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Bruselas, 14 de marzo de 2000
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El objetivo de la comunicación es mejorar la eficacia global de las acciones de la
Unión Europea en su lucha contra las minas, garantizar la complementariedad y la
coherencia entre las políticas de la UE y las de los Estados miembros y reafirmar
la capacidad de la UE para contribuir a la realización de los objetivos fijados en la
Convención sobre la Prohibición del Empleo, Almacenamiento, Producción y
Transferencia de Minas Antipersonas y sobre su Destrucción (Convención de
Ottawa), que entró en vigor hace un año.
El Sr. Chris Patten, miembro de la Comisión encargado de las Relaciones
Exteriores, ha declarado: "Las minas terrestres antipersonas siguen provocando
horribles mutilaciones y muertes en muchas regiones del mundo. Constituyen un
importante obstáculo al desarrollo de la seguridad y al económico y social.
Tenemos el firme propósito de erradicar el azote de las minas antipersonas en
todo el mundo en un plazo de 10 a 15 años como máximo”.
Desde 1992, el apoyo de la Unión Europea en este ámbito se ha concentrado en la
limpieza y destrucción de las minas, la ayuda a las víctimas de las mismas y la
investigación y el desarrollo tecnológicos. Se han realizado acciones en todas las
regiones del mundo, de Afganistán a Zimbabwe y de Bosnia a Nicaragua. En ese
periodo, los Estados miembros de la Unión Europea emprendieron acciones
bilaterales de alcance similar; la Unión Europea apoya, en consecuencia, acciones
en la casi totalidad de los países a los que afecta este problema, con lo que se ha
convertido en uno de los principales actores en este ámbito. Estos esfuerzos se
basan en una serie de fundamentos jurídicos diferentes y no inscritos en un
planteamiento político global.
La comunicación tiene en cuenta las experiencias y lecciones del pasado en este
ámbito y, en general, define una estrategia común. Eso requiere abordar el reto en
todos sus ángulos, desde el trazado de mapas y la demarcación de los campos de
minas, la detección de las mismas, la limpieza de minas civil y la destrucción de las
reservas de minas hasta las normas humanitarias y la sensibilización respecto del
problema, así como la ayuda a las víctimas de las minas y la formación en todos
estos aspectos. La creación de una línea presupuestaria horizontal destinada a
financiar las acciones de la Unión Europea en la lucha contra las minas permite ir
más allá de los planteamientos individuales de cada país y establecer vínculos
explícitos entre las consideraciones relativas a la seguridad y los objetivos de la
política exterior y de seguridad de la Unión Europea.
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