FIDUCIA, DESTINO Y CERTIFICACIÓN DE LOS RENDIMIENTOS

Anuncio
FIDUCIA, DESTINO Y CERTIFICACIÓN DE LOS RENDIMIENTOS
Concepto 2008047805-001 del 19 de septiembre de 2008.
Síntesis: El contrato de fiducia debe definir la destinación de los rendimientos, indicando
además del momento en el que ingresan al proyecto y si serán abonados o no al precio del
bien sobre el cual versa el contrato. En consecuencia, para efectos de determinar cuál es la
destinación de los mismos, se deberá acudir al texto del contrato. La certificación de
rendimientos correspondería a la certificación tributaria que por mandato del Estatuto
Tributario deberá expedir la Fiduciaria cada año a cada uno de los beneficiarios de los
fideicomisos a su cargo para fines de la determinación del impuesto sobre la renta y
complementarios.
«(…) formula la siguiente consulta:
“(…) Durante el año 2006 se dispuso a abrir un fondo común en una compañía fiduciaria
con el fin de que esta administrara los recursos aportados para una construcción
comprada sobre planos. Se han realizado aportes mensuales al fondo común durante el
año 2007 los cuales han generado rendimientos. Al finalizar el año 2007 de parte de la
compañía fiduciaria nos envían un certificado de los rendimientos financieros a nombre de
nuestra compañía. El contrato inicial dice que estos rendimientos pasan a ser el (SIC)
proyecto una vez cumplidas las condiciones, es decir que estos rendimientos harán parte
del fideicomiso La explicación dada por la fiduciaria frente a la certificación emitido (SIC)
es que las condiciones se cumplieron en octubre del año 2007 y que así se hayan integrado
estos rendimientos después de la fecha al fideicomiso estos deben ser certificados a nombre
de nuestra compañía hasta esta fecha.
“Según las investigaciones realizadas por mi parte estos rendimientos nunca deben
certificarse a la compañía ya que estos haran (SIC) parte del fideicomiso. Por lo anterior
agradecería de su parte me aclarar (SIC) el manejo de estos rendimientos por parte de la
fiduciaria (…)”
Sobre el particular es procedente anotar que en casos como el planteado, el contrato de
fiducia debe definir la destinación de los rendimientos, indicando, además del momento en
el que ingresan “al proyecto” (una vez se cumplan las condiciones para el efecto), si serán
abonados o no al precio del inmueble sobre el cual versa el contrato. En consecuencia, para
efectos de determinar cuál es la destinación de los mismos, se deberá acudir al texto del
contrato.
Ahora bien, en lo que se refiere a la certificación de los rendimientos generados por los
aportes efectuados por su compañía en virtud del contrato, a juicio de esta Superintendencia
debe corresponder a la certificación tributaria a que se refiere el parágrafo del artículo 2711 del Estatuto Tributario, modificado por el artículo 18 de la Ley 1111 de 2006, que señala:
“Para fines de la determinación del impuesto sobre la renta y complementarios, los
fiduciarios deberán expedir cada año, a cada uno de los beneficiarios de los fideicomisos
a su cargo, un certificado indicando el valor de sus derechos, los rendimientos
acumulados hasta el 31 de diciembre del respectivo ejercicio, aunque no hayan sido
liquidados en forma definitiva y los rendimientos del último ejercicio gravable. En caso
de que las cifras incorporen ajustes por inflación de conformidad con las normas vigentes
hasta el año gravable 2006, se deberán hacer las aclaraciones de rigor” (Negrilla fuera
del texto original).
Además, es pertinente poner de presente que de conformidad con lo establecido por los
numerales 2, 3 y 4 del artículo 102 del mencionado Estatuto, para la determinación del
impuesto sobre la renta en los contratos de fiducia mercantil se deben observar las
siguientes reglas:
“2. Las utilidades obtenidas en los fideicomisos deberán ser incluidas en las declaraciones
de renta de los beneficiarios, en el mismo año gravable en que se causan a favor del
patrimonio autónomo, conservando el carácter de gravables o no gravables, y el mismo
concepto y condiciones tributarias que tendrían si fueren percibidas directamente por el
beneficiario”.
“3. Cuando el fideicomiso se encuentre sometido a condiciones suspensivas, resolutorias,
o a sustituciones, revocatorias u otras circunstancias que no permitan identificar a los
beneficiarios de las rentas en el respectivo ejercicio, éstas serán gravadas en cabeza del
patrimonio autónomo a la tarifa de las sociedades colombianas. En este caso, el
patrimonio autónomo se asimila a una sociedad anónima para los fines del impuesto sobre
la renta y complementarios. En los fideicomisos de garantía se entenderá que el
beneficiario es siempre el constituyente.”
“4. Se causará el impuesto sobre la renta o ganancia ocasional en cabeza del
constituyente, siempre que los bienes que conforman el patrimonio autónomo o los
derechos sobre el mismo se transfieran a personas o entidades diferentes del constituyente.
Si la transferencia es a título gratuito, el impuesto se causa en cabeza del beneficiario de
los respectivos bienes o derechos. Para estos fines se aplicarán las normas generales sobre
la determinación de la renta o la ganancia ocasional, así como las relativas a las
donaciones y las previstas en los artículos 90 y 90-1 de este Estatuto.”
En ese orden de ideas, la certificación de rendimientos a que usted alude correspondería a la
certificación tributaria que por expreso mandato del parágrafo del artículo 271-1 del
Estatuto Tributario deberá expedir la Fiduciaria cada año a cada uno de los beneficiarios de
los fideicomisos a su cargo para fines de la determinación del impuesto sobre la renta y
complementarios. Ahora bien, si se trata de un contrato de fiducia mercantil, la
determinación del impuesto sobre la renta deberá hacerse según las reglas establecidas en el
artículo 102 de tal Estatuto.
(…).»
Descargar