Cap 1.-Antecedentes del término alma Cap 2.

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METAFÍSICA DEL ALMA: UN CONCEPTO CUÁNTICO DE LA
CONCIENCIA
Por Eloy Millet Monzó
Autor, título y contenidos inscritos en el Registro de la Propiedad Intelectual de
Valencia
Introducción
Cap 1.-Antecedentes del término alma
1.-Posible origen del término alma
2.-El alma en Egipto
3.-Ba, la trasmigración del alma y la iluminación
4.-Los dos aspectos del alma en Egipto
5.-Míticos alados en Egipto
6.-La conciencia y el corazón en Egipto: la reencarnación
7.-Vedas: la comprensión, la curiosidad y la muerte del alma
8.-Vedas y Tao: la sustancia universal
9.-Caribe y mayas: la sustancia universal
Cap 2.-Lo ápeiron, la ataraxia y el tránsito del alma
10.-Culturas prehelénicas: el cuerpo se torna en alma
11.-Grecia: orfismo y hedonismo
12.-Anaximandro de Mileto: lo ápeiron y el alma
13.-Epicuro de Samos: ataraxia del alma
14.-Los dos principios de Epicuro
15.-Posible origen del concepto de la inmortalidad del alma
16.-El tránsito del alma para resucitar al cuarto día
Cap 3.-Mitología griega para el alma
17.-Laminillas de Creta: la abeja, el toro, la luna y el alma
18.-¿Por qué la abeja y el alma?
19.-El alma, la abeja y el toro: el abellón y las pitinas
Cap 4.-El alma y la lógica
20.-La katábasis: trasmigración de las almas
21.-Aristóteles no creía en la inmortalidad del alma
22.-Aristóteles y la lógica de hace 23 siglos
23.-Platón, la metempsicosis y el alma del mundo
24.-La conciencia, el enigma de Aristóteles y la imaginación
25.-El alma y la entelequia
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Metafísica del alma: un concepto cuántico de la conciencia
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Cap 5.-La metafísica y la atención
26.-Origen de la metafísica: criterio oriental y occidental
27.-Metafísica en árabe: no existe yo soy
28.-Posible origen del término espíritu
29.-La atención pudiera teñirse de violeta
30.-El alma y la mayéutica: el logos
Cap 6.-Mitología y creencia
31.-Cuatro teorías sobre el origen del alma
32.-¿Es la misma alma la del monismo que la del pluralismo?
33.-El alma en la leyenda de Dioniso
34.-La madre de Dioniso y la creencia en la Virgen
35.-El alma, Jesús y Dioniso: las bodas de Canaán
36.-Leyendas en Arabia, Fenicia y Grecia: justicia post mortem
Cap 7.-Una argumentación dogmática
37.-La innovación de Pablo: el espíritu
38.-Orígenes: ni Dios tiene alma ni existe la trasmigración
39.-El alma para los romanos
40.-El alma en el jainismo
41.-El alma o ruag en las Sagradas Escrituras: Spiritus dei
42.-La presunta contradicción de Agustín de Hipona
43.-Inmortalidad del alma en la Biblia: raíz filosófica y bíblica
44.-El alma según Agustín, Pablo y Tomás
Cap 8.-Una argumentación filosófica
45.-Averroes: otra verdad sobre el alma
46.-Las dos almas de Averroes y las dos verdades
47.-El papa Juan XXI, las herejías y la gravedad
48.-El alma según Descartes
49.-Descartes, el alma, la glándula pineal y la fe
50.-Spinoza y la solución al criterio de Descartes: los modos
51.-De Bonald: el alma es inteligencia servida por órganos
Cap 9.-Una argumentación lógica
52.-La ciencia del alma
53.-Xavier Bichat: alma y conciencia relacionadas por la lógica
54.-El alma es a la inteligencia como el espíritu al ser inteligente
55.-Leibniz: El alma se apercibe y el espíritu percibe
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56.-Kant: el alma es un nóumeno
Cap 10.-El triple consejo
57.-Las tres premisas de Alice A. Bailey
58.-Las tres premisas de Immanuel Kant
Cap 11.-Alma y neurofisiología
59.-Kant: un paradigma metafísico del alma
60.-El alma, la razón y el sistema nervioso
61.-Partícula espiritual y partícula material
62.-Las neuronas y la atención
63.-El alma como relación entre la consciencia y la inconsciencia
64.-Restablecimiento cerebral
Cap 12.-Alma, sensación y percepción
65.-El alma y las capas corticales del cerebro
66.-Cerebro y tálamo: la percepción
67.-Inversión entre cerebro y sensibilidad: el alma
68.-Percepción y alma, sensación y personalidad
69.-¿Qué es el alma y qué es la conciencia?
Cap 13.-Alma, psicología y ciencia
70.-La muerte del alma y las tres linternas de Quevedo
71.-Víctor Hugo y la universalidad del alma
72.-El alma, el movimiento y la lógica: Heidegger
73.-La lógica en la metafísica: Hegel, alma y mayéutica
74.-Schelling y el paradigma del alma
75.-El alma y la energía del movimiento: el trabajo
Cap 14.-Alma y libre albedrío
76.-Energías del alma y de la materia
77.-La oportunidad y el alma
78.-El alma como espiritualización de la materia
79.-El libre albedrío y la realidad cuántica
Cap 15.-Alma y partículas: una argumentación científica
80.-Alma y conciencia, bosones y fermiones
81.-Causa y efecto: el carbono como origen de la vida
82.-Oportunidad de la materia y las dos fuerzas del alma
83.-¿El final del alma?
84.-El alma y la renovación, el solipsismo y la imitación
85.-¿El secreto de la inmortalidad?
Cap 16.-Alma y mecánica cuántica
86.-El alma, la velocidad y la percepción: el fractal
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87.-El alma y la luz: catástrofe ultravioleta
88.-El salto cuántico y las supercuerdas: energía espiritual y material
89.-El alma, el enigma cuántico y la ondulatoriedad
Cap 17.-Alma y colapso: los dos agentes
90.-Dos relaciones del enigma cuántico con el alma
91.-Los dos agentes del enigma cuántico: hombre y … ¿ángel?
92.-Una probable energía del alma: el fotón
93.-Un concepto cuántico de la conciencia
94.-Los dos agentes del colapso: hombre y… ¿ángel?
Cap 18.-Interferencia cuántica y alma
95.-La interferencia cuántica como acción del alma
96.-Experiencia con la luz y su analogía con el alma
97.-Dualidad onda-materia: ¿será la conciencia?
98.-La observación: alma, personalidad y conciencia
99.-El alma y la personalidad, la física cuántica y la clásica
100.-La interferencia cuántica y el alma
Cap 19.-El alma y las cuatro dimensiones
101.-El alma y las cuatro dimensiones
102.-El alma como percepción simultánea en 360º
103.-La percepción como instrumento para comprender
Cap 20.-Superposición cuántica y alma
104.-El alma, la conciencia y la superposición cuántica
105.-El tiempo para el alma
106.-Los puntos cuánticos y la percepción
Conclusión
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Introducción
Aristóteles relaciona al alma con la psyche, Descartes adopta la
dualidad res cogitans – res extensa, Baruch Spinoza afirma que es
sustancia divina, para Leibniz es mónada porque subsiste por sí
misma, Kant la relaciona con la capacidad humana para comprender
lo absoluto, Fichte dice que es la acción propiciada por el
conocimiento, Freud le da un carácter superlativo y dice que es el
súper-yo y Bloch especula con que el alma es la realización del futuro
en el presente.
En Génesis, la ruaj, alma o soplo de vida, hace del ser humano un
organismo vivo y así podríamos seguir citando opiniones y
afirmaciones acerca del alma, tantas que acabaríamos perdiendo el
objetivo de nuestro trabajo.
Informándonos en las variadas filosofías que tratan del alma hemos
encontrado tres tendencias, en las que hemos podido observar que la
relación entre la filosofía y la ciencia, ha propiciado los mejores
argumentos y también las más detestables atrocidades.
En la primera tendencia nos parece entender que la búsqueda de la
causa es su objetivo, desatendiendo al efecto, se basa en la creencia
y su instrumento es la afirmación.
En la segunda interpretamos lo contrario, que se desatienden las
causas y solo importan sus efectos porque son lo único tangible, se
sustenta de la percepción sensitiva y también afirma, aunque sus
afirmaciones son contrarias a las de la primera tendencia, con la que
hemos podido observar que mantiene constante lucha, dialéctica unas
veces y asesina otras.
En la tercera tendencia observamos una relación entre las dos
anteriores y aquí interviene poderosamente el aspecto científico,
entre una posible causa y el efecto realmente observado, reduciendo
e incluso cesando la confrontación ideológica manifiesta por la
separación entre el estudio de las causas y el de los efectos.
Así, hemos disfrutado con la tolerancia y la comprensión emanantes
de aquellas filosofías que tratan pacíficamente el tema del alma,
aunque sus caminos no sean coincidentes con los de otras, porque la
comprensión es su único instrumento y la lógica su medio.
Gracias a esta tercera tendencia, el filósofo tiene la oportunidad de
comprender una causa relacionando el efecto que le explica el
científico, de tal forma, que ciencia y filosofía se complementan sin
enfrentarse.
Gracias a la relación filosófico-científica se originan conceptos como la
racionalidad y la irracionalidad del alma, la filosofía positiva y la
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negativa o la partícula espiritual y la material, así como más
recientemente el principio de incertidumbre, o la relación entre
magnitudes tales como la masa y la velocidad de la luz con la
energía, mediante la que podemos comprender que la energía puede
transformarse en masa material y también viceversa.
El alma vendría a significar esa energía invertida en crear materia, así
como la conciencia respecto de la capacidad para hacerlo, dicho así
habría que creerlo a no ser por la hipótesis científica que define a dos
clases de partículas, los bosones y los fermiones, cuyas
características se asemejan a las de aquellas dos tendencias
filosóficas de antaño, que trataban de investigar sobre causas y
efectos.
Actualmente disponemos de la oportunidad para comprender la
acción del alma, estudiando la frecuencia necesaria para que una
energía produzca un electrón o a un protón, porque sabemos que si
se agrupan protones y electrones forman átomos y también que toda
agrupación atómica forma elementos materiales.
Si la conciencia es la capacidad para aplicar la energía oportuna y la
ciencia nos explica cómo funciona esta energía, también cómo se
forma la materia, pretendemos tratar el tema del alma y de la
conciencia bajo aquella tercera tendencia, la que busca la causa de
todo efecto, propiciando la comprensión y desarrollando la lógica.
Cuando la comprensión ocupa el espacio de la creencia, el ser
humano se enriquece en sabiduría y en humildad.
Este trabajo trata de demostrar que el alma es una energía y la
conciencia es la capacidad para aplicarla.
Cap 1.-Antecedentes del término alma
1.-Posible origen del término alma
Según las más antiguas referencias que hemos encontrado, tales
como la filosofía védica, las Upanishads o las creencias y prácticas en
el antiguo Egipto, entendemos que el término alma surge de concebir
a la vida presente como consecuencia de otras vidas anteriores,
interpretación que originó diversos criterios a los que resumiríamos
en tres:
1.-el movimiento de ida y vuelta entre la materia y lo inmaterial
2.-dos cualidades materiales, la sensibilidad y la vida, producidas por
el movimiento anterior
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3.-la energía que consume todo movimiento
Al movimiento se le consideraba el aspecto superior y generatriz de la
sensibilidad y la vida, que eran sus aspectos inferiores.
Del movimiento derivará posteriormente el término espíritu, la
sensibilidad y la vida se fundirán progresivamente en el término
personalidad y a la energía consumida en el tránsito entre la materia
y lo inmaterial, parece ser que se le haya dado el nombre de alma.
Respecto del alma ya había en nuestros ancestros un criterio
diferenciador entre un aspecto superior y otro inferior, criterio que se
mantendrá así en el transcurso del tiempo, aunque hayan habido
intentos de antropomorfizarlo y de simbolizarlo respecto de la luz.
Alma:
nexo entre una vida y la siguiente
--Aspecto superior: movimiento
El alma como
energía manifestada en
las encarnaciones
--Aspecto inferior: sensibilidad y vida
2.-El alma en Egipto
En el antiguo Egipto se consideraba que el ser humano estaría
formado por siete cuerpos o estados, siendo Seju el más denso o
cuerpo físico y Ren el más sutil.
Seju formaba una tríada que era el aspecto inferior que vimos en el
apartado anterior y que se refería a la sensibilidad y la vida, Ren
formaba otra tríada que era el aspecto superior o movimiento.
Estas dos tríadas estaban relacionadas por un cuerpo o estado
intermedio, el Ba, que es el precursor de nuestro actual término
alma.
Los tres estados o cuerpos superiores eran:
Ren: en este estado se conocía el verdadero nombre, oculto en los
otros estados y que era revelado para crear en todos ellos.
Sejem: energía que ha mantenido con vida al difunto, la misma
que lo resucitará en otro estado de disfrute o de sufrimiento,
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según su vida recién finalizada.
Aj: es el paso que hay que atravesar para pasar a la existencia en
otro estado, allí se pronuncia determinada contraseña como
saludo para ser bien recibido por los seres que lo habitan.
A los tres inferiores los nombraban como:
Ka: energía de la materia física, simbolizada mediante ofrendas de
alimentos, de vestidos o de joyas.
Sheut: forma física con la que muere el cuerpo, que al embalsamarlo,
resucitará en el estado Sejem.
Seju: restos mortales del difunto.
El estado intermedio Ba, es el que, por sus características, aporta
mayores coincidencias con nuestro concepto del alma.
Ren
Sejem
Tríada superior, produce movimiento
Aj
___________________
Trasmigración
de lo inferior
hacia lo superior
(inmortalidad)
Ba
Energía
que vivifica,
es el Alma
_____________________
Ka
Sheut
Tríada inferior
Seju
Su relación es
la conciencia
produce
sensibilidad
y vida
3.-Ba, la trasmigración del alma y la iluminación
El estado Ba en la creencia egipcia, nos merece consideración por dos
razones:
-porque es un estado intermedio entre los tres más sutiles y los
otros tres más densos, como el concepto del alma, que media
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entre la materia y el espíritu
-y porque Seju, Sheut y Ka han de integrarse en Ba después de la
muerte, pasando al estado superior a través de una prueba en Aj,
como el alma, de la que hay quien afirma que será enjuiciada
Quizás sea este el origen de la creencia en la trasmigración del alma,
suponiendo que después de la muerte se transita hacia estados sin
materia sino de energía, en los que se revela el nombre a quien haya
superado el tránsito a través de Aj, nombre que confiere el poder de
crear en los tres estados o cuerpos inferiores, cuando sea
pronunciado correctamente.
El deseo por conocer ese nombre creador constituía todo un ritual
invocativo, bajo la esperanza de atraer la atención de quienes han
muerto y tienen cuerpos sutiles en alguno de los tres estados Aj,
Sejem o Ren, para que comuniquen este nombre oculto a los que
todavía permanecen con vida.
Quien conociese su nombre oculto era considerado como un ser
iluminado, por eso el símbolo del estado intermedio Ba era la luz,
como uno de los símbolos más comunes del alma.
Más adelante podremos observar que, en plena hegemonía griega, se
repite el ritual respecto del estado intermedio Ba, en el que sus
adeptos se reunían en grupos bajo la dirección de un sacerdote
iniciado.
4.-Los dos aspectos del alma en Egipto
Hemos visto que Ba era para Egipto el aspecto superior de
subestados, equivalente al yo superior en las filosofías orientales
que asignaban la luz como símbolo, siendo el subestado inferior
o inteligencia, simbolizado por el fuego y por el poder
conocimiento.
dos
y al
Khu
del
Los dos subestados Ba y Khu originarán posteriormente conceptos
como el alma racional y la irracional, también la partícula espiritual y
la material, a los que tendremos oportunidad de observar.
Ba: aspecto superior
Es nuestra actual alma
Produce el movimiento
Símbolo: luz
El alma en Egipto
Ka
Es nuestra
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aspecto
Khu: inferior
Sheut
actual
personalidad
Seju
Produce la sensibilidad
y la vida
Símbolo: fuego
5.-Míticos alados en Egipto
Al morir, los egipcios creían que el alma quedaba liberada de su
tríada material formada por Seju, Sheut y Ka, manifestándose
entonces como lo que es, como fuego que concede el don del
conocimiento y el poder de destruir o de crear materia.
Después de la muerte, creían que se inicia el tránsito hacia los tres
estados o cuerpos superiores a través de Ba, en los que al difunto lo
asaltarían terribles seres para sumergirlo en penosas, dolorosas y
desesperantes situaciones, a las que tan solo podría evitar mediante
las correctas acciones durante su vida y la ayuda de los que ya
habían muerto, de ahí que les invocasen protección.
La creencia egipcia asignaba alas a los cuerpos de los recién
fallecidos, esperando su intervención mientras atravesaban las
supuestas y terribles situaciones post mortem. Simbolizaban a los
difuntos con las formas de aves cuyo vuelo fuese el más veloz y así
pasar cuanto antes aquellas temidas circunstancias.
6.-La conciencia y el corazón en Egipto: la reencarnación
Después de haber superado el aspecto Ba, al alma del difunto se le
permitía penetrar en el estado Aj, el primero de la tríada superior, en
el que debería presentarse sola ante Osiris y los cuarenta y dos
miembros del tribunal que juzgaría sus acciones.
El tribunal comandado por Osiris formaba la conciencia, al que se le
asignaba la tarea de juzgar si el alma merecía o no penetrar en el
estado Ren.
Si Osiris permitía el paso del alma hacia Ren, el recién fallecido se
convertiría en un dios y se le revelaría su nombre secreto. Después
de mucho tiempo, creían que el alma descendería al estado Aj de
nuevo para vivir otra vida con otro cuerpo. Quizás esta creencia haya
sustentado la idea de la reencarnación.
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Para los egipcios, el corazón recordaba sin distorsiones, olvidos ni
intereses, todas las acciones realizadas durante la vida, porque creían
que este órgano contenía la pureza y la verdad.
El ser que llegase al estado Ren viviría en el Ararú, lugar destinado
para los puros y equivalente al cielo de los cristianos, motivos por los
que los egipcios guardaban al corazón en recipiente aparte cuando
momificaban un cadáver.
Nos hemos extendido en las referencias a las antiguas filosofías
egipcias porque se van a repetir en tiempos posteriores, aunque bajo
distintas denominaciones, tal como tendremos oportunidad de
manifestar en este trabajo.
7.-Vedas: la comprensión, la curiosidad y la muerte del alma
La filosofía védica no concibe nada estable sino que todo
encuentra en constante movimiento, así, afirma que todo lo que
ha resultado de lo que fue. La creencia en el alma la sustenta
admitir la ininterrumpida renovación del pasado, o lo que es
mismo, en la reencarnación.
se
es
en
lo
Según la creencia védica, el proceso de reencarnar con otro cuerpo
supone la desintegración de los cuerpos anteriores, así como la
adquisición de uno nuevo, cuya calidad dependería de las acciones
realizadas en el pasado.
Estas filosofías establecen un sistema dogmático en el que es
importante el conocimiento, porque constituye el método para
conjugar las energías del pasado con las del futuro.
Cuando no se ejerce el control de estas energías, el ser humano
realiza actos inconscientes, por lo tanto ignorantes, sumiéndose en:
-la estupidez
-y la distracción
De ahí el valor del conocimiento para sus creyentes, porque
desarrolla la comprensión.
A propósito de la estupidez, Einstein dijo: Dos cosas son infinitas, el
universo y la estupidez humana. En cuanto al universo, todavía no
tengo la certeza absoluta.
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…….. Sinónimo: ignorancia
Estupidez y distracción….
……. Antónimo: conocimiento
La filosofía védica considera al alma como la capacidad de
comprender, la que se desarrolla mediante la curiosidad porque no se
conoce lo que no se desea.
La falta de curiosidad despertaría la estupidez y provocaría la
distracción, desenergetizando al alma por falta de atención. Esta
desenergetización progresiva del alma se interpretará más tarde
como su muerte.
Según estas premisas, podríamos deducir que la falta de curiosidad
evita el conocimiento, sin conocimiento no hay nada que comprender
y a los actos resultantes de la ausencia de curiosidad los impulsará la
imitación, de esta manera, el alma se desvitalizará.
Para la filosofía védica y también la taoísta, la estupidez y la
distracción se evitarían mediante la atención y la observación.
El hecho de observar atentamente pudiera suponer que la acción no
fuese fruto de la reacción. Vendría a ser como aprender
secuencialmente las lecciones de un texto.
8.-Vedas y Tao: la sustancia universal
Estas filosofías afirman que el alma es eterna, que la atención es su
cualidad, que el alma está formada por sustancia espiritual y que la
conciencia del momento presente, es el resultado de las conciencias
desarrolladas en múltiples reencarnaciones anteriores, en las que se
han ido cambiando la estupidez y la distracción por la comprensión.
La filosofía Fu-Hi predica la existencia de una sustancia universal que
crea el mundo, es la sustancia Tao de la que todo proviene y a la que
todo ha de regresar. Esta filosofía adopta el estado Ba egipcio y
también el concepto de la trasmigración del alma.
El Tao practica la meditación y el ayuno como principios para
desatender al mundo material, desarrollando así el poder de
observación. Para esta creencia es una forma de practicar la atención
y de integrarse en el mundo espiritual para llegar a la unidad, el Tao,
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a través de la experiencia que ofrece la infinita diversidad de la
materia.
Parece que el término sustancia universal del Fu-Hi sea similar al del
gnosticismo y, a medida que recorremos nuestra historia,
observamos que las deducciones de un momento se apoyan en otras
anteriores, así como que las creencias predominantes en un lugar se
han esparcido hacia otros lugares, diversificándose.
Términos como la atención, la universalidad, la iluminación o la
observación desapasionada, observamos que no son revelaciones en
el presente sino legados de un pasado.
Si aplicásemos la ciencia a la creencia, quizá tuviésemos la
oportunidad de comprender más que aquellas filosofías y de aminorar
la estupidez y la distracción.
9.- Caribe y mayas: la sustancia universal
Los caribeños consideran que el alma es el recuerdo más profundo e
íntimo que queda del difunto, es el sentimiento que impregna a los
demás cuando lo recuerdan en vida, recuerdo que se reparte y
comparte entre sus familiares y conocidos.
En el Caribe se interpreta a la sustancia universal como ese recuerdo
de los que han vivido, seres ya fallecidos con los que podrían
reencontrarse en otra vida o no hacerlo jamás, de ahí que sus ritos
incluyan alegría y tristeza al mismo tiempo.
Los mayas adoptaron de la creencia egipcia el concepto de la
trasmigración de las almas, así como el tránsito a través del estado
Ba hacia la tríada superior.
En la filosofía maya se afirma que todo lo que existe ha de superar
nueve niveles de dificultad para alcanzar la perfección, al final de los
cuales retorna a un origen que es común para todos los seres, ese
origen es la sustancia universal de la que todo emana y a la que todo
retorna.
Para un maya, los demás son el espejo de uno mismo, Dios es un
gigantesco organismo del que emana esa sustancia universal que
todo lo vivifica, manifestándose como energía y cuyo mejor
exponente es el Sol.
Quizás esta creencia maya sea una base sobre la que se hayan
elaborado filosofías e hipótesis respecto de la universalidad, tales
como la de Víctor Hugo, la teoría M o el teorema de Bell, algunas de
las que tendremos ocasión de observar más adelante.
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Cap 2.-Lo ápeiron, la ataraxia y el tránsito del alma
10.-Culturas prehelénicas: el cuerpo se torna en alma
Parece que las sociedades anteriores al siglo VI adC, diferenciaban
entre la divinidad y pureza del alma respecto de la materialidad y de
la impureza del cuerpo, sin abandonar la idea de que alma y cuerpo
se relacionan estrechamente.
Creían que aquella dependencia entre el alma y el cuerpo era
necesaria para el progreso hacia la purificación de la materia,
teniendo que transcurrir para ello determinado número de
encarnaciones o trasmigraciones.
Se concebía a la muerte como la liberación temporal de la prisión
material del cuerpo, ya que de nuevo se reencarnaría en otro cuerpo
que habría que purificar.
Así progresivamente se alcanzaría tal grado de pureza que el cuerpo
se convertiría en alma, lo que equivaldría a afirmar que la materia se
tornaría en energía, afirmación enunciada mediante la ecuación de la
teoría de la relatividad general de Einstein.
En aquel tiempo se pensaba que el hombre es la parte material de los
dioses, con los que podría comunicarse a través del alma y que, al
final de la trasmigración, el hombre se convertiría en un dios.
Esta creencia propiciaba la existencia de ritos iniciáticos en los que se
practicaba la omofagia en algunos casos y se aprendían métodos para
entonar correctamente determinados cánticos rituales, cuyo objetivo
era el de alcanzar una vida eterna en la que ya no se volvería a
encarnar más, así podrían vivir como almas, ya sin estructuras
materiales y liberados de la materia del cuerpo.
Probablemente estas filosofías hayan originado el concepto de la
eternidad del alma porque trataron de definir la vida después de la
muerte, creando para ello un sistema filosófico basado en elevar a lo
superlativo las virtudes, capacidades y placeres humanos, en los que
forzosamente tendría que intervenir más la imaginación que el
conocimiento de la realidad.
La mayor intervención de lo que imaginamos respecto de lo que es
real, haya sido posiblemente el germen de nuestro vicio para
antropomorfizarlo todo, más bien casi todo.
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11.-Grecia: orfismo y hedonismo
Alrededor del siglo VI adC se repite el ritual egipcio respecto del
estado o cuerpo intermedio Ba, proliferando unas agrupaciones
humanas llamadas tiasas bajo la dirección de un mystos o iniciado.
Los adeptos de una tiasa vestían con túnicas blancas emulando a la
luz del alma, aprendían palabras y frases que, en su correcta
entonación, creían que producirían determinados efectos, entre ellos
el de invocar a los mystos superiores demandando su protección,
revelación y orientación.
En aquellas tiasas predominaba la tendencia al monoteísmo centrado
en Zeus, la deidad suprema y considerado dios de dioses, sus
integrantes afirmaban comunicarse con los dioses a través de su
propia alma y de los mystos. Para esta finalidad se abstenían de
comer carne, se educaban debidamente estudiando a la naturaleza y
a los geómetras egipcios, se esforzaban en la adquisición de
conocimientos y practicaban sus rituales bajo dos tendencias, la
irracional y la racional.
La vertiente irracional era la primera en aprenderse, su base consistía
en el estudio de los elementos y fuerzas de la naturaleza así como de
sus efectos, consideraban que el alma estaba aprisionada por la
materia y que el conocimiento de la naturaleza y de todo lo material,
era el principio para conocer al alma.
La vertiente racional, la más compleja, tenía a la razón y a la lógica
por instrumentos, nada debía ser afirmado sin argumentarse, se
esforzaban en no repetir lo que otro había dicho y trataban de que,
quien escuchase, comprendiese lo mismo que comprendía quien
hablase.
Cuando un aprendiz era entrenado en la vertiente racional tenía que
desarrollar la paciencia, pues no se le permitía acceder a unos
conocimientos sin haber adquirido los precedentes. Era un sistema en
el que imperaba la lógica.
En aquella época, la racionalidad consistía en hacerse comprender por
los demás para mejorar y fortalecer a su sociedad, en este sentido
organizaban las tiasas a través de los mystos para encauzar
públicamente el aprendizaje, ya que consideraban que el
conocimiento era universal, sin distinciones ni jerarquías.
Situaban al alma bajo la universalidad del conocimiento y en un
estado similar al Ba egipcio, el que les llegaría cuando aprendiesen a
razonar argumentando y así nacería otro mystos o iniciado.
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Esta era para ellos la técnica que conectaba directamente con el
alma, el orfismo, al que debemos la lógica.
irracional
Alma aprisionada en la materia
Produce sensibilidad y vida
Reunión
o tiasa
líder: mystos
Estudio de la naturaleza
y de los geómetras
egipcios
racional
Lógica y razón
No afirmar, sino argumentar
Produce el movimiento
Orfismo
Creían que si lo irracional no se supeditase a lo racional se caería en
el hedonismo, porque se buscaría la satisfacción mediante cualquier
placer y se anularía la oportunidad del contacto con el alma.
En el intento de evitar las prácticas hedonistas aprendían a reconocer
y a cuantificar toda necesidad, para satisfacerla racionalmente.
Pitágoras y sus seguidores adoptaron la filosofía del orfismo, al que
aportaron interesantes deducciones en geometría y matemáticas, tan
interesantes que seguimos sirviéndonos de ellas después de más de
dos mil años.
12.-Anaximandro de Mileto: lo ápeiron y el alma
Los griegos adoptaron y desarrollaron ideas tales como la existencia
de un principio universal, eterno y que todo lo origina, consideraban
que es una sustancia material que está en todo, aunque de origen
divino, todo la contiene y a todo abarca, es lo ápeiron, así, en neutro,
nombre asignado a aquello sin límite y que se deriva de la partícula a,
negación, y de peras, perímetro o límite.
Anaximandro de Mileto, discípulo de Tales de Mileto, afirmó que lo
ápeiron es la causa generatriz del universo, tanto de su generación
como de su destrucción. Continuaba el orfismo.
Lo ápeiron
sustancia universal
-alkaest
-éter primordial
causa generatriz
micro y
macrocósmica
gnosticismo
y orfismo
movimiento
constante
genera materia
y la desintegra
ENERGÍA
O
ALMA
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El pensamiento de Anaximandro, una de las bases del orfismo, afirma
que cada ser tiene su propio principio, es autor de su propia
generación y también de su destrucción, lo que implica un constante
movimiento generando y destruyendo materia.
El continuo e incesante movimiento ha de ser realizarse en y por el
propio individuo, al que se le consideraba como causa y efecto.
Este concepto de lo ápeiron como causa generatriz y desintegradora,
aplicada exclusivamente al propio individuo, habría podido generar
interpretaciones tales como la Ley de Economía, enunciada por A. A.
Bailey en su Tratado de Fuego Cósmico, así como al concepto místico
del Primer Rayo en la filosofía oriental.
En lo que respecta a la Ley de Economía, porque todo efecto
mantiene exacta equivalencia con su causa y también porque ambos,
efecto y causa, implican directamente al individuo causante.
En lo relativo al término oriental del Primer Rayo, porque también se
le asigna el poder de destruir y de volver a integrar.
Tanto en generar materia, o nacimiento, como en destruirla, o
muerte, se consume energía, se invierte cierta cantidad de lo ápeiron
y a esta energía empleada, posteriormente se le ha llamado alma.
13.-Epicuro de Samos: ataraxia del alma
Experimentar sensaciones fue una de las prácticas más comunes en
la antigua Grecia, recordemos la tendencia a la satisfacción mediante
cualquier placer, el hedonismo, en el que la sensación constituía una
meta para usar y consumir lo ápeiron, al que consideramos en el
apartado anterior.
La satisfacción racional del placer era entendida como una cualidad
del alma, a la que tan nocivo le resultaba renunciar al disfrute como
buscarlo sin mesura, de esta forma, se llegaría a experimentar el
placer del espíritu combinando alma e inteligencia, con la
particularidad de que, según esta filosofía griega, con el cuerpo
racionalmente satisfecho se llegaría a un estado en el que podrían
manifestarse las cualidades del alma, algo parecido al estado post
mortem, con la diferencia de que se experimentaría en vida.
A este estado, en el que el cuerpo físico, o parte irracional, ya no
interfiere en la manifestación de lo racional, Epicuro de Samos lo
denominó ataraxia, término que Aristóteles adoptó denominándolo
entelequia, como veremos más adelante.
Quizás la ataraxia fuese la precursora de conceptos tales como el
cielo, el nirvana o de tantos otros semejantes.
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Metafísica del alma: un concepto cuántico de la conciencia
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La filosofía epicúrea de la ataraxia del alma sirvió de base para el
posterior epicureismo, una escuela en la que el conocimiento carece
de utilidad si no puede ser empleado para ser mejores y más felices.
Algo similar a las tiasas, a los mystos y al cuerpo o estado Ba de los
egipcios, a los que atendimos anteriormente.
14.-Los dos principios de Epicuro
Epicuro de Samos recopiló una vez más al orfismo, pues también lo
habría hecho anteriormente Orfeo en sus Himnos Órficos.
Epicuro dedujo dos nuevas premisas de aquellas otras dos de los
Vedas y del Tao, a las que observamos en un apartado anterior y que
eran la estupidez y la distracción, siendo los de nuestro filósofo de
Samos:
-la prudencia, para usar racionalmente del placer
-y la indeterminación, basada en el comportamiento inesperado de
los átomos.
El enunciado epicúreo de la indeterminación pudiera constituir el
primer esbozo del principio de incertidumbre de Heisenberg, de la
relatividad de Einstein o del teorema de la incompletitud de Kurt
Gödel.
Vedas y Tao
estupidez------------------distracción
Epicuro de Samos
Principio
de incertidumbre
de Heisenberg
prudencia------------ indeterminación
Teorema de la
incompletitud
de Kurt Gödel
Teoría de la
relatividad
de Einstein
15.-Posible origen del concepto de la inmortalidad del alma
Según Epicuro, el entrenamiento para ser prudente y la aceptación
que existe una parte irrenunciable del destino, o principio
indeterminación, permite llegar a la ataraxia del alma, esto
practica desatendiendo a los objetivos materiales y atendiendo
de
de
se
en
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mayor medida a los inmateriales, entre los que está la comprensión a
través del razonamiento y de la lógica.
Afirma Epicuro que atender a lo que estoy haciendo y no a lo que he
hecho ni a lo que haré, o lo que es lo mismo, atendiendo al presente
y no al pasado ni al futuro, se aprende el camino hacia la ataraxia del
alma.
Esta práctica pudo derivar en diversas interpretaciones, entre ellas la
de permanecer imperturbable ante las circunstancias del mundo
exterior, es decir, sin reaccionar en contra ni a favor de nada. Vendría
a ser la acción pura.
La desatención hacia todo lo material permitió considerar a la muerte
como un suceso externo al alma, además de un suceso esperado y
deseado, ya que pensaban que el alma permanecería viva después de
que el cuerpo hubiese muerto, o de otra manera, que el alma sería
inmortal.
Parece probable que Epicuro adoptase las creencias de los antiguos
asirios, para quienes el alma pasa de uno a otro estado cuando el
cuerpo muere, recordemos el concepto de la trasmigración de las
almas, al que vimos en apartados anteriores.
Según la creencia asiria anterior a la época de Epicuro, también
según la trasmigración del alma, cuando el cuerpo ya no interfiere
porque ha muerto o porque se le controla debidamente en vida, se
obtiene la justa y eterna recompensa, tan solo entonces.
16.-El tránsito del alma para resucitar al cuarto día
Anteriormente vimos que los egipcios creían estructurado al ser
humano en siete cuerpos o estados y que Ba era el intermedio, que a
su vez se componía de un aspecto superior y de otro inferior, el
subestado Khu, al que adoptaron los babilonios identificándolo con la
inteligencia y creyéndolo material.
De esta manera, en Babilonia se argumentaba que el alma era mortal
y corpórea, creencia contradictoria respecto de la egipcia, sin
embargo, ambas creencias se dispersan hacia otras civilizaciones
generando distintos dogmas y fragmentándose cada vez más, hecho
que propicia tal cantidad de opiniones diferentes que resulta
dificultoso encontrar una idea generatriz, ya que cualquiera de
aquellos dogmas intenta justificar que es la verdad y que todos los
demás están equivocados.
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Ba
Alma racional de PLatón
Aspecto superior
Alma
Aspecto
Khu: Babilonios……..Alma irracional
(Inteligencia)
inferior
Asirios
Alma
corpórea
y mortal
Aristóteles
Hoy podríamos suponer que nadie en aquella época estaría en
condiciones de demostrar la veracidad de lo que decía, sino tan solo
argumentarlo. Si la lógica de sus argumentaciones era más
convincente que la de otros, se le creía, de lo contrario se perdería el
interés por lo que decía.
Así se constituían numerosos grupos de personas en torno a los
oradores, esperando los discursos para impresionarse con su lógica
argumentativa, tuviese razón o no.
La capacidad argumentativa griega se expande hacia otras
civilizaciones tales como las de los iranios, medos o persas, en las
que se afirma que el alma del hombre mantiene una constante lucha
entre dos extremos, el bien y el mal, lucha resultante de la
separación de los dos aspectos del cuerpo o estado intermedio para
los egipcios, el superior Ba, de tendencia al bien y el inferior y
material Khu, sobre el que recaía la creencia de que tendía hacia la
materia, por lo tanto hacia el mal.
Según estas creencias, el alma permanece durante tres días y tres
noches junto al cuerpo del fallecido, del que se libera al alba del
cuarto día para presentarse ante el genio Rashún, quien determinará
si el alma puede cruzar el puente Ciuvat o será arrojada al abismo.
Si Rashún permite que el alma cruce el puente, a la otra parte la
esperará el ángel Craosha para llevarla ante la presencia de AuraManú, quien le proporcionaría un cuerpo perfecto y sin necesidades
físicas.
Si Rashún no permite que el alma cruce el puente Ciuvat, cae por un
abismo hasta llegar al reino del impío genio Angromainyus.
Como parte del ritual seguido por los adeptos a estas creencias y al
amanecer del cuarto día después de la muerte, los familiares y
conocidos del difunto esperaban alguna señal que les indicase la
llegada del alma del muerto ante la presencia de Aura-Manú.
Durante los tres días con sus noches, los asistentes habrían
permanecido juntos y congregados, invocando la clemencia del genio
Rashún con cánticos y frases repetidas incesantemente, pensaban
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que así se haría cargo de aquella alma para que no fuese alcanzada
por Angromainyus.
Al alba del cuarto día, cualquier indicio lo consideraban como prueba
de que el alma del difunto había alcanzado la estancia junto a AuraManú, pudiera ser el canto de un pájaro, un fugaz rayo de sol, el
nacimiento de una criatura, una buena noticia, …, a cada cual le
sucedía un detalle distinto a través del que interpretaban que el alma,
ya sin el cuerpo, había sido acogida por Craosha y presentada ante
Aura-Manú, habiendo resucitado a otra vida mejor tres días después
de la muerte.
Craosha (Hijo)
Puente Ciuvat
Cielo
Aura Manú (Padre)
Muerte
3 días
y
3 noches
presencia
ante
Rashún
Angromainyus….demonio……………Infierno
Seguro que estas creencias nos resultan familiares, pues parece que
ya eran así hace cinco mil años y que se hayan dispersado en ese
tiempo en todas las direcciones, generando creencias y dogmas muy
similares, diferentes tan solo en pequeños matices que han servido y
sirven de base para grandes barbaries.
Cap 3.-Mitología griega para el alma
17.-Laminillas de Creta: la abeja, el toro, la luna y el alma
Hemos seleccionado las leyendas siguientes como representativas
míticas del origen del alma, las que han gestado filosofías y dogmas
en todos los tiempos y que todavía siguen vigentes en lugares
concretos, como veremos a continuación.
En la isla de Creta, en lo que fuese la ciudad de Eleutherna y en el
año 2.010, el arqueólogo Nicolás Stampolidis encontró unas tumbas
dobles de las que pudo recuperar más de tres mil laminillas de oro,
de unos pocos centímetros de largo y datadas en el siglo VII adC,
también recipientes de cobre se supone que para perfumes, adornos
de cristal de roca, perlas, ámbar y un curioso colgante que si se mira
de arriba abajo es un lirio, mirándolo al contrario se aprecia un busto
femenino con el cuerpo de abeja, así como inscripciones e imágenes
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de colmenas y gráficos, en los que las abejas nacen del cadáver de
un toro.
En el siglo III, el filósofo neoplatónico Porfirio describe la creencia de
que después de la muerte, las almas convertidas en abejas y nacidas
del cuerpo de un toro, vuelan hasta la luna, porque pensaban que la
luna era la exaltación del toro, al que relacionaban con la capacidad
de engendrar y con la fertilidad.
Creían que aquellas almas lunares tenían mayores posibilidades de
volver a la vida terrestre para reencarnar en otro cuerpo. Las almas
que no se habían convertido en abejas y no llegaban a la luna,
surgían de los cuerpos de otros animales pero no del de un toro,
estas almas perdidas reencarnarían en los mismos cuerpos de los que
habían surgido.
Sófocles las describe cuando dice:
“Un enjambre de muertos zumba y marcha hacia lo alto”
Pretendemos señalar dos detalles respecto de estos hallazgos:
1.- la relación del alma con la abeja, con el toro y con la luna
2.- la posible interpretación de estas inscripciones
Abordemos a continuación ambos detalles.
18.- ¿Por qué la abeja y el alma?
Según los datos que hemos encontrado, el culto a las abejas podría
remontarse al antiguo Egipto, extendiéndose posteriormente hacia las
civilizaciones mediterráneas y hacia las existentes desde el Danubio
hasta el Cáucaso.
La cultura griega nos describe con bastante concreción esa posible
relación entre el alma y la abeja, en base a dos datos:
1.- creían que el alma sobrevive a la muerte del cuerpo
2.- la mítica leyenda de que fueron las abejas las que alimentaron
al pequeño Zeus en una cueva, a la que ni los dioses ni hombre
alguno podían penetrar
El culto helenístico a la abeja se completaba con un ritual practicado
por sacerdotisas, las llamadas Melissai, dirigido a la diosa Melissa
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Dea, en el que danzaban imitando al vuelo de las abejas y al zumbar
de sus alas batiendo.
Debido a esta creencia, consideraban que las abejas eran seres
divinos y los únicos capaces de comunicarse con Zeus, el dios de
dioses, por eso la devoción que les profesaban.
Este culto a las abejas en relación con el alma humana, se extendió
también hacia las lejanas sociedades siberianas, en las que todavía se
cree que, después de la muerte, el alma toma la forma de un animal
y tan solo las más avanzadas adoptan la forma de abeja.
19.-El alma, la abeja y el toro: el abellón y las pitinas
En su obra Geórgicas, el poeta Virgilio relata un ritual egipcio
mediante la fábula del sacrificio de un toro cada primavera, al que
introducían en un pequeño y apartado templo al uso, esperando que
con el tiempo, de su carcasa putrefacta brotase un enjambre de
abejas.
Por esta manera de entender la relación entre la abeja, el toro y el
alma, los egipcios protegían y cuidaban a las abejas, a las que creían
mensajeras entre los dioses y los hombres.
Hoy en día podemos encontrar aún ritos funerarios en los que la
figura de la abeja es relevante, como por ejemplo, el rito del abellón
en Galicia, práctica con la que se cree favorecer la salida del alma
después de la muerte, o el hecho de que los asturianos no entren en
discusión ante una colmena, a cuyas abejas llaman pitinas de dios,
porque dicen que son portadoras de las almas de los muertos,
también existe la creencia gallega de que, quien roba una colmena
pierde su alma y, cuando muere, se aparece a los vivos en los días de
luna llena con una cabeza de buey.
Quizás el registro más remoto de los rituales dedicados a las abejas
lo encontremos en la antigua Mesopotamia, en la que se rendía culto
a la Diosa Madre, a la que identificaban con la Luna y a la que
representaban con cuerpo de abeja, así como al Diaus Pitar o Dios
Padre, al que identificaban con el Sol y al que también simbolizaban
mediante la figura humana con cabeza de toro.
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Cap 4.-El alma y la lógica
20.-La katábasis: trasmigración de las almas
¿Qué podríamos deducir de las áureas laminillas cretenses del
apartado 17?
Las interpretaciones que se han hecho coinciden en dos aspectos:
-sus autores creían en la continuidad de la vida después de la muerte
-consideraban al alma como la capacidad que les permite ser
conscientes en dos mundos, el material y el inmaterial.
Para capacitarse en la consciencia simultánea de lo material y de lo
inmaterial procuraban ejercitarse durante la vida, de esta manera,
podría realizarse lo que ellos llamaban la katábasis o tránsito del
alma, paso que les permitiría una vida consciente y simultánea en los
mundos de la materia y el inmaterial.
Para que se produjese correctamente la katábasis, se entrenaban con
dedicación en aprender su propia y única contraseña, aquel nombre
secreto que observamos en las culturas prehelénicas, pues tenían que
pronunciar con la entonación exacta los saludos a los dioses,
consistentes en estrofas memorizadas desde muy temprana edad.
Entonar
correctamente
Después de
Katábasis
la muerte
la contraseña
cantando
estrofas
Saludo a los dioses
Trasmigración del alma
hacia el mundo inmaterial
La katábasis continuaba sustentando la idea de la inmortalidad del
alma y de la reencarnación.
21.-Aristóteles no creía en la inmortalidad del alma
Catorce años después de morir Demócrito de Abdera nace Aristóteles,
dos de sus primeras y prontas manifestaciones fueron:
-rechazar la teoría atomista de sus antecesores Leucipo y
Demócrito, porque se resistía a creer que estuviésemos hechos de
cosas inanimadas y sin alma, a las que aquellos llamaban átomos
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-y argumentar por qué no admitía la inmortalidad del alma
Demócrito negaba a Dios, afirmaba que la materia se crea a sí misma
mediante cambios físicos y no debido a la magia ni a la voluntad de
nadie. Pasó años estudiando la naturaleza de la luz y llegó a exponer
su teoría de la emisión, que consiste en que vemos a un objeto
porque la luz se refleja en él y este objeto emite partículas que las
captan nuestros ojos, así podemos verlo.
Esta teoría de la emisión se atribuye también a Newton y parece ser
que no es suya, aunque la desarrolló veintiún siglos más tarde de que
ya la hubiese enunciado Demócrito.
Volvamos con Aristóteles.
Aristóteles concebía al alma como una materia más que estaba sujeta
a la muerte, porque el alma existe mientras dure su actividad, que es
pensar y razonar.
Este pensamiento aristotélico lo repetirán después otros pensadores y
filósofos, tales como Tertuliano, uno de los padres del catolicismo y
casi siete siglos después de haberlo hecho Aristóteles.
Afirmaba Aristóteles que el pensamiento y la razón se sustentan en el
cerebro, de tal manera que al morir cesa la actividad cerebral y así
muere también el alma.
En este sentido decía:
«La función que parece más propia del alma es el pensar, pero el
pensamiento, acción que no tiene lugar sin la imaginación, no podría
producirse sin el cuerpo»
La filosofía aristotélica afirma que la materia se crea de forma
continua y sin interrupciones, contradiciendo a las tesis atomistas de
Demócrito y Leucipo.
Aristóteles argumentaba, en contra de aquellos dos, que la materia
no puede dividirse en partes irreductibles o átomos.
Estas contradicciones han continuado produciéndose durante veinte
siglos, tiempo en el que unas filosofías se han olvidado para ser
rescatadas de nuevo, por ejemplo, veremos como Pablo de Tarso y
también Descartes, entre otros, tratarán de nuevo el tema de la
inmortalidad del alma.
Pero vayamos un poco más despacio.
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22.-Aristóteles y la lógica de hace 23 siglos
Observemos ahora una manera peculiar del razonamiento de hace
veintitrés siglos.
Aristóteles afirmaba que una piedra cae más deprisa cuanto más
grande sea y también cae más deprisa que una pluma, porque todos
los cuerpos experimentan una fuerza que les hace recuperar el
estado de reposo original.
Así se deducía en aquella época que la piedra pesada cae más deprisa
porque estaría más contenta por alcanzar antes el suelo.
Esta forma de pensar perduró durante 2.000 años, hasta que llegó
Galileo Galilei.
Contemplando la evolución de estos conceptos, así como la manera
de razonarlos y de la lógica aplicada, tendremos ocasión de constatar
que las mismas afirmaciones y también idénticas contradicciones que
antaño, se argumentan hoy día por los partidarios de unas y de otras.
Pudiera ser que la lógica deducida en un momento y en determinado
lugar fuese la justa, así como que al cambiar de momento y de lugar
cambiaría también la lógica.
23.- Platón, la metempsicosis y el alma del mundo
Para los griegos, el término alma significaba mariposa y también
abeja.
Veamos con qué pudo encontrarse Platón en su época.
Una de las más antiguas teorías griegas sobre la existencia del alma
es la metempsicosis, creencia consistente en que los hombres que
cometiesen malas acciones, encarnarían en cuerpos de animales
como castigo. Se especula sobre si fue Pitágoras su creador.
Platón comenzó pronto leyendo textos de Anaxágoras, fallecido un
año después de nacer él. En estas lecturas se encontró con la idea de
que los animales tienen un alma sensitiva, igual que los hombres, con
la diferencia de que el hombre puede usar de la inteligencia, a la que
Platón denominó νοΰς, o alma del mundo, la misma que el latín
asumió después combinando la inteligencia como mens y la capacidad
razonadora como anima, ambas atribuidas al ser humano.
Nuestro filósofo fijó su atención en el alma del hombre, o νοΰς y al
observar que también puede cometer acciones propias de los
animales, pensó que en el ser humano deben coincidir dos clases de
almas:
-la racional, propia de la inteligencia y de la capacidad razonadora
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de la mente para elegir ante dos situaciones. Es la idea a través de
la razón y es la razón que origina nuevas ideas, lo que constituye
el movimiento de los antiguos. Si no hay razón tampoco habrá
idea ni movimiento, sino creencia.
-la irracional, propia de la acción instintiva y sin razonamiento
previo, sin idea ni movimiento, por eso el instinto se transmite de
uno a otro animal sin modificarse.
Para la filosofía platónica, el hombre ha de atender a su alma racional
a través de las ideas, así como que la relación entre el alma y la idea
es la lógica argumentativa.
Una idea puede desarrollarse en dos aspectos, en uno se utiliza la
imaginación y esta idea nunca se hará realidad, en el otro se atiende
a la posibilidad de ejecutarla y así podría realizarse aquella idea
original.
Si la relación se estableciese entre la imaginación y la idea, el hombre
no ejercería el poder de su alma racional porque no habría posibilidad
de realizar aquella idea, sería un ser irracional manifestándose a
través de su instinto.
Si la relación aunase la idea y la materia de la que se dispone para
realizarla, el alma racional se manifestaría con todo su poder y
constituiría la fuerza motriz del universo, lo irracional estaría al
servicio de lo racional y se manifestaría aquella antigua tríada
formada por el movimiento, la sensibilidad y la vida.
Inteligencia
Racional
Movimiento
hacia lo nuevo
(Ba: Egipto)
Es el anima
o νοΰς
Energía
inmaterial
Produce
movimiento
Lógica: ideas
El alma
según
Platón
Instinto
Irracional
(Khu: Egipto)
Movimiento
repetitivo
que acaba en la
Lógica: necesidad metempsicosis
Energía
de la
materia
Produce
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sensibilidad
y vida
24.-La conciencia, el enigma de Aristóteles y la imaginación
Aristóteles pensaba que la capacidad para relacionar la idea con la
materia propicia actos buenos y rescató al tribunal egipcio formado
por Osiris y sus cuarenta y dos jueces, la conciencia, al que la
filosofía griega denominó psyche identificándolo con el alma.
Aristóteles intentó definir al alma con su conocido enigma:
“el alma es determinada realización y comprensión de aquello que
posee la posibilidad de ser realizado”
Parece que, a este discípulo de Platón, le seducía la idea de que el
alma tuviese algo que ver con la relación entre aquello inmaterial que
tiene la posibilidad de ser realizado y su ejecución en la materia,
realización que se llevaría a cabo después de haber comprendido que
es posible hacerlo y por el propio individuo.
Durante siglos este enigma aristotélico ha permanecido sin resolver,
hasta que se pensó en equipararlo con el movimiento que origina el
sistema de proponer y realizar, como veremos más adelante al
considerar a Kant.
Sobre la posible, quizá ineludible relación entre la propuesta y su
manifestación en la materia, se afirma que es la conciencia y que
constituye el límite para la imaginación, porque imaginar lo que no
tiene posibilidad de ser realizado genera la inconsciencia.
25.-El alma y la entelequia
El término entelequia se atribuye a Aristóteles y nos recuerda al de
Epicuro de Samos con su ataraxia, se formó probablemente
combinando tres palabras, enteles o completo, telos o finalidad,
propósito y echein, tener, viniendo a traducirse como “lo que tiene el
fin en sí mismo”.
Enteles (completo)
El fin
Telos
(finalidad)
en sí
Echein
(tener)
mismo
ENTELEQUIA
(Aristóteles)
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Para Aristóteles, el alma es la entelequia del cuerpo, como el árbol es
la entelequia de la semilla. La entelequia supone el aspecto superior
de la materia y para que el cuerpo se convierta en alma, igual que la
semilla en árbol, hace falta un movimiento que, para el ser humano,
precisa de la sensibilidad y de la vida.
Todo movimiento consume energía, una energía vitalizadora como lo
es la del alma con cuya aplicación se pasa de un estado inmaterial a
otro en la materia, pues no olvidemos que Aristóteles creía que el
alma es una materia de orden superior, sin dejar de ser materia.
Cap 5.-La metafísica y la atención
26.-Origen de la metafísica: criterio oriental y occidental
Más de cien años después de la muerte de Aristóteles, uno de sus
seguidores, Andrónico de Rodas, recibió el encargo de clasificar sus
obras y archivarlas.
Andrónico se encontró con veintidós legajos, ocho se referían a física,
eran descripciones de los fenómenos de la naturaleza, los otros
catorce, a los que Aristóteles llamó genéricamente prote philosophia,
o filosofía primera, trataban de las explicaciones que le parecían
lógicas respecto de los hechos físicos que observaba en la naturaleza.
A estos catorce escritos los colocó Andrónico en un estante, a
continuación de los primeros ocho científicos, anotando en el registro
del archivo:
ta meta ta physika
que viene a significar: en este estante, “lo que está después de la
física”.
Y así nació el término metafísica.
El contenido de estos catorce escritos argumentativos fue estudiado
como disciplina académica durante siglos, porque eran pura lógica.
Avicena y Averroes fueron dos de sus más destacados
representantes, los que combinando las tesis aristotélicas con las de
Parménides de Elea, elaboraron dos sistemas filosóficos, la ontología,
ocupada en estudiar al ser en sí mismo y la teología, que considera a
Dios como principio y fin de todo ser.
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Ontología
El ser en sí mismo
(Entelequia)
ta meta ta physika: metafísica
Avicena y Averroes
(Andrónico de Rodas)
Teología
Dios: principio y fin
(Creencia)
Oriente adopta el criterio ontológico de la metafísica, basado en que
todo ser humano ha de desarrollar la capacidad de convertirse en un
dios.
Occidente hace lo mismo respecto de la teología, afirmando que el
ser humano no puede convertirse en un dios porque, la potestad de
ser en sí mismo, tan solo pertenece al dios de las religiones
occidentales.
De esta forma, aquellas argumentaciones de Aristóteles, su
metafísica, han originado dos versiones que separaron a orientales y
occidentales y lo continúan haciendo, afortunadamente cada vez con
menor empeño.
En la Edad Media se consideraba a la metafísica como verdadera
ciencia y como tal se estudiaba, hoy en día se está considerando por
algunos sectores como una pseudociencia, ¿por qué?
Quizás porque resulte fácil afirmar aquello indemostrable y también
porque se afirma lo que se cree, sin argumentación, bien porque lo
ha dicho alguien con cierta relevancia social o por imposición, cuando
esto ocurre, puede observarse que siempre falta un ingrediente: la
lógica, a la que se sustituye por la fe si es que solamente se admite
afirmar.
27.-Metafísica en árabe: no existe yo soy
En lengua árabe no existen los presentes afirmativos de los verbos
ser y estar.
Esta lengua no dice yo soy, tampoco dice yo estoy, sino:
ana akûn u (‫ن انأ‬
ُ ‫)أآ‬, puede que yo sea o llegue a ser
anta takûn u (َ ‫ن أ‬
ُ َ ), puede que tú seas o llegues a ser
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Metafísica del alma: un concepto cuántico de la conciencia
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El árabe sustituye al verbo ser por el de poder llegar a ser, o poder
ser, así como al verbo estar por el de poder estar o poder llegar a
estar. Curioso ¿verdad?
Para la teología, la expresión yo soy es atributo exclusivo de Dios y
no es alcanzable para el hombre.
Para la ontología, el hombre es, como Dios, que también es.
Mientras la ontología afirma que el alma humana es una parte de otra
alma mayor, la de Dios y por lo tanto divina, la teología lo niega,
adoptando el criterio de que el alma del hombre es una creación de
Dios, es decir, humana, como el ser humano.
Al sustituir el dogmatismo por la lógica se combinan teología y
ontología, este podría ser el verdadero sentido de la metafísica, a la
que Heidegger devolvió aquella lógica argumentativa de antaño, la
que permite comprender una afirmación sin tener que creer en ella.
Es muy difícil comprender todo lo que se afirma, cuando no
imposible, lo que no se comprende constituye el campo de
incomprensión, también de inconsciencia, en el que se mueve quien
gratuitamente afirma que habla de metafísica, porque crea sistemas
dogmáticos en los que tan solo hace falta admitir, no importa si se
comprende o no, también porque quien así obra no está interesado
por la lógica, sino en evitar que se dude.
28.-Posible origen del término espíritu
Si recordamos la tríada expresada en los primeros apartados: el
movimiento, la sensibilidad y la vida, cuando no se empleaba el
término alma y en la que se diferenciaban dos aspectos, el superior
para el movimiento y el inferior para la dualidad sensibilidad y vida,
podremos observar que esta tríada ha evolucionado en el tiempo,
identificándose el aspecto superior del movimiento con el mundo
inmaterial, así como a la dualidad sensibilidad y vida con la materia.
De esta manera, el movimiento progresa hacia la denominación
espíritu como causa de todo, a la que se sitúa en un estado
inmaterial en el que todavía no habría tomado forma la materia.
Esta actividad, todavía inmaterial, podría corresponderse con la de
gestar una propuesta y para ello habría que pensar, de ahí que el
pensamiento se haya considerado una actividad inmaterial y, quien
piensa, es ese aspecto humano capaz de iniciar un movimiento sin
forma y que acabará adquiriéndola.
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Según lo anterior, el aspecto inmaterial del propio ser humano
pudiera ser el espíritu, aspecto que coincide con el expresado por la
ontología y negado por la teología.
Se afirma que fue Pablo de Tarso quien institucionalizó el término
espíritu, refiriéndose a ese aspecto superior del ser humano que
emprende un movimiento en el mundo inmaterial, también que él
mismo sustituyó la tríada movimiento, sensibilidad y vida por la de
espíritu, alma y cuerpo, tal como tendremos ocasión de observar más
adelante.
29.- La atención pudiera teñirse de violeta
Si el espíritu tiene el ser, tal como afirma la ontología contradiciendo
a la teología, ¿cómo podría llegarse al ser? ¿Pudiera solucionarse el
eterno enigma de Hamlet?
Parece que sobren mecanismos y prácticas para llegar a ser, por
doquier hay dogmas que ofrecen ese fin si se siguen, ante lo que nos
encontramos con dos opciones, elegir a uno de ellos o seguir nuestro
propio camino, trazándolo a cada paso.
Se trata de jugar entre lo que para cada cual suponga seguridad o
inseguridad.
En la primera opción no haría falta decidir nada, porque en un
sistema dogmático todo está predeterminado y tan solo hay que
cumplir con el culto elegido.
La duda reside en responder a cuál de los dogmas nos adherimos con
la esperanza de que nos lleve al ser.
Para la segunda, habría que tomar una decisión en cada acto y para
ello se tendría que desarrollar una cualidad: la atención. En la
segunda opción no hay una sola pregunta como en la primera, sino
un número indeterminado de preguntas.
Es especialmente en este momento cuando agradecemos a Vicente
Beltrán Anglada sus prolijas y significativas palabras sobre la
atención.
Analizando superficialmente ambas opciones, podríamos deducir que
el término espíritu podría encontrarse en cualquiera de ellas, sin
embargo existe un matiz a considerar: la primera opción ya tiene
forma en la materia, las formas materiales son su dogma y así
perdura en el tiempo.
La segunda opción, en cambio, renueva sus formas incesantemente,
nunca descansa en algo hecho, es la pura mayéutica, tal como
tendremos ocasión de observar en el apartado siguiente.
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La distinción entre ambas opciones podría compararse con dos luces,
una que se refleja en la estructura material y la otra no.
Si la luz se refleja una y otra vez en los objetos, va disminuyendo su
frecuencia y adquiriendo tonos rojizos. En cambio, si la luz no se
refleja en objeto alguno podrá mantener o aumentar su frecuencia,
acercándose a las tonalidades violetas.
Formando una analogía entre opciones y luces, la de la primera
opción adquiriría tintes amarillentos y rojizos, porque inicia su
movimiento en una estructura material como lo es una actitud
preestablecida o impuesta, su espectro revela un aumento en la
longitud de onda y una reducción en su frecuencia, mientras que la
de la segunda opción se teñiría de azules, añiles y violetas, porque
sería mayor la frecuencia que la longitud de onda.
Si la atención es la cualidad que se inicia en el mundo inmaterial, sin
formas o espiritual y si su finalidad fuese la de adoptar una forma
nueva en la materia, la atención sería como esa luz que aumenta su
frecuencia y disminuye su longitud, es decir, la atención tendería
hacia el color violeta.
Si el violeta define a la atención y el alma es su energía, el alma sería
una energía coincidente con esa radiación de alto valor de frecuencia
y baja longitud de onda, lo que podría suponer que, analizando el
espectro de los impulsos electromagnéticos del cerebro de una
persona, pudiéramos adivinar qué clase de movimiento estaría
efectuando en un momento determinado:
--Si su radiación se correspondiese con bajas frecuencias y altas
longitudes de onda, su cerebro funcionaría con rayos infrarrojos,
microondas y ondas de radio, pudiendo significar que tendría poca
capacidad de decisión y que estaría buscando un sistema, un dogma,
algo o alguien, que le dijera qué tiene que hacer y cómo hacerlo. Las
tonalidades cromáticas de su espectro se corresponderían con las
amarillentas, anaranjadas y rojas.
--Si la radiación tuviera su correspondencia con luces ultravioleta,
rayos X o rayos gamma, sería el indicativo de que su cerebro decide
qué hacer cada vez que actúa, este pudiera ser el comportamiento
correspondiente con el término movimiento y espíritu, en el que el
libre albedrío pudiese ser decisivo, tal como observaremos más
adelante. Sus tonalidades cromáticas podrían variar desde el azul, al
añil y al violeta.
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Un pequeño detalle: ambas opciones coexisten y se confunden
cuando los valores de frecuencia y longitud sean ambos muy bajos,
siendo su tonalidad cromática el verde, así pues, cuando el espectro
de la emisión electromagnética cerebral revele tonos verdes, es
porque ese cerebro tiende a la pereza y sigue la ley de mínima
resistencia, su radiación se correspondería con los menores valores
de las radiaciones ultravioletas e infrarrojas. Pudiera ser la falsa
seguridad de creer sin dudar.
Rayos X y Gamma
Ultravioletas
Movimiento – espíritu
Mundo inmaterial
Atención
Microondas y ondas radio
Infrarrojos
Sensibilidad y vida
Mundo material
Distracción y estupidez
30.-El alma y la mayéutica: el logos
Primero Sócrates, después Platón y luego Aristóteles, siguieron un
sistema filosófico que, aún hoy, ejerce una poderosa influencia en
nuestra manera de presentar una argumentación.
Fue Sócrates quien puso nombre a este sistema, denominándolo la
mayéutica y fraccionándolo en tres fases:
1.- Adquirir conocimientos sobre el tema que nos interese
2.- Dudar de lo que conocemos, para formularnos una pregunta
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3.- Elaborar nuestra propia respuesta
conocimiento previo de un tema
Mayéutica
formulación de una pregunta
(Sócrates)
obtención de la propia respuesta
Una vez concretada la respuesta, esta se incorpora a los
conocimientos que tenemos sobre el tema, para enriquecerlo, a
continuación formulamos una nueva pregunta que nos proporcionará
otra respuesta y así sucesivamente.
El objeto de este sistema es llegar a la razón o causa del tema
elegido, también llamado logos, es la idea que decía Platón y también
es el origen de la metafísica de Aristóteles.
Sócrates afirmaba que “la razón es la verdadera naturaleza del alma”.
Con la mayéutica podría llegarse al fondo de cualquier cuestión, a su
alma a través de la razón, a su causa observando el efecto.
Esta razón o logos, es permitida en los sistemas ontológicos, los
orientales, pero negada en los teológicos u occidentales, en los que la
razón es la fe.
Krishnamurti ha sido uno de los mejores representantes del método
mayéutico y es que obrar así llega a ser molesto para algunos,
porque puede mostrar y descubrir a los demás qué interés real
subsiste detrás de la propia afirmación.
Es posible que la mayéutica sea la alternativa a la fe, ya que
sustituye a la creencia por la inteligencia.
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Cap 6.-Mitología y creencia
31.-Cuatro teorías sobre el origen del alma
Podríamos agrupar el origen del alma en cuatro teorías:
--la teoría de la emanación, el generacionismo,
el creacionismo y el organicismo.
EMANACIÓN
El alma es una fracción del cuerpo de Dios
GENERACIONISMO
Los padres generan el alma de sus hijos
Sobre el origen
del alma
CREACIONISMO
Dios es el creador de las almas
ORGANICISMO
Deriva del orfismo: el alma es parte de un
organismo universal
La teoría de la emanación es la preferida por las concepciones
panteístas, propias de las sociedades orientales.
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Estas filosofías conciben al alma como una partícula formando parte
de un cuerpo divino, de esta manera, Dios sería el conjunto agrupado
de todas las almas, siendo cada una de ellas una emanación del alma
divina, omnipotente, única y grupal.
El creacionismo tiene dos variantes. En la primera, el generacionismo,
se argumenta que el alma del recién nacido ha sido generada por las
almas de sus padres.
Generacionistas han sido Tertuliano, Lutero y Leibniz.
El generacionismo ha servido de base argumentativa para que
Charles Darwin expresara su teoría de la descendencia.
En la segunda variante creacionista, se afirma que el alma racional es
creada directamente por Dios. Esta interpretación es la que han
adoptado los dogmas monoteístas.
Tomás de Aquino se manifestó partidario del creacionismo y calificó
de herejes a quienes afirmaban otras teorías, tildándolas de falsas a
todas si no adoptaban el catolicismo.
El organicismo adopta el criterio de universalidad propio del orfismo,
al que ya observamos anteriormente, afirmando que los mundos
material e inmaterial forman parte de un todo orgánico, un cuerpo,
un gigantesco organismo con vida propia. Como una estrella.
Se dice que el organicismo y la emanación son la misma teoría.
Para el organicismo, el alma es una parte de este todo viviente sin
diferenciarse de otra, ya que la diferencia estaría únicamente en el
cuerpo. Predica que en el mundo inmaterial todo es unidad y unitario,
mientras que en el material todo es diferenciado.
Giordano Bruno era partidario del organicismo.
32.- ¿Es la misma alma la del monismo que la del pluralismo?
El monismo deriva de la interpretación teológica de la metafísica, así
como el pluralismo de la ontológica.
Para el filósofo monista, el mundo material tiene un principio único
contenido en el inmaterial, este único principio es su creador. Piensa
que desde la materia no puede percibirse a lo inmaterial, para lo que
precisa de un intermediario, mensajero o mesías.
La creencia monista afirma que la percepción de la materia es un acto
consciente, mientras que no puede percibirse a lo inmaterial y esa es
su parte inconsciente, por eso conceptúa al alma como algo
inmaterial, imperceptible e inalcanzable si no es al lado de su creador
y por intercesión de un mediador.
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La filosofía del monismo es vertical porque diferencia entre distintos
grados de consciencia, en el último de ellos se encontraría el alma, al
que todo ser tiene acceso.
Según la creencia monista, cuando se logra estar con el creador, el
alma experimenta el conocimiento de ese principio único y sin
diferencias, porque habría llegado a ser consciente de lo inmaterial.
Su principio es único e inmaterial
Consciente de la materia, inconsciente de lo inmaterial
El alma para
el monismo
Precisa del creador para ser consciente de lo inmaterial
El mayor grado de consciencia es el alma
Para la creencia pluralista no existe aquel principio único y creador
del monismo, sino distintas organizaciones que producen los
diferentes mundos materiales, también llamados planos de
manifestación, como por ejemplo los siete estados o cuerpos de la
creencia egipcia, tal como vimos al principio.
El pluralista cree que puede percibir a los mundos inmateriales, el
que sea consciente o no de ellos depende de él mismo, no de un
intermediario o mesías.
El pluralista afirma que el ser es alcanzable por sí mismo, adopta la
entelequia del apartado 25 y parece resolver la agobiante pregunta
de Hamlet.
Piensa el pluralista que el alma no es más que un determinado grado
de consciencia, su estructura es horizontal porque todos los seres
pueden alcanzar la plena consciencia, solo que de maneras distintas
porque poseen diferentes cuerpos materiales.
El pluralista afirma que todos serán llamados y todos serán
escogidos, su probabilidad vale 1 y es el modelo de la mecánica
cuántica y de la universalidad, tal como observaremos más adelante.
Para el pluralista, la inconsciencia no es más que aquella parte de
consciencia no desarrollada todavía. Cuando se consiguiese
desarrollar, el ser humano se comportaría como alma.
En esta consciencia universal se manifiesta la unidad para todas las
almas.
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No hay un creador sino distintas maneras de organización
Aprendiendo a organizar, puede ser consciente de la
materia y del mundo inmaterial
El alma para
el pluralismo
No precisa de un creador ajeno
Hay alma en cualquier grado de consciencia
Aquí podría estar lo interesante, en que el monista busca la unidad a
través de su alma, el pluralista también.
33.-El alma en la leyenda de Dioniso
El alma se relaciona frecuentemente con el corazón, con la pureza,
con el ser inocente y con la luz, quizás por las diversas leyendas en
torno al pequeño Dioniso, hijo de Zeus y Perséfone, una diosa mortal
procedente del inframundo.
Cuenta esta leyenda que los Titanes mataron al niño dios, lo
descuartizaron y devoraron su cuerpo menos el corazón, por ello,
Zeus recogió el corazón del pequeño y fulminó a los Titanes con un
rayo, reduciéndolos a cenizas.
Dioniso pudo renacer empleando su corazón intacto y los restos
calcinados de los Titanes, solo que ahora era medio Titán y medio
dios, lo que originó una nueva raza, nosotros, los seres humanos, que
tenemos que cargar con una parte de culpa por la barbarie titánica y
estamos destinados a llegar a ser como los dioses, debido al origen
divino de Dioniso, de quien procedemos según esta leyenda.
La leyenda de Dioniso pudiera ser el germen de numerosos mitos y
creencias, como el de Prometeo, del paraíso, del cielo y del infierno,
del pecado mortal, de Cristo hijo de Dios y también del alma, porque
Dioniso encaja perfectamente con el concepto predominante sobre el
alma, esa parte divina que permanece temporalmente como humana,
hasta que aquella titánica culpa sea expiada.
Considerando la mitología clásica, Dioniso, también llamado Baco, es
el dios del vino, del éxtasis y del ritual que mezcla la ingesta de
alcohol con la música, con el fin de comunicarse con los muertos,
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porque esta deidad presidía el culto y los rituales dedicados a las
almas de los difuntos.
En Grecia se tenía
a Dioniso como un dios extranjero, quizás
proveniente de Libia, de Anatolia, de Etiopía o quizás también de
Arabia, en todo caso, los griegos creían que había venido desde un
mágico país llamado Nysa, pues también se le conocía entre los
griegos como el dios de Nysa.
Parece claro que el mito de Dioniso tenga relación con el orfismo, con
los ritos órficos y también con el gnosticismo.
Puede resultar interesante el detalle de que el concepto del alma
coincida con la personalidad del mítico Dioniso, debido a que es
gestado por una divinidad con cuerpo mortal, su madre Perséfone, a
la que se dota con la capacidad de llegar a ser inmortal, después de
muerta.
En esta leyenda podemos ver la influencia de la ontología en cuanto a
que a Dioniso lo crea quien tiene el ser, Zeus, pero Dioniso no es dios
sino que puede llegar a serlo y este sería el aspecto que ofrece la
teología.
Así se combinan los dos aspectos de la metafísica de Aristóteles en
una única leyenda.
34.-La madre de Dioniso y la creencia en la Virgen
Otra leyenda refiere que la madre de Dioniso era mortal y no se
llamaba Perséfone, como vimos en el apartado anterior, sino Sémele.
La esposa de Zeus, Hera, por celos provocó que Zeus carbonizara a
Sémele antes del alumbramiento, pretendiendo matar a la madre y al
feto.
Zeus implantó al todavía fetal Dioniso en su muslo justo antes de
fulminar a Sémele con su fuego.
Cuando Dioniso se desprendió de la pierna de Zeus porque había
crecido lo suficiente, sufrió el desprecio de los dioses y también el de
los mortales, porque ni era dios ni hombre, hasta que lo mataron
después de torturarlo.
Pasó un tiempo y Dioniso resucitó convertido en un dios, con una
misión, la de descender al reino de Hades, el de los mortales, para
rescatar y divinizar a su madre, Sémele, liberándola del estado de
mortal y elevándola hasta las estrellas.
Dioniso fue perseguido desde antes de nacer por ser hijo de una
mortal y de un dios. Así, los dioses lo despreciaban porque rebajaba
su categoría divina y los mortales también, porque era superior a
todos ellos.
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Por eso Zeus lo hizo nacer de manera indigna para un dios y fuera de
la sospecha de los mortales, en una cueva y huyendo, según
interpretaron otros.
Este podría ser, quizás, el origen de las creencias sobre el
nacimiento, vida, pasión y muerte del mítico Jesús, así como del
misterio de la ascensión de la Virgen a los cielos.
Semblanzas no faltan.
35.- El alma, Jesús y Dioniso: las bodas de Canaán
Investigadores contemporáneos, Barry Powell entre ellos, encuentran
semejanzas al comparar los ritos cristianos de comer la carne y beber
la sangre de Jesús, con el culto a Dioniso.
Para quienes le profesaban devoción, Dioniso era el intermediario
entre los dioses y los hombres, era el alma de la humanidad y sus
rituales parece que hayan sido transferidos a Jesús de Nazaret, de
manera que la teofanía cristiana pudiera originarse desde la
dionisíaca.
Como ejemplo, para el culto dionisíaco lo importante era el vino,
creían que Dioniso transformaba el agua en vino.
Curiosamente, en las regiones de la actual Palestina y antes del año
primero de nuestra era, a Dioniso le llamaban Mesías y las gentes
esperaban anualmente su llegada, al que creían reconocer porque lo
primero que haría es convertir el agua en vino, restableciendo de esta
forma a la divinidad dionisíaca que la cultura helénica les había
arrebatado y a la que anhelaban erradicar.
Resulta significativo que se sitúe el nacimiento de Jesús en esta
misma región y que el primero de sus milagros fuese convertir agua
en vino, en las bodas de Canaán. Además, hay quienes afirman que
según la cartografía y las referencias históricas de las que se dispone,
Nazaret era una región árida y deshabitada en aquella época, no
existía como núcleo urbano.
Debido a que se tenía al alma como la intermediación entre lo divino
y lo humano, pudieron surgir leyendas como la de Dioniso, también el
mito en torno a Jesús o el de la Virgen, así como el sistema monista y
dogmático predominante en nuestras sociedades occidentales.
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36.-Leyendas en Arabia, Fenicia y Grecia: justicia post mortem
En Arabia, coexiste la idea de la inmortalidad del alma junto con la de
que perece cuando sucede la muerte, también asignan al alma forma
de ave, concretamente la de mochuelo, a la que llaman hama o sada
y a la que representan revoloteando alrededor de la tumba, para
llevarle noticias de sus descendientes vivos.
Si se había sufrido homicidio, el alma del difunto gritaba escuní, que
significa “dadme de beber”, así permanecía angustiada hasta que sus
parientes vertieran la sangre del homicida, vengando la muerte del
fallecido.
Solo después de que sus familiares matasen a quien le mató, su alma
quedaría en paz.
Los fenicios, llevados por un culto al placer y por sombríos mitos,
llenaron de supersticiones y ritos a los conceptos del alma, por ello no
los consideraremos en este trabajo.
Los griegos creían que el alma se separaba del cuerpo como un
fantasma semimaterial, al que denominaban eidolon, que continuaba
viviendo más allá de la muerte y que podía intervenir en la vida de
los otros.
De ahí pudo derivar, quizás, gran parte de los rituales del culto a los
muertos y a los héroes, de manera análoga a como los Vedas
consideraban a sus pitris o antecesores.
En la mitología griega y según los escritos de Esquilo, Hades
examinaba la vida de quienes habían muerto y eran llevados a su
presencia por las Erinyas, diosas dedicadas a guardar la vida de los
humanos y a acompañar a sus almas cuando mueren, vengándoles si
han sufrido injusticias mientras vivían.
Quizá las Erinyas sean las antecesoras de la creencia en el ángel de la
guarda.
Estas leyendas pudieran haber facilitado la concepción de la idea
sobre la justicia más allá de la muerte, así como la del cielo y del
infierno, ya que aquellos griegos afirmaban que las almas buenas
eran llevadas por las Erinyas al Eliseo y las malas al Tartaro, ideas
que calaron hondo en la religión occidental a partir del siglo VI, como
sinónimos del cielo y del infierno y del premio o del castigo.
Fueron los etruscos quienes revistieron a las creencias griegas con
férreo dogma y fe ciega, entre otros, el culto a los muertos, en cuyas
tumbas también se representa al alma con la forma de un ave
revoloteando alrededor del difunto.
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Cap 7.-Una argumentación dogmática
37.- La innovación de Pablo: el espíritu
En el siglo I de nuestra Era ya se habían escindido los dos aspectos
de la metafísica, la ontología viajaba hacia oriente y la teología a
occidente.
Pablo de Tarso adopta el aspecto teológico de la metafísica mediante
la expresión de llegar a ser y no la de ser, lo que corroboran los
capítulos 1º y 2º del Génesis, en los que se diferencia entre el
spiraculum vitae, como la cualidad de ser por sí mismo y el animam
viventem, que es su manifestación como sensibilidad y vida.
La argumentación en torno al spiraculum vitae permite a Pablo
interpretar que existe un espíritu separado del alma, o animam
viventem, que este espíritu tiene un estado superior a la materia y
que está libre de la prisión material. Probablemente así nace el actual
término espíritu.
Pablo asume la información que encuentra acerca de aquellas tres
jerarquías o aspectos de la filosofía egipcia que ya vimos, aunque
nombrándolos de otra manera, al aspecto inferior Seju le asigna el
cuerpo físico, al intermedio Ba el alma y al superior Ren el espíritu.
Esta es la innovación de Pablo, la tríada espíritu, alma y cuerpo.
En lo que respecta al espíritu, supone Pablo que esa jerarquía
superior egipcia, el estado o cuerpo Ren, es inalcanzable para el ser
humano, lo justifica afirmando que es un estado de tal espiritualidad
que tan solo le pertenece a Dios, como único e irrepetible espíritu
puro.
Pablo se afianza en la teología de la metafísica aristotélica.
oriente
ontología
metafísica
spiraculum vitae
Dios
occidente
teología
Ren
movimiento
ESPÍRITU
Pablo de Tarso
Génesis
capítulos 1º-2º
Ba
sensibilidad
ALMA
animam viventem
El hombre
Seju
vida
CUERPO
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Para Pablo el alma humana es débil, por ello ha de mantenerse
vinculada a Dios a través de su parte espiritual, asume la
denominación de mesías que vimos en el apartado 35 y la asigna al
intermediario entre lo divino y lo humano, tal como narraban las
leyendas de Dioniso, entre otros mitos.
A partir de Pablo y en todo el occidente se esgrimen estos tres
aspectos, el cuerpo, el alma y el espíritu.
38.-Orígenes: ni Dios tiene alma ni existe la trasmigración
Orígenes de Alejandría, Agustín de Hipona y Tomás de Aquino son los
tres Padres de la Iglesia Católica, de los que el primero en el tiempo
es Orígenes, pues vivió entre los siglos II y III, como también
Tertuliano.
Quinto Septimio Florente Tertuliano, negaba la incorporeidad del
alma, para él todo es materia, Dios es materia, solo que una materia
distinta de la del hombre.
Para Tertuliano, el alma humana se encuentra encarcelada en el
cuerpo, a diferencia de Dios que es espíritu puro, tal como ya decía
Pablo.
Tertuliano está afirmando lo mismo que Aristóteles, también que los
babilonios y que los asirios, tal como ya observamos en apartados
anteriores.
Veamos los antecedentes con los que se pudieron encontrar
Tertuliano y Orígenes, para decir lo que dijeron y que nos facilite la
comprensión de sus afirmaciones.
La filosofía egipcia afirma que Ba, o alma, es la parte intermedia en el
hombre y sirve de tránsito hacia la parte superior o Ren, el espíritu,
Pablo de Tarso así lo asume y admite el concepto de la trasmigración
de las almas después de la muerte del cuerpo, para reencontrarse
con Dios y convertirse en espíritu puro.
En esa época y tanto en Alejandría como en Túnez, lugares de
nacimiento de Orígenes y Tertuliano respectivamente, predominaban
las filosofías peripatéticas y la metafísica.
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El alma es corpórea
Tertuliano
Después de la muerte
Dios también es materia
se produce la
aunque distinta
trasmigración del alma
de la humana
El alma
se libera del
cuerpo y se
convierte en
espíritu puro
El alma humana está
encarcelada en el cuerpo
Orígenes afirma que el tema de la trasmigración es ajeno a la Iglesia
Católica y que ninguno de sus apóstoles lo ha enseñado. Atribuye a
todo ser humano el alma racional de Platón, mientras que la
irracional la destina a los animales, así, para Orígenes todo hombre
es un “theos”, que significa dios sin el artículo determinado, pero Dios
es “ho theos”, que quiere decir el Dios con sentido de único, lo que le
permite afirmar que Dios es espíritu puro y ostenta el superior de
todos los estados.
Como vemos, Orígenes rescata el concepto teológico de la metafísica
en cuanto a negarle el ser al hombre, porque lo atribuye solamente a
Dios, concediéndole al hombre la posibilidad de llegar a ser a través
de aquel estado intermedio Ba de los egipcios, para lo que precisa de
un intermediario o mesías a quien invocar.
Da la impresión de que se han mezclado diversas filosofías y leyendas
hasta llegar a nuestros días.
Si Dios es espíritu puro y es el único que ostenta el estado espiritual
superior, no tiene necesidad de ningún otro estado intermedio, tal
como si que lo es el alma para el hombre, así puede Orígenes concluir
que Dios carece de alma y que no está sujeto a trasmigración alguna.
En lo que respecta al hombre, si después de la muerte es el Hijo de
Dios, o Mesías, quien lo presenta al Padre, tampoco precisa de
trasmigración alguna, sino que será el Hijo quien salvará su alma o la
entregará al demonio, dependiendo de sus actos en vida.
Algo parecido a la creencia egipcia sobre el tribunal de la conciencia,
formado por Osiris y cuarenta y dos jueces.
Parece que Orígenes haya leído los escritos de los babilonios e
interpreta los mitos de Rashún y de Angromainyus, referenciados en
el apartado 16.
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La trasmigración no es enseñada
por los apóstoles
Dios no tiene
alma
El alma de Dios
Orígenes
El hombre es theos
(es un dios)
Dios es
no trasmigra
Solo Dios es ho theos
(es el dios, el único)
El hombre
puede
llegar a ser
39.- El alma para los romanos
Los romanos rendían pleitesía a las almas invocando a Manes, una
deidad a la que dedicaban el culto denominado devotio, consistente
en un conjunto de actos para aplacar su inagotable ira, de esta
manera creían que Manes protegería tanto a los vivos como a los
muertos.
Entre las prácticas del devotio existía la de esculpir en sus tumbas la
inscripción DMS, iniciales de dis manibus sacrum, utilizada como
invocación garante de recibir todo aquello que se pedía a
continuación.
El devotio constituía verdaderos epitafios en la creencia romana y así
creían comunicarse con el mundo de las almas, a cuyo rey llamado
Orco, representaban como un guerrero asestando el último golpe al
moribundo.
40.- El alma en el jainismo
Para la creencia cristiana, el alma del hombre es un soplo de Dios,
que habiendo sido creada por Él, no es eterna porque tiene principio,
si que es inmortal debido a que carece de fin, en cambio, para ciertas
creencias orientales como el jainismo, nada es creado sino
transformado, nada existe que no haya existido antes, la diferencia
estriba en cómo y cuándo se manifiesta.
El jainista no admite un creador.
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El nombre jainismo deriva de Jina, que significa conquistador, es
quien ha liberado a su alma de los dos opuestos, tales como el amor
y el odio, el apego y la aversión o el placer y el dolor.
El jainista considera que todos los opuestos están contenidos en la
materia, niega un principio creador y cree que todo es eterno, no
admite una divinidad antropomorfizada ni absoluta y practica la
penitencia, porque cree que es el único método para liberar al alma
de las tendencias materiales y porque la contaminan.
La materia contiene a los opuestos
El alma libera a la materia y
equilibra a los opuestos
Jainismo
Nada es creado
No existe una sustancia universal
(conquistador)
sino
niega el gnosticismo
transformado
No existe un dios absoluto
todo es parte de otro todo mayor
41.-El alma o ruag en las Sagradas Escrituras: Spiritus dei
En las Sagradas Escrituras se denomina ruag al alma, a la que se le
asemeja el rayo por su rapidez, fugacidad y fulgor.
Se afirma en ellas que, al morir, el alma se separa del cuerpo para
convertirse en spiritus dei, cuyo significado correcto no se
corresponde con espíritu de Dios sino con el de alma sin cuerpo, un
espíritu puro, sublimado y liberado, ya que los hebreos utilizaban el
término dei para expresar todo lo superlativo.
En estas Escrituras se define al alma como un espíritu adherido a un
cuerpo, éste espíritu adquiere su pureza original cuando el cuerpo
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muere, por eso hay quien afirma que el cuerpo es la cárcel del
espíritu.
Parece que el alma, para los hebreos, suponga la relación entre el
espíritu y la materia, o de otra manera, cuando la parte espiritual
toma forma material y se manifiesta a través de una vida, a la que
vivifica.
De lo que podría deducirse que la energía de un plano, el espiritual,
se depositaría en otro, el material.
Para los hebreos, alma y vida son términos complementarios, si no
hay vida se acaba el alma y tan solo quedaría el espíritu.
La filosofía hebrea entiende que alma y espíritu se funden en una sola
unidad después de la muerte, ya sin el cuerpo.
En este sentido, el Papa Juan XXII dictaminó para el catolicismo:
--el alma solo puede tener plena visión de Dios después de la muerte
--el alma es creada por Dios en el momento de la concepción
--el alma no es sustancia divina
42.-La presunta contradicción de Agustín de Hipona
Uno de los tres Padres de la Iglesia Católica, Agustín de Hipona, nos
revela:
--Quien duda, tanto si está dormido como despierto, vive
Agustín se preguntaba: ¿será Dios el tiempo?
Para este pensador, la duda es el principio vital, es el impulso que
propicia todo movimiento, animando y vitalizando toda vida, es su
“anima”.
Decía Agustín que si hay duda y se busca la respuesta, se asciende
un peldaño para conocer otra duda, esta generará otra respuesta y
así sucesivamente hasta llegar a la idea de Dios, siguiendo el método
de la metempsicosis que ya predicaba Pitágoras en el siglo V adC,
método continuado por Sócrates casi dos siglos después, al que
hemos visto como mayéutica y ahora lo vemos repetido en Agustín
con la duda y la respuesta, unos siete siglos más tarde.
Respecto de la duda, quizás Agustín opinaba como Aristóteles cuando
este decía:
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Metafísica del alma: un concepto cuántico de la conciencia
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--Mientras el ignorante siempre afirma, el sabio duda y reflexiona.
Sin embargo, en Agustín da la impresión de que el dogma católico le
pesa más que la curiosidad, pues declara que tan solo por la fe se
alcanzará la verdad, cuando preguntarse sobre si será Dios el tiempo
es una cuestión de razonamiento y no de fe, además, la duda era
para él el principio vital, el anima de la vida y la duda es incompatible
con la fe.
Quizás la respuesta tuviese algo que ver con que la fe le daba techo y
de comer.
Uno de los detalles que en los escritos de Agustín podría suponer
cierta contradicción, es el reconocimiento de que el ignorante es
quien afirma sin dudar ni reflexionar, ¿no es fe la ausencia de duda y
de reflexión? ¿qué existe de Agustín todavía en cada uno de
nosotros?
Anima
La duda
Principio vital
de la
vida
metempsicosis
y
mayéutica
reflexión
y
razonamiento
(hay movimiento)
Agustín
de
Hipona
La fe evita
Quien duda,
La fe
Ausencia de duda
vive
la reflexión
y anula el
ignorancia
y
miedo
(no hay
razonamiento
movimiento)
(el sabio)
Una supuesta contradicción que pudiera ser muy seria en la misma
persona, quizás la duda fuese su resolución más íntima, su más
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Metafísica del alma: un concepto cuántico de la conciencia
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oculta y particular convicción, a la que silenció externamente
obedeciendo al dictamen de su fe, quizá solo externamente.
43.-Inmortalidad del alma en la Biblia: raíz filosófica y bíblica
En la Biblia, libro de Ezequiel, 18:4, se dice “el alma que pecare, esa
morirá”, de lo que se desprende la interpretación de que el alma no
es inmortal y que el odio cabe hasta en el alma de Dios, que también
la tiene para la Biblia, pues en el libro Salmos, 11:5, se afirma:
“El alma de Dios ciertamente odia a cualquiera que ame la violencia”
¿Dios odiando a través de su alma?
Asimismo determina que el alma está en la sangre, según Génesis
9:4 y Levítico 17:11 y en Mateo 10:28 se deja claro que el alma
puede ser destruida y que el infierno, al que denomina Gehena, es el
lugar de la total desintegración, sin mencionar, en ninguno de sus
textos, que en el infierno se tenga que sufrir eterno tormento.
Parece que la idea de la inmortalidad del alma no sea bíblica sino
filosófica, de tal manera que las religiones que así lo afirman, quizás
hayan adoptado en sus dogmas ese contenido meramente filosófico
para introducir el miedo entre sus creyentes, imponiendo ciega
obediencia y fomentando la ignorancia.
Una posible justificación al hecho de suponer que el concepto de la
inmortalidad del alma tenga raíz filosófica y no bíblica, pudiera existir
en estos tres detalles:
1.-En las Escrituras se emplean los términos hebreos néfesch y ruag
cuando se refieren al alma
2.-Respecto de la palabra néfesch, significa en hebreo criatura que
respira, este es el movimiento característico del alma al infundir la
vida en el cuerpo, de ahí que en latín se denominase anima a la
energía que vivifica a un organismo vivo.
Cuando esa energía cesa sobreviene la muerte, lo que no significa
necesariamente que aquella energía también acabe.
3.-El término hebreo néfesch equivale al griego psy.kjé y ninguno de
los dos está asociado con la inmortalidad, sino a la actividad del
cuerpo relacionado con el espíritu a través de su alma, significa
constante acción manifestando en la materia lo que no lo está.
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Metafísica del alma: un concepto cuántico de la conciencia
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Podríamos suponer que en un momento y con determinada
intencionalidad, se rescató el concepto de inmortalidad para el alma,
concepto ya existente desde antiguo, que nunca ha sido novedoso y
siempre ha mantenido íntima relación con la trasmigración de las
almas.
Así hemos tenido la oportunidad de observarlo en apartados
anteriores.
44.-El alma según Agustín, Pablo y Tomás
Agustín de Hipona afirma que el alma no puede vivir sin el cuerpo,
cuando este muere, el alma se separa temporalmente de él y al que
regresará en el momento de la resurrección de los muertos.
Dice Agustín que el alma es racional, lo que significa que se sustenta
en la razón, aquella cualidad platónica, pero el de Hipona le pone
límites afirmando que es una razón basada en la fe, para Agustín, la
razón sin la fe es herejía y el ser humano sin fe se parece a los
animales, aquella alma irracional de Platón, alma que morirá junto al
cuerpo.
Vimos que es Pablo de Tarso quien innova diciendo que el ser
humano es una unidad de tres elementos, que son el cuerpo, el alma
y el espíritu.
Dice Pablo que el alma humana es débil y por ello ha de mantenerse
el vínculo con Dios. Pablo enuncia de otra manera aquello de quien a
buen árbol se arrima, buena sombra le cobija, afirmación típica de la
teología que no es seguida por la ontología, como ya pudimos
observar anteriormente cuando tratamos del fraccionamiento de la
metafísica.
Tomás de Aquino y referenciando a Pablo, se esforzaba por
argumentar filosóficamente que cada espíritu es diferenciado respecto
de los demás, instando a que así se demostrase al mundo mediante
labor de apostolado, basada en premio o castigo al final de los
tiempos.
Para Tomás, toda idea contraria al cristianismo es falsa y no solo por
su oposición, sino también porque la considera filosóficamente falsa,
participando de la idea de Agustín respecto de que la razón sin la fe
es una herejía, claro, habría de ser la fe católica y no otra, ya que a
las demás las consideran herejes.
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Cap 8.-Una argumentación filosófica
45.-Averroes: otra verdad sobre el alma
Entre el siglo IV de Agustín de Hipona y el XIII de Tomás de Aquino
media otro pensador, Averroes, vivió un siglo antes que Tomás y del
que podríamos enunciar cuatro relevantes argumentos, porque
supusieron una inflexión en el pensamiento filosófico de aquella
época y porque crearon una situación en la que el cristianismo tuvo
que reconocer la existencia de otra posible verdad, reconocimiento
por escrito y públicamente.
Los cuatro argumentos de Averroes son:
1º.-No admitir afirmaciones imposibles de ser demostradas, para ello
separa la reflexión filosófica de las afirmaciones de la mística y del
dogma institucionalizado.
2º.-Las sensaciones son generadas por el sistema nervioso.
3º.-Afirma que es en el cerebro donde se desarrolla la inteligencia.
4º.-Entiende que el alma humana nos permite comprender el sentido
de la universalidad.
Para la cuarta argumentación Averroes desarrolla un sistema trino, el
de sentir, imaginar y deducir, por este orden y para llevarlo a cabo
aplica el primero de los argumentos, que es el referido a la mayéutica
y para el que se hacen necesarias la ciencia y la lógica.
Averroes rescata la verdadera metafísica e insiste en la lógica.
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La que resulta de la
reflexión filosófica
Considera dos posibles verdades
La que forma un
dogma
La sensibilidad es generada por el sistema nervioso
Averroes
La inteligencia se desarrolla en el cerebro
Sentir
Adopta al gnosticismo
Por el alma
comprendemos
lo universal
La lógica
imaginar
de la
deducir
ciencia
46.-Las dos almas de Averroes y las dos verdades
Las tesis de Averroes respecto del alma, basan su argumentación en
el alma racional y la irracional de Platón, a las que cambió el nombre
denominándolas respectivamente intelecto activo y pasivo.
Para Averroes, el intelecto activo es la parte divina y eterna del ser
humano, es el impulsor de todo movimiento en el universo y el
intelecto pasivo tiene su morada en el cuerpo mortal.
Mantener estas tesis en el siglo XII y en España, podría resultar
peligroso para la integridad física del pensador, sin embargo,
Averroes merecía tal crédito que el cristianismo tuvo que admitir
públicamente la coexistencia de dos posibles verdades, la religiosa,
derivada de la revelación divina y admitida sin argumentación
mediante la fe, y la verdad filosófica y científica, en la que la lógica y
el razonamiento son instrumentos básicos.
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47.-El papa Juan XXI, las herejías y la gravedad
En los siglos XII y XIII, así como desafortunadamente también en
otros tiempos, defender o expresar públicamente ideas discordantes
con el catolicismo era arriesgado, porque quien lo hacía se jugaba la
vida.
El papa Juan XXI, de origen portugués, declaró 219 herejías, muchas
de ellas afirmaciones científicas, porque no ensalzaban la gracia de
Dios y por lo tanto eran falsas, con el ánimo de que se rechazase la
idea de que la naturaleza tiene sus propias leyes y entre estas
supuestas herejías declaradas estaba la gravedad.
Todo lo que se dijera del alma sin el abrigo católico, debía ser falso
para esta creencia y si todas las creencias afirmasen lo mismo,
podríamos deducir que todas nuestras afirmaciones serían falsas.
Recordemos que Tomás de Aquino sentenciaba que toda afirmación
contraria al cristianismo era filosóficamente falsa.
Pocos meses después de esta declaración y encontrándose Juan XXI
en un palacio papal, le cayó encima el techo y lo mató.
¿Murió Juan XXI por la gracia de Dios o por efecto de la gravedad?
48.-El alma según Descartes
René Descartes, también conocido como Cartesius, es considerado
uno de los creadores de la moderna filosofía quizás porque se
desmarcó de las ideas de sus antecesores en lo que respecta al alma,
argumentando dos postulados:
--el alma es única, no es doble como decían los egipcios y Platón
--el alma no es corpórea, es espiritual e inmaterial
Descartes provoca un cambio en la manera de pensar hasta ese
momento, asentando definitivamente en occidente las ideas de la
inmaterialidad y de la inmortalidad del alma, a las que hemos visto
incorporarse progresivamente.
No satisfecho con la idea platónica o con la de Averroes respecto de
que el alma se sitúa en el cerebro, Descartes le asignó un lugar
especialísimo, la glándula pineal.
Otros científicos y pensadores han afirmado que el alma se encuentra
en el centro oval, hay quien dice que en los cuerpos callosos y así,
podríamos encontrar tal diversidad de aseveraciones respecto de la
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ubicación física del alma, que resulta dificultosa su consideración, por
lo que la mayoría de los actuales filósofos han optado por no ubicarla
en el cuerpo.
Tanta variedad de afirmaciones distintas despierta desconfianza,
fracciona el criterio y descubre que se dice lo que no se sabe.
Descartes, entre otros, intentó establecer un sistema lógico y
filosófico que pudiese explicar la relación entre el espíritu y el alma
sin abandonar el idealismo platónico, sistema del que la frase
cartesiana más conocida es el “pienso, luego existo”.
En este sistema, Descartes atribuye al alma el principio activo que
vivifica a todo organismo vivo, identificándolo con la energía o soplo
divino que da la vida. Al espíritu lo define como el ser interior que
piensa.
Descartes no nos dice nada nuevo, sin embargo menudea y concreta
más que otros, cree que la inteligencia es la manifestación externa
del alma y relaciona la inteligencia con el alma a través de la
capacidad de pensar, relación que nos recuerda a Platón, entre otros.
Actividad del alma
pensar
El alma
es única
Alma
Soplo divino
que da la vida
(energía)
Pienso,
luego existo
René
Descartes
mediante
las sensaciones
Cualidad del alma
la inteligencia
Espíritu
Es quien piensa, porque es
(to be or not to be)
El alma
no es corpórea
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49.-Descartes, el alma, la glándula pineal y la fe
Las tesis cartesianas se fundamentan en que el conocimiento
universal no es comprensible ni alcanzable para el ser humano, razón
por la que atribuye a Dios dos cualidades en grado infinito, son el
pensamiento y la extensión, de las que el ser humano tan solo puede
apercibirse mediante las sensaciones.
Piensa Descartes que el alma no es una realidad tangible ni
perceptible para el ser humano, sino una sensación.
Como esta manera de pensar entraba en conflicto con las creencias
religiosas, Descartes resuelve el problema diciendo que el alma es el
reflejo en el ser humano de aquellos dos atributos divinos, el
pensamiento y la extensión, lo que le permite al ser humano conocer
el mundo y su universalidad únicamente por concesión divina.
Así pues y según Descartes, todo lo que podríamos conocer sería
dádiva divina, revelación, ya tenemos a la fe otra vez.
Descartes sorprende cuando afirma que aquellos atributos divinos, el
pensamiento y la extensión, son sustancias del propio cuerpo de Dios
y que nada tienen de humanas, estas dos sustancias existen como
partículas combinadas en el cuerpo humano, concretamente se
combinan en la glándula pineal, cuyo cuerpo sería el receptáculo
físico para el alma.
Es la primera vez que alguien habla de dos partículas divinas que se
reflejan en el ser humano y que se combinan en un lugar concreto,
en la pineal.
El pensamiento
(La razón de Platón)
El ser humano
piensa a través
de la sensación
Son dos partículas
divinas
combinadas
Atributos de Dios
(Según Descartes)
en la glándula
pineal humana
La extensión
(La sustancia universal
del gnosticismo)
El alma
se ubica en
la glándula
pineal
El ser humano
puede conocer lo
universal, solo por
concesión de Dios
(revelación divina)
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50.-Spinoza y la solución al criterio de Descartes: los modos
Como hemos visto, Descartes plantea que al ser humano le es
imposible conocer algo sobre el alma y el mundo, afirma que el
conocimiento de lo universal tan solo le pertenece a Dios.
Medio siglo después que Descartes, el holandés Baruch Spinoza
argumenta lo contrario, pues para él, el ser humano si que puede
llegar a conocer al alma, lo que justifica diciendo que el
entendimiento humano es un modo del entendimiento de Dios.
Así, Spinoza y su criterio, resuelven la limitación impuesta por el
pensamiento de Descartes al afirmar que cuando Dios piensa, el
hombre recibe en su alma la réplica del pensamiento divino,
únicamente así puede llegar a percibir la realidad, según las tesis
cartesianas.
Para Spinoza, los modos son las infinitas modificaciones del
pensamiento de Dios que, en el ser humano forman un conjunto
inseparable, son el alma y el cuerpo, alma y cuerpo forman una
unidad que es uno de los infinitos modos divinos.
Dios piensa
y al pensar, crea
El ser humano
recibe en su alma
una réplica del
pensamiento divino
Baruch Spinoza
(en desacuerdo con Descartes)
Dios expresa
La expresión divina
se manifiesta con
infinitos modos.
Cuerpo y alma,
combinados,
constituyen uno
de esos modos
51.-De Bonald: el alma es inteligencia servida por órganos
Las ideas cartesianas las recoge un siglo después, entre otros, Louis
Gabriel Ambroise de Bonald, que basándose en Descartes afirma que
el alma es “inteligencia servida por órganos”.
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Metafísica del alma: un concepto cuántico de la conciencia
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De Bonald se refiere a toda la actividad del cuerpo físico y más
concretamente a la del cerebro, que para él es el centro motor de los
movimientos del cuerpo y del funcionamiento de sus órganos.
De Bonald aplica esta afirmación únicamente para el alma irracional,
ya que en lo que respecta al alma racional, manifiesta que es la
inteligencia su cualidad y siempre que se cumpla una condición: que
aquellas funciones propias del alma irracional se encuentren
realizadas.
De lo anterior pudiera deducirse que no habría inteligencia si lo que
se propone es un imposible o no se hace.
Según afirma De Bonald, no puede razonarse cuando se tiene
hambre, siendo la razón actividad propia del alma y el comer la del
cuerpo, esa parte irracional del alma.
Parece ser que Louis Gabriel nos da entender que la actividad de la
inteligencia ha de ser útil, que imaginar lo imposible no es una
actividad inteligente ni pertenece al alma.
De Bonald adopta el criterio de Spinoza en cuanto a que una
propuesta útil es aquella posible, esta es la actividad del alma y cada
cual tendrá que concretar qué es para sí mismo lo útil y lo posible.
De ahí su afirmación de que el alma es inteligencia servida por
órganos.
Cap 9.-Una argumentación lógica
52.-La ciencia del alma
Da la impresión de que el cartesianismo separe irreconciliablemente
al alma del cuerpo, debido a su afirmación de que la ciencia del alma
es el resultado de la observación empírica de los fenómenos
espirituales, lo que parece una contradicción.
Afirma la teoría cartesiana que todo lo que el ser humano pueda
percibir será por concesión de Dios, que para eso le invoca.
Descartes admite la fe incuestionable en la revelación y en esta fe
hacia lo revelado consistiría la ciencia del alma, según él, de lo que
pudiera deducirse que si hay revelaciones distintas es porque habrían
distintos Dioses.
Cuestiones tales como la inmortalidad o
de quedar como creencias y esperanzas
porque no pueden ser demostrados
argumentados por la filosofía, sino
la divinidad del alma, habrían
de los adeptos a una religión,
por la ciencia ni tampoco
circunscritos a un dogma
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Metafísica del alma: un concepto cuántico de la conciencia
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determinado, ya que hay distintas revelaciones en las que poder
creer y entonces surge la duda: ¿existe la verdadera?
53.-Xavier Bichat: alma y conciencia relacionadas por la lógica
La filosofía cartesiana, como también otras, experimenta cierta
tendencia empírica porque intenta explicar sus postulados
aplicándolos a la psicología humana y observando sus resultados, así
describe a la realidad enunciándola o abandonándola porque no
encuentra evidencia objetiva.
En el apartado anterior vimos que la ciencia del alma constituye,
presuntamente, un conjunto de afirmaciones incuestionables, sobre
las que no cabe experimentación alguna porque se suponen
transmitidas por Dios, en lo que puede creerse o no.
Existe otro campo en el que el ser humano puede moverse, es el de
imaginar lo posible, cuya finalidad pudiera ser engranar un sistema
filosófico basado en la lógica, sistema tal que permitiese relacionar lo
abstracto con lo concreto considerando dos conceptos:
--la conciencia pudiera ser la relación entre el alma y el cuerpo,
entre lo abstracto y lo concreto
--el alma y la conciencia podrían relacionarse mediante la lógica
Así pudiese surgir y desarrollarse la inteligencia, cuya base sería la
propuesta posible y la voluntad de realizarla.
Xavier Bichat, entre otros, relaciona al alma con la conciencia,
relación a la que se adivina cierta correspondencia con el alma
racional platónica, cuya característica es el acto consciente y también
con la vegetativa o irracional, caracterizada por una vida meramente
orgánica y dedicada a la autosatisfacción, vida que estaría vitalizada
por impulsos mecánicos, por lo tanto inconscientes.
La separación entre estas dos almas, la racional y la irracional, podría
implicar la ausencia de lógica, veamos por qué.
Dice Bichat que el alma vegetativa permite mayor número de
elementos concretos, perceptibles y empíricos que la racional, porque
ésta se sustenta de la abstracción, lo que pudiera facilitar la
confusión de la realidad con la abstracción. Sería como imaginar lo
imposible.
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Metafísica del alma: un concepto cuántico de la conciencia
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Según Bichat, la lógica permite realizar lo posible porque se actuaría
con inteligencia, desechándose las propuestas imposibles y existiendo
una relación entre el alma y la conciencia del individuo.
La consideración de muchos elementos concretos divide las
opiniones, sin embargo nos atrae más que la abstracción.
Curiosamente, el sentimiento de unidad aumenta cuando se habla en
abstracto, quizá porque se esté forjando una opinión en ese
momento.
Si pretendemos evitar la separación entre lo concreto y lo abstracto,
posiblemente dispongamos de un solo instrumento, la lógica.
alma
La conciencia
Es la relación entre:
y
consciencia
cuerpo
Xavier Bichat
alma
La lógica
Es la relación entre:
y
inteligencia
conciencia
54.-El alma es a la inteligencia como el espíritu al ser
inteligente
Los distintos criterios que pretenden establecer un sistema filosófico
que explique la posible relación entre lo abstracto y lo concreto,
coinciden en afirmar que el alma es el principio activo que vivifica a
todo organismo vivo, esa energía o soplo divino que da la vida,
también afirman que el espíritu es el ser interior que piensa.
Al alma se le identifica con la inteligencia porque relaciona al cuerpo
con el espíritu, a lo abstracto con lo concreto pensando en lo posible
y lógico.
Si no se pensase no se manifestaría el espíritu ni se relacionaría
cuerpo con alma, tampoco habría inteligencia y el ser que piensa
permanecería aletargado.
Lo que Platón definió como alma racional, Descartes lo aplica
término espíritu, mientras que al alma irracional platónica
convierte Descartes en materia, manteniendo la dualidad entre
espíritu, o causa, y la materia o efecto. Su relación manifiesta
inteligencia y usa de la lógica.
al
la
el
la
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Posiblemente, la relación entre efecto y causa haya originado el
concepto de las polaridades eléctricas, ya que la electricidad es una
energía presente en la materia y en el mundo de las partículas, el
inmaterial, también habría podido servir de base para la filosofía
positiva y la negativa de Schelling, como más adelante
observaremos.
Es evidente la relación entre la materia y las partículas o mundo
inmaterial, por lo que si investigásemos en esta relación podríamos
encontrar quizás alguna explicación más concreta para términos
como inteligencia, energía, conciencia y alma. Intentémoslo.
Alma: energía que da la vida
(Platón: alma irracional)
Descartes
inteligencia
(Relación = movimiento)
Espíritu: ser que piensa
(Platón: alma racional)
55.- Leibniz: El alma se apercibe y el espíritu percibe
Un siglo después que Descartes, Gottfried
enunciados, la teodicea y la monadología.
Leibniz
lanza
dos
Con la teodicea, Leibniz argumenta que Dios utiliza las matemáticas
para calcular la mayor de las probabilidades en las que pudiera
desarrollarse nuestro mundo, diciendo que vivimos en el mejor de los
mundos posibles porque es el más equilibrado y perfecto, también el
de mayor probabilidad, de lo que hay que fiarse porque la habría
calculado Dios.
Por su teodicea, Leibniz fue desconsiderado, muy especialmente por
Voltaire, que en su obra Candide creó al personaje doctor Pangloss
parodiándole, de ahí el adjetivo panglosiano, que viene a significar la
presunta ingenuidad de quien cree que nuestro mundo es el mejor de
los mundos posibles.
Respecto de las mónadas, a las que considera las partículas
ultérrimas del Universo, dice Leibniz que son los elementos humanos
más simples que han podido desembarazarse de todo lo
problemático.
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Metafísica del alma: un concepto cuántico de la conciencia
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Leibniz produjo el mismo revuelo con su monadología que el que
probablemente produjeron Demócrito y Leucipo con el átomo.
Para Leibniz, el mayor problema humano es la relación entre mente y
cuerpo, entre la razón y lo irracional, entre lo abstracto y lo concreto,
lo que se traduce en la dificultad para identificar a la propuesta más
útil de entre las posibles y en ejecutarla.
Según Leibniz, mientras el cuerpo vive tiene memoria y como todo
recuerdo condiciona la percepción del futuro, la relación existente
entre el pasado y el futuro percibido nos hace darnos cuenta del
presente, es decir, nos apercibimos del presente.
Así se manifiesta el alma, el alma es apercibida y entonces nos
damos cuenta del presente.
El apercibimiento es la figura jurídica mediante la que el juez cita a
alguien para celebrar un juicio, comunicándole qué le podrá ocurrir si
no se presenta. Leibniz adopta esta figura jurídica para expresar que
el espíritu hace las veces de juez, apercibiendo a la forma material
mediante su conciencia y a través del alma, de ahí que tengamos la
impresión de que si lo que hemos hecho está bien o mal.
Leibniz asigna a la mónada la claridad, la consciencia y la percepción,
a la vez que identifica al espíritu con la mónada.
He aquí la diferencia, el apercibimiento es cualidad para el alma y la
percepción pertenece al espíritu.
Cuando el cuerpo muere y ya no existe memoria, el apercibimiento
del alma se torna en percepción, así como el alma en espíritu.
Cuando la percepción se hace universal aparece la mónada, ese
espíritu capaz de percibir todo lo inmaterial existente en el Cosmos,
toda causa es conocida por la mónada.
Para Leibniz, el hombre es al alma como el espíritu a la mónada.
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Metafísica del alma: un concepto cuántico de la conciencia
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Apercepción
Entre todos los mundos,
Dios ha calculado el que
probablemente es el mejor,
y en ese mundo vivimos.
Es la teoría de la
Teodicea
Cualidad del alma
para ser consciente del
mundo en el que vive.
El espíritu apercibe
a la materia a través
del alma, cuyo vehículo
es la conciencia.
Leibniz
Monadología
La relación mente-cuerpo
es la más problemática.
Mónada es lo queda después
de que ya no exista cuerpo
y cese la relación
El alma
se torna en
espíritu
Después
de la
muerte
Percepción
Cualidad de la mónada
que le permite percibir
todos los mundos.
Es la universalidad
del gnosticismo
El alma ya
no es apercibida,
porque lo percibe
todo
56.- Kant: el alma es un nóumeno
El prusiano Immanuel Kant también asigna al alma la capacidad de
pensar, en cambio niega que la razón humana pueda comprender al
alma en sí misma, porque afirma que nuestra mente es incapaz de
trascender la realidad inmaterial del alma.
Según Kant, la actividad de pensar no tiene nada que ver con el
alma, debido a que esta actividad la desarrollaría el cerebro y a que
éste es materia, mientras que el alma es incorpórea, así que
podríamos percibir al efecto y no a la causa.
Desde el punto de vista kantiano, la intuición tan solo sería un reflejo
de la realidad, que se tornaría objetiva por la sensación que produce
en nosotros.
Afirma Kant que no somos capaces de percibir esa realidad, nada
podremos saber de una cosa en sí misma, tan solo nos resulta posible
captar algo de su forma material a través de las sensaciones.
En este sentido, Kant repite lo que ya afirmaba Descartes respecto de
la percepción sensitiva, también adopta el criterio de Baruch Spinoza
cuando afirma que tan solo a través de la sensación percibimos una
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Metafísica del alma: un concepto cuántico de la conciencia
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parte del efecto producido por una causa, ésta tan solo existe en Dios
y el ser humano capta parte de su efecto a través de la sensación.
Análogamente y según Kant, nada podemos saber del alma en sí
misma, su realidad es inalcanzable para la capacidad humana de
pensar, cualquier realidad manifestada a través de sus reflejos o
sensaciones es un nóumeno.
Desde esta perspectiva, del alma tan solo podríamos percibir una
parte en forma de sensaciones o nóumeno.
El alma no puede ser comprendida por la razón
Tan solo percibimos el efecto de la actividad del alma
Percibimos al efecto como una sensación
Immanuel
Kant
La intuición solo es el reflejo de la realidad
es la parte perceptible de un efecto
Nóumeno
es una sensación
El alma es la causa, a la que no tenemos acceso
Cap 10.-El triple consejo
57.- Las tres premisas de Alice A. Bailey
No falta quien afirme que los seres humanos desarrollamos
capacidades en dos sentidos, la de adquirir conocimientos y la de
llegar a ser sabios. Los conocimientos manifiestan al mundo de los
efectos y la sabiduría al de las causas.
La sabiduría es la capacidad y el conocimiento su instrumento, cuya
relación podría semejarse a la del alma con el cuerpo.
Como el mundo de los efectos nos resulta perceptible, es el más
común entre nosotros, pero cuando se trata de las causas,
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Metafísica del alma: un concepto cuántico de la conciencia
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necesariamente habríamos
comúnmente imperceptibles.
de
penetrar
en
aquellos
mundos
Si admitimos la posibilidad de acceder a las causas, a diferencia de
Kant, el alma podría ser comprendida por la razón y las causas
pudieran percibirse, así, los mundos inmateriales se tornarían
perceptibles y respecto de esta posibilidad, vendría bien recordar las
tres sugerencias de A. A. Bailey en su obra “Tratado de Magia
Blanca”, a las que se refiere con un verbo único, conocer, son estas:
1.-Conocer la realidad de los mundos invisibles
2.-Conocer el poder del pensamiento.
3.-Conocer científicamente a las dos anteriores.
A continuación, penetraremos científicamente en ese conocimiento
del alma y de la conciencia.
58.-Las tres premisas de Immanuel Kant
Kant también utiliza el verbo conocer, como acabamos de ver que
hacía Bailey, siendo tan explícito como ella cuando dice:
El alma y también el desarrollo de la conciencia, consiste en:
1.-Conocer lo que debes hacer
2.-Olvidar lo has hecho y lo que eres
3.-Hacerlo
La reflexión y la conclusión deberían ser personales.
Cap 11.-Alma y neurofisiología
59.- Kant: un paradigma metafísico del alma
Podríamos considerar que una teoría ejemplar es un paradigma, sin
olvidarnos de que las raíces de la palabra paradigma son las mismas
que las de demostrar, así que una hipótesis paradigmática pudiera
demostrar la realidad mejor que otras.
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Metafísica del alma: un concepto cuántico de la conciencia
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Con sus tres premisas, quizás Kant nos haya presentado un
paradigma respecto del alma, expresándonos su convencimiento de
que la metafísica es la inevitable necesidad del ser humano, porque
desarrolla la capacidad para conocer lo que debe ser hecho y porque
satisface una necesidad: la de descubrir.
Por otra parte, también afirma que la metafísica es un discurso de
palabras huecas, propias de las alucinaciones de un vidente.
¿Por qué Kant manifiesta esta contradicción acerca de la metafísica?
Quizás porque observaba las muchas afirmaciones gratuitas e
irreflexivas, carentes de argumentación y de lógica, a las que
llamaban metafísica por ignorancia.
Recordemos que Kant no cree en que podamos comprender la
realidad del alma como causa, sino tan solo podríamos comprender
parte de sus efectos y a través de las sensaciones.
Quizás por esta razón el tema del alma sea escabroso, porque precise
del esfuerzo por acallar sensaciones y así posibilitar la expresión de lo
intangible, lógica y argumentadamente, entonces podría ser
metafísica.
60.-El alma, la razón y el sistema nervioso
Después de Leibniz y de Kant, los términos alma y espíritu continúan
provocando confusión y debate, mientras unos afirman que la
conciencia los relaciona, otros intentan justificar si el alma es mortal
o no.
Acabamos de observar que Kant justificaba la relación entre alma y
espíritu mediante la razón, si esto fuese así, la conciencia se
asentaría sobre la razón.
A su vez, la psicología, la psiquiatría y la neurofisiología, afirman que
la capacidad para razonar controla el sistema nervioso.
Ha podido demostrarse que en un sistema nervioso desequilibrado
predomina la fantasía, la imaginación y el deseo, mientras que otro
sistema nervioso capaz de parar una acción para razonarla, sustituye
la fantasía por la lógica y descubre cada día lo que tiene que hacer,
para este segundo sistema no existe el hábito, porque se renueva en
cada acto y así se manifiestan alma y conciencia.
Este segundo sistema es el de la metafísica y se basa en averiguar
qué es lo lógico.
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Diferenciar entre fantasía y lógica llevó a Descartes a afirmar que los
animales se rigen por aquello que les infunde su propio instinto,
mientras que en el hombre, el instinto se convierte en inteligencia
porque piensa, o al menos es capaz de hacerlo.
El instinto tiene su manifestación en el hábito, la inteligencia en la
decisión renovada.
Mallebranche, exagerando esta idea cartesiana, llegó a considerar
que los aullidos de dolor de los animales cuando se les maltrata, no
merecen mayor consideración que el chirrido de una puerta, no hay
que sentir pena por ello, porque los animales carecen de sensibilidad
y de alma, dice Mallebranche que no pueden pensar y por esa razón
no son conscientes del dolor.
alma
inmortal
Control del sistema
nervioso.
La razón supera
al instinto
El espíritu
sobrevive
al cuerpo
Capacidad de
Dos criterios
inteligencia
razonar
Relación entre
alma y espíritu
instinto
El espíritu
no sobrevive
al cuerpo
Sistema nervioso
incontrolado.
El instinto supera
a la razón
alma
mortal
61.- Partícula espiritual y partícula material
Para Leibniz, el universo está constituido por partículas agrupadas y
en movimiento.
Una agrupación de partículas se mueve de forma distinta a como lo
hace otra y por una razón: la manera en que se han agrupado, es
decir, por su organización.
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Las diferentes e infinitas organizaciones de partículas determinan el
espacio.
Según Leibniz, tanto la materia como el espíritu son agrupaciones de
partículas diferenciadas tan solo en sus organizaciones.
Aquellas partículas que se mueven mecánicamente son materiales,
las que se mueven por su propio principio son espirituales.
Hoy disponemos de una ciencia que podría explicarnos mejor que
antaño esos movimientos, porque puede demostrar que lo que
llamamos materia y espíritu no son cosas tan diferenciadas, es la
mecánica cuántica, a la que recurriremos a continuación.
Haeckel afirmaba que el alma está en el átomo, Stromberg dijo que
se encuentra en el campo eléctrico, Thomas Huxley que la conciencia
no es materia ni energía, sino el resultado de una combinación entre
ambas y Niels Bohr manifestaba:
Tal vez en un cercano futuro volvamos a ver a la conciencia como la
veíamos antes, como el alma humana.
Para que una partícula espiritual se convierta en material ha de
consumir energía, aquello que Anaximandro llamaba lo ápeiron, que
sería el alma para nosotros, pero hablemos un poco de la energía.
Si existen infinitas partículas y cada una tiene su propia energía,
ápeiron o alma, la energía total tendría que ser infinita y según la
teoría de la relatividad de Einstein, éste valor infinito de la energía
acabaría plegando al espacio sobre sí mismo, hasta tal extremo que
se formaría un agujero negro.
Eso no ocurre, ¿por qué?
Porque medimos la energía en términos relativos, o lo que es lo
mismo, sabemos que existe una energía por sus efectos y es a estos
a quienes medimos, así que nada podemos saber de qué ocurriría con
una infinita energía.
La consideración hacia los efectos y también hacia las causas, es
como un círculo cerrado, es como una cascada de efectos y de causas
a la que podríamos describir así:
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Al descubrir la causa de un efecto, enseguida nos damos cuenta de
que esa causa es efecto para otra causa todavía no descubierta, así
indefinidamente.
Esta sucesión de causas y efectos ensamblados manifiestan a la
conciencia y la fuerza de su cohesión es el alma.
Cada causa y cada efecto tienen su propia energía, ¿de qué podría
servir acumularla?
Quizás para la autodestrucción, como el final de un agujero negro.
Una energía infinita pliega
al espacio en sí mismo
si fuese verdadero
ya nos habríamos extinguido
la infinita contracción del espacio
provocaría un agujero negro
Al plegarse, el espacio
se contrae infinitamente
si fuese falso
es porque no sabemos
qué ocurre
con una energía infinita
y es porque medimos
la energía
en términos relativos
Todas nuestras predicciones tienen la limitación propia de nuestra
incapacidad para medir al espacio y al tiempo en términos absolutos,
así que, todo lo que hablemos del alma, podría limitarse a la
capacidad para captar una partícula espiritual o energía, con el fin de
convertirla en materia.
Esa partícula espiritual sería equivalente a una abstracción, la
partícula material equivaldría a su concreción, vendría a ser la misma
analogía que la establecida entre una propuesta y su realización
efectiva.
¿Acaso no cuesta esfuerzo concretar? En ese esfuerzo se invierte una
energía que es la voluntad de hacerlo, esta energía es lo ápeiron, el
alma de las cosas, el anima mundi.
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A la capacidad de relacionar la energía con sus efectos se le viene
denominando conciencia y parece que, a medida que la ciencia
avanza, se considere cada vez con mayor relevancia la relación entre
la conciencia y el alma, siendo más los científicos que hablan de ello,
que los propios místicos.
Aristóteles: el alma está
en el corazón
movimiento
mecánico y
repetitivo
Energía
Lo ápeiron
El alma
Platón: el alma está
en el cerebro
partícula material
Heráclito: el alma está
en la sangre
Su relación es la conciencia
Su energía es el ALMA
Produce el
movimiento
de partículas
(Leibniz)
Descartes:
el alma está en la
glándula pineal
partícula espiritual
Fisher: el alma está en
el sistema
Marañón:
nervioso
el alma está en
las hormonas
movimiento
propio y
originalidad
Unamuno: esperaba ver al alma en el cielo,
porque no la encontraba en la tierra.
62.-Las neuronas y la atención
Un cerebro funciona distinto de otro debido a sus diferentes
conexiones neuronales. Veamos cómo.
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Al decidir mover un músculo, se activa determinada región cerebral
en la que cierto número de neuronas ya conectadas entre sí, aúnan
su actividad para emitir un impulso eléctrico, que al combinarse con
las secreciones y fluidos corporales constituye el impulso
electroquímico que se transmitirá a ese músculo a través del sistema
nervioso, haciendo que el músculo se mueva.
Cuando pretendemos hacer algo, sea pensar, experimentar un
sentimiento o realizar una acción, nuestro cerebro no funciona de la
misma manera si lo que vamos a hacer es algo nuevo o ya estamos
acostumbrados a hacerlo. Nuestro cerebro distingue perfectamente
si se trata de una innovación o es un hábito.
Si hacemos aquello que ya es habitual, existen grupos de neuronas
conectadas entre sí que se activan para hacerlo, siendo siempre las
mismas. En cambio, si lo que hacemos es novedoso, determinado
número de neuronas desconectas entre sí hasta ese momento,
empiezan a conectarse constituyendo una agrupación neuronal
nueva.
En el cerebro se habrá formado un nuevo grupo de neuronas para
establecer contactos con los grupos neuronales ya existentes, que al
emitir conjuntamente su impulso electroquímico, éste jamás podrá
ser como los anteriores.
Si el cerebro cambia sus impulsos eléctricos, los órganos secretores
de hormonas también cambiarán las características de sus
secreciones, un cambio se produciría en la totalidad de nuestro
cuerpo aunque no lleguemos a ser conscientes de ello.
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Ese nuevo grupo neuronal ostentaría la polaridad positiva del impulso
eléctrico, el resto de agrupaciones neuronales ya existentes
constituirían la polaridad eléctrica negativa de ese mismo impulso.
Aquella propuesta tendría su soporte físico en las neuronas recién
agrupadas, mientras que las que ya lo estaban son las que mantienen
el funcionamiento de todo el cuerpo y lo mueven, constituyendo la
capacidad de hacer lo que se propuso.
Consideremos que el número de neuronas del grupo nuevo es muy
reducido respecto de la gran cantidad de las que ya están
conectadas, sin embargo, las nuevas neuronas tienen la misma
intensidad en su carga eléctrica que el resto, aunque de signo
contrario, quizás por eso siempre nos cueste esfuerzo hacer algo
nuevo.
Quizás también por ese motivo los pioneros en una sociedad sean
pocos, sin embargo acaban influyendo en todos, además, los
innovadores suelen transgredir el orden establecido, su osadía no es
irrespetuosa sino atrevida, son capaces de gestar hipótesis inéditas
entre las que pudiera encontrarse aquella que es perfecta en su
propuesta y en su ejecución.
Una hipótesis correcta es aquella posible y útil. Para llegar a una
correcta hipótesis se han tenido que formular muchas erróneas, todas
con su propia lógica, todas parecían buenas, tan solo una acaba
siendo la verdadera, siempre gracias a todas las demás.
Cuando los grupos neuronales ya existentes se relacionan entre sí,
provocan actos en los que predominan la inconsciencia, la repetición
y la imitación, en cambio, si la relación se efectúa entre un grupo de
neuronas nuevo y los otros ya existentes, el predominio es de la
consciencia, cuya característica es el acto creativo.
Siempre habrá una proporción de consciencia y otra de inconsciencia,
por ese motivo hemos indicado que pudiera existir un predominio de
una sobre la otra, desde esta perspectiva, la atención tan solo podría
realizarse en el campo consciente y a través de un acto creativo.
Además, un movimiento nuevo siempre se encuentra con el rechazo
de los ya existentes, porque han de adaptarse y eso ofrece
resistencia.
Quizás por esta razón haya pocos artistas y muchos imitadores.
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63.-El alma como relación entre la consciencia y la inconsciencia
Una neurona podría funcionar como lo hace el núcleo de un átomo de
hidrógeno, el que sometido a la influencia de una energía con
determinadas frecuencias, puede orientarse simultáneamente hacia
sus dos polaridades. Este hecho merece ser considerado.
Si la neurona pertenece a un grupo ya activado, estaría orientada
hacia una única polaridad, pero se activarían simultáneamente ambas
cuando sea un grupo neuronal nuevo el que le pase su propio
estímulo eléctrico, de manera similar a como lo hace el núcleo del
átomo de hidrógeno al ser estimulado.
Estas podrían ser las bases de la actuación consciente y de la
inconsciente, así como una posible explicación a la íntima
dependencia entre las partículas materiales y espirituales de Leibniz,
de la que nos serviremos para continuar con este trabajo, de manera
análoga a como lo hacen científicos actuales empleando el término
conciencia.
El alma no se manifestaría en un acto consciente aislado, tampoco en
el inconsciente, sino en la relación entre ambos.
energía del
movimiento
causa
partícula
lo àpeiron
o alma
tiene
principio
propio
materia
agrupada
efecto
Movimiento
forma
material o
personalidad
partícula
mundo
causa sin efecto
no agrupada
tiene
movimiento
mecánico
oportunidad
inmaterial
64.-Restablecimiento cerebral
Gracias a la mecánica cuántica sabemos que el núcleo de un átomo
de hidrógeno puede orientarse simultáneamente hacia sus dos
polaridades eléctricas, tal como acabamos de observar y esta es la
base del funcionamiento de la máquina de resonancia magnética.
Veamos cómo.
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Ante sonidos emitidos en determinadas frecuencias, los núcleos de
los átomos de hidrógeno contenidos en la región del cuerpo que se
pretende explorar, absorben esa energía sonora, excitándose y
orientándose simultáneamente hacia sus dos polaridades.
Cuando aquellos sonidos cesan, los átomos de hidrógeno excitados
regresan a su estado normal, emitiendo entonces la energía que
absorbieron.
Esta energía emitida no es la misma en cada átomo, lo que dibuja un
espectro magnético que, al recomponerlo un ordenador, permite ver
las estructuras internas del cuerpo que hemos sometido a estas
frecuencias sonoras, facilitando grandemente un diagnóstico.
Ramón y Cajal decía que somos escultores de nuestro propio cerebro,
intuyendo en el XIX la posibilidad de reestructurar esa parte del
cerebro dañada, de hecho, la neurofisiología actual ha podido
comprobar cierta regeneración cerebral cuando el individuo se
propone aquello que puede hacer, no un imposible, de manera que
cada propuesta sea resuelta sin que ninguna proposición quede
pendiente de realizar, así se genera nueva vida en un organismo y
podrían hacerse cosas diferentes a las que se hacían, también
diferentes a las que se hacen.
¿No podría consistir en esto la evolución?
El efecto que produce en nuestro cuerpo una prueba por resonancia
magnética, alterando temporalmente determinadas estructuras
atómicas, podría servirnos para comparar qué ocurre en nuestro
cerebro ante un grupo neuronal nuevo.
Parece ser que las neuronas ya agrupadas se orientan en el mismo
sentido del impulso eléctrico emitido por este nuevo grupo,
adaptándose y siguiendo un mecanismo semejante al de la prueba
por resonancia magnética, con la diferencia de que las nuevas
neuronas emiten un impulso eléctrico y en la resonancia se emiten
sonidos.
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Metafísica del alma: un concepto cuántico de la conciencia
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Tanto el impulso como los sonidos son energías externas que inciden
sobre estructuras ya existentes, cuyos efectos vienen a ser los
mismos que el hecho de proponer lo que es posible y útil y hacerlo.
Si alguna agrupación neuronal emitía un impulso incorrecto ahora
cambiará, en ese cambio podría emitirse el correcto impulso eléctrico
y si realmente fuese el adecuado, podría quedar sanada o
restablecida la zona en la que influían aquellas neuronas.
Si hacemos caso a las declaraciones de neurofisiólogos, psicólogos y
psiquíatras, respecto del posible restablecimiento cerebral en aquellas
zonas dañadas, parece que la clave para que este restablecimiento
sea realidad resida en hacer lo que nos proponemos, según estos
científicos no solo el cerebro experimentaría esta mejora, sino todo
un organismo vivo.
Como ejemplo de las actuales investigaciones sobre el posible
restablecimiento cerebral, extraemos las declaraciones del cirujano
Mario Alonso Puig durante una entrevista, en la que manifestó:
Cambie hábitos de pensamiento y entrene su integridad honrando su
propia palabra.
Cuando decimos “voy a hacer esto” y no lo hacemos, alteramos físicamente
nuestro cerebro.
El mayor potencial del que disponemos es la conciencia.
Si nos aceptamos por lo que somos y por lo que no somos, podemos
cambiar.
Lo que se resiste persiste. La aceptación es el núcleo de la transformación.
Sin fe en sí mismo hay temor, el temor produce violencia y la violencia
produce destrucción, por eso, la fe interna supera la destrucción.
Si el cerebro humano se ha perfeccionado en unos cuantos millones
de años, quizás haya sido este el motivo: ejecutar cada propuesta.
Parece lo más lógico.
Cap 12.-Alma, sensación y percepción
65.-El alma y las capas corticales del cerebro
Esta relación tiene que ver con las conexiones entre las seis capas
corticales del cerebro, de las que resaltaremos las de las capas 4ª y
6ª respecto de un acto consciente o inconsciente.
Cuando se actúa mecánicamente, las capas 4ª y 6ª apenas están
activadas, concretamente se observa que la capa 4ª tiene poca
consistencia, mostrándose delgada y débil.
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En cambio, cuando funciona el sistema de propuesta y realización,
cuando el individuo realiza aquello que se propone y por sus propios
medios, esta capa 4ª se torna consistente y adquiere volumen,
conectándose directa e íntimamente con la 6ª.
Debido a:
--que el sistema de propuesta-realización pertenece al grupo de actos
meditados, decididos, mesurados y por lo tanto conscientes
--que una propuesta todavía no realizada carece de estructura
material, siendo inmaterial o espiritual
--que toda realización supone forma en la materia,
el sistema anterior de propuesta-realización conectaría lo espiritual
con lo material y así podría definirse a la conciencia.
Además, la energía invertida en cohesionar una materia pudiera ser
el alma de aquella propuesta.
Conclusión: el desarrollo de las capas corticales 4ª y 6ª conectándose
íntimamente, podría ser una manifestación física del alma.
activadas
rigen el
movimiento
de las formas
materiales
relación
entre
neuronas
ya activadas
acto inconsciente
4ª capa cortical
débil y sin
conexión con 6ª
rige la
sensibilidad
neuronas
no rigen
por activar
nada
rige
el alma
relación
acto consciente
entre
4ª capa cortical
neuronas activas
fuerte y conectada
y otras por activar
con la 6ª
66.- Cerebro y tálamo: la percepción
Mientras era débil la conexión entre las capas corticales 4ª y 6ª, el
hipotálamo actuaba como aislante entre el cerebro y el tálamo, pero
cuando esta conexión se potencia, afirma la neurofisiología que el
hipotálamo permite el paso de los impulsos eléctricos cerebrales
hacia el tálamo, siendo entonces cuando el cerebro percibe en primer
lugar, después demandará de los órganos sensitivos aquellos datos
que requiera.
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Parece claro que la cualidad perceptiva conecte lo inmaterial con la
materia a través del cerebro y también, que este genera ciertos
impulsos eléctricos mediante sus conexiones neuronales, transmitidos
vía tálamo al sistema nervioso para regir el metabolismo y el
funcionamiento de un organismo vivo.
Lo anterior permite establecer cierta lógica para afirmar que la
relación del cerebro con el tálamo, instrumentalizada mediante la
cualidad de la percepción y no de la sensación, podría determinar la
manifestación del alma en un individuo.
La generalidad de nuestros cerebros funciona recibiendo datos
sensitivos e interpretándolos, actuamos por reacción y de acuerdo a
unos patrones que nos llevan a esforzarnos, bien para que no se
repita aquella sensación o para que vuelva a suceder.
Hemos acostumbrado a nuestro cerebro a la pereza, su actividad se
lleva a cabo casi siempre después de recibir datos sensitivos y a
través de hábitos repetitivos, a continuación los compara con los que
ya tiene grabados y por último decide qué hacer, por eso somos
lentos en pensar y rápidos en sentir.
¿Qué pasaría si invirtiésemos este sistema de funcionamiento de
nuestro cerebro?
¿Qué ocurriría si pudiéramos evitar que nuestro cerebro consumiese
energía sensitiva?
67.- Inversión entre cerebro y sensibilidad: el alma
Hemos visto la posibilidad de que cuando el cerebro pida datos a los
órganos sensitivos después de haber percibido, se desarrollase el
sistema de la consciencia, cuyo soporte sería la percepción y no la
sensación y que la percepción pudiera ser la manifestación del alma.
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Parece que esto no sea tan difícil, por ejemplo, leamos un texto de
una veintena de renglones e intentemos expresarlo en cinco, sin
copiar nada de lo leído. Al leer esos cinco renglones, seguro que se
nos ocurre otra forma de decirlo y acabaríamos por reducir aquel
texto a dos renglones quizás, o a uno.
Ese único renglón pudiera ser la manifestación del alma del texto
anterior.
Actuando así generaríamos nuestra propia acción sin haber
reaccionado ante nada exterior, quizás encontraríamos respuesta a
las preguntas del apartado anterior. Nuestro cerebro no tendría que
consumir la energía sensitiva sino la que le corresponde para percibir,
sería como suministrarle a un coche de fórmula 1 gasolina baja en
octanos.
Tanto si actuamos de forma consciente mediante la percepción, o
inconsciente porque usamos la sensibilidad, en ambos casos habría
alma pero no conciencia, ésta tan solo existiría en el primero porque
se habría relacionado algo inmaterial e inexistente, con aquello
material y que ya existía para ser utilizado como instrumento, no
como fin.
Los neurofisiólogos estiman que el proceso habitual en el que rige la
sensibilidad habría que invertirlo, quizás tengan razón y así el cerebro
podría decirles a los órganos sensitivos: no me deis datos ahora,
cuando los necesite os los pediré.
De esta manera, los órganos sensitivos actuarían como y cuando les
indicase el cerebro, mientras tanto permanecerían en silencio y no
sería la actividad cerebral la que actuase tal y como les venga en
gana a las sensaciones.
Afirman diversos estudios que un minuto entretenidos en un
pensamiento impregnado de sensaciones, debilita al sistema
inmunitario durante seis horas.
No encontramos más opciones, una u otra.
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1º.-El cerebro percibe y se
activan nuevas neuronas
consciente
No hay sensación,
sino percepción
2º.-El cerebro demanda
datos sensitivos
intuición
ACTO
creencia
1º.-Los órganos sensitivos
reaccionan y emplean
neuronas ya activadas
inconsciente
No hay percepción,
sino sensación
2º.-El cerebro recibe sensaciones
68.-Percepción y alma, sensación y personalidad
La posible inversión a la que acabamos de aludir, tiene gran
importancia en el comportamiento de nuestro metabolismo, tanta que
podría cambiar las secreciones hormonales y crear otras nuevas
mediante un proceso de ionización, en el que unas sustancias de
ionicidad negativa pudieran cambiar su polaridad a positiva y
viceversa, hecho que provocaría un cambio radical en los impulsos
electroquímicos cerebrales y en las secreciones hormonales, siendo
quizás entonces cuando podría producirse la percepción en primer
lugar y después experimentaríamos la sensación.
Actuar perceptiblemente parece ser propio del alma para que
intervenga primero y a través del cerebro, mientras que la actuación
sensitiva pertenecería al resto, ese conjunto orgánico que piensa,
siente y hace, al que llamamos personalidad y del que solo vemos su
parte física.
Quizás se haría realidad aquella afirmación de alguien que dijo
evolucionar es transformarse y si Leibniz viviese ahora,
probablemente se maravillaría de nuestra oportunidad para expresar
su relación entre lo que llamó partículas espirituales y materiales.
Si lo considerásemos así, ¿podríamos aprovecharlo?
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69.- ¿Qué es el alma y qué es la conciencia?
El alma es la energía de un estado que se traslada a otro, en el que
provoca la agrupación de las partículas allí existentes y a las que
llamamos materia, cuando las detectamos.
La conciencia es la capacidad para hacerlo y el ser es quien lo hace.
Así pudiera resolverse la eterna duda de Hamlet.
Captar es percepción y manifestar lo captado es acción. Esta acción
es un pensamiento, un sentimiento o un movimiento del cuerpo
físico.
A la capacidad de captar la denominamos atención y a la de
manifestar lo captado, realización.
La atención es cualidad del alma y la realización de la personalidad.
Si la capacidad de captación se desenvolviese más allá de la actividad
de pensar, pudiera sobrevenir el místico estado de serena
expectación, de contemplación del alma o el de iluminación.
captar
percepción
partícula espiritual
comprender
Su relación es la conciencia
capacidad
de
captar
atención
partícula material
capacidad
de
realizar
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Cap 13.-Alma, psicología y ciencia
70.-La muerte del alma y las tres linternas de Quevedo
La dualidad espíritu-materia ha podido crear los conceptos del alma y
de la conciencia, a los que Quevedo explica mediante la analogía de
las tres linternas:
“… las tres contienen una lumbre de la misma intensidad, una es de
hierro y no alumbra, otra de hueso y alumbra con luz poca y turbia y
la tercera de cristal, alumbra con luz clara y mucha”
Las tres tienen alma, solo la tercera posee conciencia a la que
Quevedo considera como la capacidad para iluminar, entendiendo a la
iluminación como el conocimiento de la verdad o como el hecho de
ser conscientes de la realidad, pudiera ser cuando las capas corticales
4ª y 6ª se hayan conectado, tal como vimos anteriormente.
La idea de Leibniz respecto de que las partículas materiales
carecerían de principio propio, a diferencia de las espirituales, son
semejantes a las de Quevedo respecto del alma, de la memoria y de
la voluntad, el que en su obra Providencia de Dios expresa:
La memoria es depósito y la voluntad elección
En un comentario sobre la relación de Quevedo respecto de la
memoria y la voluntad, alguien dedujo:
Si no te permito elegir no podrás ejercer tu voluntad sino la mía, tu
memoria almacenará actos que dependerán de mí y no de ti.
Así te quitaré el alma.
Este depósito al que se refiere Quevedo sería el conjunto de
conocimientos y también las partículas materiales de Leibniz,
mientras que la voluntad para elegir supone algo novedoso y
relacionado con las partículas espirituales.
El alma tendría algo que ver con la relación entre ambas partículas y
por lo tanto entre la memoria y la voluntad.
Quizás pudiera ser este uno de los mecanismos usados por unos para
subyugar a otros, no importa en qué tiempo.
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71.- Víctor Hugo y la universalidad del alma
Los estoicos han llegado a sustituir a Dios por su idea del alma.
La filosofía escolástica afirma que el alma es una creación directa de
Dios y en el Renacimiento, tanto se desatiende a la idea del alma
universal como se cree en un principio único o hálito de vida,
animador y vitalizador de todo lo que existe, llegando a exclamar
Víctor Hugo:
Cuando peco, la humanidad entera peca en mí
Rescata así Hugo al anterior concepto del orfismo respecto de la
universalidad del alma y también de que, lo realizado por un
individuo, concierne al grupo.
Regresa una vez más la sustancia universal del gnosticismo.
72.- El alma, el movimiento y la lógica: Heidegger
Martín Heidegger dice que:
Metafísica es una afirmación original y razonada que merece ser
tenida en cuenta a partir del momento en el que se hace.
Heidegger afirma que la metafísica supone el olvido del ser en cuanto
a lo que ya es, lo que nos recuerda a Kant y a sus tres premisas, así
se posibilita la captación de nuevos conocimientos que originarán
nuevos pensamientos, dice Heidegger que en este movimiento hacia
delante consiste el alma, es la energía que lo impulsa.
Este filósofo alemán que vivió a caballo entre el XIX y el XX, vaticinó
el desastre en la metafísica por culpa del lenguaje y porque se
sustituía el razonamiento por la afirmación, como si afirmar sin más
fuese constitutivo de la verdad, decía que:
El problema de la filosofía no es la verdad, sino el lenguaje
Martín H. entiende que el alma es la relación entre el espíritu y el
cuerpo, siendo necesario algún tipo de movimiento para que se lleve
a cabo esta relación y que ese movimiento tan solo podremos
provocarlo con la lógica.
Heidegger también deduce que la lógica es el instrumento del alma, a
la vez que adopta el sentido ontológico de la metafísica.
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Ante la lógica caben dos opciones, o se atiende a la lógica de otro o a
la propia.
En el primer caso podríamos encontrarnos con la deducción de lo
afirmado por Quevedo y permitir que se mate al alma.
En el segundo habría que asumir el riesgo a equivocarse.
Para Heidegger no es metafísica lo que carece de originalidad, ni
tampoco lo que simplemente se afirma sin un razonamiento que
facilite su comprensión, tampoco es metafísica lo que pudiera ser un
motivo de fe, porque no responde al por qué, porque constituye un
acto repetitivo o porque simplemente es un plagio.
73.- La lógica en la metafísica: Hegel, alma y mayéutica
Ya vimos a Sócrates institucionalizar la mayéutica preguntando y
respondiendo repetidamente hasta llegar a la razón o logos, germen
de la idea de Platón, su discípulo, que definió al logos de su maestro
como el paradigma de las cosas, o idea.
Aristóteles recogió el testigo y expresó su entelequia, origen de la
posterior metafísica, también Séneca observaba que “la razón es la
verdadera naturaleza del alma”.
Sócrates, Platón, Aristóteles, Séneca, …, nos hablan de la lógica como
instrumento necesario para la metafísica, así como también otros, por
ejemplo Friedich Hegel, crítico con Kant, con Fichte y con la ontología
de Heidegger.
Hegel fue uno de los que aportaron la lógica a la metafísica medieval,
desde entonces, la metafísica es inseparable de la ciencia de la lógica,
constituye un sistema que permite relacionar a lo subjetivo con lo
objetivo, con la lógica se intenta resolver el enigma de Aristóteles
eligiendo de entre lo subjetivo, aquello que pueda ser realizable,
después pasar a la acción.
Mayéutica-Sócrates
Logos
original y
subjetiva
Martin Heidegger
Y
Friedrich Hegel
La
metafísica es
una afirmación
Idea - Platón
paradigma
ciencia
de la
lógica
ALMA
Entelequia-Aristóteles
enigma
razonada y
objetiva
Razón - Séneca
causa
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74.- Schelling y el paradigma del alma
Estamos observando que el orfismo y sus derivaciones persisten
hasta nuestros días por una de sus más extendidas, comunes y
aceptadas características: la universalidad.
Con la universalidad se ha ido formando una doctrina basada en que,
el mundo material y el inmaterial, forman parte de un todo viviente y
orgánico, esta es la filosofía del organicismo que contó entre sus
adeptos a Giordano Bruno, quemado vivo por afirmar que existen
infinitos mundos, también fue organicista Friedrich Schelling.
Schelling desglosa en dos a la filosofía natural aristotélica, ha sido
uno de los analistas del origen de la maldad humana y de las
características del alma, ello quizás le llevó a concebir una filosofía
negativa y otra filosofía positiva.
Con la filosofía positiva, Schelling intenta concretar cómo podría
llegarse a la partícula espiritual de Leibniz, con la filosofía negativa
establece la posibilidad de llegar a la partícula material, o lo que es lo
mismo, la capacidad de razonar una propuesta y elegirla entre varias
es filosofía positiva, la otra capacidad para llevarla a cabo se resuelve
mediante la filosofía negativa.
Para Schelling, una mala elección respecto de las dos filosofías
provoca el mal, la elección correcta facilita el bien y es la
manifestación del alma, convirtiendo en acción a lo que fue una idea
y en material a una partícula espiritual, decía que la correcta elección
es el paradigma del alma.
En su época, Schelling no contaba con los conocimientos actuales
sobre electricidad, polaridades o magnetismo, tampoco sobre el
orbital y el núcleo de una estructura atómica, a pesar de ello,
atribuyó a la filosofía negativa las actitudes propias del mundo
material y a la filosofía positiva las del inmaterial o espiritual,
reduciéndolas ambas a lo más pequeño e insignificante:
la acción propia individual fraccionada en dos capacidades,
la de proponer y la de hacer
Las mismas capacidades a las que Leibniz denominó partícula
espiritual y partícula material.
Otra curiosa coincidencia entre las que se repiten en el tiempo.
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75.- El alma y la energía del movimiento: el trabajo
Antiguamente se consideraba que el alma es la causa del movimiento
en los seres vivos, cuyo instrumento es la capacidad de pensar, la
razón decían hace veintitrés siglos, el intelligere según Tomás de
Aquino o el cogito para Descartes.
Parece que el legado filosófico consista en que el alma es inherente a
la actividad de pensar.
Todo movimiento consume energía en su realización, al alma como
energía no se la identifica respecto de cómo se mueve sino en qué
espacio lo hace, desde qué parte inmaterial se inicia y hasta qué
parte material llega, ese es su espacio.
A mayor distancia entre los extremos, mayor energía a consumir y
mayor velocidad en recorrerlos.
Martin Heidegger relacionaba al movimiento con el trabajo y el
esfuerzo, equiparando a la voluntad con la energía invertida.
En el siglo XX, Wilhelm Reich construyó dispositivos con los que
intentaba demostrar y medir la existencia de esa energía que genera
cualquier movimiento, en cualquier lugar y en todos los seres,
llegando a afirmar que, si se bloquea, cesa el movimiento y llegan los
trastornos físicos y psicológicos para el ser humano.
Reich consideraba movimiento toda actividad humana como pensar,
sentir o hacer, siendo única la causa de los tres, el alma, esa energía
a la que intentaba cuantificar.
Cap 14.-Alma y libre albedrío
76.- Energías del alma y de la materia
Veamos cómo podríamos expresar concretamente a esa energía del
alma y materializarla mediante un sencillo proceso científico, en el
que pudiéramos ver cómo esa energía varía dependiendo de si ha
producido una agrupación de partículas o no.
Imaginemos que disponemos de dos vasos, uno de ellos lleno de
átomos de hidrógeno y de oxígeno no combinados, el otro
conteniendo a los mismos átomos agrupados en moléculas de agua.
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2 átomos de hidrógeno
1 átomo de oxígeno
La energía del vaso con los átomos desagrupados es mayor que la del
que contiene agua, lo que demuestra que toda agrupación de
partículas es un movimiento que ha consumido energía.
Observando a la molécula de agua nos daremos cuenta de un curioso
detalle: los átomos de hidrógeno se disponen siempre en un ángulo
de 45º respecto del centro del de oxígeno. Siempre y en todas las
moléculas de agua.
Podríamos deducir que la energía del alma se transforma en masa
cuando toma forma en la materia, así nos ha enseñado Einstein a
relacionar la energía con la masa mediante la velocidad de la luz,
según él, si una masa viaja a mayor velocidad que la de la luz se
transforma en energía, y viceversa cuando la velocidad desciende por
debajo de la de la luz.
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Si nuestros ojos no pueden ver lo que se mueve a la velocidad de la
luz, precisamos de la percepción si hablamos del alma, de nada nos
sirven nuestras habilidades sensitivas.
77.- La oportunidad y el alma
A los átomos no los vemos con los ojos, al agua si.
Llamamos percepción a la cualidad de ver a esos átomos y la
sensación es la capacidad de ver a los mismos átomos pero
agrupados.
Si percibiésemos a los átomos desagrupados también podríamos
saber de la oportunidad de agruparlos y formar materia, así
tendríamos el agua u otro elemento material. Vamos a tratar de
explicar esto.
Nuestros órganos sensitivos son incapaces de revelarnos la existencia
del hidrógeno o la del oxígeno, que son átomos desagrupados, en
cambio si que nos avisan de que hay agua, que es una agrupación de
dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, recordándonos aquellas
sensaciones que ya tuvimos con el agua.
La sensación es el recuerdo de la experiencia pasada y referida a una
materia, es decir a átomos agrupados, mientras que la percepción
supondría la posibilidad de captar la existencia de átomos
desagrupados, todavía sin formar materia, por lo que serían
imperceptibles por nuestro equipo sensitivo, esto podría ser la
intuición.
Según la neurofisiología, con el cerebro se percibirían los átomos
desagrupados y en su mundo inmaterial, es decir, lo que nos
proponemos realizar, siendo la conciencia la que captaría la necesidad
de que se forme una materia y formarla.
Si la conciencia fuese el don de la oportunidad, la energía invertida en
hacer lo propuesto pudiera ser el alma.
78.- El alma como espiritualización de la materia
La capacidad para diferenciar la percepción de la sensación aumenta
la actividad cerebral, también la sensitiva, manteniéndose el cerebro
como regente porque sus impulsos serían cada vez más potentes.
Dice la neurofisiología que con cada propuesta se crea un nuevo
grupo de neuronas que se conectará con los ya existentes, siempre
que aquella propuesta se haya realizado efectivamente, hecho que
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aumenta el número de neuronas activas y también la capacidad
cerebral, provocando que todas aquellas relaciones del cerebro con el
tálamo se intensifiquen, tal como ya vimos en los apartados
anteriores.
En este proceso podría consistir la percepción consciente, esa energía
o anima que introduciríamos en nuestros cuerpos y que quizá fuese el
modus operandi para la espiritualización de la materia, tema que
volveremos a considerar en el apartado 92.
Si con la percepción cerebral se crea algo material cada vez que una
propuesta es ejecutada, la materia se renueva incesantemente y,
para ello, la materia que ya existe se tendría que desintegrar en sus
componentes, transformándose en energía una parte de la masa, tal
como nos enseña Einstein.
Podríamos decir que la materia se espiritualiza.
¿Cómo podría iniciarse este proceso?
Quizás ejerciendo el libre albedrío, tomando decisiones por sí mismo
y autónomamente, buscando aquellas propuestas que sean posibles y
en las que, tan solo, queden implicados el ser que propone y la
materia de que dispone, porque en cuanto se requiera de otros para
hacer lo que uno piensa, pudiera existir cierto grado de incapacidad
en la propuesta, eso no se correspondería con el libre albedrío sino en
aprovecharse de la buena voluntad de los demás para hacer la
nuestra.
79.- El libre albedrío y la realidad cuántica
Por libre albedrío entenderíamos la capacidad para elegir la causa de
lo que hacemos.
Allá por el siglo XV se debatía sobre el libre albedrío afirmando que
toda causa es decisión de Dios, por lo que se privaría al ser humano
de la capacidad para elegir, argumento que no era admitido así por
todos los pensadores y filósofos.
Esta controversia fue resuelta por la iglesia católica mediante el
siguiente comunicado:
Todo suceso tiene una causa y una finalidad como principio y fin,
todas ellas decididas por Dios, el hombre dispone del libre albedrío
comprendido entre ambas
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Imaginemos una línea, tiene infinitos puntos, carece de principio y de
fin. El libre albedrío vendría a ser la capacidad y la libertad para
observar a cualquiera de los infinitos puntos de la línea, a ese punto
observado le llamamos realidad.
Esa realidad no puede ser aceptada como tal por el físico cuántico,
porque un punto nunca podrá definir a la línea y porque lo real es la
línea, no el punto.
Si el sentido común lo hemos confeccionado observando a un solo
punto, la mecánica cuántica demuestra que estamos equivocados.
Para la mecánica cuántica la única cosa real es la línea, mientras que
el punto es tan solo el resultado del libre albedrío, porque es el
resultado de una observación y hay infinitas posibilidades para
observar.
La línea es a la función de onda como el punto al colapso, en el que
interviene un observador.
Pues bien, de la misma manera que todos los puntos han de
permanecer unidos para formar a la línea, las posibles “realidades”
observadas permanecen unidas de alguna manera y esa unión precisa
de una energía, la misma energía que mantiene confinados a los
protones en un núcleo atómico, o a los electrones en un orbital.
La gravedad tiene mucho que ver con esa energía.
Con la mecánica cuántica hemos descubierto que somos incapaces de
describir al mundo físico, del que tan solo podemos emplear alguna
información sobre él, es como pretender describir a todos los infinitos
puntos de la línea, no es posible hacerlo, sin embargo disponemos del
libre albedrío como único medio que nos permite saber algo de esa
línea.
Se ha calculado el tiempo medio que haría falta para que se forme un
átomo, es de 100 millones de años, ¿podemos imaginar el tiempo
que empleamos en realizar nuestro libre albedrío, cuando exista?
Es como invertir los 100 millones de años en ver a un solo punto de
la línea, cuando ésta tiene infinitos puntos, de manera análoga, el
mundo material también está formado por muchos, por muchísimos
átomos, sin embargo existe una energía que los mantiene unidos
formando conglomerados de hierro, arcilla, sílice, bosques, animales
o seres humanos y esta energía nunca cesa, porque en todos los
reinos se experimenta la tendencia hacia la agrupación, cuya energía
es el alma y el libre albedrío su instrumento.
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Cap 15.-Alma y partículas: una argumentación científica
80.- Alma y conciencia, bosones y fermiones
La supersimetría es un concepto científico que supone la existencia de
una partícula de fuerza para que otras partículas de materia se
asocien con ella.
A la partícula de fuerza se le denomina bosón y a la de materia
fermión.
El bosón sería a la partícula espiritual de Leibniz como el fermión a su
partícula material.
El bosón sería a la filosofía positiva de Schelling como el fermión a su
filosofía negativa.
El bosón sería al alma racional de Platón como el fermión a la
irracional y así podríamos encontrar muchas otras semejanzas…
Cuando dos o más fermiones se agrupan forman materia, habiendo
invertido en ello parte de la fuerza de los bosones, este es el sentido
práctico de la supersimetría.
Desde nuestra perspectiva, la supersimetría podría tener algo que ver
con la conciencia, porque confiere estructura material a algo que no
la tenía y porque relaciona lo inmaterial con la materia.
Podríamos deducir que la conciencia es la capacidad para relacionar
bosones entre fermiones, así como que el alma sería la energía de un
bosón consumida para que los fermiones se asocien, formando
materia.
El alma no sería la propia energía del bosón sino la invertida en
agrupar fermiones.
Si admitimos esta analogía entre el alma y el bosón, podríamos
preguntarnos ¿que es lo que caracteriza a un bosón?
Al bosón le caracterizan dos capacidades, la de transmitir energía a
los fermiones y la de conferirles masa.
Como ejemplo, el fotón es un bosón y su energía es la
electromagnética.
Así pues, para que protones y electrones formen un átomo, hacen
falta bosones que confinen en el núcleo a los protones y en el orbital
a los electrones.
A esa capacidad para relacionar bosones con fermiones podemos
encontrarle similitudes respecto de la conciencia y también del alma,
porque hay una energía causante de la materia, la energía del bosón,
así como también existe un fermión dispuesto a absorberla que, al
combinarse ambas actividades, se forman átomos y toda agrupación
atómica es materia.
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81.- Causa y efecto: el carbono como origen de la vida
Hoy podemos afirmar que las estrellas están formadas por núcleos de
hidrógeno, por protones.
Su elevada temperatura y gravedad hace que dos de estos núcleos
puedan fusionarse formando helio, del que la mayor parte
combustiona en la superficie estelar y del restante llega a formarse
berilio, fusionándose dos núcleos de helio.
Al quemarse helio disminuye la cantidad de protones en la estrella y
menguan su temperatura y gravedad, condiciones idóneas para que
algunos núcleos de átomos de helio que aún quedan se fusionen con
otros de berilio, formándose carbono.
Este carbono recién formado se encuentra en capas del interior de la
estrella y no podrá quedar libre hasta que explosione, tal como una
supernova. Cuando explosiona, se libera al espacio el carbono
formado y así comienza la vida orgánica, agrupándose átomos de
carbono.
Se calcula que el proceso que se sigue en las estrellas para que sea
liberado el carbono formado, dura 10.000 millones de años.
¿Podemos imaginar la tremenda energía consumida en este proceso?
No, no podemos imaginarla, al cabo de este tiempo todavía no se
habría formado ningún elemento orgánico que genere a la vida que
conocemos.
Estos procesos de la formación del carbono se producen por la
gravedad, esa fuerza que se manifiesta como una tendencia
constante y universal hacia la agrupación, en todos los seres de todos
los reinos y en todos los tiempos, así se ha formado helio, después
berilio y por último carbono.
Todavía no hay vida en ese carbono.
Nuestro universo y el cosmos experimentan movimientos alternativos
de contracción y expansión, ahora nuestro universo se expande pero
se prevé la contracción cuando la fuerza expansiva cese, tanto podría
contraerse que llegaría a colapsar en agujero negro.
La fuerza expansiva, también constante y universal como la
contractiva, fue ratificada en 1.998 al observar que las supernovas
cambiaban su radiación, coincidiendo estos cambios con las
frecuencias que van desde el azul hacia el rojo, fenómeno
denominado como corrimiento al rojo y que significa que la estrella se
aleja de la Tierra, porque sabemos que el rojo tiene menor frecuencia
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Metafísica del alma: un concepto cuántico de la conciencia
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que el azul y porque la luz emitida por la supernova sigue siendo la
misma, aunque no la veamos igual desde nuestro planeta.
El corrimiento al rojo ha rescatado la constante cosmológica de
Einstein, esa fuerza que expande al cosmos y a la que él mismo
consideró el mayor error de su vida.
Si todo eso que llamamos materia, también vida, se origina a partir
de los núcleos del hidrógeno, podría haber cierta relación entre el
alma, como causa, y este proceso, como efecto, así como entre esos
núcleos del hidrógeno y los bosones, o entre la materia y los
fermiones.
82.- Oportunidad de la materia y las dos fuerzas del alma
Sería un error considerar a la fuerza gravitatoria y a la expansiva por
separado, ya que ambas están en constante interacción, aunque una
supere a la otra en algún momento, como es el caso de nuestro
actual universo, que no sería el que es si una de las dos fuerzas
cambiase un ápice:
--se calcula que si la masa del protón fuese tan solo un dos por mil
mayor, los protones formarían neutrones y todos los actuales átomos
se desestabilizarían, desintegrándose y adaptándose a nuevas
formas, es decir, sería otro mundo habiéndose desintegrado el
nuestro.
Tengamos en cuenta que la masa de un protón, en gramos, es de
1,6726 10-24.
Podríamos afirmar que nos resulta imposible apreciar la variación del
dos por mil en una masa tan pequeña.
Así pues, para que nuestro universo sea como es, la fuerza
gravitatoria y la expansiva han de relacionarse.
Curiosamente observamos que la fuerza característica del electrón es
la gravitatoria o contractiva, mientras que la del protón es la
expansiva.
La estructura atómica y por lo tanto de la materia, no existiría sin la
relación entre protones y electrones, sin la existencia de ambas
fuerzas.
La fuerza electromagnética es la característica de la estructura
atómica, pero ¿cómo se forman el protón y el electrón?
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Parece que existe un agente que combina a dos quarks up y uno
down para formar un protón, en el que predomina la carga eléctrica
positiva asociada a la fuerza expansiva.
También parece que ese agente hace lo mismo con dos quarks down
y uno up para que se forme el electrón, en el que predomina la
electricidad negativa y la fuerza contractiva o gravitatoria.
Los protones y los electrones se asocian y forman a un átomo.
¿Qué sabemos de quién o de qué aporta los quarks? Esta pregunta la
responderemos argumentadamente más adelante.
Se ha calculado el tiempo medio que hace falta para que dos átomos
se asocien, es de unos cien millones de años, ¿cuánto tiempo habrá
hecho falta para que se forme nuestro universo?, también se ha
calculado en unos 13.700 millones de años.
A pesar de haber invertido tantísimo tiempo en todo esto, la materia
que percibimos, incluidos gases y líquidos, es apenas el 4% del total.
Las sensaciones no pueden detallarnos más allá de ese 4% de lo que
existe, por eso el físico cuántico no acepta que ese pequeño
porcentaje sea la realidad, ¿no sería más real el 96% que se nos
escapa?
De ese 96% podría decirnos algo el cerebro mediante la percepción
de aquello que todavía no está agrupado como materia, de lo que aún
no tiene forma siquiera de sensación.
Ante semejante inmensidad, tan solo exclamamos ¡bienaventurados
por disfrutarla!
83.- ¿El final del alma?
La teoría del Big Bang afirma que nuestro universo es el resultado de
la impresionante, fantástica e inimaginable expansión de una
partícula, proceso llamado inflación por los científicos.
Si aquella partícula tuviera el tamaño de una canica, se hubiera
expandido instantáneamente en un volumen equivalente a 10
millones de veces la Vía Láctea.
Como nuestro universo no tiene ese tamaño, quiere decir que cuando
estaba contraído era mucho, muchísimo más diminuto que una
canica.
Esto es imaginariamente brutal ¿verdad?
Aquella fuerza contractiva habría comprimido tanto a lo que era
nuestro universo antes del Big Bang, que lo habría reducido al
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Metafísica del alma: un concepto cuántico de la conciencia
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tamaño de una partícula subatómica, cuyo estudio le corresponde a la
mecánica cuántica.
También se afirma que es la física cuántica la encargada de estudiar
la evolución de nuestro universo y no sólo eso, sino que es la única
teoría capaz de hacerlo, al menos hoy por hoy.
Leonard Mlodinow y Stephen Hawking, en su obra El gran diseño,
definen a la teoría cuántica como:
Aquella en la que los objetos no tienen una sola historia,
sino todas las posibles historias
Consideremos que ahora nuestro universo se expande y que antes del
Big Bang se estaba comprimiendo. Deducimos que en otro momento
empezará a comprimirse de nuevo, pues parece que se vayan
alternando los movimientos expansivo y compresivo.
Si esto es así, el final de la actual energía que nos vivifica se
produciría en el momento que cesase su expansión y comenzase su
compresión, se haría realidad el aumento de la masa de los protones
y
la
desestabilización
atómica,
bajo
estas
circunstancias
desaparecería nuestro actual universo y nosotros con él, después
comenzaría otra expansión y así indefinidamente.
Si cambia la combinación entre las fuerzas expansiva y contractiva,
también cambiará la energía, lo que ahora llamamos causa sería otra
ahora, otra alma, con otras formas materiales y otros mundos,
porque es seguro que este ya no.
Así pudiera ser el final de la actual alma y el inicio de la siguiente
84.- El alma y la renovación, el solipsismo y la imitación
Hemos originado y nos hemos acostumbrado a muchas formas de
egoísmo, desde la necesidad de sobrevivir hasta el de un ideal.
En el extremo del idealismo llegamos a concebir la idea de que tan
solo existe nuestro propio yo, que los demás son una imagen
reflejada en nuestra mente y que la realidad es solamente mi propio
yo, mi ideal, de esta manera afirmamos con Descartes “pienso, luego
existo”.
El solipsismo es la filosofía que reduce la realidad del mundo al
conjunto de sensaciones proporcionadas por nuestros sentidos. Para
el solipsista todo lo demás es irreal e imaginario, es una ilusión
mental.
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Interesa resaltar que, en el solipsismo, la sensación es más
importante que el pensamiento y desde esta perspectiva cabría
preguntarse ¿quién no es solipsista en alguna medida?
Si el alma fuese la energía que vivifica todo movimiento y la
conciencia la capacidad de aplicarla, nuestra alma sería solipsista en
algún grado, porque nos nutrimos de ideas que son reflejo de
sensaciones y porque un individuo, muy poco o nada puede saber de
las sensaciones de los demás, tan solo por empatía, por reflejo y el
reflejo no es lo real.
Creemos que nuestras ideas son propias, sin embargo, al aplicarles la
mayéutica, es decir, la atención, comprobamos que ya existían antes
de que nosotros las pensáramos y que forman parte del entorno en el
que vivimos, tan solo captamos una pizca y este pudiera ser el
proceso del solipsismo, que empieza por la sensación y acaba cuando
se comprende que hay algo más que lo sensitivo.
Hablar del alma podría ser muy limitado desde la sensación, por ese
motivo intentamos hacerlo desde otra perspectiva.
Parece inevitable ser solipsista en alguna medida, pero si nos
aventurásemos a que nuestras ideas fueran cada vez menos el reflejo
de sensaciones y de impresiones, si resolviéramos aplicar el libre
albedrío y la mayéutica a cada cosa que hacemos, quizás
facilitaríamos que una idea tuviese menos dependencia del entorno,
nuestra acción no sería resultado de una reacción y se renovaría
constantemente, en esta renovación se manifestaría el alma
invirtiéndose su propia energía.
De la otra forma tan solo se repite la misma estructura material, lo
que nos induce a la imitación.
85.- ¿El secreto de la inmortalidad?
La mecánica cuántica tiene su base en las hipótesis lógicas, aunque
no en el sentido común, entre ellas es clásica la del hijo que envejece
más que su madre:
La madre pasa 30 años en un avión que viaja a la velocidad de la luz.
Cuando regresa a tierra su hijo será 30 años más viejo y para ella tan
solo habrían pasado 10.
Si al subir al avión la madre tuviese 28 años y su hijo 10, después del
experimento el hijo tendría 40 años y la madre 38.
¡La madre sería dos años más joven que su propio hijo!
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Todo sistema que se mueva envejece más despacio, esta afirmación
no es hipotética sino verificada, ello significa que el movimiento
origina formas materiales nuevas que sustituirán con mayor rapidez a
las ya existentes, sería como si la próxima vida la estuviésemos
viviendo ahora o como vivir el futuro en el presente. Esto es realidad
para la mecánica cuántica.
--Si nuestros actuales movimientos tienen su origen en el mundo de
las sensaciones.
--Si la sustancia de una sensación es más másica y densa que la
sustancia mental
--Si la mente se mueve más deprisa que el mundo sensitivo
--Si la mente es más energética que la sensación
--Y si nos regimos por la mente y no por la sensibilidad
Conclusión: el cuerpo envejecerá más lentamente, como el de la
madre, porque nos moveríamos a mayores velocidades.
Si imaginamos este proceso al infinito ¿qué resulta?: la inmortalidad.
Cap 16.-Alma y mecánica cuántica
86.- El alma, la velocidad y la percepción: el fractal
Es lógico pensar que al recorrer un camino a pie nos daremos cuenta
de más detalles que si lo hacemos a 300 kilómetros por hora.
Desde la perspectiva cuántica: estamos equivocados.
Lo que nos parece el más elemental de los sentidos comunes es falso
en cuántica, porque al aumentar la velocidad el tiempo es más lento,
se dilata dicen los físicos y así lo declara el ejemplo anterior de la
madre y del hijo.
La física cuántica afirma:
cuanto mayor sea la velocidad de un movimiento, mayor será la
capacidad de “percibir” los detalles
Es como si captásemos todo lo que puede ver una hormiga
moviéndonos a velocidad supersónica.
Esta afirmación de la cuántica sabemos que está fuera de toda lógica
común, sin embargo es la que mayor probabilidad tiene de ser cierta,
según los experimentos al efecto que así lo muestran y demuestran,
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Metafísica del alma: un concepto cuántico de la conciencia
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en cambio, la probabilidad de que yendo despacio nos demos cuenta
de más detalles, se habría reducido prácticamente a cero.
Es lo que se denomina un caso fractal, lo curioso es que nuestro
cerebro es un órgano fractal.
Desde este punto de vista y debido a la energía sensitiva que
consumimos habitualmente, la velocidad con la que realizamos
nuestras propuestas es mucho más lenta que si consumiésemos
energía mental. Podría ser la diferencia entre un antiguo motor a
vapor y un moderno fórmula 1.
Si percibimos usando de la energía sensitiva, todos nuestros
movimientos dependerán de los órganos sensoriales y serán ellos los
que pondrán en marcha al cerebro, de tal manera que la actividad
cerebral sería un reflejo de la sensible, tal como dice el solipsismo, al
que ya observamos anteriormente.
En cambio, si invirtiéramos el sistema, si usáramos energía mental y
fuese el cerebro quien se activase en primer lugar, podría aumentar
la velocidad de nuestros movimientos y la percepción ya no sería
sensible, sino mental.
Nos habríamos convertido en esa hormiga que se mueve a gran
velocidad, sin dejar de apercibirse de los más recónditos detalles.
Al haber cambiado la energía con la que nutrimos nuestro
movimiento, habría cambiado nuestra alma y ello tendría que
propiciar también un cambio en nuestro cuerpo.
No seríamos los de antes, de hecho, no somos los de antes, porque
hemos aumentado la velocidad del cambio y el mundo también.
Hablar del alma es hacerlo sobre un caso fractal y la mecánica
cuántica tiene algo que aportar facilitando su comprensión.
87.-El alma y la luz: catástrofe ultravioleta
Uno de los símbolos atribuidos al alma es la luz, sobre la que sería
conveniente considerar algo acerca de su intensidad.
La física clásica y también la lógica común, dicen que si se aumenta
la frecuencia de una radiación luminosa, la intensidad de la luz
emitida también aumentará proporcionalmente.
Sería como la diferencia entre lo que ilumina una bombilla de 15
watios y otra de 300.
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La física clásica, también llamada newtoniana, postula que el
aumento ilimitado de la frecuencia de la luz haría que su intensidad
aumentase hasta el infinito.
En ese punto de infinita frecuencia e intensidad, una materia perdería
su temperatura absoluta, desintegrándose, fenómeno conocido
científicamente como catástrofe ultravioleta.
Esta afirmación no es un hecho empírico para la física clásica, sino
una hipótesis, un postulado basado en lo que supone la física de
Newton, sin haberlo podido demostrar.
Pues bien, la física cuántica si que demuestra que esta hipótesis
newtoniana es errónea, porque se comprueba experimentalmente con
partículas:
al aumentar la frecuencia de una luz,
disminuye su intensidad lumínica
De manera que la catástrofe ultravioleta no existe y es falsa en el
mundo de lo microcósmico, es decir, en el mundo de las partículas
que forman eso que llamamos materia.
Ahora enlacemos lo anterior con una mística afirmación de las
filosofías orientales: la visibilidad del antakarana.
Estas creencias relacionan la luz del alma con el antakarana, ese arco
luminoso que, según afirman, se forma en la cabeza del ser
espiritualmente avanzado.
Según nuestra capacidad visual común, la elevada frecuencia en la
que se produciría el antakarana nos impediría verlo, así que quizás
estemos esperando en vano ver esa luz en la cabeza de alguien
cuando no nos puede resultar visible, quizás si perceptible.
Este puede ser un reto sobre el que cada cual decidirá.
88.- El salto cuántico y las supercuerdas : energía espiritual y
material
Sabemos que la energía no se transmite de forma continua sino en
paquetes, como oleadas, a los que llamamos cuantos.
Un salto cuántico es la denominación científica al hecho de que la
energía de un cuanto cambie respecto de la del siguiente.
También sabemos que los átomos intercambian electrones entre sí,
de forma ininterrumpida y espontánea, lo que hace variar la energía
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atómica constantemente y que alguna de estas variaciones, o salto
cuántico, pudiera llegar hasta tal extremo que provocara la
desintegración total del átomo, dispersándose entonces sus partículas
para volverse a integrar en otro átomo distinto del anterior.
Veamos ahora un detalle respecto del salto cuántico.
Un electrón ocupa determinado lugar alrededor del núcleo atómico,
en ese lugar se precisa cierta cantidad de energía para mantenerse
allí.
El electrón que ocupe un orbital cercano al núcleo, consumirá menos
energía que el de otro orbital más alejado.
Debido a que los electrones pueden cambiar de orbital sin salir del
mismo átomo, consideremos el hecho real de que ese electrón
abandonase su actual órbita ocupando otra más cercana al núcleo
atómico, por lo que precisaría de menor energía.
¿Qué puede ocurrir ante este salto cuántico?
Lo que se observa es la liberación de la energía sobrante, energía que
podrá permanecer en el interior de la estructura atómica o
abandonarla.
Conclusión: si el intercambio aleja al electrón del núcleo, tendrá que
absorber energía y podría abandonar al átomo que pertenece, si lo
acerca desprenderá energía y permanecerá en el mismo átomo.
¿Qué podríamos aprovechar de este hecho?
Las capacidades sensitivas se corresponden con las energías que
permanecen en el interior atómico de nuestros órganos, son el
resultado de los constantes saltos cuánticos que se están produciendo
en nuestro cuerpo y sin salir de él. Por ese motivo nuestra sensación
es múltiple y al mismo tiempo, podemos ver, tocar, oler, oír y
saborear a la vez, pero sin salir de los planos físicos en los que está
activo nuestro cuerpo, los planos materiales.
Si hablamos de percepción, nos referimos a otros planos en los que
los órganos sensitivos son secundarios y el cerebro actúa en primer
lugar. El cerebro es el órgano capaz de facilitarnos la percepción de
aquellos planos no materiales o espirituales.
Si el órgano perceptor fuese el cerebro todo estaría centralizado allí,
la energía percibida sería la que habría escapado de aquellas
estructuras atómicas producidas en los saltos cuánticos.
Sería como el electrón que abandona a un átomo y busca otro de
mayor potencia energética.
¿Dónde podría estar la diferencia?
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En que el cerebro puede activarse bien por electrones desprendidos
en sucesivos saltos cuánticos o bien por átomos ya estructurados.
En el primer caso hablaríamos de una propuesta todavía no realizada,
aún inmaterial, espiritual, original y para ello, el cerebro tendría que
captar a esas partículas que todavía no forman átomos, esto sería la
percepción.
En el segundo caso, nos estaríamos refiriendo a estructuras hechas, a
átomos agrupados y a estos los detectamos mediante nuestra
sensibilidad, así actuaríamos por imitación.
Un ejemplo: el deseo de comprar un lujoso coche o el de comprender
la teoría de la relatividad general. El del coche tiene un objetivo más
material que el de la teoría. Al coche lo miramos, lo tocamos, lo
olemos, …, a la comprensión de la relatividad la percibimos,
solamente eso.
Esta pudiera ser la diferencia entre una energía material y otra
espiritual, habiéndose producido ambas por una sucesión de saltos
cuánticos. A estas cadenas de saltos cuánticos en las que coexisten
estados vibratorios distintos, se les denomina supercuerdas.
Psicológicamente considerado, el constante cambio se basa en la
duda, se duda cuando se tiene curiosidad y se resuelve la duda
cuando se encuentra una respuesta.
La duda desintegra aquello que existía y la respuesta es la energía
que vuelve a integrar a las partículas que antes formaban átomos, así
se forman otros nuevos renovándose el mundo y el ser humano
también.
El alma vendría a ser la energía invertida en cohesionar determinado
número de partículas desintegradas.
La conciencia sería la capacidad para hacerlo.
89.-El alma, el enigma cuántico y la ondulatoriedad
El enigma cuántico es el hecho de observar si un objeto se encuentra
en determinado lugar, ésta observación es la que hace que ese objeto
se materialice allí, ya que el enigma cuántico afirma que antes de la
observación no existía ningún objeto en ese lugar.
Quizás lo que demuestra el enigma cuántico sea lo más difícil de
expresar, de creer y de admitir, pero es real.
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La física clásica y la cuántica usan del cálculo probabilístico, la
diferencia está en que la probabilidad cuántica es objetiva, mientras
que es subjetiva para la clásica.
Veamos un sencillo ejemplo.
Si tenemos dos cajas idénticas y depositamos una nuez en una de
ellas, quien la busque tiene una probabilidad de ½ para encontrarla,
para nosotros vale 1 porque sabemos en qué caja está.
El valor probabilístico cambia al no ser el mismo sujeto, esta es la
probabilidad subjetiva de la física clásica, depende de quien mire.
Para la mecánica cuántica, la probabilidad de que la nuez se
encuentre en una u otra caja es la misma para todos los sujetos, no
supone nada, siempre vale 1 porque todos los hechos posibles
ocurren al mismo tiempo, todos tienen la misma probabilidad, no hay
alguien que ha puesto la nuez y otro que tenga que adivinarlo, es
como si todo el mundo supiera dónde está la nuez y ésta pudiera
estar o no estar en cualquiera de las dos cajas al mismo tiempo.
Sabemos que esto cuesta de digerir.
A esta probabilidad unitaria, universal y equivalente, científicamente
se denomina ondulatoriedad.
En términos científicos, la ondulatoriedad de un espacio es el
resultado de calcular la probabilidad de que un objeto se encuentre
allí, se basa en el principio de incertidumbre y se expresa así:
Un objeto no está en ese espacio antes de observarlo ni antes de que
lo hayamos encontrado allí, sino que es nuestra observación en ese
espacio la que ha materializado al objeto en él.
El mayor problema al que se enfrenta el físico cuántico no es la
comprensión ni la dificultad matemática o científica, sino que la
realidad observada le parece increíble.
¿Cómo justificar algo real que no se corresponde con el sentido
común?
Hablar del alma supondría hacerlo en términos de ondulatoriedad.
La conciencia vendría a ser la capacidad para ver y no ver a un objeto
al mismo tiempo y en todos los lugares posibles, esto sería la
percepción, a la que ejemplificamos en el apartado 101.
101
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Cap 17.-Alma y colapso: los dos agentes
90.-Dos relaciones del enigma cuántico con el alma
Una vez enunciado el enigma cuántico, veamos dos posibles
relaciones entre éste y el alma.
1ª.-El alma tiene que ver con la causa de las cosas, siendo
precisamente el enigma cuántico, el hecho real y científico que las
produce.
2ª.-La materialización u ondulatoriedad según el enigma cuántico,
precisa de dos requisitos:
1.-la existencia previa de un espacio que contenga determinados
elementos, a los que llamamos partículas
2.-y de una intención o deseo de encontrar al objeto allí, sabiendo
que un objeto es determinada agrupación de partículas, es una
materia.
El científico y por extensión todo ser humano, no puede controlar al
espacio ni a sus partículas, si que puede llegar a controlar su
intención o capacidad observadora, dirigiéndola.
Esta observación agrupa a aquellas partículas haciendo que aparezca
y se materialice lo que se busca en aquel espacio.
La mecánica cuántica demuestra que la intersección entre el espacio
y la observación humana, es la creadora del mundo material.
Hablar del alma supone la existencia de un espacio, en el que vibran
determinadas partículas dispersas en él, y de una intención humana
sobre ese espacio.
91.-Los dos agentes del enigma cuántico: hombre y … ¿ángel?
Como acabamos de observar, para que exista materia el ser humano
ha de expresar su intención y el espacio ha de contener elementos, o
partículas, capaces de estructurar al objeto deseado en aquella
intención humana.
Si el ser humano es el agente que aporta la intención, o capacidad
para observar algo en algún lugar, otro agente tendrá que aportar a
esos elementos del espacio, o partículas, para que se integren
formando materia.
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Parece claro que el ser humano no puede aportarlos, no los aporta.
En estos términos, ¿qué sería el alma y qué la conciencia?
El alma podría ser la energía necesaria para provocar el aglomerado
material, científicamente denominada energía de cohesión.
La conciencia pudiera ser la capacidad para relacionar la intención
humana con determinada región del espacio, en la que existen las
partículas capaces de agruparse formando a la correspondiente
materia.
En la formación del mundo material y según demuestra la mecánica
cuántica, el ser humano es decisivo con su intención y capacidad
observadora, pero falta algo o alguien, que aporte al espacio con sus
partículas
¿Qué cosa o qué ser interviene en ese espacio?
Parece que nosotros, los seres humanos, no tengamos el control
sobre las partículas existentes en el espacio, sin embargo algo o
alguien lo está haciendo cuando tenemos intención.
Ese agente espacial pudiera ser el ángel.
92.- Una probable energía del alma: el fotón
Si el alma es la energía que agrupa partículas para formar materia,
es que esa energía se transmite a través del espacio e interacciona
con aquello que lo ocupa, agrupando a una parte de sus componentes
y formando a la materia.
En lo que respecta a cómo se transmite esa energía a través del
espacio, podríamos explicarlo observando dos hechos, primero cómo
se fabrica un láser y segundo una particularidad de los fotones.
Veamos antes qué es un fotón.
El fotón es una partícula del grupo de los bosones, cuya característica
es que son portadoras de energía y se denominan ondas de
probabilidad, porque expanden esa energía en todas las direcciones
posibles.
Si esa energía fuese la electromagnética, al bosón correspondiente le
llamamos fotón y lo definimos como una onda de probabilidad que se
propaga en todas las direcciones posibles.
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La onda de probabilidad viene a ser como una línea formada por
infinitos puntos moviéndose por el espacio. Cuando vemos u
observamos algo, lo observado sería uno de esos infinitos puntos.
Durante una veintena de años se ridiculizó al entonces joven Einstein,
porque afirmaba que la luz consiste en una emisión de fotones. En
aquel tiempo, a la ciencia le costaba admitir que la luz estuviese
formada por partículas.
Ya sabemos que un fotón es un bosón transmisor de energía en todas
las direcciones, u onda de probabilidad. Ahora vamos con el láser.
El láser se produce al contactar un fotón con un átomo excitado,
generando a otro fotón clon del que chocó, de manera que la energía
fotónica no se pierde sino que se multiplica, además, el fotón clonado
tiene la misma frecuencia y dirección de movimiento que el original.
Esta es la base para fabricar un láser y sería oportuno definir a un
átomo excitado, para ello utilizaremos al hidrógeno.
Un átomo de hidrógeno está formado por un protón en su núcleo y un
electrón en el único orbital.
Si lo calentamos, lo sometemos a determinada presión o lo situamos
bajo la influencia de un campo electromagnético de cierta frecuencia
e intensidad, este átomo absorberá energía y esta energía pudiera
incorporar otro electrón o desprender el ya existente, convirtiéndose
en un ión del hidrógeno.
Cuando un ión no puede absorber más energía se encuentra excitado
y si en ese momento chocase con él un fotón, el resultado serían dos
fotones y existiría la posibilidad de que el átomo se desintegrase,
quedando libres sus protones y electrones.
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La tendencia humana hacia la perfección pudiera ser una analogía
respecto de la base científica de la excitación atómica, en la que un
átomo se energetiza hasta que todos sus elementos componentes
quedan liberados, el átomo se desintegraría dispersándose sus
elementos componentes, que volverían a integrarse para formar
nuevos átomos.
Este pudiera ser el proceso en el que la materia se espiritualiza,
ionizándose en primer lugar, desintegrándose después y acabando
por formar elementos químicos nuevos.
Recordemos aquella sentencia: evolucionar es transformarse.
93.- Un concepto cuántico de la conciencia
La filosofía védica ya expresaba hace miles de años que la realidad la
crea el observador.
Curiosamente así lo demuestra la mecánica cuántica, veamos qué nos
dice respecto de quien observa y de cómo se crea eso que llamamos
realidad material, para ello hemos de:
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1.-describir rápidamente tres conceptos científicos:
la función de onda, la función de estado y el colapso
2.-imaginar el juego de adivinar en cual de dos cajas iguales puede
encontrarse un lápiz
3.-y establecer una analogía respecto de la estructura del átomo
La función de onda es la superposición de varias cosas a la vez,
cualquiera de ellas es y no es simultáneamente con las otras, según
la función de onda lo posible y lo imposible ocurre al mismo tiempo.
Sería como considerar que el lápiz está en una o en otra caja, o en
ninguna de las dos, al mismo tiempo, este es el hecho real cuántico o
función de onda, otro hecho diferente es el de ver al lápiz, o no, en
una de las cajas.
Respecto de un átomo, la función de onda es la capacidad de un
electrón para ocupar todos los orbitales simultáneamente, este es un
hecho real cuántico, el otro es que al observar al átomo veamos al
electrón solamente en uno de sus posibles orbitales.
La función de estado es la observación real de un hecho entre varios
hechos posibles, es la realidad que observamos entre otras
existentes, por eso el científico no admite que lo observado sea la
realidad que percibimos, sino que para él la realidad es la función de
onda, porque contiene a todas las observaciones posibles y también a
las imposibles.
La función de estado es ver o no al lápiz en una de las cajas, u
observar al electrón en un definido orbital atómico.
El colapso es la transformación de una función de onda en función de
estado. La función de onda sería la línea y uno de sus infinitos puntos
vendría a ser la función de estado, esta es la analogía.
Un punto no representa a la línea entera y si tan solo vemos a ese
punto, nuestra percepción de la realidad es extremadamente limitada
y errónea.
La existencia de la línea es lo que se denomina superposición
cuántica o multiverso, es la función de onda.
Para que una función de onda colapse hace falta un observador, tal
como el científico, un microscopio u otra persona, el observador es un
ser humano o es una máquina construida por humanos, lo que en
cuántica se determina como que observador huele a humanidad.
¿Cuál de estos conceptos encajaría con la conciencia?
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Podría ser el colapso, porque es el final de un proceso en el que han
intervenido la función de onda y el observador para que aparezca una
función de estado, que no es otra cosa que materia.
La función de onda es a lo espiritual como la función de estado a lo
material.
La función de onda contiene todas las formas materiales posibles y la
intervención del observador solamente crea a una de ellas, a esta
relación entre lo inmaterial y la materia venimos denominando
conciencia.
¿Y el alma?
El alma pudiera ser la energía invertida en que una función de onda
colapse en función de estado.
94.- Los dos agentes del colapso: hombre y… ¿ángel?
Acabamos de ver que el término científico colapso implica:
--la existencia de una función de onda
--la intención de un observador
--y la intersección entre la función de onda y el observador
La cuántica determina que el observador es el ser humano, así se
demuestra y de esa manera trabajan los físicos e ingenieros cuando
diseñan un rayo láser, manejan fotones o tienen que fabricar
transistores, simplemente saben en qué han de pensar para cada
cosa. Nunca les falla algo tan simple.
Pues bien, si el ser humano es el agente que aporta la función del
observador para producir el colapso y crear materia, ¿quién, qué otro
agente o qué cosa aporta la función de onda?
Pudiera ser el ángel.
De esta manera, el alma sería a la relación humano-angélica como la
conciencia a la capacidad de provocarla y aquí no cabría la
inconsciencia.
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Cap 18.-Interferencia cuántica y alma
95.- La interferencia cuántica como acción del alma
Para ilustrar este proceso en el que se crea materia y al que nos
referimos como colapso, primero contemplaremos al fenómeno de la
interferencia cuántica y después, explicaremos qué pudiera tener que
ver con la acción del alma.
La interferencia cuántica se asemeja a un estanque de aguas quietas
en el que se arroja una piedra, provocando olas concéntricas que se
van acercando a la orilla, supone la observación simultánea de una
causa y de su efecto.
Si en lugar de arrojar la piedra al estanque, disparamos una escopeta
de perdigones hacia una pantalla con una ranura, a la que colocamos
delante una segunda pantalla sin ranura, ésta recibirá a los
perdigones que hayan pasado a través de la primera pantalla, el
resultado será una franja de agujeros en la pantalla del fondo.
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Con dos ranuras aparecerían dos franjas de agujeros, lo que nos
parecerá de pura lógica. Veámoslo.
Si en lugar de perdigones utilizamos electrones y observamos con
una cámara fotográfica qué ocurre, tendremos a la interferencia
cuántica y podríamos hablar de la acción del alma.
Veámoslo a continuación
96.- Experiencia con la luz y su analogía con el alma
Repitamos el experimento sustituyendo la escopeta por un foco
emisor de electrones y con una ranura, sin olvidar que un electrón es
como un perdigón mucho más pequeño, que también es materia y
que creemos se comportará como tal.
Adelantándonos a lo que ocurrirá, pensamos que se formará una
franja luminosa en lugar de la de los agujeros anteriores, porque la
masa de un electrón es insuficiente para que agujeree a la pantalla y
porque un haz de electrones es como un foco de luz que ilumina.
Para comprobarlo encendemos el foco emisor y efectivamente vemos
la franja luminosa, quedándonos satisfechos con la previa deducción.
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Hay un detalle que no podemos obviar:
En el caso de los electrones, aparece la franja luminosa porque las
ondas que transportan luz concentran la energía en su cresta.
La cresta de una onda es la parte superior de su representación
gráfica, a la que hemos dibujado como puntos luminosos después de
la ranura y en dirección hacia la pantalla del fondo.
Podríamos decir que el alma de una onda de luz está en la cresta y
que se mueve como un cometa, por eso solo aparece una franja
luminosa concentrando a la luz que pasa por la ranura, en lugar de
iluminarse toda la pantalla.
Al establecer una analogía con el alma, podría significar que es la
energía generatriz de todo movimiento, sea pensar, sentir o actuar.
Si en cualquiera de estas actividades buscásemos la causa real del
por qué la hacemos, quizás encontrásemos al alma, a nuestra propia
alma, sería la cresta de nuestra propia onda como observadores.
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97.- Dualidad onda-materia: ¿será la conciencia?
Intercalemos una pantalla con dos ranuras entre la que tiene solo una
y la pantalla del fondo, a ver qué pasa y estaríamos repitiendo el
experimento que hizo Thomas Young en 1805.
Ocurre que en la pantalla del fondo se forman más de dos franjas de
luz, ¿por qué más de dos franjas si solo hay dos ranuras?
¿Qué hubiese ocurrido si los perdigones agujerearan más de dos
franjas? Seguro que nos habríamos sorprendido y no encontraríamos
explicación acorde con el sentido común.
Los electrones son como perdigones mucho más pequeños que los
disparados con la escopeta, siendo materia ¿por qué forman varias
franjas de luz y no solamente dos como sería lo lógico?
(Ya advertimos que la realidad cuántica no respetaría al sentido común)
Porque los electrones, siendo materia, son capaces de comportarse
simultáneamente como partículas materiales y como ondas.
Un electrón es material e inmaterial a la vez y esta afirmación no es
una hipótesis.
Al pasar por la segunda pantalla se interfieren las ondas producidas
por las dos ranuras, en cada interferencia se concentra la luz y como
hay varias interferencias, al chocar con la pantalla del fondo producen
varias franjas luminosas, precisamente en los lugares donde se
interfieren las crestas de las ondas.
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Metafísica del alma: un concepto cuántico de la conciencia
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Los perdigones se comportan solo como materia y eso si que nos
parece lógico, pero excede nuestra lógica el que los electrones,
siendo materia también, se comporten como ondas ¡pasando por las
dos ranuras al mismo tiempo!
¿Cómo puede ser eso?
Lo que la mecánica cuántica pueda o no explicar no quiere decir que
este hecho sea o no real, porque este hecho es real y demostrable.
La explicación de la mecánica cuántica es que, hasta llegar a las
ranuras, los electrones son ondas, que se convierten en partículas
justo antes de pasar simultáneamente a través de las ranuras,
volviendo a ser ondas hasta que chocan contra la pantalla del fondo,
habiéndose interferido las ondas de una ranura con las de la otra.
Estas interferencias son las que forman las franjas luminosas en la
pantalla del fondo.
Lo sorprendente es que si repetimos el experimento con un cañón
capaz de soltar los electrones uno a uno, en fila india, el resultado
que obtenemos es exactamente el mismo que con el haz luminoso
compuesto por muchísimos electrones.
No importa la cantidad de electrones emitidos hacia las dos ranuras,
el resultado siempre es el mismo: múltiples franjas de luz.
La capacidad psicológica para comportarse simultáneamente como
onda y como materia pudiera ser cualidad de la conciencia, vendría a
ser la capacidad para gestar una propuesta y llevarla a cabo.
El alma sería la voluntad y el empeño en realizar aquella propuesta.
98.- La observación: alma, personalidad y conciencia
Sabemos que aparecen más de dos franjas de luz porque el electrón
se comporta como onda y como materia a la vez, pero nada sabemos
de cómo pasa un electrón a través de las dos ranuras y de cómo lo
hace simultáneamente, tampoco sabemos qué le ocurre cuando se
transforma de onda en partícula y al revés, ¿y si lo fotografiásemos?
Situemos una cámara fotográfica de alta velocidad justo antes de la
pantalla de dos ranuras, así podríamos ver qué hace el electrón para
pasar simultáneamente a través de ellas.
Ponemos en marcha todos los dispositivos y observamos qué ocurre.
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Metafísica del alma: un concepto cuántico de la conciencia
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¡Sorpresa!, porque ahora, con la cámara fotográfica en marcha,
aparecen dos franjas de luz y no muchas franjas luminosas como
antes.
¿Por qué, habiendo colocado la cámara, los electrones actúan ahora
como si fueran perdigones de plomo?
¿Por qué la cámara fotográfica ha provocado un cambio de
comportamiento en los mismos electrones que formaban varias
franjas de luz?
Porque el electrón detecta a la cámara que pretende fotografiarlo,
entonces se comporta como partícula dejando de hacerlo como onda.
Sin la cámara, el electrón es como una onda o partícula inmaterial y
produce varias franjas de luz, con la cámara actúa como el perdigón,
como una materia, reproduciendo las dos ranuras como dos franjas
luminosas.
Este hecho, aunque real, resulta increíble.
Los dos estados del mismo electrón existen en él simultáneamente
porque es una función de onda, siendo capaz de ser partícula
inmaterial y material a la vez, solo que para comportarse como
materia ha de existir un observador, la intención humana, sin
importar que el observador sea un ser humano o algo que hayamos
construido.
Si estableciésemos una analogía, diríamos que el alma utiliza al
electrón y la personalidad a los perdigones, que el alma y la
personalidad están integradas en el mismo ser humano y que ambas
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están relacionadas por el colapso, lo que nos permitiría definir a la
conciencia como la capacidad para transformar a una función de onda
en otra función de estado a través de nuestra intención y toda
intención tiene un objetivo, este puede ser físico, una sensación, un
pensamiento u otra cosa más allá del propio pensamiento.
99.- El alma y la personalidad, la física cuántica y la clásica
La física de Newton no describe distintos estados materiales a la vez,
o lo que es lo mismo, no contempla lo que vimos anteriormente como
superposición cuántica y función de onda, propiedades que bien
podrían serlo del término alma y que están definidas por la mecánica
cuántica.
Pudimos observar que el electrón superpone varios estados a la vez,
el hecho de que una partícula material sea objeto de estudio para la
física clásica o lo sea para la cuántica, depende de un atributo
científico denominado acción, se calcula multiplicando la masa por la
velocidad y por el radio de la órbita en la que se mueve.
El resultado se compara con el patrón de medida que se ha adoptado,
la constante de Planck llamada h.
Si el resultado se aproxima al valor de h se trata en cuántica y si es
mayor puede estudiarse por la física clásica, cuanto más grande sea
este resultado respecto de h, más exactamente lo describe la física
newtoniana.
(valor de h= 6,62 x 10 exp -34)
Según lo anterior, aquellos valores que se aproximen a h se
corresponderían con la acción del alma y con la capacidad de la
conciencia, porque pueden comportarse como onda y como partícula,
superponiendo varios estados simultáneamente, mientras que los que
superen a h lo harían solo como materia, correspondiéndose con la
acción de la personalidad respecto de las capacidades para pensar,
sentir y actuar.
100.- La interferencia cuántica y el alma
Por la interferencia cuántica sabemos que una misma partícula, el
electrón en nuestro experimento, es capaz de comportarse como
materia y como algo inmaterial.
Si la partícula no es observada actúa como inmaterial, como onda
electromagnética, en cambio, si es observada actúa como materia y
sin dejar de ser la misma partícula.
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El alma parece ser algo inmaterial e inherente al ser humano, pero
también disponemos de un cuerpo físico que es nuestra materia, con
el que sentimos y pensamos. Disponemos de algo inmaterial y
también de materia, por lo que podemos aplicarnos tanto la física
clásica como la cuántica.
La particularidad que nos demuestra la interferencia cuántica
respecto del electrón podríamos aplicarla a nosotros mismos, porque
en nuestros cuerpos existen electrones, además de otras partículas
subatómicas, que tienen esa particularidad que acabamos de
observar en la interferencia cuántica, quizás de esta forma
desarrollaríamos alguna inusitada capacidad cuando controlásemos lo
que en nosotros viaja a la velocidad de la luz.
Resulta lógico que así pudiera relacionarse conscientemente al mundo
inmaterial con el de la materia, relación basada más en el esfuerzo
personal que no en la esperanza de una dádiva divina.
Cap 19.-El alma y las cuatro dimensiones
101.- El alma y las cuatro dimensiones
Como un juego ilustrativo de la diferencia entre percibir y
experimentar una sensación objetiva, imaginemos a un ser que solo
pueda moverse en un plano, hacia derecha o izquierda y hacia arriba
o abajo, sin salir de ese plano por encima ni por debajo.
Si este ser pretendiese recoger un objeto situado a la izquierda del
plano, tendría que recorrer la distancia que le separa hasta él y no
podría verlo si no llegase justo donde se encuentra ese objeto.
Si hablásemos con ese ser y le dijéramos que lo vemos a él y
también al objeto, a los dos a la vez, seguramente creería que
tenemos poderes sobrenaturales, simplemente porque podemos
movernos en una dimensión más que ese ser, ya que vemos por
encima del plano, nos consideraría un dios, diría que somos magos.
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Para el ser que vive en dos dimensiones, nosotros tendríamos la
capacidad de percibir, en cambio él solamente puede experimentar la
sensación objetiva de ver en su propio plano.
La percepción es considerar a una dimensión más que la de la
sensación. La sensación es percibir solo en un único plano de
manifestación, cuando hablamos de percepción nos referimos a varios
planos a la vez, a varias dimensiones simultáneamente y esto es la
ondulatoriedad, tal como vimos en el apartado 89.
La conciencia supondría la percepción, el alma sería la energía
necesaria para trasladarse desde una a otra dimensión y hacerlo
conscientemente.
La percepción cerebral permitiría acciones con partículas que se
mueven en cuatro dimensiones y a velocidades iguales o superiores a
la de la luz, las tres dimensiones del espacio y la del tiempo.
El
observador
actuaría
desde
las
cuatro
dimensiones
simultáneamente y podría percibir lo que existe en cada una de ellas.
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Metafísica del alma: un concepto cuántico de la conciencia
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actuar
sentir
pensar
proponer
Si recordamos aquella ancestral afirmación védica: la realidad la crea
el observador, veremos que la mecánica cuántica la demuestra y que
pudiera ser equivalente a la expresión actuar como alma, porque lo
que percibimos sería reproducido exactamente en cada una de las
tres dimensiones espaciales, aunque en imágenes diferenciadas, tal
como veremos a continuación.
102.- El alma como percepción simultánea en 360º
Representemos a un cilindro hueco de diámetro igual a su longitud,
suspendido sobre tres planos, el largo, el ancho y el alto.
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Si un foco de luz lo ilumina desde la derecha, se formará un círculo
luminoso en el plano vertical izquierdo.
Iluminando al cilindro desde arriba, se proyectará una sombra
rectangular sobre el plano horizontal.
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Enfocando la luz desde el frente, se proyectará otra sombra también
rectangular sobre el plano vertical derecho.
Viendo las tres proyecciones a la vez, el gráfico podría ser este:
119
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Cada una de las tres figuras proyectadas procede del mismo cilindro,
estas podrían ser las analogías de nuestras estructuras mental,
sensitiva y física, a las que podríamos controlar desde un plano
inmaterial, este podría ser el plano del alma.
Comúnmente vemos la realidad por separado, nuestro físico se
expresa de una manera, nuestra sensibilidad de otra y la mente
también, así actuamos por reacción porque disponemos de tres
realidades distintas.
Cada realidad nos produce una sensación distinta, mientras que la
percepción es única y tendría su analogía en este último gráfico.
Lo común es ver por separado a cada una las tres figuras
proyectadas, sin percibir al cilindro suspendido ni al foco de luz que
las origina.
Afirma la neurofisiología que invirtiendo el funcionamiento de nuestro
cerebro, conoceríamos la causa de las tres realidades coexistentes
porque podríamos percibir en 360º y al mismo tiempo, abarcando las
tres dimensiones del espacio más la cuarta del tiempo.
La realidad del alma pudiera residir en esta afirmación de la
neurofisiología y para lo que habríamos que invertir nuestra acción
cerebral, tal como apuntábamos en el apartado 62 y siguientes.
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103.- La percepción como instrumento para comprender
Si alguien islamista nos expone su creencia, otra persona nos expresa
su base católica u otra budista también hace lo mismo respecto de su
filosofía, quizás pudiéramos considerarlas respecto de la percepción y
no de las sensaciones que nos pudieran producir estas creencias
diversas. Así no habría reacción en nosotros.
Esta pudiera ser la capacidad para descubrir que la persona islamista,
la católica o la budista, pudieran tener algo en común y tratarlas
desde este punto de vista sería menos separativo que considerarlas
aparte, simplemente porque cada una cree en algo distinto.
Una creencia es algo estructurado, ya contiene pensamientos,
experimenta sensaciones distintas de otras creencias y actúa también
de manera diferente.
Considerar una creencia es hacerlo respecto de un grupo de neuronas
consolidado, relacionar estas agrupaciones neuronales vimos que
aumenta la capacidad sensitiva y disminuye la perceptiva, obstaculiza
la activación de grupos nuevos de neuronas y limita la actividad
cerebral a la sensación, por lo que la capacidad perceptiva se ciñe
cada vez más estrechamente a un solo plano, como aquel ser del
apartado 101 que se movía en dos dimensiones.
Desde nuestra perspectiva, así se anularía la conciencia y se mataría
el alma, como nos sugería Quevedo, porque la energía necesaria para
la comunicación entre dos o más dimensiones dejaría de usarse,
limitándose tan solo a la energía propia de un solo plano, el más
denso y menos energético, el más material y el de menor velocidad,
todo ello consecuencia de que el libre albedrío se reduce o se anula
porque elegimos estructuras hechas, es lo más cómodo.
Una elección nueva no contiene estructuras todavía, hay que
construirlas y ello requiere del esfuerzo, es como el proceso que
vimos en el apartado 92 en el que un fotón chocaba con átomos
excitados.
Ese átomo excitado podríamos ser nosotros cuando pretendemos
cambiar porque dudamos de nuestra situación actual y absorbemos
aire para emprender una nueva.
Si existe duda es porque se comprende otra forma de hacer las
cosas, otro estado, así pues, la percepción es la capacidad del cambio
y su instrumento es la duda, proceso ya contemplado desde antiguo
al que llamaban mayéutica y al que observamos en apartados
anteriores.
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Cap 20.-Superposición cuántica y alma
104.- El alma, la conciencia y la superposición cuántica
Una línea tiene infinitos puntos y existe cada uno de ellos tanto si se
observa como si no.
La realidad es la línea, eso es lo real para la mecánica cuántica,
mientras que el punto observado es temporal porque no será el
mismo cuando cambie el lugar o el tiempo de la observación, la línea
colapsa en uno de sus infinitos puntos.
Observar a un punto produce una sensación, la observación de varios
puntos a la vez es percepción y en esa capacidad, coexisten como
reales todos aquellos puntos, es el hecho de la superposición
cuántica.
Si la conciencia se sirve de la percepción y ésta de la duda, el alma
pudiera ser la voluntad, energía o esfuerzo, necesaria para efectuar
un cambio, abandonando la comodidad de lo que está hecho y
lanzándose al vacío que supone lo que está por hacer.
105.- El tiempo para el alma
Si admitimos que la conciencia pudiera ser la capacidad para
establecer una relación entre la materia y lo inmaterial, y sabiendo
que lo inmaterial se mueve muchísimo más veloz que la materia,
podríamos preguntarnos ¿cuánto de nuestro tiempo supondría un
segundo inmaterial?
Si efectuamos un sencillo cálculo, para establecer esa posible relación
entre el tiempo de la materia y el de lo inmaterial, podríamos
hacernos una idea de cuántos días, por término medio, habrían de
transcurrir para que algo inmaterial se materializase.
La luz recorre 300.000 kilómetros en un segundo, si caminamos a 4
kilómetros por hora recorremos poco más de 1 metro en un segundo,
exactamente 1,11… metros, que son 0,0011… kilómetros por
segundo.
La proporción entre la velocidad de la luz y la nuestra, la calculamos
dividiendo 300.000 entre 0,0011…. y obtenemos 270 millones, lo que
significa que la luz es 270 millones de veces más veloz que nosotros
a pie.
1ª conclusión: 1 segundo lumínico equivale a 270 millones de
nuestros segundos caminando.
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Calculemos la equivalencia en horas de esos 270 millones de
segundos, serán 75.000 horas, que suponen 3.125 días y en años son
8,5.
2ª conclusión: si estamos un solo segundo ocupados en un
pensamiento, ese segundo se traduce en 8 años y medio para llevarlo
a cabo, curiosamente el tiempo en segundos que tarda la luz del Sol
en llegar a la Tierra.
Esta curiosa equivalencia pudiera ser un buen referente a la hora de
establecer una analogía entre el tiempo empleado en lo que
pensamos y en el que tardaríamos en hacer aquello que hemos
pensado.
106.- Los puntos cuánticos y la percepción
Definamos al punto cuántico.
El punto cuántico es la obra humana consistente en reunir unos
cuantos cientos de átomos en un espacio limitado, entonces se
consigue que todos ellos se comporten como un solo átomo.
La construcción de un punto cuántico tiene diferentes aplicaciones
prácticas, entre las que destacan dos:
--el control de las corrientes eléctricas que pasan a través de
transistores ultrarrápidos
--el procesamiento de señales ópticas
Detengámonos un poco en el control de las corrientes de electricidad.
¿Qué es la electricidad?
Podríamos definirla como el movimiento de electrones entre dos
polos, uno de carácter positivo y el otro negativo.
Hemos establecido una analogía entre el polo positivo y una
propuesta, así como entre el polo negativo y la realización de aquella
propuesta, analogía que nos permite diferenciar tres situaciones:
1.-que ambos polos sean inmateriales, por tanto positivos
2.-que ambos se encuentren en la materia y serían negativos
3.-que uno se encuentre en la materia y el otro en lo inmaterial, así
habría propósito inmaterial y realización en la materia, un polo sería
positivo y el otro negativo
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Según la definición de electricidad, el movimiento de electrones o
partículas tan solo se produciría en la tercera situación, podríamos
decir que una polaridad quedaría situada fuera de la materia, la
positiva, y la otra en ella, la negativa.
En esta situación habrían quedado definidos dos puntos cuánticos, los
referidos a los dos polos eléctricos, con la particularidad de que el
contacto entre ambos ha de realizarse mediante partículas, no
mediante estructuras, hecho que supone dos premisas:
1.- que la velocidad del movimiento de las partículas será mayor a
medida que sean menos materiales
2.- que han de desintegrarse las estructuras existentes para que sus
partículas puedan moverse entre las dos polaridades
Si aumenta la velocidad es porque ha aumentado la energía de las
partículas, energía a la que llamamos electricidad y a la que venimos
semejando con el alma.
A esta electricidad, o energía, la controlaríamos porque habríamos
construido puntos cuánticos en nuestro cuerpo, uno de ellos pudiera
ser ese nuevo grupo de neuronas al que aludíamos en apartados
anteriores.
Otro detalle: la existencia de puntos cuánticos implica la capacidad
para procesar señales ópticas, hecho que excedería la propia
capacidad visual común y a la que venimos denominando percepción.
La cualidad perceptiva determina la conciencia y ésta al alma.
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Conclusión
Si con este trabajo se ha podido disipar, en alguna medida, la
tendencia a la apropiación de lo que no pertenece a ninguna creencia,
filosofía, religión u organización, sino que pertenece al propio ser
humano como alma, energía o materia, espíritu, ángel, … y si con ello
alguien se ha sentido más libre, el pequeño esfuerzo de este escrito
estaría plenamente satisfecho.
Gracias.
Eloy Millet Monzó
Mayo 2012
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