Este artículo es una publicación de la Corporación Viva la Ciudadanía Opiniones sobre este artículo escribanos a: [email protected] www.viva.org.co Freno a las arbitrariedades del procurador Ordóñez: ¿serán suficientes? Pedro Santana Rodríguez Presidente Corporación Viva la Ciudadanía La sección segunda del Consejo de Estado con ponencia del magistrado Gustavo Gómez echo abajo la sanción impuesta por la Procuraduría en contra del ex alcalde de Medellín, Alonso Salazar, que lo había inhabilitado por 12 años para ejercer cualquier cargo público y que además lo había destituido retroactivamente. El fallo del Consejo de Estado señala que fue desmedida la sanción impuesta por la Procuraduría y al revocarla simplemente amonestó al ex alcalde de Medellín por hacer mal uso de las redes sociales. Recordemos el episodio para ver hasta dónde ha llegado la arbitrariedad de Ordóñez, el mismo que fue reelegido con los votos de la mesa de la Unidad Nacional y entre otros del Partido Liberal Colombiano. En plena campaña electoral para la alcaldía en el año 2011 diversas organizaciones sociales entre ellas la propia Misión de Observación Electoral, MOE, denunciaron que el entonces candidato a la Alcaldía de Medellín Luís Pérez estaba recibiendo apoyo de grupos ilegales y de pandillas en la ciudad de Medellín y esas denuncias las conoció el entonces Alcalde Alonso Salazar que las hizo públicas a través de las redes sociales. Las denuncias presentadas por diversas organizaciones sociales sobre este hecho duermen el sueño de los justos, no se investigaron ni por la Procuraduría ni por la Fiscalía General de la Nación. En el proceso disciplinario iniciado y culminado por la Procuraduría General de la Nación varias de las organizaciones ratificaron las denuncias que habían hecho. Pese a ello la Procuraduría de Ordóñez siguió adelante con el proceso que culminó con la sanción que ahora el Consejo de Estado echó abajo. Ante el fallo el autoritario procurador general Ordóñez señaló que “no es extraña” la decisión y que “para eso existen los controles de legalidad”. “Es frecuente que el juez de los actos administrativos profiera este tipo de decisiones. Eso no es para dramatizar- dijo- (…) No ha sido la primera decisión del Consejo de Estado así, son muchas las decisiones de la Procuraduría que han sido modificadas o anuladas por su juez natural, que es el Consejo de Estado”. Incluso no descartó que la eventual revisión del caso Petro en una demanda administrativa contra su destitución –que aún no ha sido entabladapueda resultar desfavorable a la Procuraduría. En realidad y como lo señaló Alonso Salazar se trató de un fallo político puesto que Ordóñez se atravesó al proyecto del alcalde Salazar de poner en funcionamiento una clínica para atención integral a las mujeres víctimas de violencia sexual. Este proyecto fue duramente enfrentado por Ordóñez con el argumento que la Alcaldía de Medellín estaba construyendo una clínica para practicar abortos. El proyecto tuvo que ser modificado por las amenazas que se profirieron desde la Procuraduría. Todo ello a pesar que la Corte Constitucional ha autorizado el aborto en tres casos ampliamente conocidos: malformación del feto, peligro de muerte para las madres o embarazos producto de violación. Como se sabe Ordóñez se ha opuesto a este fallo de la Corte Constitucional y el propio Tribunal ha tenido que obligar a Ordóñez a rectificaciones públicas. Cuando Ordóñez se refiere a que lo mismo puede pasar con el caso de la destitución e inhabilidad que impuso a Petro con la misma arbitrariedad que uso en el fallo contra Alonso Salazar está reconociendo como lo hemos señalado en éstas mismas páginas sobre la debilidad jurídica y la violación al debido proceso que caracterizó también el proceso disciplinario contra el hoy destituido alcalde de Bogotá, Gustavo Petro Urrego. Las cosas han ido quedando claras en torno al abuso de poder con el cual ha ejercido el cargo el señor procurador general, Alejandro Ordóñez. Sabido es que Ordóñez ha absuelto disciplinariamente a senadores condenados por la Corte Suprema de Justicia en el proceso de la parapolítica, no llegan a 13 los sancionados cuando la Corte Suprema ya ha condenado a 63 parlamentarios en este proceso. Justamente por ello es más grave que el presidente Juan Manuel Santos, haya desestimado las medidas cautelares otorgadas a Gustavo Petro por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, no solo por la arbitrariedad que el país viene documentando día a día de las actuaciones del Procurador sino porque al mismo tiempo desconoce seis sentencias de la Corte Constitucional Colombiana que ha señalado que las medidas cautelares de la CIDH son vinculantes para el Estado colombiano. Casi con toda seguridad se podría afirmar que es muy probable que en el futuro la Corte Interamericana de Derechos Humanos resuelva favorablemente la demanda que interpuso Gustavo Petro ante el sistema interamericano con lo cual la sentencia del Procurador sea echada abajo como lo ha sido la arbitraria sentencia en contra de Alonso Salazar. Pero, el país viene reaccionado de manera positiva en contra de la arbitrariedad de Santos y del procurador Ordóñez. La gente está saliendo a la calle a protestar en contra de las decisiones de Gobierno y Procuraduría. La inmensa movilización de rechazo a la destitución de Petro que se realizó este jueves 27 de marzo en la ciudad de Barranquilla muestra que el país no traga entero. El rechazo mayoritario en Bogotá a la destitución de su Alcalde también es evidente. Por ello nos parece acertada la decisión que finalmente tomaron los progresistas de enviar una terna para que Santos designe el reemplazo temporal de Gustavo Petro, si antes no se fallan a su favor las tutelas que se tramitan en los tribunales nacionales o las medidas provisionales de protección en la Corte Interamericana si finalmente la CIDH las solicita. Y también han anunciado que presentarán candidato de haber elecciones para reemplazar a Gustavo Petro, esa indignación debe traducirse no sólo en movilización ciudadana sino en rechazo electoral a quienes quieren desconocer el poder soberano del pueblo. Esto también tendrá repercusiones en la campaña presidencial en marcha. Santos prefirió complacer a Ordóñez, a Vargas Lleras y a los conservadores, que cumplir con la jurisprudencia de la Corte Constitucional y al mandato de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La ciudadanía en las calles está expresando el rechazo a este manejo de la institución presidencial. Y que esto lo haga en medio de la desinformación de los grandes medios de comunicación enemigos de Petro y en dónde no han respetado un mínimo de decencia y de sindéresis en el oficio de informar es mucho más valioso, pues, nos indica que se está formando una opinión pública realmente autónoma. Ello ya se expresó en el pasado reciente en el paro nacional agrario y en la derrota de la reforma judicial. Pero, esa indignación hay que trasladarla a las decisiones políticas, a las elecciones para castigar el abuso del poder tan común en el régimen jurídico y político de nuestro país. Edición N° 00393 – Semana del 28 de Marzo al 3 de Abril – 2014