La Forja de una Nación

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LA FORJA DE UNA NACIÓN
La independencia criolla
A fines del siglo XVII la sociedad colonizadora de la Nueva España era una sociedad autosuficiente, con
mercados regionales en los que circulaban productos locales y un campo dominado por haciendas y ranchos
en poder de criollos y mestizos ricos que habían marginado a la agricultura india, estaba controlado
económicamente por la Iglesia y los comerciantes, aliados con mineros, agricultores y dueños de obrajes.
La inconformidad de los criollos alimentaba el surgimiento de una conciencia social diferente en ese grupo y
representaba el 16% de la población novohispana. Los cargos más altos de la administración colonial les
estaban vedados. Los criollos más afortunados gozaban de canojías y los más audaces encontraban formas de
enriquecimiento rápido y hasta podían comprar títulos de nobleza; pero la 2verdadera nobleza seguía en
España, no estaba en las Indias.
Pero el culto a la virgen del Tepeyac se había difundido ampliamente y los peregrinos, en su mayor parte
indios, llegaban de todos los rumbos al mismo sitio en que antes de la invasión veneraban a Totnantzin. Esta
expropiación, como el guadalupismo, era un proceso ideológico necesario para minar las bases que pretendían
legitimar la dominación peninsular.
El descontento criollo tuvo la ocasión de cristalizar como proyecto nacional gracias a la conjunción de una
serie de factores internos y externos, entre los cuales desempeñó un papel detonante el triunfo francés sobre
sobre España y la caída de Fernando VII, mestizos y criollos del bajo clero, curas de indios, los que iniciaron
la rebelión y mantuvieron viva la flama de la independencia hasta 1821.
Constitución de Cadiz 1812, en ella se decretaba ya la abolición del tributo de los indios y la desaparición de
las castas como categorías para establecer distinciones en derechos y obligaciones, se planteaba la
privatización de la riqueza, que la Reforma convertiría en realidad nacional. Los modelos constitucionales a
seguir eran Francia y los Estados Unidos.
La nueva identidad, la del mexicano, implicaba precisamente eso: aceptarse y ser aceptado como miembro de
una colectividad que reclamaba el control y el usufructo del patrimonio nacional que abarcaba la tierra, sus
productos y sus tesoros, los beneficios de la industria y del comercio, las vías del ascenso en la escala social y
la garantía de los goces que ello significaba, la defensa común frente a los extraños, el derecho al orgullo
nacional basado en las glorias pasadas, presentes y futuras, el compromiso de compartir un destino común
La tierra prometida
Se vio reducido por la independencia de Centro América y un poco más adelante por la pérdida de más de la
mitad del territorio restante impuesta por la fuerza militar y la codicia de los de Estados Unidos. El norte sin
embargo para México fue una carga pues en ella habitaban indios rebeldes y más fuertes además de que casi
no había población. Lo único que querían era la codiciada tierra. Era un tipo de pelea de Norte América contra
Sudamérica.
El pleito no va contra los indios, se trata del enfrentamiento para decidir si la riqueza del país es de todos los
mexicanos o cada provincia, cada quien, tiene un pedazo de tierra, grande o pequeño según las capacidades y
virtudes del propietario.
Sin embrago, la política liberal del México imaginario tuvo efectos desastrosos en el México profundo.
Crecieron los latifundios a costa de las tierras comunales, al amparo de la ley o burlándola.
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Para Maximiliano los indios son la mejor gente del país; los malos son los que se llaman decentes y los
clérigos y los frailes. La emperatriz decreta la abolición de los castigos corporales en las haciendas, reduce la
jornada de trabajo y establece límites a la servidumbre por deudas.
Franceses, Ingleses, alemanes y gringos se apresuraron a ocupar su lugar frente jugosos negocios. Pero venían
pocos; la inseguridad de un nuevo país con fama de bárbaro e insalubre los ahuyentaba. De hecho el
liberalismo aconsejaba como solución admitir a todos los extranjeros que quisieran establecerse en México y
la mezcla no debería de ser indiscriminada.
El indio enemigo
A fines del siglo XVII la sociedad colonizadora de la Nueva España era una sociedad autosuficiente, con
mercados regionales en los que circulaban productos locales y un campo dominado porEn México civilizar ha
significado siempre desindianizar, imponer occidente. Pero la migración fracasó y sólo quedó la escuela
redentora, nueva panacea para desindianizar a México. Nada que hacer con el habla de los indios salvo
sepultarla, como todo a lo suyo al civilizarlos.
Después de varios fracasos el liberalismo del México imaginario reconoció a regañadientes la existencia
opuesta del México profundo.
LOS (REVOLUCIONADOS) TIEMPOS MODERNOS
Las tribulaciones de una revolución decadente
Fueron desplazados del poder los principales grupos que lo detentaban en el porfiriato, los cacicazgos
regionales fueron destruidos o incorporados a l nuevo aparato político, el partido federal fue creado por
Calles; el ejercito de los pelones fue sustituido por el nuevo ejercito revolucionario y éste a su vez perdió
preeminencia y quedó bajo la autoridad del poder político; Los intereses extranjeros fueron afectados
seriamente, por la expropiación petrolera; los científicos fueron reemplazados por una nueva camada que
asumía la tarea de construir y justificar el proyecto de la Revolución.
Los nuevos grupos accedieron al poder dentro de un complejo mecanismo político en el que tenían cabida en
forma corporada:
• Obreros− sindicatos, centrales adictos reconocidos por el gobierno
• Campesinos− organizaciones unificadas y controladas desde arriba
• Ejército− representación corporada del aparato político
• sector popular− sector más importante, más peso
• Burocracia creciente
• Sector empresarial− el Estado lo ayudaba para capacitación y otras cosas a cambio de desarrollo
nacional inminente e imparable
Acatamiento y lealtad eran las premisas básicas de la participación en el nuevo orden. La desigualdad creció.
La unificación posterior de los grupos revolucionarios han hecho que se ignore y se menosprecie que áquel
fue un movimiento formado por una gran diversidad de sublevaciones que respondían, en gran medida a
condiciones locales y regionales de carácter particular. Los motivos fueron variados y a veces hasta
antagónicos. La unidad formal que se logró a fines de los años veinte fue la unidad de las corrientes
vencedoras, de ninguna manera la integración de todos los intereses y todas las demandas que confluyeron en
el movimiento revolucionario.
La participación real del México profundo en el proceso revolucionario, hizo indispensable que se
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incorporaran demandas campesinas, ante todo la restitución y el reparto de las tierras.
La redención del indio por la vía de su desaparición
Ante el problema indígena la Revolución hecha gobierno institucionalizó un proyecto político para los
pueblos indios y buscó una fundamentación teórica acorde con los tiempos. Este proceso dio lugar al
indigenismo.
Las propuestas en favor de una política de respeto y estímulo al pluralismo étnico del país, como alternativa al
camino de la integración forzosa, estaban en el ambiente nacional y en el internacional y fueron adoptadas por
el discurso gubernamental, aunque no sin contradicciones y ambigüedades.
El pluralismo como posibilidad admitida, el indigenismo participativo, el etnodesarrollo y hasta la necesidad
de convertir a México en una verdadera Federación de Nacionalidades forman ya parte del lenguaje
indigenista oficial, pero la acción indigenista real no se ha enterado.
El nuevo rostro del México imaginario
A partir de 1940 el acomodo de las fuerzas llega a su término y se impone un modelo de desarrollo para hacer
posible el crecimiento del otro México, que se perfila industrial, moderno, urbano y cosmopolita.
El despegue de la industria en la Segunda Guerra Mundial es un factor muy importante. Empieza una
dependencia tecnológica que implica una sangría permanente de las ganacias producidas por la industria;
concentración de la industria en un puñado de ciudades que crecen tan anárquica como rápidamente; la
expansión de un capitalismo salvaje, depredador, sin proyecto alguno a largo plazo, apoyado en mil formas
del sector público en el marco de la lamada economía mixta.
Cada generación es más rubia y más alta, se proliferan los centros nocturnos, los restorantes caros, el
comercio de lujo insolente.
Muchos mexicanos participan de las miserias y las dificultades de la urbe, trabaja ahí cuando puede y como
puede. La urbanización depende de ellos; pero ellos no pertenecen a l mundo urbano. Esta gente pretenece a la
clase media. Es una clase que recibió un gran impulso con la revolución, tiene una escolaridad más alta que la
mayoría de los mexicanos, goza de prestaciones sociales, habita departamentos o pequeñas casas solas,
consume hasta donde le alcanza el presupuesto; parece gringa.
Esto se debe a varios fenómenos pero el más importante son los medios de comunicación −masiva.
LOS SENDEROS DE LA SOBREVIVENCIA INDIA
La negación sistemática y total de la civilización mesoamericana, la agresión permanente de que ha sido
objeto, han provocado efectos culturales diversos, en todos los casos se trata de alteraciones que reducen los
espacios de la cultura propia; las capacidades de decisión y la cantidad y cualidad de los elementos culturales
que son necesarios para llevar acabo cualquier acción social autónoma.
Los guerreros
Ante el avance de la invasión muchos pueblosabandonaron los sitios que habitaban y se remontaron a lugares
de más difícil acceso en los que pudieron sobrevivir en libertad durante mayor tiempo.
La memoria histórica se convierte en un recurso fundamental que permite, por una parte, mantener vivo al
recuerdo de los agravios y las desventuras y por la otra, colocar la etapa de sometimiento como una situación
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transitoria, reversible, que será cancelada definitivamente con el triunfo de la sublevación.
El aparato de la dominación colonial, mostró su eficacia al impedir la extensión de las sublevaciones.
Las estrategias cotidianas
Vencidos por la fuerza, los pueblos indios han resistido. No es inmovilidad sino adopción de los cambios
indispensables con el fin último de permanecer. Sólo puede entenderse en el marco de la dominación colonial
que limita y distorciona sus posibilidades de desarrollo y que trata de imponer elementos culturales ajenos y
contrarios a las necesidades de permanencia del grupo.
Hay tres procesos pero el orden colonial ursupa capacidades de decisión y reduce el acervo cultural de los
pueblos sometidos. El campo de autonomía relativa en el que se ejerce la cultura propia se constriñe y llega a
quedar limitado a un numero de acciones. La cultura propia es el sustento de la identidad del grupo y la base
indispensable de su continuidad.
• Resistencia: rechazo a las innovaciones que se proponen desde afuera, esto es aceptación que
significa generalmente una reducción de la autonomía del grupo.
• Apropiación (resistencia cultural): un grupo hace suyos elementos culturales que eran ajenos, es
decir, que proceden de otra cultura, generalmente la que se les ha sido impuesta, la dominante. La
presencia de elementos culturales de origen externo, no indica por sí misma debilitamiento ni pérdida
de autenticidad de la culturas indias. No es rasgos originales vs. rasgos externos
• Innovación: la situación colonial obliga permanentemente a cambios internos en la cultura de los
pueblos oprimidos, bien sea para ajustarse a nuevas formas de dominación, o bien para aprovechar los
requisitos que permitan ampliar los ámbitos de la cultura propia. Hay modificaciones a veces, casi
imperceptibles en los hábitos, los conocimientos, las prácticas y las creencias de la comunidad.
La violencia intermitente y la resistencia cotidiana no son fenómenos desconectados entre sí, sino tácticas que
forman parte de una sola estrategia de sobrevivencia.
La presencia de la cultura impuesta
Están presentes también otros aspectos que no están bajo su control y que constituyen la cultura impuesta.
La presencia material de la cultura impuesta tiene un doble signo aparente en las comunidades del México
profundo. Ofrece la imagen de que el ansiado avance, el desarrollo tanto tiempo anhelado, llega ya a esos
rincones olvidados; hasta un puesto periférico de salud; frecuentemente cervezas, refrescos embotellados y
alimentos chatarra.
Hay que eliminar los signos del estigma. El estigma es uno de los resortes fundamentales de la imposición
cultural.
COMENTARIO Y CONCLUSIÓN
Yo creo y pienso con todo esto que la raíz profunda de nuestra nacionalidad está en el pasado indio, de donde
arranca nuestra historia. Es un pasado que para algunos es glorioso que se derrumba con la Conquista. La
Revolución entonces es el punto final de la lucha del pueblo mexicano, el pueblo mestizo; es el hecho
necesario previsto y anticipado por la historia. Con ella fue posible la incorporación plena del mexicano a la
cultura universal.
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La vida de los pueblos indios se desenvuelve a partir del momento en que cada uno de ellos cayó bajo la
dominación colonial, en una mezcla en la que están presentes la cultura propia y la cultura impuesta, en
diferentes áreas y con una proporción variable según los casos y los momentos históricos.
El México profundo mostró por un momento su presencia real y no fue posible cerrar los ojos ante él.
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