DE CERCA Texto y fotos: Sergio Rossi y Neus Vert Bajo las piedras 1. En la zona somera de la costa no de los hábitats marinos más cercanos y menos explorados las rocas del fondo forman un mies, quizás, el que encontramos bajo las piedras. Se esconde crocosmos de vida allí un mundo críptico donde los animales se aprovechan de la protección y de la disponibilidad de un medio no apto para todos. A la falta de luz, que excluye la presencia de algas, se suma la perturbación del substrato; en caso de tormenta la piedra del abrigo puede levantarse y dejar expuestos a sus moradores. Por eso muchos de los animales allí instalados son móviles (erizos, estrellas de mar, peces, etcétera) o de vida efímera (hidrozoos, poliquetos serpúlidos, ascidias y otros). Frente a lo que pudiera imaginarse, no reina la paz, sino una dura lucha por ocupar un sitio en espacio tan preciado. Se forman primero biopelículas de bacterias y protozoos; pronto llegarán poliquetos serpúlidos, que desarrollan efímeras masas de tubos calcáreos rápidamente desplazados por otros filtradores (briozoos, ascidias o hidrozoos). Si la piedra es suficientemente estable (lo que depende de la profundidad a la que se encuentre y de su tamaño para evitar ser volteada por el oleaje) otros organismos menos inquietos y más longevos expulsarán, a su vez, a los que ya empezaban a sentirse cómodos. Los hay, sin embargo, que están sencillamente de paso; utilizan las piedras de guardería a la que muchos depredadores no pueden acceder por obvios problemas de tamaño. Si levantamos una de esas piedras, observaremos, en efecto, una cantidad notable de cangrejos pequeños, minúsculos erizos y peces como el rascacio que pasarán las primeras etapas de su vida allí agazapados. U 2. Estas delicadas formas de la ascidia Clavelina lepadiformis viven suspendidas bajo una piedra, filtrando activamente las partículas en movimiento 44 INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, junio, 2002 3. Es frecuente encontrar bajo las piedras animales mutilados, como esta estrella (Coscinasterias tenuispina) 4. Algunos habitantes permanentes bajo las piedras son los góbidos, que buscan refugio y alimento en este laberinto 5. Algunos suspensívoros, así los crinoideos (aquí Antedon mediterranea) y ofiuroideos, hallan protección en las oquedades de las piedras, lugares ideales para extender sus órganos filtradores 6. El juvenil de Scorpaena porcus ejemplifica los que buscan el amparo de las piedras para huir de depredadores INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, junio, 2002 45