Un excelente fallo por lo que dice y por lo que

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UN EXCELENTE FALLO POR LO QUE DICE Y POR LO QUE PERMITE DECIR.
por Héct or M. Kremer
"FERNANDEZ LEMOINE, M. R. c/ LICARI, Salvador s/ ej ecución de honorarios"
Expt e. N° 83.278/ / 02; C.N.CIV. - Sala "M"; Fecha: 17/ 02/ 2003
Publicado: "elDial.com" 03/ 04/ 2003
"...De la lect ura de la norma ant es mencionada (se refiere al art . 21 del Dec.
91/ 98) se desprende el propósit o de la misma de prot eger los honorarios del
mediador. Así se cont empla la posibilidad de cobrar $ 150.- a cuent a de lo que
correspondiera cuando no se iniciara el j uicio por part e del reclamant e dent ro
de los 60 días corridos.
Teniendo en cuent a el mencionado propósit o de la norma aludida, la
circunst ancia de que no se inicie el j uicio, ello no puede redundar en perj uicio
del mediador, ya que su t rabaj o f ue realizado y sólo le queda esperar cobrar sus
honorarios. Adopt ar el crit erio cont rario import aría burlar el derecho del
mediador a percibir los honorarios dispuest os por la cit ada norma en los incisos
1 a 3. Además t al crit erio se aj ust a a la garant ía const it ucional dispuest a por el
art . 14 bis ref erido a que por igual t area corresponde igual remuneración..."
I.- Una nueva muest ra de reconocimient o fue dada a los mediadores a t ravés del fallo
que nos ocupa, el que marca un giro int erpret at ivo t rascendent al en mat eria de
honorarios por vía de la doct rina sent ada en los párrafos precedent ement e t ranscript os.
Enfáticamente, me atrevo a sostener que a partir de este fallo habrá un antes y un
después. No sólo por lo que dice sino, y más, por lo que no dice, pero permite decir.
Claro que lo que no dice, no podría haberlo dicho. Lo cual, lej os de ser una crít ica,
procura remarcar la saludable brecha que abre en una mat eria int rincada, por ninguna
ot ra razón que la falt a de volunt ad polít ica de resolverla.
II.- Est e fallo aborda una cuest ión irrit ant e desde que fuera legislada en el año 1995 e
insuficient ement e morigerada en el año1998 por el Decret o N° 91.
Me refiero concret ament e al moment o a part ir del cual el mediador t iene derecho a
reclamar la t ot alidad de sus honorarios devengados en una mediación cerrada sin
acuerdo, y que a t enor del art . 21 del mencionado decret o nace cuando por sent encia
firme se imponen las cost as al vencido quien pasa a ser deudor exclusivo del mediador.
Como se desprende del fallo en análisis, su doct rina marca un int eresant e avance al
aut orizar el reclamo de la t ot alidad si es que dent ro de los 60 días corridos no se
hubiera iniciado la acción. Suplant ando así el pago a cuent a y subsecuent e espera del
final del pleit o.
La diferencia es apreciable. Sin embargo, si el j uicio se hubiera iniciado el mediador
sigue somet ido a la espera de la sent encia condenat oria en cost as para aspirar al
reclamo, aspect o no resuelt o por el Tribunal aunque, como dij e, t ampoco podría
haberlo resuelt o desde que no fue mat eria somet ida a su j urisdicción.
Sin embargo, con lo que del fallo se desprende podemos decir aquí lo que en él no fue
dicho, prolongando el análisis de la cuest ión en est e coment ario.
III.- Obsérvese que iniciado el pleit o dent ro de los 60 días la ley ordena al mediador la
pasiva espera de la sent encia al solo efecto de determinar quién carga con las costas.
Empero, es evident e que el repart o de las cost as es cuest ión complet ament e aj ena al
mediador y que sólo incumbe a las part es. ¿Por qué, ent onces, hacer esperar al
mediador por una cuest ión que le es aj ena cuando, además, los honorarios adeudados
corresponden a un trabajo concluido, como dice el fallo, y que por su nat uraleza fue
igualmente útil para ambas partes, sea cual fuere la condenada en cost as?
Baj o t ales condiciones la espera legalment e impuest a hast a la sent encia deviene
inconst it ucional por at ent ar cont ra el derecho de propiedad del mediador,
indebidament e post ergado en el cobro de un t rabaj o t erminado, t rasladándole, además,
riesgos igualment e aj enos a su función.
La recta solución legal, entonces, debería ser el reconocimiento del derecho al
inmediato cobro de los honorarios a cualquiera de las partes, sin perjuicio de la
posterior repetición que eventualmente pudiera corresponder al pagador en el
supuesto de que el condenado en costas resultara la otra parte.
A mayor abundamient o, adviért ase que la ley en ningún caso est ablece diferencia de
mont o de honorarios en función del result ado de la mediación: con o sin acuerdo. En
consecuencia el honorario quedó fijado en atención al trabajo mismo y no a su
resultado. Pues, repit o, la cuest ión de las cost as es complet ament e aj ena al mediador a
quien, no obst ant e, se lo obliga a esperar la solución j udicial de la cont roversia que
t ambién le es aj ena y aunque la sent encia ni siquiera pueda modificar el monto del
honorario por tratarse de un derecho adquirido. Todo lo cual vuelve a demost rar la
inconsist encia de la post ergación, la que se est ableció en función de cuest iones no
at inent es al mediador sino a las part es, quienes ya aprovecharon lo que su t area pudo
brindarles.
Est a argument ación siempre fue válida. Hoy, sin embargo, agrego una nueva razón de
no menor import ancia.
La derogación del régimen de convert ibilidad t raj o aparej ado el fact or inflacionario que
con ant erioridad no era significat ivo. Congelados en cifras fij as, los honorarios del
mediador legalment e t arifados, deben sufrir la erosión que el t ranscurso del t iempo
produce durant e el pleit o. En ot ros t érminos, baj o el act ual sist ema monet ario, la
espera de la sent encia firme genera una import ant e pérdida del valor del honorario que
el mediador debe absorber sin más razón que la act ual obsolescencia de una ley que
nunca fue j ust a.
Al respect o cabe t ambién agregar que el aument o inflacionario es generalment e
acompañado por una suba del valor de los negocios que post eriorment e se reflej a en los
mont os de los conflict os. Sin embargo, t rat ándose de honorarios f ij os y t arif ados no
exist irá a f avor del mediador ninguna compensación nominal que t ambién acompañe el
aument o de los mont os de los conf lict os para los cuales debe t rabaj ar. Se desbarat a así
la nat uraleza aliment aria del honorario en su propia mesa de t rabaj o mient ras cumple
su t area.
IV.- Es hora de modificar la ley. De la rigidez de un honorario t arifado generador de
inj ust icias para t odos los part icipant es, deberá pasarse a un sist ema que relacione
proporcionadament e la índole del asunt o con el mont o de la ret ribución, mediant e la
fij ación de porcent aj es j ust os que compensen aut omát icament e la degradación
inflacionaria con el crecimient o de los valores en disput a. Así, al menos, en las
cuest iones de cont enido económico. Con el sist ema porcent ual se evit ará, además, t oda
posible act ualización de los mont os fij os que llegará t ardíament e y será siempre
suscept ible de inadecuaciones y cuest ionamient os. (*)
Por lo demás, siendo el mediador aj eno al t ema de las cost as y habiendo prest ado y
concluido un servicio simult áneo e idént ico para las part es, debería serle reconocido su
derecho a requerir el pago a cualquiera de ellas, o a ambas, eliminándose el t iempo de
espera y el riesgo de insolvencia de la condenada en cost as.
En sínt esis. La razón legal por la cual el mediador debe esperar la sent encia j udicial
para t ener derecho al reclamo es, exclusivament e, la det erminación del condenado en
cost as, cuest ión propia de las part es complet ament e aj ena al mediador. Por si no
bast ara, su t rabaj o se encuent ra concluido pese a lo cual debe esperar "años" para
reclamar su pago. Y por si est o fuera poco sólo puede efect uarlo respect o del
condenado en cost as aunque fuera persona muert a, insolvent e o desaparecida, cuando
su servicio fue igualment e út il y prest ado a t odas las part es, lo que puede t ornar
ilusorio el cobro de su crédit o, el que, segurament e, t ornará irrisorio cuando llegado el
moment o del reclamo a consecuencia de la inflación, afect ando t ambién el derecho de
propiedad. Todo lo cual at ent a cont ra el sent ido mismo de la act ividad.
V.- Digo, finalment e, que más allá de que las razones aquí volcadas fueran válidas desde
la sanción de la ley, el fallo en análisis les da un impulso como nunca ant es t uvieron,
gracias a la valent ía e int eligencia de los j ueces que lo dict aron.
(*) El t ema en mayor profundidad lo t engo t rat ado en la propuest a de Ponencia que t engo ent regada para
el próximo II Encuent ro de Mediadores Prej udiciales a llevarse a cabo próximament e en el Colegio Público
de Abogados de la Capit al Federal. Por no ser ést e el t ema cent ral de est e coment ario omit o referirme a
ot ros aspect os como p. ej . el grado j ust icia de un honorario de $ 600.- en un asunt o de $ 8.000.- y de $
8.000.000.- o a la inversa $ 150.- para un asunt o de $ 800. - donde el abogado cobra $ 80.- y una part e paga
$ 230.- También la necesidad de un honorario mínimo y su sent ido ét ico, ent re ot ras cuest iones.
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