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CC)NCEPCIOKES iiI»ETICA Y R E A L D E L E S T A D O
Por lo Lic. Auroro A R N A I Z . Profesora
de lo Facultad de Derecho.
Iin?cii<lemospor coiicepto, "los eicmeritos últimos de los pensamientos" (Pfarider). Con cllo nos apartairios de la trayectoria psicológica de
la represriitación. Tal trayectoria interesa al estudio de lo anímico del sujeto hombre, pero no es adecuada para el estiidio de los ~>iolilemas
del l4:stado. El pensamiento, objetivatiiente considerado, es lógica, Ylinto
en sí niisino, como mGtodo discursivo. Al psicólogo politico podrá interesarle si en el yo volitivo individual o colectivo se encuentra la raíz
primaria de la causa Estado, o si la imagen representativa que del objeto
Estado realiza el sujeto, es aprehensión correcta. Pcro el investigador
de la existencia (real o eidética) del Estado le preocupa, como punto de
particla, cse interrogante que se mantiene vivo :i travts de la teorética
politica: iquk es el Estado?
La preociipación viva de este planeamiento se presenta al investigador del Esyado en el transciirso de cualquiera de los eienieiitos a investigar. Muy cspecialrnente en el análisis (le lo que, dentro de la Teoría
General del Estado, constitiiye su parte futidamentnl: la naturaleza y
sistemática ilcl Estado.
Implicitos rn el interrogante anterior están los de "cómo es el Estado" y el "por qué del Estado". Asi conlo cl csiiidio de la naturaleza.
del Estado está cngarzad:~eii el interrogante ¿qué es el Estado?, una posición sociológica del Estado insiste en el "cónio" del Estado. De aquí
su base historicista. 1.3 sociologia del Estado es, en definitiva narración
del Estado a tiavbs del tiempo, de sus mudarizas, más aparentes que
reales. El por qué dcl Estado corres~>ondea la filosofía politica. Esta
es, por ~~riricipio,
histórica, porque en toda iilosofia se indiga lo que perniaiiece a !ravPs dci cambio, es decir, lo que no muda.
i 6:
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AURORA ARNAIZ
Lo político -y entendemos por tal todo principio que posibilite la
vida del hombre dentro de su agrupación social- es tema arduo. Los
problemas que encierran cualquiera de los interiogaiites ya referidos, Ilevan en sí uiia temática peculiar y complicada.
El investigador del Dereclio conio el teórico del Estado, profesionales del conocimiento jurídico o político, deberán aunar al extenso y complicado saber de lo social, el de lo humano. Pero nunca, ni lo jurídico
ni lo político pueden reducirse a lo social ni a lo huiiiano, porque entonces la irivestigación seria o sociologia o psicologia.
La práctica del Derecho y de la politica es oficio del abogado y del
politico. Sus finalidades son, con frecueticia, extrajuridicas y extrapoliticas por el entrecruce de intereses contrapuestos. La investigación de la
teoría política y jurídica es, en sus finalidades, lo más elevado de la preocupación social. Investigar el Derecho como investigar el Estado en busca de soluciones estrictamente jurídicas y políticas es la tarea más humana en beneficio de los humanos. Toda la historia del pensamiento político, con sus profundoh tratadistas conio Piatón, Aristóteles, San Agustin, Santo Tomás, Dante. Maquiavelo, Bodino, Locke, Hobbes, Rousseau,
Montesquieu, Kant, Hegel, Marx, Dilthey, patetiti,zan el aserto.
Para el jurista el estudio del Estado está engarzado en el del Derecho politico. No toda la actividad del Estado es Derecho. Pero todo
derecho lo es en el Estado, en tanto lo es de la polis, de los varios; o
para estos lliuchos o varios. Es una suma aritmética que contiene en si
misma el principio político o la máxiriia adecuada por tradición peculiar
a la causa primaria de la actividad politica: el pueblo.
Para la metodología la actividad politica se niai~ifiesta coino ciencia (Aristóteles) o como arte (Maquiavelo). E n el quehacer es una técnica. Por estar sujeto en su finalidad a la niáxii~iapermanente y peculiar de un pueblo es una ciencia. La investigación del Estado es la búsqueda de estos priiicipios en un tiempo dado a través de las instituciories
politicas de los pueblos. E l Estada como manifestación permanente es
la forma politica de un pueblo.
2Existió desde siempre el Estado? En la historia política se da a
su advenimiento una fecha: 1648, y un aconteciiniento: la Paz de Westfalia. Pero siempre en lo político hay un antecedente, uila gestación. E l
Estado conteinporáneo no surge por generación espontánea en esa fecha,
sino que se va gestando entre una serie de factores propicios que avocan a la actual etapa capitalista de nuestra era en la que el dinero produce dinero, y en la que empleando la primera parte de una tautología,
"el capital más preciado del hombre" es. . el capital.
.
CONCEPCIONES E I D E T I C A Y R E A L D E L E S T A D O
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E l Iii~iiibre, nbmacla o sedentario, nace dentrcr d e una agriipación
política. \:¡\.e eri ella, aceptando i~ rechazando la iniposicibn del canon
~><>litico.
Allá donde existr, o haya existido, a.sociacióii de corivivencia
Iiiiii~;iti:i, necrsnrioiiieriie ha de 1i;ibcr i i r i canon pi~litico, como elciiicnto
piiiiiorrlial (Ir la asociación, qiie l>osibilite la vida del 1;oiiibre dentro d e
sii coiiiiiiii(lai1. 1.0 píiliiico es, por consig~iierite,lo origiriario de la vida
cn coiiiún. 1.0s deiiiás hiliitos impositivos de él derivados, es decir, iodo
lo social, son iiiaiiifestaciories dc esta eseticia politica. E1 eleineiito priniario dc la iristitución l~oliticaqiie avocará en el Estado dc la época
iii«clcrna, es la institución politica. Entendemos por in~tituciónpolitica.
cl caiiori político Iiasado cii la tradición qiie un pueblo iiiipone a través
d e los iiicdios eleiiientales d e la nianifestación obligada: el derecho y la
autoridad.
E l Iioilibre aislado es la negacibn de la l~osícibnpolítica. D a r cabida
a la ~~osiibilidad
de qiie el elenieiito primario d e la asocilicii>ri politica sea
rl Iioiiibre aislaclo, es la rediiccióti al absuido. L a vida del hoiiibre es vivencia en coiiiúii. L a vida política es la vida del honibre y su coiiiiinidad. E l Estado (le naturaleza del hombre cs la agriipación política priniaria eri el tiviiipo del hoinl~re.
Eii el coricepto del Estado van iniplícitos el ser del Estado (el Estado coiiio olijeto, o la realidad del Estado) y la aprehensión del s r r de1
Estado (iinageii eidéticu que consigiie el sujeto del objeto Estado). E l
sujeto de la posicióii coriteinplativa sc denomina teórico del Estado. E n
la actividad del sujeto que trabaja sobre la politica de su época tenemos
al liriiiibre politico. L o político coiiio esencia, norma, o guía o priiicipio,
la actividad política del hoiiibre político. E l inter4s ~>oliticodel hombre
e s consubstanri:il y pritiiarin en su naturaleza. La sociabi!idad humana
es su conseciicncia.
E1 Iioiiil>re politico cs el pueblo que íntegra el ICstado. E n la realidad del Estado coexisten las diversas actividades del Iioiubre político:
el clerecho, 1s religión, los usos y coii\~eiicionalisniossociales reglamentados por el Estado provenientes d e una raíz comúii: la ética.
L a esti-uctiira del Estado se integra por lo formal de los conceptos
políticos: del echo, :leberes, delitos, Iiombres y actividades politicas. Y
coing más crrcaiio al ser real dcl Estado, los regímenes politiros, o for.
politira del pueblo de un Estado. Tndo ello se enmas d ~ organizacióri
iiinrra c11 la ktica pi~litica la que coiiio causa primera es contenido fortiia! o!-i:;iiia,-iil rlt.l s r r pulítiro.
ICii la realidail dcl Estado, de sus conceptos y regíiiienes políticos,
coexiste lo ideal de este Estado, de estos conceptos, de estos regímenes,
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que norman la acción política. Esta norma política es el arquetipo (ploton) o tipo lógico. El ser del Estado es la manifestación de este arquetipo, en la realidad activa. La politica es, asimismo, lo politico en actividad práctica.
El Estado, por consiguiente, no es ni ser, ni deber ser, sino que se
integra en ambos elementos esenciales.
Asi como el Estado tiene su estructura, también los conceptos políticos que lo integran la paseen. La estructura de cada concepto politico
forma las denominadas desciplinas corespondientes: Derecho político, Ecocomia politica, la Política, la Historia politica, la Sociologa política, la
Geografía política. Los principios estructurales de estas disciplinas crean
su sistemática. Una sistemática del Estado es, por consiguiente, la estructura de los conceptos políticos correspondientes a las disciplinas politicas.
La Etica es la sistemática causal del Estado.
La Historia politica es la historia del cómo los pueblos a través de
los tiempos han adecuado el principio político a la práctica politica. La
historia de los pueblos es, por consiguiente, la búsqueda de la libertad.
A través de esta búsqueda los interrogantes latentes en la organización
humana de ¿qué es el Estado? y jcómo es el Estado?, han dado su
respuesta.
Por consiguiente, dentro de una sistemática política, formando parte
de ella, se encuentra la historia del pensamiento político. Asi, la patrística universal contribuyó a la estructura de la Edad Media, mucho más
que la invasión de los bárbaros en el mundo latino. En el puente tendido hacia el Estado moderno, junto a las grandes figuras de Santo Tomás y Dante tenemos los nombres de Marsilio de Padua, Guillermo de
Ockam, Federico 11 de Sicilia y Felipe IX de Francia.
Y en el Estado moderno, junto a los conocidos nombres de Locke,
Hobbes, Montesquieu y Rousseau, otros menos divulgados: los de la patrística española, cuna del Derecho de Indias y paladines del insuperable, por humano, Derecho de gentes. E n el trasplante del viejo Derecho
a las nuevas tierras, Vitoria, De Soto, Suárez, Mariana y en esta, su peculiaridad actual de respeto al derecho ajeno, fueron ellos quienes dieron
la savia fructificante. La patristica española, es, para'el investigador de
los problemas del Estado, un manantial que el prejuicio de diversos matices lo tiene vedado.
La realidad del Estado es la proyección de la idea del Estado; la
idea del Estado no es sólo el modelo a realizar sino en realización. Desde
el punto de vista estático, el Estado nos da la idea del niisrno. Desde el
CONCEPClONES ElDETlCA Y REAL DEL ESTADO
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dinámico, tenemos el concepto. La negación eidética del Estado es la
utopía o el Estado que no es.
En lo dinániico del Estado, o Estado conceptual, seencuentra:
(q El Estado eriipirico (cl Estado como experiiucntación resultsnte).
I J ) Lo específico del Estado empírico (lo que permanece a través
de la repetición).
r ) La idea del Estado a través de la resultante que permanece.
E n lo estático del Estado (idea del Estado) se encuentra:
a ) El Estado ideal (o deber ser del Estado o ser del Estada al
margen del tiempo).
b) Lo especifico dc este deber s ~ r .
C) 1.0 ideal del ideal del Estado (ser del Estado en el tiempo).
El Estado como agrupación política del hombre es lo humano por
excelencia. La idea concel>tual de esta agrupación ha cambiado lentamente a travks del tiempo acomodánrlose a las exigencias comunes. No era
este un cambio preconcebido Iiacia nti fin, cual ocurre con nuestras instituciones modernas basadas sobre lo raciorial de dichas necesidades comunes. El medio geográfico influía entonces sobre la estructuración política directa y apremiantemente, lo que no ocurre con el Estado moderno. La estnictura dc las instituciones surgidas a partir de la Revolución
francesa proviene de criterios lógicos, experimentales y reflexivos. 1.0s
características del medio geográfico, domeñadas por los avances del tecnicismo, tienen en ella lugar menos prednrninante y decisivo.
No da hay más antididáctico que una definición previa. Si diéranios
de antemano una definición del Estado, nos obligaria a adoptar una posición. Una teoria del Estado excluye posiciones previas, pues precisamente, de lo que se trata, es de averiguarlas. Tan sólo para los efectos
de cumplir con las exigencias de 1111 punto de partida elegimos como
la más apropiada, para este efecto, la definición de base sociológica de
Jellinek. Definición que nos permite. además, prcsrntar más adelante el
análisis critico de los denominados elenieiitos cxternos e internos del Estado: "El Estado es una asociacióri de hombres sedentarios dotada de
un poder de mando originario."
La definición de Jellinek si bien está tomada directamente de la de
Klüber, se asemeja a la de Bodino: "es un conjunto de familias y sus
posesiones comunes gobernadas por un poder de mando según la razón".
Posibleiiiente la definición de Bodino sea m i s convincente a pesar
de su consideración de que el Estado se origina en la familia -punto de
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AURORA ARNAIZ
vista tomado de Aristóteles-, ya que el poder está vinculado a la ratio
como principios geiiernles de derecho.
La definición de Jellinel< carece de base axiológica. Pero; el Estado
no es el poder, coiiio el Dcrecho no es la coaccióii. De serlo, la humanidad no Ii~bríasalido j;iiiiis del estadio priiiiitivo del totein y del iahú,
con sus rudiiiicntaria. noriiias politicas basadas e11 el sortilegio, en el prejuicio ateiuo!izante y cii la siipcrstición.
Si estudiiseiiios los posibles orígenes del Estado veríamos cóino fué
surgiendo tstc. al iiiiisoiio dc siis eleiiientos estructurales: derecho, gobierno y finaliclad. Nada Iiay iiiis iiiipolitico que una defiiiición del Estado redticida a la caractcristica de un poder originario. Adeniis, este
poder, iio perteiiece al Estado, sino al pucL~looriginaria y permanentemente. Acal~ciiios,pues. con el iiiito de I.eviatin.
E1 Estado rccibe del puel>lo, delegadamente, el poder político, y tan
sólo pala los efectos <le la representación y organización. El Estado es
la resultante de las facultades politicas del pueblo. Si éste hiciera en él
dejación <le siis dereclios, el Estado se transformaría en iin fin en si mismo. Pero, la historia politica cs el quehacer de los pueblos por encontrarse a si iiiisnios, es decir, por liberarse de lo que, por no ser consubstancial a la agr~ipación politica le fue impaesto coiiio poder coactivo
con fines iiiipoliticos o aibitrarios.
De aquí, tanib'éii, que la historia de los pueblos sea la biisqueda de
la libertad, es decir, de lo ético, o principio politico del hombre y de su
agrupación política (el pucblo de qiie forma parte).
Si eii la definición de Jcllinek sustituyéseiiios el vocablo Estado por
el de pueblo, teiidriaiuos la definición de este últiiiio: "pueblo es, por
consiguiente, la agriipación humana nómada o sedentaria dotada de un
~ o d e rde mando originario".
El Estado es la estructura politica de un pueblo. Entendemos por
estructura la concatenación de los términos foriiia-coiitenido (toda forma lo es de un conteiiido) (Marx).
Las definiciones del Estado qiie incorporan el concepto poder como
elemento consubstancial del mismo, pretenden darnos el ámbito real del
Estado. Pero, la realidad es la forma que toma la idea en la acción. E n
la acción huiiiaiia. Así, el eleiiiento inexistente en la zoria eidética lo es
también en el de la realidad. Su existir propio lo es como añadidos a1
ser co~isubstancial.El poder del Estado es medio (añadido) material del
Estado. Los elementos iiiatcriales son los medios de que se sirve la idea
para sil ejecución. La tijera del sastre sigue el trazo según la idea de
la confección. Pero las tijeras, tosco eleniento material de ejecución, no
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son la concepcióii de la forina. E l poder del Estado, tosco iiiaterial d e
que ha de servil-se el Estaclo, n o es el Estado, coiiio las tijeras, en tila1x0s drl sastre iio son la idca de la confección.
E1 pocler del Estaclo no es, por consigiiieiite iin cleiiieiito (Ir1 iiiisnio.
T;inipoco es iiii presupiicsto, sino un ;igrefi;ido. El ~ O C I C T <Ir1 I<st;idu cs
el iiieclio tiiaterial de que se sirve el Esla<lo en cl deseiivolviiiiii~ito d e
la acciijn.
1-0s autores q ~ i cvinciilan el poder al ser del Estado nos clan una
clasificación ititeriia y extcriia d e los "eleiiientos" dcl iiiisiiio.' I'ci-o lo
externo de uii cleiiieiito del objeto lo está en la iiiciite del siijcto, niinca
fiiera de aquel. Si de por si estuviera fuera, dejaría d c ser elciiitiito del
objeto.
Según el iiiaestro Posada, los eleiiientos intei-nos del Estado son:
a ) la rclaciópt o "nioviiiiiento caracteristico del Estado. . . relación delinible como de obc<lieiicia o acoiiiodainiento"; L ) In flovlrin, y c ) cl cofrtc~iirlovital de la reloció~t,niotivo <le la noriiia (1"~. ;S).
1.0s externos, según este autor s o n : a ) irir cspucio: 11) irfin rolnrrnidad Irziniafra: ciudad, nación o iiiejor pueblo, y c ) r l poder.. . "<iiie
pone de iiianifiesto la capacidad de la inisnia para vivir coii\~ciiicntemente organizada".
Ignoranios qué criterio se ha seguido para que linos y otros elcnientos se hallen encuadrados dentro dc lo interno y esterno (lcl Estado.
N o sabeiiios por q ~ i é ,iiiientras el derecho pertenece a la priiiiera clnsificacióii, la coiiiunidad lo es de la scgiinda. Asiiiiisino igiioraiiios por qué
deiitio del coiicepto de con~unidad tetigaii en este autor calida por
igual, alternativaniente, la ciiidad con la nación o con el pueblo, citando
la precisióii y diferenciación de estos conceptos es taii eseiicizl en la sistemática del Estado.
L a nación, como lo demostrareinos inás adelante, no es elemento
del Estado.
Dice Posada que la relación "como rleineiito interiio" es el niovitriiento caracteiistico <icl Estado, su niovimiento: se trat:i, hciiios dicho,
d e una "relacióii definible conio de obedicncin o (le aco?izodaitiiento".
Cóiiio coiiipaginar la obediencia del Estado coilsigo nii.zilio aún cuarido se trate de un aconiodainiento?
Los elenientos del Estado son constitutivos y de constitución.
POSADAincurre en la contradicción. s pesar de que para crrc iutar en dcfinitiva el Esrado or el Derecho polirico de base axiul6gica.
AURORA ARNAIZ
CONCEPCIONE,T E I D E T I C A Y REAL D E L E S T A D O
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Así comio la fuerza no crea el Derecho, así el pretendido poder del
Estado no crea al Estado.
El Estado tiene una actividad, en orden a sus fines, interna (dentro de su territorio) y externa (fuera de él). E l territorio es la delimitación materi:il y geográfica del Estado.
El Estado se nianifiesta eri su quehacer dentro de las atribuciones
legales. La ley es, por lo tanto, la deliniitación eidética del Estado. De
aquí que la ley viva mientras su propia axiologia se acomode a la axiologia política (bien común). Deja de existir cuaiido al variar las circunstancias en qiie se deseiivuelve lo político, la axiología peculiar de
aquélla no coincide con ésta.
Si bien dentro del Estado no toda la actiridad política es recogida
por cl derecho, sí lo es, aquella actividad que representa un interés directo para el grupo. E s derecho, no sólo, aquel que se manifiesta con
determinada técnica, sino el qiie está en la fuente directa de la ley: en
la voluntad jurídica dcl pueblo recogida niás tarde por la legislación. Y
porque este y aquel derecho lo son del hombre, de un pueblo pasa a serlo
de su Estado, y el hombre al obedecer estas leyes está obedeciendo su
propia obra de creación política, pues la nornia social es la ley política.
La vida humana pertenece al Estado. Dentro de él tienen cabida los
múltiples y variados fines sociales. Solamente aquellos que afectan directamente a la vida en común integran el Estado. Dada la desigualdad dr
la naturaleza humana en el Estado, existen factores de dominación; pero,
el Estado se integra a pesar de la existencia de estos factores desintegradores de la vida en común. Así la desigual manera de concebir el
rnutido del espíritu, como el material, no integra el concepto Derecho,
sino que el derecho lo que recoge es lo común coinciderite de los conceptos, y no lo diferente, para aunarlos a través de sus disposiciones legislativas. Lo que toma el Estado es, exclusivamente, lo que posibilita
la vida en común. Toda dominación, toda desigualdad, toda diferen:ia,
toda imposirión, es contraria a la vida en común. E l derecho los desconoce y el Estado los igiiora. De lo contrario la vida humana no subsistiría.
Los hombres rio obedecen a la autoridad (Rousseau), sino a la
ley. A la ley, cuya fuente directa, añadimos, es la voluntad del hombre,
de los hombres que la crearon. Precisamente la historia politica es la
lucha por la búsqueda del denominador común de la vida del grupo. Si
el Estado fuese la autoridad o el poder, la humanidad no habría salido
de la prehistoria. Y en aquellas etapas en que, la infiltración de elemen-
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AURORA ARNAIZ
tos extraños a lo político, dentro de un Estado, establecen el imperio o
rnando arbitrario, se produce la caricatura del Estado, de su deforinación.
La vida política del puel~lono piiede esiar representada por iiadie.
sino recogida por el pueblo mismo, en la legislación del Estado. Así coi110
lo ajuridico es lo apolítico, pues solamente lo indiferente a la vida de la
comiinidad no es recogido por el derecho, igualiiiente lo antipolitico crea
la antijuricidad, pues el derecho niega lo que a la vida en común perjudica. Así la fuerza del Estado reside en el manteniniieiito del nexo de
lo común, es decir de lo que a la vida huiliana interesa.
Todo lo social enmarcado dentro del Estado es el reflejo de la vida
humana en común. De aquí que lo politico sea aliistórico, pues sabido
es que la historia es la individualización o singularización de lo singular
dentro de lo común. Nada más incongruente a primera vista que una
historia de la filosofía política. 2Puede hacerse historia de la esencia de
los objetos o del ser de las cosas? Las esencias politicas son coiiio son
desde que existe la Creación. La historia, el quehacer humano consiste
en la husqueda de esas esencias o categorías políticas cuya existencia espera del descubrimiento humano. Tan sólo asi, desde el punto de vista
de la captación práctica de lo politico, es coiiiprensible la historia de la
filosofía política.
El nivel de la vida en común de un pueblo se refleja en el sentimicnto de solidaridad que el derecho recoge coino expresióii del niás alto
ideal político del Estado.
Decir que el Estado es moral y ético equivale a afirmar una tautología. Lo ético t-s lo más social de la vida y lo menos intimo del individuo en tanto individualidad. Lo ético se expresa en lo politico y se
manifiesta en el Estado.
Si el Estado tiene poder lo tiene supeditado a la voluntad del pueblo, fuente originaria de aquél. El pueblo da al Est;ido un poder: el del
derecho, medio eidético del Estado para la realización de los fines politicos. Este poder del Estado está supeditado a la realización de la conveniencia del hombre dentro de su grupo. La justicia y el bien coiniin
son los fines unificadores de la comunidad humana.
P a r consiguieiite, el ordenamietito jurídico del Estado es e! medio
de que se sirve el Estado para la realización de la vida ética. Con esta
consideración damos a la ética el lugar que le corresponde: el de preeminencia social.
El Estado no puede fungir ni como autoridad ~ i como
i
derecho. Tiene una autoridad que es su fuerza. El gobernante de un Estado 110 es
la autoridad. La majestad de un Estado proviene de la sutileza de su
CONCEPCIONES EIDETICA Y REAJ. DEI. E A 1 A ü O
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dereihij. S o sólo dcl positivo o clahorarlo, sino del sentido jurídico del
pueblo recogido o iro en la legislacióii. Los Est:;dos fui.?!es sur; Ii~spiiel>los coi1 graiidez:~. L a grandeza de uii piicblo se iiiidc pcir el seiiiiilo de
la jiisticia de sus Iioiiibres. Se conozca o 110 la le- esc;i::i, el liuinbre const
i y cotisolitla la coiiiuiiidad politica eti la medida eii que siis hombres adaptan su cuiiducta a los princil~iosge1iei;:lcs del dcrcclio. Estos
principio:; se adquiereti no por el frio conricimiento, sino por la autéiitica
posesiíiii di. la naturaleza Iiiiti~;ina. E l liombre qiie posee est;i aiitziiticidad irituye libreniente los principios generales del dereclio. 13 ciudadano
nato, e::. pues, legislador y su coiidiicta social cs la realización del drrecho.
La nntiii-aleza huinana se explaya en 1;i vida de la coiiiunid~dpolitica. E1 Estado es esta vida 1iuiii::iia politira.
L a fórniiila del Co~ltratoSocinl de Rousseaii, consiste en que el
hoinl~rea1 obedecer a la ley se obedece a si iiiisn?~,es \.álid:i por verdadera, al iiiargeii (le los tienipos y d e las fluctuaciones, niás apnrentes que
ledes, d i las institucioiies politicas.
Si 13 norlila jiiriclica conformri I;I ccluidad, el Derecho confol-iiia lo
jiisto, pero lo justo cs la coiiforiiiacióii <le lo bueno, luegii c1 Estado es
la vicln dc lo biieno coiiiún.
Lo btieiio eri coiiiúri es la coi~substanciadc la vida huma~ia.
Etica, derccho y Estado son iii;iiiiiestaciones priiuarias de la vida
colcrtiva. Si el fin del (lereciio es realizar la jristicia, el d t l Estado es la
i-ealizncióii de lo bueno coiiiiiii. Pero lo bueno eii común es lo ético,
coi~cordaricia de las aviologias jurídica y politica.
EII la volutitnd politica libre, del ciiicladaiio nato, ni el Estado obliga, ni el dcrcclio coacciona. Qcien 5e sielite oblicado por el Estado y
conccionnclo por el del-echo, scrá víctiina <le su co~iductaantijuridica y antipolítica. Cuando estas gentes son coi:si<ler;ibles dentro de u n Estado crean
1;i cnricrrtiira del 111isii;o. E l ciiidadaiio riato crea el hoinbre político.
I~.n frrise knntiana de que "dcreclio y facultad de ctiaccióii sigiiificaii
una niisiii:~co.;:in cs iin larncntal~leerror (le envergadura tan grande coino
la del co::cepto del "listado autoliiiiitaclo" creado por Jellinek. Vcrimos
por qué.
L a coiicepción coriteniporánea del Estado e s t i fundada sobre principios (le lihertacl del hotiibre. Estos piincipios se coinpaginan mriy dificilinenie coi1 la existencia de un Estado, iiionstruo cuya vida es la sola
razón dc su acti\.idad. Ello <la o r i ~ e na las llainadas antinoinias entre la
obediencia ",le los súbditos del Estado" y la iinposición d e éste, como entre sil niati(lo ?. el dereclio.
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AURORA ARNAIZ
Tan sólo en un Estado en que el derecho sea superior tienen los
hombres garantizadas sus facultades sociales. Para entonces, si el Derecho es superior al Estado éste está supeditado a aquél. P e r o . . . y
jel poder supremo del Estado? ¿Cómo ha de ser supreiiio cuando sobre
si existe el poder superior del derecho? Jellinek resolvió la antinomia
de manera "iiiagistral": una vez que el Estado ha creado el derecho,
pues.. . queda autodelimitado por su propia obra creada. Se trata de
una solución ficticia a la que contribiiyó la incoinprensión de que se partia de un error inicial: la de la existencia del poder estatal, como poder
originario. ¿Dónde hallar este poder y dónde encontrar este Estado-nionstruo desconocido aun en la época de los absolntisnios reales?
Basta observar la parte orgánica de las Constituciones, normas supremas de los Estados n~odernos,para ver cóirio el Estado se estructura
según Ios lineamientos dados por el poder constituyente, fuente obligada
de representación política en las democracias no directas. E1 Poder constituyente es, en opinión de C. Schiiiitt : "la voluntad política cuya iuerza o autoridad es capaz de adoptar la concreta decisión de conjunto sobre
modo y forma de la propia existencia politica".
Deniocracia indirecta es aquélla eii que el 'pueb!o delega en siis representantes politicos, designados al efecto, sus derechos de decisión.
Torlo Estado necesita ser justificado cuando se pone en probanza su
conformidad con lo justo. No es iin Estado de fines axiológicos, sino un
Estado-poder. Admitir que el Estado se estructura sobre las finalidades
políticas dadas por el pueblo, eleincnto primario y causal del Estado, es
excliiir la jirstificación. Asiii1isni0, si al derecho le negamos sil Inse axiológica fundamental: la realización de la justicia, nos quednriaiiios con
el seco armazón de la coacción, y entonces el derecho necesitaría taiiibién
ser justificado.
La época de la humanidad que pone en tela de duda valores universales de la talla de la justicia y del bien couihn está avocada a un Taso
histórico intrascendente.
11
Teoria sorial dcl Esfado.-Ningún autor coiilo Heller ha expiiesto con
inayor claridad y profundidad la realidad del Estado basada en la deniarcación de lo social. Con anterioridad a él, aqiiellos autores que como
Jellinek están en mucho, eniiiarcados dcntro de las corrientes positivistas del XIX, se dedicaron a desglosar el estudio del Estado de la inflaencia filosófica. Al apartarse de los planteaniientos filosóficos (le los fior
qués del Estado, se adentraron en los sugestivos, por fáciles, plaiiteainien-
COA'CEPCIONES EIDETICA Y REAL DEL ESTADO
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tos del cómo es cl Estado y cóii~ofué en las &pocas idas, la base re1.itivistn que la historia d a a lo!; conociinientos de esta especialidad, condujo al alejniniento de los problenias conceptuales del Estado, íinica base
seria desde la cual puede p!aiitearse la investigación de unn Teoria del
Estado.
Jellinek es el íiltinio exponente de esta carencia conceptual. N o es
que en la obra de este autor no se halle11 conceptos, pues de ser así careceria su exposición de probienlas y seria la suya una liarración. Pero
10 conceptual en Jelliiiek es titubeante y coii~plernentario. Con Herinan
Heller, la investig:ición vuclre por sus fueros. Su teoria del Estad" es
analítica y concept~al.La extensa erudicióri de Heller y su certero conocimiento de lo huiiiano le ayuclan en la sr:l:ición d e los com~~licallos
entresijos de la sistemática <Ir1 Estado. E s preciso reconocer a la teoria
helleriana la agudeza de sus asertos y ln profundidad d e siis conceptos.
Hcller demuestra que ni aun estudiarido el Estado coii una pretendida bme realista, pueile despreiiderse este estudio de la raíz filosoiira.
Y así la decantación del análisis social que del Estado nos Iiace Hellcr
da como resultante -y posibleniente a su pesar-- una muy v a l i o s ~filosofin politica.
Jelliiicl< esturlia la Teoría del Estado desde dos puntos de vista: el
social !; el jurídico. E s el "leit inotiv" [le su ohra. P o r cons;guieiite. tomanios de este autor sus liiieaiiiientos que son los siguientes: socialnicnte considerado. el Estado pertenece a los fenónienos co!ectivos psiqiiicos. Tal afirn~aciónes una vaguedad: taiiibiéri c1 derecho cotiio iodo
lo social r s iiri fcriótiieno colectivo psíquico. V hasta lo antisocial : pcr
ejriiiplo, la guerra. Taiiibiéii lo so11 las siipei-sticiciiies y cuantos actos del
Iioiiibre están relncioiiados coii la coniuiiidad: el arte, la ciiltura, la investigación, es decir, cuirlquier raiiia dcl conocimiento que trasciende de
la esfera iiidividiial porque su aceptación o rechazo depende n o ya 6-1
investigador, sinri de la coiiiunidad.
E l Estado y sus difercntes ninnifestaciones sociales son creación del
hoii~bíe. Cada generación se asigna diversas ta:.eas politicas. D e ellas
nace la historia de los pueblos. E s curioso obscrvar cónio los Iionibres de
cada pueblo ticne~i una característica inedia, di. reaccionar ante el probleiiia politico. Al niaigcii del tiempo, aun cualido las tareas politicas
sean distintas, tieneii esos Iioiiibres una niaiiera específica e11 la creación,
en la adiiiisión y dcsenvolviiiiiento de los problemas politicos así como en
la nianera de resolverlos.
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AURORA ARNAIZ
E s niuy relativa la opinión de Spengler de que el hombre pertenece
a la tierra en que vive y que el inglés o el francés, etc., al abandonarla
salen "coiiio ingleses", "como franceses". 1.a realidad es niuy otra.
E l niicleo intrínseco étnico, pertenece no siempre al iiidividuo, de
tal iiiancra que la adaptación al nuevo medio es niás bien externa, superficial y convencional. E n lo substancial, el inglés sigue sieiido inglés
o francés. Y ante los problemas politicos de la niieva tierra conio en
si: posición individual frente a lo decisivo tendrán aquéllos, puntos de
vista de acuerdo coi1 la característica media de sus gentes étnicas.
Por ser esto cierto la tradición es un hecho. Por serlo, la historia
es posible.
Corno la tradición mira al pasado, con facilidad las mentes jóvenes
le dan un sentido peyorativo. La tradición tiiis qiie uiia conteniplación
estática del pasado, debe ser interpretada coiiio esa manera peculiar de
los pucblos en el pensar y en el hacer. E s la supervivencia nuclear de la
cultura politica. En este sentido cabe afiiinar qiie los pueblos iiiás inteligentes son los más apegados a sus peculiaridades valiosas. Coino lo
son los individuos. Así el piicblo inglés; sabido cs que los aiiglosajonec
dificiltiieiite sustituyen radicaliiieiite sus instituciones, sino que las transforman de acuerilo con las necesidades nuevas. Son los ingleses, por lo
tanto, políticos por esccleiicia.
L a destrucción a ultranza como la imprevisión es signo de infaiitilismo. La 11iadurr.z eiiselia a conservar lo qiie del>e ser conservado. Y
a destruir lo que drbe ser destruido. E n ocasiones es tan pietencioso
conio acoinod:~ticio el afáii destructiso escudado "en las nuevas tareas".
Sucede qiie la novedad no está en las tareas, sino eii las nuevas gentes.
Recordando la certera frase de Goethe: "Nada es nuevo bajo el sol, lo
que caiiibia es la expreslóii", podreinos decir que las tareas apenas si se
renuevaii e11 el Estado.
El resultado politico tiene un lento antecedente: el ticnipo. E l tieinpo es factor detertiiinaiite de la gestación política. Las generaciones que
viven los probleiiias de sil Estado ignoran cual <le el!os siipervivirá. Y
la historia nos muestra que en la pausada decantación de las instituciones
políticos que avocaroii eii el "cainbio súbito" iiitervinieron factores desconsiderados por los hoiiihrcs que en ella intervinieron.
Asi, en nuestros niodernos Estados de Derecho ¿puede halier Estado que no lo sea por, de, y en derecho? El estado, o es de derecho o
deja de ser Estado. Véase, si no, el surgimiento histórico del Estado, las
causas que lo motivaron, ctc.. . . L a denominación Estado de Derecho es
una redundancia. Existen en el Estado actual los fundamentos de demo-
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cracia, libertad, ley, progreso, mejoras sociales, limitación a los gobernantes, derechos individuales, garantias sociales, intervención del Estado frente a la esfera de los particulares. Problemas nuevos.. . para las nuevas
gentes o para quienes ignoran la historia politica. Son ellos, o casi todos
ellos, tan antiguos, que basta con abrir las páginas de Aristúteles, Polibio, Cicerón, para topar con su presencia.
La variedad consiste, en que al surgir el Estado, en los tiempos 1110dernos, tales conceptos politicos y aspiraciones de los pueblos que no
fueron logrados integramente en el pasado, pasaron conio parte essticia!
y fundamental a1 Estado actual. La liistoria. que es individiializacióii de
los fenómenos en el tiempo, nos dice cómo fueron fraguándose cada uno
de estos fundanlentos en tina serie de continuiclad. Estos prolileiiias son
tan viejos como el sol. Los tuvieron presentes el ciudadano griego, con:o
el romano, el siervo feudal, el súbdito de ayer y el ciudadano de niiestros
días.
; P o r qué? Si la ciencia del Estado fuese realiiiente una ciencia, los
factores constantes darian la misma resultante. Por no serlo, hay tina variedad, si no en lo coiis~~bstancial,
si, "en la expresión" que iiioti\a la
incógnita de los aconteceres politicos.
Existe una teoria del Estado, una práctica del Estado y una filosofía de lo político. La ciencia opera con datos y la teoria con problemas.
Por consiguiente, no hay ciencia politica, sino teoria politica que estudia
la problemática del Estado, como institiición politica sulireina. E n el
mundo de la cultura no hay situaciones idénticas manifestadas en los denoniinados fenóinenos, sino situaciones parecidas. La acepción "citricia
del Estado" equivale a conocimiento del Estado.
Si el Estado cupiese tan sólo en lo cientifica como dato, la historia
no tendría cabida. Y seria n?uy cierta aquélla refutación de Marx a
Priidon sobre "la miseria de la filosofia", trasplantando tal "niiseria"
a la historia.
La teoria del Estado es, por consiguiente, la búsqueda de esta variación en el tienipo (historia). 12a filosofia politica es el hallazgo del dato
universal vilido a través de los tieinpos. E s decir, al margen del tiempo. Porque la Teoría del Estado tiene tinos principios invariables a través del tiempo, por consubstanciales a la naturaleza de las cosas politicas.
E s decir, a la típica manera universal que los huniancs tienen en la
creación y resolución de los problemas politiros.
El pretendido ámbito irreductible entre naturaleza y cultura no pasa
de ser una pretensión metodológica. Uno de tantos tópicos o aceptacióii
que por décadas se pone de moda entre los pensadores, para ser aban-
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AURORA ARNAIZ
donado más tarde. Cada época, tiene en cualquier inanifestación del saber,
tópicos comunes que se encuentran hasta entre los pensadores más destacados y que constituyen un peso muerto entre sus teorías. Peso necesario, pues sobre él se estructura lo vital o personal de la aportación
del autor. La sutileza de la diferenciación de los ámbitos cultura-naturaleza sólo puede entenderse desde el punto de vista nietodológico.
Cultura o cultivo es el quehacer del hombre no estrictamente material. Natuialeza es el ámbito de las facultades humanas concedidas. Pero,
la naturaleza es cultura en tanto tiene de quehacer del hombre sobre ella.
Y la cultura es naturaleza en tanto el hombre en su quehacer no puede
traspasar los límites que a los humanos nos fueron concedidos por la
Creación.
La causa eficiente del cultivo y quehacer del hombre es la voluntad,
o propósito del hacer. L e sigue la vocación que auspicia la finalidad perseguida, y su realización, mediante medios idóneos. E l hombre se sirve
del Estado para poder convivir. El Estado es, por consiguiente un niedio al servicio de la vocación social del hombre.
Al hombre le ha sido dada toda una serie de vocacioties o facultades sociales : artísticas, físicas, psíquicas. Son sociales porque si bien se
originan en el hombre, individualmente, el desarrollo de estas vocaciones
depende de la sociedad a la que van dirigidas. Y en cuyo rnedio se nutre.
Todo quehacer del hombre es social. Estrictamente si se origina en la
sociedad (tal el Estado) o indirectamente si en el individuo (manifestaciones del conocimiento). En éstas, el desarrollo del quehacer depende del
honibre y de su acontecimiento.
Así también sucede con el acatamiento al Estado: se puede o no
obedecer a la ley, a los convencionalismos sociales, a los mandatos políticos. E l hombre frente al Estado aun cuando este se manifieste en
forma de gobierno dictatorial, adopta, o bien la postura de sumisión, o
de repulsa o de indiferencia.
La vida humana dentro del Estado sólo es posible cuando existen resultantes unificadoras.
Lo social es múltiple. De las tendencias y contratendencias sociales
surge el Estado. Así como la vida del honibre consiste en ir venciendo
obstáculos, así tanibién, en lo social hay un entrecruce de tendencias y contratendencias sociales y políticas: derecho, religión, convencionalismos,
que da la resultante Estado. Solamente dentro del Estado se coordinan las
tendencias politicas. Asimismo en la sociedad se resuelven los entresijos
sociales. E l Estado es el organismo supremo que al posibilitar la vida
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del hombre dentro de su agriipación politica, mantiene la subsistencia
social.
En la sociedad hiitnana existen multiplicidad de elementos. Pero tan
sólo la sociedad ~oliticadel hombre y su manifestación resultante (el Estado) coordina y encauza esta multiplicidad.
Jellinek considera el Estado como la unidad de asociación. Ya sabemos que la ex~iosiciiinde Jellinek no resiste nii examen a fundo. Tal afirmación no cae dentro (le la abstracción, sitio de la ficción, comparable a
la consicleración de que el Estado es persona jurídica, o pública o política.
El Estado no es persona, ni es posible hablar de ia personificación
del Estado. La manifcstacióti del Estado, es decir, su actividad obedece
a la \roluntad del pueblo. 1'
Estado -se ha d i c l i o carece de voluntad
y de vocación, faciiltades propias del hoiiibre. 'Tiene fines, como eleniento
intrínseco constitutivo y originario. E1 Estado no razuiiri, no quiere, no
siente, :sino que son los homlircs quienes razonan, q u i e r ~ ny sienten. E l
Estado es el ser politico estructura<lo. No es la unidad de asociación, porque entonces todas las asociaciones supeclitadas al Estado Iiabrian de tener una coincidencia (le fines y ello no es cierto, pues dentro del Estado
existcri niúltiples asociacionis, dc fincs contradictorios entre si. El Estado no se origina en estas asíociaciones. Por el contrario, existe a su pesa:.
Tan sólo lo politico crea el Estado como resultante de Iíiiea continua y co111o asociación política siilxenia. El Estado no es el resultante
de lo iiiúltiple social, sino tan sólo ile la variante política. 1.0 i111e sucede
es, que dentro del 1-:sta<lo coexiste lo iiiúltiple social y se integra en él.
El Estado es In suprema unidad dc asociación política sobre su territorio.
1-3 Est:::!~ crea c1 lkrecho al recoger I:is \~oluntaclesile sns hombres.
¿ E s el Estado un sujet« de Derecho?
Según Jclliiiek, el Estado queda autolimitado Iior e! Derecho. Considera este autoi- al Estado como un ser capaz de dereclios y oliligaciunes,
es decir, c o i i i ~persona o sujeto jurídico, coiiio una corporaci<jri, en sunia.
La ~(irporacióiies un concepto jurí<Iico, pues se trata de asociación
sotiietida n iey o reglatnciito.
Conio uniclad (le asociación expresa iiiia síntesis, Así conlo todo
derecho tiene un fin, toda asociación se realiza pala fincs que el derecho
o regin~iierito ititcirio de la asociacibn recoge y determina.
¿ A qut fines se refiere Jellitiek coarido expresa esta sintesis unitaria
del Estado? Porque si los fines del 1.lstado Icesen jurídicos, ailuél no
tendría más tarea que la realizacióii del Derecho. Este exceso de decan-
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AURORA ARNAIZ
tación abciracta nos llevaría a la deshumanizarión del Estado en beneficio de un tecnicismo jurídico frío y objetivo.
La institución estatal, ya se considere coino institución, ente, ser,
asociación política o corporación, es la entidad que congrega a los hombres para la realización de los fines comunes. Estos fines toman cuerpo en el derecho positivo a través de lo prohibitivo y periiiisible de la
norma juridica. Tan sólo en este sentido cabe la consideración de que
el Estado es una corporación. Pero entonces el Estado no queda autolimitado, sino limitado por el derecho que él no ha creado, sino los hombres para la realización de los fines comunes. Estos fines toman c.iertuviera poder originario (facultades). Estariamos en presencia de Ics
llamados Estados totalitarios en los que los hombres son medios y el
Estado es el fin. El Estado no es esto. Nos estamos refiriendo al Estado
propiamente dicho, el que surgió tras la paz de Westfalia en un alarde
de capacitar al hombre con su auténtico destino de ser libre.
Las dos definiciones que del Estado nos da Jellinek, de base social
la primera, y juridica la segunda, son en realidad una sola, ya que la
única diferencia consiste en incluir, en la segunda, el vocablo corporación.
Veamos :
"El Estado es la unidad de asociación, compuesta de hombres sedentarios y dotada de un poder de mando originario" (definición social).
"El Estado es la corporación de una nación sedentaria dotada de un
poder de mando originario". O también: "Es la corporación territorial
dotada de un poder de mando originario" (definición juridica).
El análisis del problema del Estado-Derecho es tema propio de una
filosofía juridica. El problenia político del Estado-Derecho se circunscribe al aiiálisis de la llamada personalidad del Estado. Igualmente sucede
con aquellos elementos que, constitutivos o no del Estado, forman parte
de su organización e integración: territorio del Estado, fines intrínsecos
del mismo, etc., y que en definitiva son, algunos, presupuestos del Estado.
E l derecho es el medio de que se vale el Estado para realizar sus
fines. Identificar ambos términos, es caer en una deformación juridica.
El jurista que estudia temas políticos colitempla estos con el bagaje de
canocimientos jurídicos y, con frecuencia, los árboles le impiden ver el
bosque. Decir que lo político tiene su raíz originaria en la voluntad humana, es afirmar una generalidad válida para todo el quehacer huniano
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AURORA ARNAIZ
carles la existencia de un ser o conciencia que fluctúa y existe al margen de la conciencia de los individuos que la integran. Y sin embargo
en el derecho público, autores como Savigny, Ronsseau, Hegel entre otros,
han dedicado lo mejor de su existencia a investigar "el alma popular"
o "espiritu objetivo". Y lo han hecho con tal convicción, que el lector
llega a sentir deseos de poseer la linterna mágica para salir con ella a
la calle tras la búsqueda y captura de esa alma popular y de ese espíritu
objetivo. Cuando con lo que toparíamos seria con seres humanos que adecúan su conducta a las normas de sus reglamentos políticos.
Cuando el Estado, como los individuos, se extralimita de las normas, viene la sanción del derecho público y del privado que recae sobre
individuos, es decir, sobre seres humanos de carne y hueso, pues las
relaciones públicas, o lo son de los individnos de un Estado, con su Estado mismo, a través de las instituciones politicas, o de los Estados entre
sí, es decir, de los hombres de un Estado, con los individuos de otro
Estado, a través de las instituciones políticas de aiiibos Estados. Las
reglas a que están sujetas estas actividades se denominan Derecho (público o privado). Los hombres que están al frente de las instituciones
políticas no representan la personalidad del Estado, sino que son los medios de que se sirven los particulares para realizar la convivencia de u:~os
y otros dentro del grupo político.
El derecho, como los gobernantes y los funcionarios públicos son !os
medios de que se sirven los particulares para posibilitar la vida en común.
No hay, por consiguiente, tal Estado de Derecho ni tales Estados-Nación.
El Estado es el Estado.
Pero, entonces ¿qué es el Estado? ¿Dónde encontrar su esencia constitutiva o su ser constitutivo? No es esta una referencia historicista, jino
ontológica. Dónde y cómo surgió el Estado, asi como cuándo, cs tema
de interés para una sociología histórica. La teoria del Estado parte del
punto de vista de que el Estado existe. ¿Pero por qué? ¿Para qué? Temas estos de auténtica posición inmanente política, es decir, propios y peculiares de una teoría del Estado.
Lo social no son sino el medio y elementos en que se dcscnvuelve el
Estado. Dentro de lo social existen estructuras religiosas, jurídicas, éticas, y conductas intrascendentes para el Estado porque no sor: ni religiosas, ni jurídicas, ni éticas. Por no serlo, no entran deiiiro dcl precepto
&o, ni del canon religioso, ni de la norma jurídica. Pera cuando In
actividad individual alcanza un sentido, ético, religic~so, o jurídico por
rudimentario que sea este sentido, el Estado lo reconorr' al ii~cluirlcdentro de sus normas y traiisformarlo en regla de conducta obligada.
CONCEPCIONES EIDETICA Y REAL DEL ESTADO
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El Estado es por lo tanto, la fuente formal de transformación de lo
posible, ético, juridico, religioso, en ético, religioso y juridico. De estos
tres elementos sociales, lo más profundamente social es lo ético. Toda
acción social es trascendencia de la posicióii ética individual. Entiéndase
por ética lo que siendo bueno para el individuo al trascender en la acción,
es útil para el grupo politico. L o &tic0 es lo politico. El Estado es el
reconocimiento político de la trascendencia social de lo ético. El Estado
es la manifestación obligada y obligatoria de la trascendencia Ptica.
El origen del Estado, como el de la nación y el del derecho, se encuentra eii el pueblo, en la acción ética-política de éste.
El pueblo desde uii punto de partida ético lleva al Estado; si étnico,
al dc nación. Claro está que en uno y otro existe un substratum de coiicieticin o qiicrencia individual en el aseiitimicnto a ambos. Pero este substrntutn no es, en definitiva, sino la maiiifestacióii de la roluntad iiidividual, general para cualquier acción consciente. El pueblo es la existencia
de hombres con un substratum étnico y ético común.
El concepto escolástico, de la voluntad estatal, es inadmisible para
la estructura moderna del Estado. Tendría cabida tan sólo en un Leviatin
anterior al siglo x v ~ El
. Leviatán posterior a este siglo es el puehlo.
La pretendida persoiialidad jurídica del Estado deberá ser sustituida
por la posición política del Estado. Esta posición es dada por el pueblo.
Su actu;icióii jurídica está conformada por la finalidad politica de la institución estatal. Lo jurídico de un Estado es subsecuente a las finali<lades
políticas. Así, no existe voluntad del Estado, como en las sociedades de
derrclio privado no existe la volutitad de la sociedad, sino la dc sus asociados expresada en los estatutos constitutivos y eii los reglamentos. El
Estado, juridicainetite considerado, es iin Estado adniiiiistrativo. E s la
mayor institución politica o entidad política y en ocasiones, lamentablemente, una empresa publica de Derecho mercantil.
Kelseii es en muchos aspectos, uri crintiiiii:idor de Hegel. El neokantianisnio kelsesiano inicia su proyección eii alguilos dc los fundamentos
hegeliatios de la Filosofía del Derecho. Así, eti el párrafo tres de dicha
obra filosófica jurídica, encontramos los sigiiieittes asertos: "El Dereclio es positivo, en general: a) por la fortiia: por tener vigenc:,a e11 un
Estado; esta autoridad legal es el principio para el conocimiento del mismo, que es la jurisprudencia positiva". . . "Si el sentimiento iriterno, la
y a las
inclinación y la arbitrariedad se contraponen al derecho positi~~o,
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AL'RORA ARNAIZ
leyes, no puede ser, por lo menos, la filosofía la que reconozca tales autoridades. Que la opresión y la tiranía pueden ser un elemento del Derecho positivo es algo contingente al mismo, y que no afecta a su naturaleza".
E n los siguientes párrafos si bien la semejanza no es tan patente,
si lo es como posicibn kantiana, nexo intermedio entre las teorías juridicas, en su negación de lo metajurídico, de Kelsen y alguno de los fundamentos filosóficos de Hegel: "El terreno del Derecho es en general
el espiritual y su lugar próximo y punto de partida la voluntad libre, de
suerte que la libertad constituye su sustancia y destino y el sistema juridico es el reino de la libertad, el mundo del espíritu surgido de 61 como
una segunda naturaleza".
La insistencia de Hegel en la voluntad libre como base de la psicologia empírica, niarca los derroteros de la psicología colectiva fundainento de la posición politica de Jellinek, aun cuando en este autor la ausencia de una pretensión filosófica en sus averiguaciones, hacen que 13
influencia kantiana esté opacada por la del positivismo. Posibletiiente
ningún autor conteinporátieo como Spengler haya dado a la posición psicológica -a la que se refería Hegel al afirmar que la teoría del espíritu
es en definitiva la psicología-, un desenvolviiiiiento iiiás profundo. Pero
lo político, y aun lo psicológico, de Spengler se pierde entre tanta conciencia, sangre, raíces y enraizamientos antropológicos de los puntos de
partida de su teorética. Todo en Spengler es disección carital. Su cnorme erudicción es un pritriitivo grito a la carne humana y al instinto de
reproducción. En él, la historia, enfocada desde este punto de vista cainalracial es yuxtaposición a lo carnal y sensitivo. La vida instintiva del hombre es el medio de estas realizaciones. De aquí que las manifestaciones
instintivas huiiiana sean en Spengler múltiples relacionales. Asi como en
Hegel el individuo y su estudio es iundamenral en sus averiguacioiies,
en Kelsen, el problema del hombre, es subestiniado, como si no tuviera
cabida en sil teorética. En Jellinek, hasta dentro de su psicologia coli-ctiva, es el hoiiibre su centro; en Kelsen, los problenias del hombre se
reducen a uno sólo: a la abstracta posici6ri del sujeto jurídico coiiio rcIxión del orden coactivo del derecho. El nianejo siniultátieo de la teoría
de Spengler eil esa su exhuberancia de poeta bárbaro (germano) y !a
kelsesiniia, producen en el lector curioso, el desconcierto de cómo las indagaciones serisitiras r! racionales al recaer sobre temas comunes, entran
e n ámbitos disíinilcs, en cstructiiras coiitrapuestas y coiiducen a coiiclusiones opuestas. E s bien de desear la pretensión kantiana de que a cada
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objeto de investigación le pertenece tan sólo un método de conocimiento:
el suyo peculiar y caracteristico.
Lo histórico es yuxtapuesto al ser del objeto. La búsqueda historicista necesariamente ha de ser método auxiliar para conocer el objeto en
su devenir. La historia no tiene ser. El historicisino es a la fiiosofia, !o
que la bibliografia para el conociiiiiento o iiistrucción, pues la historia es
la circunstancia contingente necesaria de y en un coiicepto, mientras que
el libro es lo contingente necesario para la iiiaiiifestación niateri~l drl
concepto. E1 liistoricista y el b'bliógrafo liacen de la historia y del libro
una transforiiiación de lo extrínseco en intrinscco.
Dónde eiicontrar el ser del Estado, su esencia o cualidad intrínseca?
Si en lo social, en lo pditico, en el derecho natural, en la naturaleza humana. Son condiciones, o circiinstancias. ).ustapuestas al ser del Estado.
(Dónde encontrar el ser del Estada? La circunstancia contingente del
Estado es el quehacer político clel hombre. es la historia política de la
humanidad. Siti Estaclo, coiiio iiistitución politica de los pueblos 110 existiria la historia ~iolítica<le los niisiiios.
La iiivestigación politica excluye los tériiiinos Estado-Ración o Estado-Derecho. Tal parece coiiio si el voca1,lo Estado fuese tan impreciso
que hal~ria que recurrir a otro vocalilo para cotiseguir el sigiiificado.
La exprcsióii de uii ol~jcto,a través de su vocablo es la inanifestacióii
eidética del ser del objeto. La idea del Estado es, en su manifestación extrínseca, el ser del Estado.
E s inadinisible la lanientable confusión entre el Estado y la Nación.
El articulo 39 de la Constitución de 1917 de iiféxico dice así: "La soberanía nnrionnl reside originaria y eseiicinliiicnte en el pueblo.. . ; el
puehlo tiene en todo tienipo e1 inalienable clereclio de alterar o modificar
la forma de su Gobierno". Posiblemente este articulo sea reniiniscencia
del articiilo 3 de la Coiistit~icibnespañola proiiiulgacla en Cádiz el 19 de
marzo de 1S12 que dice: "La soberanía reside esencialinente en la Nación y por lo mismo pertenece a esta exclusivarnerite el derecho <le establecer sus leyes fi<ndnnicntales. ( Y las no fiindaiiieiitales. :Quién tiene
t.1 derecho de establecerlas? Se dirá que los re~latnentos,edictos, etc.,. . .
pertenecen al ejecutivo coino delegado de la Kación. I'ero tariibiéii el poder legislativo es delegado de la Nacióii).
Hay en la Constitución iiiexicana un giro en la expresión: " ? S en el
pueblo doiidc reside originaria (sobre lo esencial) la sol~erania". Y si eii
lugar de la enunciació~isoherania tiacioiinl se dijese solierariía rstat;~l,el
:~rticulo 39 seria perfectli, pues la so:~erariía lo es de 1111 Estado y &te
es de un pueblo, su causa primaria. 1.a Nació11 rio es causa pririi:~ria de
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AURORA ARNAIZ
un pueblo, siiio su expresión formal orgánica. E l Estado como suprema
expresión formal de un pueblo excluye junto a él cualquier otro formalismo orgánico, llámese nación, llámese derecho.
E l articulo 40 de la Constitución mexicana vigente subsana el desacierto del párrafo primero del articulo 39, cuando dice: "Es voluntad
del pueblo mexicano constituirse.. .", lo cual es afirmar que el poder
de mando del Estado como fuente originaria no es del Estado, sino del
pueblo. La consideración de Jellinek de que el pueblo es un órgano
del Estado es uno de sus grandes desaciertos. Posiblemente provenga
de que en este autor, el hombre es la causa embrionaria del Estado. Pero
esta pretensión es válida para todo el quehacer humano, en todas y cada
una de las ramas del conocimiento. Hasta para la antiestatal, tomando
como tal las actividades que contrarrestan el origen y sosteninliento del
Estado. Así en las posiciones anarquistas (antiestatales), también es el
hambre, en su querencia y actividad, la causa embrionaria primera de tales posiciones. Por consigiiieiite, tal afirmación, o es detuasiado general,
aunque cierta, o completa~nentevacía. El hombre es la causa primera de
la historia; también lo es del quehacer insignificante. intrascendente de la
humanidad.
L a voluntad aislada del hombre para crear el Estado, por si misma
no origina el Estado. ¿ H a de ser obra de las voluntades aunadas? ¿ P e r o
cuáles voluntades y por qué? Cuando una multitud asentada sobre un territorio, es decir, con o sin nexo tradicional étnico, decide, pur razones
históricas, o momentáneas múltiples, constituirse políticamente para la
atención y conservación de las tareas que afestan a la convivencia del
hombre dentro del grupo politico, y a posibilitar esta convivencia, se
origina con ello el Estado. Cuando ese grupo se manifiesta étnicamente,
surge a través de su raíz étnica, la nación. De aquélla multitud transformada en pueblo por el afán político aparecen las dos grandes ramas
de la agrupación humana: la nacional y la estatal. Aquélla, en su raíz étnica; ésta, en la ética. Las características étnicas, por si mismas, no constituyen la nacionalidad. Por naciiiiiento se pertenece a un pueblo (agrupación política) basada en una tradición de hecho. La pertenencia a
una nación deiitro de nuestros derechos positivos modernos es cuestión
volitiva. De aquí que no pueda el individuo cambiar ni de nacionalidad,
ni de pueblo. Se nace y muere perteneciendo a un pueblo y a una nación.
E n ellos se muere, aun cuando no se viva.
E l idioma es consustantivo de un pueblo y no de una nación. Esta
se expresa en el idioma de un pueblo. como asimismo, el Estado se
expresa normalmente en el idioma del piieblo a que pertenece. E l idioma
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es de la vida del espíritu (psicología). Si fuese etnografía (cualidades
raciales físicas) seria de la nación. El idioma que para un Estado es
medio de manifestación, en la nación es cualidad no peculiar sino agregada. Por ello la nació11 se manifiesta siempre en el idioma de su pueblo. El Estado para quien esta expresión es contingente y como tal añadida, puede manifestarse lo mismo con los dialectos de los subpueblos
comarcales del Estado, que coi1 el idioiiia de otro Estado extranjero. Y
ello no causa ofensa ni injuria, los que si causaría en la nación y en el
pueblo. (Entibndase como pueblo no una clase social, sino en el término
ya dado (le riiiiltitii~l sedentaria unida por tradición política o en lo
polilico).
El idioma no es tan solo la expresióii i>íi1- palabra, sino la tnanifcctacióii phicológica por exccleiicia. 1.0 peculizr idioniitico inmeiliato es
13 niailifr:s?;icióii verl~nl.La trndieiÍ,ii. o rcl>eticióri de háhito. da al pueblo caractci-ísticas ciii~sust;itici;iles cii In reaccióri irentc a liis problemas
políticos. I.:st;:s caractei-istiras iio ,5011 ii1ii:ita:;. iino adiluiri<l;is por la
influencia del medio geográfico físico. Si un pueblo cambiase en masa
del territorio sobre el que tradicionnliiic~iteestuvo asentado. cambiarían
sus peculiaridades generales y politicas. Posiblemente cca un hecho his-,
tórico. Lo que si es indud;iblr, es que los individuos que ya adultos abandonan periliaiieritemente su piicblo y territorio, son Ecntes qur no se
identifican ni coinpetietrari totalmente con las nueras gentes, porque nunCJ pueden por tiaturalez;~ser parte del segundo pueblo. Son, en mayor
grado, extraños al nuevo pueblo. Los iiiicvos háliitos adquiridos por la
convivencia con las gentes [Icl lugar les clari una apariencia extraña ante
las gentes de su verdadero pueblo. Rousseau fué francCs para lo aparente, pero hasta su iiltimo aliento se coiiil~ortócomo ginebrino. Su doctrina política que tanto influyó en la Francia posterior, es la pecu:iaridad política de su gente ginel>rina.
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