orientaciones generales sobre la evaluación de las competencias

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ORIENTACIONES GENERALES
SOBRE LA EVALUACIÓN DE LAS
COMPETENCIAS
1. ¿QUÉ EVALUAR?
Una competencia no es algo que exista en sí misma como un hecho o un dato. Lo que existen son
personas más o menos competentes. Por lo que lo que el enfoque que hemos de tener a la hora de
evaluar las competencias es supervisar cómo cada alumno o alumna las va adquiriendo.
Esto supone una evaluación individualizada, haciendo un seguimiento del desempeño en cada una
de estos aspectos y su evolución al respecto. Por ello, en cuanto a las competencias hemos de hablar
de la evaluación en el sentido de “valoración” y no tanto de “calificación”.
Al evaluar las competencias básicas evaluaremos principalmente la forma en que nuestros alumnos y
alumnas aplican el conocimiento y realizan tareas y resuelven situaciones, así como su capacidad
de autorregularse.
2. ¿QUIÉN LAS PUEDE EVALUAR?
El principal responsable de valorar el grado de adquisición de competencias es el equipo docente,
ya que para tener una visión real del nivel de competencia de los alumnos es necesaria una evaluación global, que se tenga en cuenta cómo se desenvuelve en todas las áreas, materias y momentos
de la vida escolar.
Además, hemos de tener en cuenta que uno de los principales factores que nos indica la adquisición
de una competencia es la transferencia o aplicación a situaciones diferentes y nuevas. Una buena evaluación de las competencias se realiza cuando se plantea una actividad en otra asignatura diferente
a la que se ha practicado. Esto requiere una coordinación docente.
Cada docente evalúa, recopilando evidencias dentro de su área o materia y los momentos que comparte con el alumnado y valorándolas.
Para la evaluación de competencias adquiere especial protagonismo el alumnado.
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En primer lugar, cada alumno o alumna, pues lo que hace a las personas más competentes es la
capacidad de detectar errores y mejorar en consecuencia. Adquirimos la capacidad de autorregulación. No olvidemos, además, que sólo el propio alumno puede corregir sus errores. Aprendemos y
mejoramos a partir de comprender porque nos equivocamos.
La coevaluación también favorece la adquisición de las competencias. Los compañeros pueden ayudar mucho a la autorregulación, porque a los niños y jóvenes les cuesta reconocer los propios errores.
El hecho de tener que evaluar hace también mejorar la propia competencia y es una buena forma de
ayudarse entre todos a superar las dificultades y ayudarse a mejorar.
3. ¿CUÁNDO EVALUARLAS?
Al entender la evaluación de las competencias básicas como un seguimiento de la evolución de
cada alumno o alumna en cada uno de los ocho aspectos estipulados, la evaluación ha de ser lo
más continua posible. Entendiendo que no se puede separar la supervisión-evaluación del propio
aprendizaje.
Cada docente o equipo partirá de una evaluación inicial que le permita plantear líneas de desarrollo
de las competencias para el grupo y para cada alumno o alumna en concreto y también para hacer
consciente al propio alumnado de lo que conviene que lleguen a hacer, su situación actual y lo que
necesitan aprender.
En la evaluación de competencias adquiere especial relevancia la evaluación formativa o continua.
En primer lugar valorando cómo anticipan y planifican lo que han de hacer. Identificando las dificultades tan pronto aparecen e intentando darlas respuesta una a una para evitar que se transformen
en obstáculos insalvables. Y haciéndoles conscientes de su propio proceso para que se vayan autorregulando.
También es necesaria una evaluación final. Sirve para tener evidencia final de lo que se ha a
adquirido, comprobar que el trabajo da sus frutos e identificar los aspectos en los que es necesario
seguir mejorando. Las tareas o preguntas de una evaluación final han de ser significativas. No
olvidemos que el alumnado identifica lo que es importante aprender en función de la evaluación
“calificadora”.
4. ¿CÓMO LAS PUEDE EVALUAR?
Como la competencia va unida a la práctica; es decir, a la resolución de situaciones, a la elaboración de productos o realización de tareas, para valorar su adquisición habrá que buscar y recopilar
evidencias.
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Estas evidencias las recogeremos bien recogiendo información durante el tiempo que el
alumno o alumna está realizando la tarea correspondiente, bien a través del análisis de los
productos que elabora (objetos, textos, presentaciones, composiciones…).
Para ello, habremos de utilizar técnicas e instrumentos de evaluación apropiados a la información que necesitamos obtener. Diferentes a los que habitualmente usamos para comprobar si
se han adquirido conocimientos teóricos. Técnicas e instrumentos diversos y útiles para los diferentes
momentos de evaluación (inicial, continua o final) y las personas que realizarán la evaluación (profesor, alumno, compañeros…)
Además, para que la evaluación sea clara y objetiva, es necesario usar unos baremos que
nos orienten a la hora de valorar la calidad y, por lo tanto, el grado de competencia. Para ello,
usaremos como criterios indicadores y descriptores (conductas que nos indican que determinada
competencia está poniéndose en juego) conjugándolos con los criterios de evaluación de nuestras
concreciones curriculares.
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