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J>j
ÍB«>tas.-Demá8 p«iges: ü a año, S E S S K T A .
^Número suelto, ^ cents.—25 ejemplares, '^^ céniS^
DIARIO BIPÜBLICANO-SOCIALISTA-REVOLUaONARia
Ario XL-Num. 3.782.
11 de Noviembre
de 1807*
BEDACCIÓN, Jueves
ADMINISTEACIÓN,
TALLERES
con la injaria encubierta, con el invocar IÍI»
vejwrandas tradiciones profanadas, los clásicos*
preceptos desatendidos, las bucnag fuentes enlodadas!... ¡Qué de anatemas faribnndos se lanzaron más adelante contra ei pobre Eiirlque, ea
nombre do la moral, del recato arlíslloo, de 1»
honestidad literaria, del estilo casto, ne l.i- pu-dibundez estética, de los asuntos ved;;. ".o.«, de lo*
conceptos atrevidos, de todos esos cocun que, ma*
Nuestra propaganda en favor del ingreso de
nejados hábilmente por una impotencia vani-España en la doble alianza de Francia y Rusia,
dosa que aborrece y i-epugna lo que ni pued*
ha obtenido resultado favorable, no tan sólo en
realizar ni sabe sentir, trata do poner nuertas a l
las masas del partido republicano español, «no
campo, de hacer el arte á la medida 3e su peen el extranjero, en Francia, donde ha despertaneidad la nobleza de aquella entusiasta iuquenez; de convertirlo en un moldo de fíane»
tado entusiasmos dormidos por España; en Aleventud Jes tributaba, nos ofrecimos 4 todos
retóricos, de trocar la que debe ser figura giganaquellos que cooperaron al logro de las justas
mania, donde produce alarmas y recelos.
reivindicaciones de los siervos del trabajo, sin
tesca, grandiosa, donde se cuentan loa mueca*
? Pero entendemos que la unión de España con
Pueden los señoras síndicos madrileños, leer que sobra ello» posara la^ imposición de este
los y se sienta circular la sangre y vibrar lo»
Francia y Rusia debe preocupar en primer térla carta que, á propósito de la reunión de de- deber. No los merece Ei, PAÍS, hicimos cons»
nervios y palpitar la vida, en figurín deeasmino, á los socialistas de toda Europa.
tar pues que al fin, no ha hecho más que restrwia con cuerpo de madera é indumentaria de
í No puede el partido socialista vivir aislado en pendientes en Barcelona, nos escribe nuestro ponder
de la mejor manera que ha sabido, 4
municiónf. .
absoluto de las corrientes politicas del mundo, corresponsal.
la misión que por la fe en un ideal, voluntariaLéanla
y
fíjense
en
la
conducta
observada
por más que de ellas nada tenga direcúimente
De todas estas armas, esgrimidas contra él u n
mente
se
ha
impuesto.
Hoy
lucha
á
vuestro
laque esperar, pero como en toda cuestión políti- por los síndicos Iwrceloneses, ante las pretensio- do, mañana luchará al lado de otros oprimidos,
dia y otro día, se echó mano para dai- en tierra
ca hay una cuestión económica, en el fondo de nes de los dependientes; si nosotro.=i hubiésemos este es su destino, y dichoso del que le cabe en
con el talento y con Lis esperanzas de Enrique.
toda cuestión económica hay también una querido buscar la censura más agria, la repulsa suerte el hacer bien; pues que en la íntima saPero aun asi y todo resultaba difícil empresa
más severa para ios síndicos madrileños, no la tisfacción de poderlo hacer, halla su mayor
cuestión social.
vencerle; alguno de sus alctaíos eran uin fon-nihubiéramos encontrado mejor ni más adecua- recompensa. Dos cosas os recomiendo; uñios
dables que atravesaban las nubes amontonadas
Cuestión económica y por lo tanto cuestión da á nuestro propósito que la que nos dan con para ser fuertes e instruios para ser justos.
sobre su nombre y lo lanzaban á la luz. En la
social hay en el fondo de la idea de la unión de su actitud los síndicos de Barcelona.
Es de suponer, y ocioso detallar, mi querido
bravura de aquellos aletazos el público adivina»
España con Francia y Rusia.
direator.
rlado
el
cariño
da
estos
jóvenes
á
nuesApenas se inicia entre los dependientes de
ba al águila.
Prescindamos ya del aspecto financiero y co- Barcelona la idea del cierre de tiendas, cuando tra pva.lli.-aoióii, el entusiasmo con que íuei-on
«Lo que dice es extraño—llea^ron á exclamai?
mercial de la cuestión, de las consecuencias que los síndicos les dicen: «Venid aquí, donde esta- aogiaasayueliaspalabras.Los vivas áELPAÍS,
algunos—pero es grande.»—«No—repetían so»
para España tendrá, como las ha tenido para mos nosotros; expouednos vuestra pretensión; multiplicaron y los aplausos fueron en cresindescriptible.
enemigos,—no hay tal grendeza; líjense usiedes
Rusia, su íntima alianza ofensiva y defensiva nosotros la atenderemos porque es justa y esta cendo
Mi compañero el redactor da Las Noiicias,
bien; éso es el parto de un cerebro desequilibracon Francia; prescindamos, pues, de los favo- no ha de ser obra de lucha, ha de ser obra de dio también las gracias por las frases de elodo; el fruto monstruoso de una imaginación enrables tratados de comercio que darían un ex- fraternidad, para que en lugar de romperse los gio y agradecimiento quo había merecido (tan
ferma; sólo á un loco puedo ocurrirsele.»—¿ÍJOtenso mercado á nuestros productos, de la baja lazos quo nos unen, se estrechen y fortalezcan justamente, digo yo) de los oradores, el apoyo
co?—repetían los otros.—¡Quién sabe!... En esentonces posible do los cambios, que hoy para- más de día en día.»
que aquí les ha prestado aquel diario, reite hombre hay un luchador; algo donde pülpiterándoselo en nombre de su director. Coronalizan al comercio, de la facilidad con que en«Venid, añaden, exponednos vuestra preten- ran sus oportunas palabras, los aplausos, y retan á un tiempo la fiereza indomable del comtonces los gobiernos encontrarían dinero extrabatiente y la honradez de pensamiento del í".podño en bv.enas condiciones para la resolución de sión, discutamos amigablemente; en nosotros sonaron de nuevo vítores á Las Noticias y 4
EL PAÍS.
tol. Acaso no debamos creerle, pero tal vez da»
sus conJíictos financieros... Son estos puntos de no hallaréiS^qbstáculo, sino felicidades.»
Reasuiftió el presidente, y designóse una CoiQué contraste entre conducta y conducta!
bamos admirarle.»
vista interesantes en primer término para la
misión
compuesta
de
siete
individuos
para
que
Mientras los síndicos de Barcelona abren toburgu'sia fidinerada, ak escasa importancia para
(Admirarle!.. ¡Era lo qae faltaba!... ¡Hasta
das las puertas y todos los caminos á los depen- se avistase inmediatamente con la representael pr.eblo obrero.
ahí podían llegar las cosas! .. ¡De ningún modientes, los síndicos de Madrid se los cierran; ción del Circulo y de los dueños.Jenunciándose
do!... ¿No basiaba lo hecho?... Se haría más.
Más en lo que debe fijarse la atención de los amañan opiniones, se conciertan por bajo de que el próximo domingo se daría cuenta en
Era preciso concluir con él, fuese como fuese,
socialistas es en las consecuencias políticas á cuerda, califican de imposiciones la pretensión otra análoga reunión, del resultado.
Levantada la sesión, pasaron á suscribir las
apelando á todos los medios. Había que remaque daria lugar el ingreso de España y tal vez justa de los oprimidos; niegan á éstos la entrapeticiones formuladas, inmenso número de detarlo y rematarlo pronto. ¿No era suficiente hetambién de Portugal en la doble alianza.
da en el salón donde se reúnen los dueños, se pendientes asociados, inscribiéndose muchos
rir su fama de artista? Pues á herir su fama fL«
Hemos sostenido que España debe ir á ella no revuelven como basiliscos y parecen reyes espe- de los últimos en las listas de la Unión Ultrahombre y á herirla en lo hondo, donde duele,
para la guerra, sino para la paz é insistimos en rando embajadores sin cédula.
marina.
donde juntamente con la sangre de la herid»
esta t«£is capital.
Y hasta el domingo, compañero director, por{Qué noble es la actitud de los síndicos de
brota
la protesta pública primero, el menospreque
estos
muchachos
valen
un
Perú.
¡Cuántos
Opón ese hoy á la paz de Europa, oblígala á Barcelonal
El Papa exhorta al clero y á los fieles de taca- cio después, el hundimiento total al cabo. Degérmenes de virilidad y talentos encierra testa
manteneríe en pié de guerra, en una paz armajQué ridicula la de los síndicos de Madridl
trabajadora y no6íe juventud de España!—ZW- tólica España áfin de que se esfuercen en sostenerrribar fo quo se pudiera, manchar de lodo lo
da, tan i-ainosa como la guerra misma,el hecho
Aquéllos
sembrado bondades, natural es rieo.
la dinastía reinante oponiéndose vigorosamsnis áquo permaneciese en pie; he aquí el programa
de que Ja doble y la tiple alianza tienen en cier- que recojan han
cariño.
Barcelona 8 de Noviembre.
los trabajos qm los carlistas vienen rtalisando en cumplido—digámoslo en alomo de eas fórmulato modo equilibñdas sus fuerzas.
Estos siembraa injusticias, no 80 extrañeQ
dores—con rigurosa esactjtua.
pro
de su causa.
En el caso de un conflicto europeo la actitud de recoger odios.
Bases para el reglamento
La poUlica del Vaticano quiere agradar á todos Mientras ee atacaba, eoram pópulo, la fama
de Inglaterra y do España son dos incógnitas
Un encargado de una tienda nos remite, encuya solución sería la victoria para una ó para
tre otras, las siguientes bases que pueden te- les que tienen la sartén por el mango El Papa es del artista, tratando do pulverizarla á manazo
ner aplicación al confeccionar el reglamento republicano en FraMia, monárquico conslituciowillimpio, creábaselo por lo bajo, sin dar la cara,
otra de las alianzas pactadas.
que ha de regir la Sociedad de dependientes en España, imperialista «n Alemania, etc. Es de- una reputación de perdido que no había má»
El ingreso de Españay Poítog^en la doble
Üman Ultramarina Madrileña:
-&¡r, el P<g>a no tiene más política qtu la de estar que p&dir. ^Cómo? Cbmo tionea costumbre d«
alianza la as^urarfe el triunfo, pues, Francia
«1.* La Sociedad U«v«r4 un* reg|r<stro en el á partir un piñón con iodos los priiici¿>es oris-hacerio los práctiGos de la calumnia: partiendo
podría erjitancea no temer nada del lado de los
que se baga constar la conducta observada por tianos
de un hecho insignificante, de esos que cualPirineos y confiar á la lealtad y al valor de los
los dependientes en las «asas donde presten
Esta puede ser una poUlica evangélica; pero re-quiera realiza y que examinados con frialdad,
españoles la defensa do la bv^rrera de los Alpes
(DB NüBST&O COBSESFOKSAL)
sus servicios, al objeto de que puedan inforsulta tan eficaz como el ungüenlo OJÍUIJÍUO Ó hs «x-significan poco y hallan excusa en todos los lacontra Italia.
Recibidos con cariñosa efusión por el presi- marse los jefes cuando hubiesen sido despedibios, para tergiversarlo habilidosamente, preDe otro bido Ingkten» viendo favorablala dente y Junta directiva del Centro" d « é e i ^ > r ,do«de una casa y pvstso^lerea ser admitidos tajüasmcis 4efiarescordiales.
El Papa dice . ¡Baenol El Papa retofaienda... sentarlo con loe más negros y vergonzosos colocontienda á su tradicional enemiga Rusia, ha» dientes Unión Ultramarina, asistimos el últi- ' en otra.
2.^ Con el fin de obtener dichos datos, el de- ¡Bieii! Y los carlistas se encogen de hesnbros p loares é irlo deslizando de dido en oído, hasta ova
bría de permanecer prudentemente neutral pa- mo domingo & la reunión magna celebrada en
ra no comprometer su situación en la India, el local de la Sociedad, para tratar, puede de- pendiente al salir ó ser despedido del estable- monárquicos conslitmionales se quedan tan fres-el vulgo se apodera de él y lo comenta á su cacimiento, exigirá de su jefe ó encargado de la cos •
pricho y lo convierte en eco escandaloso que
donde, á mayor abundamiento poseen portu- cirse, de tos últimos detalles conducentes 4 la tienda
un documento firmado por aquéllos y
En
aquellos
tiempos
cuando
el
Papa
pensaha
dcíjtruye
nombro, prestigio, honor, porvenir,
gueses y franceses colonias pequeñas, si, pero realización del cierre en Barcelona.
sellado, en el que se haga constar la conducta
Abierta la sesión, el presidente dijo: «Compa- observada
en contra del rey, el rey prendía al Papa y le respeto...
importantes, bajo el punto de visto militar y
por
él,
presentando
dicho
documento
ñeros: tengo la viva satisfacción de presenta- á la Sociedad, Junta directiva 6 sección encar- amenazaba poco menos que con cortarle la cabeza;
marítimo, pues, serían inutilizables para servir ros
al corresponsal de Ei, PAÍS, periódico al
en estos timnpos los reyes le qiñian al Papa los es- Esto fué lo qoo se his:o con Earique; esta IA
de refugio á la escuadra franco-rusa y de base que debemos eterna gratitud todos los depen- gada de llevar dicho registro.
fíiona implacable del odio contra aquel lucha3.* Si por el contrario, su conducta no hu- tados y los pueblos hacen de las encíclicas el mismo
de operaciones para un ejército que acabaría en dientes de España.» Una tempestad de ^aplaudor tanaz. Se tiraba á eso; á que cayera y á quo
caso
que
del
gran
turco.
biese
sido
buena
y
no
presentase
dicho
docubreve tiempo con el poderío británico en la sos interrumpió al presidente.
niuiie tuviesa lástima do él si caía.
mento,
será
amonestado
por
la
Comisión
6
in¡Es mucha la influencia que ejerce el Sutno PonIndia.
Leyóse luego el Acta de la sesión anterior,
dividuos que designe la directiva, al fin de avis- tifice en las sociedades católicas!—B. f
terminado
lo
cual,
reanudó
el
presidente
su
disImpondríase entonces forzosamente la paz,
con su jefe, acompañado del interesado,
manifestando quo debido al apoyo en- ytarse
cesaría el espantoso espectáculo que ofrece Eu- curso,
si resultasen, méritos suficientes será expulDecir cuánto sufrió Enrique en aquella pelea
contrado
por
los
dependientes
de
Mad.rid,
en
CUENTO DEL JUSVES
ropa, de una paz armada que mantiene en pie El, PAÍS, se determinó en ésta trabajar por el sado de la Sociedad.
larga, empeñada, implacable, os inútil. Los quo
de guerra á dieciocho millones de soldados con cierre.
4.' Si algún jefe 6 encargado se negase 4
le entendían, los que lo apreciaban, los que lo
dos mil doscientos barcos de guerra. Vendría el Recomendó la solidaridad entra todos los de- dar dicho documento, será igualmente visitado
tendieron la mano—también har almas genedesarme europeo y las reducciones de los presu- pendientes. Diü cuenta de las comunicaciones por los individuos que se indican en la base
rosas en el mundo del arto, como hay espíritu»
tercera
á
fin
de
tener
los
antecedentes
necesapuestos de las guerras actuales. El sueño de los remitidas á los presidentes del Sindicato y del
independientes en el mundo rcr.l-—f.^be-.r tolaa
rios.»
Círculo de ultramarinos—al que pertenecen los
Congresos de la Paí.
las amarguras, todos los dolores, los dt. cngaíioa
La persona que nosreipite las anteriores baI
Pues bien, la cuestión social preocupa hoy & dueños—manifestando haberse recibido favo- ses,quiere qae lleguen á conocimiento de laJuntodos devorados á solas por aquel hoaibrá cua
Su
nombre
andaba
de
boca
en
Doca,
como
la
rables
contestaciones,
pues
que
en
ellas
se
ext»dos los gobiernos. Esta cuestión se resuelve
aceptar en principio, las justas pretensio- ta interina, por conducto de EL PAÍS, para de- carne del jabalí en los dientes de la trabilla, tuvo la desgracia de no eer una de tantas luecon dinero. ü»a vez conseguida la paz del mun- presa
mostrar que el cierre, y la constitución de la destrozado, mordido, hecho tjras, chorreando dianías como andan por ahí repletas de sat^snes de los dependientes, indicando la conve- Sociedad,
lejos de originar perjuicios, serán
do, parece natural que los gobiernos pensarán niencia de que nombra la Unión ultramarina
facciones y laureles; porque las medianías voaen la solución del problema social. Los miles de una comisión para conferenciar con la Junta precusores de grandes ventajas y beneficios sangre. Su primer triunfo fue la sclial para cen pronto y el genio tarde. La cosa se explicaemprender
aquella
batida
cobarde,
crn
la
que
millones que antes se consagraran al triste fin de del Circulo y los dueños de tiendas, al efecto ndisoutibies.
Es más fácil Icvaatar u a guai'viacaatóu quó
prepararse para la guerra ¿por qué no habrían de concretar la manera de llevar & la práctica Los que están cois eaosotros se trataba de cortar el paso á una reputación una pirámide.
naciente.
Chasco
se
llevan
los
que
calentando
su
de ser destinados á llevar el pan al obrero, or- el derre apetecido.
Continuamos recibiendo innumerables adhe- espíritu y mortificando su cerebro con la espeMomentos hubo en aquel krgo períoáo da
A más de la conformidad manifestada oflganizándose el trabajo, fomentando el colectisiones.
ranza del primor aplauso, imaginan que, una tiempo, durante los cuales Enrique, contem*
cialmonto
por
elCíreuloj
Sindicato
de
ultramavismo, revertiendo al Estado las industrias hoy
No llegarán á 200 los dependientes que han
entregadas á la explotación del capital cte una rino anunció la bueiía disposición expresada dejado de escribirnos, expresándonos su opi- vez logrado éste, termina el via-crucis y pueden pkndo lejano el triunfo, iuseguvo el éxito »
particulsriAente por muchos principales.
seguir su camino por sendas fáciles, por carri- prevenida la derrota, ee sintió deaíallecsr y íoi'
burglesía insaciable y holgaaana?
No basta, dijo, que algún dueño acceda á que nión.
les seguros, que hacen el viaje cómodo y lá lleLos jefes de tienda simpatizan por momentos gada pronta. Más se estrecha el sendero cuanto mó propósito de darse por vencido, de r¿nun.
He aquí porque sostenemos que el ingreso de salgan en determinados días sus dependientes;
ciar a sus esperanzas, do i-ehuir ei combate y
con
nuestra
campaña.
España en la doble alianza no es solo la paz pa- esto no ha de ser una gracia por escepción, ha
Todos esperan con ansiedad el momento de más se adelanta; más áspero es el piso, más on- hundiree ca la sombra... Pero tales pensamici'.
de ser un derecho general.
ra España, sino el pan para el pueblo obrero
Puso de relieve la pesada carga del depen- la reunión pai-a poner término á una campaña marañados y espinosos los zarzales que 4 uno y tos durftbi»poco en él. ¡Rendirsel... ¿Pavaoué'»
diente, y al reclamar el derecho al descanso que si fué emprendida con entusiasmo y perse- otro lado del sendero se elevan y hacia él se ex- ¿para dar esta satisfacción á sus enemisoí,-'' 'J^A.
y 4 la relativa libertad, insistió en el deber y la verancia, ha encontrado eco hasta en los que tienden y en su centróse unen; muralla move- ra hacer buenas sus proyocias v negaciores' ;i,a.
en principio se mostraban más indiferentes.
diza y punzante qué hay quo salvar á pecho ra quo secevuxessn tlagremento cobre sus v&.oa
conveniencia do la instrucción.
descubierto, sin volver la cabeza, disimulando y gritasen á vozeu cuello: V|Lo ven ustedec'
Dio lectura al telegrama recibido del director
No
sabemos
nada
(DB IiA AQSNGIA FABBA)
ei
dolor, gritando hacia adentro, llojando hacia ¿Nos equivocábamos? Ahí está eso qr.ü \n-e3vuV¿Í
de EL PAÍS felicitándoles, alentándoles y ofreDesconocemos el resultado de la entrevista
A r t í c u l o eeasaeiensl*—Ei* ta Bolaa*— ciéndolos por entero el concurso del periódico, que D. Emilio San José habrá celebrado ayer adentro también, con el pie firmo, h. íicatealta de atleta, de grande hombre, convorti<ío én na.
lnfoi*nie6 itel i;eiSSo2ta«i-'Lc9 eo£;ies>a motivando esto nuevas frases de agradecimien- con D. Timoteo García, al objeto que expusi- y los ojos en el porvenir...
da; en una imágea iirisaña, oa uaa nulidad
to y encomio para el Director y la Redacción,
n o s d e Ecis*opa»
iQué remedio!... Algo ha a» ^o^tar romper el desprecuible.'..?»
mos en nuestro número de ayer.
Hizo
asimismo
extensivo
el
agradecimiento,
Lcnda'ea 10.—Te Dcdlg GrafMépvMieikV»'
De haber tenido resultado satisfactorio, cree- dique de las vulgaridades cousngrardas, rebasar
—jNo, no dirían eso; no les daría ese placeil
ta mañana un despacho sensacional do Roma en nonabro y representación de la Unión Ultra- mos que la Comisión ínterin adepositará su con- el nivel de las medianías, salirse de la recua...
marina
&
D.
EurelJano
Plaza
y
é
D.
Pedro
Roal cual no se ha dado importancia, como lo defianza en el joven Sr. San José y que éste pro- Mujer hermosa y hombre superior quo no cuen- Aunque «ólo fuese por ello» laohvia, lucharía
vira,
presidente
del
Sindicato
y
del
Círculo
de
muestra la cotización del exterior español que Ultramarinos, gues la buena acogida dispensa- nunciará un breve y enérgico discurso en de- tan con la calumnia y con la envidia, no echan siempre... Los odios amontonados contra él
él
ha subido más bien en nuestra Bolsa.
fensa de sus intereses.
convortiéndoso en adcaío, lo espoWban en el alda
por
estos
señores
á
las
pretensionas
de
los
sus
cuentas
bien.
Ocurre
con
esto
lo
quo
con
el
Dice el despacho con referencia á informes
mn. ¡Nada de rendirse! ¡A combatir, á combahacia augurar la anunciada fasarampión: hay que pasarlo.
recibidos en el Vaticano que es inminente una dependientes,
vorable
resolución.
ü n hombre quo tiene cosas suyas dentro del tir y a triunfar, C03tirdü lo que cestada, auninsurrección carlista en España y que los GaExpuso la conveniencia de fundar un Montecráneo, que no se sujeta al patrón general, que que le costíyBO la vida; aunque sólo tuviera tiembinetes earopeos se ocupan actualmente en la
6 Asociación de Socorros Mutuos, poniendo
«venialidad de que estalle djebo movimiento.
ni SS apaisa, ni se pliega á los usos, ideas y cos- po para clavar su bandera, arriba en lo más al§Io
e relieve las ventajas de tal institución, y tertumbres del «común» de las gentes, es un ejem- to, y envolver con ella su cadáver!..
minó dando lectura á la carta enviaría al PAÍS,
Y llegó. . llegó... ¿Cómo? Habiendo gastndo
PAlÁD.rü^CISCO SOMERO EOMHI
El Sr. R: corresponsal del Heraldo ñTí'Rüta&, adhiriéndose á la campaña sosteuida por los
plar raro, una sorpresa; un caso de asombro y
cincuenta
años de existencia en los veinte quo
telegrafía al popular diario de la noche, á. pro- dependientes áe Madrid.
...Ynojkm
recelo para quienes no le compieuden; un ob»
pósito del movimiento carlista, la siguiente noGrandes aplausos demuestran la conformijeto de odio para los que, siendo eapace;; de com- duró la lucha, desangrándose por cien heridas
porgue mis misi>Ks razones,
dad y el entusiasmo de los reunidos.
dicen que yo las escribo
prenderle, son incapaces de Ilegal" a ba altura. con la cara llena de arrugas y el alma de descaí
J l ó m a 80 (9-m.)—El nuncio de Su Santidad
Seguidamente varios socios hicieron uso do
Nunca fué V. E. como político santo de éii Recelo justo, odio i^rfeetamsnte lógico, después ganos.,, pero, en fin. llegó
en Madrid, qué desde hace unos meses se en- la palabra, ya reseñando la vida de la Asociadevoción;
afecto particulai' sí le profeso y, cosa de todo. «Lo que piensas, lo que dices, lo que
cuentra en esta capital, ha recibido del Vatica- ción, ya dando lectura & distintos trabajos cuno se"úu rumor que circula con insistencia, ya síntesis fué poner de relieve la precaria si- rara, afecto desinteresado, pues nunca faíá su haces—gritan los ignorantes—es en contrario _ Al día siguiente de su triunfo, almorzaba Eninstrucciones muy eficaces para exhortar al tuación de los dependientes, demoétrando que despacho en solicitud de favores, ni jamás ad- de aquello con que nosotros vivimos tan á gusto. rique con siete individuos. Aquellos siete indiclero y á los fieles de la católica España, á fin aun después de llevadas á ¡a práctica Iss'actua- mití de V. E. más que el saludo Salvedad es «¿Por qué nos molestas con^ tus novedades?»-- viduos eran sus enemigos mtis crueles, los que,
de que se esfuercen en sostener Ja dmastí» rei- les pretensiones, quo !ará todavía un abiarao ésta conveniente, porque así, caso de que algu- «¡Holaf—esclaraan las medianías iníeligeates— por lo3 mayores madios do publicidad que tunante, oponiéndose con vigor á los trabajos que salvar antes de llegar á, una razonable y no leyera esta carta, no tomará la cortesía por esté mozo viene á demostrar nuestra pequenez, vieron á su alcance y por su mayos núm»» do
q«e los carlistas vieuen realizando en pro de humanitaria oi^anizacion del trabajo del de- servilismo de hambrón satisfecho y la censara á quitarnos el puesto. ¡De ninguna mauora! Hay relaciones sociales, le habían hecho m&a daño
pendiente, pues no hay punto de comparación por desquite de mendigador desahuciado.
BU causa.—R.
que acalcar con él, antes que él acabe con uos- en su fama de artista y do hombro; loa manteni con las horas de trabajo ni con los jornales
nedores constantes de la lucha; los fervorosog
Pues
biejí,
E,
S.,
á
mi
me
tiene
completamenotrcw.»
No concedemos gran importancia a ios tra- de los demás obreros.
guaídidores
del odio que conti» él se había desY véase como, sumándose á la ignorancia
El Secretario dio lectura á una carta de un te sin cuidado que Silvela se lleve á los conser»
bajos que puadan realizar los carlistas, pues ni
atado.
vadores,
que
éstos
(los
que
se
vayan
con
Silvela)
asustadiza
de
unos,
la
malevolencia
intencionadependiente
cuyo
principal
no
le
habla
permicreemos en su fuerJia, ni en eus entusiasmos,
La invitación partió de Jinrique, fué recibini en su dinero, ni en nada que pueda traducir-" tido salir, precisamente para impedirle la asís? sean unos tránsfugas! q«e formen 25, 30 ó da de otros, surgen-obstáculos y prevenciones
se en adhesión ó simpatía á D. Carlos de Bor- tencia al acto, lo que arranca vivas protestas a 40 diputados el grupo ó grupito de V. E. que y rencores, para triunfar de los cuales hace fal- da con asombro; los tilles sujetos no se daban
los reunidos y acertadísimas consideraciones V. B5. ponga como hoja deperegil á Co8,áPidaI, ta ser algo muy parecido á lo que era Enriqvie, cuenta del at;as«jo, y sin darse, cuenta de él esPero no estarla de más que el gobierno pro- al Secretario referentes á la necesidad de que la á Azcárraga, á Martínez {suple Campos) y que el protagonista de mi cuento; aquel muchacho tuvieron bosta que su anüívión, llenando una
curase enteríirse de \a que faaya de cierto, ya salida de los dependientes sea ün derecho san- éstos p p u ^ n á V. E. de vuelta y media. En cla- inteligente, originalisímo y audaz, que produjo copa do champagne y levantáudose de su asiento,
que no para tranquilizar el espíritu público- cionado y no una merced arbitrariamente otor- se de políticos tan honrái3o es Martin como su entre sus futuros compañeros el mismo efecto
ai carlismo no putjde preocupar á nadie-para gada. Anunció asimismo que efa aquel domirt- rocín, dicho sea con perdón del ginete y del
-- He querido obsequiar á 1<M5 que me han ayuevitar todos los días «movimientos», no sabe- fo el primer fausto día en que «e había realiza- penco. Allá ustedes EE. SS. Nosotros que no que produciría un cachorro de león arrojado áa
o el derre en Valencia, con motiva de lo
pronto en una asamblea de monos sabios.
mos de qué. y.conferencias y noticias^ao fandado a conseguir el triunfo. Mil veces oNi caet
cual dirige nuevas laudatorias Asases al direc- metemos nunca los pies «P él lodo monárquico,
|QHé marejada se levantó contra sus ideas j el odio de ustedes me sostuvo.
tásticas corao molestas.
„
• . .
Sobre todo, «I origen de ciertos movimientos tor de E L PAÍS y al periódico lacAl-JK»Afoif{<H!«» solo hacemos una cosa: Tapo.rnoB las narices primero, contra su persona después!... {Qué
Y mientras sus comensales tt «ontemplabia
por
el
apoyo
prestado
&
la
causa
de
loü
depenpudiera dar motivo 4 ¡oterpretaciones djíerenira no oler mal. Y el que se manche que íé gritería hubo en el irmnal, doude la crítica de con
asombro, añadió:
dientes.
mpie.
bajo vuelo expende credeuciiileB y títulos al coAl llegar aquf, nos creímos ineludiblemants
( y ya que dicen qa» lo* carlistas se «agitan»
~iBendito sea si odioqi»me ha hecho VVO/^
Pero hay una cosa en el discurso de V. S., rrer de su pluma, que o j i ^ no corriera tanto,
y se «mueven», que «o.se|>a dónde. P^r qué colft obligados á contestar tal número de satisfaccesl Muchas svacónh«Sores.
ae
nosotros
los
repuMicanos;
los
socialistas,
para
el
bien
del
iaioms
y
tranquilidad
de
la
torias
alusión
es,
y
recociendo
en
nombre
ds
tanto moviwibiJíT es ?«vi'i(e q.m ii waníen y
eliem<«i «giadecerle mucho. Una afirmación, sintaxis!... \Gomosft trató de matarle con tt
•erlainhaniaao «o p>í>s£ftfie«iiiü.ajxiiijá<ie-. Bb PAÍS y de su director todos los elogios y tO'
dosloéaj^lausosqti» coaitio h|nnQ.;« «xpoa- Qiejor todavía UD» oMifirmacióa de juicioe <|Q» «ilffiQtoio hostil, coil U ceinMva sist^i&jitiQft^
CRÓNICA
ism^
m ESPASA
CON IMMIA Y EÜSIA
Obreros y Patronos
El dependiente de ultramarinos
SÍNWCOSY •
en nosotros tomaron endémico carácter, pero
que ratificados hoy por V. E., adquieren un relieve absolutamente escultórico.
Cuando los republicanos echamos en cara á
la monarquía sus faltas, sus intemperancias,
sus frialdades de corazón, su exhaustez de nobleza, su raquitismo moral y su intelectual impericia, parecen rabiosidudes del despecho, golpes de enemigo furioso los que salen por nuestra boca ó repican con los puntos de la pluma
sobre las cuartillas. Cuando los socialistas acusamos á los poderosos de la tierra de ingratos,
de crueles, de explotadores sin entrañas, solo
absequibles por la humillación y la servidumbre, antójanse nuestras censuras gritos de impotencia,^envidias de clase, rencores de pordioseros desatendidos-Así podrían calificarlos cuantos defensores tiene el sistema pi-eponderante.
-Pero cuando esos anatemas broten de labios
de un monárquico, de un hombre que como
V. E. trabajó con Cánovas para "el advenimiento de la monarquía, esos anatemas dejan de ser
gritos apasionados de la lucha, para convertirse
en juicios severos de la conciencia.
V E. quejándose de ingratitud en su nombre
y en el de Wcyler; manifestando que un general de la monarquía es maltratado por la monarquía, y que un restaurador do la monarquía
es despreciado por la monarquia; V. E. trayendo con dejo amargo á los ijárraios de su discurso
la evidencia de que en España pueden cerrarse
ciertas puertas por los solos móviles de la repugnancia física ó del capricho personal, como pueden abrirse por razón contraria á la primera ó
por capricho idéntico al segundo, hace de la
monarquía un acusado sin probabilidades abso»
lutorias. Y como V. E. es monárquico, y restaurador y exministro de la corona, resulto
V E. testigo de cargo irrecusable
La justicia republicana agradece mucho 4
V. E esta sincera presentación en el estrado.
No sabemos lo que pensará el reo.
Por lo demás allá V. E. con los motivos quo
le impulsen á obrar así; nosotros apúntame» la
declaración y seguimos juzgando
De V. E. afímo. s. s. q. b. s. m.,—J D.
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EL ODIO
LOS m.\m_ SE mm
CARTA CERTIFICADA
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