2. Planteamiento del problema La población estudiantil, ha dado pie a un amplio campo de estudio, donde, por lo general, se ha buscado determinar, los aspectos comunes y más generales de éstos grupos particulares, ya sea en educación básica, media o superior; la idea de estudiar éstos perfiles generalmente ha sido conocer a la población con la que se trabaja y, por lo regular, intentan dar respuesta a la pregunta: quiénes son los alumnos. La mayor parte de estas investigaciones incluyen: características personales, antecedentes académicos, características sociofamiliares y socioeconómicas, motivadores para estudiar o para elegir una carrera, intereses, inclinaciones e influencias en la decisión, condiciones de estudio, hábitos de estudio, percepciones y opiniones en torno a la escuela, actividades culturales y recreativas, expectativas académicas y laborales. Uno de los estudios más completos sobre estudiantes universitarios, es el aportado por De Garay (2001), donde, se propone conocer quienes son y qué hacen los estudiantes en su transe por la educación superior, tanto dentro como fuera del espacio universitario. Para ello, elaboró un estudio a nivel nacional sobre las principales características y prácticas sociales que tienen éstos sujetos, tanto en su carácter de estudiantes como de jóvenes pertenecientes a universos culturales más amplios. Se aplicó una encuesta a una muestra integrada por nueve mil 811 estudiantes de 24 instituciones. Con el fin de analizar las diferencias regionales e institucionales, a ésta investigación se integraron jóvenes de ocho ciudades de México, se abarcaron tres tipos de instituciones: universidades públicas, tecnológicos públicos e instituciones privadas. El área de estudio en las que se clasificaron los programas, a partir de los cuales se construyó la muestra, fueron: ciencias agropecuarias, de la salud, naturales y exactas; educación y humanidades; ingeniería y tecnología; ciencias sociales y administrativas. La encuesta se basó en diez dimensiones que abarcan el origen y la situación social de los jóvenes, sus condiciones y hábitos de estudio, la elección de la carrera, sus perspectivas futuras, percepciones acerca de los docentes y de la infraestructura institucional y las prácticas de consumo cultural. El estudio de De Garay muestra que casi el 90% de los estudiantes tienen una edad promedio de entre 17 y 24 años, la mayoría son solteros y sin hijos; sin embargo, 14.6% tienen dependientes económicos, 31.8% del total trabaja y sólo un poco más de la mitad (53.6%) realiza trabajos relacionados con la carrera. Se estima que el 85% cuenta con condiciones suficientes para estudiar, además de que la mayoría considera que cuenta con el apoyo valorativo de sus familias para que realicen sus estudios. La escolaridad de sus padres es baja, ya que sólo el 37.4% consiguieron cursar parcialmente licenciatura, concluirla o realizar un postgrado. La percepción de los estudiantes es que la formación profesional que están adquiriendo en sus respectivas instituciones les permitirá contar con una posición social y un prestigio superior al de sus padres. A pesar de estas similitudes, el autor insiste en que no todos los estudiantes son iguales, ya que tienen condiciones materiales muy diversas, familias con capital cultural muy dispar y que cuentan con apoyos distintos para su proceso de formación. De ésta manera, al menos en México, no hay solo un tipo de estudiantes, ni un modelo único y acartonado, pues se trata de un sector altamente complejo y heterogéneo (De Garay, 2001). Por otro lado, existen estudios que han centrado esfuerzos en investigar cuestiones relativas a calidad de vida (Velázquez, Lugo y Mireille, 1999), autoestima (Durand, 2002), valores (Gutiérrez, 1993), asertividad (Flores y Díaz Loving, 1995), entre otros; estas investigaciones, generalmente tienen como objetivo observar la relación existente entre tales indicadores y el rendimiento académico, buscando con esto, la mejora de programas y planes académicos, acordes a las necesidades de los estudiantes. Un ejemplo de éste tipo de trabajos, es el presentado por Navarrete (1999) donde analizó las dimensiones psicoafectivas que, al encontrarse alteradas, representaban un problema para los estudiantes. Dichas dimensiones son las de personalidad, inteligencia y ansiedad, mismas que fueron evaluadas con alumnos del primer año de programas de maestría en educación superior de dos universidades. Se encontró que en cuanto a inteligencia no existen diferencias significativas entre las instituciones, y se advirtió que en el área de comprensión verbal había un rendimiento pobre en ambos grupos, sin embargo, existía más ansiedad en los alumnos de una de las instituciones, y un más bajo rendimiento. El autor señala que es posible que el bajo rendimiento tenga razón en la ansiedad que los alumnos experimentan. Como personas pertenecientes a una sociedad, los universitarios adquieren valores a través de su desarrollo y educación, en éste contexto, Herrera (2001) construye un perfil de valores en los estudiantes de primer ingreso a la carrera de economía de la UNAM (2001-2004), a través de un cuestionario que contenía los 35 valores más importantes en cuatro regiones del mundo, en el que se les preguntó cuáles son los valores actuales en México y cuáles serían en los próximos diez años. Este equipo encontró que el mas importante en el momento actual es la familia ya que 73.23 % lo ubicaron dentro de los primeros cinco lugares y en relación con el futuro, ese valor obtuvo también el primer lugar; otros que fueron mencionados respecto del presente y el futuro fueron: educación, salud, libertad y desarrollo personal. Como se señaló anteriormente, la diversidad en éstos grupos poblacionales, frecuentemente no permite una clara visualización de este universo de estudio, sin embargo, el contexto social donde se desenvuelve cada población universitaria frecuentemente permite brindar un panorama mas claro en relación a sus estilos de vida, por éste motivo, resulta de suma importancia señalar las características básicas y más primordiales de los sujetos que se abordarán en éste estudio, así como de la institución donde actualmente se encuentran en formación. 2.1 Actividades generales de los estudiantes en Paraiba La Universidad Federal de Paraíba, se presenta como un centro de estudios superiores, del sector publico en el estado de Paraíba, Brasil, en esta institución existe una gran variedad de carreras, donde los sujetos pertenecientes a la clase media, reciben formación profesional, en áreas que van desde las ciencias sociales a ciencias exactas, comprendiendo también, educación y salud. La Institución esta compuesta por cuatro divisiones regionales, ubicadas en Bananeiras, Areia, Río Tinto, y la unidad central en João Pesoa, capital del estado y lugar donde se realizó el presente estudio. Bajo éste contexto, se obtiene una muestra de 1243 sujetos, los cuales son alumnos activos de la institución, divididos en muestras representativas por centro de estudios. Al aplicar la “Encuesta de bienestar subjetivo para alumnos universitarios” (Diener), se levantaron también, algunos datos relacionados con los características atributivas, estilos de vida y actividades realizadas por éstos sujetos, de los cuales se obtuvieron los siguientes resultados. Se encontró que de la muestra el 53.4% son mujeres y el 46.5% son hombres, distribuidos entre los 18 y 26 años de edad. La mayor parte de los estudiantes de la Universidad Federal de Paraíba, Brasil que respondieron la encuesta (87.9%), se encuentran al momento del estudio sin pareja, el 60.4% viven con sus familiares, y un 28.1% con sus amigos. Sus ingresos son bajos, puesto que el 53.2 % de los sujetos que respondieron ésta cuestión señalaron que obtienen menos de un salario mínimo de ingreso en su trabajo, mientras que de sus padres, la mayor parte (35.9%) obtiene una cantidad menor a 50 dólares al mes. Con respecto a sus actividades escolares, poco más de la mitad (64 %), señalan que cuentan con un espacio especialmente diseñado para el estudio, donde aproximadamente el 55% de los sujetos cuentan con computadora en casa y el 49% cuentan con servicio de internet, además, la mayor parte de ellos (70 %) reporta estudiar menos de 20 horas por semana, mientras que el 27.6% señala dedicar al estudio entre 20 y 40 horas semanales. Por último y en relación a las actividades extraescolares, es decir, aquellas que les ocupan más de 10 horas semanales no referidas a su formación profesional, la proporción de jóvenes que respondió estas cuestiones señalan que la mayor parte (21 %) se dedican principalmente a actividades de tipo laboral, seguidas por actividades de tipo artísticas (18 %) y deportivas (15 %). 2.2 Problema En los trabajos realizados a fin de conocer quienes son los estudiantes, se han hecho pocos esfuerzos en responder preguntas relativas a la felicidad de éstos individuos, debido principalmente a que éstos persiguen objetivos relacionados con el conocimientos de características objetivas en las poblaciones estudiadas, además, pocos esfuerzos se han hecho en el reconocimiento de la individualidad de los universitarios, sin embargo, buscar respuesta a interrogantes como ¿qué hace felices a los universitarios? O bien ¿qué factores determinan su felicidad?, preguntarnos si los valores determinan en alguna medida la felicidad de éstos y cuáles son los valores requeridos, no olvidando, las variables de personalidad y culturales en la búsqueda de las respuestas, nos ayudará a tener un panorama más amplio de ésta población particular. Además, se conocerán, las necesidades individuales y sociales de los mismos, lo que resulta necesario principalmente, porque la gran mayoría de los estudiantes universitarios consideran como muy importante la felicidad y la satisfacción con la vida, incluso, por encima del dinero (Diener y Oishi, 2004). Con motivo de lo expresado anteriormente, el presente estudio tiene como objetivo general describir y contrastar la distribución de Bienestar Subjetivo y sus correlatos de personalidad y culturales entre un grupo particular, estudiantes de la Universidad Federal de Paraíba, Brasil. En éste trabajo se pretende corroborar las siguientes hipótesis: • A niveles altos de satisfacción global con la vida y afecto positivo es mayor el grado en expresión de emociones, percepción de la felicidad, en la atención que se presta a los sentimientos, así como en la búsqueda que se hace de felicidad y valores. • A niveles altos de satisfacción con la vida se observa mayor percepción de felicidad. • A niveles altos de satisfacción con la vida, las personas prestan más atención a sus sentimientos. • El sexo, el área de disciplina y la edad presentan medias por grupo con diferencias significativas para los componentes del bienestar subjetivo.