DIFICULTAD DEL EJERCICIO DE NUESTRA PROFESIÓN (COMO

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DIFICULTAD DEL EJERCICIO DE NUESTRA PROFESIÓN (COMO
MÉDICOS DEL DEPORTE)
Que el ejercicio de la Medicina en el mundo del Deporte no suele ser muy fácil es algo
perfectamente conocido.
Que la situación de los controles de dopaje hace aún más difícil esta situación, también
es sobradamente conocido, pero hay que saber que con la entrada en vigor del código
mundial antidopaje que se quiere aplicar desde la Olimpiada de Atenas todavía va a ser
más complicado.
Hay un fenómeno al que algunos médicos asistimos con cierto estupor cuando en la
televisión y diversos medios de comunicación observamos dos curiosos
acontecimientos: En primer lugar el anuncio de medicamentos y en segundo lugar la
supresión del mensaje por el que se invitaba al posible consumidor de estos productos a
que consultara con su médico respecto a la utilización del preparado en cuestión. Ahora
esta responsabilidad parece recaer únicamente sobre el farmacéutico.
Se entiende que para determinados colectivos médicos profesionales, digamos oficiales,
debía ser molesto que sus pacientes les consultaran sobre productos que veían
anunciados en la televisión o incluso aquellos no incluidos en el régimen de
medicamentos financiados por las entidades públicas sanitarias, o tal vez se creyó que
dado que era difícil su prescripción (no se puede recetar con cargo a...) mejor era obviar
este tema y que lo asumieran otros profesionales sanitarios. Parece que no existen otros
médicos en el país. Resulta que los médicos del deporte, entre muchos otros, no estamos
integrados en el “sistema” o en los “sistemas”, pero eso no parece que importe a nadie.
Además de esto, o quizá precisamente como consecuencia de este fenómeno, los
laboratorios farmacéuticos, que se están dedicando a “comercializar” sus productos
(evidentemente algunos de ellos) a través de los medios de comunicación, también han
hecho su aportación y se está produciendo la retirada de la información farmacológica
del vademécum de gran cantidad de productos. Se ve que no les interesa la prescripción
de algunos medicamentos y prefieren que se vendan directamente en las farmacias. Hay
que recordar que se han producido frecuentes cambios en la composición de muchos
medicamentos lo que hace prácticamente imposible que el profesional médico conozca
dicha composición, limitando de esta manera de una forma muy importante la
prescripción y su trabajo profesional.
Creo que es un concepto ampliamente admitido por la profesión médica que hay dos
enormes problemas en lo que concierne al uso de medicamentos por la población: Por
una parte la automedicación por parte del paciente y por otra la polifarmacia. El primer
supuesto significa la utilización de productos sin control y el segundo implica la
posibilidad de reacciones adversas, fenómenos de sumación de dosis o de interacción
medicamentosa, entre otros.
Si se traslada esta problemática al mundo del deporte, podemos encontrarnos con
deportistas que atraídos por la publicidad (hay que reconocer que las campañas
publicitarias farmacéuticas se plantean en términos de márketing puro y duro) de
medicamentos que se presentan poco menos que como panaceas, utilicen algún
producto que se pueda encontrar en los listados de sustancias prohibidas y que le
puedan suponer una sanción. Además en el caso de la automedicación se pierde la
relación médico-enfermo, siempre necesaria, pero especialmente en el caso de
deportistas susceptibles de tener que someterse a controles de dopaje.
Esto significa que el médico del deporte puede encontrarse limitado respecto a la
información necesaria para prescribir medicamentos en lo que afecta a su composición,
lo que dificulta su trabajo colocándolo en una situación de riesgo frente a los controles
de dopaje.
Desde esta editorial se hace un llamamiento a la concienciación de todo el colectivo
médico para tomar conciencia de la influencia que tiene sobre nuestra actividad el hecho
de la limitación de información que aparece en el vademécum propiciado por la
industria farmacéutica. También, la necesidad de transmitir a los deportistas el peligro
de la automedicación sin control favorecida por campañas publicitarias en medios de
difusión nacional que los pueden poner en riesgo de consumir sustancias incluidas en
las listas de dopaje.
Dentro de nuestras posibilidades debemos expresar nuestra preocupación en lo que
respecta a la oferta indiscriminada de productos medicamentosos en la opinión pública y
a que los laboratorios farmacéuticos se comprometan a incluir en el vademécum la
información que el médico precisa para realizar su trabajo con normalidad. Mejor
incluso sería que las autoridades se decidieran, de una vez por todas, a elaborar un
vademécum oficial con información completa y de carácter independiente que recogiera
toda la oferta farmacológica disponible en el mercado.
El médico del deporte no debe renunciar a disponer de toda la información necesaria
para realizar su labor y no debe perder el control médico de sus deportistas en ninguno
de sus aspectos.
Dr. D. Pedro Manonelles
Secretario General de la Federación
Española de Medicina del Deporte
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