Resumen 10a reunión 7 / 6 /15

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Café Sócrates
Resumen de la reunión del 7 de junio 2015
Tema: “¿por qué surge el enfado?” ha sido votado por la mayoría de los participantes
El enfado supone una negación de la realidad, que no nos gusta y nos hiere. Nos duele como un
golpe y reaccionamos con rabia y con agresividad -si podemos, hacia fuera, y si no podemos
exteriorizarla, hacia dentro. En cualquier caso, siempre que nos enfadamos algo se altera dentro y
reaccionamos atacando en una actitud de defensa. El problema es que esa supuesta defensa, contra
quien primero arremete es contra nosotros mismos, ya que se trata de una emoción con incidencia
directa en nuestro estado físico y mental. Como el odio, el enfado es "como una piedra ardiendo que
a quien primero quema es a quien la lanza".
Pero: ¿por qué surge el enfado?
Sobre este tema queremos hablar hoy
Tiene el enfado una predisposición que llevamos en nuestro ser, porque “fastidia” que otra persona
piense distinto?
Cuándo surge un enfrentamiento no existe la calma, la tranquilidad y entonces surge también el
enfado, porque una va predispuesto a ese enfrentamiento, suponiendo que “las cosas no van a salir
como uno quiere.”
El enfado surge por el Ego que no tolera otra opinión – la intolerancia.
El enfado puede surgir como amenaza. Me enfado para obtener lo que quiero. Se puede generar
desde la infancia.
Puede surgir de las normas, por invadir cierto espacio, por no poder aceptar las normas. Es una
forma de reaccionar.
Se puede recoger dentro del termino “frustración” por aparecer como yo no lo esperaba, o como yo
no lo quería. A raíz de la frustración proyecto ese enfado.
El enfado es “algo” natural – tampoco es tan malo...pero continuadamente provoca enfermedad.
Surge también del apego.
Es la incapacidad de retirarse a tiempo ante un problema. Es decir la incapacidad de tomar la
decisión de “retiro”.
Es la incapacidad de respirar correctamente, entonces sube la adrenalina. Si respirásemos bien, no
subiría la adrenalina y no nos enfadaríamos.
A menudo nos enfadamos por querer llevar la razón. Si no tenemos una cierta resistencia física y
emocional, acabamos enfadados.
¿Le damos mucho valor a “tener la razón?” Ya que estamos aparentemente dispuestos a pagarlo con
emociones frustrantes, como el enfado, el odio...
Podríamos deducir que: “quien respira bien, no necesita tener la razón...?” O: “quien respira bien no
considera importante tener la razón y por eso no se enfada...”
Anticipando el enfado podemos “controlar” las emociones, aunque el “otro” esté explotando...
Nos enfadamos porque nos importan las cosas – pero lo que nos realmente importa podría ser tener
la razón.
Existen diferentes formas de enfado, dependiendo de las circunstancias. Pero deberíamos hablar de
una misma causa del enfado “circunstancial?” La denominamos “circunstancias” o podríamos
llamarlas “expectativas” que no se cumplen? Esto causa una alteración emocional (y seguramente
también fisiológica) que causa el enfado.
Cambiar el punto de vista podría ayudar a controlar mejor esa emoción.
A veces nos enfadamos por esperar de los demás algo que en realidad no me doy cuenta que yo
mismo lo tendría que hacer.
Inicialmente podemos sentirnos enfadados por que nos controlan e invaden nuestro espacio, pero
cuando vemos que no hay alternativa, cedemos y aceptamos este control y esta invasión para no
seguir con esa emoción negativa del enfado. Entonces puede que tengamos una mejor sensación
porque algo se nos quitó de encima.
A menudo, mirando hacia atrás y recordando el enfado nos damos cuenta de la propia estupidez y
del falso comportamiento en ese momento que surgió el enfado.
Cuando nos sentimos equilibrados no nos enfadamos tan rápido como cuando estamos
desequilibrados. Tenemos más distancia hacia el “problema”.
¿Existen diferentes tipos de enfado, por ejemplo entre hombres y mujeres, o incluso entre las
diferentes culturas?
Mucho más es la misma causa que nos hace enfadar y esto se podría interpretar con la perdida o
falta de conexión con tu “esencia”.
Es una perdida de energía. El enfado te desconecta de ti misma. Es más una programación que
tenemos desde la infancia.
Nos sentimos heridos por el Ego y comenzamos a “subir escalones” hasta que perdemos el control
porque se va acumulando esa emoción negativa.
Sí se puede decir que hay diferencias entre las culturas. Los occidentales tienen cierto “manco” a la
hora de vivir el momento o vivir el día a día.
¿Nos enfadamos porque queremos ser perfectos y no conseguimos serlo? Cuando tenemos
expectativas altas que no logramos alcanzar.
Todo lo que criticamos en los demás es porque lo llevamos dentro de nosotros mismos. Por eso lo
reconocemos. Si no lo llevasemos dentro, no lo reconoceríamos.
¿Existe una diferencia entre enfadarse con uno mismo o con otra persona? Es más difícil perdonarse
a si mismo que a los demás. ¿Puede que dependa de lo perfeccionistas que somos?
¿Cual es la definición del enfado?
Es la falta de: felicidad, de tolerancia, de serenidad, de aceptación, de comprensión, de empatía, la
falta de oportunidad de crecer, la falta de conexión con sigo mismo.
¿Es el enfado tal vez un instinto?
¿Nos solemos enfadar incluso por amor? ¿Puede el amor causar la emoción del enfado?
Desde que nacemos debemos comprender la enseñanza par ir perfeccionando y ganando experiencia
para saber como tratar esa emoción. Debemos preguntarnos de qué sirve el enfado. Cada día que
nos enfadamos nos sentimos peor. Debemos ir avanzando para llegar a un punto en el que no nos
enfadamos por nada. Es decir encontrar la armonía entre el corazón y la mente. Es el auto-control
que surge a base de la experiencia.
Debemos desarrollar la consciencia para sentir cada momento – establecer el equilibrio entre la
mente y el corazón. Son diferentes niveles energéticos que son incluso estimulados por la nutrición
que tenemos, que puede afectar a los órganos, como por ejemplo el hígado. De ahí surge la
predisposición para el enfado.
El proceso del encontrar el equilibrio es un proceso de eliminación de “basura mental”.
El enfado puede ser considerado “positivo” cuando sirve como “motor” que inicia una acción para
mejorar las cosas.
Pero cuidado, porque el enfado puede contaminar mucho el campo energético. Descargamos una
cierta energía que crea circunstancias adversas a nuestro deseo de equilibrio.
El campo energético con todas sus exigencias es muy delicado y a medida que vamos aprendiendo y
creciendo aumenta la exigencia en todos los campos. Posiblemente debemos ser más conscientes de
este mecanismo y aprender a desarrollar la paciencia con nosotros mismos y con los demás.
Gracias por un debate muy interesante, con muchas enseñanzas enriquecedoras, la contribución de
cada uno para poder tener y disfrutar de esta ronda de debate filosófico.
Próximo circulo de Café Sócrates será el domingo, 5 de julio 2015.
Con un cordial saludo
José A. Díaz
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