ORIGINAL Hipotonía en el período neonatal: 12 años de experiencia Erika Jiménez, Àngels García-Cazorla, Jaume Colomer, Andrés Nascimento, Martín Iriondo, Jaume Campistol Servicio de Neurología Pediátrica (E. Jiménez, A. García-Cazorla, J. Colomer, A. Nascimento, J. Campistol). Servicio de Neonatología (M. Iriondo). Hospital Sant Joan de Déu. Universitat de Barcelona. Esplugues de Llobregat, Barcelona, España. Correspondencia: Dra. Erika Jiménez González. Servicio de Neurología Pediátrica. Hospital Sant Joan de Déu. Pg. Sant Joan de Déu, 2. E-08950 Esplugues de Llobregat (Barcelona). E-mail: [email protected] Trabajo presentado como comunicación oral [16] en la XXXVI Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología Pediátrica. Santander, 31 de mayo-2 de junio de 2012. Introducción. La hipotonía es uno de los signos más frecuentes de patología neurológica en el neonato. Objetivos. Determinar, en un estudio retrospectivo a 12 años, la frecuencia relativa de patologías neurológicas que pueden cursar con hipotonía durante el período neonatal y describir la evolución neurológica a los dos años de seguimiento. Pacientes y métodos. Revisión sistemática de los recién nacidos hipotónicos sin causa identificable que ingresaron en la unidad neonatal del Hospital Sant Joan de Déu de enero de 1996 a diciembre de 2008. Se han recogido antecedentes familiares, datos relacionados con el embarazo y parto, características clínicas y pruebas complementarias. Resultados. Se identificaron 73 recién nacidos hipotónicos, de los cuales 21 (28,7%) cumplieron los criterios de inclusión. El 81% (n = 17) se clasificó como hipotonías centrales y el 19% (n = 4) como hipotonías periféricas. En el primer grupo, el 47% (n = 8) presentó alteraciones cromosómicas; el 29,4% (n = 5), enfermedades metabólicas, y el 23,5% (n = 4), malformaciones del sistema nervioso central. Conclusiones. Las causas centrales de hipotonía siguen siendo las más prevalentes en el período neonatal y, dentro de éstas, las cromosomopatías. Las causas periféricas son menos frecuentes y de pronóstico más grave. Los avances en genética molecular han permitido el diagnóstico genético y molecular de numerosas enfermedades neuromusculares. La diversidad y complejidad de patologías justifica el abordaje multidisciplinar de estos recién nacidos. Palabras clave. Biología molecular. Cromosomopatías. Genética. Hipotonía central. Hipotonía neonatal. Hipotonía periférica. Aceptado tras revisión externa: 04.12.12. Cómo citar este artículo: Jiménez E, García-Cazorla A, Colomer J, Nascimento A, Iriondo M, Campistol J. Hipotonía en el período neonatal: 12 años de experiencia. Rev Neurol 2013; 56: 72-8. © 2013 Revista de Neurología 72 Introducción El término ‘neonato hipotónico’ designa a un recién nacido con un tono muscular bajo. La hipotonía del neonato se puede reconocer con facilidad en la pri­ mera exploración neonatal. Sin embargo, el proceso diagnóstico que iniciaremos con el fin de encontrar la etiología de este signo es complejo, dado que nu­ merosas enfermedades del recién nacido pueden presentarse con hipotonía. El diagnóstico puede ser sencillo en ocasiones, mientras que en otras supone un verdadero reto para el neonatólogo y el neu­ ropediatra, precisando múltiples exámenes comple­ mentarios. El desarrollo de la genética y técnicas de biología molecular en las dos últimas décadas ha sido de gran ayuda en la evaluación de estos niños, dado que en muchas ocasiones permite realizar el diagnóstico de forma rápida y no invasiva con la simple sospecha clínica (síndrome de Prader-Willi, distrofia miotóni­ ca congénita, atrofia muscular espinal) [1,2]. La necesidad de un diagnóstico precoz y preciso se justifica por la necesidad de establecer un trata­ miento específico en algunas enfermedades, cono­ cer el pronóstico y las posibles implicaciones gené­ ticas para el resto de la familia. Asumiendo que el conocimiento del perfil diag­ nóstico de los neonatos hipotónicos podría ayudar­ nos a mejorar nuestra aproximación diagnóstica, nuestro objetivo primario ha sido determinar, en un estudio retrospectivo a 12 años, la frecuencia re­ lativa de las diferentes patologías que pueden cur­ sar con hipotonía en el período neonatal. El objetivo secundario es describir la evolución neurológica a los dos años de los recién nacidos hi­ potónicos que cumplieron los criterios de inclusión en el estudio y en los que el seguimiento ha sido po­ sible. Pacientes y métodos Se han incluido todos los recién nacidos que ingre­ saron en la unidad neonatal por hipotonía sin causa aparente desde enero de 1996 a diciembre de 2008. Se han excluido aquellos neonatos en los que po­ día constatarse una causa que justificara la hipoto­ nía, siendo ésta secundaria a su patología de base: www.neurologia.com Rev Neurol 2013; 56 (2): 72-78 Hipotonía en el período neonatal prematuridad (< 37 semanas de edad gestacional), infección, pérdida de bienestar fetal, cardiopatías congénitas, encefalopatía hipóxica, hemorragias in­ tracraneales y fármacos maternos. También se han excluido las hipotonías neonatales transitorias de menos de 24 horas de evolución y los recién naci­ dos con síndrome de Down. Se han recogido los siguientes datos demográfi­ cos y de la historia clínica: antecedentes familiares (consanguinidad, enfermedades), sexo, edad gesta­ cional, peso al nacimiento, antecedentes prenatales (movimientos fetales disminuidos, polihidramnios, crecimiento intrauterino retrasado, amniocentesis), tipo de parto (eutócico, instrumental, cesárea), an­ tecedentes perinatales (líquido teñido, tipo de reani­ mación, asfixia perinatal, distrés respiratorio inicial, dificultades de alimentación, convulsiones), necesi­ dad de intubación o ventilación mecánica, presen­ cia de dismorfias, organomegalias o artrogriposis, pruebas complementarias (analítica básica, enzi­ mas musculares, estudios metabólicos, estudios ge­ néticos y moleculares, estudio de líquido cefalorra­ quídeo, ecografía y resonancia magnética cerebral, electroencefalograma, electromiografía y neurogra­ fía, test de Tensilon, biopsia muscular y de nervio con microscopía óptica y electrónica, así como es­ tudio de la cadena respiratoria, estudios molecula­ res y necropsia). Se ha revisado la evolución neurológica de los pacientes incluidos en el estudio a los dos años, describiendo su situación desde el punto de vista motor, cognitivo y sensorial. La hipotonía se clasificó inicialmente como cen­ tral o periférica de acuerdo con los hallazgos en­ contrados en la exploración física inicial según los criterios de Dubowitz [3]. La presencia de movi­ mientos antigravitatorios de los miembros, tono muscular normal o aumentado, contacto pobre, con­ vulsiones y reflejos osteotendinosos profundos vi­ vos se consideró indicativa de hipotonía central. La debilidad muscular, ausencia de movimientos anti­ gravitatorios de los miembros, hipotonía global, contacto conservado y reflejos osteotendinosos po­ bres o ausentes se consideraron indicativos de hi­ potonía periférica. Una vez obtenidos los diagnósticos definitivos, se clasificaron en dos grupos: el grupo de patología central, que incluye lesiones o malformaciones del sistema nervioso central (SNC), cromosomopatías y enfermedades metabólicas; y el grupo de patolo­ gía periférica, que incluye todas las enfermedades que afectan a la unidad motora (asta anterior, ner­ vio periférico, unión neuromuscular y músculo). Los casos de hipotonía mixta (central y periférica) se www.neurologia.com Rev Neurol 2013; 56 (2): 72-78 Tabla I. Características de la población. Total (n = 21) Hipotonía central (n = 17) Hipotonía periférica (n = 4) Niño 11 9 2 Niña 10 8 2 Movimientos fetales disminuidos 1 1 0 Polihidramnios 3 3 0 Crecimiento intrauterino retrasado 2 2 0 Parto vaginal 8 8 0 Cesárea 13 9 4 Líquido teñido 2 2 0 Reanimación 6 6 0 Sexo Historia prenatal Historia perinatal Edad gestacional (media ± DE) Peso (media ± DE) Historia posnatal 39 ± 1,6 semanas 39 ± 1,7 semanas 38 ± 1,7 semanas 2.909 ± 591 g 2.793 ± 592 g 3.222 ± 522 g Distrés respiratorio inicial 8 5 3 Dificultades de alimentación 10 8 2 Intubación/Ventilación mecánica 3 2 1 Convulsiones 3 3 0 Fallecimiento 7 6 1 DE: desviación estándar. han clasificado en uno de los dos grupos principa­ les atendiendo a la afectación predominante. Resultados El número de recién nacidos vivos en el período que va de enero de 1996 a diciembre de 2008 en el Hospital Sant Joan de Déu fue de 48.967. Tras una búsqueda inicial por diagnósticos, se identificaron 73 recién nacidos hipotónicos (0,15% del total de recién nacidos); de éstos, finalmente 21 (28,7%) cumplieron los criterios de inclusión. Se excluyeron 52 pacientes (69,9%). Los diagnósticos de los recién nacidos excluidos fueron los siguientes: 22 prema­ turos (< 37 semanas de edad gestacional), siete hi­ potonías transitorias, cinco cardiopatías congéni­ 73 E. Jiménez, et al Tabla II. Tipos de hipotonía, diagnósticos y número de casos (n = 21). Cromosomopatías/genéticas Síndrome de Prader-Willi 5 Trisomía parcial del 15q 1 Síndrome de Beckwith-Wiedemann 1 Síndrome de Joubert 1 Enfermedades metabólicas Hipotonía central (n = 17; 81%) Hipotonía periférica (n = 4; 19%) 8 (47%) 5 (29,4%) Hiperglicinemia no cetósica 1 Síndrome de Lowe 1 Defecto de la biogénesis peroxisomal 1 Déficit de la coenzima Q10 1 Sospecha de metabolopatía (no confirmada) 1 Malformaciones del sistema nervioso central 4 (33,4%) Síndrome malformativo + epilepsia 1 Síndrome malformativo 1 Síndrome dismórfico + retraso 1 Síndrome de Carey-Fineman-Ziter 1 Distrofia miotónica 1 Miastenia congénita (déficit de rapsina) 1 Distrofia neuroaxonal no filiada 1 Enfermedad neuromuscular no filiada 1 tas, cuatro encefalopatías hipóxico-isquémicas, dos sepsis precoces, una fractura de clavícula, una trom­ bopenia hereditaria congénita, una aspiración meco­ nial, una tubulopatía no filiada y un neonato en el que no se confirmó la hipotonía. También se exclu­ yeron siete recién nacidos en los que no se hizo el diagnóstico durante el ingreso en la unidad neona­ tal y que no siguieron los controles. Las características demográficas y de la historia clínica se resumen en la tabla I. La distribución por sexos fue similar en ambos grupos. Con respecto a las alteraciones durante el embarazo, se constata­ ron en varios casos de hipotonía central (crecimien­ to intrauterino retrasado en un paciente con un síndrome malformativo del SNC sin filiar, un pa­ ciente con síndrome de Lowe y otro con un síndro­ me de Prader-Willi, movimientos fetales disminui­ 74 dos y polihidramnios en un paciente con síndrome de Prader-Willi, y polihidramnios leve en otro con síndrome de Carey-Fineman-Ziter). En el caso de las hipotonías periféricas, no se constataron altera­ ciones durante la gestación. En lo que respecta al parto en el grupo de patología central (n = 17), ocho fueron eutócicos y nueve mediante cesárea (en la mayoría de los casos por registro fetal patológico o presentación podálica). En todos los casos de pato­ logía periférica, la gestación finalizó mediante cesá­ rea. La reanimación en paritorio (ventilación con presión positiva e intubación en algunos casos) fue necesaria en seis pacientes del grupo de patología central. En el grupo de patología periférica no se precisaron medidas de reanimación en paritorio. La mayoría de los pacientes del grupo de patología periférica presentó distrés respiratorio inicial, y di­ ficultades de succión y alimentación. Uno de ellos necesitó ventilación mecánica durante 11 días (sín­ drome miasténico congénito por déficit de rapsina). En el grupo de patología central, presentaron ini­ cialmente dificultades de alimentación y succión un paciente con síndrome de Prader-Willi, otro con síndrome de Beckwith-Wiedemann y un neonato con un síndrome malformativo del SNC sin filiar. Precisaron intubación y ventilación mecánica pro­ longada el paciente con síndrome de Carey-Fine­ man-Ziter y una sospecha de metabolopatía no fi­ liada. Dentro del grupo de patología central, presen­ taron convulsiones tres pacientes, el paciente con defecto de la biogénesis peroxisomal, una sospecha de metabolopatía no filiada y el neonato con síndro­ me de Beckwith-Wiedemann por hipoglucemia. Nin­ guno de los pacientes del grupo de patología perifé­ rica presentó convulsiones. De los 21 pacientes que cumplieron los criterios de inclusión, 17 (81%) fueron clasificados como hi­ potonías centrales y 4 (19%) se clasificaron como hipotonías periféricas. Dentro de los 17 casos de hipotonías centrales, 8 (47%) presentaron alteracio­ nes cromosómicas o trastornos genéticos, 5 (29,4%) enfermedades metabólicas y 4 (23,5%) malforma­ ciones del SNC. Dentro de las hipotonías periféri­ cas, se diagnosticaron un paciente con miastenia congénita por déficit de rapsina y otro con distrofia miotónica. Dos pacientes con sospecha de enfer­ medad neuromuscular permanecen sin diagnóstico (Tabla II). En lo que respecta a la exploración inicial, junto con la hipotonía, el hallazgo más frecuente fue la hi­ poactividad (presente en todos los casos). La hipo­ mimia facial se objetivó en todos los neonatos con patología de origen periférico y en algunos casos de patología central (síndrome de Prader-Willi y sín­ www.neurologia.com Rev Neurol 2013; 56 (2): 72-78 Hipotonía en el período neonatal dromes malformativos del SNC sin filiar). En todos los casos de patología periférica, los reflejos osteo­ tendinosos estuvieron ausentes o fueron débiles. La presencia de dismorfia facial se encontró tanto en patología central como periférica, siendo poco orien­ tativa, salvo en los síndromes bien definidos. Con respecto a las pruebas complementarias, existe una gran variabilidad en los exámenes reali­ zados. Las técnicas de neuroimagen (ecografía y re­ sonancia magnética cerebral) se realizaron en todos los pacientes, siendo decisivas para el diagnóstico de malformaciones del SNC, hemorragias y en la confirmación de la sospecha clínica de encefalopa­ tías hipóxico-isquémicas. El electroencefalograma contribuyó al diagnóstico de algunas enfermedades metabólicas (hiperglicinemia no cetósica). Se reali­ zó cariotipo en 15 pacientes, siendo definitivo para el diagnóstico en un solo paciente (trisomía parcial del 15q). Se realizaron estudios de ADN en 14 pa­ cientes y fueron decisivos para el diagnóstico en ocho de ellos (cinco pacientes con síndrome de Prader-Willi, un paciente con distrofia miotónica, un paciente con síndrome de Lowe y un paciente con síndrome de Beckwith-Wiedemann). Se hicie­ ron estudios metabólicos en todos los pacientes in­ cluidos en el estudio (básicamente la determinación en la sangre de lactato, amonio y aminoácidos, áci­ dos orgánicos en la orina, aminoácidos en el líquido cefalorraquídeo y en casos seleccionados la deter­ minación de ácidos grasos de cadena muy larga en la sangre), contribuyendo al diagnóstico final en cuatro casos (un paciente con hiperglicinemia no cetósica, otro con síndrome de Lowe, un defecto de la biogénesis peroxisomal y un paciente con defecto de la coenzima Q10). El cribado metabólico básico siempre fue normal en los casos de hipotonía aisla­ da. Se practicaron estudios neurofisiológicos (elec­ tromiografía y velocidad de conducción) en 16 pa­ cientes, contribuyendo al diagnóstico en cinco ca­ sos (un paciente con distrofia miotónica, otro con síndrome miasténico congénito por déficit de rap­ sina, dos pacientes con sospecha de enfermedad neuromuscular y otro con un defecto de la biogéne­ sis peroxisomal con neuropatía motora y sensitiva desmielinizante). La biopsia muscular se realizó en tres pacientes, ayudando al diagnóstico final en uno de ellos (defecto de la coenzima Q10). La edad al diagnóstico y la evolución neurológi­ ca a los dos años se muestran en la tabla III. En la mayoría de los casos, el diagnóstico se realizó pre­ cozmente, incluso durante el período neonatal. En algunos pacientes (síndrome de Prader-Willi) se de­ moraron los resultados por la tardanza de los análi­ sis de biología molecular. La evolución neurológica www.neurologia.com Rev Neurol 2013; 56 (2): 72-78 a los dos años fue más grave en los pacientes con enfermedades metabólicas, presentando en la ma­ yoría de los casos una discapacidad motora grave (déficit motor persistente, sin conseguir la deambu­ lación o consiguiéndola con ayuda), y un defecto cognitivo y de lenguaje importantes. En la mayoría de las cromosomopatías, el retraso motor fue leve (déficit motor persistente leve, consiguiendo la deambulación con ayuda) y también existió en al­ gunos cierto grado de retraso cognitivo y del len­ guaje. Fallecieron siete pacientes, seis con patología de etiología central y uno con patología periférica. En cuatro de ellos, la muerte se produjo durante el período neonatal (primeros 28 días de vida). En el grupo de patología central fallecieron un paciente con síndrome de Carey-Fineman-Ziter a los 21 días, un neonato con hiperglicinemia no cetósica a los 9 días, otro con un defecto de la biogénesis peroxiso­ mal a los 12 meses, otro con un defecto del coenzi­ ma Q10 a los 3 años, una sospecha de metabolopatía no confirmada a las 48 horas y un paciente con un síndrome malformativo del SNC sin filiar a los 3 años. En el grupo de patología periférica falleció un pa­ ciente con sospecha de enfermedad neuromuscular a los 10 días. Discusión La investigación de la hipotonía neonatal con fre­ cuencia se aborda desde un punto de vista teórico. Existen pocos estudios publicados que incluyan se­ ries largas de pacientes y la mayoría son anteriores a la disponibilidad de las técnicas de análisis genéti­ co y molecular [4-6]. Algunos estudios están sesga­ dos por un reclutamiento de pacientes específico, por ejemplo, limitado a unidades de cuidados in­ tensivos [7], o basados en subgrupos determinados, como enfermedades neuromusculares [8-12] o tras­ tornos metabólicos o genéticos [1]. Este trabajo, pese a las importantes limitaciones derivadas del estudio retrospectivo, trata de anali­ zar de forma sistemática el proceso de evaluación e investigación del recién nacido hipotónico en un hospital de tercer nivel en la era de los avances en las técnicas de genética molecular. Nuestros resultados confirman el predominio de causas centrales de hipotonía neonatal sobre las causas periféricas (81% frente a 19%, respectiva­ mente), similar a los porcentajes descritos en estu­ dios recientes [1,6]. Dentro del grupo de patología central, el síndrome de Prader-Willi y otras cromo­ somopatías ocupan el primer lugar (47%), seguidos, en segundo lugar, por las enfermedades metabóli­ 75 E. Jiménez, et al Tabla III. Edad al diagnóstico y evolución neurológica a los dos años. Edad al diagnóstico Evolución neurológica a los dos años Fallecimiento Síndrome de Prader-Willi 18 meses Deambulación con apoyo, torpeza motora. Lenguaje expresivo pobre, buena comprensión – Síndrome de Prader-Willi 4 meses Marcha a los 18 meses, torpeza motora. Lenguaje aceptable – Síndrome de Prader-Willi Período neonatal Bipedestación con apoyo, no deambulación. Lenguaje pobre – Síndrome de Prader-Willi Período neonatal Sin seguimiento – Síndrome de Prader-Willi 2,5 meses Deambulación con apoyo, torpeza motora. Lenguaje expresivo pobre, comprensión aceptable – Trisomía parcial del 15q 6 meses Desarrollo motor y cognitivo normal – Síndrome de Beckwith-Wiedemann 6 meses Desarrollo motor y cognitivo normal – Síndrome de Joubert 1,5 meses Sedestación y bipedestación con apoyo, sin deambulación. Lenguaje pobre – Hipotonía central Hiperglicinemia no cetósica 2 días – Síndrome de Lowe 2 años Sedestación y bipedestación con apoyo, sin deambulación. Déficit cognitivo moderado Defecto de la biogénesis peroxisomal Déficit de la coenzima Q10 Post mortem – 1 año Tetraparesia distónica 3 años y 4 meses Sin diagnóstico – Síndrome malformativo y epilepsia Sin diagnóstico Tetraparesia espástico-distónica Síndrome malformativo Sin diagnóstico Deambulación con apoyo. Retraso del lenguaje 3 años y 11 meses Síndrome dismórfico y retraso Sin diagnóstico Deambulación con apoyo. Retraso del lenguaje – Período neonatal 48 horas – – 21 días 1 mes Marcha a los 16 meses. Debilidad al levantarse. Déficit cognitivo leve y dificultades de lenguaje – Período neonatal Desarrollo motor normal, ptosis al final del día. Desarrollo cognitivo y del lenguaje normal – Sospecha de distrofia neuroaxonal Sin diagnóstico Sedestación, sin bipedestación ni deambulación. Debilidad importante. Retraso del lenguaje – Sospecha de enfermedad neuromuscular Sin diagnóstico – Distrofia miotónica Síndrome miasténico congénito por déficit de rapsina cas (29,4%) y malformaciones del SNC (23,5%). Es­ tos porcentajes también son similares a los encon­ trados en otros estudios [6,13], salvo en el caso de las enfermedades metabólicas, que parecen diag­ nosticarse con más frecuencia en nuestra serie. Pen­ samos que el importante desarrollo en el campo de 76 – Sospecha de metabolopatía Síndrome de Carey-Fineman-Ziter Hipotonía periférica Período neonatal 9 días 10 días las enfermedades metabólicas que ha tenido lugar en nuestro centro puede explicar el mayor porcen­ taje de diagnósticos de esta patología. El escaso nú­ mero de pacientes con causas periféricas de hipoto­ nía (cuatro pacientes en nuestra serie) representa una limitación para extraer conclusiones certeras www.neurologia.com Rev Neurol 2013; 56 (2): 72-78 Hipotonía en el período neonatal acerca de la frecuencia relativa de las patologías de este grupo. En la mayoría de los trabajos que inclu­ yen series largas de recién nacidos, las patologías periféricas más frecuentemente encontradas son la atrofia muscular espinal infantil y las miopatías con­ génitas [4,6,13]. La anamnesis detallada y la exploración física son de vital importancia para orientar el diagnósti­ co y la solicitud de pruebas complementarias. La ausencia de movimientos antigravitatorios de los miembros y reflejos osteotendinosos ausentes o dis­ minuidos son muy sugestivos de patología periféri­ ca, así como la necesidad de intubación, alimenta­ ción con sonda nasogástrica y ventilación mecánica durante más de cinco días [6,14]. Ante la sospecha de patología de origen periféri­ co, debe recomendarse la realización de estudios neurofisiológicos. A pesar de la disponibilidad ac­ tual de los estudios genéticos y moleculares para muchas de estas patologías, la electromiografía y la velocidad de conducción continúan siendo muy im­ portantes para orientar los diagnósticos diferencia­ les. No se deben olvidar las dificultades en su reali­ zación e interpretación en los recién nacidos, sien­ do necesario personal entrenado. Una excepción podría ser la distrofia miotónica. Todos los pacien­ tes con esta patología de herencia autosómica do­ minante tienen una madre o excepcionalmente el padre afectos, por lo que esta entidad puede ser rá­ pidamente diagnosticada clínicamente. La confirma­ ción diagnóstica vendrá dada por tests específicos que detectan la expansión del triplete CTG [6]. Cuando los hallazgos electromiográficos sugie­ ren la presencia de una miopatía, el paso siguiente es la realización de una biopsia de músculo y ner­ vio. La realización de una biopsia muscular se reco­ mienda en neonatos con debilidad sin evidencia neurofisiológica de afectación del asta anterior, ner­ vio o unión neuromuscular, incluso cuando la elec­ tromiografía de aguja es normal. Debido a la alta frecuencia del síndrome de Prader-Willi, es aconse­ jable descartar previamente esta patología en todo neonato con hipotonía profunda en el que los estu­ dios neurofisiológicos han sido normales, antes de realizar una biopsia muscular u otras exploraciones agresivas [1,6]. Los estudios de neuroimagen permitirán detec­ tar la presencia de malformaciones, lesiones cere­ brales o cerebelosas. En nuestro trabajo se solicitaron estudios meta­ bólicos en la mayoría de los pacientes; sin embargo, tan sólo en cuatro de ellos contribuyeron al diag­ nóstico. En todos estos casos, igual que en el resto de las series publicadas [4,6,7,13,15], los pacientes www.neurologia.com Rev Neurol 2013; 56 (2): 72-78 no presentaban solamente hipotonía, sino afectación sistémica. Por tanto, parece razonable solicitar estos estudios en casos seleccionados de hipotonía acom­ pañada de afectación de otros órganos y sistemas. El perfil diagnóstico de los neonatos que presen­ tan hipotonía durante el período neonatal es muy diverso, y encontrar la etiología en ocasiones puede ser un verdadero reto. La historia clínica y la explo­ ración física siguen siendo pilares fundamentales en la aproximación diagnóstica y permiten la selec­ ción orientada de pruebas complementarias. La importancia del diagnóstico rápido y fiable radica en iniciar precozmente un tratamiento en las enfermedades tratables, establecer un pronóstico, ofrecer consejo genético y realizar un diagnóstico prenatal en casos seleccionados. Las causas centrales de hipotonía siguen siendo las más prevalentes en el período neonatal. Las cau­ sas periféricas son menos frecuentes y de pronósti­ co más grave. Los avances en genética y biología molecular en la última década (sobre todo, el mejor conocimiento de las proteínas de la fibra muscular) han permitido el diagnóstico genético específico y molecular de numerosas enfermedades neuromus­ culares. La comprensión de las bases genéticas, neuroló­ gicas y metabólicas en esta entidad está alcanzando altos niveles de complejidad, que justifican la nece­ sidad de un abordaje multidisciplinar (neonatólo­ gos, neurólogos, genetistas, especialistas en enfer­ medades neuromusculares y metabólicas), tanto en la aproximación diagnóstica como en las interven­ ciones terapéuticas. Bibliografía 1. Prasad AN, Prasad C. Genetic evaluation of the floppy infant. Semin Fetal Neonatal Med 2011; 16: 99-108. 2. Prasad AN, Prasad C. 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Information collected referred to family history, data related with the pregnancy and childbirth, clinical features and complementary tests. Results. A total of 73 hypotonic newborn infants were identified, 21 (28.7%) of whom met eligibility criteria. The majority, 81% (n = 17), were classified as central hypotonias and the remaining 19% (n = 4) were graded as peripheral hypotonias. In the first group, 47% (n = 8) presented chromosomal disorders, 29.4% (n = 5) had metabolic diseases and 23.5% (n = 4) displayed malformations of the central nervous system. Conclusions. The central causes of hypotonia continue to be the most prevalent in the neonatal period and, within these, chromosomal disorders are the most frequent. Peripheral causes are less common and have a more severe prognosis. Advances in molecular genetics have allowed many neuromuscular diseases to be diagnosed both genetically and at the molecular level. The diversity and complexity of the pathologies justifies a multidisciplinary approach being taken to treat these newborn infants. Key words. Central hypotonia. Chromosomal disorders. Genetics. Molecular biology. Neonatal hypotonia. Peripheral hypotonia. 78 www.neurologia.com Rev Neurol 2013; 56 (2): 72-78