la tarde del 2 de mayo firma un
decreto -y crea una comisión militar, presidida por el general
Grouchy- para sentenciar a muerte a todos cuantos hubiesen
sido cogidos con las armas en la mano. Este general fue el
ejecutor de todos los juicios sumarísimos de aquellos sucesos,
condenando a muerte a todos cuantos juzgaba. Al mismo tiempo
el Consejo de Castilla publica una proclama en la que se
declara ilícita cualquier reunión en sitios públicos y se
ordena la entrega de todas las armas, blancas o de fuego.
Francisco de Goya. El Dos de
Mayo de 1808 en Madrid o La
lucha de los mamelucos en la
Puerta del Sol (.La reacción
violenta
del
pueblo
madrileño
contra
los
miembros de la guardia
mameluca
(“mercenarios
egipcios al servicio de
Napoleón desde su campaña de
Egipto”), y contra los
soldados
franceses
del
mariscal Murat.
El General Murat (duque de Berg) da las órdenes siguientes:
“ORDEN DEL DÍA.
SOLDADOS: El populacho de Madrid se ha sublevado, y ha llegado
hasta el asesinato. Sé que los buenos españoles han gemido por
éstos desórdenes. Estoy muy lejos de mezclarlos con aquellos
miserables que no desean más que el crimen y el pillaje. Pero
la sangre francesa ha sido derramada; clama venganza; en su
consecuencia mando:
Artículo 1º El General Grouchy convocará esta noche la
Comisión militar.
Artículo 2º Todos los que han sido presos en el alboroto y con
las armas en la mano, serán arcabuceados.
Artículo 3º La Junta de Gobierno va a hacer desarmar los
vecinos de Madrid. Todos los habitantes y estantes quienes
después de la ejecución de esta orden se hallaren armados o
conserven armas sin una licencia especial, serán arcabuceados.
Artículo 4º Todo lugar en donde sea asesinado un francés será
quemado.
Artículo 5º Toda reunión de más de ocho personas será
considerada como una junta sediciosa y desecha por la
fusilería.
Artículo 6º Los amos quedaran responsables de sus criados; los
jefes de talleres, obradores y demás, de sus oficiales; los
padres y madres de sus hijos, y los ministros de los conventos
de sus religiosos.
Artículo 7º Los autores, vendedores, distribuidores de libelos
impresos o manuscritos provocando a la sedición, serán
considerados como agentes de Inglaterra y arcabuceados.
Dado en nuestro Cuartel General de Madrid a 2 de mayo de 1808.
JOACHIM MURAT. Por mandato de S. A. I. y R. El Jefe de Estado
Mayor General, BELLIARD.”
MANUELA MALASAÑA
Desde los barrios populares hasta la Puerta del Sol se lucha
contra las tropas francesas, compuestas principalmente por
batallones de mamelucos y polacos. Entre otros, se harán
famosos por su heroicidad, Juan Malasaña, su hija Manuela y su
esposa Clara del Rey
Mientras ocurren estos enfrentamientos, un grupo de oficiales
españoles se reúnen en el parque de artillería de Monteleón.
Son los capitanes de artillería Luis Daoíz, Pedro Velarde,
Rafael Goicoechea y el teniente de infantería Jacinto Ruiz
.Contra las órdenes dadas por el ministro de la guerra y el
capitán general de Madrid, reparten a la población las armas
que existen en el depósito de ese parque y se disponen a
defenderlos del acecho de los franceses que finalmente toman
el parque de Monteleón y fusilan a todos los civiles y
militares que allí se encuentran.
Murat (quien llegó a decir” El pueblo de Madrid se ha dejado
arrastrar a la revuelta y al asesinato… Sangre francesa ha
sido derramada. Sangre que demanda venganza”), manda construir
en la Casa de Correos una comisión militar que, sin más ley
que la del vencedor, prodiga la pena de muerte entre los
prisioneros hechos en los combates.
Francisco de Goya. El 3 de
Mayo. Los fusilamienos en la
montaña de Príncipe Pío
Así describía, este general, por carta, la situación existente
a Napoleón durante las primeras horas de la mañana del 2 de
mayo:”No sin muchas dificultades y pérdidas, porque estos
miserables arrojados de ellas, se refugiaban en las casas y
hacían mortífero fuego sobre nuestras tropas desde las
ventanas (…) El general Grounchy hizo entrar en las casas
desde donde se había hecho fuego, pasando a cuchillo a cuantos
en ellas se encontraban”.
Al anochecer de ese mismo día dos de mayo comienzan los
fusilamientos: El paseo del Prado, las tapias de Jesús, los
patios del Buen Suceso, las puertas del Retiro y la de
Segovia, la Casa de Campo, la Moncloa, la montaña del Príncipe
Pío, y otros lugares, son regados con la sangre de los
madrileños que caen bajo las armas de los franceses: se fusila
a centenares de patriotas.
La represión del Dos de Mayo fue la señal para una
insurrección general en la mayor parte de los lugares que no
se hallaban militarmente dominados por las tropas francesas.
Desde el 22 de mayo en Cartagena, hasta el 31 del mismo mes en
Zamora, un rosario de sublevaciones contra los franceses van
surgiendo por toda España., dando lugar a la Guerra de la
Independencia
El Dos de Mayo, el pueblo de Madrid se alzó en armas contra el
ejército más poderoso de Europa, el de Napoleón. Hombres y
mujeres arriesgaron su vida por la libertad, como si siguieran
a Don Quijote cuando le dijo a Sancho: “por la libertad,
Sancho, así como por la honra se puede y se debe aventurar la
vida; el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los
hombres”.
Ese mismo día, lunes 2 de mayo de 1808, los alcaldes de
Móstoles, Andrés Torrejón y Simón Hernández declararon la
guerra a Napoleón.
El texto del bando es el siguiente:
Señores Justicias de los pueblos a quienes se presentase este
oficio, de mí el Alcalde de la villa de Móstoles:
Es notorio que los Franceses apostados en las cercanías de
Madrid y dentro de la Corte, han tomado la defensa, sobre este
pueblo capital y las tropas españolas; de manera que en Madrid
está corriendo a esta hora mucha sangre; como Españoles es
necesario que muramos por el Rey y por la Patria, armándonos
contra unos pérfidos que so color de amistad y alianza nos
quieren imponer un pesado yugo, Después de haberse apoderado
de la Augusta persona del Rey; procedamos pues, a tomar las
activas providencias para escarmentar tanta perfidia,
acudiendo al socorro de Madrid y demás pueblos y alentándonos,
pues no hay fuerzas que prevalezcan contra quien es leal y
valiente, como los Españoles lo son.
Dios guarde a Ustedes muchos años.
Móstoles dos de Mayo de mil ochocientos y ocho.”
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